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I I (i ESCRITURA Y CONCIENCIA

dencia culminó antes de que se notara que algo estaba sucediendo, Y eD


ese momento Ia retórica ya no fue la materia que en otros tiempos había
abarcado todo: la educación ya no podía describirse como esencialmente
retórica, como se habíahecho en épocas anteriores. Las tres grandes ma- V. LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO
terias: la lectura, la escritura y la aritmética, que representaban una edu-
cación comercial y doméstica- en esencia ajeÍta a la retórica,
-teórica,
fueron sustituyendo paulatinamente a la ensefranza tradicional, heroica
EI- pnEDOMINIo DEL c¡Íoo cEDE AL DE LA vIS-I.A
y agonística, de bases orales, que por lo general había preparado a los
jóvenes del pasado para la enseianzay el servicio público y profesional, AunrquE ESrE libro se ocupa principalmente de la cultura oral y los cam-
eclesiástico o político. En el proceso, conforme la retórica y el latín iban bios en el pensamiento y la exprcsión producidos por la escritura, debe
de salida, las mujeres entraban cada vez más en el terreno acadérnico, dedicar un poco de atención a lo impreso pues refuerz a y transforma los
que también orientabamás y más hacia el comercio (Org, 1967b, pági' efectos de la escritura en el pensamient o y la expresión. Dado que el giro
nas 2+1-255). del lenguaje oral al escrito es en esencia un cambio de sonido al éspacio vi-
sual, en este caso los efectos de la impresión sobre el uso del espacio visu¿rl
pueden ser el punto central de atención, aunque no el único pues no sólcl
hace resaltar la relación entre lo impreso y la escritura, sino también la rela-
ción entre lo impreso y la oralidad, que seguía presente en la escritura y la
primera cultura de lo impreso. Es más, mientras todos los efectos de lo im-
preso no se reducen a aquéllos que tiene sobre el uso de espacio visual, mu-
t:hos de los otros de hecho están relacionados de varias maneras con este
último.
En una obra de estas dimensiones no es posible enumerar siquiera
todos los efectos de la impresión. Incluso una ojeada superficial a los dos
volúmenes de Elizabeth Eisenstein , The Printing Press as an Agent of Change
(1979), hace muy patente cuán diversificados y vastos han sido los resul-
tados particulares de la impresión. Eisenstein explica detalladamente cómo
la impresión hizo del Renacimiento italiano un Renacimiento europeo
permanente; produjo la Reforma protestante y reorientó la práctica reli-
giosa católic a; afectó el desarrollo del capitalismo moderno ; hizo posible
(lue la Europa occidental explorara el mundo; cambió la vida familiar
y la política; difundió el conocimiento como nunca antes ; hizo del alfa-
betismo universal un objetivo formal; volvió posible el surgimiento de
las ciencias modernas; y dio nuevas facetas alavida social e intelectual.
lln The Gutenberg Galaryr (1962) y Understanding Media (1964), Marshall
Mcluhan ha llamado la atención sobre muchos de los modos más sutiles
(:on los cuales lo impreso ha afectado la conciencia, como también lo ha-
t'e George Steiner en Language and Silence ( 196 7) V como yo lo intento en
«rtros estudios (Ong, 1958b; 1967b;197 1; 1977). Aquí nos interesan par-
ticularmente estos efectos más sutiles de lo impreso sobre la concien«:ia,
;rntes que sus consecuencias sociales más evidentes.
Durante miles de años, los seres humanos han imprimido dibu.jos con
strperficies talladas de diversas maneras, y a partir de los siglos vu y vnl «'¡i-
nos, coreanos y japoneses imprimían textos primero con bloqur:s ck: rn¿l-

tt7
118 LO IMPRESO, EL ESPACIo Y LO CONCLUIDO LO IMPRESO, EI, ESPACIO Y
LO CONCLUIDO IIfI
dera tallados en relieve (Carter, 1955). Sñ embargo, el avance decisivo como el sigro xrr en Inglaterra,
incluso Ia revisión de las cuentas
en la historia de la imprenta fue la invención de la impresión tipográfica creras escritas todavía se-hacía ,n¿rrr^
alfabética en la Europa del siglo xv. La escritura alfabética había divi- alta' clanchy (r979, pp' zil,
*a-."i., mediante su lectura en v()z
ia;) d"rl'.iü"
dido la palabra en los equivalentes espaciales de las unidades fonéticas de que aún se manifiesta .";;;";;;;urario:ru práctica y señara er hcr.rrr¡
(., principio, aunque las letras nunca funcionaron como indicadores en- dad hablamos de ,,audiro.fur,,, incruso en Ia actuari-
teramente fonéticos). Sin embargo, las letras utilizadas en la escritura tas, aunque en realidad lo que "la-.Jfi..r.h..,,, Ios libros de cu.r_
un
no existen antes del texto en el cual aparecen. Con la impresión tipográ- por medio de la vista.-A_nt"r, tu "orr,uáo.iu.e hoy en día es examinar,r
g."t.-qr. .o.r...r.bu residuos de la in_
-
fica alfabética, las cosas cambian. Las palabras se componen de unida-
des (tipos) que existen como tales antes que las palabras a las que darán ff ;:':,f 1X,""|;'.'J'".,[1'J'*':?*i""]'il'escuchabaq'"""",áá'"r,,
forma . La impresión sugiere, mucho más de lo que jamás lo hizo la es- Las culturas de manuscristos siguieron
siendo en gran medida or¿rr-
critura, que las palabras son cosas. incluso para rescatar maierial
Al igual que el alfabeto , lu impresión tipográfic a alfabética fue una :::l:1:i-
nuscntos no eran tU:]l.j O: leer,
conservado en textos. Los ma_
según los criterios tü"S.?i";r;*d,,
invención única (OnB, 1967b, y las referencias ahí citadas). Los chinos res y los rectores tendían
a memo.izár
conocían el tipo rnovible, pero no tenían alfabeto, sólo caracteres básica-
la]laban.en
-al menos
gllos pues.no era fácil encontrar un
parciai-mente- lo quc
mente pictográficos. Antes de mediados del siglo xv los coreanos y tur- manuscrito. El aorendizaj" d. .rr.,,,o.iu dato específico en un
bién por el hechá de que, en
..u .rtir.rrlado y facilitado tam_
cos uigures tenían ya alfabeto y utilízaban tipos movibles, pero éstos no
llevaban letras separadas sino palabras enteras. La impresión tipográfi- fl ,,..,cia
ras curtui.u, a"'rljlT,l:::l3:1,j*
i* Jr"nciados .;;;;;r-;TÍlJ:'j,i:: H:* [1];:;
ca alfabética, en la cual cada letra era vaciada en un ped azo separado ".¿
a menudo conservaban Ias pautas *""r¿rriau,
la memorización. Ademár, po. orales que ayudaban a
de metal, o tipo, constityí un adelanto psicológico de la mayor impor- ro ..gri;."ú, l..,o."rljI"
tancia. Marcó profundamente la palabra misma en el proceso de manu- pausadamente, con sonoridád lí "l?"r.r,
,gurZrrl,'illuso cuando lo hacían
factura y la convirtió en una especie de mercancía. La primera línea de las, y esto también contribuía" a so_
a Ia memori zación.
montaje, técnica de rnanufactura que en una serie de pasos establecidos Mucho después ,.
]I:loá,"-f"
dominando por algún_tiempo
i-pr."i., el proceso auditivo siguiír
produce idénticos objetos complejos compuestos de partes reemplazables, el texto- iiri..*."i.iUe,
no sería para fabricar estufas, zapatos o armas, sino para elaborar el li- te to rmpreso acabó nor superarlo. aunque finalmen_
At práááLr.rro auditivo puede perci_
bro impreso. A fines del siglo xvIII la Revolución Industrial aplicó a otras l¡irse notablem".rt" ejemplos,¿.. ül',
queamenudo,o,pu.J..r.;ilp;;"_.;:.r:#nTJ.:i3Í1.JTJ.:?T:
".,
manufacturas las técnicas de partes reemplazables que los impresores apli- "áá"
caban desde hacía trescientos años. Pese a las conjeturas de muchos es- .rón a ras unidades visualesde
(:on gran
l"r p.úu.^. Las portadas del siglo
tructuralistas semióticos, fu" la impresión, ro la escritura, la que de hecho frecuencia r*r_l:_lm paág.."i.portanres, xvr,
reificó lapalabra y, con ella,la actividad intelectual (Org, 1968b, páSi- tlel autor, con guiones, y p."..ntun incluso el nombrc
la prim'era parte de una palabra
nas 306-3 1B). rrna línea con tipo en
s.Tg"Jf. ."g""U'";'i,r, .o., tipo más pequeño,
('omo en la edición de
Más que la visión, el oído había dominado de manera significativa The Boke ri áorlnour, d,"Si. ffro*.u.Eüo,,
el mundo intelectual de la Antigüedad, incluso mucho después de que "oñr¿
r..ir,"i"i."
la escritura fuera profundamente interiorizada. La cultura del manus.
¡'»ublicada en Londres por.Thomas
Steinberg, 1974, p. iS+¡. f"frn;;^,ií; ii;; ñffi;:r# ii*,,
crito en Occidente permaneció siempre marginalmente oral. Ambrosio co, tipo. enormes: en la portada
de Milán capt6 la disposición anterior en su Commentarlt on Luke (iv. 5):
ll.g1.1tu.."
rrrrcral es por mucho ra palabra dlff":il:ilÍi'.T,,+.rli|,,l
*La vista es a menudo engañada, el oído sirve de garantía." En Occi' rrudo es estéticamente agradable -¿r "o,uul.
a-r todas. Er resurtado a mc-
;;H;;;isual, pero choca con nucs-
dente, durante todo el Renacimiento la producción verbal más enseña. rr'o concepto contemooráneo de lo textual.
.s el punto a partir d.r crur sin embargo, esta costumbro
cla fue la oración y quedó implícitamente como el paradigma básico parl r. air.."rr.i¿ .rrioi.o .o.r..pto actual.
todo discurso, tanto escrito como oral. El material escrito era secundariO tr';rs actitudes son las que-se Nucs-
tu" ,.urrrio.*"ui" y p;;i;;;;;;;;::,:r,,
¿rl oído de maneras que hoy en día nos parecen excéntricas. La escriturl prá.'.'ai,i',.",.'llü,"",
scrvía principalmente para recircular el conocimiento al mundo oral, como
::.: :"p,,,:?d.s. ¿por q,r'e .r
"ilatural", supuestamente rrás
nos parece equivocado? ro.q.r"
r:n l«rs debates universitarios medievales, para leer textos literarios y dl
it*umos ras parabras irrr-
l,¡csas ante nosotros como unidade, ,risrrl",
otro ti¡xr ante grupos (Crosby, 1936; Ahern, 1981; Nelson, 1976-1977\r 1.rrrq,r. ."
''ricuremos al menos r" r" i*ugi"u.ia"j.-nria."temente, i.lJJ*-*,,1,,,
y l)¿lr'¿t lt:e:r en voz alta incluso al hacerlo a solas. Por lo menos tan tard0 siunificado de un texto, er siglo;;;.;;;;;;aba al busr:¿rr. r:l
menos en .r :rs¡,:r.r.
120 I,O IMPRE,SO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO t2r
e1espacio de manera más inexorable de lo que jamás lo hizo la escritura.
Esta traslada las palabras del mundo del sonido a un mundo de espacio
visual, pero la impresión las fija en éste. El control de la posición lo es
todo en la impresión. La " composición" manual del tipo (la forma ori-
ginal de la composición tipográfica) consiste en colocar a mano tipos pre-
1
' -. ' | ,/t'c c fábricados de letras, los cuales, después de usarlos, son cuidadosamente
ir-,
U
acomodados de nuevo, acomodados para futuras ocasioncs en los com-
partimientos apropiados de la caja (mayúsculas o letras de tipo mayor

