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La educación en Venezuela
Todo esto a igual que los anteriores fue visible en los primeros años de gobierno
del Hugo Chávez, pero al devenir los años fue decayendo por las políticas
económicas implementadas por el actual gobierno.
La misión de la educación (en nuestro caso de la educación superior), la cual debe
ser la continuación de las etapas anteriores: pre-escolar, escolar o primaria y
secundaria. Es el desarrollo del individuo por un sistema intencional de medios hasta
el estado en que aquél pueda alcanzar autonómicamente su destino. Por tanto, y
conforme a toda experiencia sobre el destino humano, el último fin de toda educación
es el desarrollo de la afectividad, de la voluntad y de un mundo de ideas en el
individuo. Lo que la educación persigue Guillermo Dilthey lo denomina “ideal de
formación”, el cual debiera estar en relación con el ideal de la sociedad y en sintonía
con el ideal de vida de aquella generación que educa y del estado cultural de un
determinado pueblo.
La Base de la educación es la Ciencia que progresa. En tanto que ésta se halla
sometida a un conjunto de hechos, tiene lugar una modificación de la educación. Así,
en Latinoamérica, y en Venezuela en particular, estamos frente a nuestro “conjunto
de hechos”. También debemos considerar que la energía de la voluntad, el poder del
espíritu es intransmisible y acaba con la persona. Por esto ocurre que en el curso de la
historia, solo hay un elemento de progreso continuo e incesante, el avance de las
ciencias.
Está aceptado y así lo recoge Oppenheimer en sus publicaciones “Ya Basta de
Historias” y “Cuentos Chinos”, que el progreso científico está distribuido en el
mundo según la inversión en educación e investigación. Así vemos como la creación
de conocimiento científico y el registro de patentes, están concentrados en los
diferentes países de primer mundo y cómo a éstos, se han ido uniendo otros que
inicialmente no pertenecían a ese grupo creador, pero que entendieron el valor real
del trabajo y la creación de riqueza. Sin embargo, en los listados de países
productores de conocimiento científico y grandes registradores de patentes, no
figuran los países latinoamericanos. Una de las causas de este rezago podría a
responder a que Latinoamérica está centrada en la conmemoración de los respectivos
bicentenarios de su independencia de modo que en lugar de mirar hacia adelante, está
mirando por el retrovisor y esta particularidad de estar embelesados por el pasado,
según Oppenheimer, es notoria en Latinoamérica y no la ha observado en países con
culturas milenarias como por ejemplo, China.
Oppenheimer argumenta que los países latinoamericanos están demasiado
inmersos en una revisión constante de su historia, que los distrae de lo que debería ser
su principal prioridad: mejorar sus sistemas educativos. Sin poblaciones con altos
niveles de educación, la región no podrá competir en la nueva era de la economía del
conocimiento, donde los productos de alta tecnología, desde programas de software
hasta patentes de la industria farmacéutica, por decir algunos, se cotizan mucho más
en los mercados mundiales que las materias primas, o las manufacturas con poco
valor agregado. También acota la existencia de orgullo y conformidad, probables
atributos que pudieran estar impidiendo su despegue hacia la economía del
conocimiento.
Analizando la productividad de las universidades latinoamericanas, en términos
de creación de conocimiento, tampoco las encontramos en posiciones destacadas
debido a que la fortaleza de las instituciones de educación superior de América Latina
es la de repetir el conocimiento ya existente, más no la creación de conocimiento
nuevo, de modo que los países latinoamericanos brillan por su ausencia como fuente
de conocimiento científico y de registro de patentes. Y, si consideramos los premios
Nobel de la región, también estamos entre los últimos lugares, ya que ninguno para el
Nobel de Física, Argentina tiene dos en Fisiología/Medicina y uno en Química,
México uno en Química y Venezuela uno en Fisiología/Medicina. Si observamos el
otro extremo de estos galardones, EE.UU. acumula más de 80, seguido por Alemania
y el Reino Unido con más de 20 y Francia con 12.
