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Que es

El síndrome de Rett es una enfermedad que afecta al neurodesarrollo de base


genética. Se trata de una enfermedad rara muy compleja que afecta al sistema nervioso.
En la actualidad se cree que pueda afectar a una de cada 10-12000 niñas nacidas.

La Asociación Española de Síndrome de Rett señala que es “un trastorno del


neurodesarrollo grave, de origen génico, que se presenta generalmente y casi en
exclusividad en niñas, ya que está originado en el cromosoma X, que da lugar al sexo
femenino”. Además añaden que “hoy sabemos que el origen del síndrome de Rett no
sigue las leyes clásicas Mendelianas de transmisión genética, sino que es una enfermedad
de causa epigenética. Quiere esto decir, que una mutación o deleción en un gen, no altera
la producción de una única proteína, sino que dicha mutación o deleción afecta a la
configuración y/o expresión de otros muchos genes, y por tanto afecta a la producción y/o
expresión adecuada de las muy importantes proteínas en el desarrollo humano”.

Causas
En la mayoría de los casos, el síndrome es causado por mutaciones en el cromosoma X
en un gen llamado MECP2.

Como explica Judith Amstrong, experta en Genética Molecular, síndrome de Rett y


errores congénitos del metabolismo del Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona, “el
gen MECP2 regula la función de otros genes, ejerciendo como un director de orquestra:
si el director de orquestra no funciona bien, no puede dirigir a los músicos por más que
ellos sepan”.

El gen MECP2 sintetiza una proteína que es necesaria para el desarrollo normal del
sistema nervioso, especialmente el cerebro. El síndrome de Rett afecta a las áreas de la
función del cerebro que son responsables para el desarrollo cognitivo, el movimiento, el
desarrollo sensorial y emocional, la función motora y autonómica.

Según citan en la Fundación Internacional “la progresión y la gravedad de la enfermedad


depende del tipo, la localización y la gravedad de la mutación genética y el equilibrio de
la inactivación”. Explica además que “en las niñas, cada célula en el cuerpo tiene dos
cromosomas X, pero en cada una de las células del cuerpo uno de los cromosomas X está
inactivado y uno permanece activo. Dependiendo del equilibrio determinado al azar de
cual cromosoma X se inactiva (es decir, el que tiene o no tiene la mutación MECP2) la
gravedad de la condición en la niña puede variar”.

Por su parte, los niños solo tienen un cromosoma X, si tienen una mutación completa del
MECP2, se activa en todas las células y como consecuencia sucede el aborto
involuntario.
Síntomas
Generalmente, la mayoría de los bebés con síndrome de Rett tienen un desarrollo idéntico
en que el resto de los bebés en los primeros meses de vida. Sin embargo, entre los 6 y 18
meses el desarrollo empieza a disminuir y muchos niños tendrán una pérdida de las
habilidades que previamente han aprendido.

El primer síntoma que puede aparecer puede ser un bajo tono muscular (hipotonía) y el
contacto visual disminuido. Posteriormente las niñas con síndrome de Rett tendrán
problemas de comunicación, por lo que harán un uso intencional de las manos y
empezarán a realizar movimientos repetitivos con las manos.

Algunas niñas, además, pueden presentar convulsiones y/o patrones de respiración


irregular durante las horas de vigilia. Finalmente habrá una disminución en la función
motora que puede afectar a la capacidad para caminar.

Los niños que padecen el síndrome de Rett pueden mostrar una amplia gama de
discapacidades, que van de leves a severos, y la progresión y la gravedad de la enfermedad
dependerá de una variedad de los mecanismos genéticos.

Además los síntomas pueden incluir:

 Problemas respiratorios que tienden a empeorar con el estrés.


 Generalmente la respiración es normal durante el sueño y suele ser anormal al
estar despierto.

 Cambio en el desarrollo.

 Babeo y salivación excesiva.

 Brazos y piernas flácidas, que frecuentemente son el primer signo.

 Discapacidades intelectuales y dificultades de aprendizaje.

 Escoliosis.

 Paso inestable, rígido o caminar sobre los dedos de los pies.

 Convulsiones.

 El crecimiento de la cabeza se hace más lento comenzando entre los cinco o seis
meses de edad.

 Pérdida de los movimientos de la mano.

 Estreñimiento.

 Generalmente suele darse reflujo gastroesofágico.


