Sunteți pe pagina 1din 10

Capítulo Segundo

ELEMENTOS DESCRIPTIVOS DEL TIPO

I. INTRODUCCIÓN

72. La norma penal pretende vincularse con una realidad


social histórica de un momento y lugar determinados; en ella ha
de realizar sus funciones, en relación con los comportamientos
concretos de quienes componen esa sociedad para prevenir la
realización de conductas antijurídicas. Desde este punto de vista,
si la norma pretende describir conductas –humanas, externas y
finales–, el mejor modo de hacerlo será mediante una referencia
directa a la realidad sensible, sea material o psicológica. El recurso
a elementos descriptivos sería, entonces, la técnica legislativa más
adecuada para la configuración de un tipo penal. Además, ellos
parecen estar en consonancia con las exigencias que emanan del
principio de legalidad en el ámbito penal y, por su naturaleza
fáctica y formulación a través del lenguaje común, no deberían
plantear dificultades al juez en su tarea de aplicación de las nor-
mas, ni a los sujetos a quienes van dirigidas, para su conocimiento
y comprensión.

73. En verdad, poco se discute sobre el contenido y las supuestas


ventajas de los términos descriptivos161. Sin embargo, al profundi-
zar en su estudio es fácil advertir que estas cuestiones no son tan
obvias. Su propia existencia, por contraposición con los elementos
normativos –en cuanto esta distinción tenga un sentido funcional

161
En general sólo se los define brevemente para, acto seguido, estudiar con
detenimiento los elementos normativos y su trascendencia en el campo del error
o del principio de determinación.

87
LA FORMULACIÓN DE TIPOS PENALES

y no meramente académico–, así como su correspondencia con el


mandato de determinación, pueden llegar a cuestionarse.

74. Pero para analizar estos temas es necesario contar primero


con una definición clara, un criterio de delimitación específico
que determine cuál es el contenido que caracteriza a los términos
descriptivos y que los diferencie de su tradicional correlato, los
términos normativos.

II. CONCEPTO

75. Tradicionalmente los elementos descriptivos se conciben como


aquellos términos que extraen su significado directamente de la realidad de
la experiencia sensible, es decir, que reproducen determinados datos o
procesos corporales o anímicos y que son verificados de modo cog-
noscitivo por el juez162. En otras palabras, términos que contienen
descripciones asequibles a la percepción sensorial y que no requieren
de un juicio valorativo para su conocimiento y comprensión.
Así, el criterio de distinción con los términos normativos sería
la forma de aprehensión del objeto o del proceso al que se refiere
el elemento típico: son descriptivos los elementos sensorialmente
perceptibles, por mera observación163; son normativos aquellos cuya
aprehensión implica un proceso de valoración o de comprensión
intelectual.

162
De este modo la expone, como la posición tradicional, ROXIN, Derecho Penal.
PG I (trad. Luzón Peña/Díaz y García Conlledo/De Vicente Remesal), Madrid,
1997, §10/58, p. 306.
163
Caracteriza esta posición como uno de los polos sobre los que gira la distin-
ción entre elementos descriptivos y normativos, DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, en Estudios
jurídicos, p. 660, n. 12. En España ha sido, con matices, la concepción mayoritaria,
v.gr. BACIGALUPO, Principios, p. 234; BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE/ARROYO ZAPATE-
RO/GARCÍA RIVAS/FERRÉ OLIVE/SERRANO PIEDECASAS, Lecciones de Derecho penal. PG,
2ª ed., Barcelona, 1999, p. 157; BUSTOS RAMÍREZ, Manual de Derecho penal. PG, Barce-
lona, 1994, p. 270; CEREZO MIR, Curso de Derecho penal español. PG, II, Teoría jurídica del
delito, 6ª ed., Madrid, 1998, p. 117; CUELLO CONTRERAS, El Derecho penal español, curso
de iniciación. PG, 2ª ed., Madrid, 1996; DEL ROSAL, Tratado de Derecho Penal español,
I, 3ª ed., Madrid, 1978, p. 781; MIR PUIG, Derecho penal. PG, 7ª ed., Barcelona, 2004,
L 9/66; POLAINO NAVARRETE, Derecho penal. PG, I, Barcelona, 1996, p. 410; RODRÍGUEZ
DEVESA/SERRANO GÓMEZ, Derecho Penal español. PG, 18ª ed., Madrid, 1995, p. 416, y
RODRÍGUEZ MOURULLO, Derecho penal. PG, Madrid, 1978, p. 253.

