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El Nombre Divino y el ADN

Esta investigación me fué enviada desde España. Un abrazo a Jaime Hermosilla.

El Nombre de Dios, Jehová significa literalmente “El Hace que llegue a Ser”. En un sentido
significa que él es el Creador efectivo de todas las cosas, y principalmente del ser humano.
En un aspecto profético es un Dios de Propósito que realiza todo lo que se propone. A
continuación adjunto una investigación que fue realizada hace muchos años por
investigadores médicos que descubrieron que la secuencia del ADN está relacionada con el
Nombre Divino, su gramática hebrea y su posible pronunciación y la creación de la vida.
Solo quiero acotar que los radioastrónomos han descubierto que los cuerpos celestes
(planetas, sol, etc.) emiten sonidos (frecuencias vibratorias) imperceptibles al oído
humano. Entonces, cuando un ser humano es engendrado hay un maravilloso suceso que
ocurre en dónde fuerzas desconocidas para la ciencia intervienen. Aunque el principal
investigador de este asunto, J. Hurtak, se volvió con los años un miembro activo de ciertas
corrientes más apegadas a lo metafísico (fenómeno que está ocurriendo con algunos
científicos debido a econtrarse con lo espiritual), no podemos dejar de analizar este
interesante tema, sobre todo para los que apreciamos el Nombre Divino.

En la enseñanza bíblica, según los judíos, se dice que la


estructura del cuerpo humano surgió de la pronunciación de la
Palabra Divina (el sonido original del Nombre de Dios).
Algunos establecen una correlación de este Nombre Divino
(JEHOVA - YHVH o YHWH) como la clave que está detrás del
código de trascripción de las letras químicas que desarrollan el
cuerpo humano. En 1973, mientras estaba en la Universidad de
California, J. Hurtak llegó a comprender que existía una
conexión entre las asociaciones lingüísticas y genéticas en las
Letras que conforman el nombre de Dios en el Hebreo Bíblico
(YHVH). Elaboró una tabla de recursos genéticos usando el
Código del Nombre Divino en un arreglo triple de letras,
incluyendo el "inicio" y el "alto" en la codificación de las letras
para cada una de las secuencias de los aminoácidos y los
ácidos nucleicos. Este trabajo fue presentado, de manera
selectiva, ante la Academia de Medicina en Junio de 1973 por
el Dr J.J. Hurtak, como una matriz para la interrelación entre el
lenguaje y la genética en el uso del nombre de YHVH. A pesar de la abrumadora evidencia
de esta correspondencia basada en el trabajo de investigadores médicos, la comunidad
científica en general acepta esta situación como una enorme coincidencia.

En cuanto a los códigos de combinación del ADN que conforman los muy complejos
aminoácidos, se delinea al código del ADN como una serie de matrices. La primera y
fundamental matriz cúbica consiste de las permutaciones del Tetragrámaton, las cuatro
letras en Hebreo que se traducen como Jehová o Yahweh (Yod- Heh-Vav-Heh). Esta
matriz se denomina 'Palabra-Espíritu'. La tabla 'Palabra-Espíritu' se conforma de las tres
letras del Nombre Divino que, en varias combinaciones, crean las 64 celdas. Aunque el
Nombre Divino se escribe con cuatro letras, utiliza sólo tres del alfabeto (Y-H-V, con la H
repetida), tal como el ADN o el ARN tienen cuatro nucleótidos como "letras" pero
solamente se leen tres a la vez para formar el codón que codifica los aminoácidos de
nuestro cuerpo. El Nombre Divino no es estático, al igual que las secuencias del ADN, y se
puede volver a combinar para diferentes funciones (V-H-Y-H-Y-V-H-H-V, etc).

