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FISIOLOGÍA DE LOS REGISTROS VOCALES

Christopher Fuentes Aracena


Fonoaudiólogo
HISTORIA
El tema de los registros vocales es un tópico generalmente desconocido y que a lo largo de la historia
ha adquirido decenas de orientaciones a causa de las diversas disciplinas que lo utilizan y manejan.

El primero en referirse al tema fue Manuel García II (1847), quien dijo que la voz humana se encuentra
compuesta por tres tipos de registros: el de contrabajo, pecho y cabeza-falsete. Este autor define a los
registros como el conjunto de tonos consecutivos que van del grave al agudo y que se producen por el
mismo mecanismo. Todos los tonos pertenecientes a un determinado registro presentan la misma na-
turaleza cualesquiera sean las modificaciones de timbre que se realicen con ellos (1). Basándose en
sus observaciones y en la precaria instrumentación de la época, García demostró que el registro de
falsete y el de cabeza correspondían al mismo mecanismo laríngeo y lo que los diferenciaba era su ca-
racterística timbrística.

Gracias a la evolución de las técnicas e instrumentos que se utilizan para explorar el funcionamiento
cordal, en el año 1880 Emil Behnke –utilizando la definición de García– reconoce tres grandes formas
de comportamiento de las cuerdas vocales (2):

- Durante la realización de tonos graves, la cuerda vocal vibra en su completo espesor.


- En la ejecución de tonos medios, la cuerda vocal vibra solamente con sus bordes interiores.
- Durante la realización de tonos agudos, la glotis presenta una parte firme y cerrada y otra que
vibra.

Hirano, Vennard y Ohala en el año 1970, ̶ utilizando la electromiografía ̶ describieron la actividad


muscular en los distintos tipos de emisiones. Ellos encontraron que el músculo vocal es esencial durante
la regulación de los registros y que su actividad es marcada en los sonidos graves y decrece a medida
las emisiones son más agudas.

En el 1974, Hirano propone la teoría “cuerpo cubierta” de las cuerdas vocales. En base a ésta, la
cuerda vocal se compone de tres grandes estructuras que se denominan cubierta, transición y cuerpo
(cada una de ellas presenta una funcionalidad y mecánica determinada).

Gracias a la mecánica de cada una de las capas, Hirano propone tres grandes registros (3) (4): fry o
frito, modal y ligero o falsete.

Harry Hollien, en el año 1974, utilizó una nueva definición y clasificación para los registros, la cual ha
sido aceptada hasta la actualidad. Hollien explica que los registros vocales corresponden a eventos
netamente laríngeos y que se caracterizan por estar compuestos por aquellas frecuencias que pueden
ser producidas con una cualidad vocal casi idéntica. Independiente de lo anterior, cada registro puede
ser definido de manera operacional según las características perceptuales, acústicas, fisiológicas y ae-
rodinámicas que presenta la emisión (5).
Hollien considera la existencia de tres registros:

- Pulso, que incluye fry o frito.


- Modal que contiene al de pecho y cabeza (según características perceptuales y acústicas).
- Loft que es equivalente al falsete.

De forma adicional hace alusión al registro de silbido o whistle, el cual no lo incluye en la clasificación
por la carencia de investigaciones y experiencias empíricas sobre el tema.

Los límites tonales de cada registro han sido propuestos por múltiples autores. Sin embargo éstos no
son más que teóricos, ya que en cada persona dependerán de su nivel de trabajo, manejo y entrena-
miento vocal que presente. En base a esto, se ha visto que en cantantes con una ejercitación vocal
prolongada, estos límites son más amplios y cada registro abarca una mayor cantidad de notas.

LOS REGISTROS VOCALES

La breve revisión histórica que anteriormente se exhibió nos demuestra que el tema de los registros
sigue siendo complejo y difícil de comprender por la gran diversidad de definiciones y clasificaciones.
Algunos autores indican que estas confusiones nacen por las herramientas de observación de las épo-
cas en que se realizan las clasificaciones y por los sujetos que se utilizan como muestras para dichas
tareas. El grado de entrenamiento que éstos presentan puede incidir en el timbre con que se escucha
la emisión y dar la idea de un mecanismo laríngeo nuevo (tabla 1).