THE
BOKE
en los compartimientos superiores; minúsculas o letras de tipo menor en
los inferiores) . La composición en linotipia consiste en utilizar una rrrá-
quina para colocar las distintas matrices en líneas separadas, de modo
que una línea de tipos pueda fundirse de las matrices debidamente colo-
Nlt cadas . La composición con una terminal de computadora o pr()cesadora

mcd tt?c 6oucrnour'bc'


u¡tcd b? ryr G.Qot
F

.t

ffi
il.'.'El
de palabras coloca los caracteres electrónicos (letras) previamente pro-
gramadas en la computadora. La composición "en caliente" (o sea, la
mos Éttü,
EsÉt?ü, '-f'"'t 4a cstereotipia, el proceso más antiguo y más utilizado hoy en día) exige
hntebt¡'.
I
tijar el tipo en una posición absolutamente rígida en la caja; ajustar ésta
t¡'rL, firmemente en una prensa; sujetar y afiartzar la nivelación y aplicar una
oX: cnorme presi ón a los tipos sobre la superficie de impresión de papel en
tl
«:ontacto con la plancha.
-9.' Por supuesto, la rnayoría de los lectores no se percatan de toda esta

r.s34
ffi
ffit
locomoción que produjo el texto impreso que tienen frente a sus ojos.
No obstante, del aspecto del texto impreso obtienen un sentido de la
palabra-en-el-espacio bastante distinto del que comunícala escritura. Los
textos impresos parecen hechos a rnáquina, como en realidad lo son. El
ffiI t:ontrol quirográfico del espacio tiende a ser ornamental, decorativo, co-
mo en la caligrafía. El control tipográfico por lo regular causa mayor irn-
presión con su orden y carácter inevitable: las líneas perfectamente
Figura t regulares, todas justificadas en el lugar adecuado; como resultado, la im-
¡rresión visual es de simetría, aun sin la ayuda de renglones o márgenes
rlibujados que a menudo se encuentran en los manuscritos. Se trata de
de la palabray rnás en su sonido de lo que acostumbramos nosotros. To- un insistente mundo de datos fríos, no humanos. "Así son las coszs",
clo texto inrplica vista y sonido. Pero mientras ahora experimentamos la la rúbrica de identificación de Walter Cronkite en la televisión proviene
lectura como una actividad visual que suscita sonido en nosotros, la pri- rlel mundo de lo impreso, que subyace ala oralidad secundaria de la te-
rnera etapa de la impresión aún la consideraba fundamentalmente lcvisión (Org, 197 l, pp. 28+-303).
corno un proceso auditivo aI cual la vista sólo ponía en marcha. Si uno como En conjunto, los textos impresos son rnucho más fáciles de leer que
lector s.entía que estaba escuchando las palabras, ¿qué diferenciahabía los manuscritos. Los efectos de larnayor claridad de lo impreso son mu-
si el texto visible emprendía su propio camino visualmente estético? Se r:hos. En última instancia, sirve para una lectura rápida y silenciosa. Ér-
rccord ará que los manuscritos anteriores a la impresión por lo común la a su vez crea una relación distinta.entre el lector y la voz del autor
t:n el texto y exige estilos distintos de escritura. En la producción de una
.iuntaban las palabras o dejaban un espacio mínimo entre ellas.
(l«rn el tiempo, sin embargo, la impresión reernplazí el persistente pre- obra la impresión comprende muchas personas además del autor: edito-
rl¡rrripi«r clel oído en el mundo del pensamiento ylaexpresión con el predo- rcs, agentes literarios, correctores de pruebas, revisores de manuscritos
nrirri«r rk: la vista, eue tuvo sus inicios en la escritura pero que no pudo y otros. Antes y después del escrutinio de tales personas, el escribir para
sólo con el apoyo de ésta. La imprenta sitúa las palabras en la impresión a menudo precisa revisiones esmeradas de parte del autor
l)r'()slx:r'¿rr

