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Texto N° 1

La alimentación de los mayas.


"Que el mantenimiento principal es el maíz, del cual hacen diversos manjares y bebidas y aun bebido como
lo beben, les sirve de comida y bebida, y que las indias echan el maíz a remojar en cal y agua, una noche
antes, y que a la mañana está blando y medio coci do y de esta manera se le quita el hollejo y pezón; y
que lo muelen en piedras y que de lo medio molido dan a los trabajadores, cami nantes y navegantes
grandes pelotas y cargas y que dura algunos meses con sólo acedarse; y que de aquello toman un
poco y los deshacen en un vaso de la cáscara de una fruta que cría un árbol con el cual les proveyó
Dios de vasos; y que se beben aquella sustancia y se comen lo demás y que es sabroso y de gran
mantenimiento; y que de lo más molido sacan leche y la cuajan al fuego y hacen como polea das para
las mañanas y que lo beben caliente; y que en lo que sobra de las mañanas echan agua para beber
en el día porque no acostumbran a beber agua sola...
Que hacen del maíz y cacao molido una a manera de espuma muy sabrosa con que celebran sus
fiestas y que sacan del cacao una grasa que parece mantequilla y que de esto y del maíz hacen otra
bebida sabrosa y estimada.
Que hacen guisados de legumbres y carne de venados y aves mon teses y domésticas, que hay
muchas, y de pescados, que hay muchos, y que así tienen buenos mantenimientos...
Que por la mañana toman la bebida caliente con pimienta, como está dicho, y entre día, las otras
frías, y a la noche los guisados; y que si no hay carne, hacen sus salsas de pimientas y legumbres. No
acostumbran a comer los hombres con las mujeres; ellos comían por sí en el suelo o cuando mucho
sobre una esterilla por mesa, y comen bien cuando tienen, y cuando no, sufren muy bien el hambre y
pasan con muy poco. Se lavan las manos y la boca después de comer."

Texto N° 2. Aspectos de la vida cotidiana azteca. Matrimonio. La atadura del Tilmantli.


El matrimonio era simbolizado por la atadura real de las puntas de los tilmantli del novio y la novia
y, una vez unidos, se suponía que estaban "enganchados" para toda la vida.
Un hombre se casaba a los veinte años, una mujer a los dieciséis, más o menos. En esta sociedad
no había prohibición contra los solteros, como entre los incas. Pero los factores económicos y
especialmente la preparación de los alimentos, hacían imposible para un hombre el vivir sin una
mujer... las tortillas, el irremplazable báculo de la vida, hechas dos veces al día, tomaban dos horas
para cada preparación y ésta era tarea para mujeres.
El matrimonio sólo era permitido entre miembros de clases dife rentes, pues como se consideraba
que todos los miembros de un clan eran de la misma sangre, casarse dentro del mismo sería
incestuoso. Ya que el matrimonio era exogámico, tenía un formalismo más complejo que el nuestro.
Un joven que pensaba casarse, tenía que consultar al consejo del clan. Aunque el atractivo sexual y el
afecto desempeñaban un papel, ellos sabían entonces, como ahora, que no se casa uno solamente
con la mujer, sino también con la familia. En este caso, era más que un contrato familiar; era un
contrato social, porque, por medio de éste, el hijo de uno heredaba el derecho de nacimiento de entrar
a un clan.
La noche del matrimonio, la novia era llevada a casa del novio so bre la espalda de la anciana
casamentera. Todos los miembros principales de la familia involucrada, lo mismo que los jefes del
clan, se sentaban en esteras unos frente a otros y escuchaban o dormitaban durante las
prolongadas homilías ("aquí estamos presentes...") y entre los períodos del discurso, un criado
escanciaba generosas por-
ma de acuerdo con la movilidad del ideal". No tenemos idea precisa de cómo estaba extendido en realidad el
concubinato, pero los aztecas tenían una palabra para él: nuiunime.