Actualmente, un término tan popular como “registro modal” ya ha recibido muchas críticas por parte
de autores como Titze, debido a lo ambiguo que resulta al no diferenciar los distintos modos de vibración
que existen en las cuerdas vocales (7). La hipótesis de resonancia subglótica pareciera apoyar esta
afirmación y el hecho de como la onda estacionaria que viaja desde la tráquea hacia las cuerdas vocales
en los tonos graves pareciera darle menos credibilidad al concepto “registro modal” (8).

Por factores como el anterior, es que en la actualidad una serie de autores donde se encuentran Rou-
beau, Henrich & Castellengo (9); Salomao & Sundberg (10) y Yan & Cols. (11), apoyan la clasificación
de los registros mediante el nombre “mecanismos laríngeos” o “mecanismo” (M), de esta forma se en-
cuentra un mecanismo laríngeo 0, 1, 2, 3 –M0, M1, M2, M3; respectivamente–. Esta clasificación si
bien es nueva y casi desconocida, pareciera darle cabida a todos los nombres que se le han dado a
los registros a lo largo de la historia (tabla 2).

En esta nueva clasificación, M0 corresponde a lo que se conoce como frito, M1 es modal, M2 es loft
y M3 es silbido. Este último se ha clasificado como registro o como extensión del loft. Existen posturas
que indican que es un registro ya que su actividad difiere al loft.
Para autores como Behrman (12) y Walker (13), su actividad se debe a una gran rigidez de la cubierta,
donde las cuerdas vocales adquieren una postura de “Y”. Mientras que existen otras posturas que ex-
plican que la actividad cordal es similar a la que existe en el loft, con la diferencia que el tracto vocal
se acorta y estrecha en su porción inferior con la finalidad de aumentar la energía el primer formante,
principalmente cuando la frecuencia fundamental supera al Mi6 (14).

Tabla 2. Clasificación de los distintos registros que se han conocido dentro del concepto “Mecanismo laríngeo o mecanismo (M)”.

REGISTRO DE puLSO O FRy

Según Hollien (1974), este registro se genera al producir frecuencias bajo los 50-70 Hz (15). Su nom-
bre se debe a que durante su emisión da la impresión de escuchar los ciclos de las cuerdas vocales
como si fueran pulsos.

Biomecánica según las capas de las cuerdas vocales

Se manejan dos teorías con respecto a la actividad de las capas en


este registro:

- La primera indica que tanto el cuerpo, la transición y la cubierta


permanecen laxas (16) y relajadas; lo que se relaciona con un amplio
contacto vertical de las cuerdas vocales y por ende; una prolongada
fase de cierre (4) y así lograr una voz que aparente a un constante
crujido.

- La segunda indica que el cuerpo se encuentra completamente


en contracción y así cambiar la configuración en la distribución de
masa de las cuerdas vocales (17) (18). En paralelo, tanto la transición Imagen 1. Comportamiento de las capas en
como la cubierta, estarían con un grado de actividad mínimo. el registro fry. Se observa una gran actividad
en el cuerpo y una prolongada fase de cie-
rre.
Tabla 1. Cuadro resumen con las diversas clasificaciones de registros existentes en la historia, desde 1840 hasta la actualidad (9).
Actividad muscular

La investigación de la actividad muscular para este registro es escasa y dista bastante de arrojar re-
sultados concluyentes.

Hirano (16), en base al estudio electromiográfico de la laringe de un sujeto sin entrenamiento vocal,
llegó a la conclusión que la actividad muscular en este registro es baja. Hirano observó que:

- Tanto los músculos tiroaritenoideos, como los interaritenoideos presentaron contracciones me-
nores y que las del primero no diferían mucho a las experimentadas en la gama tonal más baja del re-
gistro modal.
- Durante esta investigación, el sujeto utilizado como muestra, presentó signos de compresión
lateral; la que se cree consecuencia de la actividad del constrictor inferior de la faringe.
- La actividad del cricotiroideo es mínima, debido a la apariencia laxa de la cuerda vocal.