,. . l!1,
r22 LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO I2i]
de escritura menos que se esté leyendo un listado escrito o impreso específico). En
en una proporción virtualmente desconocida en una cultura
provenientes de cul- este sentido, los listados, como tales, ro tienen un "equivalente oral"
a mano. Sóto unas cuantas obras extensas en prosa
turas de escritura a mano podríansometerse a una revisión editorial co- (1977, pp. 86-87), aunque claro está, las palabras individuales escritas
mo se acostumbra hacer ñoy en día con las obras originales; no están suenan en el oído interno para producir sus significados. Goody tam-
organi zad,as para la rápida ásimilación de una página impresa.
La cul- bién señala la manera inicialmente torpe y ad hoc en la cual se utili zaba
el espacio para hacer estos listados, con divisiones de palabras para se-
tura del manuscrito está orientada hacia el productor pues cada copia
individual de una obra representa un gran consumo del tiempo de un parar los artículos de los números, columnas rectas, entremetidas y alar-
copista particular. Los manuscritos -.ái.,rales abundan en abreviacio- gadas. Además de los listados administrativos, también examina los de
.r.r, las cuales favorecen al copista aunque causen dificultades al lector' sucesos, los léxicos (las palabras se enumeran en diversos órdenes a me-
Lo impreso está orientado haiia el consumidor pues las copias indivi- nudo por significados jerárquicos: los dioses, luego los parientes de los
dioses y finalmente los sirvientes de los dioses) y los listados onomásticos
duales de una obra representan una inversión mucho menor de tiempo:
egipcios, o listas de nombres, eue con frecuencia eran aprendidos de me-
unas cuantas horas dedicadas a lograr un texto más legible mejorarán
moria para la recitación oral . La cultura del manuscrito, altamente oral
inmediatamente miles y miles de copias. Los efectos de la imprenta
en
el pensamiento y el estílo aún tienen que determinarse en toda su com- todavía, consideraba que tener preparadas series escritas de cosas para
pt.¡iaud. La ,.,rista Visibte Language (llamada anteriormenteJournal of TlPo- la rememoración oral servía en sí paraun mejoramiento intelectual. (E,
griphi, Researcá) publica con fiecuencia interesantes artículos que contri- Occidente los educadores opinaban lo mismo hasta fechas recientes y en
buyen a tal determinación. todo el mundo la mayoría de ellos probablemente aún mantienen ese pa-
recer). LJna vez más, la escritura está aquí al servicio de la oralidad.
Los ejemplos de Goody muestr an la elaboración relativamente com-
Et- BsPACIO Y EL SIGNIFICADO pleja del material articulado en forma verbal en las culturas que cono-
cían la escritura, a fin de volver más directa la recuperación del material
La escritura reconstituyó la palabra hablada, originalmente oral, en el mediante su organizaciín espacial. Las listas clasifican los nombres de
el espa-
espacio visual y laimpresión la incrustó más categóricamente en artículos relacionados unos con otros en el mismo espacio visual físico.
cio. Lo ant..io, puedl distinguirse en creaciones tales como los listados, La imprenta crea un uso mucho más refinado del espacio parala organi-
sobre todo los índices alfabéti.or; en el uso de palabras (.^ lugar zaciín visual y conservación del material.
de sím-
bolos iconográficos) para los marbetes; de dibujos impresos de todos ti- Los índices representan un adelanto primordial en este sentido. Los
pos paratrásmitir iñformación; y del espacio tipográfigo abstracto para índices alfabéticos muestran notablemente la separación de las palabras
irrnri, recípro ca y geométricamente con las palab.ras impresas en una del discurso y su inclusión en el espacio tipográfico. Era posible hacer
línea d. .vtlución q,r. se extiende desde las doctrinas de Ramus hasta un índice alfabético de los manuscritos, pero esto rara yez ocurrió (D"-
la poesía concreta y lalogomaquia de Derrida con el texto (casi siempre ly, 1967, pp. 81-90; Clanchy, 1979, pp. 28-29 y B5). Puesto que dos manus-
impreso, no solamente escrito). critos de una obra dada, aunque fueran copiados del mismo dictado, ca-
si nunca coinciden página por página , cada manuscrito normalmente
requiere un índice distinto. Hacer índices no valíala pena. Resultaba
(i) Índices más sensata la rememoración auditiva por medio del aprendizaje de me-
moria, aunque no podía abarcarlo todo. Para la localización visual de
[_,os listados tuvieron su origen en la escritura, Goody trata (1977 , los materiales en un texto manuscrito, a menudo se preferíanlos símbo-
del
pp. 7+-11 1) el uso de los listaáos en la grafía ugarítica de alrededor los gráficos ert vez de los índices alfabéticos. Un símbolo predilecto er¿r
¿rño 1300 a. de C. así como en otras grafías antiguas. Flace notar (1977, el "párrafo", que originalmente se indicaba con esta marcalit, y no un¿r
en los listados se derivan de la situación social unidad de discurso. Si se hacían índices alfabéticos, eran pocos, a menu-
¡r¡r. B7-BB) que la información
a la cual p.rt.r, ecía("cabritos cebados", "ovejas apacentadas",
etcéte- do deficientes y por lo común no comprendidos, incluso en la Europ¿r
r.., sin más especifi.a.iores) y también del contexto lingüístico (general' del siglo xIII, cuando a veces un índice preparado para un manus(:rilo
rr«:nte, er la árticulación oral los sustantivos no están desligados, como se añadía sin cambio de los números de páginas a otro manuscrit«r (:on
(., ¡rs listados, sino integrados en las frasesi rara Yez escuchamos una una numeración diferente (Clanchy, 7979,p. 14+). A veces, los ín«li«:«:s
r.t.«.it¿r«:ión oral constituidá simplemente por una serie de sustantivos,
a parecen haberse valorado por su bellezay misterio antes que por su u(i-
LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO 125
CONCLUIDO
12+ LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO
ser introducido por un comentario al lector, al igual que una conversa-
genovés podía maravillarse del catáIogo
lidad. En 1286, uD compilador ción pudiera comertzar con una observación de una persona a otra: "Hic
alfabético que había .trborado óo*o resultado no de su propia habili- habes, carissime lector, librum quem scripset quidam de... " (H. aquí, caro lec-
1967, P' 73)'
dad sino de
,,lagracia de Dios que obró por mí" (Daly, tor, un libro que Fulano de Tal escribió sobre...). La herencia oral se
se halían sólo por las primeras le-
Durante mucho tiempo, Ios índices ejémplo' en una obra manifiesta aquí, pues aunque las culturas orales tienen, claro está, ma-
sonidos: por
tras, o, más bien, por los primeros 15Ó6 en Roma, dado que en neras de referirse a los relatos u otras recitaciones tradicionales (los rela-
latina public adaen f.ch atantardíacomopersonas de habla italiana no tos de las guerras de Troya, las de Mwindo, y así sucesivamente), los
pol las
el italiano y el latín pronunciado se incluye en la a (tratado en
títulos que semejan marbetes no resultan muy convenientes en las cultu-
se articul a la letra h,,'Halyrorr'.r" visuar funciona de ras orales: Flomero difícilmente hubiera iniciado una declamación de epi-
org, rg77, pp. 169_ tiz). Aquí incluso ra recuperaciónRavisius Textor (Pu- sodios de la llíada diciendo: '' La llíada" .
de Iourrrr.,
manera auditiva. specimnt epitrwtgrum, antes de todas las demás anota-
rís, 1518) .oto.u aruueticamánte "Apolo-' apropiado que' eD una obra
ciones bajo la a, Porgue Tgx.to"o"idera r.áibu la posición más pro- (ii) Libros, contenidos 1 portadas
de Ia misma
reracionada con Iu po., ía, erdios
minente.Evidentemente'inclusott"tíndicealfabéticoimpreso'lare- Una yez que lo impreso se había interiorizado del todo, un libro era con-
El mundo oral Personalizado
cuperación visual ,.rri. poclimportancia. como si fueran cosas' siderado como una especie de objeto que "contenía" información, cien-
tas palabras
aún podía negars e .a trátar las tífrca, ficticia o de otro tipo; es decir, ya no era, como antes, enunciado
representa una encrucijada entre
EI índice alfabético en realid;d una forma abreviada del plasmado por escrito (Org, 1958b, p. 313). Cada libro en sí era una edi-
curturas auditiva y visual . Lapalabrl
indr* es
ción impresa físicamente igual a otro, ur objeto idéntico; lo que no suce-
c,rnmunium, "índice de lugares"
o
original index locorum o index licorum varios loci o "tópi- día con los libros manuscritos, incluso cuando reproducían el mismo texto.
,,índice de lugares comunes' ' . Laretórica apori¿tot Ahora bien, con la invención de la imprenta, dos copias de una obra da-
ros uam aríamo* i^ grande,
¿i,ririones- bajo las cuales
cos,, como Ia causa' da no sólo decían lo mismo, sino que eran duplicados una de la otra co-
-llssotros encabezados
eraposible hallar diversos "arg"*titos"' mo objetos. La situación propició el uso de carátulas y el libro impreso, por
temas no relacionados , y así
sucesivamen-
eI efecto, temas reracionados, formul.iio de bases orales' ser un objeto estampado con letras, adoptí fácilmente una presentación
te. A1 abordar el texto;;r.rt. instrumental en osá- compuesta de letras: la portada (nueva con la impresión; Steinberg, 1974,
+oo años simplemente apuntaba
eI reali zadorde índices de hac. y enumeraba éste y pp. l+5-148). Al mismo tiempo,la tendencia iconográfica todavía era
u otrá locus,
les páginas del tex,. * .*ptot
abauno fuerte, como puede verse en las portadas grabadas altamente simbólicas
los loci
ras páginas correspondientes
en er index locorum. En un principio ' que persistieron através de la década de 1660, llenas de figuras alegóri-
del intelec-
oscuros- como "lugáres"
eran considerados -en términos cas y otros motivos no verbales.
tas ideas. En el libro impreso, estos "lugares"
to donde se almacenaban totalmente físi'
locar izabande una manera
psíquicos indeterminados se es'
interectuar, organizado espacialmente'
cayvisibre. un ,rr*o mundo (iii) Una superficie significatiua
taba en gestación' a un enunciado v más
firt:rf,t:f:i:";undo, er ribro se parecíamenos r- ^l^ !^ nnnc.ar\/q.ln
a mano había conservado url
rrn con-
C.OII- Ivins (1953, p. 31) ha señalado que, aunque el arte de imprimir motivos

