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Reflexiones
sobre el discurso
del desarrollo
en América Latina
Thoughts on the discourse of
development in Latin-America
Resumen
El discurso del desarrollo ha sido sujeto del cambio político, económico y social de
los últimos 70 años. Con la incursión de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación se han incrementado las percepciones y acepciones de un modo ideal
de desarrollo, ahora vinculadas directamente con el interés de la sostenibilidad y la
promoción de la democracia como modelo político imperante. El desarrollo continúa
y continuará siendo el paradigma ideológico para plantear políticas públicas en todo el
mundo, pasando por encima de los modelos políticos más o menos democráticos, tal
como lo demuestra la evidencia histórica. Es un concepto mediado por el poder, por
intereses y por premisas de comportamiento sociopolítico, que tiene tanto de ancho
como lenguajes disponibles para interpretarlo.
Palabras clave:
Desarrollo; América Latina; tecnologías de la comunicación; desarrollo sustentable;
teoría política.
Abstract
The discourse of development has been linked to political, economic and social change
of the last 70 years. With the appearing of Information and Communication Tech-
nologies, the number of perceptions of an ideal way of development has increased,
which are now directly linked to the interest of sustainability and the advertising of
democracy. Development continues, and will continue, to be the ideological paradigm
to suggest the public policies around the world, ignoring all the so-called democratic
models, as it is evidenced by history. It is a concept dependent on the power, interests
and socio-political behavioral premises, which are as wide as the available languages to
interpret such a concept.
Key words:
Development; Latin-America, communication technology, sustainable development,
political theory.
Introducción
El desarrollo es el concepto político, económico y social, con el cual se ha carac-
terizado a las sociedades en todo el mundo, desde el fin de la Segunda Guerra
Mundial. El tipo ideal del desarrollo es que con él se ha estructurado un orden
mundial nuevo que tiene a Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, como los
modelos que se han de seguir en política social por parte de los demás países que
han tenido un crecimiento económico e industrial alto y que ha permitido altos
niveles de calidad de vida de sus pobladores. Ese tipo ideal ha fracasado en las
últimas dos décadas: la promesa de una irrigación de la riqueza desde los ricos a
los pobres se incumplió por problemas estructurales en la institucionalización del
capitalismo y la globalización.
Este artículo hace parte del proyecto de investigación “Análisis crítico del dis-
curso del desarrollo: Antioquia en la web 2.0”, del grupo de investigación Co-
municación digital y discurso académico, de la Fundación Universitaria Católica
del Norte. El objetivo de este proyecto es analizar críticamente el discurso del
desarrollo en los medios electrónicos que se usan en Antioquia. La primera parte
del proyecto es este artículo, que consiste, precisamente, en dejar las bases teóricas
actuales, comprender que es un concepto en permanente cambio y que merece
una actualización desde todos los puntos de vista disciplinar. En este artículo el
foco es la comunicación digital enlazada con la ciencia política.
La investigación crítica del discurso parte del concepto de análisis crítico. Un aná-
lisis crítico tiene como objetivo fundamental evidenciar, a través del análisis del
discurso, problemas sociales y políticos. No es nuestro interés ocuparnos de apli-
car un modelo o una teoría o validar un paradigma, nuestro interés es evidenciar
los problemas sociales como el poder y la desigualdad a través del discurso. (…)
Considero que es mucho más importante analizar problemas, como el racismo, la
desigualdad, el gobierno y la autoridad, las ideologías; problemas que pueden pa-
recer muy pragmáticos pero que son igualmente teóricos. (Van Dijk, 1994, p. 2)
Con el interés de evidenciar las carencias del desarrollo como concepto eco-
nómico y político, aparece la intención de proponer aquellos nuevos paradigmas
teóricos que están modificando la agenda política y el discurso de las instituciones
públicas y privadas, especialmente en América Latina. De esa forma, posterior-
mente, se aborda el desarrollo como concepto en perspectiva histórica, para com-
prender el desarrollo sostenible como discurso que está determinando el nuevo
rumbo de las políticas públicas en materia social y económica.
El artículo busca actualizar el estado del arte del discurso del desarrollo en
América Latina, y tuvo como metodología el análisis de bibliografía publicada en
bases de datos reconocidas por Colciencias. Se tuvieron en cuenta textos escritos
desde 2005, pero sólo publicados desde 2007. La amplitud de la muestra respon-
de a la necesidad de encontrar la más amplia gama de estudios e interpretaciones
sobre el fenómeno social y político del desarrollo en la región latinoamericana.
