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Educación para mí

Antes de comenzar a explayarme sobre el tema educación, veo como


obligación aclarar que parte de lo escrito en este artículo lo he tomado de
sitios que encontré interesantes o lo he adaptado a mi forma de ver, y de
esta forma agradezco a muchas personas que me aportaron ideas muy
valiosas a pesar de su anónimidad.

Preguntas existenciales

¿Que quiero de este mundo? ¿Que quiero hacer de mi vida? ¿En que
mundo quiero vivir? Estas son preguntas que muy frecuentemente nos
preguntamos y creo son la base de nuestro vivir cotidiano.

El biólogo chileno Humberto Maturana (1992) escribe al respecto, " Yo quiero


un mundo en el que mis hijos crezcan como personas que se aceptan y
respetan a sí mismas, aceptando y respetando a otros en un espacio de
convivencia en que los otros los aceptan y respetan desde el aceptarse y
respetarse a sí mismos. Vivamos nuestro educar, de modo que el niño
aprenda a aceptarse y a respetarse a sí mismo y al ser aceptado y
respetado en su ser, aprenderá a aceptar y respetar a los otros".

Creo que con lo que más me identifico del texto de Maturana es la voluntad
de convivir en un espacio donde nos aceptemos y respetemos,
comenzando por el respeto y el amor hacia nosotros mismos y extendiéndolo
luego a los demás. Esto es también en definitiva lo que me gustaría transmitir
tambien en los ámbitos en los que actuó y en especial en los marcos
educacionales en los que participo.

El sentido de educar

Si me pregunto cual es el sentido de educar, creo que podría decir que lo


premisa fundamental es brindarles a los chicos un marco en el que
aprendan ese convivir al que me referí anteriormente, junto con sus pares
y con su entorno.

El biólogo Rubem Alves (1996) escribió que ―A diferencia del cuerpo de


los animales, que nace dispuesto al fin de un proceso biológico, nuestro
cuerpo al nacer, es un caos lleno de posibilidades. A ese proceso mágico

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en el que la palabra despierta los mundos adormecidos, que somos, se le
llama educación‖ y luego continúa "el proceso por el cual nuestro
cuerpo se va volviendo igual que las palabras que nos enseñan. Yo no
soy yo: yo soy las palabras que los otros plantaron en mi: padres, madres,
profesores compañeros y amigos, políticos, libros, televisión.

A este proceso se le llama epigénesis. Ya que lo genético es la base de


posibilidades y lo que ocurra a partir de ello tendrá que ver con la historia
de las relaciones que tendremos con el medio que nos rodea.

Viendo a la educación de esta forma, creo, que nuestro objetivo


entonces es sociabilizar a los niños, es conectarnos directamente con la
realidad cultural en la cual se desarrollan y en la cual viven y ayudarlos a
entenderla, pensarla, sentirla y criticarla.

Janusz Korczack (1976) decía que los niños "son hombres ahora... en este
momento, no mañana ni dentro de algún tiempo. Nada de un pequeño
mundo en miniatura sino un verdadero mundo, valores, virtud,
aspiraciones, deseos y no pequeños sino importantes, no inocentes sino
humanos". Ellos viven en sus realidades y se crean a si mismo con la
participación del entorno, y de acuerdo a la calidad de esta
participación, esos niños se convertirán en adultos que llevarán consigo la
forma de vida en la que fueron educados.

Educar en el amor

Ya que cite ya varias veces a Maturana (Internet) quisiera hacer hincapié


en parte de su teoría para poder luego dar una explicación más amplia
de mi posición personal con respecto a este tópico. Maturana nos dice
que vivimos en el amor, ¿a que se refiere? El sostiene que en nuestra
sociedad cuando nos referimos a lo que hace a un ser humano, humano,
nos referimos a lo racional. Decimos que lo que diferencia al hombre de
los demás animales es que tenemos el poder del razonamiento, a lo que
el objeta que los humanos nos relacionamos entre nosotros no solo desde
la razón sino tambien desde la emoción.

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Tambien la educación estandartizada de hoy, concibe al ser humano
solo como un ser racional, atribuyendo a la función intelectual
preponderancia por sobre las funciones emotivas y motrices. Sin
embargo, nuevas investigaciones han dado cuenta de que la función
emotiva, es importante porque determina el dominio, el ámbito del tipo
de acciones que se puedan efectuar en un determinado momento.

No es la razón lo que guía al humano nos dice Maturana, sino la


emoción. No es cierto, que los seres humanos somos seres racionales por
excelencia, como mamíferos que somos, somos emocionales pero
utilizamos a la razón para justificar u ocultar las emociones en las cuales
se dan nuestras acciones. Esto no es una desvalorización de la razón, sino
es una invitación a darnos cuenta de que somos en el entrelazamiento
del razonar y el emocionar en el vivir cotidiano y a hacernos responsables
de nuestros deseos.

Las emociones determinan la predisposición que un ser vivo puede tener


ante determinada acción. Ej.: Si tengo una emoción de "alegría", tendré
predisposición para acciones como bailar, cantar, reír, la aceptación... Si
tengo una emoción de "ira", tendré predisposición para ejecutar
acciones relacionadas con la lucha, la pelea, la negación... Estos
ejemplos demuestran las influencias que tienen las emociones en el
desarrollo de la humanidad. La emoción preponderante en la
humanidad es la del amor. El amor por el cual vemos al otro como un
legítimo con el que convivimos día a día y lo respetamos y lo tomamos en
cuenta por lo que es.

Con respecto a ello es muy interesante lo que escribe Korczack (1976)


sobre las emociones en los niños, «El niño piensa no menos, no peor que
los adultos; piensa de manera diversa. En nuestro pensamiento las
imágenes están empañadas y quebradas; los sentimientos, opacos y
apagados. El niño piensa con el sentimiento, no con el intelecto. Por eso
es tan difícil comunicarse con los niños».

Yo creo que es lo fundamental en nuestra relación con los niños, no


debemos tratarlos como seres en formación que todavia no piensan, sino

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como personas, individuos, que piensan pero de forma distinta, porque
ellos se expresan de una forma emotiva expresando sus emociones en su
forma mas virgen, originaria. Nosotros a diferencia de ellos, tratamos la
mayoría de las veces de justificar todo lo que hacemos y lo que decimos,
de acuerdo a parámetros racionales, adaptados a las normas de
conducta de nuestra sociedad.

Por lo tanto cuando educamos a los niños, ellos no solo escuchan lo que
decimos sino que prestan atención a lo que hacemos. Los niños
aprenden lo que los adultos les mostramos, y de acuerdo al hacer de sus
educadores, ya sean, padres, maestros, o simplemente otros adultos con
los que conviven, se convertirán en el futuro en un tipo u otro de adultos.

Educación o instrucción – Breve historia de la educación

Creo que hoy en día se confunde el papel del educador, se piensa que
el que educa bien es aquel que informa bien. Esto se debe en parte a
que el termino educación sufrió a lo largo de la historia de la humanidad
una serie de transformaciones que fueron trascendentales y se adaptaron
a las distintas situaciones sociales que se iban atravesando en las
diferentes épocas.