Imagen 2. Cuerdas vocales masculinas realizando una emisión de 60 Hz. Registro de pulso.

En la actualidad, múltiples autores coinciden en que este tipo de registro se produce por una con-
tracción exacerbada del músculo tiroaritenoideo (17) (18). Con esto, las cuerdas vocales adquieren
mayor espesor y su unión en la línea media se hace con más fuerza y tiempo. Lo anterior disminuye
la cantidad de ciclos por segundo y por ende, la frecuencia fundamental.

El mayor espesor que adquieren las cuerdas vocales afecta directamente la cantidad de presión sub-
glótica que se necesita para separarlas. Murry postula que el mínimo valor para iniciar una emisión en
fry oscila entre los 8.0 y 11.0 cm de H2O (19).

El músculo tiroaritenoideo está compuesto principalmente por fibras tipo II (20), cuya distribución ha
sido discutida en múltiples investigaciones; Rodeño & Cols postulan que presenta un 44.16% de fibras
tipo I y 55.84% de fibras tipo II (21); mientras que para Sadeh & Cols. la cantidad de fibras rápidas su-
pera el 60% (22).
El hecho que éste sea un músculo principalmente fásico nos da múltiples ideas de su funcionamiento:

1. La contracción de sus fibras tipo I, le da mayor resistencia y tensión al cuerpo de la cuerda vocal
mientras se realiza cada ciclo (23).

2. La contracción de sus fibras tipo II, favorece y mantiene por mayor tiempo el cierre cordal durante
cada ciclo (23).

3. El tiroaritenoideo es un músculo altamente fatigable: con escaso o nulo entrenamiento vocal la


emisión de este tipo de registro conllevará al reclutamiento de todos aquellos músculos que favorezcan
el cierre cordal y así ocasionar un estado de hiperfunción laríngea. Hecho que observó Hirano en aquel
sujeto sin ejercitación vocal previa (16).

4. Este músculo puede generar una gran fuerza, pero en escasos períodos de tiempo: las emisiones
con este tipo de registro deben ser breves y así evitar la fatiga propia de este tipo de fibras.

REGISTRO MODAL

Hollien menciona que este registro se da en aquellas frecuencias propias del habla cotidiana. Los
hombres tendrían un rango entre los 75 y 500 Hz y las mujeres entre los 130 y 750 Hz (24).

Biomecánica según las capas de las cuerdas vocales

Según Hirano (16), para la realización de este registro el cuerpo se debe encontrar mucho más rígido
que la cubierta y la transición. En estas dos últimas, son las fibras elásticas del ligamento vocal quienes
se oponen a su estiramiento y por ende las mantienen relativamente flexibles.

Este autor divide al registro modal en: de pecho –para los tonos más graves–, medio –para los tonos
medios y propios del habla– y de cabeza –para los tonos agudos que no son falsete– (4). A medida se
asciende en la escala musical, la actividad del cuerpo se reduce hasta llegar a su grado mínimo; el
cual no significa ausencia de ella.

Imagen 3. Actividad por capas en el registro modal. Se observa mayor rigidez del cuerpo y menor en la cubierta. El contacto entre las cuer-
das vocales es completo (no aparece en la imagen) y la fase cerrada es menos prolongada que en el registro de frito o fry.
Actividad muscular

La investigación sobre este ámbito ha evolucionado rápidamente en el transcurso de las décadas.


Hirano, mediante estudios electromiográficos, encontró actividad de todos los músculos intrínsecos de
la laringe durante la realización de emisiones con este tipo de registro (16) (25) , postulando lo si-
guiente:

1. Durante la realización de tonos de pecho, medios y cabeza el músculo tiroaritenoideo va dismi-


nuyendo su actividad a medida se asciende en la escala musical.

