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Enrique Rodrígu€z Cepeda

La comedia española del Siglo de Oro

«Del hombre la existencia tro para los más, no limitando, justamente, el signifi-
vanidad es y sueño y aparienciao cado del término <,vulgo».
(Salmo del rey David)
El conocido poema Arte nueao de /¡acer conzedias
en este tiempo pretende, aunque alejado de todo ca-
Por comedia española del Siglo de Oro entendemos rácter pedagógico y analítico, describir, paradójicamen-
casi ciento cuarenta años de teatro; de 1i40 aproxi- te y a grandes rasgos, como con maestría explicó en
madamente a 1681, con la muerte de Calderón de la 1964José F. Montesinos y en su díahabiaintuido Ra-
Barca. Sin embargo la comedia lopesca, el verdadero món Menéndez Pidal, todos los punros que forman
teatro que universalizó la Península y que venimos lla- el arte rcatal de Lope de Vega, difuminando lo que
mando teatto nacional, abarca, nada más, el movi- se tenía por precepros en 1609.
miento escénico de 1580 a 1640; esto es, unos sesenra La confusión intencionada de Lope creaba unas te-
años, con unas veinte mil comedias escritas y, en su glas que desplazaban el corto entender de todos aque-
mayoría, puestas en escena de una u otra manera. llos que creían saber de teat¡o y que escondían su
Lo anterior a Lope de Vega lo denominamos tearro ignorancia y pedantería en las entonces al uso Acade-
prelopista. Esta literatura dialogada, desde La Cele¡- mias literarias. Nuestro dramaturgo, con suma ironía,
tina y los Coloquios pastoriles y religiosos, compren- tocó todos los puntos posibles de su enseñaoza;habl6
de, a lo lejos, la comedia humanística y el teatro sim- del verso y cómo uabajaba con romances y redondi-
bólico de la época de los Reyes Católicos, con el foco llas, de que su teatro encierra la tonada de la canción
salmantino y la grandiosafigura de Gil Vicente; más popular y del viejo romance cantado y repetido por
cerca nos encontramos con la tragedia renacentista, en- todos; nos habla de cómo debe hablar un rey o un he-
frentándose a la incorporacion de /a comedia del arte rrero, de qué manera el amor iguala a todos; de quié-
peninsular y los famosos Pasos de Lope de Rueda, pa- nes son sus guías y maestros; de las leyes y normas del
ra terminar con el gran proceso de la comedia valen- arte; de qué interesa o no de Aristóteles; de quién es
ciana, verdadera base y semilla del criterio escénico de su público, a quién va dirigido su teatro, a quién gus-
nuestro Fénix. ta y por qué; de si es justo o no 1o que gusra, erc.
Estos endecasílabos de Rey de Artieda, cuando Lope Aparte nos dice de la medida de una comedia, de su
de Vega tenía acaso solamente diecisiete o dieciocho duración y de los pliegos que ocupa; nos habla de
años, nos hablan de lo cerca que andaban los valen- la unidad de acción, de cómo debe entretener y no
cianos del principio sentimenral del genio nacional: cansar, de lo episódico y de si hay intriga histórica y
secundaria y cómo ésta debe relacionarse con la idea
«Puedes oír comedias a mi cargo, central y única; nos habla del lugar y de cómo hay que
y más si una pasión al alma llega, hacer de esta unidad algo funcional y cómodo para con-
y el día sobra o te parece largo. tar con propiedad lo que se intenta; y no olvida la uni-
Que Tárrega, Aguilar, Lope de Vega, dad de tiempo, de donde Lope completa todo el mo-
aligerar en sus escritos pueden vimiento estructural de la ob¡a, creando dos tiempos
la ansia y pasión que re desasosiegar. imaginados en los entreactos de los tres cambios de
acción.
Con todo, Lope añade, a la enseñanza clásica del La unidad de acción que se cuenra debe dividi¡se en
teatro antetior, un nuevo ritmo de comunicación y una dos partes significativas; un desarrollo extenso y com-
idea práctica y funcional de lo que supone hacer tea- puesto de un planteamiento y una larga peripecia, más
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un desenlace, en el acto tercero, con una solución que, Evolución
si es posible, guste y acomode. de la comedia española
En fin, que creemos que nunca llevó la conrraria
a la preceptiva de admitir las viejas e imprescindibles
tres unidades dramáticas; lo que sí hizo Lope fue dar li- El espíritu inquieto de Lope de Vega, el desarrollo
bertad y crca:, el debido alcance a las tres normas del que acabó teniendo el tearro en aquella sociedad s la
género, porque a quien iba dirigido esre reatro no se purga que suponía esta escena como consumo v co-
le podía entretener diariamente con precepros muy es- municación, más las presiones en rorno de precepris-
trictos. Pero nunca faltó nuestro ingenio a los tres sa- tas envidiosos y enemigos, obligó a todos los d¡ama-
grados preceptos de toda acción teatral, porque enron- turgos a perfeccionar su invento y a corregirse con
ces no hubiera hecho teatro; él logró la comunica- explicaciones, normas y leyes; el libro de F. Sánchez
ción más fácil con su público porque estudió la si- Escribano y A. Porqueras Mayo (Preceptiaa dranzátic¿
tuación y creó el arte de consumo que convenía en ese española, Madrid, 1971), recoge los mejores ejemplos
momento y en esa sociedad; en otra época y en otra de lo que pensaban de nuest¡o rearro sus mismos rea-
sociedad Lope habría cambiado la manera de hacer tea- lizadores; me refiero a Tirso de Molina, Francisco de
tro si las circunstancias 1o exigieran. Y así lo entendie- Barreda o, ya al final, Calderón y Bances Candamo.
¡on los que de verdad hicieron comedias en la época, Lope, durante casi cincuenta años tuvo todo tipo de
