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l. CO'llCCPTO

En sus orígenes, el humanbmo fue Wla corriente de exalta-

ción de los va lor'i! arlf•tacoo., e intelectua les, que nació en el Rena-
cimiento y conllnuó desarrollándose durante los iglos XVI,XVII
y XVIII. E.•tc movi miento :;e produjo por el amor y el culto a la
antigüedad cl.lslca, e I ntentó afirmar la inclcpcndcncia del espíri-
tu y, por ende, la d ignidad humana.
El representan te más notable de esta poca fue el holand és
Erasmo de Rottcrdam.
'J¡1( 1omo scl'ln l •1 llu rckho rdl, ('( humanismo si¡r,nificó el des-
c11bri mlcnto del homb1·c como ser hum a no y, por consiguiente,
f ue I A rca lfrm acl(Hl d el hom bre'omo ser humano, de todo lo hu-
mano, tm1to en 11 Mpcclo socin l C(ln10 h1d i v idu.al.
l'\st 11fl 1'ln,1cl6n ele lo humano, de su individua lidad v de su
sociabilidad, fue- u no de los va lores que etnpezaron a gestarse a
fines de la Edad Med ia y q ue 1c' prcsent6 el tránsi to a la moderni-
dad. Las dlsdpll1111s que empeza ron a estudiar al hombre recibie-
ron en su conjun t o el c.ilifica t l vo de "Humanidades", término su-
mamen te amplio que engloba conocimien tos de orden filosófico,
artístico, histórico, económico y filológico, a diferencia de Ja<; lla-
madas ciencias formales o exact as,que no se preocupan por "Jo
humano", como el conocim1ento lógico y matemático; y las cien-
cias que estudian la naturaleza.
A parlt r de esta trad ición, se van creando en las unh·crsida·
250
des europeas las Facult11des de 1lumanidades, tradición que lue-
go se extenderá a las universidades del continente americllno. Esta
¡ccpción, que se vn tra nsformand o wn el ti<:!m po,es solamen te un
aspecto de Jo que se entiende por humanismo. En el siglo XVIII
este térmi no apun ta lvicia toda u na concepción del m und o, toda
una i<lcologfo que se fun<lamenln en la dignidad humana y crea
las condiciones para la transformación del mundo. Es por eso que
los grand es movim ientos revol ucion arios de occidente se recla-
man h umani stas. Así, se habla de un humanismo cuyas raíces las
enconlntmos en el liberalismo clásico que exaltó la democrncia
como forma de gobierno, apeló a !a libertad individual y política,
y a la iguald11d et\tre los hombres. Hay también en el pensamiento
cristiano clásico y en el contemporáneo una concepción h umani s-
ta de la sociedad; lo mismo sucede con el socialismo y el marxis-
mo,que se reclaman hu manistas al plantear una sociedad ba sada
en la distribución cqtútativa de la riqueza, en la sociedad sin da·
ses,en la supresión de los meca nismos de dom inación, p roducto
dé las injusticias y la desigualdad.
También se ha bla de un huma.nisrn o raciona lista que, fu n-
dánck>sc en la "razón huma na", plantea u na sociedad justa e
igualitaria, en donde predom i ne la jtts ticia, la equidad y la liber-
tad. Hay, pues, toda u na c()ncepción política h umanista que, a lo
largo de la historiit, ha plan teado formas ideales de organizar la
sociedad, el poder y el gobierno; de acuordo a principios éticos
fundamentales como Ja libert<>d, la igualdact 111 justicia, la paz.
En este sentido, y sobre la base de que debe plasmarse en
la sociednd un nuevo orden susten tado en los grandes principios
antes mencionados,el humanismo deviene una concepción revo-
l ucionaria radica l cu yos postulados nos cond ucen hacia una so-
ciedad sin clnses, hacin una sociedad socinlista, libre y ju sta.
Es,pues,un hecho inevitable queel humanismo cond uce al socia·
lismo y que el socialismo es en esencia humanista, que no se trata
de una posición tercerista; muy por el contrario, busca concilia r
la jw;ticia con la libertad; pretendiendo resolver la gran con tradic-
ción que generan la dictad u ra del Estado y la dictadura dol
d inero.
