Sunteți pe pagina 1din 2

https://tangaroalibros.

com/ensename-tus-caminos-la-palabra-de-dios-dia-a-dia-por-gutierrez-guillermo/
https://tangaroalibros.com/ensename-tus-caminos-4-tiempo-ordinario-semanas-1-a-9-por-aldazabal-larranaga-jose/
https://signup.uhurupro.com/es/html/sf/registration/eone.html#&sf=eone&lng=es&m=books&ref=5146558&prod=
2&sub_id=ebook&_sign=f058113041ab447346ab58a449af74dd&_signt=1560397792&utm_expid=72006323-
831.hqWg6ZDyQr238RVPqco2aA.0

El Espíritu Santo es un don que Jesús nos trae después de su resurrección.


Jesucristo nos conoce muy bien y porque nos conoce nos da este gran
regalo. Jesús sabe que nuestra vida en la tierra tiene sus dificultades, sus
momentos de prueba, sus momentos en que parece que no vemos con
claridad a Dios junto a nosotros. Sin embargo, su Espíritu está dentro de
nosotros y Él nos irá guiando para tomar las decisiones correctas y más
prudentes. No dudemos ni tengamos miedo porque con Él todo lo
podemos.

Ahora bien, todo don exige una gran responsabilidad. Cada uno de los
católicos debemos cuidar que nuestro cuerpo y alma estén siempre lo
mejor dignamente posible para que allí habite el Espíritu Santo, tenemos
que cultivar nuestra vida de gracia. Dios nos ama y no duda nunca en
atender a nuestras suplicas. No obstante, Dios nos quiere fieles y
entregados confiadamente a Él. Ojalá que cada día, Dios ocupe el primer
lugar en nuestra casa, en la oficina y sobre todo en nuestro corazón.

En la primera lectura de la misa nos presenta la estancia de San Pablo en


Atenas es de una riqueza de matices admirable. Nos presenta el encuentro
del Evangelio con el paganismo helenista, popular y culto, de su tiempo.
La predicación evangélica va mostrar, a través del apóstol, su capacidad
de expresarse en diferentes mentalidades y situaciones culturales,
permaneciendo todo fiel a sí misma.

El Espíritu Santo unge. Ha ungido interiormente a Jesús, y unge a los


discípulos, para que tengan los mismos sentimientos de Jesús y puedan
así asumir en su vida las actitudes que favorecen la paz y la comunión.
Con la unción del Espíritu, la santidad de Jesucristo se imprime en nuestra
humanidad y nos hace capaces de amar a los hermanos con el mismo
amor con que Dios nos ama. Por tanto, es necesario realizar gestos de
humildad, de fraternidad, de perdón, de reconciliación. Estos gestos son
premisa y condición para una paz auténtica, sólida y duradera. Pidamos
al Padre que nos unja para que seamos plenamente hijos suyos, cada vez
más conformados con Cristo, para sentirnos todos hermanos y así alejar
de nosotros rencores y divisiones, y poder amarnos fraternamente.

S-ar putea să vă placă și