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Ladrillos de barro y paja

Un poco de historia
El adobe es una de las técnicas de construcción más antiguas y populares del mundo.
Su uso ha sido registrado a más de 10 mil años en las más variadas zonas y climas del
planeta.
El adobe
Es posible hacer ladrillo de adobe con cualquier tipo de tierra, ellos no exigen una
mezcla precisa de arcilla y arena. Se Secan al Sol y no llevan más que unos pocos días
para quedar listos. La observación es necesaria, sin embargo, la calidad de los ladrillos
(mayor o menor resistencia) van a resultar de la calidad de la tierra. El ideal para
hacerse los ladrillos es el barro con 30% de arcilla en su composición.

Haciendo los ladrillos


Que necesitamos: Agua, Tierra, Paja o fibra vegetal resistente y los moldes, en
general de madera.
La mezcla para asentar los adobes en la pared es la misma que se usa para
hacerlos. De esta manera, logramos hacer una casa sin el uso del cimento.
La mejor, más divertida, terapéutica y interactiva manera de preparar el barro es con
los pies, y preferencialmente, unos cuantos de ellos. Pisamos el barro mientras se lo
mojamos, y para algunos de nosotros, mientras también cantamos y bailamos.

La paja picada es agregada durante el pisoteo. Es importante mezclarla bien al barro.


Con práctica, vas a descubrir la cantidad de agua más adecuada para prepararse los
ladrillos. Pero cuidado para no echar demasiado agua, la mezcla no debe estar muy
mojada. Cuando obtengas una mezcla homogénea, ponla en los moldes empezando
por los rincones. Es importante colocar la mezcla en el molde de una forma que no se
quede aire adentro de los ladrillos, lo más práctico es arrojarla con fuerza. El tamaño
de los ladrillos cambia conforme el alto que se desea darle a la pared y a la facilidad de
manejo de los materiales. Con ladrillos grandes se construye más rápido, pero también
son más pesados y más complicados para trabajar. Apenas el molde este debidamente
llenado, es posible retirarlo. El barro mantendrá la forma si la cantidad de agua esta
correcta. Pero recuerda que los ladrillos recién moldados no deben ser manipulados.
Ellos deben permanecer secando en el mismo local donde fueran fabricados,
debidamente protegidos de lluvias. Los moldes pueden ser unitarios, haciéndose un
ladrillo a la vez, pueden ser dobles o con cantidades más convenientes. Eso va a
depender del espacio disponible, de las condiciones del terreno, de la cantidad de
personas involucradas y de la creatividad.
El tiempo hasta que estén secos es al menos de 3 días, pero esto puede cambiar
dependiendo de la cantidad de agua usada, el tipo de tierra y de las condiciones
climáticas de tu zona.
Algunos consejos técnicos
Las paredes de adobe deben ser levantadas arriba de una base impermeable. Los
ladrillos no pueden estar en contacto directo con el suelo para evitarse los problemas
de humedad. Los ladrillos de adobe son dispuestos de la misma manera de los ladrillos
convencionales. Recuerda poner piezas de madera u otros materiales que permitan la
marcación y fijación de las aberturas en el fin de la construcción. Una pared de
adobe debe ser gruesa suficiente para mantener fresco adentro por el día, pero fina
suficiente para transferir calor a la noche. En climas templados el adobe es menos
efectivo en la conservación del calor por su masa térmica relativamente densa.
Lo Bueno del adobe
Actúa como filtro mejorando la calidad del aire en el interior de la construcción
Fácil aprendizaje de la técnica
Uso de materiales locales
Bajo costo
Poca inversión en materiales de suporte
No lleva cimento
Más de 10 mil años de eficiencia comprobada
Hacer los ladrillos es rápido y sencillo
Una solo persona puede hacer los ladrillos y con ellos construir
Uso de herramientas sencillas
Lo no tan bueno del adobe
Los ladrillos son sensibles a humedad
Es necesario esperar a que los ladrillos sequen
No sirve como pared estructural cuando es usado sin refuerzos
Como hacer un horno de barro