25 1
El humanismo plantea u na metodo logía de acción política
revolucionaria, pero d.i sti nta dela trad icional; puescuestiona aque-
llas prácticas que hacen de la violencia parte integrante del siste-
ma. la violencia, seg(m el humanismo, es u n r.ecllr·so práctico qu e
depende de las circunstancias históricas, pero es un recurso
apelable sólo en última instancia, que tkbc evitarse hasta donde
se pueda. Si se puode hacer el cam bio sin violencia, hay que pro-
ceder a hacerlo;y en caso de que lil v iokmcia sc<i inevitable, debo
ulili7.a rse yaplicarse sólo en situaciones imprescindibles, pero con
la firme convicción quedeberá r.egresar·se a u na si luaeiún de cam-
bio con libertnd lo más rápido posible.
Una vez hecha la revolución, el hu manismo no aC•)pla pre-
textos para mantener u na dicti.'ld llra sustentada en la violencia
insti tucionalizada que contrndiga sus principios.
El humanismo,como concepción del mtmd o,y el humanist'a
que lucha por la liber tad y Ja justicia,constituyen, como teoría y
pr<íctica, una actitud de rebelión profunda contra los mecanismos
de dominación y explotación, en cualquier tipo de sociedad en
donde se impide por med ios represivos explícitos y subliminales
la re11lización plena del hombre.
El h ui:nanismo, pa ra parafrasear a Emm anuel Kant, consiste
en toma r a los hombrescomo fines en síy no como medios o ins·
trumen tos al servicio de otros hombres. Por ello,quien se procl11-
me huma nista y asu ma los principios que del humanismo se deri-
van, debe lttchar por una sociedad sin clases, justa, libre e
igualitaria;por la democrntización del mundo,contra la domina-
ción i mperialista, el racismo,el sexismo;y con tra tnda forma que
discrimine al hombre,que ofenda su dignidad.
2. HUM/\NISMO CRISTIANO
¿Es posible un hu manism() cristiano? Hay quienes sostienen
que no porque no puede haber un h1Unanismo t rascenden te que
p<lnga a Dios por encima del hombre. En el fondo,afirma n, el hu -
manismo es an tropocén trico porque el hombre es el t'rn ico ser ca-
paz de decidir su propio destino y esa capacidad de decisión es
252
totalmente libre de la idea de Dios y de su influencia sobre la natu-
raleza y la sociedad. El miténtico hLtmanismo es ateo (l).
Sin emba rgo,en tm sentido genérico, la au téntica actitud cris-
tiilna, sin prescind i r de la idea divina, eshumanista porquese tra-
ta de una actih1d ele a mor y de servicio al prójimo. El hombre es la
i magen y semejanza de Dios, y la acción cri::; tiana, que se basa en
el amor,concentra su esfuerzo en servir a la htunanidad . Además,
en sus orígenes, fue una religión de servicio a los pobres y necesi-
tados. ' Es mi\s fácil que un camello pase por el <>jo de una aguja,
que un rico entre al reino de los cielos",sentencia Cristo.
Desde esta perspectiva,sí se puede ad mitir el ca lif ica t·ivo ..hu-
manismo cristiano", es decir, en c1.rnnto actitud.
Pero, como sucede con todo Jo humm10, un cristia no puede
asun1iT actitudes con tradicto rias. No se puede decir hu man ista a
un cristiano que no esté al servicio de los pobres y qtte, por el
contrario,defienda egoístamente susinter<:'ses matNialcs y declase.
A lo largo de toda la historia de Occidente, el cristianismo
instih1.cionalizado sigu e cmni nos muchas veces conh·a rios al mo-
delo cristiano de v ida.
Hechas las aclarnciones previas, se entiendeque en los diver-
sos trabajos sobre J-listoria de las Ideas Polític<is los especialistas
nos hablen cid humanismo cristia no.
El hu ma nismo cristiano es moderno, no fue conocido por San
Agustín ni por SantoTomás; til mpoco está incluido en la patrística;
por lo menos en forma sistemática y rigurosa, a pesar de que im-
(li Para d hum;mi"" brit;n ko H. J. llbtkhMU, Jos idoas imloo·crl>tiouas son inrni:m<'1ibles
l.'Vl\ c·t pcnsarn:cn:o hum,1nis!<l. Po:que ·'<l '' !li\S,1r.-;u1n<'ill,lf\<lt1(·;;.l) ('I univt-r o csti atur<l·
do dt- prop{1 ilv: ti pr•)pó ito E"'i un elemen <> intrfr se<:C> d J<' c"S:rnt ur,\ dl' todo: b) los
hoF.lb i:s<:st<'11\ en ltbl'rt;1d de ilci>p!a r ode cambi,w e.sie fH'O¡>óstto, pero 1\0 de<'lt..:·r,1rlt>;i', dt.·
noa<:<'pla:lo.$(' <:v1\dt11íln 1 la fulilidad y a la nulidr.d;()el<1rdll l<'1nporat de 1,\ 1""tur,1l.:-z;"1
t>S, fil dero Sé lllit O, inforior e Husorio, secund.1rio a u:-i <iNen t;((!rJlO ,1 · es !a rc.,Jid:\d
final.