excepto Cervantes que, con otros principios, seguía otra dudas, generalízó toda clase de innovaciones; los mo-
idea clásica. mentos más sensibles los podemos situar, primero.
Pensemos que Lope siempre estuvo muy cerca de cuando escribía el poema del Arte Nueao con las pre -
su público y de lo que él entendía por cosa española siones de los aristotélicos y el problema y manejo de
y nacional. El añadir a esto un número grande de sen- las tres unidades dramáticas (Joaquim de Entrambasa-
timientos y de experiencia personal y un sexto sentido guas, Una gilerra literaria del Siglo de Oro), después
de la poesía y de la vida misma, proporcionó, al fin, cuando viene la avalancha moralista y la acusación de co-
un nuevo teatro que iba a influir y a modificar el con- rrupción de almas y sociedad (Emiüo Cotarelo, Bibltogm
texto social, educador y político de los españoles. El fa de /a confrouersias sobre /a licztud del teatro en Espa-
pueblo, en general, creía ciegamenre en su país y lle- ña); más adelante una necesidad de afianzar la pre-
96 a adaparse con plenitud a lo que se había pensado sencia del verso popular en el teatro (hacia 161)) y afi-
para él como cultura popular, si así queremos llamar- nar el sonido y ritmo de la comedia; por los años de
lo, admitiendo todo el truco de budas y veras de la 1617 a 1620, Lope, bajo la mucha presión de la fuer-
vida y de la literatura, permitiendo la mezcla de co- za y tira'nía de los llamados <(autores)), esto es, repre-
media y tragedia juntas, viendo retratados sus propios sentantes y jefes de compañía, se da cuenta de que el
sueños y la aventura diaria de vivir envuelta en el aba- teatro ha entrado en grande competencia y está toman-
nico de sus propias creencias hispánicas. Esta comedia do nuevos caminos que é1, en principio, no admite;
le of¡ecía todo el pasado de España y su historia, la dice bien Eugenio Asensio que nuesrro hombre «pen-
vida de los santos, los hechos sacramentales, hasta las só que el teatro tomaba un camino cerrado, que la crea-
ideas más peregrinas del amor. Lope sabía que orros ción poética estaba en vías de ser suplantada por la pro-
escritores habían sido tan autobiográficos o más que ducción de números de circo y efectismos sensacionales,
él; era ejemplar el portentoso libro de la vida de San- («Tramoya contra poesía. Lope atacado y triunfante
ta Teresa, que tanto se había grabado en los peninsu- en Teoría y realidad en el teatro espa-
lares, y no olvidaba lo heroico de la épica de Ercilla.
-16L7-22>-;
ñol del siglo XVII); el teatro había evolucionado y sus
Por esto acertí al hacer literatura y comunicación de amigos y enemigos le obligaban atornaÍ conciencia de
todo lo que significa vida, imitación y enseñanza. Así, que las cosas habían cambiado y de que decorados y
a través del teatro, los españoles pudieron cambiar va- tramoyas iban a crear una nueva imagen escénica. Si
rias de las actitudes de su comportamiento vital y, sin esto pasaba cuando todavía no había empezado a es-
saber leer ni escribir, rener conocimiento de muchas cribir el nuevo genio de Calderón, imaginemos qué
cosas que pasaban en el mundo y de lo que el hispa- pudo seguir pasando hasta 1680. No cabe duda de que
nismo, por decido de algún modo, podía tener como con Lope se habían solucionado los básicos y verdade-
proyecto histórico y cultural. Pero nunca olvidemos que ros problemas de la comedia, pero es que Calderón
este conformismo popular estaba manejado ya por una de la Barca iba a perfeccionar todo aquel grande in-
intrahistoria complicada en donde no hay que perder vento; en la segunda parte del siglo crecen los efec-
de vista el término de Ortega y Gasset: «tlbetaniza- tos y las tramoyas hasta grado sumo y Calderín va a
ción» (como apéndice al libro La idea de pincipio de llevar a la Corte, con medios más que suficientes, un
Leibniz, en el apartado «Renacimiento, humanismo nuevo [eatro, más culto y más filosófico que el de
y contrarreforma»), y Io que se dice en De la Edad Con- Lope y, también, menos popular y más lejos de la
flictiua, de Américo Castro, calle.
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El conal de Almagro, en /a actualidad. Con¡truido en de la genter, imitando <,las acciones de los hombres, y
e/ s, XVil, se trata del Cora/ de Comedias nzejor con- pintando ude aquel siglo las costumbres,r (Arte ltlueto).
seraado de los que quedan en España. Al frente, la Lenguaje, imitación y pintura enmarcados en una
escena. Almagro, Ciudad Real. versificación popular; esto era para Lope la comedia,
que no las acciones en prosa; la acción en prosa de La
Dorotea, por ejemplo, indica la imitación de la reali-
dad misma con total justeza de testimonio. Lo explica
El verso y la estructura así el personaje L6pez de Aguilar: usiendo tan cierta
de la comedia lopesca imitación de la verdad le pareció que no lo se¡ía ha-
blando las personas en verso como las demás [come-
Hoy ya sabemos que todo el proceso teat¡al de Lo- dias] que ha esc¡itou, ya que la prosa justifica la ve¡dad
pe de Vega se realizó a través de una técnica estableci- acontácida y el verso la imita solamente y la diviLrte
da y bien pensada; sabemos que esta técnica, basada a través de la verosimilitud. En fin, para Lope el verso
en la versificación, ha originado el importante descu- creaba más /iteratura que la prosa e indicaba más el
brimiento de poder fechar las obras del Fénix a uavés artificio de la ficción teatral.
de las frecuencias de tipos de versos empleados (lo ase- Cuando eI Fénix dice que ha escrito teatro «siguien-