De acuerdo a lo expuesto por diferentes escuelas antropológicas, la


educación en las sociedades primitivas era un proceso corto, simple y
natural que se iniciaba desde el nacimiento, con la crianza maternal, que
duraba alrededor de tres a cuatro años hasta que el niño comenzaba a
caminar y a comunicarse oralmente; se llegaba la adultez en plena
pubertad y la muerte llegaba con frecuencia muy temprano casi siempre
antes de los treinta años de edad. La educación era una herramienta
social que ayudaba a que los niños se insertaran en la vida de la
sociedad en la que vivían y se hagan cargo de ella en su adultez
dominando las distintas técnicas que permitían sobrevivir en un medio
muy hostil. La inserción social se daba por medio de juegos infantiles, de
la ayuda a los mayores en las tareas que ellos realizaban, se los inculcaba
en los ritos tribales y finalizaba con el entrenamiento superior que tenía
lugar aproximadamente a los doce años de edad. Era una educación

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espontánea, ya que no existía ninguna institución que la impartara y era
espontánea por cuanto cada miembro incorporaba todo lo que era
posible recibir y elaborar. No existía ningún objetivo educacional formal
más allá del vivir e injerirse en la vida tribal para satisfacer las necesidades
básicas, las cuales estaban encaminadas a mantener la supervivencia
del particular y del colectivo.

Luego de ese comienzo simple durante los primeros milenios de la civilización


occidental en la mayoría de los sistemas educativos, la educación se
convirtió en un simple proceso de transmisión de conocimientos y mas aun se
convirtió en un proceso donde los educandos recibían las herramientas que
la sociedad en la cual vivían, les querían dar. La tarea del educador se
redujo a enseñar contenidos, como una regla técnica o un mecanismo
rígido y exacto. Se dejo de lado el desafío que radicaba en ayudar al sujeto
educado a transformarse utilizando las fuerzas que brotaban de su intimidad
para que pudieran de esta forma crecer como seres humanos. Tampoco
hay que olvidarse que en esas épocas cuando se hablaba de educación, se
refería solamente a la impartida para las elites sociales, ya que la mayoría
del pueblo no recibía ninguna instrucción, salvo la referente al trabajo que
debían desarrollar cuando llegaran a la etapa adulta de sus vidas.

Llegado el siglo XIX, entre los años 1880 y 1930 aproximadamente, se


expande la ―Escuela‖ como forma educativa hegemónica en todo el globo.
Durante este período, la mayoría de los países del mundo occidental
legislaron su educación básica (muchas veces referida también a sus
colonias) y la volvieron obligatoria. Esta situación, dio lugar al fenómeno que
Daniel Cano (1989) ha denominado la ―Escuela Mundo‖. De París a
Timbuctú, de Filadelfia a Buenos Aires, la escuela se convirtió en un innegable
símbolo de los tiempos, en una metáfora del progreso, en una de las
mayores construcciones de la modernidad (Pablo Pineau, 2001).

La escuela fue la encargada de formar el sujeto social que el nuevo orden


socioeconómico necesitaba; un sujeto adiestrado de acuerdo con los
requerimientos productivos, así como también socialmente normalizado.

En la escuela se comenzó a utilizar una técnica muy efectiva que


garantizaba el cumplimiento de los objetivos que la sociedad se había

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propuesto. Lo que se pretendía era que el joven estudiante asimilara
exactamente lo que se le enseñaba, que aprendiera únicamente lo que
estaba prescrito. Nada mejor entonces para lograrlo que utilizar métodos de
instrucción.

La escuela como institución instructora

William Ayers (2004) escribió, "Las escuelas, por supuesto, no existen


abstraídas de la historia, ni de la cultura, más bien, yacen en ellas, en su
centro. Las escuelas sirven a las sociedades; las sociedades moldean las
escuelas. Son tanto espejo como ventana — nos muestra lo que valemos y lo
que ignoramos, lo que es preciado y lo que es comprable. Nuestras escuelas
nos pertenecen, nos dicen quiénes somos y quiénes queremos ser. Las
sociedades autoritarias son asistidas por escuelas autoritarias, tal como las
escuelas libres apoyan las sociedades libres".

Asi es que se eligió un tipo de enseñanza que como veremos mas tarde el
gran educador brasilero Paulo Freire denomino educación bancaria. Formar
una persona no era otra cosa, sino, habilitarlo para que se haga útil a la
sociedad. Para lograrlo, la persona era transformada en un ser parecido a
todos las demás, y para llegar a este objetivo se requería una escuela única,
en donde todo el mundo aprendía a pensar y a hacer lo mismo que los
maestros.

Los maestros eran instruidos en una forma de pensar y de educar


determinada, en donde estaba claro, que eran ellos los dueños del saber y
de la sabiduría, y los educando eran aquellos que escuchaban y aprendían
de una forma pasiva y uniforme. Enseñar, era y es hasta el día de hoy en la
mayoría de las escuelas del mundo occidental, sinónimo de transmitir una
serie de conocimientos, de saberes, fijados y programados por niveles cuya
práctica recae con responsabilidad y en alto grado sobre el profesorado.
Conocimientos evaluables, sometidos a estudio en libros de texto.

Para cumplir con su propósito, la sociedad por medio de la escuela puso por
sobre todos sus objetivos enseñar y elegir que se enseñaba y quien lo
enseñaba. No se enseñaba cualquier saber, sino aquel saber que era
necesario para continuar y preservar a la sociedad misma y a sus
instituciones.

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Como vemos la escuela, tuvo y tiene una función conservadora, de ahí su
condición de institución disciplinaria. Por esto mismo no puede esperarse que
ella promueva transformaciones fundamentales. Por ello, la escuela tomó
como método, la trasmisión pedagógica y se preocupa por el logro de
resultados concretos. Y para que todo siga igual no hay nada que se escape
a la planificación. Cada uno sabe bien lo que debe hacer. No hay nada
que inventar y no hay nada para imaginar. Todo es sabido, todo fue
experimentado y lo único que se espera de los alumnos es que repitan una
generación tras otra, lo que las generaciones anteriores repitieron. Si estudiar
es conocer, esta prohibido crear algo nuevo, es imposible tener un espíritu
crítico, y ni que hablar de innovar.

El educando se convirtió en un ser pasivo, no es educado a pensar, no es


educado a observar y a descubrir, a revalorar, no es educado a ser
escuchado ni a escuchar, a inventar o a interpretar, a lo sumo es educado a
repetir.

Para la escuela educar es instruir. Las palabras educar e instruir se volvieron


casi sinónimos, es mas se comenzó a utilizar la palabra educar cuando
realmente se referían a instruir y desde entonces y hasta nuestros días existe
una gran confusión en la utilización de los dos términos aunque las
diferencias, entre instruir y educar son altamente significativas. Lo razonable,
sería instruir y educar. Pero sabemos que hoy no es asi. Es una lastima pero es
la triste realidad. La escuela se encuentra con un problema permanente,
Instruye bien, pero educa muy mal.

Trataré de argumentar porque pienso de esta forma. A mi forma de ver la


tarea docente se redujo a enseñar contenidos, como una regla técnica o un
mecanismo rígido y exacto, y se dejo de lado el desafío que radica en
enseñar y aprender a pensar de una forma crítica, de impulsar a la reflexión,
de provocar y de alentar a preguntar mas que a contestar.