Frente ;;, t>Sli! iesi::., B!,l<:khi'l. 1:ldice q-.1e, n.:ambio,el humanisn•(l afirmil 1.1 vali<le7. de.:01\·
'l."eptos cor1trrir:os: l\} (TI(· itw: f l(1«.l t.·n dE';. :)cub:ern en l ,1 naturaleza no es propian1enl<-
teo!6gko;b) quf! los har11bn:-s $Cll libr<.'$ de inlr1.x.!1.1Ci r p1op{lsitos váli dospropios)'de n1ul·
t'plk<1r las pc·sibilidad del prop6sit<.l, e>:ph)r'aod o los usosd las cusas;y. e) que no hay
ri\iit1' 0 p;1r;1 pi:'nsar que el ord('n tempo r.:ü d );\ nilluMl<-"1..'l t'H• -.,;.printt·ro y finahnente, l<l
OOJldid(•n <l.:> toda experien('i )'de 1,\ r "liz.adóo hunl<l •\.
HuM...l'\1sr.io
253
plícita mente los crist ia nos pri mi tivos como, por ejemplo, San
Ambrosio,cuestionaron las injusticias de la sociedad en que \'i-
vieron y se pronwK iaron en favor de los pobres.
El origen del h u ma nismo cristiano,tal como ha llegado hasta
n uestra época, se encuentra en los trabajo s de Erasmo de
Rotterdmn, quien parte de imperativos morales y religiosos para
definir y prescribir reglas de acción . Su posición en defensa dd
hom bre y de sus manifestaciones científirns, culh1ral.es y artísti-
cas, Jo convierten, al decir del historiador de las ideas, el francés
Jean Touchard, en el "príncipe de los h uma nistas".
Erasnw rechaza Ja g11erra, Ja bmta lidad y la mentirn en nom-
bre de Ja caridad cristia na ilumi nada por la sabiduría.
La a plicación de los preceptos cristianos se impone tanto en
Ja vida pú blica como en la privada; y no sólo por razones religio-
sas sino porque es la condición del orden y Ja prosperidad en to-
dos Jos niveles de Ja vida social.
Dura nte el im perio de Carlos V sobr esalen dos humanistas irn-
portmltes:
Francisco de Vitorin y Bartolomé de las Casas; ambos cre;1do-
ms del Derecho Natural que tiene sus f uentes en Santo Tomás,
quien se inspiró a su vez en Aristóteks y en Josjuristas romanos.
Francisco de Vi toria, aunque monárqu ico, plantea una tesis
;,nt i i mperia listn (pnra uti lizar la terminología actual). Es el pre-
cursor del Derecho lnternaciona 1 Públ ico, al que lla ma Derecho
de Gentes.
El gran jurista reflexiona sobre el problema de Ja "guerr a jus-
ta" y sobre la condición huma na de los naturales de América. Sos-
tiene que ellos son libres y tan humanos como los europeos y tie-
nen, por consiguiente, los mismos derechos.
A pesar de esa escla recedora observa ción, ju stifica el dl•recho
que tienen los espmioles para adoctrinar "cristianamente" a los
indígenas. Asimismo,sostu vo que la colonización puede ser legí-
tima, pero a condición de que se proceda por el bien y la prosperi-
dad de los indígenas y no en provecho de los españoles. Las con-
tradicciones de Vitoria son una prueba palpable del cond iciona-
254
miento ideológico detcrmin,1do por la\ ,·igcnc1asde su época, las
que no pudo supera r total mente:un caso típicode <'.Ul"OCentrismo
que ha cistido en casi todos los pensadores eu ropeos de esa
época.