88
INSTRUMENTOS Y ESTRUCTURAS DE TÉCNICA LEGISLATIVA

76. Pero, aun estimando que lo determinante es la forma de


aprehensión del objeto a que se refiere el término, algunos autores
plantean el problema con leves, pero significativas, modificaciones.
Los criterios de lo fáctico y lo sensible son reemplazados por otros
parámetros que caracterizarían mejor a este grupo de elementos y
se los describe, por ejemplo, como términos cuyo contenido y significado
se obtiene por medio de conceptos que proporciona la experiencia y el propio
significado gramatical de los términos164, o, en forma más simple, como
aquellos que utilizan palabras del lenguaje común165.
En sentido negativo, el resultado final es el mismo, esto es, se considera que
los términos descriptivos son elementos que no requieren de un especial
proceso intelectivo y valorativo para su comprensión. Pero el motivo por
el que se llega a dicha conclusión es diverso. En el primer caso la valora-
ción no es necesaria en virtud del carácter eminentemente fáctico de los
términos. Según el segundo criterio, en cambio –y sin negar que general-
mente estos términos aluden a realidades sensibles–, no se requiere un
especial juicio valorativo para la comprensión de su contenido, porque los
términos han sido previamente incorporados, de un modo más o menos
uniforme, en el mundo de conocimientos y experiencias de los sujetos de
una determinada comunidad166.

77. Por último, es posible reconocer otro intento de definición,


que en este caso opera por exclusión. De conformidad con este
criterio, lo esencial para la distinción entre términos descriptivos y
normativos es la referencia a normas, imprescindible en estos últimos
y no así en los primeros. Por tanto, si el elemento es comprensible
sin necesidad de remitirse a algún –cualquier– género de normas,
podrá considerarse descriptivo. Ello puede ocurrir porque a través

164
Cfr. MORALES PRATS, en QUINTERO OLIVARES (drg.), Manual de Derecho
Penal. PG, Pamplona, 1999, p. 60. BUSTOS RAMÍREZ, “El tratamiento del error en
la reforma de 1983: artículo 6 bis a)”, en ADPCP 1985, p. 707, estima que para su
conocimiento basta con una aprehensión sensorial y, según el caso, una menor o
mayor adecuación con una significación lingüística general. COBO DEL ROSAL/VI-
VES ANTÓN, Derecho penal. PG, p. 331, aluden a que en su interpretación se ha de
recurrir a la experiencia externa o interna del sujeto.
165
Vid. LANDECHO VELASCO/MOLINA BLÁZQUEZ, Derecho penal español. PG, 5ª
ed., Madrid, 1996, p. 251.
166
PALAZZO, Il Principio di determinatezza nel Diritto penale, Padova, 1979, p. 334,
calificaba como descriptivos tanto los elementos naturalísticos (los que pertenecen
al puro estrato naturalístico del ser), como aquellos que deben su subsistencia ob-
jetiva y real al estado actual de la civilización y de la cultura. En el mismo sentido,
PADOVANI, Diritto penale, 5ª ed., Milano, 1999, p. 138.

89
LA FORMULACIÓN DE TIPOS PENALES

de él se enuncia directamente una realidad sensorial, o porque las


palabras por las que se expresa pertenecen al lenguaje normal y
no pretenden ofrecer una significación diferente de aquella que
se deduzca de su lectura167, o porque son parte del saber empírico
y lógico de los hombres168. Todas estas no son más que causas que
determinan lo esencial, lo característico, que consiste en que en los
términos descriptivos no es necesario referirse a alguna norma para
precisar su significado y contenido.