Como nos dice Foucault en la escuela de hoy se enseña a conocer, conocer


es conocer lo conocido y lo conocido pertenece al pasado, y de esta
manera no se hace otra cosa sino enseñar lo conocido para que las
generaciones que vienen lo hagan suyo, lo hereden, lo resguarden, lo
defiendan. La idea educativa puede interpretarse ―como el medio de

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transmitir el conocimiento y de formar a las personas en los valores de la
sociedad‖. En la escuela de hoy nos convertimos en seres informados, nos
describen lo que pasó, nos explican lo que se inventó, y nos dicen lo que se
descubrió. Toda relación con la realidad que vive el alumno es azarosa,
aprendemos siempre lo que otra persona hizo, dijo, inventó o descubrió.

¿Entonces que es educación sino es instrucción?

Para mi educar y enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las


posibilidades de su producción o construcción. Es preciso, como señala Freire
(1972), que el educando vaya asumiendo el papel de sujeto de la
producción de su entendimiento del mundo y no el de recibidor de la que el
profesor le transfiera.

Me gustaría entrar aquí a una reformulación del término conocer y


utilizar una vez más al conocimiento de acuerdo a la concepción que tiene
Humberto Maturana (1984) al respecto. Para él, el contenido del
conocimiento es el conocimiento mismo. El sostienen que los seres humanos
somos capaces de generar mecanismos explicativos, coherencias
operacionales, diversas teorías explicativas que generan por sí mismos el
fenómeno que se quiere explicar, es decir el fenómeno en el cual el propio
observador participa, hablándose por ello de una auto-descripción o auto-
conciencia. No existe para Maturana una objetividad única, una posición
exacta de algo, una unica verdad. Sino que al ser nosotros observadores
vemos cada uno, una realidad distinta que no deja de ser tan o mas verdad
que la expuesta por otros observadores. No existen certidumbres eternas,
absolutas e inobjetables. De esta forma abandona esa posición tan
obsoleta, que como dice Foucault nos presenta a lo conocido como algo
del pasado, como lo ya conocido y nos introduce en un ―conocido por
crear‖. Por lo tanto al educar no solo transmitimos conocimientos al
educando sino que le enseñamos a convivir. El alumno aprende al profesor
no de el.

Si tomamos a la educación de esta manera, la escuela debería ser la que


ayuda a formar la personalidad del individuo, la que debería enseñar a
desarrollar el pensamiento crítico y la que alentara en la adquisición de
conocimientos, hábitos, destrezas, habilidades, actitudes y valores.

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Educación problematizadora/participativa

Para entender cual es la diferencia entre la educación estandarizada


ejercida hoy en la mayoría de las escuelas y la alternativa que ve al
educando como sujeto dueño de su vida y participe de su mundo, traeré la
explicación de Paulo Freire:

Freire (1972) dice que existen dos grandes modelos educativos, que sólo
pueden comprenderse observándolos juntos. El modelo al que anteriormente
nos referimos, que encontramos en la mayoría de las escuelas del mundo
occidental y al que el denomina "modelo bancario" en el cual hay un
educador que lo sabe todo y un estudiante que lo ignora todo y el modelo
opuesto que es el "modelo problematizador" en el cual la educación se basa
en el concepto de que tanto el educador como el educando saben y los
dos aprenden a la vez que enseñan. La educación es una actividad que
investigativa, que se basa en la realidad que viven las partes y que nos sitúa
de una forma crítica en nuestro mundo. Por lo tanto los contenidos son
abiertos y se someten a elección y a un debate democrático.

El educador debe asumir una profunda coherencia entre el discurso que


pronuncia y la práctica que desarrolla. La relación educativa es una relación
de diálogo y de apertura, basada en la autonomía y la libertad tanto del
educador como de los educandos. "El educador –escribe Freire- tiene que
ser un inventor y un reinventor constante de todos aquellos medios y todos
aquellos caminos que faciliten más y más la problematización del objeto que
ha de ser descubierto y finalmente aprehendido por los educandos".

Nuestro trabajo como educadores no es el de transmitir información, sino el


de ayudar que el educando se construya a sí mismo, que revele lo que lleva
dentro de si, que se adueñe de su formación. Para poder lograrlo debemos
incitarlo, inquietarlo, provocarle curiosidad y ayudarlo en su búsqueda.

La Pedagogía problematizadora/ participativa pone énfasis en el proceso,


―La educación es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para
transformarlo‖ afirma Paulo Freire.

En este tipo de visión, se ve a la educación como un proceso, porque es una


serie continua y progresiva de situaciones, en el cual los educandos están en
una constante búsqueda de valores y de sentido, en el que interaccionan

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entre ellos y con el medio, y se influyen los unos a los otros. En este proceso el
sujeto se va descubriendo, elaborando, reinventando y hace suyo el
conocimiento. En este proceso el educador ya no es el que enseña y dirige,
sino el que acompaña, estimula, facilita, y guía.

En la educación problematizadora lo que importa es que el sujeto sea capaz


de razonar por sí mismo, que analice lo que le sucede y que ande a lo largo
de todo el camino aprendiendo a pensar de una forma crítica,
construyendo su propia realidad, como dijo el gran poeta español Antonio
Machado, "caminante no hay camino se hace camino al andar".

William Ayers (2004) en su libro "Enseñando para la libertad", nos dice: Sin
importar quién seas, dónde hayas estado, lo que hayas hecho, el maestro
siempre te invita a la transformación, siempre te tenderá su mano. Este es el
concepto humanista de la educación: el viaje ha comenzado y somos
peregrinos, no turistas. Hay aún más por ver y escuchar. Más por descubrir.
Más por reparar y reconstruir, más por crear y construir. Más por tener y por
hacer, más por ser. De esta forma, el mensaje principal de un maestro es
éste: puedes cambiar tu vida y lo debes hacer; puedes transformar tu mundo
si lo deseas. El maravilloso trabajo apenas empieza".

Debemos proporcionarle a nuestros educandos, las herramientas que los


ayuden a pensar, que los desequilibren y provoquen, para que busquen
todo el tiempo sus propios caminos y sus posiciones.

Por lo tanto para mi educar no es transferir conocimiento, sino crear las


posibilidades de su producción y/o construcción. Es preciso, que el
educando vaya asumiendo el papel de sujeto de la producción de su
entendimiento del mundo y no el de recibidor de la que el educador le
transfiera.

Una persona aprende cuando siente el deseo de aprender. Dice Rubem


Alves (1996) que sólo se archiva en la memoria aquello que es objeto del
deseo. La tarea principal del educador es, pues, seducir al educando para
que desee y deseando, aprenda. Es decir, debemos motivarle a aprender y
un camino hacia esa motivación es provocar situaciones en las que el
alumno se sienta partícipe y creador de su propio conocimiento.

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No hay docencia sin discencia, porque quien enseña aprende al enseñar y
quien aprende enseña al aprender. Son dos aspectos indisociables y una
forma de entender la educación. En nuestro caso todos aprenden de todos.
Hay muchas formas de saber, y cada una aporta la suya.