De las Casas sigue un pensamien to ;.imilar al de Vitoria y
discute sobre la libertad de los hablt11ntes del Nuevo Mtmdo. Él
episod io de s11 f,1mosa polémica con SE>púlveda lo sitúa en 1ma
tendencia progresist11 y de avi11l:t. da con relación a s11 época In-
cluso, mucho hitoriadores están de acuerdo en afirmar que las
ideas del domínicoi níluyeron e inspirnron las lla madas •teyesde
Ind ias', que fueron un iMento norma tivo pa ra controlar )05 abu-
sos de lo encomendero:.en A mérica .
Nada de esto se logró;por lo demá,,, la hitoria fue fiel testigo
del fracaso ci.pañol en América; que, pese a 105 i n tentos de "cristia-
ni1.ar"en el l'Cill sentido de oque se entiende por cri. tiani¡;mo,optó
por la colonización; dando paso a formas de dominación
antihuma nas a tr;wésde mocanbm de e,pJotación escla,·istas. El
hum.mbmo crbtiano frncasó en esta oportunitfacf y Occidmte se
engrnndcdó obrc lo:, hombros del hombre.1mericano.
El hll m.mbmo crístinno contem por neo tiene dos l íneas de
pensam ien to. En la pri mera, sus fll<.:ntes M.! encuen tran en la IJ,1-
rnndn Doctr i no Soci a l de la lgksi;1, f u11d amen l11l mente en las
encfcllc11s pap,1lcs. La segunda es de ul'igcn ln ico, producto del
pensmn i c1lto socia l y poJrtico de imporlnntes pensadNes cristia-
nos: M ounicr,Maritai n, Marcd, 13crdiacff, en tre otros.
l,;n somero análisi s de las endclicas papn l es 1,os permite ob-
servM las cont r.1diccioncs q ue hay en ellas. Por un Indo, algunas
encíclicas, las más recientes,como Reru m NovMum ", "Pacem in
Terris•,"Populorum Progressio",y •·t.aborem cercens"tienen una
orientación progresista, de avant.ida y rcformbta. Otras más clá-
sicas, como la encíclica "Ad Beatissima" de Benedicto XV y
"Quad ragessi mo Anno" de Pío XI, son conservadoras.
Debemos aclarar quecuando hablamos del pensamiento cris-
tia no, i ncluimos los movimientos protestantes que aparecieron
durante la Reforma y qued ieron nacimlen to a d iversos movimien -
255
tos. En l-.;ta línea destacan, por e,emplo, l.1s prédicas de lutcm,
Cah•ino y Zw1nglio y la obra "Defensa de la Libertad contra los
tiranos"(Vi nd1ciae contra tyranos) del hu¡;onote J unio Bruto (2).
Como mO\·imiento político, el o;oci,11-cristianísmo es recien te.
Puede definirse como unil alternativa pollhca frente al socialismo
marxista. El hecho de que las ideas socia listas emp=ron a im•a-
d l r Europa duran te los comlen10. del presente siglo, y a ganar
adeptos rápidamente, puso en guard ia a In Iglesia }' a los moví·
mientos cristiano laicos. Est,\ prcocupad6n no fue sólo leóric;a
si no pr.ktic.1 y dio nacimiento a la IJcmocr,u:ia Cristiana.
El fund11dor de la Democracia ('rishana fue Don Sturso, un
i talia no con:,crvador que interviene en política adoptando u na
posición anticom u nista. De allí que la raf1 política dcl social-cris-
tianismo es conservadora. Su meta Clil l'nfrcnt-arse, dentro de la
democracia formal, a los mo,·irnicntos socia l-demócratas y socii\-
listas, principalmentede Alemania, Francia e Italia. El social-cris-
tianísmo,en su versión polihca democristiana , triunfa despuésde
un tiempo en A lemania e Italia, pero no produce ningún efecto en
Frnnci.1 y, menosaún, en España y Portugal.
lil fenónwno socínl-cristiano e tTm,lndn a la América Latina
dura n te los año cincucnli1 y rinde us frutos entre Jos sesen ta y
setenta en Ch i le y Venczucln. E n el Pcn'1, el ocial cristii111ismo no
pasó de ser un 1nov i11.1 lento de cumlro . La luchas en su interior y
las postc;rimes subd ivisiones, que con ti n (1a1\ hASt<1 la fecha, son el
ta lón de Aq u i les de la Dcmocrncia Cristi n 11a peruana.
A par til' de la Segu ndn Guerra Mund ial, d pensamiento so-
cia l -crii.tiano alcan za u 11 a l to nivel gracias a los trnbajos de
Em ma n uel Mounicr,Jacques Maritain, Nicolá,, Berdiaeff y Gabriel
Marce!.