Aunque la visión de la calidad desde el punto de vista de Andrés Oppenheimer
está enfocada en términos de productividad científica y patentes que conllevan a
crecimiento económico, JJ Brunner afirma que desde la perspectiva de los
estudiantes, la calidad de la educación superior se mide esencialmente de dos
maneras. Por un lado, por la riqueza de la experiencia formativa que ofrece el
programa y la institución elegida y, por otro, por las capacidades que los jóvenes
desarrollan durante los años de estudio y que, una vez graduados o titulados, les
permiten progresar en la vida; prosigue diciendo que calidad significa profesores
dedicados seria y profesionalmente a la enseñanza, comprometidos con sus alumnos a
los cuales dedican el tiempo necesario, docentes que se encuentran al día en los
avances de sus disciplinas y transmiten un sentido ético de las mismas y concluye que
la calidad incluye también la existencia de un currículo flexible, que facilite a cada
cual aprender de acuerdo a sus características personales y que entrega una visión del
mundo desde el conocimiento especializado; que enseña por tanto a razonar y a usar
las artes del oficio. Calidad de la experiencia significa también participar en un clima
cultural extraordinario, interesante, donde cada semestre se descubre algo nuevo de
uno mismo, de los demás y del mundo.
La calidad superior debe ser la meta de todo sistema educativo. En el contexto de
la globalización y de la sociedad del conocimiento, no hay espacio para la
mediocridad. En cuanto a la cantidad, este parámetro es más elástico debido a que
actualmente, en la educación superior se tiene una salida intermedia – el nivel de
técnico superior – que puede permitir el manejo de grandes cantidades de estudiantes
universitarios si la universidad recibe alumnos mejor formados desde las etapas
previas a la universitaria. Sin embargo, durante un periodo de transición se pueden
establecer cursos de nivelación, propedéuticos u otras estrategias para poder atender
la masificación de la población que desea cursas el tercer nivel. También se pudieran
ofrecer alternativas para los estudiantes que no llegan a identificarse con la carrera
elegida. El sistema debe tener la capacidad de ofrecer solución a las dificultades
presentadas por docentes y estudiantes.
En resumen: las características de los sistemas educativos de Latinoamérica
incluyendo a Venezuela, se pueden enunciar:
Baja inversión en educación en general.
Superpoblación de sus aulas (ingresan casi todos y egresan pocos).
Edificios deteriorados.
Carencia de laboratorios.
Equipos anticuados.
Materiales de instrucción obsoletos.
Insuficiente capacitación y dedicación de los profesores.
Profesores mal pagados.
Educación universitaria gratuita (subvención a la clase pudiente).
Poco interés en el manejo del idioma de la ciencia.
Las universidades son poco eficientes
Si deseamos mejorar la educación, la economía y la productividad, deberemos
invertir más en educación, ciencia y tecnología para tener una población capaz de
producir bienes industriales sofisticados, servicios y fabricar productos de la
economía del conocimiento.
Según informe de miembros de la casa más alta UCV, quienes realizaron una
reunión en el 2013 para analizar los periodos de gestión del Profesor Aristóbulo
Isturiz, dando como resultado lo siguiente:
Docentes señalan que hay más de cuatro millones de excluidos del sistema
escolar en medio de la vorágine electoral, el tema educativo se mantiene
latente en el marco de los programas electorales y de la gestión oficial.
Exclusión.
Corrupción.
Manipulación.
La centralización del sistema educativo, genero ineficiencia; lo que hizo que
apareciera mayor corrupción y exclusión no solo de niños en el sistema
escolar, sino también de profesionales en la educación que por méritos
pudieron haber optado por cargos mayores y, prefirieron jubilarlos que darles
la oportunidad de mejorar el sistema.
Isturiz “enterró la educación". Porque fueron jubilados 2 mil docentes, y la
mitad de los maestros y profesores actuales son interinos.
Según la UNESCO en su informe del 2012, indicaba que Venezuela era país libre
de analfabetismo, lo cual se debe aclarar. Hay que insistir en que es una "gran
falacia", pues nunca, y las "cifras oficiales así lo comprueban", se logró instruir a los
1,5 millones de venezolanos que indico el Ejecutivo.
