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para intentar convertir la reflexión sobre Esta concepción del papel de la educa-
la educación en una ciencia positiva —de ción aparece también en un contemporá-
hechos— que trata sobre el sistema y los neo de J. Dewey, considerado como un
métodos que permitan responder a los cam- pionero de la sociología de la educación: G.
bios que reclama la coyuntura social. En Counts, quien en 1932 publica un trabajo
consecuencia, la filosofía de la educación (Counts, 1932) en el cual afirma que los
será reemplazada por una sociología de la docentes deben convertirse en una fuerza
educación y el fin de la educación se redu- social que influya en los ideales, actitudes
cirá a la socialización [2]. y conductas sociales de las generaciones
venideras y deben usar el poder que tie-
El enfoque que asume la reforma edu- nen en favor de los intereses de las masas
cativa argentina, centrado en los conteni- populares. En un trabajo posterior (Counts,
dos, pareceria intentar un equilibrio entre 1934) introduce un tema que luego reapa-
las dos primeras finalidades aludidas, al recerá en autores de la pedagogía crítica
proponer una revisión de contenidos para como H. Giroux y P. Mc Laren, a saber, la
adecuarlos a las exigencias del presente e función de cambio o de reproducción de las
introducir, a la vez, los procedimientos condiciones sociales, que la escuela debe
como explícitas expectativas de logro, lo asumir, en particular a través de los con-
que atendería a los requerimientos evolu- tenidos curriculares de historia o ciencias
tivos del sujeto de los aprendizajes. sociales [5]. En sus escritos bregó por la
transformación de la ciencia de la educa-
Sin embargo, si se analizan los conteni- ción en una ciencia social.
dos, su definición y el criterio de selección
de cada uno de ellos, se advierte, por una La segunda finalidad subrayada por la
parte, la presencia de la concepción teoría curricular, tal como la enunciamos
funcionalista y, por otra, una base filosófi- más arriba era la dominante en el momen-
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También la definición del concepto como el marco de la teoría de Ausubel del «apren-
marco de interpretación está emparentada dizaje significativo» (Ausubel, 1968) una de
con el pensamiento kantiano, para el cual cuyas condiciones esenciales es la relación
los conceptos son categorías, modos de pen- de lo que se aprende con la estructura con-
sar, extrínsecos con respecto al contenido ceptual ya poseída. De allí la importancia
de la experiencia y cuya función es tornar que se da a los conocimientos previos, un
inteligible dicha experiencia. Ese carácter tema destacado en la psicología cogniti-
extrínseco se manifestaría en la tipología va [8].
que estamos analizando, en la separación
entre hechos y conceptos. Pero, en reali- Esta teoría tiene un valor explicativo
dad, cabe decir que no existe un conoci- del proceso psicológico que es innegable,
miento de hechos como algo separado de pero ese valor no debe ser traspuesto inde-
toda conceptuación; lo que aquí se llama bidamente al plano epistemológico, lo que
hecho, tiene su inteligibilidad, en parte en sucede cuando se reduce el contenido del
sí mismo y en parte por su relación con nuevo concepto a una simple relación con
otros hechos. la estructura conceptual previa. El rol de
los conocimientos previos es básico en sede
En cambio, en la gnoseología realista el psicológica, en cuanto el que enseña debe
concepto, aunque es resultado u obra de la partir de lo que el sujeto sabe o cree saber
actividad del intelecto, está en estrecha re- acerca de una cuestión, pero es obvio que
lación con lo que proporciona el conocimien- el docente debe guiar el proceso hacia una
to sensible. Es a partir de éste que el recta intelección y en este sentido los cono-
intelecto abstrae, es decir, actualiza lo in- cimientos previos pueden ser facilitadores
teligible que se halla en potencia en las u obstáculos, en el caso de las concepcio-
imágenes; de allí la posibilidad de conocer nes erróneas.
lo real en el acto del intelecto y a la vez la
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rencia a los valores que suscitan y sostie- Una vez caracterizada la tipología de
nen cada actitud— y con ello hace desapa- contenidos, pasemos a considerar los crite-
recer la posibilidad de proponer las rios para la selección de contenidos.
actitudes como objetivos jerarquizables.