Sin dci.mcrccer los aportes de Maritain, Berd iaeff y Marre!, a
nuestro criterio corresponde a Mou nier ser el introductor de la
corriente radical en el social-crbtianh.mo.
(2) Jt•nl<l llrul.f\, &UO.n. Vvu:I ConJr.1 TynnM tOtf',.,...,. de 1.t hb(>.rt;lJ C\irnlra Ws hr.t•)
EA l -0"> ''''Wf'< opoifu..:..-. \V f'bftv.lf'ln Pd Kn·otJ J<'OxhJt>n.h>_ t.bJ.nJ. J'lh5
PIJ::S- 396 y "b'ot'-

256
Mounier fue un autor poco conoodo en !>U (-poci!. Su posi-
ción es revolucionaria frente a las tendencia t rad1c1onales del so-
cial-cn,ha nismo. Su conducta rebelde mohvó el rccha«o de los
social cristianos conservadores y de la autondnd ecll:'Siástica de la
época. No ob.tantc,Mounier fue un autn tico cristiano.
Din:ctor de la revista "Esprit", es au tor de diversas obras y en-
sayos, en donde dctacan el "Mruúficsto Perso11aHsta" y el "Com-
promiso tk In Acción".
Su pt111samle11to político contlent:dl v ér os nspcctos id eo-
lógicos y doc trlnnri.os. llay en él dcmi.:ntos n no 1·q uit11s combin-
üos co11idc."liberales de la Revol ución Frnncesn, y también mar-
xistas.
Sobre Mou nier,el filósofo panameño Alfonso Vill¡¡rreal Pin-
7.Ón ribe que én lo medular del P'-'ru>amiento mounista encon-
tr uno!> un1rom'1cción espiritualista prof und.1, una religiosidad
profunda, pero t.1mbién una honda sel\$ibilidad !>OCial y política
cuando plant<'a lil necesidad de de:>olid.ui/..U el cri>1t.1nismo del
·stcm.l 1mpcrM1t e b.1sado en la injusticia y la dom mación." (3).
t- 1(1unier cr••ía <!lle la única altemilllvn del crihhanismo era
compnunctl·r c con su época parn alcan1ar una t ransformación
rc\'ol ucionnrin que fuera ideoló1,;ica y polflka. De allí que para
Mounlcr el crist l1111ismo es algo más q ue un.1 ncti h,1d co11fcsional:
es u 1\ compro1nlso l'..'11 favor de los pobres. Est<1 tcsi lo induce a
plan tear la ncct:sidnd del compromi o terrena l y rev<il ucionario
del cl'istiuni mo.
Solamen te conocido en un reducido círculo de intelec tuales,
Mounier ha tenido poca influencia en el pens.imie11to ial-cr is-
tiano peruano, que igue, principalmente, las ideas de Ma ritain.
Este hecho es eviden te cuando anali«lmO:. IO!> aporte!.de ciertos
teóricos social-cristianos,desde tma óptica tercerista mat i1.<1da con
idea:.pmgrL"l1stas.Más inJluencia que \ounier ha tenido también
Berdiaeíf, que ha sido estudiado en nutro medio graoas a los
trabajos de Hem<1ndo Aguirre Gamio; pero estos trabajos.algu-
no in('<h t os, no expresan única y exclusiva mente el pensanúento
257
moum t a, sino que están matiado:. de categorías marxista<;.
Sin embargo,la influenciamourusta no fue tan marginal como
se pil-ru.'.\. Al parecer,sus ideas fueron conocidil por la juventud
demócrat;i-cristiana a mediados de los L-..cnta. Quizás este factor,
al ladodP cierta tendencia marxbtil en aquellojóvenes,ju nto con
ot ro asp1> . ct()S de orden programát ico y de predominancia en el
Part id o Demócrata Cristiano,determi n6 I n rupturn con la autori-
d d part id Mi a de en tonce y dio origen n l M ov i mien to Socia lista
Ct11m1nitm'io de poca duración. pero q u e l or;ró elaborar un mterc-
n ntc docu mento que con lenía id eJs de M m111icr y Marx respecli-
vn men lt>.