De esta forma, la persona que se educa se transforma y ayuda a cambiar la


sociedad en que vive y al final del proceso educativo, ni ella ni la sociedad,
son los mismos que eran antes de comenzar.

Educación y ética

Y si ya hablamos de nuestra relación con la sociedad, hablemos un poco


de ese conjunto de normas que una sociedad elige transmitir de generación
en generación y que se llaman normas morales. Las normas morales se
utilizan para orientar la conducta de los integrantes de una sociedad
determinada, evolucionan a lo largo del tiempo y son diferentes a las normas
de otras sociedades. La Ética son a su vez tambien un conjunto de normas,
principio y razones pero que esta vez es el sujeto ha elegido y establecido
como una línea directriz de su propia conducta. En los dos casos hablamos
de normas, no de lo que es sino de lo que deber ser.

Las decisiones éticas suponen escoger entre diversas alternativas, todas


igualmente posibles. Jean-Paul Sartre (1945) cuenta que uno de sus
estudiantes le preguntó: ¿Debería quedarme en casa para cuidar de mi
madre enferma o debería redimir el honor de la familia al unirme a la
Resistencia ante la ocupación Nazi? Se plantea una disyuntiva difícil aquí, ya
que él debe actuar en busca del bien. Está forzado a tomar una opción
ética, simplemente porque se les presentan alternativas y no puede ser
indiferente. Sartre, después de haber escuchado a su estudiante, respondió:
tú debes decidir por ti mismo. El estudiante, le resulta horrible su situación
porque nada está tan claro como él quisiera. Frustrado y en búsqueda de
una autoridad máxima, el estudiante le dice a Sartre que si el no lo ayuda, irá
donde un sacerdote para que le dé consejos. Muy bien, responde Sartre, ¿y
a qué sacerdote irás? La elección depende del estudiante. El elegir a su
sacerdote implica también tener que decidir.

El educador, puede ayudar a sus educandos a pensar sobre su contexto


histórico y social, puede señalarles la existencia de un gran universo de

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posibilidades, además de asistirlos en la busca de alternativas desconocidas
y orientarlos para lograr diferenciar entre un hecho y una opción. Sin
embargo, al final, es el que decide y quien asimila y quién sufra las
consecuencias de la elección hecha.

El filósofo francés Jean Paul Sartre (1945) expresaba ―Hay por lo menos un ser
en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder
ser definido por ningún concepto, y este ser es el hombre, o la realidad
humana. ¿Qué significa entonces que la existencia precede a la esencia?
Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo,
y que después se define. El hombre al nacer empieza por ser solo materia. Sólo
después será, y será, tal y como el se haga. Así, pues, no hay naturaleza
humana, porque no hay Dios para concebirla. Si aceptamos entonces que la
existencia precede a la esencia, aceptamos también que el hombre es
responsable de lo que es, y en lo que el se convierte. El hombre es el único
organismo que no sólo es tal como se concibe, sino también tal como el
quiere ser. El hombre no es otra cosa que lo que él es‖.

De acuerdo a Sartre nos encontramos desnudos frente a una existencia que


nos llena de responsabilidad. Que lindo sería que alguien nos diga lo que
hacer y como actuar a lo largo de nuestras vidas, que fantástico sería que
nos digan día a día como llenar nuestras horas vacías sin que tuviéramos la
necesidad de detenernos a pensar sobre ello ni siquiera un segundo. Pero asi y
todo, con lo cómodo que ello resultaría, sentiríamos indudablemente que algo
nos falta, que alguien decidiendo por nosotros nos está quitando la escencia
de nuestro ser, ser humano, que en definitivas es ser personas libres, es tener la
libertad de elegir lo que queremos ser y mas aun hacer.

Porque el ser y el hacer uno son. No puedo hacer determinadas cosas y decir
que soy de determinada manera. Para ser lo que quiero ser, debo ser
coherente y consecuente con lo que hago, y ese ser y hacer, son en definitiva
los que me dicen cual va a ser o cual es, el sentido que le estoy dando a mi
vida.

Esta elección es muy pesada. Tener que elegir lo que hacemos, es muy difícil,
es depositar sobre nuestros hombros una responsabilidad muy grande, es
tener que comprometernos con lo que nos propusimos ser y por ende hacer lo

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que debemos hacer de acuerdo con lo que nos propusimos.

Y eso es lo más difícil, comprometernos con nuestras elecciones y saber


justificarlas. Elegir y hacer lo elegido son partes de una misma cosa.
Conducirnos de acuerdo a aquello que elegimos es tener una conducta de
acuerdo a lo que pensamos. Hacer de acuerdo a lo que pensamos y decimos
es comprometernos, es tomar responsabilidad sobre nuestra vida y es darle un
sentido. Y eso es ser ético.

El fundamento de la norma ética es el valor, no el impuesto desde el exterior,


sino el descubierto internamente en nuestra reflexión.

Los valores no son enseñables de la misma manera que las informaciones y


contenidos, los valores tienen que ser vividos. No hay educación en valores,
hay vida en valores. Los valores deben encontrar diversas formas de
expresión, todas ellas consecuentes con su esencia.

Carlos Cullen (1993) en una entrevista que le hicieron en la revista


venezolana de Educación, Educere, decia "Debemos socializar los valores,
hay que trabajar sobre ellos, lo que es el contraste de valores, el saber que
hay valores diferentes y que los chicos entiendan las opciones que tienen,
que puedan dar razones porque siguen tales valores, que puedan discutir
con sus compañeros, con sus propios argumentos, con su propia manera de
ver las cosas, que puedan decir me hago cargo de esto en lo cual creo, es
este valor por el cual me juego, que puedan explicar y dar razones. Los
estoicos distinguían las cosas buenas, las malas y las que no son ni buenas ni
malas y las llamaron indiferentes, las indiferentes no mueven a nadie, lo que
mueven son los valores".

Al elegir nuestros valores éticos, estamos definiendo nuestra forma de actuar,


y nuestra postura con respecto a nuestra vida social, porque si bien estas
normas de conducta son escogidas por nosotros, están fuertemente
influenciadas, y condicionadas por el medio en el que vivimos. Están
condicionadas si, pero no determinadas como las normas morales. El factor
de la elección esta siempre presente y somos nosotros mismos los que
decidimos que hacer y como actuar en cada una de las situaciones que se
nos presentan.

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Podemos tomar el ejemplo de personas que vivieron en situaciones muy
extremas y sin embargo no dejaron de elegir, por ejemplo, Viktor Frankl
(1993), un psicólogo que vivió muchos años en campos de concentración
nos dice en su libro ―El hombre en busca de sentido‖ nos decía de una forma
muy convincente: ―Los que estuvimos en un campo de concentración
recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a
los demás, dándoles el ultimo trozo de pan que les quedaba. Eran pocos,
pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar
todo salvo una cosa; la última de las libertades humanas – la elección de la
actitud personal ante un conjunto de circunstancias – para decidir su propio
camino‖.