Esto concuerda con el enfoque pedagógico, 2. Los contenidos: criterios
que ha dejado de fundarse en una filosofía de selección
de la educación, para buscar sus bases en
la psicología y principalmente en la socio- En los documentos ministeriales de la
logía, evitando así los juicios de valor, con transformación educativa argentina se se-
lo que la Pedagogía ha dejado de ser una ñala que el criterio central de selección de
disciplina normativa para convertirse en contenidos es la «significatividad social»,
una parte de las llamadas Ciencias So- expresión polisémica que nos remite al se-
ciales. gundo aspecto dejado en suspenso en el
punto anterior: la base filosófico-episte-
Las actitudes, señala C. Coll, tienen mológica del constructivismo social [10].
como referentes a los valores y a las nor- Esta posición tiene su raíz filosófica en el
mas, pero los valores son entendidos prin- criticismo idealista y en al ámbito pedagó-
cipalmente como principios que sustentan gico halla su primera formulación sistemá-
el orden social democrático y las normas tica a partir de los trabajos de la nueva
son definidas como los patrones de conduc- sociología de la educación que se inicia con
ta compartidos por los miembros de un gru- los trabajos de B. Bernstein. En este movi-
po social (Coll, C. y otros, 1992, 141). miento, la influencia del pensamiento mar-
Por lo tanto en ambos casos la última re- xista sobre las Ciencias Humanas hace que
ferencia es social; no hay fundamento se reubique el sujeto epistémico del idea-
óntico. lismo en el contexto social, lo que da lugar
a las tesis contextualistas contemporáneas.
En este enfoque el conocimiento es una
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cual las personas interpretan sus expe- cultural e introduce una perspectiva
riencias». (Benson, 1989, 329). relativista en el concepto de «contenido edu-
cativo», cuyo valor queda acotado por el
En esta posición el conocimiento es una contexto socio-cultural.
praxis social que debe ser comprendida den-
tro de parámetros contextuales (Goodson, El aludido criterio de la «significatividad
1990). social» nos remite a la reforma educativa
francesa de los años ’80. Con más preci-
A partir de esta concepción, la teoría sión, en 1988 el ministro de Educación de
curricular comienza a tratar los conteni- Francia crea una comisión de estudios so-
dos en términos de «saberes socialmente bre los contenidos de la enseñanza, presi-
construidos», «saberes socialmente signifi- dida por P. Bourdieu y F. Gros, que propone
cativos», etc. Pero así se confunden dos pla- los principios organizativos de la enseñan-
nos básicos de consideración: a) la za, entre los cuales el primero dice:
perspectiva sociológica, desde la cual es po-
sible advertir que la actividad científica es «Los programas deben ser someti-
uno de los ámbitos de la acción social y dos a un cuestionamiento periódico con
como tal es influida por el contexto y b) la vistas a incorporar los saberes exigidos
perspectiva epistemológica, que trata de por el progreso de la ciencia y las trans-
establecer las condiciones de validez e in- formaciones de la sociedad»
cluso de gestación (si se considera la epis-
temología genética) de un cuerpo de El criterio de revisión periódica es ple-
conocimientos, a partir de los caracteres namente aceptable; el punto cuestionable
intrínsecos del sector de realidad a que se es que, puesto como primer criterio, no per-
refiere ese conocimiento y a su interacción mite discernir a la luz de qué principios y
con los esquemas lógico-psicológicos del su- fines de la educación se incorporarán esos
jeto que conoce. Así por ejemplo, C. Coll «saberes» que parecen estar convalidados
afirma que la reforma educativa española simplemente por su actualidad. Sobre todo año LIX, n.º 219, mayo-agosto 2001, 217-228
rompe la dicotomía entre contenidos y pro- esto es objetable en el caso de «las trans-
cesos [11] mediante una formaciones de la sociedad», puesto que
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Aquí puede advertirse más claramente la asunción de que todas las creencias y
que el criterio de «significatividad social» opiniones son verdaderas. De hecho hay
implica una concepción epistemológica que creencias opuestas, luego alguna debe ser
lleva a confundir la pluriformidad cultural falsa, en cuyo caso el relativismo es falso.
con la posición gnoseológica del relativismo Si el relativista defiende su relativismo de
que niega la posibilidad de la verdad. Pero modo relativo, reconoce la legitimidad de
el criterio adoptado no es evidente, ni tam- otras posiciones y con ello su no-superiori-
poco se halla demostrado a partir de una dad e incluso su arbitrariedad al entregar-
sólida argumentación epistemológica; más se a él. Si, a la inversa, se defiende con
aún, dicho criterio es cuestionado por au- afirmaciones absolutas, se autodestruye.