^
#:::"":'il."d;;áLl;;*ri,rr.
a una cosa. La curLtrra' -" 1* "";--:;^.,1^
. 1 ,.lAn
d:1:':*Tt"J:
. . -- --á 'ldo
^ñr,rrr-ir.ln an
en el curso oon diversas superficies grabadas se conocía desde siglos atrás; sólo des-
cepto del libro como una clase
:'"',T *lln',:t".T: ;::
de Ia corrvsr§a'r-r\-'rr' ffi ;;-
'-;._-^-r^,.-, ;bj .-
*'-á H:,:H:';
r-::1d-",ala
nterior lT::;1i;'l
^menudonor'
I imprenta
sin ¡rués de inventarse la impresión con tipos movibles a mediados del siglo
tv, los grabados se emplearon sistemáticamente para comunicar infor-
una ' cultura de rnación. Los dibujos técnicos hechos a mano, como lo muestra Ivins (1953,
título, el libro de T.'"..:::111-t;., tqtin^ ñre sisnific a"co.
:#,*."",:':J:;ffift :"J:'á;%';il;l'ti:f :l::::1H::-":'*:-.::; l)l). l+-16, +0-+5), se deterioraban pronto en los manuscritos, porque in-
[*r#l;,'i;:.il,?ffi ñffi '^5*":""g,yi'"T:il'-'.iff ür:H;: cluso los artistas expertos pasan por alto el punto decisivo de una ilustra-
f ffi il:;;;';F;i"'-1:*',"1*j:*:1,'"".,X*]:
[tT;*';:,;:fl ':,:x::';;";i n s ime as rt ad as, po
t'irin que copian, a menos que los supervise un experto en el campo al cual
ü,ll',T iliffi
r
o, ap are ce 1 a pr
ü.n -rrar.¡r^ .lcl lihro como Unt
s(' refieren las ilustraciones. De lo contrario, un retoño del trébol blanco
i:lJ:.Hff
[.,as portadas son marDcLC§' rrr(¡rr'Lrr;^::1.." ry,
'#'",ñí;i;;;i'1"11i:"'11':,1::-*:t¡H"o;"#,:$:
A men¡{: medievales dO
r opiado por una serie de artistas no fámlliarizados con el trébol blanco real

a. .oru " objeto'


t:specie :l]:::::"HTli,.. podfa ¡ruede terminar con la apariencia de un espárrago. Los grabados
er texto propiamente dicho podfa'
il:ffi:j:,':;i,Lll'il";;ü;da
LO IMPRESO, E,L ESPACIO Y LO CONCI,UIDO
t26 LO IMPRESO, E,L ESPACIO Y LO CONCLUIDO t27