2. Los músculos cricoaritenoideos posteriores son activados durante la realización de las frecuen-
cias más agudas, para así fijar los cartílagos ariteonoides ante la actividad del músculo cricotiroideo.

3. Los interaritenoideos, cricoaritenoideos laterales y tiroaritenoideos actúan paralelamente evi-


tando la abducción de las cuerdas vocales debido a la contracción que ejerce el cricotiroideo.

- El cricoaritenoideo lateral tiene una función bastante importante en esta actividad, ya que mueve
los procesos vocales de los cartílagos aritenoides hacia delante y así contrarrestar esta tendencia.

- El tiroaritenoideo se mantiene activo para darle masa a las cuerdas vocales y espesor a las
cuerdas vocales.

4. La actividad de estos tres músculos se realiza para asegurar un adecuado cierre glotal y así es-
tablecer una onda mucosa bien definida.

5. Los músculos cricotiroideos tensan y elongan las cuerdas vocales y se activan para ayudar a
producir el aumento en la frecuencia.

En la actualidad y gracias a la adaptación de la mecánica cordal al modelo de masa-resorte, se ha


llegado a plantear que la actividad muscular en este tipo de registro se relaciona con la sinergia entre
el cricotiroideo y tiroaritenoideo.

Imagen 4. Cuerdas vocales femeninas realizando una emisión de 240 Hz. Registro modal.
More & Berke (1988) observaron que cuando la frecuencia fundamental se eleva en el registro modal
existe una contracción moderada del músculo tiroaritenoideo. Estos estudios fueron corroborados por
Titze (1994), tanto en voz hablada como cantada. Para estos autores, cuando se incrementa la activi-
dad del músculo vocal, el cuerpo de las cuerdas vocales se vuelve más rígido y su borde libre se hace
más delgado; aumentando así la frecuencia fundamental con que se produce la vibración (26).

La diferencia entre la contracción realizada por el tiroaritenoideo en el registro modal y de pulso, es


que en éste último es prácticamente máxima; provocando que el músculo aumente su masa y su vi-
bración sea más lenta.

Hirano y más tarde Titze demostraron que cuando el músculo cricotiroideo se contrae, la cubierta de
las cuerdas vocales se hace rígida; su tensión aumenta y con esto se eleva la frecuencia fundamen-
tal.

En base a estas investigaciones podemos afirmar que la realización del registro modal y de sus dis-
tintas frecuencias se relacionará con el grado de tensión o rigidez y al espesor que exista en las cuerdas
vocales, las cuales se encontrarán ligados a la actividad de los músculos cricotiroideos y tiroaritenoi-
deos (27); de esta manera:

- Cuando la contracción del tiroaritenoideo es mayor a la del cricotiroideo, la frecuencia tenderá


a disminuir; debido a que aumenta el espesor de las cuerdas vocales.

- Cuando la contracción del cricotiroideo es mayor a la del tiroaritenoideo, la frecuencia tenderá


a subir; debido a que aumenta la rigidez y tensión de la cubierta de las cuerdas vocales.

- Cuando el cricotiroideo y el tiroaritenoideo se contraen simultáneamente, la cuerda aumenta la


rigidez de la cubierta y del cuerpo produciendo un aumento notorio en la frecuencia fundamental.

Con cada contracción del cricotiroideo, el músculo tiroaritenoideo recibe tensiones que se relaciona-
rán con su estado de estrés, lo cual será explicado en profundidad en el apartado de “transiciones en
los registros”.

Entonces, de esta manera se producirían los ascensos y descensos de frecuencias en el registro


modal e incluso en la extensión tonal de cada sujeto.

Tabla 3. Cuadro resumen del trabajo muscular durante el registro modal.


Imagen 5. Representación esquemática de la vibración cordal en el registro modal.
REGISTRO LOFT

Según Hollien, se trata del registro más agudo existente en la voz humana y se generaría desde los
157 a 795 Hz para hombres y 210 a 1792 Hz para mujeres.

