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Introducción
El arrepentimiento de nuestros pecados nos lleva a un cambio real de vida. Como Dios perdono
nuestros pecados y nos libró de culpa, ahora debemos cambiar nuestra forma de pensar de sentir y de
actuar ante las situaciones.
Debemos saber que el testimonio que ahora existe en ellos, pues Dios ya les perdono tiene poder para
transformar más vidas.
Tu testimonio y lo que te sucedió no es el mismo que el de todos, pero debemos que tener en cuenta
que siempre habrá alguien a quien podemos ayudar con todo lo que nos pasó.
La persona que da esta predica, debe ser una persona que han superado obstáculos y tiene en mente
que lo que le sucedió es para bendecir a alguien más.
Objetivo:
Que los hombres sepan que podemos ser hombres distintos si decidimos dejar todo atrás y ser libres
de nuestro pasado y saber que todo lo que Dios transformo, nos limpió y nos perdono es para poder
ayudar a más personas y así poder tomar lo malo que nos sucedió para algo bueno que bendiga a más
mujeres.
En Cristo fuimos muertos al pecado, pues “nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él”
(Romanos 6.6), de tal forma que ya no obedezcamos a los deseos pecaminosos. Ahora el Espíritu
habita en nosotros, guiándonos en la voluntad de Dios y dándonos las fuerzas para obedecerle. Pero
debemos seguirle a él y no a los deseos de la vieja naturaleza, tal como dice Gálatas 5.16.
Ministración
Es importante llevar todas las predicas al arrepentimiento, en esta predica debemos ministrar que
todos los hombres sean libres de su pasado, tendiendo una renovación en su mente.
Debemos levarlos a decidir ser hombres diferentes y despojarse de la vieja manera de vivir.
Sean renovados en su mente y que sea el fruto del Espíritu Santo el que more en ellas y no el de la
carne