guran los estudios de S. G. Modey y C. Bruerton Cro- do el a¡te que conocen pocos)>, se refiere, además,
nología de las comedias de Lope de Vega; sin olvidar flexibilidad que ha sabido encontrar a las tres uni-
a la
la aportación de H. Renert y Américo Catro en su Vi- dades dramáticas y al punto de comunicación con la
da de Lope de Vega, Salamanca, Anaya, 1968). Este sociedad, buscando estazofia del gusto en donde coin-
teatro en verso gustó a todos, a poetas y pueblo, por- ciden aristocracia y pueblo, <<en estos dos extremos dan-
que vivía de la naturale za de la lírica popular tan bien do un medio» (apoyándose en el balance aristotélico),
arraigada en España; ya dijimos que el mismo Lope y «lo trágico y lo cómico mezclador, ya que
de Vega explica cómo parte de esta poesía y métrica
debe de actuar dentro del teatro; nos da muchas cla- <(sustentolo que escribí y conozco,
ves en el paradójico poema del Arte nuel)o, y hay que que aunque fuera mejor de otra manera
cteer en este proceso técnico aunque esté rodeado de no tuvieran el gusto que han tenido,r.
alguna frivolidad, pero es que así era Lope y así pensó
su comunicací6ny arte a lo que llamó «máquina con- Los metros indígenas de romances y redondillas se
fusa, y en donde usó una lengua que <(se tome del uso elevan, en cada obra, a casi un 70 por 100 del verso
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usado; parece ser que este teatro no era para leído, si- La unidad de tiempo era la más complicada de na-
no para el oído solamenre, rrar, porque tenía que atender a los tres diversos con-
ceptos de tiempo que cada obra podía admitir; un
«porque sólo le queda en el oído tiempo que llamamos pretendido o falso, la época que
no el agua que pasó sino el sonidor; quería ¡ecordar cada autor o fijar como marco de la
acción el ejemplo de la historia o el pasado, sin espe-
en fin, que importa más cómo se dice que lo que se cial investigación ni sentido histórico del momento;
dice, esto es, reflejar la historia sin más, la época de los R¿-
u... considerando que la cólera yes Católicos, la antigüedad de Semíramis o la vida
de un español sentado no se templa de Santa Teresa, pero sin dar detalles ni intenciona¡
si no le representan en dos horas valor estructuraly dramático sobre ello; el pasado se
hasta el Juicio Final desde el Génesis». pensaba como un retablo total en donde los ejemplos
se elegían como y desde una idea de conjunto esta-
Lope recomienda las redondillas para asunros de blecido. Otro tiempo, el eaocado, recorría la vida de
amor, los romances y versos cortos para relaciones y lo los personajes y podía pretender sugerir su prehistoria
narrativo de la comedia; el soneto para ulos que aguar- (su pasado, de quién es hijo, etc.) o la opinión que
danr, Ias décimas para las quejas y los rercetos para se tiene de tal persona o qué se dice de él; pensemos
los asuntos graves. en los antecedentes del Comendador de Fuente Oae-
En cuanto a los personajes, dejando aparte el famoso
luna y en su lascivia, o en que Laurencia no está en
triángulo de casos de amo¡ y celos, también el inge- la inclinación de amar cuando empieza la tragicome-
nio nos dice que la figura del monarca debe imitar la dia y ha rechazado a varios novios; todo esto esrá evo-
gravedad real; la del viejo, «la modestia senrenciosa, cado indirectamente; sin embargo sí están evocadas,
(no olvidemos que el tipo de madre no es común en siempre, las ideas del tiempo que continuamenre se
este teatro), y que el sirviente no ha de platicar con nos ofrecen en los entreactos, estados temporales que
su señor de ucosas altas, ni conceptos, aunque laLau- alargan la obra o la acorran fuera de Ia representación
¡encia de Fuente Ouejuna, joven labradora, pueda ha- y dentro del marco total de la acción temporal de Ia
bla¡ de Platón y León Hebreo cuando lo precise . En obra. Estos tiempos evocados no se representaban, pero
el arte de Lope entra todo 1o que produzca efecto lite- sí tenían valor esrrucrural dentro del drama. El offo
rario y, además, purgue y mueva <(con extremo a quien tiempo, el verdaderamente teatral, es el representado
escuchar. y escénico que fija objetivamente el ritmo dramático
Con más o menos gracia, y durante cuarenta años, de la obra y selecciona lo que el autor quiere que vea
todos o casi todos los dramaturgos de la época siguie- y escuche el público en dos horas; esre tiempo de la
ron este invento. representación es lo que se divide en tres acros más
Si la versificación miraba a la estrucrura exterior de o menos iguales, pero que es sólo una síntesis de la uni-
cada obra, el impacto musical en el oyente y las tres dad de tiempo total que encierra cada comedia; estos
unidades miraban al interior de la composición. La di- tres actos que duran, cada uno, cuarenta minutos
visión en actos y la entrada y salida de personajes en y se continúan en la representación, son días diferentes
escena no creaban verdadera clave estructural. En cuan- en la unidad de acción de la obra y se suelen referir
¡o a la unidad de acción, dice Lope a t¡es días diversos de la historia del personaje que se
quiere narrar o a tres situaciones temporales varias de
«dividiendo en dos parte el asunro la cosa o acción que se quiere contar; estas tres situa-
ponga la conexión desde el principio ciones que elige el poeta para la comunicación física
hasta que vaya declinando el paso [la acción], de la obra pueden abarcx meses, años o siglos de lo
pero la solución no la permita ocurrido globalmente en la unidad de acción. Y Lope
hasta que llegue la postrera escena)). se refiere a ello en versos ya citados, si al español