III. CLASES DE ELEMENTOS DESCRIPTIVOS

78. Entre las diversas clases de términos descriptivos que es po-


sible distinguir, en algunos supuestos puede resultar discutible que
se trate de elementos de esta categoría, lo que va a depender del
criterio que se adopte para definirlos. Así, a través de la clasificación
se podrá delimitar mejor el contenido de los elementos descriptivos,
al decidir en cada una de las categorías enunciadas si se trata o no
de este modelo de elementos169.
a. Elementos naturalísticos: hacen inmediata referencia a una
realidad de la naturaleza, individualizable con seguridad a través
de la experiencia común, sin que exista escisión entre el momento
perceptivo y el momento valorativo, o, por decirlo de algún modo,
en que el juicio valorativo está inmediatamente incorporado en la
percepción de la realidad170. Tal es el caso de conceptos como el de

167
Cfr. QUINTERO OLIVARES, Manual, p. 309.
168
Cfr. LUZÓN PEÑA, Curso de Derecho Penal. PG, I, Madrid, 1996, p. 351, ca-
racteriza a los elementos descriptivos como “aquellos para cuyo conocimiento y
comprensión basta con el común saber empírico y lógico de los hombres sobre sí
mismos y sobre las realidades y fenómenos del mundo exterior, sin necesidad de
recurrir a normas para comprender su significado”. En el mismo sentido, DÍAZ Y
GARCÍA CONLLEDO, en Estudios Jurídicos, p. 662.
169
Esta enunciación de categorías suele formularse –de modo asistemático–
entre los autores italianos, al estudiar la conformidad de los diferentes términos
utilizados en los tipos penales con el principio de legalidad. Así, por ejemplo,
MANTOVANI, Diritto Penale, 3ª ed., Padova, 1992, p. 102; MARINUCCI/DOLCINI, Corso
di Diritto Penale 1, 2ª ed., Milano, 1999, pp. 70 y ss., y PADOVANI, Diritto Penale, p. 37.
En España la doctrina clásica conserva la distinción entre elementos descriptivos
objetivos y subjetivos, la que no se considerará aquí, pues no colabora en la defi-
nición de la categoría.
170
Cfr. MANTOVANI, Diritto Penale, p. 102.

90
INSTRUMENTOS Y ESTRUCTURAS DE TÉCNICA LEGISLATIVA

hombre, cosa, etc. Este grupo prácticamente coincide con la definición


tradicional de término descriptivo –como elemento susceptible de
percepción sensorial que no requiere de valoración–, y podría con-
siderarse la categoría básica. Pertenecen a ella todos los términos
considerados descriptivos, salvo que encuadren mejor en una de las
siguientes caracterizaciones.
b. Elementos numéricos: expresan una cantidad exacta. Por ejem-
plo, la referencia a “menores de trece años” (art. 181 CP), “durante
dos meses” (art. 227 CP), “beneficio económico superior a 600.000
euros” (art. 285 CP), etc.171.
c. Elementos temporales o cuantitativos (de naturaleza no numérica):
expresan una realidad no predeterminable por el legislador, por lo
que requieren una apreciación o juicio de valoración posterior para
completar la fórmula indeterminada expresada en la ley, juicio que
puede ser de naturaleza temporal o cuantitativa. Son concebidos
como elementos descriptivos por algunos autores172, pero esta ca-
lificación es cuestionable en cuanto requieren de una valoración,
aun cuando aludan a realidades sensibles. Podría considerarse una
categoría incorporada como parte de la siguiente, por lo que me
remito a lo que se dirá a continuación.
d. Elementos teoréticos o cognoscitivos: su conocimiento hace refe-
rencia a reglas de experiencia, técnica o no. Son considerados como
descriptivos sólo por parte de la doctrina173, pues obligan al intérprete
a formular un juicio que, aunque de carácter puramente teórico o

171
Se utilizan, en especial, en materia económica, como límites cuantitativos
que deslindan el injusto penal del meramente administrativo. Vid. sobre esto y la
discusión en torno a si constituyen elementos del tipo o condiciones objetivas de
punibilidad, MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ, Derecho penal económico. PG, Valencia, 1998,
pp. 141 y ss.
172
Así algunos italianos, como MARINUCCI/DOLCINI, Corso di Diritto Penale,
p. 73, y PADOVANI, Diritto Penale, p. 37.
173
DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, en Estudios Jurídicos, pp. 662 y 668, los considera
descriptivos o probablemente descriptivos, haciendo referencia a otros autores de
igual parecer, como ENGISCH, KINDHÄUSER y KUHLEN (n. 33). KINDHÄUSER, por
ejemplo, rechaza la utilización de los criterios de la percepción sensorial o de la
comprensión intelectual para diferenciar los elementos descriptivos de los normativos,
ya que no podrían ser aplicados a términos conceptuales que han de ser definidos
en razón del lugar que ocupan en una teoría (como, por ejemplo, “energía nuclear”
o “rayos ionizantes”), cit. por SUAY HERNÁNDEZ, ADPCP 1991, p. 114.