de manuscnto, pues por Hopkins de un arroyo ert fnuersnaid. De igual que la biología evolu-
pudieron haber resuelto el probl..T" en una cultura
se habían practicado drr.rrt. siglos con
propósitos decorativos ' Tallar cionista de Darwin o la física de Michelson, este tipo de poesíá tiene su
blanco hubiera sido bastan- origen en el mundo de lo impreso.
una plancha precisa para impririir el trébol
la impresión con tipos y hubiera
te factible mucho antes de inventarse
lo que se necesitaba: una "declaración visual
proporcionado exatamente
de manuscritos (i") El espacio
perfectamente repetible". Si,'embargo, la producción
tipográfico
manuscritos se producían
no era compatible con esa manufactri.. Los Puesto que la superficie visual se hab ía cargado de un significado im-
escribiéndolos a mano, no con partes creadas de antemano ' La impren-
verbal era reproducido con partes prepara- puesto y la impresión no determinaba sólo cuáles palabras se incluían
ta sí eracompatible. El texto
una para formar un texto, sino también su situación exacta sobre la página
con los grabados'
das de antemano y Io mismo podía hacerse repeti- y su relación espacial una con otra, el espacio mismo de una página im-
visual perfectamente
imprenta podía imprimir una ' 'áeclaración
-el "espacio blanco", como se le conoce- adquirió una gran sig-
de tipos. presa
ble,, con Ia misma facilidad de una forma compuesta repe- nificación que conduce directamente al mundo moderno y post-moderno.
una consecuencia de la nueva declaración visual perfectamente cor," Los listados y las gráficas manuscritas analízadas por Goody (lg7 7 ,
no comienza
tible fue la ciencia moderna. La observación precisa para la su- pp. 74-11 1),pueden situar las palabras en relaciones espaciales específicas
sido esencial
la ciencia moderna. Durante siglos, siempre ha
de muchos tipos' unas con otras, pero si estas correspondencias resultan extremadamente
pervivencia entre, Por ejempl ,l ,u'udores y artesanos
moderna es la unión de la observación y la complicadas, las complejidades no sobrevivirán alos caprichos de los su-
Lo distintivo de la ci.rrái, yprocesos cesivos copistas. La impresión puede reproducir, con toda exactitud y
de objetos
articulación verbal exactas: descripciones precisas en cualquier cantidad, listas y gráficas indefinidamente complejas. En
de disponer de graba-
complejos, cuidadosamente obr"r.rados Ei hecho las primeras etapas de la época de la impresión, ,pur...., gráficas
de boj y
, ',ás tarde en Iámi-
dos técnicos fabricados (primero grabados cnormemente intrincadas en la enseñarrza de las materias académicas
exactitud aún mayor) facilitó esas
nas grabadas de metal, i.,.lluduJ.on téc- (Org, 1958b, pp. 80, 81 , 202, ercérera).
articulación verbal
descripciones precisas. Los grabados técnicos )?
y
nt resultante mundo inte- El espacio tipográfico influye no sólo en la imaginación científi ca y
nica se refo rzabany mejorÁ.r, mutuamente. filosófica, sino también en la liter aria, eue muestra algunas de las com-
lectual enormemente rlisuali zado era nuevo del
todo. Los escritores
incapaces de producir descrip- plejas maneras como la psique percibe el espacio tipográfico. George Her-
antiguos y medievales son simplemente
que en algo se aproxi- bert explota el espacio tipográfico para transmitir un significado en sus
ciones de objetos complejos con palabr., p...isas, poemas "Easter Wings" y "The Altar", donde los versos, de variadas
que de hecho' maduran
men a las que aparec.r, i.rpués de la impientay
es decir, la de la Revolu- trxtensiones, dan forma visual a los poemas, que insinúan alas y un altar,
principalmlnte en la época-de-l Romanticismo, caracterís- rt:spectivamente. Ifn los manuscritos, estc tipo de estructura visual sería só-
verbal oral y la que conserva
ción Industrial . Laarticulación En
atención hacia la acción, ,o hacia la apariencia visual lrr incidentalmente viable. T-ristram Shandlt (1760-1767), Laurence Ster-
ticas orales dirige su
rrc utiliza el espacio tipográfico con deliberada extravagancia e incluye
cle los objetos, Ias escenas o las personas
(Fritschi, 1981, pp' 65-66; cfr
vitruvio sobre Ia arquitectura ¡ráginas en blanco en su libro para indicar su renuencia a tratar un
Flavelock, 1963, pp. 61-96). El tiatado de
lema y para invitar al lector a completarlo. En este caso, el espacio equi-
tipos de exactitud a los que aspirabala vieja
es sumamente vago. Los vale al silencio. Mucho más tarde, 1r con mayor refinamiento, Stéphane
Eisenstein (1979, .p' 64)
tradición retórica no eran del orden visual-vocal. Mallarmé elabora su poema "Un Coup de dés" de manera que se im-
las prirneras culturas,
sugiere cuán difícil resulta hoy en día imaginarse
muy pocas personas habían visto alguna vez una imagen ¡rrima con fuentes y tarnaños de tipos diversos, con las líneas distribuidas
en las cuales intencionalmente en toda la página como una especie de caída libre tipo-
físicamente fiel de cualquier cosa' r¡ráfrca, lo cual indica la intervención del azar cuando se lanzan los dados
araci1n visual perfec-
EI nuevo mundo intelectual, iniciado por Ia decl (t:l poema es reproducido y discutido en Bruns, 7974, pp. 115-138). El
correspondientemente exacta
tamente repetible y la descripción verbal r rlrjetivo declarado por Mallarmé es ' 'evita r la narración' '
alaciencia sino también a Ia literatu- y " espaci ar' '
cle la realidad física , afect| ná sólo l;r lectura del poema, de modo que la página, con sus espacios tipográfi-
minuciosa Qut:
ra. Ninguna prosa pre-romántica aporta la descripción ('os, y no la línea, constituya la unidad del verso. El Poema núm.270
en ros cuadernos de Geiard Manley Hopkins (1937),^y nin-
sc cncuentra (1968), sin título, de E. E. Cummings acerca del saltamontes, desinte-
clínica, rigurosa y fiel, los
*rn¿r poesía pre-rom ántica tratacon atención r1r'a las palabras del texto y las desparrarna irregularmente en toda lapá-
por ejemplo, en la descripción hech¿r
fi:.írrnt)nos naturaf.r á". se hallan,
t28 LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO LO IMPRESO, ET- ESPACIO Y Lo CONCLUIDO r29
gina, hasta que al fin las letras se juntan en la última palabrai grasshoper; Las imágenes iconográficas están relacionadas con los caracteres ,,pesa-
todo lo anterior para aludir al vuelo caprichoso y ópticamente vertigino- dos" o simbólicos del discurso oral y se asocian con la retórica y las artes
so de un saltamontes, hasta que al final se acomodacándidamente sobre de la memoria que necesita el control oral del conocimiento (Yates,
1966).
la hoja de hierba ante nosotros. El espacio blanco resulta tan esencial La impresión produjo diccionarios exhaustivos y fomentó el deseo de
para el poema de Cummings que es totalmente imposible leerlo en Yoz legislar lo "correcto" .l el lenguaje. Este deseo surgió en gran parte
de
alta. Los sonidos que las letras evocan tienen que estar presentes en la un concepto del lenguaje basado en el estudio del latín culto. Lu, len-
inraginación, pero su manifestación no es sólo auditiva: establece una guas cultas "textualizan" la idea del lenguaje haciéndolo parecer
, bási-
acción recíproca con el espacio visual y cinéticamente percibido a su al- camente como algo escrito . La impresión refu erza el sentiaá aet lengua-
rededor. .ie como esencialmente textual. El texto impreso, no el escrito, es el tlxto
En cierto modo, la poesía concreta (Solt, 1970) lleva a su culminación en su forma más plena y paradigmática.
la acción recíproca entre las palabras articuladas y el espacio tipográfi- La impresión estableció el clima en el cual surgieron los diccionarios.
co. Presenta despliegues de letras o palabras exquisitamente complica- Desde sus orígenes en el siglo xvIII hasta las últimas décadas, los
diccio-
dos o exquisitamente sencillos algunos de los cuales pueden contemplarse narios del inglés comúnmente han tomado como norma del lenguaje só-
pero de ninguna manera leerse ert voz alta; empero, ninguno de ellos lo el uso de los escritores que producen textos para la imp..rür,
puede asimilarse sin cierta conciencia del sonido articulado. Incluso cuan- de todos ellos).Lausanzade todoslos demás, si se apartadl este.-pt.o
i, ,o
do la poesía concreta no puede ser leída en absoluto no es sólo una ima- tipográfico, se ha considerado como "corrupta". E[ Webster's Third New
gen. La poesía concreta es un género menor, a menudo meramente mañoso International
.Dictionar! (1961) fue la prim.ru obra lexicográfica importante
(hecho que vuelve tanto más necesaria una explicación del impulso que que rompió totalmente con este viejo convencionalir*o tipográfico
y que
la produce). citó como fuentes del uso a personas que no escriben puiutá impresión;
Hartman (1981, p. 35) sugiere un vínculo entre la poesía concreta y desde luego muchas personas, formadás por la vieja üeología, áescarta-
la actual logomaquia deJacques Derrida con el texto. El lazo ciertamen- ron al punto este impresionante logro lexicográficá (Dykema, 1963) co-
te es real y merece más atención. La poesía concreta juega con la dialéc- mo una traición al lenguaje ',verdadero,, o ,,pr.o;,.'
tica de la palabra fija en el espacio, opuesta ala palabra oral articulada La impresión también fue un factor principaf en el desarrollo del con-
que nunca puede inmovilizarse en el espacio (todo texto es un pretexto); cepto de una vida personal priv ada que caracte riza ala sociedad moder-
es decir, juega con las limitaciones absolutas de 1o textual, las cuales pa- na- Produjo libros más pequeños y portátiles que los comunes en una
radójicamente revelan también las restricciones inherentes a la palabra cultura de manuscrito, Preparando psicológicamente la escena para la
hablada. Este es el terreno de Derrida, aunque se desplaza Por él a su lectura a solas en un rincón tranquilo, y .o, el tiempo, para la jectura
propio paso deliberado . La poesía concreta no es el producto de la escri- del todo silenciosa. En la cultura de manuscrito y, por lo tanto, er los
tura sino de la tipografía, como ya se ha visto. La "deconstrucciítt" albores de la cultura de la impresión, la lectura tendía a ser una activi-
está ligada ala tipografía y no sólo ala escritura, como frecuentemente dad social, eD la cual una personaleía a otras en un grupo. Como ha
parecen suponer sus defensores. señalado Ste-iner ( 7967 , p- 383), la lectura en la intimiduá ..quiere de
un hogar lo bastante amplio para proporcionar aislamiento y tranquili-
dad al individuo. (E, la actualidad, los maestros de niños proveniántes
Epacros H¡Ás DIFUSoS de zonas de miseria están plenamente convencidos de que a menudo la
princip al raz6n de un mal desempeño escolar es que en una casa llena
Podemos enumerar interminablemente los efectos adicionales más o me- de gente no huy sitio donde un niño o una niña pueda estudiar conve-
nos directos que lo impreso ha tenido sobre la economía intelectual o la nientemente. )
"mentalidad" de Occidente. Lo impreso con el tiempo desplazí al anti- La impresión creó un nuevo sentido de la propiedad privada de las
guo arte de la retórica (de bases orales) del centro de la educación acadé- palabras. En una cultura oral primaria, las p"rrorras pued., g.rrrdar
cier-
mica. Estimulí y posibilitó en gran escala la cuantificación del saber, to sentido de derechos de propiedad sobre r., po.ma, pero no es lo
habi-
mediante el empleo del análisis matemático y de diagramas y gráfrcas. tual y por lo general resulta debilitado por la herencia común del saber
[,a impresión finalmente redujo el atractivo de la iconografía en el ma- ¡ropular, las fórmulas y los temas a los que recurre todo mundo. Con
nejo del conocimiento, pese al hecho de que las primeras fases de la im- la escritura, empiez a a desarrollarse el résentimiento contra el plagio.
presión hicieron circular ilustraciones iconográficas como nunca antes. Martial (i. 53.9), el antiguo poeta latino, utiliz alapalabr a ptagiqrrr, (ior-