Esto es, la unidad de acción dividida en dos pates: <,no le representan en dos horas
planteamiento y desarrollo; la solución final casi no hasta el Juicio Final desde el Génesis».
tiene forma dramática y es, a veces, anecdótica (y es
en donde Alexander A. Parker, en su famoso est;dio La unidad de lugar es la menos importante dentro
de 7967
-Tlte Approacb to tlte Spanish Dranza- st-
túa el té¡mino de ujusticia poética» propio de todo ar-
del teatro español clásico; en un principio, aparte de
poderse evocar en el verso, la comedia lopesca no usó
te popular y en donde el público se tranquiliza). Las de decorados ni aparejos; luego sí, p^ttit de la pre-
dos partes dichas del asunto central ocupan, por lo ge- ^ Calderón llevó
sión tramoyista, y más, después, cuando
neral, el 81 por 100 de la obra; de los t¡es mil versos el teatro a la Corte. La unidad de lugar es auxiliar de
de cada obra, unos dos mil quinientos; la solución nun- las otras dos unidades dramáticas, aunque imprescin-
ca más de quinientos. dible. A veces adquiere especial significado si las cir-
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cunsrancias rodean simbólicamente la situación de la siones mitológicas, de situaciones de miedo y de acti-


semántica de la unidad de acción; la casa, su interio¡, tudes que anuncian que existen cosas de más tamaño
puede connotar el recinto moral y físico de una fami- del esperado y natural; habla de monsttuos y de se-
lia; el campo, la libertad; una montaña, el sentido res de desproporcionado tamaño y de desvíos salvajes;
agreste y natural de un salvaje (el Segismundo de La habla de América y del indio, de los conquistadores, de
uida es sueño), como la cárcel, la ausencia de libre al- la China, etc. La comedia lopesca hace de sus perso-
bedrío, etc., o un palacio la ley o la justicia. Joaquín najes puras marionetas susceptibles de todo lo huma-
Casaldue¡o (en sus importantes Estudios sobre e/ lea- no, la pasión, los celos y el amor, el placer y el gusto
tro espanol, Madrid, 1962, p. 42), cuando se remite frente al disgusto; las clases y castas ocultando el con-
al lugar en Fuente Ouejuna dice que u...villa, prado, flicto de nuestro pasado y nuestra Historia; dirigien-
plaza valen lo mismo que derrota o boda o tormen- do la educación del pueblo hacia un especial espíritu
to)); esto es, que la unidad que parecía tan objetiva nacional que, luego, ha creado diferencias y divisio-
se torna subjetiva si la acción lo insinúa y precisa; lo nes; elevando los ideales de valor, cortesía, nobleza,
mismo se puede decir de la unidad de tiempo, que fama, virtud, sangre y nacimiento a delirios extremos;
deja de ser medida cronométrica cuando sentimental- apoyando al Estado y la religión sin condiciones; pero
mente evoca pasados y secuelas futuras. Y también la jugando con los sustantivos del disfraz, del engaño,
unidad de acción en la comedia clásica pierde objeti- del truco y la mentira hasta Ia saciedad. Bien es ver-
vidad y lógicanarrativa cuando, tantas veces y con tanta dad que nunca faltan los temas del honor y la hon-
habilidad intercalado, nos encontrarnos con escenas de ra, de la amistad y la lealtad, de las vidas de santos y la
acompañamiento y bulla, con fiestas y ferias, con gri- Historia, de ejemplares venganzas, de las situaciones
tos y vivas o desfiles de multitudes o soldadesca que de consuelo, tristeza, resignación, muerte o alegria,
desbordan y desplazan al espectador a un sentido mu- pero casi nunca falta la lucha oculta de las represio-
sical mucho más ambicioso que el de la pura y simple nes, la contienda amorosa hombre-mujer camuflan-
acción. Tal es así que muchas veces este teatto se veía do cornudos, putillas y donjuanes. En fin, todo lo que
inundado de la plasticidad y estática de la pintura, el ser humano es con sus contradicciones a cuestas, sus
y esta sensación mezclada, al mismo tiempo, con pasos pecados y sus arrepentimientos.
de movimiento y baile. Hasta el siglo xx la puesta en
escena de este teatro no ha encontrado muchos inge-
nios que hayan comprendido tanta diversión.
Los poetas dramáticos y sus mejores obras

Lope de Vega
Temas y clasificación
La vida del Fénix influyó mucho en la actitud y te-
Lope de Vega y sus seguidores nunca se avergonza- mática de su teatro. Su vida sentimental y amorosa le
ron de su teatro ni de su invento y cornunicación, aun- llevó a conocer profundamente muchos de los ideales
que, según algunos y el propio Cervantes, el nuevo del hombre y de la mujer de la época. El acto de vi-
teatro no estaba escrito con el .,arte» que dictaba la vir de Lope es una novela constante, que le ha llevado
vieja preceptiva. TaI es así que Cervantes decidió, en a su auror a ser imitado y seguido por muchos huma-
1611, editar sus comedias y entremeses y con su nom- nos. Murió famosísimo, pero envuelto en la tristeza
bre bien en claro, para enfrentarse al triunfo de su ene- más grande por las experiencias amorosas de su hija
migo Lope de Vega; la posibilidad de que fueran leí- raptada y de la ceguera y locura de su última compa-
das las obras de Cervantes era remota, porque casi no ñera, Marta de Navares. Para Marcelino Menéndez Pe-
se leía, y menos lo pensado como teatro para repre- layo, Lope es el autor más fecundo de Ia literatura na-
sentar; y este retirarse cervantino ante las barbas del cional; y nosotros diríamos que también el que trabajó
teatro lopesco yahabia acontecido años atrás, cuando con más orden y disciplina para vivir puramente de
el actor Rodrigo Osorio intentaba representar seis co- la literatura; su personalidad, en contra de lo que pue-
medias del auto¡ del Quilote futuro. Y es que Cer- de aparentar el hecho de sus varias esposas y mujeres
vantes nunca supo fingir con el verso, como Lope de en torno, nos parece hoy muy sincera y sana, porque
Vega nunca supo novelar con la prosa. E/ Quiiote no nunca mezcló sus sentimientos con aventuras vanas
educó a los españoles, ni Cervantes lo pretendió. Lo- y confusiones que dañara la vida de sus hijos ni la in-
pe sí intento educar a los hispanos y lo consiguió ple- tención de su arte. Añadamos que Lope fue, además
namente; la pedagogía de Lope abarca todo lo que el y durante buena parte de su vida, sacerdote.
hombre y la vida son como costumbre y folklore; Lo- Fuenle Oaeluna (1612?) es una tragedia rural que
pe casi nunca critica ¡ianalizalas situaciones; Cervan- se ha convertido con el tiempo en la obra más impor-
tes sí; para Lope, sin más, sus personajes son presa de tante de Lope y del teatro clásico español y es una de
elementos supersticiosos, de datos astrológicos, de vi- las obras más intensas de la dramaturgia mundial; su
184 Enique Rodríguez Cepeda

Facsímil il.
I"as cuatro prinzeras páginas del manuscito
de 1604 conespondientes a «Carlos V en Francia», dra-
nza históico oiginal de Lope de Vega, Filadelfia, LIni-
uersity of Pennsylaania Library,