Biomecánica según las capas de las cuerdas vocales

Para la generación de este registro, la actividad es mínima en el cuerpo de la cuerda vocal y aumenta
a medida se acerca a la cubierta; donde suele ser prácticamente total. Esto genera que la mucosa cor-
dal se encuentre rígida durante la producción de estos sonidos.

Imagen 6. Actividad por capas en el falsete. Se observa un cuerpo más relajado con el registro modal y una cubierta más tensa. por acción
de los cricotiroideos las cuerdas vocales no logran un contacto completo entre ellas.

Actividad muscular

Hirano (16) demostró que durante la producción de este registro existe una mínima actividad en el
músculo tiroaritenoideo y por ende el cuerpo de la cuerda vocal se observa prácticamente relajado. La
rigidez se da principalmente en la cubierta, gracias a la actividad del músculo cricotiroideo, quien le da
una apariencia delgada y elongada a la cuerda vocal.

La rigidez que genera la contracción del cricotiroideo no logra transmitirse hacia el cuerpo de las
cuerdas vocales, como sucede en el registro modal. Esto se debe a que el ligamento vocal se tensa
se tal manera que actúa como un receptáculo de fuerzas que favorecen el estado de relajación del
músculo tiroaritenoideo (26).

Durante la producción de este registro se ha observado que la fase de cierre glótico es mucho menor
a la que se da en los otros registros, lo cual puede ser explicado por la ausencia de contracción de los
músculos que provoquen la aducción de las cuerdas vocales.
Imagen 7. Cuerdas vocales femeninas realizando una emisión de 650 Hz. Registro loft.

Imagen 8. Representación esquemática de la vibración cordal en registro loft..


REGISTRO DE SILBIDO

Corresponde a aquella configuración que adopta la laringe para realizar frecuencias que sobrepasan
los 2500 Hz (28).

Su estudio se ha convertido en un campo de múltiples hipótesis y conjeturas para los investigadores


ligados al área de la voz. Para algunos autores éste corresponde a un real registro y le describen ac-
tividad de la musculatura cordal, mientras que para otros no se trata más que la adquisición de una
determinada configuración glótica para interceptar el aire.

Bastian (29), quien lo describe como un registro, explica que para su realización debe existir una
total relajación del músculo tiroaritenoideo y una contracción máxima del cricotiroideo. A pesar de lo
anterior, este autor explica que existe un mecanismo desconocido que lleva a que la mitad posterior
de glotis aparezca sin actividad, mientras que la anterior se encuentra vibrando. Henrich (6), explica
que durante su producción las cuerdas vocales se alargan y adelgazan, dan una apariencia de tensión
máxima y su amplitud oscilatoria se reduce a su máxima expresión.

Walker (13) y Behrman (12), mencionan que este no se trata de un registro sino de una conformación
glótica durante la vibración cordal. Se han descrito dos principales configuraciones durante la realiza-
ción de estas emisiones (12):

- En la primera, las cuerdas vocales simulan la forma de una “Y”; donde la parte anterior se en-
cuentra aducida, mientras que la posterior está completamente abducida.
- En la segunda, las cuerdas vocales adquieren la forma de una “V”; donde la porción anterior se
encuentra aducida y la posterior está en abducción.

Debido a lo anterior, este tipo de sonidos se caracterizan por ir acompañados de un gran componente
aéreo. Esto, además, explica la razón del alto flujo de aire que se necesita para su producción y así
compensar el aire que se escapa en la abducción.

Imagen 9. Configuración en “y” de las cuerdas vocales en la realización del registro de silbido.
TRAnSICIOnES EnTRE LOS REGISTROS

Este fenómeno hace alusión al cambio o paso de un registro y otro. Se da en todos los sujetos –sin
importar su entrenamiento–.