Si bien nuestra libertad esta condicionada por situaciones que nos son
ajenas, - que en algunas situaciones llegan a ser terribles como aquellas que
pasaron los seres humanos prisioneros en los campos de concentración nazis -
la mayoría de las veces, tenemos la posibilidad de tomar nuestras propias
decisiones. Al elegir lo que queremos hacer y al hacerlo le estamos dando
sentido a nuestras vidas.

Los factores condicionantes pueden ser naturales, sociales o culturales. Como


dice Humberto Maturana (1984) "podemos hacer solo lo que nuestra biología
nos permite; no podemos traspasar los limites de nuestras capacidades
biológicas. Sin nuestro sistema nervioso y nuestros sentidos no estaríamos
capacitados para oír y hablar de la forma que lo hacemos". Otra limitación
es que solo podemos interpretar el mundo en que vivimos de acuerdo al
lenguaje, en realidad no conocemos el mundo real, sino aquel que nuestras
limitaciones biológicas nos permiten captar y el lenguaje como una
interacción social nos permite interpretar. Los signos, los objetos, los eventos y
las acciones son constituidos como tales en el lenguaje, nos dice Rafael
Echeverría (2009) en su libro "Ontología del lenguaje".

La forma en que damos sentido a nuestras vidas es obviamente lingüística.


Basta con preguntarle a alguien ¿Quién sos? Para que nos cuente una
historia en la que relatará quien es. Nuestra identidad esta directamente
asociada a nuestra capacidad de generar sentidos a través de nuestros

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relatos. Somos el relato que nosotros y los demás contamos de nosotros
mismos y al modificar ese relato modificamos lo que somos.

Vivimos formando continuamente nuestra identidad, identificándonos, o


diferenciándonos con nuestros pares, maestros, alumnos, etc. Buscamos de
esta forma darle sentido a nuestras vidas. Para ello debemos todo el tiempo
comparar, diferenciar, distinguir y por sobre todo pensar, para asi poder
elegir. La función esencial de la educación es enseñar a todos los seres
humanos que tienen la posibilidad de disentir y consentir, de pensar
libremente, de sentir ampliamente y tambien de imaginar que es lo que
necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud potencial y para poder
ser artífices, en la medida de lo posible, de nuestro destino.

Quiero casi cerrando este artículo y despues de la larga exposición de mis


ideas, quiero traer una serie de principios que son los que a mi forma de ver
tendrían que regir en la educación no formal y más expresamente en los
movimientos juveniles, para que podamos educar en la libertad, en la
elección, en el debate y no solo en la información. Que seamos un marco en
donde la socialización se logre criticando a la sociedad en que vivimos,
conviviendo con el otro desde el amor y no desde la competencia.

Principios para la Educación en los marcos de


"Educación no formal"

Principio I - Educar para el desarrollo de lo humano.


La educación, como lo señala Ayers (2004), tiene el potencial de habilitarnos
para lograr una concientización más profunda, para desarrollar la
―conciencia crítica‖, de nuestra humanidad. La educación puede guiarnos
para hacernos más ―completamente humanos‖ y ―autoconscientes‖. La
educación puede también iluminarnos para servir mejor los intereses de la
―comunidad humana‖. Ayers sostiene que el rol de la educación debería ser
abrir puertas a nuevas posibilidades para transformar el mundo.
Lo que motiva la educación es el carácter inconcluso de los seres humanos.
El hombre y la mujer están siendo siempre. El sujeto que se forma no es
entonces una entidad a priori, tampoco es un producto que se termina, sino
que esta en continua formación.

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Por eso tomemos a la educación como aquel medio que tenemos para
potencializarnos, sabiendo que siempre como seres humanos tenemos algo
más que aprender, algo más que comprender, algo más que conocer, y al
utilizarla de esta forma entendamos que cuestionando todo es la única
forma de crecer.
El ser humano es conciencia activa, y por tanto constructor de realidades.
Definimos al ser humano como un ser histórico y social, no sólo social. Lo que
define al ser humano en cuanto tal es la reflexión de lo histórico- social como
memoria personal; cada animal es siempre el primer animal, pero cada ser
humano es su medio histórico y social, y es, además, la reflexión y el aporte a
la transformación o inercia de ese medio. Para nosotros el ser humano es, por
sobre todo, un constructor. La intencionalidad humana es lo que mueve al
mundo, lo transforma, lo mejora o lo empeora, lo hace evolucionar o
involucionar, lo convierte en un paraíso o en infierno (Mario Aguilar A. -
Rebeca Bize B, 2007).

Principio II - Educar desde el amor.


La filósofa Hannah Arendt (2003), afirma: "La educación es el punto en el que
decidimos si amamos suficientemente a la tierra, tanto como para asumir la
responsabilidad hacia ella, el cómo salvarla de una ruina que sería
inevitable, a pesar de lo nuevo y joven que vendrá. La educación también
es el lugar donde decidimos si queremos a nuestros hijos lo suficiente para no
expulsarlos de nuestro mundo y dejarlos a su libre albedrío, el no quitarles de
sus manos la oportunidad de emprender algo nuevo, algo no visto por
nosotros; es el lugar donde los preparamos, de antemano, para la tarea de
renovar un mundo común".

Educar desde el amor al mundo y sus ciudadanos, es asumir la


responsabilidad sobre ellos. Amar a nuestros niños y tambien a los que no son
nuestros, es tomar un compromiso para con su futuro y su presente. Ese es el
mensaje de Hannah Arendt que admiro y hago mió.

Los procesos de comunicación humana son la clave para entender el


desarrollo y la evolución de cada ser humano. Aprendemos en estos
contextos el lenguaje, a emocionarnos y relacionarnos, a motivarnos;

16
desarrollamos nuestro autoconcepto y autoestima personales, el modo de
vernos, de ver a los otros y al mundo. Así es que padres, maestros y
educadores somos como Pigmalión, responsables de nuestras palabras,
actitudes y miradas y de sus efectos en los niños y niñas: ellos se convierten
en lo que viven.

Quisiera que se entienda el significado que le doy al amor. No es ese amor


romántico sino aquel amor que es el aceptar al otro como un legítimo otro
en la diferencia bajo la premisa del respeto mutuo.

Para Humberto Maturana nuestro pasado cultural y biológico son una


prueba de que lo humano no surge desde la lucha, la competencia, el
abuso o la agresión, sino desde la convivencia en el respeto, la cooperación,
y el compartir, bajo la emoción fundamental del amor. Los seres humanos
somos seres ―adictos‖ al amor y dependemos para la armonía biológica de
nuestro vivir cotidiano de la cooperación y la sensualidad, de las caricias y
de vínculos positivos y sintonía emocional con los demás, no de la
competencia y la lucha. Los seres humanos dependemos del amor y
enfermamos cuando este nos es negado en cualquier momento de la vida.
(Maturana, 1992). Las relaciones humanas se ordenan desde la emoción y
no desde la razón, aunque la razón dé forma al hacer que el emocionar
decide (Maturana, 2010).