Íro de Lope de Vega), es común en aquel rearro y en-


cierra una conflictiva pugna moral del campesino y de
Ios señoritos nobles y mal criados de la historia penin-
sular, muy cercana al mundo pastoril.
Tema parecido se repite en orra obra importante,
Peibáñez, pero ahora en una tierra querida y conoci-
da de Lope, la Ocañ,a de Toledo, otro olivar sin hon-
ra. Siempre la lucha de la aldea y la ciudad, la moral
de menosprecio de Corte y alabanzade aldea. Lo apa-
cible, la boca olorosa de la mujer, la tranquilidad de
la vida del campo, se ven turbadas por un caballo des-
bocado (símbolo del poder y la lujuria) que da al tras-
te con el mejor momento del principio del amor de
unos nobles campesinos que celebran sus fiestas de bo-
das. Otra vez la lascivia de un poderoso, otro comen-
Lope Fálix de Vega Carpio, el más popular de los dra- dador castellano, no va a permitir el buen amor de Ca-
nzaturgo.r españo/es, creador de un teatro nacional y silda y su esposo Pertbáñ,e2. La fa'lsa democracia de
castizo. Retrato aníninzo. Madid, Casa de Lope de nuestro código de honra y honor va a desencadenar
Vega. las injusticias más grandes que puedan sufrir dos cam-
pesinos cambiados de profesión y dislocados sus sen-
las obras más intensas de la dramaturgia mundial; su
timientos; el final también es trágico y muere el mal
vario, difícil y complejo contenido ha sido objeto de como en Fuente Oueluna. Aunque el Comendador
investigación y de múltiples interpretaciones. ahora esté realmente enamorado de Casilda, su culpa
Menéndez Pelayo (1890) la calificó de tragedia so- es doble por romper otro amor verdadero y manipu-
cial;Ramírez de Arellano (1901) de rebelión; Aníbal lar, alsesgo, los afectos no correspondidos e imposi-
(1934) de tragedia histórica procedente de la Crónica bles de corresponder; la lascivia e¡ Fuente Oaeluna es
de Rades; Morley (1936) de paralelismo político, so- más bélica y obscena y, en verdad, no se está destru-
cial y costumbrista; Casalduero (l)43) estudió su es- yendo un verdadero estado de amor, porque Lauren-
tructura y los temas morales que envolvía; Ribbans, cia no parece, desde un principio, enamorada de F¡on-
en 1954, más aspectos del fondo estructural y del sig- doso, que más es remedio y alivio que necesidad y
nificado total; en 1915 Spitzer descubre el fondo mu- pasión. El Comendador de Peibáñez muere <(con ra-
sical de la obra y, sobre esto, Pring-Mill, en 1960, los zón» por hacer frente a un imposible y 1o reconoce; el
vivas y los gritos con su vetiente lingüística; §flardrop- de Fuente Oaejuna no, porque le mata el enfrentarse
per, en 1956, rasueí la poética de Lope hasta los te- a unas costumbres y a unas normas sexuales que en-
mas del Arte nueuo: gusto-rusto; y MacCrary, en 1961, vuelven a todos, a atacantes y atacados. Por esto tiene
hablaba de la falsa cultura literaria de Laurencia y del que perdonar y olvidar el rey, ley y representante de
aroma platónico de la tragedia. En l96i F. López Es- Dios.
uada aclaraba que la ob¡a no se puede entender sin En El melor a/calde, el rey se vuelve a plantear el
un fondo pastoril; después, estudios de menos fortu- conflicto entre estado llano y nobleza, en la defensa
na, han intentado aclarar el egoísmo de Laurencia, su del honor ultrajado de otra mujer; pero ahora el mo-
manejo feminista y la defensa de su integridad física. narca no es solamente el poder supremo y árbitro por
Hoy la obra sorprende más cuando sabemos que en encima de nobleza y pueblo, sino que Alfonso VII de
su día no gustó, casi no se represenró o tuvo proble- León y Castilla es el propio juez, el alcalde, y quien
mas oficiales de censura (cosa poco probable) para que- castiga y restablece el orden perturbado. Sancho, la
darse olvidadahasta bien entrado el siglo Xx con sólo víctima de la tragedia, ha dicho que
un imitado¡, que conozcamos, en los fines del propio <.El pone y él quita leyes,
siglo xvtt, Monroy. que estas son las condiciones
El conflicto rural y campesino de la obra (ver el li- de soberbios infanzones
bro de Noel Salomón E/ tema del campesino en e/ tea- que están lejos de los reyesrr.
La comedia española del Siglo de Oro 18i

es una de las más bellas


El Caballero de Olnzedo Se lamenta el padre de que Federico, su hijastro,
ob¡as de Lope de Vega por lo cuidado y variado del tenga que mataÍ a la persona que los dos quieren:
verso; es un romance de amor sentenciado a muerte
y oculto por la lírica poPular: «Déjame, amot, que castigue
a quien las leyes sagradas
«Que de noche le mataron contra su padre desprecia,
al caballero; pues tengo por cosa clara,
a la gala de Medina, que si hoy me quita la honra,
la flor de Olmedor. la vida podrá mañana».

En ambiente español, con rometías, el orgullo y la Cuando el joven Federico, fotzado y confuso, mata
gallardla nacionales con exhibiciones y fiestas de to- a su madrastra y amante, su padre murmuta que
ros, etc., nos vamos a encontraf unos amores maneja-
dos con artificio celestinesco y con presentimiento trá- «ejecutemi justicia
gico profundo; a través del sueño la catástrofe se va quien ejecutó mi infamiar.
a realizar: el destino de Ia muerte va a intoxicar al pro-
tagonista, don Alonso, con su propia sombra, que le Muerta la adúltera, el duque gritará'.
cie¡ra el paso y le va a llevar a su fin
«¿Hay tal maldad? A Casandra
«¡Qué mal la música sabe ha muerto el Conde, no más
si está triste el pensamiento!» de porque fue su madrastra,
y le dijo que tenía
Otra gran obra es E/ castigo sin ttenganza, de 1631, mejor hi.io en sus entrañas
al terminar la vída del Fénix. En el prólogo del poeta para heredarme. ¡Matadle!»
se regtesa al gusto inquieto, novedoso y preceptivo de
siempre: uEstá escrita al estilo español, no por la An- Cuando los caballeros y criados van a cumplir la or-
tigüedad griegay severidad latina, huyendo de las som- den de su señor, Federico exclama:
bras, nucios y coros porque el gusto puede mudar los
preceptos, como el uso los trajes y el tiempo las cos- u¡Oh! Padre, ¿por qué me matan?>>
iumbresr. Lauagedia tuvo éxito, y está tomada de un
cuento del italiano Bandello, excepto la solución de y su padre, el duque, contesta:
Ia decapitación de los dos amantes, el hijo del Ma¡-
qués de Ferra¡a y la adiltera esposa de su mismo pa- «En el tribunal de Dios,
dre. Lope, para acercarse al título elegido de ucastigo traidor, te dirán la causar>.
sin venganzar, ingenia un terrible y teaual desenlace
a la española en donde se oculta trágicamente la des- Para el final del duque, véase el estudio deJulio Ro-
honra de la culpa porque proviene de un hijo bastar- driguez Pué¡tolas ula Soledad del Duque de Ferrarar'
do y de una madre postiza,
udando justicia santa Tirso de Molina
a un pecado sin vergüenza
un castigo sin venganza,r, Complicada labiografia del fraile de la Merced Ga-
briel Téllez. Lo que sí es segura es su capacidad litera-
p^r^
ria y un especial conocimiento de Galicia, Portugal
<,...que no haya y, acaso, de Italia, sin olvidar al final de su vida viajes
publicidad en mi afienta a tierras de Aragón y Cataluña.
con que se doble mi infamia». Aparte de Ia dudosa paternidad de El condenado
por desconfiado (debido al rompecabezas bibliográfi-
El Duque de Ferrara (en Lope no es Marqués) pre- co de Segunda parte de Comedias, de Tirso, 163i, hoy
para el castigo para que los dos mismos amantes se todavía sin resolver) la tradición, por su importancia,
maten: ha venido colocándola al lado del mercedario y no a
otro. La obra, como dice A. Valbuena Prat, es una po-
«La infame Casandra deió, derosa creación humana al servicio de la doctrina teo-
de pies y manos atada, lógica en donde vienen a conjugarse temas universa-
con un tafetin cubierta, les del Fausto y del Don Juan; así están tocados del
y por no escuchar sus ansias, símbolo demoníaco los barrocos personajes de Paulo
con una liga en la bocar. y Enrico. El indisciplinado y de extracción humilde En-
186 Eniqae Rodríguez Cepeda