En la comunidad que estudia las ciencias sociales existe cierto cansancio con
las posturas clásicas, realistas, empiristas y racionalistas. A partir de ese cansancio
aparecen las lecturas posmodernistas, o de la posmodernidad1, que son llamadas
con más precisión “teorías críticas”. La particularidad de estas lecturas de la rea-
lidad es que parten de la versión de “los oprimidos”, o los que históricamente
habían quedado por fuera de los relatos sobre la política y la economía. En esos es-
pacios aparecen las nuevas lecturas del desarrollo, versiones críticas a la economía
clásica y al modelo de desarrollo impuesto por las potencias occidentales después
de la Segunda Guerra Mundial.
1 Giddens sostiene que no hay una posmodernidad sino que se viven unos efectos finales de la
modernidad.
ambiente. Ello ha permitido afianzar cada vez más la creencia de que el hombre
es dueño de su propio destino y que su suerte depende cada vez menos de fuerzas
aleatorias o misteriosas.
Para que esto ocurriera fue necesario el estallido de múltiples conflictos so-
ciopolíticos en todo el mundo que llevaron a la humanidad -ante la caída en el
2 Entiéndase por nuevos líderes la mención hecha por la empresa calificadora de riesgo fi-
nanciero Goldman Sachs a Brasil, Rusia, India y China -BRIC-, países que tienen condiciones
geoestratégicas y económicas suficientes para determinar el rumbo de la economía mundial.
(...) toda realidad significativa existe para nosotros por el hecho de que la hagamos
significativa, o por el hecho de que nuestros antepasados o nuestros vecinos le ha-
yan asignado algún significado que todavía resulta importante para nosotros (...),
todo aquello a lo que asignamos un significado es real para nosotros de una cierta
manera debido a que existe un cuándo y cómo para el significado que presenta a
nuestros ojos. (Jäger, 2001, p. 74)
Las condiciones de vida de los habitantes han sido catalogadas por organi-
zaciones de diverso tipo, desde la administración pública hasta las asociaciones
comunitarias, con epítetos históricos significativos, ligados al discurso del desa-
rrollo. La “realidad significativa” que ha sido transmitida generación tras genera-
ción, desde los periodos de industrialización y urbanización en la segunda mitad
del siglo XX, se han enfocado en el Producto Interno Bruto3 y tiene que ver con
la forma como evolucionaron socialmente alrededor de conceptos como pobreza
y exclusión. Esto se ha reproducido sistemáticamente en los medios de comunica-
ción como el tema de principal interés. De esa manera el significado de territorio
está ligado íntimamente con los discursos que han implicado la generación de un
tipo particular de discurso del desarrollo impuesto por los más beneficiados del
crecimiento económico.
Pero en esta situación resulta pertinente hacer la pregunta sobre el fin último
del análisis crítico del discurso del desarrollo: apoyados en Van Dijk puede afir-
3 “(...) al iniciarse el siglo XXI el evidente fracaso en América Latina de la economía basada en el
mercado autorregulado trajo de nueva cuenta a la agenda nacional e internacional los proble-
mas del desarrollo, aunque ahora se pone en duda si reducirlo exclusivamente al crecimiento
del PIBpc sea suficiente para permitir a nuestras naciones superar su condición dependiente
y subdesarrollada (...)”. (Ornelas, 2012).
Por “lo discursivo” no entiendo nada que en un sentido estricto se relacione con
los textos, sino el conjunto de los fenómenos de la producción societal de signifi-
cado sobre el que, como tal, se basa una sociedad. La cuestión no es que conside-
remos que lo discursivo es un plano o una dimensión de lo social, sino que es algo
que tiene el mismo significado que lo social como tal (...), por consiguiente, lo no
discursivo no es lo opuesto de lo discursivo, como si tuviésemos que vérnoslas con
dos planos diferentes, porque no hay nada societal que se encuentre determinado
al margen de lo discursivo. La historia y la sociedad son por consiguiente un texto
inacabado. (Laclau, 1981, p. 176, citado por Jäger, 2001, p. 74)
(...) Los discursos ejercen el poder porque transportan un saber con el que se nutre
la conciencia colectiva e individual. Este conocimiento emergente es la base de la
acción individual y colectiva, así como el fundamento de la acción formativa que
moldea la realidad. (Jäger, 2001, p. 69)
4 “Los discursos no son fenómenos que tengan una existencia independiente. Constituyen ele-
mentos -y son el requisito previo- de la existencia de los llamados dispositivos. Un dispositivo
es el contexto, en constante evolución, de elementos de conocimiento contenidos en el habla
y en el pensamiento -en la acción y en la materialización-. Para visualizar el concepto de dis-
positivo en forma de figura, imaginemos un triángulo, o mejor, un círculo que vaya rotando
con el transcurso del tiempo (historia) y que posea tres “puntos centrales de tránsito, o esta-
ciones de tránsito”. Estos puntos son los siguientes:
Las prácticas discursivas que vehiculan el conocimiento primario.