L
I

130 LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO


CONCLUIDO t31
turador, saqueador y opresor) para alguien que se apropia lo escrito por independient e ' La impresión
encierra el pensamiento en miles
otro. Empero, no huy ninguna palabra latina específica con el significa- de una obra' con exactamente de copias
la mismu .o-posición visual y física
do único de plagiario o plagio . La tradición oral del lugar común toda- correspondencia verbal entre . La
copias del mismo impreso puede
vía era fuerte. En los primeros días de la impresión, sin embargo, a se sin recurrir en absoluto
al ,orrido, ,i*flem..rte por medio
verificar-
menudo se procuraba un decreto real o priuilegium que prohibiera la reim- un coteiador (hinman) sgbrepone de la
presión de un libro a cualquier otra persona que no fuera el editor origi- copias de
Ír, pági.ru, correspondienres devista:
dos
nal. Richard Pynson obtuvo tal priuilegium de Enrique VIII en 1518. .un texto y señala .á, una luz intermitente las variaciones a
quien revisa
En 1557, se constituyó legalmente la Stationers' Company en Londres, pz- se supone que el texto
ra fiscalizar los derechos de los autores e impresores o impresores y edi- ]mpreso representa las palabras de un autor
en su forma definitiva o "final"
pues'.t -.aio.rrtrral de Io impreso
tores, y para el siglo xvIII estaban tomando forma por toda Europa sólo lo concluido ' una vez que
se prep arael linotipo o una
es
occidental las modernas leyes de propiedad literaria. La tipografíahabía litográfica tt imprim: l, ht¡., plancha foto-
convertido ala palabra en una mercancía. El antiguo mundo oral comu- r
ras' inserciones)
.ij.ll: ya-ng acepta cambios (borradu-
con la facilidád
nitario se había dividido en feudos francos reclamados por particulares. contraste' los manuscritos,-it-u de los textos escritos. por
con sus observaciones o comentarios
La tendencia de la conciencia human a hacía un mayor individualismo gen (qt" a menudo se integraban al mar-
el texto.1.l3, copias subsiguientes),
había sido muy estimulada por la impresión. Por supuesto, las palabras sostenían, fuera de tr: p.opios
límites, un diá-logo'.o, el mundo
no eran del todo una propiedad privada. Hasta cierto punto seguían sien- identificaban más con la dinámica y se
de intercambio ae la expresión
do compartidas. Los libros impresos hacían eco unos de otros, de buen Los lectores de manuscritos están oral.
menos apartados del autor, menos
o mal grado. Al ponerse en marcha la era electrónica, Joyce enfrentó ausentes' que los lectoltt de quienes
escriben para el texto impreso.
plenamente las angustias de la influencia, y en Ulises y Finnegans'Wake tendencia hacia lo concluido o lo La
culminado , r3fgrzadapor la impresión,
emprendió premeditadamente la tarea de hacer eco de todo. a veces resulta extremadamente
fisi ca.
Al sacar las palabras del mundo del sonido primero tuvieron lo general están totalmente llenas .r-u" pagirus de ,, p.riódico por
-donde
origen en el intercambio humano activ y relegarlas definitivamente .lures de material impreso
se llaman "rellen65"-, y
sus líneas-ciertu,
de tipos por lo general están todas
ala superficie visual, y al explotar de otros modos el espacio visual para justificadas (es decir, todas
exactamente del
el manejo del conocimiento , lu impresión alentó a los seres humanos a preso resulta curiosamente tolerante -ir-o aicho). El texto im-
ante la inconclusión física. puede
pensar cada vez más en sus propios recursos internos (conscientes e in- producir la impresión, involuntaria
conscientes) como cosas, impersonales y religiosamente neutras. La im- el material tratádo por el texto .y sutil pero muy rear, de que
es, asimismo, completo o autónomo.
presión ayudó a la mente a sentir que sus posesiones se guardaban en Lo impreso crea fo'-u. de arte verbales
más ert...hamente cerradas,
alguna especie de espacio mental inerte. sobre todo en la narración. Flasta
Ia invención de la impren ta, laúnica
línea narrativa extensa elabora,ca de manera lineal
Ia Antigüedad estaba controlado era el tcatro, quc desde
y LO coNCLUIDO: LA IIN'fER'fEx'fuAt,II)AD por la escritura. Las tragedias de
Lo ttr¿trRESO des eran textos escrito' Eurípi-
I luego up..rdidos de memoria palabra por pala-
bra para su presentación o.á1. ó.r.,
la imprenta, la trima compacta se
Lo impreso produce una sensación de finitud, d. que lo que se encuen- cxtiende alanarración larga) enlu.rn,r.
tra en un texto está concluido, de que haalcanzado un estado de consu- fen en adelante,
la apartir de la época dc.Janc Aus-
Y alcanzasu punto culmirrorrt" en la histlria de
mación. Esta consideración afecta las creaciones literarias y la obra Ilstas ft,rmas serán tratadas ár, cletr:ctivcs.
er capíturo siguientc.
filoiófi ca o científica analítica. En la teoría literaria,^laimprentu^du
Antes de la impresión, la escritura misma alentaba cierto sentido dt: malismo y a la Nueva críti.o, con
o.ig"; en última instanc ia alfor-
su proÍLnda convicc:ión d. quc
una conclusión intelectual. Mediante el aislamiento del pensamiento en obra de arte verbal se halla circunscrita tclcla
L., .r, mundo particu lar,un , , ico-
una superficie escrita , apartado de todo interlocutor, haciendo en estt: no verbal" ' significativamente,
scntido la articulación autónoma e indiferente al ataque, la escritura prc- cha ' La culturá de manuscrito
u, icono es algo que se ve, ro se escu-
consicl..ó qr. las obras de arte
st:nta el enunciado y el pensamiento como separados de todo lo demás, estaban más en contacto con verbal
el pleno oral, y ,rrrr.a distinguieron
rlt: ¿rlr{una manera independientes, completos. Del mismo modo, la im- nera muy eficaz entre la poes íu
y la retórica. También eñ el capítulo
de ma-
¡rn'siírn sitúa el enunciado y el pensamiento en una superficie, despren- guiente hablaremos más sobre
ár formalismo y ranueva crítica.
si-
«li«los «k: todo lo demás, pero también va más lejos al indicar su caráctcr' La imprenta da lugar en última instanc
ia ala cuestión moderna de
LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO 133
Lo IMPRESO, EL ESPACIO Y Lo CONCLUIDO
r32
que procedían mediante frías definiciones y divisiones, las cuales condu-
Ia intertextualidad, la cual representa un asunto
muy importante en los
(Hawkes, t977, cían a más definiciones y mayores divisiones, hasta que se hubiera anali-
círculos tbnom.rroiógi.o, y críticos de la actualidad
literario y psicoló- zado y escudriñado la últim a partícula del tema. Un libro de texto ramista
refiere a un lugar común
p. l++). Laintertextáidad se
en la experien- sobre un asunto dado no sostenía un intercambio reconocido con algo
gico: es imposible crear un texto simple-.rri" basándose
que no fuera su tema mismo. Ni siquier a aparecían dificultades o '' ad'
cia vivida. un novelista escribe una novela
porque él o ella está
de la experiencia'
versarios". Un tema de estudio o " arte" , al presentarse debidamente
familia rizado(a) con este tipo de org anizactón textual
Atada según el método de Ramus, no entrañaba ninguna dificultad (según los
La cultura de manuscriio daba ñor hecha Ia intertextualidad'
seguidores de Ramus): si se definía y dividía de la manera indicada, to-
aún a latradición de lugare, .o-rrnes del antiguo
mundo oral , creaba
dos los aspectos del arte resultaban plenamente evidentes y el arte en sí,
textos con base en otros textos, haciendo adaptaciones,
deliberadamente completo y autónomo. Ramus relegaba las dificultades y refutaciones de
temas comunes, ini-
modificaciones y compartiendo las fórmulas y los los adversarios a "disertaciones" (scholae) separadas sobre la dialéctica,
elaboraba como formas literarias nue-
cialmente orales, a p.ru, de que ros
la retórica, la grarnática, la aritmética y todo lo demás. Estas disertacio-
lo impreso, de suyo, tiene
vas, imposibles sinla escrituia. La cultura de nes se ubicaban fuera del "arte" autínomo. Además, el material en ca-
considerar una obra como " ce-
una disposición mental distinta. Tiende a da uno de los libros de texto ramistas podía presentarse en compendios
en misma.Lacultura del texto
rrad.a,, , apartadade otras, una unidad sí
o esquemas dicotómicos impresos, los cuales mostraban exactamente cómo
los conceptos románticos de "originalidad" y "es'
impreso dio origen a el material se organizaba especialmente en sí y en la mente. Cada arte
aún más de las otras
píritu creador,,,-los cuales aíslan una obra individual influen- en sí estaba completamente separado de otro, así como las casas con es-
como independientes de
y perciben sus orígenes y significados pacios abiertos entre ellas están separadas unas de otras, aunque las ar-
cias exteriores, al menos en .I .uro ideal. En las
últimas décadas, las doc-
tes se mezclaban en el "uso"; es decir, al elaborar un pasaje dado de
surgieron para contrarrest ar la estética
trinas sobre Ia intertextualidad discurso, se utilizaba simultáneamente la lógica, la gram ática, la retóri-
impreso. - . y casi provo-
aislacionista de una cultura romántica del iexto ca y tal vez otras artes también (Ong, 1958b, pp. 30-31, 225-269 y 280).
porque los escritores
caron una conmoción. Eran aún más inquietantes Un correlativo del concepto de lo concluido fomentado por 1o impre-
modernos, angustiosamente conscientes áe la historia literariay de la in-
de que so era el punto de vista fijo, el cual, según lo señala Marshall Mcluhan
están preocupados
tertextrulíd. { ¿, facto de sus propias-obras,
de que qui- (L962, pp. 126-L27, 135-136), naciíjunto con la imprenta. Con el pun-
nuevo o fresco,
tal vezno estén produciendo ,rudá realmente to de vista fijo ) era posible conservar un tono invariable a todo lo largo
"influen cía" de los textos de otros'