El gracioso, como junco, observa la tragedia de sus


amos, como encinas, y descubre la sencilla y esópica
sabiduría de .rantes doblar que quebrarrr; solamente
la humildad de Enrico y la cooltanza instintiva le sal-
vará; Paulo se condenará por desconfiado.

El burlador de Seailla

Ha dicho K. Vossler que el anhelo de virginidad de


muchas heroínas de Tirso lleva a considerar el plato-
nismo místico y cristiano derramado en parte de sus
obras; el Burlador también está tocado de ello. Amé-
rico Castro y Francisco Ayala ya notaron qué tipo de
sociedad y con qué creencias (más la embestida de la
opinión pública) rodeaban la contienda amorosa y
la lucha de sexos en la época. También se ha hablado
mucho del tipo de DonJuan, de su sentido diabóli-
co, de si es o no el más hombre de todos los hombres,
etc., o de la fatuidad humana que plantea. De la le-
yenda pasó a la literatura y de aquí a la vida, y vice-
versa; todo el proceso, a su vez, se ha convertido en
mito y tema unive¡sal. Sin embargo el /eitmotiu del
engaño, del fingimiento y de la lucha sexual en con-
Fray Gabiel Téllez de Molina según un re- tra del tiempo y la ocasión, le llevan a DonJuan a en-
-Tirso
trato anónimo del siglo xtnil. Madrid, Biblioteca Na- fientar el famoso verso «¡Qué largo me lo fiáis!» con
cional. la idea de la brevedad de la vida. Toda una contradic-
ción muy humana, aunque su lacayo Catalinón le es-
té recordando siempre
ricoes rebelde, avenrurero, libertino, bandolero y ru-
fián, incapaz de enamorarse, pero le salvan sus datos «Advierten los que de Dios
de generosidad y el profundo amor filial por su pa- juzgan los castigos grandes,
d¡e. Enfrente, Paulo está desarraigado de todo lazo fa- que nó hay plazo que no llegue
miliar y social; es egoísta, con desinteresado y falso mis- ni deuda que no se pague».
ticismo, desconfiado de Dios y fariseo, con profunda
confusión espiritual y curioso hasta lo satánico; rebel- También dijo Vossler que «el interés que puede ofre-
de, ambicioso de poder y ansioso de pecados. K. Voss- cer Ieste tipo] es sólo mundano, empírico, social, psí-
ler para quien el drama está rodo penetrado, anima- quico y estético», pero ¿se puede decir más? Abarca
do y vivificado por el más espontáneo, íntimo y dia- todo lo que hoy interesa de un personaje seductor, aun-
riofervor religioso, cree que es una obra de juventud que parezca simple aquello de que el
de Tirso porque está mal versificada, pedante, rígida
desmaño conceptual; tiende a exa.gerat y simplificar <<gusto que en mí puede haber
los casos del mundo y de la conciencia (hecho éste que es burlar una mujer
nos parece a nosotros lite¡ario y preceptivo), con par- y deiaila sin hono¡r.
co humor enffe tímido y grosero. Sin embargo en la
obra triunfan la poesía del frenesí y de la fe, en un Todas las clases sociales, situación y edades de mu-
momento en que se leía mucho España la doctrina del jetes, caen en el truco y en lo que promete el desafío;
doctor Molina. También es importante la figura de do- el complejo del sexo aparece como razón vital y expo-
naire. Pedrisco. que advierte a su amo ne parte de la fuerza elemental de la naturaleza. Si
la educación y trayectoria física del hombre hubiera
«Tú te vas [Paulo] estado menos manipulada por la historia del urbanis-
gallardamente al infierno», mo socio-religioso, este tipo de personaje encerraría di-
ferente explicación y no se enfrentaría tanto a.,lo es-
y amenaza a Enrico tablecido,, en la cultura cristiana, por ejemplo. Con
todo, tal carácrcr humano no pierde, por esto, su di-
«Tú te vas, Enrico mío, mensión y tradicionalismo. Lo que algunos entienden
al infierno como un padre». por pecado, sea lo que fuere, siempre encierra un fon-
La coruedia española del Siglo de Oro 187

El caballero Miguel de Mañara, famoso gallán seuilla-


no posteriornzente arrepentido de su uida /ibertina,
aqií retratado por Valdés Leal, sería quizá el modelo
dil donJuan Tenorio, personale cenlral de oEl burla' LAS MüC§,T}AI}8.5
dor de Seailla,, de Tirso. El apellido Mañara reapare-
ce inc/uso en xtna de /as múltiples aersiones del don
Bf;,L tt#.
/uan, la del personaje de /a noaela de Meinzmée olas
CÜMESIA FRIMS§ á.
a/mas del Purgatorio». El cuadro se conserua en e/ Hos- POR D.CVILLETl DE CASTRU.
pital de la Caridad de Seailla.