Un hl-cho decisivo que va a influir en l.'I Cilmbio de la conduc-
t l política de ciertos sectores de la Iglesia, eSpl'Cialmente de lo$
sacerd otes del Tercl-r '.\1undo,fue el de los continuos movimit"iltOS
de liberación en América Latina, Afr1ca y Aia. E!.tos mo, ÍlJÚen-
tos, pri ncipal men te los de Afric l, M!inicia n con las luchas
an ticoloniales y.posteriormen te, se Viln rad1cah.mndo hasta que
se rontit uyen en estados naaonalíi.ta de ILquierda y socialistas
l'n algunospaísesdel coatinente negro.Otm t<into pasa en Améri-
ca Latlt111 con la consti tución de gobierno• milit rcs naciona list11s
y progrcsistM como en el Perú y 13ol ivin, y ta mbié>n democráticos
de 17.<i ul crda, como el de Allende c11 Ch ile.
El n umen to de la pobreza, de lo marglnn l idad odal, el hecho
di.' IJ LIC no se pod ía romper con los mcc1111is111os de dominación y
dependencia, consecuencia del impcri,11isrno, In postración cultu-
l'<l l y c<luca tiv<1 de millones de seres humanos, el a ba ndono de la
nii\e1 y los desnh·eles nutricion.1les muy bajQ'. en todo el Tercer
Mundo, y en algunas de esas reg1on'lS tíln infrahumanos que muje-
re!l y hombres mueren por las calles, asl como las polít icas
at entatorias de los derechos huro.1006, son fenómenos que van a
inlluir en la posición política y hasta 1deológ1ra de la Iglesia ten:er-
m und1st.a.
Algu nos sarerdotcs empieza.o il cuestiOnM el orden imperante
y se comprometen con los pobres que luchan por una justici a so-
cial apa ren temente inalcanzable. Apa recen Sílccrdote- guerrilleros,
 258
como t'1 c:olombfono Camilo Torres, que n<> encuentran otro cami-
no que no sea la violencia como mecanismo p<1ra la Liberación.
La Iglesia lalinoamericana y tercennundista se enfrenta a los
P?dcrcs constituidos, y m uchos curas son flCUSados por los go-
bicmos represivos de 'enemigos del orden·o de "comunistas".
lo q ue fue hace poco la "Iglesia de los ricos" se va conv i rtien-
do en la "Iglesia de los pobres", no sin cont rad íccl<.lnes y con pro-
blemas in tomos . Del seno mismo de las luchas de liberación nace
In n\1evn m odalidad dereplantea r,en términosde téorfo, lo qm!se
estaba rcn liza ndo en la práctica; el germen de lo gue ahor.a se co-
noce por Teología de la Liberación se había formado.
LaTc:ologia de la Liberación tiene va rios expor1en tes, pero a
nu est ro cri terio el más i mportan t e es Gustavo Gutifrrez, .-acerdo-
te peruano y,sin d uda, el pensador cristiano de mayor significado
y trascendencia que hay en el país.
Gustavo GutiérrC.'i:, luego de hacer interes;1ntes observacio-
nes sobre la t('.Olo¡-,ía clásica,se plantea el problema de la libera-
ción y el rol que le compete al cristianimo en la lucha de libera-
ción. g(m Cutifrrez, el tema de la liberación apm'(x:c frnncamente
trntado en el M ens<1jc de Los Obispos del Tercer M u ndo, publ icado
com o repucst,1, precisamen te, al llamamiento de la "Populorum
Progressio". Y se encuentra hasta casi constilui 1· 1,1sín tesis de di-
cho mcnsuje, en u n tex to de mayor imp<>rt<incia que d m1terior
desde el pwlto de vista de la autoridad doctrinal: los docull\en tos
de In ll Conferencia General del Episcop<ido Lat i noamericano, ce-
lebrada en Medc!Hn en 1968.
En ti ende Gutirrez que "la perspect iva ha camb.iado. En es-
tos textos ya no se ve la situación a partir de los pa íses centrales y
se empieza, más bien, a adoptar el ptmto de vista de los países
periféricos,a asumi r desdeden trosusantiguas aspiraciones." (4).
Otro aporte de Gutién:ez,realmente sustancial, seda cuando
plantea el problema del cristianismo y la luch .1 de clases. Al res-
259
pecto,añadeque:'es innegable que la lucha de clases plantea pro-
blemas de la universalidad del amor cristiano y a la unidad de la
Iglesia. Pero toda consideración sobreellosdebe partir dedoscom-
probaciones elementales;la lucha de clases es un hecho y la neu-
tralidad en esa materia es imposlble." (5).