 Circulación deficiente que puede llevar a piernas y brazos fríos y de un tono
azulado.

 Problemas en el desarrollo del lenguaje.

La enfermedad puede empeorar hasta los años de la adolescencia, después los


síntomas puedes ser más llevaderos.

Según señala la Fundación Internacional “las expectativas de vida no se han estudiado


bien, aunque es probable la supervivencia al menos hasta aproximadamente los 25 años.
La expectativa de vida de una niña con síndrome de Rett puede ser hasta los 45 años”.
Agrega, además, que “la muerte a menudo está relacionada con convulsiones, neumonía
por aspiración, desnutrición y accidentes”.

Prevención
Amstrong afirma que la enfermedad “no puede prevenirse, no hay diagnóstico precoz ni
genético ni bioquímico ni ecográfico ni nada. Una vez se detecta el primer caso en la
familia y la mutación causante de la patología, se pueden realizar diagnósticos genéticos
prenatales en los futuros embarazos de la pareja”.

En la mayoría de los casos la mutación genética que es responsable del trastorno se


produce de manera aleatoriamente y de una forma espontánea.

La enfermedad puede empeorar en los años de la adolescencia.

Tipos
Puede existir variedades en el síndrome de Rett, la Asociación Española de Síndrome de
Rett lo clasifica de esta forma:

Rett típico: Se habla de síndrome Rett típico o clásico cuando existe un periodo
aparentemente normal hasta los 6-8 meses, donde luego iran apareciendo los dichos
síntomas. Aunque existe variabilidad en la afectación y fechas de aparición, la mayoría
de las niñas que padecen el síndrome típico siguen este patrón.

La Asociación Española de Síndrome de Rett agrega además que “parece ser que el
síndrome de Rett típico está originado por una alteración en el gen MECP2. En la
casuística estadística, estamos hablando de cerca de un 85 por ciento de los casos”.

Rett atípico: en este caso se habla de las niñas que no cumplen los criterios y las fases de
Rett clásico pero no tiene diagnóstico clínico o biológico. Aquí, en el aproximadamente
el 15 por ciento de los casos, suelen mostrar síntomas más leves o más graves y pueden
tener alteraciones tanto CDKL5, como en FOXG1, como no haber evidencia de alteración
biológica pero si evidencia clínica. En este caso la Asociación Española de síndrome Rett
especifica tres casuísticas:

1. Síndrome Rett de inicio congénito: donde el retraso psicomotor se hace evidente


poco después del nacimiento, no hay periodo de normalidad aparente, o bien las
convulsiones aparecen en los primeros días o meses. En este caso no se observan
pérdidas de habilidades. La discapacidad tanto física como intelectual suele ser
más severa. Además la hipotonía inicial es muy notoria en los primeros días. No
se observan etapas y los cambios son menos abruptos y evidentes.

2. Síndrome de Rett tardío: en este caso los síntomas y signos típicos aparecen
entre los tres y seis años. Aquí al existir un periodo de normalidad más largo, las
adquisiciones de destrezas y habilidades son más consistentes y aunque la perdida
de las mismas son más evidentes, se conservan más capacidades y el retraso, tanto
en el desarrollo motor como en el lenguaje es menor.

3. Síndrome de Rett en varones: por lo general los niños que padecen el síndrome
suelen tener una sintomatología más grave que las niñas, y aunque los síntomas
no son exactamente los mismos, la aparición es muy precoz.

Diagnóstico
El diagnóstico del síndrome de Rett dependerá de la información sobre las primeras etapas
del crecimiento y del desarrollo, de la evaluación continua, de la historia clínica y del
estado físico y neurológico.

Amstrong explica que “el diagnóstico es clínico, la paciente presenta unos rasgos clínicos
que describen el síndrome de Rett. Este diagnóstico clínico puede ir acompañado de un
diagnóstico genético, que respalda el anterior, pero no lo excluye: hay pacientes con
diagnóstico clínico de síndrome de Rett que no se ha podido respaldar con un diagnóstico
genético”.

Por su parte, la Asociación Española del Síndrome de Rett, expone que deben de
presentarse en mayor o menor expresión algunos de estos síntomas:

 Periodo de desarrollo aparentemente normal hasta aproximadamente los seis


meses, o bien un retraso claro después del nacimiento.

 Perímetro cefálico normal al nacer.