Mediante estudios electromiográficos en hombres y mujeres con y sin entrenamiento vocal, Hirano
(16) (30) estudió la actividad de los músculos cricotiroideo, cricoaritenoideo lateral y tiroaritenoideo en
la realización de los registros modal –pecho y cabeza– y falsete; donde se observó lo siguiente:

1. Cuando las emisiones se hacían a través de los registros, la única que tuvo cambios significa-
tivos fue la del tiroaritenoideo (cuerpo de la cuerda vocal).
2. La señal del tiroaritenoideo fue mayor durante la realización de las frecuencias más graves en
el registro modal.
3. La actividad del cricotiroideo (cubierta) tuvo escasas variaciones durante la realización de ambos
registros.

Imagen 10. Respuesta de cada músculo estudiado en los registros modal y falsete. Cuando la señal es gruesa y espesa demuestra mayor
actividad muscular.

Las conclusiones que se dieron gracias a estos descubrimientos fueron (31):

1. Cuando las frecuencias que se emiten son graves, el músculo responsable es el tiroaritenoideo
(cuerpo).
2. Cuando las frecuencias que se emiten son agudas, similares a las de un falsete; el músculo
vocal (cuerpo) se encuentra totalmente inactivo.
3. Debido a que la actividad del cricotiroideo (cubierta) es constante, en los dos registros evaluados,
no presentaría relación con la transición entre ambos.
4. La transición entre ambos registros se da principalmente por la actividad del tiroaritenoideo.
5. El cricotiroideo se relaciona con la elevación de la frecuencia fundamental.
Gracias a estos descubrimientos Hirano propuso un modelo que incluye el registro modal y falsete
(imagen 11). Este sugiere que cuando una persona se dirige desde los tonos más graves hacia los
agudos, la actividad del cricotiroideo (cubierta) y del tiroaritenoideo (cuerpo) se encuentra contante-
mente en cambio y así buscar el equilibrio, de esta manera:

- En la realización de tonos graves el músculo vocal se encuentra altamente activo, mientras que
el cricotiroideo lo está en menor grado.
- A medida se va ascendiendo en la escala musical, el tiroaritenoideo disminuye su actividad
hasta llegar al falsete donde se encuentra inactivo o relajado.
- La actividad del cricotiroideo aumenta a medida se asciende en la escala musical, hasta llegar
al falsete donde se encuentra altamente activo.

La actividad constante del cricotiroideo puede ser explicada por la distribución de sus fibras muscu-
lares. Este se trata de un músculo con una alta cantidad de fibras tipo 1 ̶ 43% (32) ̶, lo que lo hace
resistente a la fatiga y altamente preparado para el trabajo permanente.

Imagen 11. Modelo propuesto por Hirano. La línea en diagonal representa el ascenso en la escala musical. Durante la emisión de tonos gra-
ves la actividad del TA es alta, mientras que la del CT es menor. A medida aumenta la frecuencia fundamental, la actividad del CT se incre-
menta y la del TA decrece. Según este modelo, el quiebre en la voz se produce cuando el tiroaritenoideo se encuentra altamente energizado
e impide el equilibrio entre ambos músculos.

Tabla 4. Actividad del cricotiroideo y tiroaritenoideo en los distintos registros.


Para Husson, el punto en que se puede optar entre seguir subiendo en modal o pasar a falsete se
encuentra en do3 para el bajo, re3 para el barítono y fa3 para el tenor (33) Autores como Perelló sos-
tienen que el paso para un tenor y una soprano está en mi3, para el barítono y la mezzosoprano en
re3 y para el bajo y la contralto en Do3 (34). Para Striny, el pasaje se ubica entre el Mi bemol y fa sos-
tenido de la octava central (35). Esto último es corroborado por Titze, quien plantea que el pasaje para
el hombre y la mujer se encuentra entre los 300 y 350 Hz (36).

Imagen 12. notas (en rojo) donde se encuentra el pasaje según Striny y Titze.

Titze (37) (38) ha postulado que la transición entre el registro modal y falsete se produce gracias a
dos fenómenos: máximo estrés activo tiroaritenoideo y la resonancia subglótica.