En su obra, ''La Fuerza Histórica de los Pobres",libro que abun-
da en citas bíblicas imprcsion.mtcs por su mensaje l i berador y re-
vol ucionario,Gutiérrez entiend e que el Libro Santo ha sido inter-
pretado desde el punto de v ista de la duse dominante.Al respec-
to,sostiene, "no se puede olvidor, en efecto,que la Bi blia ha sido
lelda y com un icada desde los sectores )' clases dominantes. Se ha
hecho jugar entonces a "lo cristia1\o" un pa pel dentro de la ideolo-
gía I mperante, que cohesiona y afirma uno sociedad dividida en
clases. L. sclasespopulares no llegará n a u na au téntica conciencia
política sino en la participación directa en las Luchas populares
por la liberación. Pero en la globalidad y complejidad del proceso
social, que debe quebra r el istema opresor y conducir a una so-
ciedad sin clases, la lucha ideológica tiene un lugar importante.
Es,por ello,que la comtmicación del mensaje relcfdodesde el po-
b1·e y oprinúdo, y desde la militancia con las ludias, tendrá una
fund611 desen mascaradora de todo intento dehacerj uga r el Evan-
gelio pnra justificar una situación con t raria a la "justicia y eldere-
cho", como dice l a Biblia." (6}.
Bstil larga cita nos la hemos permi tido hacer para demostrar
el cambio que se está operando en líl manera de interpretar, a la
luz de las Sagradas Escrituras, hs diversas modalid<tdcs y la
i m plicancia delcompromiso terrenal del cristiai10, qtte sejust ifica
en la med ida en que su obra sea ekctiva en este m undo, y no la
expresión de una conducta pasiva de dejar hacer y dejar pasar.
La crítica contra el industrialismo de la sociedad contempo-
ránea, que en lugar de favorecer al hombre lim ita su desarrollo
natural potencial, el mismo que puede sersuperado si seconstru-
ye una'sociedad convivencia!",ha sido hecha por Iván llich.Este
(5) Op.cit.Pdg.:ló3.
(6) CutJ.:rrez.. GoslaVl). l .a Fu<? r11 Histórica de l\Js l)c;)l::r. Ed. CEP. t.iln.a. 1979. Pá¡;.32.
260
!><'lccrdote austriaco,que dirigió en México el Centro lnternaciona 1
de Oocumentaci1ín (CIDOC), que tiene numerosos SL-guidores,
plantea la modificación total de la sociedad para que el hombre
pueda seguir libremente su propio destino. El hu manismo de llich
se puL'tie definir como u n humanismo de ),\ praxis .
llich, en sus obras •Sociedad DcsescoJ,mzada" y "La Socie-
dad Com·ivenciar. plantea las si¡',1.iientt-s tesis:
•1. U na ed ucación u ni versal med ia n t e l a escola rización
com pulsiva no L'S factible.
2. Los nuevos sistemas ed ucat ivosson más efoctivos que los tra-
dicionales, más atractivos y seduct ores, pero t.lmbién más
insid iosa mente destructores de los valore' fundamentales.
3. Una M>cicdad confiada en los altos niveles dt.' educación com-
pa rtida en in terrelación personal crítica debe establecer lími-
tes pt-dagóg1c0!' a la hipertrófica cxrancia ind ustrial" (7).
4. La medid na crea másenfermedades que las que cura.
5. La crisis de l<ls socit-dadcs ocridentalcs eslil ligada al creci-
miento dl'•ml'surndo de los instrumt•ntos que han comen7.a-
do a e>('l<IVil.ar ,, los ind ividuos,en ve7. de servirles, a pMtir
del momen to en que sus dimcn•ioncs han uperndo cierto
l ími te.
Siendo ev id ente la crisis de n ucstrn soci edad, rtich propone
como n l t ernn tlv l o que él llnmn ln "socieda l1 convivencíI".
Ln sockdad con vivencia) sería a quella forma de organización
socia l a u tónom,1 en donde los ind i vid uos pt1ed1111 disponer libre·
mente de ,1qu el las herra m ientas que les son í1tilcs. !'ara ello,esas
herrarnicn t.1s,no sólo máqu i nas sino tambin instituciones,deben
ser d islrutadas por igual entre todos los hombres y no por una
mjnorla reducid11. :-Jo obstante, ciertos ú tiles son los suficientes y
necesarios dentro de la sociedad convivencia!:aquellos útiles que
además de ser creados por el hombre pueden ser manipulados por
él sin problemas que restrinjan sus potencialidades crea tivas.
f7) Ukh, hr.tr\ H "' uoJ wck'd.kt i.vm'h"-ncill 1:.d <.:UXX C"u.adfrno 1021 Cllf.rruv·.ica,.