Sin embargo, se cuestionó la "ligereza" en el manejo de los recursos públicos en
la Misión Samuel Robinson. "Estamos hablando de que se entregaron becas por 200
mil bolívares de los viejos a 1,5 millones de personas durante doce meses. Nunca se
rindió cuentas". Istúriz mantuvo un silencio sepulcral en el caso del maletín, durante
el cual los acusados señalaron que manejaron las finanzas y las colocaciones
financieras del Ministerio. "Respecto a este tema Istúriz manejó la quinta parte del
presupuesto nacional", y es cierto se gastó mucho dinero, pero no hubo ni hay
calidad educativa, pues se desmejoró la profesión docente con la figura de los
interinos; dando origen a "una pobre educación para los pobres" reflejada en las
misiones, las cuales no satisfacen los requerimientos de los jóvenes. "Los egresados
de la Misión Ribas no tienen la competitividad para ingresar a las universidades
autónomas. La única vía que les queda es la Bolivariana, donde no exigen requisitos".
En el periodo del Profesor los docentes experimentaron en escalada baja autoestima
ante las políticas públicas implementadas por el Ejecutivo, haciendo que muchos de
los mejores docentes emigraran del sector público y aun peor emigraran del país,
buscando mejoras económicas que si las reconocían otros entes y países.
Ya se refleja con fuerza la reaparición de la pobreza como uno de los problemas
sociales más lacerantes. En un país que a ojos de UNESCO siempre destacó por los
avances en la lucha contra el peor flagelo social, medido por las distancias que puede
haber entre el ingreso de las personas y comunidades (en dólares por día) y lo que
necesita la supervivencia medianamente digna. Quiere decir que la UNESCO
reconoce 463.509 (muy) pobres en el país para el año 2016, que quizás sea un
número inferior a otros que producen centros especializados de nuestro país, pero lo
que sí puede asegurarse es que la institución que ordena la información en el mundo
reconoce muchísima más pobreza que en otros tiempos, por ejemplo: cuando publicó
los Informes de Seguimiento de la Educación en el MUNDO entre el 2002 y el 2015.
Se privilegia entre tantos, este indicador de contexto de la Educación Nacional,
porque es el que con más claridad expresa la mentalidad UNESCO cuando informa
sobre el acontecer global. También porque en el caso venezolano es la variable de
contexto que con más fuerza califica medio físico y espiritual dentro del cual
transcurre la formación escolar.
Ciertamente hay avances en la inscripción en el sistema escolar pero nótese que
todavía falta mucho, 24,68% medido por inscripción bruta (sumatoria de inscritos sin
considerar edad escolar) y 26,05% apreciado como inscripción neta (restando la extra
edad) que puesto en cifras redondas puede rondar los 5 millones de personas que
deberían estar incluidos en el sistema y no lo están, entre los 0 y 18 años de edad tal
cual manda el 103 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1999.
Muy grave que el año 2007 el porcentaje de inscripción bruta (incluye extra
edad) en primaria, la más importantes de las opciones educativas para salir de la
pobreza con que cuentan las sociedades que luchan contra esa tragedia social, sea de
104,62 % en el 2007 y baje a 100% en el 2015. Cosa que no se debe a que haya
bajado la extra edad, es decir inscritos en primaria de menos de 6 o más de 11 años
de edad, sino a la severa contracción de la inscripción en primer grado y a la
persistencia de carencias en materia de prosecución, tal cual se demuestra en los
informes de seguimiento que se publican en manera de prospección de la dinámica
fundamental del sistema escolar Venezolano y bajo el título de La Educación.
Crece aparentemente bien la inscripción en educación media, según informa el
MPPE a UNESCO, pero preocupa los altos y bajos en esa información y la
persistencia de una enorme cantidad de jóvenes fuera del Sistema que se hace notar
para l año 2015.
La Educación Venezolana se debate en torno a una serie de problemas y
frustraciones que parecen no tener fin, donde se propone la necesidad de salvar la
figura del docente involucrándolo más hacia la búsqueda y la comprensión del
conocimiento y de su concientización real de su rol ante los avances en ciencia y
tecnología para aplicarlos en bienestar de la sociedad de forma crítica y contundente,
La tecnología educativa no sólo reposa en la aplicación de técnicas, métodos y
recursos para la enseñanza de los jóvenes, sino también ser objeto de crítica y de
constante reflexión para poder llegar al fin cometido: la creación de un hombre nuevo
capaz de producir, con habilidades que la sociedad moderna demanda basándose en la
transmisión de conocimientos y los cuatro pilares; aprender convivir, aprender a
conocer, aprender hacer y aprender a ser, cada una es esencial para la formación
integral de los educandos.