Cyrulnik (2006) lo expresa así: ―Veinte años después, los numerosos


experimentos etológicos venían a explicar hasta que punto el afecto
constituye una verdadera biología periférica, un conjunto sensorial de gestos,
de gritos, de mímicas y palabras que rodean al niño, un alimento afectivo
que anonada a los niños que se ven privados de el‖. Estas y otras
aportaciones en esta misma línea ponen de manifiesto que existe una
biología periférica hecha de caricias, sensualidad, vínculo afectivo y amor
entendido como aceptación y reconocimiento del otro en el placer y la
convivencia. Si no se dan las suficientes interacciones de este tipo, si un niño
es negado o rechazado no va a poder desarrollarse como una persona sana
y tendrá problemas en su desarrollo, en los aprendizajes o en su salud o
socialización. Los humanos procedemos de la biología del amor y hemos de
tomar conciencia de que necesitamos sentirnos útiles, valorados, amados y

17
aceptados por las personas significativas de nuestra vida. Por puro mandato
biológico necesitamos ser vistos, apreciados y reconocidos.

Principio III - Educar desde la experiencia. Según Paulo Freire (1972) ―la
verdadera educación es la praxis, la reflexión y la acción del hombre sobre
el mundo para transformarlo‖. El deja claro que la teoría es siempre la
reflexión, esto quiere decir, que se debe partir siempre de las experiencias
del hombre con la realidad en la que está inserto, cumpliendo también la
función de analizar y reflexionar sobre esa realidad, en el sentido de
apropiarse del carácter crítico de ella. Ese carácter de transformación tiene
una razón de ser, pues proviene antes que nada, de su vivencia personal e
íntima en una realidad contrastante y opresora, influenciando fuertemente
todas sus ideas. Por lo tanto, el pensamiento pedagógico de Paulo Freire
apunta a la comunicación, como principio que transforma al hombre en
sujeto de su propia historia a través de una relación vivida en su inserción en
la naturaleza y en la cultura, diferenciándolo de los otros seres vivos.

Principio IV- Educar desde la libertad de elección.

Si bien como seres vivos, estamos determinados por nuestra estructura y


organización, podemos decir que todo lo que ocurre a partir de esta
situación es que somos libres de elegir lo que queremos hacer en casi todos
los aspectos de nuestras vidas. Maturana dice en su libro el sentido de lo
humano, "Debemos ser libres en la acción. La libertad consiste en el darse
cuenta de que uno se da cuenta de que quiere o no quiere las
consecuencias de las propias acciones (2010).

Si bien nuestra libertad esta condicionada por situaciones que nos son
ajenas, la mayoría de las veces, tenemos la posibilidad de elegir nuestras
propias decisiones. Para Jean Paul Sastre (1945), el ser humano existe, sólo en
la medida en que se inventa a sí mismo, es decir, el ser humano ejerce una
libertad a la que ―está condenado‖, el asume o da sentido a las
determinaciones que condicionan su vida, y no deja que esas condiciones

18
hagan de él, algo de acuerdo a lo que ellas eran antes o después de ejercer
esa elección. Sartre dice que el ser humano es ―trascendente‖, es un ser
―condenado‖ a la actividad, responsable de que las cosas marchen, de que
las cosas sigan como están o pasen a ser diferentes. Lo importante es elegir
que hacer para darle sentido a nuestras vidas y después encontraremos el
camino correcto para llevarlo a la práctica. Según Erich Fromm (2008) ―la
existencia humana se caracteriza por la libertad. Su significado varía de
acuerdo con el grado de autoconciencia del hombre y su concepción de sí
mismo como ser separado e independiente, como entidad separada y
distinta de la naturaleza y de los hombres que lo rodean‖. Porque lo expuesto
por los grandes hombres citados anteriormente creo que no es necesario
que me explaye mas sobre el asunto porque no tendría mucho para aportar.
Lo que me gustaría es presentar un método de L. E. Raths (1976) en el que
señala 7 paso indispensables que se deben ejercer cuando queremos
priorizar la educación como practica de la libertad del educando a elegir.

 Elegir libremente

 Elegir entre varias opciones

 Elegir después de una cuidadosa consideración de las consecuencias


de cada opción.

 Apreciar y disfrutar la elección hecha.

 Afirmarla públicamente.

 Actuar de acuerdo con el valor escogido

 Aplicar repetidamente en la Vida la opción hecha.

Siendo una metodología que parece tan simple de seguir quien de nosotros
puede decir que estando de acuerdo con lo que postula actúa de acuerdo
a ella. Mas difícil aun, es tratar de transmitir estas ideas a nuestros
educandos, tratar de que ellos lleguen a sus conclusiones y tratar de hacerlo
de una forma idónea y consecuente con su ética personal.

Principio VI - Educar desde la Autoestima y la Autogestion.

19
En el libro El maestro ignorante dice el protagonista Jacotot: No digas que no
puedes. Sabes ver, sabes hablar, sabes mostrar, sabes acordarte ¿Qué más
necesitás? Una atención absoluta para ver y revisar, para decir y repetir. El
alumno debe verlo todo por sí mismo, compara sin cesar y responder siempre
a la triple pregunta: ¿Qué ves? ¿Qué piensas? ¿Qué haces? Y asi hasta el
infinito (Ranciere, 1987).

El objetivo de una educación que prioriza la autoestima es favorecer que el


educando, descubra por si mismo, sus capacidades y sus potencialidades y
que perciba principalmente que tiene mas virtudes que aspectos negativos
en su personalidad. Debemos vivir nuestro educar, de modo que el niño
aprenda a aceptarse y a respetarse a sí mismo, a ser aceptado y respetado
en su ser, porque así aprenderá a aceptar y respetar a los otros. Pienso que
nuestros educandos deben aprender a reflexionar sobre sus actos e intentar
entender por si mismo porque actúan de una forma determinada frente a
determinadas situaciones. Debemos ofrecerles instrumentos que les permitan
percibir sus habilidades y limitaciones e intenten superar sus dificultades y
principalmente se acepten, tal como son aceptando tambien las
responsabilidades en sus acciones.

Para ello es fundamental que confíen en ellos mismos y tenemos que


ofrecerles la posibilidad de crear gran parte de sus marcos educativos, de
que ellos mismos propongan las actividades y los temas que quieren tratar y
que sean ellos mismos los encargados de traspasarlos a sus colegas.

Este proceso debe llevar a los educandos a autogestionarse. El objetivo de la


autogestión es que ellos sean capaces de organizarse y de llevar a cabo
actividades elegidas, y programadas por ellos, dirigidas al grupo y
orientadas a la consecución de un objetivo. Partiendo del concepto
anterior, la intención es que los educandos lleguen a un grado de
autonomía tal que se sumen al de los educadores, ofreciendo ideas,
sugerencias y temas que no hayan sido contemplados por ellos. La
autogestión tiene como prioridad la toma de decisiones de los educandos,
les incita a moverse, a buscar, a llevar la iniciativa.

Debemos favorecer la autonomía de nuestros educandos participándolos en


todas las decisiones que se tomen en el movimiento y en especial en

21
aquellas que se refieren a ellos. Para que todo esto se pueda llevar a la
práctica debemos delegarles desde sus comienzos en el movimiento, tareas
o funciones de las que se responsabilicen, y puedan de esa forma alimentar
un compromiso real con lo que hacen y piensan.

