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cognitiva y la conductista, este enfoque se distingue porque se evalúa de manera objetiva los
procesos mentales que se relacionan en la terapia y se actúa sobre el comportamiento y sobre
los esquemas cognitivos.
En este escrito se presentarán las falencias o las limitaciones más marcadas ya que en este
enfoque se valora más el estado subjetivo y debido a esto son más vivenciales y existenciales
ya que se centra en la cognición y en su modificación y así mismo se construye una estructura
la cual va dejando de lado la parte espiritual o el inconsciente de la persona, la intervención es
superficial porque sólo se dirige a atacar lo síntomas o las conductas más no se ocupa de atacar
las causas de los mismos a las cuales se subordinan.
Según los críticos de este enfoque dice que se fundamentan en la práctica más psiquiátrica que
psicológica ya que se ignora la existencia del inconsciente, los estados de la mente y los
sentimientos, no le asigna un papel a la personalidad, al YO ni al “sí mismo”, no da lugar a la
libertad, a la voluntad, ni a la intencionalidad ya que no intenta explicar los procesos
cognoscitivos, la intuición, la información ni el proceso creativo. Ve al sujeto como un receptor
pasivo. Este enfoque es mecanicista, así que concibe lo psicológico como un conjunto de
respuestas ante estímulos. Es también operacional ya que identifica los fenómenos con las
esencias, es una ideología importada al servicio del poder que mantiene la psicología como
ciencia natural, no preocupada por los fenómenos sociales
Las críticas más fuertes a cerca de este enfoque dicen que el tratamiento y la supresión de los
síntomas son netamente superficiales y que estos síntomas retornarán más adelante o pueden
sustituirse por otros, por otro lado hay estudios de seguimiento de las terapias que contiene este
enfoque y se llega a la conclusión que las recaídas corresponden generalmente a trastornos en
los cuales ninguna terapia psicológica ha mostrado una eficacia significativa, por ejemplo en
casos como la esquizofrenia o en el trastorno de la personalidad antisocial, seguido esto, los
índices de eficacia de la terapia cognitivo conductual aplicada en los síndromes con alta
incidencia, rondan un 90% que se han recuperado o mejorado con un seguimiento de 2 años o
más, se puede decir que la terapia funciona y no recaen fácilmente.