do religioso; DonJuan es un ser religioso y que pefte-


,r... ,.r,r.tt.o mundo, aunque llegue a hacedo de ma-
nera macabra como es la de cenar con un muerto. Claro
está, Don Juan se condena aquí, en la tierra, en su
tierra, en donde sus símbolos tienen contorno. El ban-
quete del amor es el banquete de la muerte, y todo
unido por el término del tiemPo. lot qa* katrl*.n cn cila frn l** {igult»rcs.
Otrai obras importantes de Tirso de Molina son la s*, *:.rm#tt+. xiffi4as*ry 6Sr r* x*¡tm C*r
L.Ea,rúfr#g*. d*ICo¡Cr. d* Éflr.ipr,
trlogía de Sanu iuana, La prudencia en la mujel E-/ tfr¡.€aFiJ..
ttlrüFff.or3iñ6*r, ü-*r#*ü6§qalr
o*oi y la amistad y Tanto es /o de más como lo de t"*$*rr¡§¡tt §ü#rñr.r. r¡*:*rilffir
¡trr#; §{rr,a 16, {§rtra ¡ürrÉf.
nzenos. *¡rlsl*¡fu*ar- ?r rdlar.
eri. gi& *ot, *ar***r**'
RÉdtigodf§¿ ÉJ¡rr**i#¡ 4r Xf- dsrtrr#Ígfr*
t C**ef.f#, üan¿ Ce*d. *psÉd¡ffi:ir,

Guillén de Castro

Es el dramaturgo más importante de la comedia lo-


pesca y del teatro valenciano de la época, fuera de la Portada de olas mocedades del Cidr, de Guillén de
Corte. Su obra más notoria es Las nzocedades de/ Cid, Castro, obra dranzática sobre uno de los tres persona-
de tema histó¡ico, con base en el Romancero. Rodrigo jes de la /ileratura españo/a e/ Tenoio y Don
-tras
y Jimena luchan por su amot, enfrentándose a to- Quilote- de nzayor reliete y aceptaciín internacio-
do el mundo caballeresco de afrentas, rencores, envi nal. Madid, Biblioteca Nacional.
La comedia española del Siglo de Oro 189

-\

Cortejo tiunfal que represenÍa la entrada en Madid y de mal humor. Uno de sus mejores comentaristas tra-
del príncipe de Gales, el z3 de marzo de 1623, con ta a su arte de desigual, atropellado a veces, sorpren-
ocasión de su compromi¡o de boda con la Infanta de dente y notorio otras, y de muy especial potencia dra-
España. El príncipe Carlos y el rey español, Felipe III, mática en E/ esc/auo de/ deruonio, comedia sobre la
aparecen bajo pa/io, marcl¡ando ltacia el palacio del Ieyenda de San Gil de Portugal. Este doctor Fausto his-
Buen Retiro. A la izquierda puede aerse un tablado pano, según A. Valbuena Prat, está saturado de asce-
de comediantes. El grabado, alenzán, §e consen)a en tismo, devoción y teología; sin embargo un día deci-
el Museo MuniciPal de tuIadid. de cambiar el ritmo y acción de su vida espiritual y se
dispone a conocer el pecado hasta sus mayores profun-
didades, pues según asombró por su penitencia ahora
quiere llamar la atención con notoriedad con sus cul-
ria «romántica» de la obra en tragicomedia cuando don pas enredando unas situaciones amorosas casi demo-
Garcia tiene que acomodarse a unos amores que no ¡iacas. La rueda de la fortuna y La Fénix de Sa/aruan-
quiere y ha de casarse con Lucrecia (hecho que Cor- ca sorr ofias desde sus obras más significativas.
neille dulcificó sin sombra ni psicología). Como dice A.
Valbuena Prat, en Las paredes oyen, ,rlare un dolor y
una resignación por el 'hombre de mal talle' que es Calderón de la Barca
DonJuan, que se descubre como un eco de humani-
dad lacerada de melancolíar. En fin, que el poeta sa- Con Lope de Vega, es el otro grande del teatro clá-
be difuminar las fronteras del orden ético y estético sico español. Calderón sella y da profundidad y filo-
con maestría, llegando a formar un delicado y sinuo- sofía universal al grande movimiento generalizado por
so análisis psicológico de sus mejores personajes, siem- el Fénix; además, Calderón espiritualiza al público es-
pre difíciles de enmarcar ingenuamente . pañol a través de los encantos ejemplares del rnundo
fantástico de los autos sacramentales. Nacido en 1600,
va a hacer teatro durante más de sesenta años, hasta
Antonio Mira de Amescua su muerte en 1681. Aunque su obra no tiene el duen-
de ni la poesía de Lope, es fundamental parala dra-
Este dramaturgo andaluz murió en Madrid e¡ 1644. maturgia europea no sólo como técnica sino como con-
Se cuentan de su vida episodios de un ser, en térmi- cepto espiritual e intelectual. Por esto, en los últimos
nos de hoy, bastante neurótico, inquieto, impaciente años más a partir del centenario de 1981-, Ios
-y
190 Enique Roúíguez Cepeda