Creo que los educandos deben tener una intervención activa en el proceso
educativo, para que de esta forma se sientan involucrados en la sociedad.
Solo aquel que elige y toma parte, asume responsabilidad por lo que hace y
crea un compromiso con el proceso y el medio en el cual se realiza.

Me gustaría utilizar una frase muy conocida de Confucio que describe a la


tarea educativa de una forma muy peculiar, que dice " Dímelo y lo olvidaré,
enséñamelo y tal vez lo recuerde, implícame y lo aprenderé".

Principio VII - Educar para vivir en democracia. Cuando pensamos en


democracia siempre caemos en la definición tradicional de la palabra
como forma de gobierno donde expresa la participación del pueblo en la
acción gobernante por medio del sufragio y del control que este ejerce
sobre lo realizado por el estado. Muchos de nosotros cuando hablamos de
democracia nos referimos solo a este punto, al derecho de voto, al
sufragismo.

Sin embargo, en la actualidad, el concepto de democracia no se limita a


una forma determinada de gobierno, sino también a un conjunto de normas
de convivencia que nos permite expresarnos en un marco social que ve a la
misma democracia, también como un estilo de vida que nos permite
determinar que nuestro modo de vivir este basado en el respeto a la
dignidad humana y a la vida misma, a la libertad y a los derechos básicos
que tenemos cada uno de los miembros de la comunidad.

Me gustaría hacer hincapié, en la libertad, y darle un poco mas de énfasis a


lo que en el mundo liberal es conocido como La Libertad de Expresión.

Aunque este valor que es uno de los pilares del liberalismo occidental y
cristiano también Karl Marx (1842) se refirió a el. Dice textualmente: ―No se
puede esperar que una rosa huela de la misma manera que una violeta;

21
entonces ¿Por qué razón debería el espíritu humano, el valor más importante
que poseemos, existir de una sola manera?

Que reconfortante es cuando a veces un filósofo expresa de una forma tan


convincente lo que a simples mortales como nosotros nos llevaría muchísimo
tiempo y energía, definir. Las organizaciones educadoras deben promover la
libertad de expresión de cada uno de sus componentes de la forma más
extrema, estimulándolos y no solo permitiéndoles así hacerlo.

Por eso desde mi punto de vista lo mas importante en el ejercicio de nuestra


democracia en el marco de la educación no formal, es que toda
participante pueda, emitir libremente sus pensamientos y sentimientos no
solo mediante palabras escritas sino también por cualquier otro medio de
expresión. Esto significa, que nuestro trabajo fundamental como educadores
democráticos es alentar a todo niño o adolescente que quiera realizar con
originalidad una obra interesante en cualquier campo, sea escribiendo,
dibujando, pintando o interpretando, mediante su genio, ingenio o/y
esfuerzo. Esta forma de democracia es mas importante que el voto, que
entre paréntesis es una forma muy burguesa y liberal de expresar nuestras
libertades (estaría mucho mas contento si en vez de votando llegáramos a
nuestras decisiones importantes por consenso). La educación no formal tiene
que ser realizadora, creativa, desenvolvedora, cada uno de los programas
por ella propuesta, tiene que estar acompañados por trabajos prácticos, y
cada una de nuestras aspiraciones educacionales tiene que ser resumida de
una forma real, creativa, distinta presentando al final de cada actividad
realizada un producto. Es mejor vivir una historia que contarla. Tenemos que
educar por medio de nuestros hechos y no solo por medio de nuestras
palabras, tenemos que democratizar la expresión, permitirla y alentarla,
hacer que nuestros marcos de acción sean anti- rutinarios, que sean marcos
en que cada rosa y cada violeta den el aroma que ellas saben y quieren
dar, y que la sociedad represente para ellos la tierra en donde es legítimo y
valido desarrollarse, expresarse libremente y crecer.

Principio VIII - Educar desde el compromiso.

22
Ayers (2004) argumenta que puesto que la educación esta entrelazada en
forma inextricable con la infraestructura social, política y cultural de la
sociedad, no puede permanecer neutral o indiferente a las inequidades
sociales existentes. La educación es siempre un lugar para la confrontación
entre las diversas fuerzas políticas, sociales y culturales en la sociedad. Por lo
tanto, la educación esta siempre a favor algo y en contra de algo. La
educación no es, y nunca podrá ser, neutral.

En su expresión fundamental, la educación vela por la libertad humana y la


emancipación o por el contrario, defiende la subyugación desde la
domesticación endulzada hasta la represión brutal, la dependencia y la
rendición.

Principio IX - Educar apoyando la Diversidad

La pluralidad cultural es entendida como la convivencia en un mismo


espacio de personas procedentes de diferentes culturas, y es un hecho
presente en nuestra sociedad actual. Esta diversidad, lejos de significar una
amenaza puede fortalecer la propia identidad cultural. La pluralidad cultural
puede favorecer y enriquecer nuestra cultura y convertirse en un factor
positivo para el desarrollo de individuos y sociedades.

La diversidad entre sujetos no entendida como obstáculo o conflicto, sino


como parte de la realidad humana, las diferencias – no pensadas como
desigualdades ni jerarquías – demandan otro modo de concebir la
inteligencia. Es ver a la inteligencia como un conjunto de actividades que es
necesario desarrollar para verificar su igualdad con otras inteligencias: estar
atento, imitar, leer, relacionar, repetir, hablar, escribir, pensar, traducir,
manejar símbolos, etc., en el marco de relaciones con otros. Muchas de ellas
que el niño aprende desde pequeño y a través de las cuales aprende a
hablar sin maestro explicador (Greco, 2007).

Las diferentes inteligencias son en definitiva conductas inteligentes que


adoptan las personas frente a distintas cosas. No existe la inteligencia cono
algo innato, que nace con uno, sino que va emergiendo y creciendo con la
vida. Por eso personas diferentes aportan posturas diferentes frente a la vida,

23
y nos posibilitan tener visiones distintas frente a las situaciones que tenemos
que afrontar.

Sabemos que en nuestros movimientos si bien hay una cierta homogeneidad


étnica, recibimos gente de muy distintos estratos sociales y tambien, de
distintas predilecciones sexuales, habilidades cognitivas, personas que tienen
distintas discapacidades físicas o mentales. Todos ellos hacen a nuestra
diversidad y ellas son las que nos permiten conocer nuevas formas de
pensar, conocer y actuar. Respetando a todos y a cada uno de nosotros, es
que podremos crecer y desarrollarnos como seres humanos dignos de serlo.

Principio X - Educar hacia y desde la Coherencia.

Maturana (1992) nos dice "El educar se constituye en el proceso en el cual el


niño o el adulto conviven con otro y al convivir con el otro se transforma
espontáneamente, de manera que su modo de vivir se hace
progresivamente más congruente con el del otro en el espacio de
convivencia. La educación como ―sistema educacional‖ configura un
mundo y los educandos confirman en su vivir, el mundo que vivieron en su
educación.

Muchas veces hemos oído que no hay mejor educador que aquel que
educa con el ejemplo personal y cuanta verdad se esconde detrás de esta
frase. Lo difícil es tambien entender que ser ejemplo personal es ser ejemplo
de persona. Quiero decir que como educador debemos mostrarnos con
todo lo que somos. Con todas nuestras virtudes y tambien nuestros defectos.
No hay que hacer creer a nuestros educandos que somos los paladines de la
justicia, que somos superhéroes, que siempre actuamos de la forma
adecuada, sino solamente que somos coherentes con lo que decimos en
nuestro actuar.