91
LA FORMULACIÓN DE TIPOS PENALES

técnico174, siempre implica alguna forma de valoración175. Además,


muchos de ellos no designan objetos aprehensibles sensorialmente,
por lo que el criterio de la percepción sensorial tampoco permite
estimarlos descriptivos. Es el caso de expresiones como “energía
nuclear” o “elementos radiactivos” (art. 341 CP), “radiaciones ioni-
zantes” (art. 343 CP), “medicamentos deteriorados” (art. 361 CP),
“concreto peligro” (art. 381 CP), etc.176.
En definitiva, los elementos teóricos o cognoscitivos constituyen
una categoría confusa que se puede incluir entre los elementos
descriptivos, entre los normativos177 o en una tercera categoría,
independiente de las anteriores178. Sólo podrían reputarse descrip-
tivos si se estima que lo definitorio de la distinción es la referencia
a normas, y aun en ese caso, únicamente si el concepto de norma
se interpreta en un sentido restringido, que no abarque las reglas
de la experiencia o la técnica179.

174
Que sea un juicio teórico (semejante –en género– a los formulados por
las leyes de las ciencias naturales) y no de valor, marca una diferencia con los ele-
mentos normativos, en opinión de COBO DEL ROSAL/VIVES ANTÓN, Derecho penal.
PG, p. 334.
175
En sentido amplio, por referencia a las valoraciones científicas, técnicas
o experimentales a las que se remiten; así, RODRÍGUEZ MOURULLO, Derecho Penal.
PG, p. 260, para quien los elementos del juicio cognitivo llevan consigo la valo-
ración de una situación concreta conforme a los datos y reglas que suministra la
experiencia.
176
En el CP de 1995, menciones como éstas son recurrentes. Entre ellas
pueden distinguirse, teniendo en cuenta la categoría anterior, expresiones
con sentido cuantitativo –las más frecuentes– como “tumultuariamente” (art.
154), “grave perjuicio” (art. 325.1), “notoria importancia” (art. 369.1); o con
referencia temporal, así “habitualmente” (art. 173.3), “abandono temporal”
(art. 230), etc.
177
En este sentido, DEL ROSAL, Tratado, p. 781; DOVAL PAIS, Los delitos de fraude
alimentario, Pamplona, 1996, p. 280, y RODRÍGUEZ MOURULLO, Derecho Penal. PG,
p. 260. La doctrina mayoritaria no se refiere expresamente a este tipo de elemen-
tos, pero los incluye, por la vía de ejemplos, entre los elementos normativos del
tipo, v.gr., BACIGALUPO, Principios, p. 151; BUSTOS RAMÍREZ, Manual de Derecho Penal.
PG, p. 270; CEREZO MIR, Curso de Derecho penal español. PG, II, p. 117; LANDECHO
VELASCO/MOLINA BLÁZQUEZ, Derecho penal español. PG, p. 251, y MORALES PRATS,
en QUINTERO OLIVARES (drg.) Manual, p. 60; etc.
178
Cfr. MEZGER, Tratado, I, p. 389; también COBO DEL ROSAL/VIVES ANTÓN,
Derecho Penal. PG, p. 334, y SÁINZ CANTERO, Lecciones de Derecho Penal. PG, 3ª ed.,
Barcelona, 1990, p. 544.
179
Cfr. DOVAL PAIS, Los delitos de fraude alimentario, pp. 280 y ss.