Las acciones, entendidas como prácticas no discursivas, que son elementos en que, en cual-
quier caso, vehiculan conocimiento, que se ven precedidos de conocimiento y que están
constantemente acompañados de conocimiento.
Las manifestaciones y las materializaciones que representan las materializaciones de las prác-
ticas discursivas realizadas a través de prácticas no discursivas, razón por la cual la existencia
de manifestaciones (“objetos”) sobrevive únicamente gracias a las prácticas discursivas y no
discursivas (...)”. (Jäger, 2001, pp. 96-97).
El discurso sociohistórico del desarrollo estuvo forzado por una tensión fuerte
entre la teoría y la realidad histórica. En la década de 1980 el mundo atendió ató-
nitamente una crisis casi absoluta del modelo neoliberal basado en la acumulación
de excedentes. Con esto se debilitó el Estado de Bienestar que entendía al individuo
como una persona libre pero protegida y se pasó a un nuevo Estado que comprendía
al hombre como una carga que debía solventar. Técnicamente esa nueva concepción
de individuo se analizó desde la economía con el epíteto de las Necesidades Básicas
Insatisfechas. Como se ha mencionado, estos cambios estructurales en las políticas
públicas estuvieron reforzados desde el poder simbólico y comunicacional de los me-
dios de comunicación, en su mayoría, cercanos al Estado. Era evidente La univocidad
en la interpretación del ser humano para la sociedad. De la misma forma, aparecen
otras versiones del desarrollo, como el humano según Amartya Sen y el sustentable.
5 Las características de la teoría neoclásica, que edificaron el moderno discurso neoliberal han
sido: los neoclásicos, Withman Rostow y las etapas del desarrollo - tendencia evolucionista: 1.
La sociedad tradicional - agricultura - América Latina, 2. El establecimiento a las condiciones
previas al impulso inicial, 3. El despegue - Sudeste Asiático - Corea - Singapur - Brasil - México,
4. El camino a la madurez, 5.La etapa de consumo de masas; (Gutiérrez & González, 2010: 29).
6 La promesa del capitalismo permaneció en el tiempo cobijada por las élites políticas en los
países pobres. Esa pobreza estaba cargada de un significado lógico, sensiblemente legítimo
frente a otros modelos como el socialista que evidenciaba fracasos en la mayor parte de
sistemas políticos donde fue implantado: “La clave del proceso es el uso que se hace de la
plusvalía capitalista. En la medida en que se reinvierte, creándose nuevo capital, el sector
capitalista se expande absorbiendo mayor cantidad de personas procedentes del sector de
subsistencia, en el sector de empleo capitalista. La plusvalía se hace entonces más amplia y la
formación de capital, también; este proceso continúa hasta que desaparezca el excedente de
mano de obra” (1960, p. 640); es decir, hasta que la economía de subsistencia sea reabsorbida
por la economía capitalista. (Gutiérrez & González, 2010, p. 27).
(...) en las formulaciones teóricas sobre el desarrollo hasta los años setenta, el me-
dio ambiente fue reducido a la condición de materia prima de los procesos pro-
ductivos; esto es, como recurso natural, como base material del proceso de desa-
rrollo, sin que también esta sustantiva función derivara, al menos al principio, en
políticas de uso racional y de conservación pensando en el largo plazo. (Gutiérrez
& González, 2010, p. 23)
Este nuevo escenario estaba enmarcado, ni más ni menos que en una nueva
concepción del desarrollo. La adaptación de esa concepción ha sufrido variacio-
nes sustanciales, y aunque se comprende como políticamente viable, es económi-
camente inviable con respecto a los intereses de los capitalistas y a las necesidades
de un mundo más urgido de alimentos y de energía. Pero más allá de ello, la
continuidad del modelo consumista y el incremento de la población mundial
con capacidad adquisitiva, han hecho aún más incompatible el consenso sobre
la protección del medio ambiente, con la realidad de contaminación creciente en
ciudades cada vez más densamente pobladas.