Nuestros educandos aprenden más del convivir con sus educadores que de
lo que ellos les enseñan. Porque lo que hacen en los marcos educativos es
socializarse, es convivir con los adultos y con sus pares amigos.

24
Principio XI - Educar de forma cooperativa.

Trabajar de forma cooperativa es trabajar priorizando el trabajo educativo


por medio de grupos o de equipos. El grupo es una pluralidad de individuos
que se relacionan entre sí, con un cierto grado de interdependencia, que
dirigen su esfuerzo a la consecución de un objetivo común con la convicción
de que juntos pueden alcanzar este objetivo mejor que en forma individual.
La especialista Susan Ledlow (1999) considera necesario establecer
diferencias entro grupo y equipo. Señala que un grupo es "un conjunto de
personas que se unen porque comparten algo en común". Lo que
comparten puede ser tan insignificante como el deseo de subir a un
ómnibus, mientras que un equipo es "un grupo de personas que comparten
un nombre, una misión, una historia, un conjunto de metas u objetivos y de
expectativas en común" donde la estructura organizacional se cambia de
"pirámide" a una tipo plana o de red. Cuando formás realmente parte de un
equipo, has de dar sin esperar recibir nada a cambio. El simple hecho de
pertenecer al equipo es suficiente para tu propio crecimiento".

Como seres humanos que somos, sentimos siempre la necesidad de ser


reconocidos por los demás, de sentirnos útiles y apreciados.
Hacer equipo es poder comunicarnos con cada persona. Sólo podemos
comunicarnos con otra persona cuando nos interesamos por conocerla
mejor y compartimos información, esfuerzos, éxitos e ilusiones. El trabajo en
equipo es una condición que implica trabajar en cooperación con otros de
una manera coordinada, armónica y enfocada, aprovechando las
fortalezas de cada participante y potencializándolas a favor del grupo
creando una sinergia. Un buen trabajo en equipo no genera trabajos o
logros independientes, ni ambientes competitivos, protagonismos o
rivalidades internas; más bien garantiza un logro general como equipo, un
crecimiento personal de todos los integrantes y un ambiente en el que todos
se sienten como en familia, se generan lazos y la mayoría de las veces surgen
buenas amistades. Debemos tomar en cuenta que los grupos están
formados por individuos y entender que trabajar en equipo no significa
eliminar a las aspiraciones individuales sino que al contrario entender que
dentro del trabajo conjunto cada uno puede expresar mejor sus

25
potencialidades y lograr a raíz de un trabajo organizado de forma grupal
mejores resultados que si se hiciera de forma particular.

Otro aspecto, al que debemos darle hincapié es derribar el mito "que


competir es normal" y forma parte de la ―naturaleza humana‖ o ―nosotros
vivimos en una sociedad competitiva‖ entre otros mensajes de naturaleza
ideológica, orientada para la exclusión, sementando así, el individualismo y
la competición entre las personas.

De acuerdo con Erich Fromm (1980) existen sociedades pacíficas y


cooperativas y también existen sociedades destructivas y competitivas. No
podemos inferir que existe una naturaleza humana posible, pero podemos
intentar decir que existen posibilidades humanas. Nosotros podemos
cooperar o competir, eso dependerá de nuestra naturaleza de posibilidades.
Creemos que estas dos naturalezas coexisten dentro de cada uno de
nosotros y el prevalecer de una sobre otra va a depender de nuestra
voluntad, nuestra actitud personal y colectiva y de asumir nuestra elección.

La sociedad en la que vivimos es pragmática y será diseñada de la forma en


que la mayoría de las personas que viven en ella quieran. No hay naturalezas
humanas determinadas a priori, todo forma parte de nuestra epigénesis. Si
pensamos que las actividades cooperativas son mejores porque aumentan
la seguridad en las capacidades personales y contribuyen de esa forma al
desarrollo del sentido de pertenencia a un grupo, hagamos que nuestra
educación refleje esta posición. Si creemos que la forma cooperativa es
mejor porque en las actividades desarrolladas de esta forma nadie pierde,
nadie es aislado o rechazado porque falló, utilicémoslas para educar.
Promulguemos que en un sistema de cooperación, ganan cada una de las
partes y el todo, gracias a la ayuda que se brindan los participantes.

Principio XII – Educar desde una educación problematizadora.

Este fragmento fue tomado integro de un artículo publicado por Sigfrido


Lanz llamado Educación es revelación (2006): De acuerdo con Freire, ―la
educación problematizadora es educación del hombre en el mundo‖ (1972).
Es educación en el mundo y para el mundo. Es proceso, es movimiento,

26
porque el mundo es dinámico. Mira al futuro, porque el futuro es el referente
principal de la educación. No es instrucción, tampoco narración, tampoco
trasmisión. Es mejor, formación. Reconoce a las personas como seres que
están siendo, como seres en formación, como seres inacabados,
inconclusos. Aquí está exactamente lo que brinda sentido a la educación
que nosotros postulamos: la inconclusión de los seres humanos. La educación
en este caso no es circunstancia, no es institución, no es tiempo finito. Es, más
bien, vida humana en el tiempo, es decir, un proceso que no culmina nunca.
Es proceso, ―en razón de la inconclusión de los hombres y también en razón
de la inconclusión del devenir de la realidad‖ (Freire, 1972). La educación
problematizadora es entonces movimiento. Su condición es que está siendo
siempre. Al contrario de la educación conservadora, que es estática,
reiterativa, adaptativa, la educación problematizadora es cambio, es
novedad, es esperanza, es proyecto en curso, es movimiento, es
navegación, es formación haciéndose. La educación problematizadora es
un esfuerzo permanente a través del cual los hombres van percibiendo
críticamente cómo están siendo en el mundo en que y con qué están‖
(Freire, 1972).

Para finalizar quiero hacerme eco de las palabras escritas por Walt Whitman,
en uno de sus prefacios impelentes de Leaves of Grass (Hojas de Hierba):

Esto es lo que deberías hacer: Ama a la tierra, al sol y a los animales;


desprecia la opulencia; da limosna a quien la pida; defiende al estúpido y al
loco; dedica tu ingreso y trabajo a otros; odia a los tiranos; discute, no sobre
Dios; ten paciencia con las personas y complácelas; no te quites el sombrero
ante algo ya sea conocido o desconocido, ni ante un hombre o un grupo de
hombres; anda libremente con personas rudimentarias, sin educación, y con
los jóvenes y con las madres de familias; reexamina todo lo que se te ha
dicho en la escuela, en la iglesia o en cualquier libro; desecha lo que insulte
a tu alma; y tu piel ha de ser un gran poema y éste tendrá la más rica fluidez,
no tan sólo en sus palabras, sino también en las líneas silentes de sus labios y
rostro y entre las pestañas de tus ojos y en cada movimiento y en cada
articulación de tu cuerpo …

Ruben Ogorek 02/07/2010

27
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