Construcción
Una forma más bien campestre de ubicar un horno de barro es la realización de una
plataforma sobre la cual empezar la verdadera construcción del mismo. Para tal propósito
se entierran en un lugar cerca de la casa, a la sombra de una arboleda, cuatro postes de
madera poco sujetos al deterioro climático y a la altura de unos 70 centímetros del suelo,
se unen los extremos con travesaños de buena madera. Arriba de este soporte se coloca,
bien nivelada, una planchada de loza de unos diez cms. de espesor y de la dimensiones
acorde al horno que se le vaya a construir arriba. Nosotros optamos más por una
construcción de mampostería, en este caso de ladrillos comunes, dejando algún medio
faltante para que esta piecita, con una buena boca, se transforme en depósito de leña y
otros utensilios. La construcción de la bóveda implica la necesidad de un encofrado
semiesférico de madera prolijamente hecho y es conveniente también recavar el formato
del arco de la puerta o la forma que usted establezca. De esta manera podrá trabajar con
la seguridad que en un cierto momento no se venga todo abajo con la correspondiente
desazón que ocasiona el hecho. Si no quiere incursionar en estas habilidades de
carpintero, puede formar con tierra o arena húmeda, un cúmulo semiesférico para que le
sirva de guía y apoyo, sea cuando se vayan asentando los ladrillos horizontalmente en
hileras circulares más estrechas o radial, es decir, cada ladrillo mirando el centro de la
base. Con esta última opción, el interior de la bóveda quedará sin dientes y lisa. La ayuda
de un piolín clavado con una punta en el centro de la base del horno, con un radio igual al
de la calota esférica, le facilitará la forma del “molde” de tierra o arena, que lo guiará sin
problema durante la atenta labor para concretar una de la más útil invención de la
antigüedad. Ha que evidenciar que los expertos no necesitan de ningún molde, solamente
del piolín que lo guía en la colocación de los ladrillos a la misma distancia del centro de la
base, ¡pero hay que hacer muchos hornos para eso..!
Ordenando las ideas tenemos:
Una capa de ladrillos asentados con barro sobre el soporte de loza. Una capa circular de
ladrillos que es comienzo de la base de la bóveda del horno. El interior se rellena con sal
gruesa o vidrio molido o una mezcla de ambos. Este relleno es necesario para que la
base del horno absorba las dilataciones o contracciones debidas a las altas temperatura
allí imperantes. Otra capa de ladrillos pegados con barro formando sea una segunda
pared circular del horno, sea el mismo piso. La capa que representará el piso puede ser
de ladrillos refractarios. Es preferible para poder hornear pizzas a la piedra, por
ejemplo. Desde aquí se empieza la verdadera construcción de la bóveda. Los ladrillos
debe cortarse en forma trapezoidal para que adhieran uno con el otro con la menor
cantidad de barro posible. Tampoco deben mojarse.
El Barro
Para obtener el barro con el cual pegar los elementos constructivos del horno, se mezclan
un 70/% de tierra negra o arcillosa cernida, con algo de pasto seco picado (paja brava) y
el resto bosta de equinos o vacunos con la cantidad de agua necesaria para que el
resultado final sea un pegamento, ni chirle ni duro, mas bien plástico. Hay que dejarlo
fermentar por lo menos quince días, en un recipiente grande con una aislamiento en la
base de una película gruesa de polietileno para que no se seque, y cubriéndolo con otra
tanto.
La boca del horno
Puede construirse simultáneamente con la bóveda, con la ayuda de un recorte
semicircular de un bidón de cien litros o si tiene la posibilidad comprar una tapa de hierro
o en fundición con tapa a guillotina.
La chimenea
Es preferible ubicarla en la parte lateral trasera izquierda a una altura igual al 7/10 de
radio de la bóveda. El diámetro se calcula en unos 10/15 centímetros. Un ladrillo calado
con la forma de este hueco, envuelto en un pedazo de bolsa arpillera mojada, sirve de
tapón una vez que el horno está listo para hornear. La aplicación de un tramo de caño
galvanizado de 4 o 6 pulgadas insertado en tal salida y sellado con barro hará que el tiraje
sea más eficiente y puede taparse la extremidad con una hermosa lata de durazno
vacía...
El revoque
Después de unos días de secado de la bóveda, se procede al revoque externo, con el
mismo barro, aplicando capas delgadas hasta un espesor de alrededor de dos pulgada.
La tapa
Si no ha tenido la gran suerte de colocar de estas hermosas puertas hecha para horno de
barro, una chapa de hierro recortada según el diseño de la boca del horno, con una
manija de hierro en forma de triángulo soldada con la base menor a nivel del piso, es la
manera más practica para mantenerla vertical cuando se apoya contra la boca del horno.

El encendido
Después de haber hecho secar el horno por varios días, finalmente llega la hora de la
verdad: encenderlo para curarlo y constatar la bondades sea para conservar el calor, sea
para cocinar. Abra la obturación de la chimenea y la boca del horno.
Los pedazos de madera blanda de los cajones de fruta sirven excelentemente para
empezar un fuego con abundantes llamas. Esta hoguera debe alimentarse con más y más
leña por al menos una hora u hora y media hasta que la bóveda interior del horno, de
negra va poniéndose blancuzca. Consumida las llamas y apartada la brasa a un costado
del horno, la manera usual de tantear la temperatura es la de tirar adentro un papel de
sulfito arrugado: si se prende enseguida, el horno estará demasiado caliente, en este caso
enfriar el piso con una bolsa arpillera mojada. Si el papel tiende a prenderse estará a
punto. Y si no opte para comprarse un pirómetro... Una temperatura muy fuerte es hablar
de 300ºC, una fuerte de 270ºC, una media fuerte 200ºC... Tape la salida de la chimenea.

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