En forma paralela a este proceso de construcción de las teorías del desarrollo co-
menzaban a expresarse un conjunto de preocupaciones sociales por la destruc-
ción del medio ambiente, tanto a consecuencia del conflicto bélico, como por los
procesos de industrialización que cobraban dimensiones inéditas. Surgían así los
primeros elementos de lo que después constituiría una teoría política verde que
tendría repercusiones en los más diversos ámbitos, desde los epistemológicos hasta
los estratégicos. En efecto, la aparición de los temas ambientales en la esfera públi-
En Río, (en 1992), 172 gobiernos, incluidos 108 Jefes de Estado y de Gobierno,
aprobaron tres grandes acuerdos que habrían de regir la labor futura: el Programa
21, un plan de acción mundial para promover el desarrollo sostenible; la Declara-
ción de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, un conjunto de principios
en los que se definían los derechos civiles y obligaciones de los Estados, y una
Declaración de principios relativos a los bosques, serie de directrices para la orde-
nación más sostenible de los bosques en el mundo.
La Declaración de los principios para la ordenación sostenible de los bosques,
que no tiene fuerza jurídica obligatoria, constituyó el “primer consenso mundial”
sobre la cuestión. En la Declaración se dispone, fundamentalmente, que todos los
países, en especial los países desarrollados, deberían esforzarse por reverdecer la
Tierra mediante la reforestación y la conservación forestal; que los Estados tienen
derecho a desarrollar sus bosques conforme a sus necesidades socioeconómicas, y
que deben aportarse a los países en desarrollo recursos financieros destinados con-
cretamente a establecer programas de conservación forestal con miras a promover
una política económica y social de sustitución. (ONU, 1997)9
En este punto es necesario hacer una reflexión sobre las características del ac-
tual escenario global y los actores que participan de la manufactura del consenso
sobre el desarrollo sustentable. El nuevo escenario internacional, caracterizado
por la interdependencia entre el conjunto de nuevas potencias, demuestra la via-
bilidad del capitalismo, de la globalización y de la sustentabilidad. La evidencia
empírica demuestra que para las potencias emergentes (BRIC)10, el asunto del
9 Tomado de documento en línea: “Cumbre para la tierra +5”, 1997, disponible en: http://www.
un.org/spanish/conferences/cumbre&5.htm
10 “La sigla BRIC representa a los cuatro mayores países emergentes: Brasil, Rusia, India y China.
El término surge a partir de un informe realizado en 2001 por Goldman Sachs (uno de los gru-
pos de inversión más grandes del mundo), que sugería que estas cuatros economías podrían
superar en el futuro a las principales de Occidente. Según este informe, para el año 2050, so-
lamente dos economías: EE.UU. y Japón, superarían al grupo BRIC. Estos cuatro países suman
la mitad de la población mundial, el 23% del PBI del mundo y más del 40% de la superficie del
planeta” (Corvalán, Del Barco, Del Barco, 2012).
Pero, antes de pensar que está en declive, –en palabras de Kuhn–, “está siendo
sometido a las erosiones de las pruebas, de las verificaciones empíricas, que des-
cubren carencias y debilidades e inician el período de asalto por parte de quienes
buscan el liderazgo en el sistema” (1962), fenómenos internacionales como Bra-
sil, Rusia, India y China –BRICs– y la sociedad civil de la mano del discurso de
la sustentabilidad, demuestran que la modernidad y la globalización están en el
punto más alto y dinámico de intercambios materiales, simbólicos y discursivos
entre sociedades de todo el mundo.
sarrollo que permite agregar el interés por el medio ambiente con el crecimiento
económico. Según Patricia Salcedo:
Conclusión
El desarrollo es un legitimador político de Estados, individuos y de la sociedad
en general. El primero lo toma como el término obligado para la implantación
de políticas públicas de todos los órdenes. No obstante, ya no lo puede hacer de
forma deliberada, debe escuchar a los ciudadanos sus impresiones sobre el tipo
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