Texto N° 3 Organización social y del Estado entre los incas El Imperio Incaico .y su división política.
Uno de los libros cumbres de la literatura colonial es el titulado Comentarios reales de los Incas, escrito
por Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), historiador meztizo, hijo de español y de india, descendiente de los
Incas.
Su libro es un cuadro admirable de la civilización de los Incas y de la dramática conquista del Perú y fue
escrito en España en 1609. En esta obra la Historia parece convertida en poema, impregnado de nostalgia.
En su autor se fusionan las dos herencias y tradiciones: indígena y española. De la primera se transparenta
la tristeza india que tanto impresionó al conquistador y el conocimiento directo y familiar de la tradición
peruana.
De la herencia y educación española se transparenta la hidalguía y el espíritu profundamente cristiano. De
ambas herencias, la vocación artística y el encanto narrativo del autor.
"Los reyes Incas dividieron su imperio en cuatro partes, que llamaron Tauantinsuyo, que quiere decir las
cuatro partes del mundo, conforme a las cuatro partes principales del cielo: oriente, poniente, septentrión y
mediodía. Pusieron por punto o centro la ciudad del Cuzco, que en la lengua particular de los Incas quiere decir
ombligo de la tierra: Ilamáronla con buena semejanza ombligo, porque todo el Perú es largo y angosto como un
cuerpo humano y aquella ciudad está casi en medio. Llamaron a la parte del oriente Antisuyo, por una provincia
llamada Anti que está al oriente, por la cual llaman también Anti a toda aquella gran cordillera de sierra nevada
que pasa al oriente del Perú... Llamaron Cuntisuyu a la parte del poniente, por otra provincia muy pequeña
llamada Cunti. A la parte del norte llama Chinchasuyu, por una gran provincia llamada Chincha, que está al
norte de la ciudad. Y al distrito del mediodía llamaron Collasuyu por otra grandísima provincia que está al sur.
Por estas cuatro provincias entendían toda la tierra que había hacia esas cuatro partes, aunque saliesen de los
términos de las provincias muchas leguas adelante, como el Reino de Chile, que con estar más de seiscientas
leguas al sur de la provincia de Colla, era del partido de Collasuyu, y el Reino de Quito era del distrito de
Chinchasuyu, con estar más de cuatrocientas leguas de Chincha al norte...
Para principio y fundamento de su gobierno inventaron los Incas una ley, con la cual les pareció podían
prevenir y atajar los males que en sus reinos pudiesen nacer. Para lo cual mandaron que en todos los pueblos
grandes o chicos de su imperio se registrasen los vecinos por decurias de diez en diez y que uno de ellos, que
nombraban por decurión, tuviese cargo de los nueve. Cinco decurias de éstas de a diez tenían otro decurión
superior, el cual tenía cargo de los cincuenta. Dos decurias de cincuenta tenían otro superior, que mi raba por
los de ciento. Cinco decurias de ciento estaban sujetas a otro capitán decurión, que cuidaba de los quinientos.
Dos compañías de a quinientos reconocían un general, que tenía dominio sobre los mil; y no pasaban las
decurias de mil vecinos, porque decían
que para que uno diese buena cuenta bastaba con encomendarles mil hombres. De manera que había
decurias de a diez, de a cincuenta, de a ciento, de a quinientos, de a mil, con sus decuriones o cabos de
escuadras subordinados unos a otros, de menores a mayores, hasta el último y más principal decurión que
llamamos general".

Texto N° 4 El trabajo agrícola entre los incas. Reparto de las tierras de cultivo.

"En el labrar y cultivar las tierras también había orden y concier to. Labraban primero las del Sol, luego las
de las viudas y huérfanos y de los impedidos por vejez o por enfermedad: todos estos eran te nidos por
pobres, y por tanto mandaba el inca que les labrasen las tierras. Había en cada pueblo, o en cada barrio...
hombres diputados solamente para hacer labrar las tierras de los que hemos llamados pobres. A estos
diputados llamaban llactacamayu, que es regidor del pueblo... Los vecinos de cada colación ya sabían, por el
padrón que estaba hecho, a cuales tierras habían de acudir, que eran las de sus parientes o vecinos más
cercanos. Era obligado cada uno llevar de comer para sí lo que había de comer en su casa, porque los
impedidos no tuviesen cuidado de buscarles la comida... Las tierras de los soldados que andaban en la
guerra también se labraban por consejo, como las tierras de las viudas, huérfanos y pobres, que mientras los
maridos servían en la milicia las mujeres entraban en las cuentas y listas de las viudas, por la ausencia de
ellos. Y así se les hacía este beneficio como a gente necesitada. Con los hijos de los que morían en la
guerra tenían gran cuidado en la crianza de ellos, hasta que los casaban.
Labradas las tierras de los pobres, labraba cada uno las suyas, ayudándose unos a otros. Luego labraban
las de) curaca, las cuales habían de ser las postreras que en cada pueblo o provincia se labra sen...
Mandaba el Inca que las tierras de los vasallos fuesen preferi das a las suyas, porque decían que de la
prosperidad de los súbditos redundaba el buen servicio para el Rey; que estando pobres y nece sitados, mal
podías servir en la guerra y en la paz.
Las últimas que labraban eran las del Rey: beneficiándolas en co mún; iban a ellas a las de el sol, todos
los indios generalmente, con grandísimo contento y regocijo, vestidos de las vestiduras y galas que para sus
mayores fiestas tenían guardadas... Trocaban el trabajo en fiesta y regocijo, porque era en servicio de su
Dios y de sus Reyes..."

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