zá seencuentren totalmente bajo la de una larga composición en prosa. El punto de vista fijo y el tono inva-
La obra The Anxiefit of Inftuence (1973), de]Iarold Bloom, ffata esta
an-
riable manifestaban, por una parte, una distancia rnayor entre el escri-
tenían pocas in-
gustia del escritor modeino. Las c.rltúras de manuscrito tor y el lector y , por otra, una mayor comprensión tácita. El escritor podía
sobre la influencia que pudieran recibir, y las
quietudes, si las tenían, emprender su propio camino confiadamente (mayor distancia, falta de
culturas orales virtualmente no recibían ninguna. , preocupación). No había necesidacl de hacer de todo una especie de sáti-
las obras litera-
Lo impreso crea un sentido de Io concluido no sólo en ra menipea, una rnezcla de varios puntos de vista y tonos para diversas
y científico' Con
rias, sino también en los tratados de análisis filosófico sensibilidades. El escritor podía confiar en que el lector se adaptaría (ma-
o" menos discursi-
la imprenta apareció el catecismo y el ''libro de text ,
yor entendimiento). Puede decirse que en este momento nace el "públi-
anterio-
vos y menos disputadores que b Áuyoría de las presentaciones
texto expo- co lector": una considerable clientela de lectores, desconocidos perso-
res de un tem a académico aáao. Los catecismos y los lib_ros de
aprender de nalmente para el autor pero capaces sin ninguna duda de habérselas con
,,hechos,, o sus equivalentes: enunciados llanos, fáciles de
nían ciertos puntos de vista más o menos establecidos.
.que explicaban de manera crara y sucinta l.a situación de un
memoria,
de las culturas ora-
campo dado. por contraste, enunciados memorables
con rasgos de tradición oral, tendían a ser
les y de manuscrito aún _la Posl-r'IpoGRAItÍA' LA I,lt.Flc't'lt cit ¡tr;e
de tipo proverbiar, por ro que. pi.r.rrtaban no
"hechos" sino reflexio-
nes, a menudo de ord.r, grrómi.o, gue invitab
ar' ala meditación ulterior
La transfbrmación electrónica de la expresión verbal ha prof'un dizado
por las Paradojas que encerraban el sometimiento, iniciado por la escritura e intensificado por lo impreso?
petrus Ramus (1515 -1572) produjo los paradigmas del género de los de la palabra al espacio, y ha conducido a la conciencia hasta una nueva
las materias de
libros de texto: libros de texto virtrál-.nte para todas era de oralidad secundaria. A pesar de que la relación completa entre
gramática, aritmética, etcétera),
las artes (dialéctica o lógica, retórica,
LO IMPRESO, E,L ESPACIO Y LO CONCI,UIDO 135
13+ Lo IMPRESO, EL ESPACIO Y Lo CONCLUIDO
porque no se conocía ninguna otra posibilidad. En nuestra época de ora-
entre oralidad y co-
la palabra proces ad,aelectrónicamente y la polaridad lidad secundaríatendemos, deliberada y sistemáticamente , z organizar-
libro
nocimiento de la escritura -materia de estudio del presente nos en grupo. El individuo considera que a él o a ella, como individuos,
en su totalidad
tituye en sí un tema demasiado vastJ para ser considerado debe interesarles todo lo social. A diferencia de los miembros de una cultura
aquí, es preciso establecer algunos puntos'
oral primaria, que tienden hacia lo externo porque han tenid<> poca
pese a lo que a veces se diie, los aparatos electrónicos no están elimi-
más. Las en- oportunidad de practicar la introspección, nosotros tendemos hacia lo
nando los libros impresos, sino que.n r.rlidad producen externo porque hemos buscado el interior. En un sentido semejante , ahí
miles de libros y artículos
trevistas grabadas electrónicamente producen donde la oralidad primaria estimula la espontanerdad porque no disponc
,,hablados,,, los cuales nunca hab rían llegado a ser textos impresos sl
refuerza el anti- del poder de reflexión analítica que aporta la escritura, la oralidad secun-
no existiera íu g..bación. En este caso, el nuevo recurso daria despierta la espontaneidad porque, a través de la reflexión analíti-
guo; pero, desáe luego, lo transforma, porque propicia
un nuevo estilo
de la era de Ia tipogra- cz, hemos decrdido que Ia espontaneidad es algo bueno. Planeamos
conscientemente inforá.r, pues las genéraci,ones
cuidadosamente nuestros actos para asegurarnos de que sean del todo
oral po; Io gele.ral debiera ser informal (la
fía creen que el intercambiá
generación orar opina que genera[mente debiera ser formal; ong, 197 l, espontáneos.
anteriormente, la comPost- El contraste entre la oratoria en el pasado y en el mundo actual pont:
ip. B2-g1). Además, .orno y. t. ha señalado reemplazando las formas más claramente de relieve la diferencia entre la oralidad primariu y la secun-
ción con terminales d. .o*putadora está daria. La radio y la televisión han llevado a importantes figuras políticas,
modo que, er poco tiempo, casi
antiguas de composición tiptgráfica; de
como oradores, a un público más amplio de lo que nunca había sido po-
ráallrará, de una manera u otra, con ayuda de
todo material impreso se
sible antes de los modernos adelantos electrónicos. Por lo tanto, en cier-
equipo electróniáo. y, por supuesio, todo tipo de información, reunida
para engrosar la to sentido la oralidad ha alcanzado un reconocimiento del que nunca antes
o procesada electrórri.r-ente, llega hasta la impresión
y la distribución había gozado. Sin embargo, no se trata de la antigua oralidad . La orato-
producción tipográfica. Final*.át.l .1. procesamiento
ria al eitilo antiguo, proveniente de la oralidad primaria, ha desapareci-
espacial de la palabra como secuencia, iniciados
por la escritura y eleva-
ro1 incrementados do para siempre. En los debates entre Lincoln y f)ouglas, en 1858, los com-
dos a un nuevo orden de intensidad por ra imprenta, batientes eso es lo que clara y realmente era se enfrentaron a
al máximo el someti- -pues
todaví a rnáspor la computado ra,la cual aumenta
menudo al aire libre, bajo el ardiente sol de verano de Illinois, ante públi-
movimiento local (electrónico), Y Per-
miento de la palabr a al.rpu.io y al
cos de hasta 1,2 mil o 15 mil personas que también participan con-
la u.rálíti ca al volverla virtualmente instant ánea'
feccion a secuencia gran ardor (en Ottaway Freeport, Illinois, respectivamente; Sparks, 1908,
Al mismo tiempo, con el teléfono, Ia radio, la televisión y varías
cla-
nos ha conducido ala era pp. 137-138, 189-190), y cada uno hablaba durante hora y media. El
ses de cintas sonoras, la tecnología electrónica pii-.r orador disponía de una hora; el segundo, d. una hora y media,
Esta nueva oralidad posee asombrosas si-
de la,,oralidad secundaria". y el primero, de otra media hora de refutación, todo ello sin equipo de
militudes con la antigua en cuanto a su mística de la participación, su
en el momento amplificación . La oralidad prim aria se hacía sentir en el estilo acumula-
insistencia en un sentido comunitario, su concentración tivó, redundante, cuidadosamente equilibrado y altamente agonístico,
presente, e incruso su empreo de fórmuÍas (ong, 1971,pp.284-303;1977, así como en la intensa acción recíproca entre el orador y el auditorio.
más deli-
pp. 16-+9, 305-3 +l). pero en esencia se tratade una oralidad escritura y del Los polemistas quedaban roncos y físicamente exhaustos al final de cada
de la
berada y fbrmal, bas ad,apermanentemente en el uso encuentro. Los debates presidenciales que se realizarr en la televisión hoy
tanto para la fabri-
material impreso, los ..rrl., resultan imprescindibles en día son completamente ajenos a este mundo oral más antiguo. E,l pú-
cación y operación del equipo como para su uso' blico está ausente, invisible, inaudible. Los candidatos son acomodados
oralidad
La oralidad secund ariaes extraordinariamente parecida ala que en pequeñas y estrechas cabinas, haccn brcvcs prcscntacir)nes, y sostic-
primar ia, y también asombrosamente distinta de ella. Al igual ésta,
de grupo, pues nen con su oponente breves y agudas conversaciones en las cuales cual-
la oralidaá secund aria ha engendrado un fuerte sentido
a los oyentes en un grupo, uo- quier matiz agonístico es deliberadamente neutralizado. Los medios
el escuchar palabras habladas convierte electrónicos no toleran una demostración de antagonismo abierto. Pese
como la lectura de textos escritos o impresos pro-
vcr,Cacl..o plblico, así a su refinado aire de espontaneidacl, cst«rs mcdios son dominados por corrt-
Ia introspección en los individuos. sin embargo, la oralidad
¡ric:ia que pleto por una tendencia hacia los espacios cerrados que es herencia de
,..rrd ariaorigina un interés por los grupos inmensamente mayoresAde- la imprenta: una muestra de hostilidad podría romper los límites esta-
los de una cultura oral p.i.rraiia: la 'ialáea global" d-e
Mcluhan'
predominaba el grupo blecidos, el control riguroso. Los candidatos se adaptan ala psicología
r,ás, antes de la escritura, en las culturas orales
136 LO IMPRESO, EL ESPACIO Y LO CONCLUIDO
gentil y escolarizado, es
de ros medios. rJna cualidad de ro doméstico,
sólo las personas de edad muy
el común denominador. En la actualidad,
cuando todavía estaba
avanzada pueden record ar c6mo era la oratoria
orales pri_marias. otros tal Yez escu- VI. MEMORIA ORAL, LA TíNEA NARRATIVA Y LA
en contacto activo con sus raíces figuras pú-
chen más oratoria, o al menos más-ptati.ál d. Ias principales CARACTERIZACTÓX
hace un siglo. Empero, lo que
blicas de lo que comúnmente oía la gente
ú antigua oratoria (que se remonta
perciben les hablará muy po:o de
hasta dos milenios y mucho más atrás) La pnruecÍn DEL TRAZADo NARRATTvo
desde los tiempos pre-eleátio.ri.os
de pensamiento orales de las que
o del estilo de vida oral y las estructuras Er ceruuo de la oralidad a la escritura se registra en muchos géneros de
I