estudios calderonianos han avanzado más que los de Escenaio para /a representación de una pieza leatral
Lope, sin apoyo especial en lo autobiográfico y sí con de Pedro Calderón de la Barca, donde puede apreciarse
una nueva dimensión en su propia fábula dramática. la iqueza decoratiaa de una títpica representaciín pa-
Nuestro hombre nació en Madrid, hijo de montañe- laciega. Dibujo a /a acuare/a de autor desconocido. Ma-
ses de Santander; estudió en el Colegio Imperial de did, Biblioteca Nacional.
la Compañía deJesús, y después de unas avenruras pro-
fanas sin importancia, se hizo bachiller en cánones,
desempeñando durante bastantes años de su vida el
servicio de escena y teatro de la Corte real, sobre todo
a parrir de 1650. velación y el tener que adaptarse al mundo ¡eal en tor-
La aida es sueño es uno de los dramas más impor- no, llevan a Segismundo a destruir a su padre, por
tantes del teatro mundial. Difícil de interpretar por ingenuo e injusto, a sus sirvientes por serviles y men-
la multitud de detalles intelectuales con que está com- tirosos, y a su propio país y reino por encubridor y con-
puesto; también laberíntico el rastreo de fuentes de fiado. El mito de la caverna platónica en donde ha
un texto de poco más de tres mil versos; ediciones hoy aprendido a vivir Segismundo es insuficiente y exige
manejables y seguras hay varias, desde la de Martín la presencia de una acción espiritual poderosa que ha-
de Riquer a la de Enrique Rull, bien hecha y más mo- ga al hombre humilde y más cercan o a la ¡aturaleza.
derna. El caballo desbocado con que empiezala obra Cuando Segismundo estaba preso era libre en sus sen-
nos recuerda los símbolos de pasión, libertad y arre- timientos y deseos, aunque controlados por el desti-
bato con que comienz a el Peibáñez de Lope; la cons- no; sin embargo Rosaura, que parece en estado de
tante pasión del texto del Fénix aquí se va a ver miti- libertad, lleva por dentro la ausencia de destino aban-
gada inmediatamente por una naturaleza controlada donada por su amante y sin la referencia familiar de
por el hombre en lucha de los dos punros de vista: pre- padre y demás ru6¡ vital. Los dos personajes encar-
destinación y libre albedrío. Triunfará" el libre aibe- nan la contradicción del salvaje caballo desbocado que
drío en defecto del tema de la predestinación, porque parece estar en buscar de la libertad y lo que encuen-
ésta tiene su base en las creencias mitológicas lejos de tra es la senda obligatoria del acto de vivir según está
la fe cristiana. Segismundo plantea la teoria del cono- establecido por las creencias y por la tradición; si el
cimiento platónico; él todo lo ha aprendido por el re- caballo, para sobrevivir, tiene que usar actos de vio-
flejo de los libros y de sus maesüos, sin conocer la físi- lencia, también los hombres (entiéndase ahora Segis-
ca, ni la realidad misma de las cosas y sus efectos; su mundo o Rosaura) necesitan de la violencia paraha-
intelecto es puramente perfecto hasta que se enfrenta cer balance de las injusticias y de la falta de libertad.
con Ia realidad y la cree un sueño; por esto la rebeldía La constante actitud de la violencia enla tragedia so-
y el desastre; en cierta manera y en profunda visión y lamente encontrará su fin cuando el desorden esté ma-
a distancia, representa la cosmicidad del niño al que nejado por la mano superior de lo eterno; por esto el
sus padres, un día, le dicen que ellos son los Reyes fufa- recutso básico y clave de la obra en el texto final de
go-r y que tales símbolos son, sólo, folklóricos. La re- .,acudamos a lo eternorr. Sin este acto de resignación
La comedia española del Siglo de Oro l9l
el hombre siempre estará en pugna y nunca será sufi-
ciente el estado de infelicidad que le rodea:
[porque] así llegué a saber
que toda Ia dicha humana,
en fin, pasa como sueño.

El gran dolor de Calderón (entiéndase Segismun-


do) es haberse enfrentado al mundo real; por esto ha
podido decirse que la uagedÁ y la comedia son una
ionsecuencia del enfrentamiento del hombre con el
Mundo, dc la dimensión trascendente (Segismundo)
o irónica (DonJuan) que el contemplador o el espec-
tador da al objeto. El Alcalde de Zalanzea, El mágico
prodigioso, La deaoción de la Cruz o El pñncipe cons-
tanle son obras de altísima calidad dramítica. En cuan-
to a los autos sacramentales mencionaremos El gran
teatro del mundo, como actualizacií¡ de un tema me-
dieval, y Los encantos de la culpa como recuerdo mi-
tológico de Circe y Ulises. (Para los autos en general,
véase el libro clásico de A. A. Parker).

Francisco de Roias Zorrllla

Este ingenio toledano era siete años más joven que Retrato an1nimo de Agustín fu[oreto. Madnd, Biblio'
teca Naciona/.
Calderón, pero murió antes. Según parece fue hijo de
morisco y madre conversa, sin embargo obtuvo, en
t645, su ingreso en la Orden de Santiago. Su come-
dia De/ rey abayo ninguno, aunque muy repetida y edi- Don Luis.-¿Luego perdonarte debo?
tada, no es la mejor de su repertorio; sin embargo sí D.' Isabel.-Premias mi valor.
está bien versificada y parece una obra típica al servi-
cio de la Corte y de Ia idea positiva del rey. En donde
aparece lo que tanto gustaba a Rojas, la plena eman- Agustín Moreto y Cavana
cipación de la muier y Ia independencia ante el tema
dél honor y limpieza de sangre , es en la uagedia Ca- Es el más joven de todos los escritores teatrales de
da cual lo que le toca (editada por Américo Castro en la segunda mitad del siglo, aunque muere antes que
1!17), otra de las obras que no gustó en la época pero Calderón; este sacerdote madrileño, muy cerca de la
que hoy encierra importantes interpretacione-s. Doña Co¡te, hizo el teatro más fino y de meior gusto del
Iiabel, mujer casada, quiere ayudar a su marido y qui- momento, casi, como decía A. Valbuena Prat, con ele-
tarle de la cabeza las dudas que tiene del pasado de gancias de salón. E¡ El desdén con el de¡dén el gra-
ella; para esto mata a su antiguo amante y burlador. cioso Polilla se constituye en verdadero centro cómico.
Esta manera de animar el nuevo amor era más moder- San Franco de Sena es otra excelente comedia sacra;
na.apartir de la segunda mitad del siglo xvll; el te- Franco llega a santo después de convivir en difíciles
ma de la virginidad de la mujer antes de casada era ambientes de tahures y rufianes. Otra comedia muy
más delicado cincuenta años atrás, en donde la mujer agradable y digna de leer es El lindo don Diego, don-
no podía al esposo ni ser parte de la cura de de se adelanta ya cierto sabor dieciochesco.
^poyar
la situación; este diálogo de la presente obra era casi Los otros escritores importantes que restan por citar
imposible: son el último de la gran serie de Ia comedia caldedo-
niana, el preceptista e interesante dramaturgo Bances
«Don Luis.-¿Luego para esto pediste Candamo, muerto e¡ llO4; la otra figura señera es el
mi acero? entremesista Quiñones de Benavente, casi contempo-
D.' Isabel.-Para vengarte, ráneo de Lope. El género chico, el entremés, ayudó
porque mi b¡azo y tu acero mucho al triunfo de la comedia grande; los recientes
le den el castigo iguales. e importantes estudios de Eugenio Asensio y de Han-
na Bergman así lo demuestran.

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