92
INSTRUMENTOS Y ESTRUCTURAS DE TÉCNICA LEGISLATIVA

IV. CARACTERÍSTICAS Y LIMITACIONES

79. Aunque existen diversos modos de conceptualizar los ele-


mentos descriptivos, unos en atención a la forma como se aprehende
el objeto al que se dirigen (sensorial, experimental o lógicamente;
sin necesidad de valoración), otros por la innecesaria referencia a
normas, en ningún caso ellos podrán considerarse absolutamente
descriptivos. No existen –o no existen apenas– elementos descriptivos
puros180, porque es inevitable una connotación intelectiva, valorativa
o normativa en la composición del término, que se manifiesta en
varios sentidos:
a. Por mucho que un término haga referencia a la realidad
fáctica, sensorialmente perceptible, su conocimiento o aprehensión
con sentido siempre requerirá un proceso intelectivo181. Pero además
los elementos descriptivos señalan contenidos que van más allá de
la pura cognición, de modo que su significación social no puede
ser comprendida por el mero conocimiento de los hechos, aunque
en ellos el paso de la percepción sensorial a la comprensión de su
contenido de significación social será sencillo182.
b. Todos los elementos descriptivos presentan una periferia
de límites difusos en la que no es suficiente la mera percepción
sensorial, el saber empírico o el significado gramatical del término
para determinar su sentido y alcance183. Aunque en su núcleo sean
absolutamente precisos y claros, en los extremos es necesaria una
valoración, incluso si se estima el término en su sentido más natural
posible184. Es lo que sucede –ejemplo paradigmático– con las refe-
rencias a otro y matar en el tipo de homicidio, pues los extremos o

180
Cfr. DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, en Estudios Jurídicos, p. 663.
181
Así, DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, en Estudios Jurídicos, p. 662.
182
Cfr. TISCHLER, Verbotsirrtum und Irrtum über normative Tatbestandmerkmale.
Dogmengeschichte eines Abgrenzungsproblems, Berlín, 1984, cit. por SUAY HERNÁNDEZ,
ADPCP 1991, p. 106.
183
La imposibilidad de una distinción basada absolutamente en el carácter
fáctico (descriptivo) o valorativo (normativo) de los conceptos, fue denunciada por
Erik WOLF, Die Typen der Tatbestandsmäßigkeit, 1931, cit. por ROXIN, Derecho penal. PG,
§10/11, p. 282, argumentando que aun elementos presuntamente descriptivos puros
como hombre o cosa, son normativos en sus ámbitos fronterizos, es decir, requieren
una valoración judicial orientada a la antijuridicidad.
184
Es decir, sin considerar que es un término que está inserto en una norma
legal.

93
LA FORMULACIÓN DE TIPOS PENALES

límites de la vida humana (comienzo y fin) deberán precisarse con


arreglo a criterios inevitablemente valorativos.
c. Desde el momento en que un término es incluido en un
tipo penal, deja de ser puramente descriptivo para incorporar una
referencia normativo-valorativa, esencial para determinar su senti-
do185. Todo elemento descriptivo, en cuanto incorporado en una
norma, deberá ser interpretado en el sentido de la regulación186. La
descripción legal no es efectuada jamás en términos naturalísticos,
quizás con la sola excepción de puros conceptos numéricos o de
medida. No puede concederse, por tanto, que en el ámbito de una
norma jurídica positiva haya aspectos simplemente descriptivos, pues
en el seno del lenguaje jurídico los términos descriptivos con que
se expresan los enunciados de las normas adquieren un significado
específico de acuerdo con sus fines187. En otras palabras, “cualquier
elemento que antes de entrar a formar parte de una norma tuviese
carácter descriptivo, mediante el proceso de tipificación que lo
incluye dentro de esa norma, adquiere inmediatamente carácter
normativo: el juez ha de valorar siempre, en relación con la finali-
dad de la norma, incluso ante los elementos más descriptivos que
pudieran escogerse”188. Es precisamente este sentido normativo el
que permite fijar con precisión los límites del concepto en sus ex-
tremos difusos; el contexto jurídico y los fines de la norma son los
que proporcionan las variables por las que es posible deslindar el
objeto o proceso referido por el elemento típico.

185
En el tipo de injusto esta referencia valorativa está constituida por el bien
jurídico, cfr. COBO DEL ROSAL/VIVES ANTÓN, Derecho Penal. PG, p. 331.
186
Por todos JAKOBS, Derecho penal. PG, §8/48, p. 347.
187
Cfr. DOVAL PAIS, Posibilidades y límites, p. 68. Según PAGLIARO, “Principio
di legalità e indeterminatezza della legge penale”, en RIDPP 1969, pp. 696-697, su
inserción en el mundo del Derecho comporta siempre una transformación meto-
dológica, porque al jurista no le interesa el acontecer naturalístico como tal, sino
su relevancia humana y social. Los elementos naturalísticos asumen relieve jurídico
sólo en la medida en que tengan un significado social.
188
MADRID CONESA, La legalidad del delito, Valencia, 1983, p. 187. Gráficamente
lo explican ESER/BURKHARDT, Derecho Penal. Cuestiones fundamentales de la Teoría del
Delito sobre la base de casos de sentencias (trad. Bacigalupo/Cancio Meliá), Madrid,
1995, p. 55, “en un contexto jurídico no es posible operar con conceptos que sólo
sean puramente descriptivos, pues en todo caso será necesario establecer ciertos
componentes significativos (como el tamaño o su adecuación) y, consecuentemente,
se requerirán valoraciones” (destacado en el original).