 Disminución del crecimiento craneal en percentiles de su edad.

 Pérdida de la funcionalidad de las manos entre los seis meses y los dos años y
medio.

 Pérdida de interés en el entorno.

 Dificultad para la deambulación, apraxia, ataxia y otros.

La Fundación Internacional aconseja que si se sospecha del diagnóstico de síndrome


de Rett, podría realizarse un análisis de sangre en busca de la mutación en el
cromosoma X del gen llamado MECP2. Estas pruebas serían capaces de confirmar
el síndrome en un 80 por ciento de todos los casos.
Tratamientos
La experta manifiesta que “hasta la fecha existen tratamientos paliativos, para tratar los
síntomas que presenta la enfermedad”. Añade además que “aunque se está trabajando
duro, no se conoce todavía un tratamiento curativo para el síndrome de Rett”.

La experta recibir sesiones fisioterapia lo más precoz e intensa posible para prevenir otros
posible síntomas como escoliosis, rigidez, pie equino, etc y, además, así favorecer la
movilidad.

También agrega que “se cree que es beneficioso reducir las estereotipias manuales y
aumentar la atención de la niña y la búsqueda de contacto visual”. Explica también que
“la terapia musical ha sido utilizada en Europa desde 1972 con éxito y es considerada
como medio para comunicarse”.

Otros procedimientos que pueden ayudar al tratamiento son:

 Métodos para tratar el estreñimiento y el reflujo gastroesofágico.

 Fisioterapia para ayudar a prevenir problemas en las manos.

 Ejercicios de soporte de peso con escoliosis.

Además, la alimentación suplementaria puede ayudar con el crecimiento lento. Las dietas
ricas en calorías y grasas, en conjunto con la alimentación con sonda nasogástrica pueden
ayudar a incrementar el peso y la estatura.

También la terapia de células madre, sola o en combinación con la terapia génica, es otro
tratamiento esperanzador.

Otros datos
¿Por qué el síndrome de Rett afecta principalmente a las niñas y no a los
niños?

Las niñas tienen dos cromosomas X en cada célula. Por tanto si se padece el síndrome de
Rett que afecta a uno de los cromosomas, otras células utilizarán los genes sanos que
ayudarán a compensar la células que utilizan el gen defectuoso.

Sin embargo, los niños solo tienen un cromosoma X en cada célula. Les falta el
cromosoma X que puede proteger sus cuerpos de ser completamente superado por el
trastorno. Por ello, los niños con la mutación celular que causa el síndrome de Rett a
menudo mueren antes o poco después del nacimiento.

¿Qué otros problemas pueden ir asociados al síndrome de Rett?

La Fundación Internacional explica que los pacientes que sufren de Rett pueden
padecer otras dificultades como pueden ser:
 Problemas cardiacos.
 Posibles convulsiones.
 Pueden sufrir columna vertebral curvada, lateralmente también conocida como
escoliosis.
 Se puede padecer mala circulación.
 Dificultad para tragar.
 Problemas en el sueño.

¿Qué opciones tienen las niñas para comunicarse con su entorno?

Amstrong testifica que “las niñas Rett tienen una mirada penetrante que les permite
comunicarse con su entorno, y a partir de esta mirada, se puede empezar a utilizar
herramientas informáticas para que aprendan a usar esa mirada y a comunicarse”.

Pronóstico de vida

Según explica la Asociación Española de Síndrome de Rett, “no es un trastorno


degenerativo o regresivo. A pesar que uno de los síntomas es la pérdida de funciones
adquiridas, los profesionales hablan de trastorno del desarrollo. Es por tanto un complejo
trastorno evolutivo que pasa por diferentes etapas o fases. A pesar de no existir datos
sobre esperanza de vida, se cree que lo normal es superar los 40 años”. Aunque como
explica la Amstrong “la paciente queda con un grado de invalidez del 90 por ciento, no
usa las manos, no camina, no come sola, no habla, no se sienta sola, padece crisis
epilépticas y trastornos de la respiración”.

¿Qué consejos daría a los familiares?

La experta aconseja que “se informen con profesionales de qué es el síndrome de Rett,
que exijan tratamientos personalizados para sus hijas y apoyos para ellos mismos, que
busquen grupos de padres, asociaciones de padres para que no se sientan solos y que
confíen en la investigación”.

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