I
surgió dicha oratoria' arte verbal: la lírica, la narrativa, el discurso descriptivo, la oratoria (com-
t
pletamente oral, hasta la oratoria organizada caligráficamente y el dis-
t curso público adaptado para la televisión), el teatro, las obras filosóficas
y científicas, la historiografíayla biografía, por mencionar sólo unos cuan-
tos. Entre ellos, el género más estudiado desde el punto de vista del cam-
I
bio de la oralidad ala escrituraha sido la narrativa. Será de utilidad
aquí considerar algunos estudios sobre la narrativa para indicar algunas
de las hipótesis más recientes ofrecidas por los estudios sobre la oralidad
y La escritura. A la narrativa podemos, para los presentes propósitos, asi-
milar el teatro, el cual, mientras presentala acción sin una voz narrati-
yz, aún cuenta con una línea de acción, como sucede en la narración.
Claro está, otros factores desarrollados en la sociedad , aparte del giro
de la oralidad a la escritura, ayvdan a determinar la evolución de la na-
rrativa através de las épocas: la cambiante organizaciín política, el de-
sarrollo religioso, los intercambios culturales y mucho más, incluyendo
los adelantos en los otros géneros verbales. Este tratamiento de la narra-
ción no pretende reducir toda causalidad al cambio de la oralidad a la
escritura, sino sólo mostrar algunos de los efectos producidos por dicho
cambio.
La narración es en todas partes un género muy importante del arte
verbal, que aparece regularmente desde las culturas orales primarias hasta
el avanzado conocimiento de la escritura y el procesamiento electrónico
de la información. En cierto sentido ,la narración es capital entre todas
las formas de arte verbales porque constituye el fundamento de tantas
otras, a menudo incluso las más abstractas. El saber humano procede
del tiempo. Aun detrás de las abstracciones de la ciencia, se encuentra
la narración de las observaciones, con base en la cual se han formulado
las abstracciones. Los estudiantes en un laboratorio de ciencias tienen
que poner los experimentos "por escrito", es decir, tienen que narrar
lo que hicieron y lo que sucedió cuando lo hicieron. A partir de la narra-
ción, es posible establecer ciertas generalizaciones o conclusiones abstrac-
tas. Detrás de los proverbios, los aforismos, la especulación filosófica y
el ritual religioso, está la memoria de la experiencia humana, esparcida

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