Se concluyó que:
1 El Nombre de YHVH está codificado dentro de cada función bioquímica de nuestro
cuerpo, especialmente dentro de la matriz dadora de vida del ADN-ARN.
2 El Nombre Divino transpuesto sobre los mecanismos de la codificación matriz, es el
factor primordial en la bioingeniería, tanto para el presente como para el futuro.
3 El Tetragrámaton del Nombre sagrado se compone de las tres letras distintas sagradas
(la cuarta H como vemos es una repetición):

‘Yod’, ‘He’, ‘Vau‘ (Vod)

4 El Tetragrámaton se conecta (es equivalente a la perfección) con las cuatro bases


nitrogenadas más comúnmente encontradas en el ADN y ARN que contienen cada una dos
pirimidinas y dos purinas. Tanto el ADN como el ARN contienen adenina y guanina, las
cuales son purinas, y citosina que es una pirimidina. No obstante, el ADN contiene la base
pirimidina timina mientras que el ARN contiene uracilo.

5 Se observa que el Tetragrámaton del Nombre sagrado se usa dentro de un sistema deca-
delta. El sistema decadelta se compone de diez emanaciones Lumínicas que funcionan a
través de una sección cónica piramidal, la cual estructura el anteproyecto de la vida. Las
emanaciones lumínicas (Y Sónicas) en física cuántica son los cimientos del mundo material,
ya que la materia está compuesta por energía.

6 La sección cónica piramidal controla las actividades principales: el anteproyecto genético


de la vida para un orden progresivo determinado. Este anteproyecto se despliega como
una serie de retículos que se interconectan al girar en espiral desde la plantilla original de
la sección cónica. Se conforma la super estructura de hélice espiral del ADN.

7 Por lo tanto, las diez emanaciones Lumínicas inician una pulsación de superhélice que
permite que los retículos se interconecten, coordinando una actividad codificadora. Esta
interconexión, en nuestro mundo de forma biológica, inicia el eslabonamiento para la
tetrahélice.
8 Las diez emanaciones Lumínicas proyectan las principales frecuencias código para todos
los niveles de ordenamiento metabiologico (es decir, la Luz es la función codificadora). Las
diez emanaciones Lumínicas son necesarias para preservar la correspondencia entre la fase
humana de la imagen y la fase Divina de la Imagen. Se confirmaba para algunos que el
hombre es un reflejo (en nivel inferior o material) de la Imagen divina. “Hagamos al
hombre a nuestra imagen”, dijo Dios, utilizando su nombre de manera pura, aplicando de
manera optima su mismo significado: “El Hace que llegue a Ser”, y el hombre fue “hecho”,
como mencionaban los antiguos judíos y la Biblia.

Ha tomado varias décadas de investigación poder comprender la vastedad de los


mecanismos codificadores del ADN humano. A principios de 1970 los investigadores que
trabajaban en esto confirmaron la existencia de un verdadero "código" en el nivel de
nuestra estructura genética que co-evoluciona la vida de acuerdo a un plan evolutivo
superior. Esto desafía la inherente indeterminación del mundo físico mismo y muestra
niveles superiores de simetría y equilibrio, es decir, un mundo no dominado originalmente
por la llamada teoría del caos.

En resumen, lo que está detrás del Nombre Divino es una carta de amor de instrucción y
habilitación para realizar buenas obras, una carta que está incrustada en la estructura
humana célula por célula (y ahora sabemos y creemos que de manera hasta literal) para
poder compartir, que nos acercamos a romper la barrera imaginaria que separa la Fe de la
ciencia. Cada ser humano sería "proyectado" de alguna forma a través de sonidos y
frecuencias cuanticas que lograrían activar el milagro del ADN. Nota: Puede pinchar las
tablas y ver las correspondencias entre las letras hebreas y el ADN.

Cómo conclusión solo puedo recordar estos pasajes bíblicos que me dejan reflexionando:

"Tal como no te das cuenta de cuál es el camino del espíritu en los huesos dentro del
vientre de la que está encinta, de igual manera no conoces la obra del Dios
[verdadero], que hace todas las cosas". (Eclesiastés 11:59)

"Mis huesos no estuvieron escondidos de ti cuando fui hecho en secreto,cuando fui


tejido en las partes más bajas de la tierra.

Tus ojos vieron hasta mi embrión,y en tu libro todas sus partes estaban escritas,
respecto a los días en que fueron formadasy todavía no había una entre ellas". (Salmo
139:15,16)

“Antes de estar formándote en el vientre, te conocí; y antes que procedieras a salir


de la matriz, te santifiqué. Profeta a las naciones te hice”. (Jeremías 1:5)

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