94
INSTRUMENTOS Y ESTRUCTURAS DE TÉCNICA LEGISLATIVA

80. En definitiva, es inevitable relativizar la caracterización de


los elementos descriptivos189. Como ninguno de los criterios utili-
zados para definirlos es absoluto, sólo cabe aceptar que entre és-
tos y los términos normativos no hay una diferencia cualitativa en
cuanto al modo de determinar su significado, sino que se trata de
un problema cuantitativo, una cuestión de grado, de mayor o menor
normativización de los conceptos y de mayor o menor inmediatez
con la realidad fáctica.

81. Por consiguiente, cualquier consecuencia que se obtenga


de la caracterización de un término como descriptivo, o de la dis-
tinción entre esta clase de elementos y los normativos, debe de ser
–por lo menos– atenuada. Tanto así, que algunos autores, al margen
de que consideren practicable o no la distinción entre elementos
descriptivos y normativos, prácticamente la abandonan debido a su
escasa trascendencia o su inutilidad en relación con la resolución
de los problemas que plantean el dolo y el error190.

82. En cuanto técnica legislativa, tampoco puede decirse sin más


que los términos descriptivos constituyan siempre la mejor opción.
Como afirma enfáticamente CUELLO CONTRERAS, “no existe ninguna
razón para concluir que los elementos descriptivos sean preferibles
a los normativos, ni que éstos siempre sean más difíciles de inter-
pretar que aquéllos. Es la realidad a regular la que requiere a unos
u otros”191. Así, tanto por la indeterminación de algunos términos,
como por su limitada capacidad para plasmar decisiones valorativas,

189
Algunos autores propugnan el abandono de la distinción entre términos
descriptivos y normativos, por considerar que todos los elementos del tipo son nor-
mativos (en sentido amplio). Cfr. la extensa bibliografía citada por DÍAZ Y GARCÍA
CONLLEDO, en Estudios Jurídicos, p. 664, n. 19. Incluso MEZGER reconoce que todos
los elementos del tipo “son conceptos jurídicos y, por tanto, conceptos valorativos
teleológicamente edificados”, pero mantiene la distinción entre elementos des-
criptivos y normativos considerando para ello el momento de la construcción del
concepto por parte del legislador, es decir, el concepto en su fase prejurídica.
190
Cfr. bibliografía citada por DÍAZ Y GARCÍA CONLLEDO, en Estudios Jurídicos,
p. 664, n. 20. Aunque tradicionalmente la distinción ha sido considerada relevante
en este ámbito, v.gr. BUSTOS RAMÍREZ, Manual de Derecho Penal. PG, p. 270; JESCHECK,
Tratado de Derecho penal. PG, I (trad. y adiciones Mir Puig/Muñoz Conde), Barcelona,
1981, p. 366; LUZÓN PEÑA, Curso de Derecho penal. PG, pp. 448 y ss.; MIR PUIG, Derecho
penal. PG, L 10/74, y ROXIN, Derecho penal. PG, §10/57, pp. 305-306.
191
CUELLO CONTRERAS, El Derecho penal español. PG, p. 436.

95
LA FORMULACIÓN DE TIPOS PENALES

los elementos descriptivos pueden presentar inconvenientes que los


hacen una técnica menos confiable de lo que parece192.

83. Finalmente, aun aceptando que la diferencia entre elemen-


tos descriptivos y normativos es meramente cuantitativa, la decisión
sobre lo que deba entenderse por los primeros resultará sólo por
comparación con estos últimos. Por lo tanto, será necesario estudiar
los elementos normativos antes de esbozar una conclusión.

192
En la Tercera Parte se aborda el problema de su valoración como técnica
legislativa, vid., especialmente, infra §383.

96

S-ar putea să vă placă și