tores contemporáneos, como por ejemplo
H. Siegel, quien discute la consecuencia Como se ve, el argumento aristotélico,
fundamental del contextualismo contempo- no pierde vigencia, más aún, hoy resulta
ráneo: su relativismo, con un argumento de una actualidad casi dramática a la luz
clásico la reducción al absurdo, ya usado de la fuerza con que se llevan adelante las
por Aristóteles en su crítica a la sofística. posiciones contextualistas, erigiendo en cri-
Siegel señala (Siegel, 1987, 4-18) que los terios absolutos, en verdaderos puntos de
argumentos que se dan en apoyo del partida —que no se creen en la obligación
contextualismo implican «dar razones» y de demostrar—, afirmaciones surgidas de
por ello implican la asunción de alguna una sociología del conocimiento «sesgada»
noción de racionalidad. Según el modo de y a la vez con una intolerancia «absoluta»
decir aristotélico, los contextualistas no respecto de toda posición alternativa, por
pueden sostener sus argumentos de modo más que se den razones y no pocas veces
absoluto sin contradecirse. apoyándose justamente en este «dar razo-
nes» al que se acusa de un acto de «absolu-
Siegel distingue dos argumentos bási- tismo intolerante, poco democrático», etc.,
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cos contra el relativismo (Siegel, 1987, 4-8, se pasa así indebidamente de un plano a
24-25) que implican su incoherencia o otro (del lógico al ético-social), adscribien-
autodestrucción: el relativismo es incohe- do a la razón tareas y/o actitudes de la
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pedagógico, por lo menos dos cuestiones ber, cada ciencia, tiene sus principios y
fundamentales: las realidades a las que re- metodologías específicas, que no dependen
miten esos contenidos y el tipo de relación de los contextos sociales, sino de exigen-
de esas realidades con las dimensiones del cias intrínsecas a sus propios objetos. Por
sujeto de la educación. otra parte, todo conocimiento científico debe
ajustarse a las leyes lógicas.
El acceso a las dimensiones del sujeto
remite a un planteo antropológico, que per- De hecho, puede verificarse desde el
mita dilucidar las exigencias esenciales análisis psico-sociológico que hay imáge-
para el desarrollo de dichas dimensiones. nes compartidas del mundo social y na-
A su vez, puesto que la capacidad se espe- tural, surgidas de la interacción que
cifica por su objeto, el otro polo para deter- vehiculiza conceptos y valores, cuyo funda-
minar criterios de selección de contenidos, mento, las más de las veces, no está
es la cuestión metafísica. explicitado ni se hace consciente para los
miembros de un grupo social que compar-
La teoría curricular exige doblemente ten dicha visión. Pero la advertencia de
un fundamento metafísico: 1) porque hay esta situación, a la que alude la tesis de la
un acuerdo fundamental en que ella consi- «construcción social» del conocimiento, sólo
dera la cuestión de los contenidos educati- es posible si se sale del círculo herme-
vos, de su selección y organización, es decir, néutico vicioso que crea el constructivismo
de su orden, lo que de un modo o de otro, social cuando quiere reemplazar al análi-
exige que se dé cabida a la discusión acer- sis epistemológico, porque toma como pun-
ca del orden de lo real, pues de otro modo to de partida la misma tesis que, se supone,
la exigencia de la integración de saberes quiere demostrar.
queda, por lo menos, a medio camino; 2)
porque su punto de partida es el conoci- El análisis fenomenológico abre cauces
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miento y allí debe dilucidarse su valor de para un enfoque epistemológico que no se
verdad, de referencia a la realidad. reduce a una sociología del conocimiento y
que permite poner bases para una teoría
curricular real. En ella los contenidos edu-
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cuanto las realidades del mundo natural y constructivismo social y b) una línea anti-moderna repre-
sentada por corrientes neo-marxistas que a partir de lo
cultural, que son la fuente de los conteni- político-social se centran sobre todo en dos grandes
dos educativos, son siempre portadoras de temas: el conocimiento escolar y las relaciones pedagó-
un valor. Dicho valor se asienta, en primer gicas. Dentro de esta línea considero a los teóricos de
lugar, en el contenido óntico, en el grado la reproducción (Bourdieu, Passeron en Francia; Gintis,
Bowles en EE.UU.), a los representantes de la «New
de ser de cada realidad y, a partir de allí, Sociology of education», que desde su origen en 1970
en su referencia a las dimensiones subjeti- ha ido pasando por diversas etapas bajo el influjo de las
vas que están llamadas a actualizarse con críticas neo-marxistas, de la investigación-acción y por
último a la pedagogía crítica radical, versión anglosajona
las diversas formalidades de lo real. de la pedagogía de la liberación de P. Freire.
De aquí el doble criterio de selección de Todas estas líneas tienen como tema central el currí-
culo.
los contenidos educativos: el orden de lo
real y su relación con las dimensiones de [2] Cfr. MÚGICA MARTIARENA, L. F. (1982) Análisis filosó-
fico del concepto de socialización en Durkheim, pp.
la naturaleza humana, que debe tener un 128-139, revista española de pedagogía, XL:158,
lugar en la discusión a cerca de los conte- El autor pone las raíces filosóficas del concepto en la
nidos curriculares. concepción de Comte de la razón práctica como ra-
zón social.
