Los combustibles fósiles petróleo, carbón y gas natural, los más
importantes son responsables por la mayor cantidad de emisiones que contaminan el medio ambiente, siendo la principal causa del efecto invernadero, entonces ¿por qué aún los utilizamos? La respuesta es sencilla: porque o no tienen sustitutos o estos son más costosos. Por las calles, carreteras y autopistas del mundo circulan más de mil millones de autos, que operan casi todos con gasolina o con diésel, ambos productos derivados del petróleo. El motor de gasolina funciona en base a la combustión de una mezcla de aire y gasolina. La mezcla hace combustión dentro de los cilindros que forman parte del motor. En cada cilindro entra una determinada cantidad de aire, a la cual se le añade una proporción menor de gasolina a través de la inyección de combustible. En los coches más antiguos la mezcla de aire y combustible se realiza en el carburador y de allí ingresa al cilindro. En combinación con el sistema de ignición se produce una energía realmente poderosa, capaz de mover las ruedas del automóvil.
El motor diesel, por su parte, también es un motor de combustión
interna, pero a diferencia del anterior, funciona por la autocombustión de la mezcla de aire y gasoil. Esto significa que no hay un sistema de ignición o chispa que encienda la mezcla, sino que la combustión se produce por las altas temperaturas producidas por la compresión del aire en los cilindros. La autocombustión sólo es posible con combustibles más pesados que la gasolina, tal como el gasoil, que, además, tiene la ventaja de ser más económico y de requerir menor consumo. Miguel Torrente, director del departamento de Biogás del grupo HERA, expuso los avances logrados en una planta piloto de Vacarisses (Barcelona), donde producen biogás destinado a automóviles que ahora es utilizado por la flota de la empresa. “En España se incentiva la producción con biogás pero no la producción de biogás, y ésta es una de la causas por las que países como el nuestro no avanzan en este terreno y sí lo hacen Alemania e Italia, con más de 450.000 vehículos que llenan sus depósitos con biogás gracias a la adaptación de los motores y la disponibilidad de surtidores”. No obstante, Miquel Torrente espera que, poco a poco, cambie este panorama con la implementación del proyecto europeo Madegascar (acrónimo de Market Development for Gas Driven Cars), incluido dentro del programa Intelligent Energy, que pretende desarrollar un mercado para la utilización de gas en vehículos (gas natural y biogás). También confía Miquel en que “la nueva normativa española sobre el uso obligatorio de biocombustibles incluya al biogás, al igual que hará la europea “.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:
Los combustibles fósiles consisten en depósitos de organismos fósiles
que en una ocasión estuvieron vivos. La materia orgánica se forma durante siglos. Los combustibles fósiles consisten principalmente en uniones de carbón e hidrogeno. Existen tres tipos de combustibles fósiles que pueden usarse para la provisión energética: carbón, petróleo y gas natural. Carbón es un combustible fósil que se ha formado durante millones de años por el depósito y caída a la tierra de material vegetal. Cuando estas capas se compactan y se calientan con el tiempo, los depósitos se transforman en carbón.Históricamente, los combustibles fósiles están disponibles en grandes cantidades fácil de obtener y transportar. Sin embargo existen claros signos en la actualidad que el las fuentes de suministro de combustible fósiles son limitas y se agotan y que su reposición podría tardar del orden de siglos. Tanto las fuentes como los sumideros de combustibles fósiles son limitados. Las fuentes existen en capas profundas de la tierra y los sumideros, por ejemplo, el aire y el agua, que absorbe los productos residuales de estos combustibles fósiles. La tecnología para obtener biogás es cara, pero tiene la ventaja de que materia prima no sólo nunca va a faltar, sino que se puede conseguir literalmente en cantidades industriales. Por ejemplo, en China existe una planta productora de biogás en la que los más currantes son una piara de cerdos, que contribuyen diariamente a llenar depósitos en los que nunca querría estar.
En Europa tienen experiencia con este combustible sobre todo en
Suecia, también en Suiza, Francia, Alemania, Austria, Italia e Islandia. Muy pocos vehículos usan biogás en el Mundo, se calcula que son pocos miles. Un dato, la planta procesadora de biogás de Valdemingómez podría abastecer las necesidades de todos los autobuses de Madrid capital.