Hipótesis del máximo estrés activo del músculo tiroaritenoideo

Esta hipótesis formula que cuando se llega al límite superior del registro modal, se produce la relaja-
ción del músculo tiroaritenoideo. Cuando este músculo llega al máximo de contracción, la frecuencia
fundamental no puede seguir aumentando y la única solución que existe es que éste libere el estrés
que presenta y así transmitírselo todo al ligamento vocal quien termina absorbiendo la tensión propia
del músculo. De esta forma la cubierta y la transición de la cuerda vocal quedan rígidas y el cuerpo re-
lajado y se produce un registro que permita realizar frecuencias más agudas –falsete –.

Titze plantea que los cantantes entrenados desarrollan técnicas para controlar la adecuada contrac-
ción del tiroaritenoideo y así evitar cambio de registro repentino –quiebres–. Lo anterior se corrobora
con estudios comparativos entre cantantes clásicos y populares, donde los primeros presentaban una
actividad del músculo de entre un 25 a 38%; mientras que los segundos de hasta un 75% mientras se
realizaban tonos agudos en registro modal (25).
Hipótesis de la resonancia subglótica

Según Titze, el movimiento de la porción inferior de las cuerdas vocales se encuentra influenciado
por la presión acústica subglótica, de esta manera las resonancias subglóticas –provenientes de esta
energía acústica– afectarán al sonido y actuarán como un facilitador natural para el registro modal. En
base a esta teoría las resonancias que se producen en la tráquea facilitan o dificultan la vibración de
las cuerdas vocales.

Esta teoría haría alusión a dos grandes puntos, el primero se relaciona a las transiciones existentes
en el timbre vocal durante el paso de un registro a otro y en segundo lugar a la acción de la presión
subglótica en estas transiciones.

- En lo que respecta al primer punto, Titze ha comprobado que las presiones ubicadas bajo las
cuerdas vocales actuarían de forma constructiva o destructiva con las ubicadas a nivel intraglótico y
así afectar al timbre que presenta cada emisión (8); enriqueciendo acústicamente aquellas frecuencias
ubicadas en el registro modal. De esta manera se propone la existencia de formantes subglóticos que
nacerían de la interacción entre la tráquea y las cuerdas vocales.

Si bien se nos ha enseñado a que las ondas sonoras viajan hacia el tracto vocal se ha demostrado
que algunas lo hacen hacia abajo; específicamente hacia la tráquea. Estas ondas quedan atrapadas
y no se pueden irradiar hacia el entorno. Algunas terminarán golpeando a las cuerdas vocales e inter-
ferirán en su vibración. Según algunos estudios, las ondas provenientes de la tráquea pueden reforzar
aquellas frecuencias ubicadas entre Re4 a Fa#4 y Re5 a Fa#5 (39).

- En relación al segundo aspecto, Tize explica que una interferencia constructiva incrementaría
la amplitud de las vibraciones cordales, mientras que una destructiva la disminuiría. Este autor sugiere
que estos cambios de amplitud son lo suficientemente potentes como para producir transiciones invo-
luntarias en el registro y por ende generar quiebres tonales. Se ha observado que las vibraciones au-
mentan de un 50 a un 100% cuando la presión subglótica aumenta (40).

Ambas teorías se encuentran aún en desarrollo y dejan una serie de preguntas sin responder, pero
aun así; es importante su conocimiento ya que corresponden a nuevas corrientes investigativas en el
área vocal.

En relación a la transición que se hace desde el registro de pulso al modal, se ha comprobado que
cuando se hace se produce un aumento en la contracción del cricotiroideo para así darle mayor rigidez
a la cubierta de las cuerdas vocales.
TTabla 5. Respuestas cordales en relación a la mecánica de los registros de frito, modal y falsete; según Hollien (5).
Tabla 6. Registros ̶ cuadro resumen ̶. (5)
Los valores entregados en la frecuencia fundamental e intensidad pueden ser diferentes en voces entrenadas
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