Si se niega este fundamento metafísico, [3] Trato este último aspecto en el punto 2 del presente
queda como criterio una significatividad so- artículo.
cial que, por definición, es relativa al con- [4] Abordo este punto en VÁZQUEZ, S. M., (1994) La Teoría
texto, pero esto se convierte, como dijimos, del Curriculum en la Actualidad, ed. cit., Cap.1.
en un círculo vicioso, dentro del cual está [5] En 1934 G. Counts se convirtió en el editor de Social
presa la teoría curricular actual. Frontier: A Journal of Educational Criticism and
Reconstruction, en cuyo título puede verse la relación
Dirección de la autora: Lic. Stella Maris Vázquez. CIAFIC entre las tesis de J. Dewey y las de la pedagogía crítica.
Federico Lacroze 2100; (1426) Buenos Aires, Argenti-
[6] Desarrollo la concepción piagetiana del aprendizaje en
na, E-mail: postmaster@ciafic.edu.ar
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Majors Construct Meaning in Physical, pp.237-244, aspectos institucionales (normas éticas, sistemas de re-
School, Science and Mathematics, 93:5. muneraciones, relaciones de roles y status), sin abordar
el análisis sociológico del contenido mismo de la cien-
[9] Para un estado de la cuestión y análisis crítico, puede cia.
verse DIFABIO, H. E. (1988) Procesos lógicos y actitu-
des psicosociales implicados en el juicio práctico Infor- […] La Universidad de Edimburgo es el marco donde
me de beca CONICET (Buenos Aires, Archivo CIAFIC). tiene lugar el primer intento organizado de elaborar una
sociología del conocimiento científico que, frente a la
[10] Para un desarrollo analítico de esta posición cfr. VÁZQUEZ, sociología del conocimiento clásica y la filosofía de la
S. M., La teoría del curriculum en la actualidad, ed. cit., ciencia tradicional, no contemple la ciencia como un
Cap. III. tipo privilegiado de conocimiento fuera del alcance del
análisis empírico. La ciencia es apeada de su pedestal
[11] Al mismo tema se refiere MARTÍN, E. (1991) Qué contie- de objetividad, y una gran variedad de factores no
nen los contenidos escolares, pp. 17-19, Cuadernos de cognitivos (políticos, económicos, ideológicos… el ‘con-
Pedagogía, 188, donde explicita el sentido del texto social’, en dos palabras) son enfatizados en la
constructivismo de la reforma española. explicación del origen, cambio y legitimación de las teo-
[12] Respecto de esta distinción, puede leerse en LÓPEZ, J. rías científicas.»
A.; SAN MARTÍN, J.; GONZÁLEZ, M. (1994) La filosofía [13] He expuesto algunas líneas de trabajo en este sentido
actual de la ciencia, pp. 164-208, Diálogo Filosófico, en Bases para un diseño curricular (1995) Recursos
10:29, una clarificadora exposición sobre los estudios para la Formación y la Acción Docente, 1:2 (Buenos
sociales en ciencia. Allí los autores distinguen dos tradi- Aires, Ediciones CIAFIC).
ciones: a) la tradición europea de estudios en ciencia y
tecnología (STS) y la tradición norteamericana, de incli-
nación más pragmatista. «Ambas tradiciones coinciden
en resaltar la dimensión social (y práctica) de la ciencia Bibliografía
y la tecnología, reaccionan contra la visión clásica de la AUSUBEL, D. (1968) Educational Psychology, A cognitive
ciencia en tanto que forma autónoma de conocimiento y view (New York, Rinehart and Winston).
la tecnología como ciencia aplicada, y contribuyen de
este modo a la desmitificación de la tradicional imagen BENSON, G. (1989) Epistemology and science curriculum,
elitista de la ciencia-tecnología. Se dan, sin embargo, Journal of Curriculum Studies, 21:4, pp. 329-344.
importantes diferencias en enfoque y objetivos entre
ambas tradiciones que pueden caracterizarse por refe- BOURDIEU, P.; GROS, F. (1990) Los contenidos de la ense-
rencia a las dos facetas de la ‘dimensión social’ de la ñanza. Principios para la reflexión Universidad Futura,
ciencia-tecnología: los condicionantes sociales (o la for- 2:4, pp. 20-24.
ma en que factores sociales contribuyen a la génesis y año LIX, n.º 219, mayo-agosto 2001, 217-228
aceptación de productos científico-tecnológicos) y las COLL, C. Y OTROS (1992) Los contenidos de la reforma
consecuencias sociales (o la forma en que los produc- (Buenos Aires, Santillana).
tos de la ciencia-tecnología inciden sobre nuestras for-
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GOODSON, I. (1990) Studying curriculum: Towards a social VÁZQUEZ, S. M. (1996) Constructivismo, Realismo y Apren-
constructivism perspective, Journal of Curricul Studies, dizaje (Buenos Aires, Ediciones CIAFIC).
22:4, pp. 229-312.
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