Mhlm l'l 1-b
HCMANl.5\-I-O
' ---------------------------------------------------------------------------261
J <1)' útiles que no puedl l ser manipulados por los hombn-s,
los que pierden con trQI sobre )QS m ismos y se someten a ellos,
porque todoslos útiles no son accesibles a todos loshombres sino
a Jos que lumen diploma o licencia llich d ice que hay útiles que
por u d imensión no pueden ser d i rectamente mani pulados.como
"los muebles de oficina y los mercados mu nd iales".Por eso, sos-
t iene que ")0$ útiles nec 1ri0$ di! una l>Oeicdacl convivenóal de-
ben ser ll• suficien temente simples para que cua lquiera pueda
aprender a manejarlos, lo uficit•ntemc•ntc pequeños para que el
individ uo o los grupos de pt•rso11.1s no l' l"'dali/A,clas puedan uti-
J17 ulos en fu nción de sus fines y que no dependan de ellos.- (8).
Sotiene llich que es·mucho más i mportante m una sociedad
com•i\·cncia l dt ar que cad a uno disponga libremente de una cuota
ruonable de energía, que pcrscgmr la quimera de un reparto
igu.llitilno de los bienes.La sola pmpicdad pública de los medios
de prod ucc16nconducecasi ine\·1tablemenle al estalinismo;en cam-
bio,Jos criterios que acabo de mcncion.u conducen inevitablemen·
te a 101> ideales que persiguen la mayor parte de los socialistas,una
sociedad sin clasc·s de productores sobernnos." (9). La sociedad
convivencia ) sería sorial ista, pero ron ti t ui ría u n socialismo
basad o y sustentado enla asociación libl'C y t-spontánea de Jos pro-
duclon s.
U no de Jos plank<i mienlos de llic:h consiste en dcmosh·ar que
la propiedad colectiva de los úlllcs puede significar que la colecti-
vidlld se comprometa a u tili:wr a l guno bienes esenciales,de nm-
nera que se promueva n relaciones sociales convlvendales. Pero,
en este cnso,se compromete rá también a ren unciar lo más pronto
posible, y a cua lquier costo, a los gr.1ndcs unidades por eficaces
que sean. fin una palabra, Ja socialización de los útiles puede y
debe servir para desterrar que éstos,por sus dimensiones,su po-
tencia y su naturaleza no permiten un L>stilo de vida convivencial.
(!);) 111.-:h, h"1n t.. M>C1td.1d conv1vtn0•I Ed ·n.)(X:. Cu&d,.rro 1ll2
' 1 Cuema;tdi.A, 1'112.
2-"
r lt'
1'11 Op ª' ,.,.,,.. ·lll
 262
3. Jl iA'llSMO l'vlARXISTA
1 lay una discusión que hilSta el momento ha conl'ribuido a
oun.'.Cr más quea aclarar la problemática del hombre en el mar-
xismo. Sería red nda nte el insistir en ella; pero,por lo que e des-
prende de lns prm 1pales bras de Marx, se puede ,1íinn.ir q ue el
nao.1smo es la1b1én una torma de humanimo, unn de Jasexpre-
s1onc m.ls rod 1ca les del pensamien to filosófico a favor del hom-
bre en 11. historia.
A Ma rx se le atribuye haber sido humanist,1i.óloen su ju ven·
tud, Cllo\ndo <-. scribió sus fa mosos ..Manuscritos íkonóntico Filo-
sóficos , en 1844, y los "Cuadernos de París". T1
. 1 af i rmnción no es
correc:t.1 porq ue en sus obras de madu re7. como "La Ideología
Alc.mnnn'> e i ncluso en "El Capital",está prt•sc11tc el problema de
la hbcmc16n hu mana. Por eso, el filósofo ruso f'edo;icv afirma,
con acierto,que "reducir el humanismo de arx sólo a las obras
tempr.ums y no ad,·erti r el humanismo de "FI Capital", <'.11 reali-
dad, es hacer caso omiso de la. vías de formación de la ideología
c1entffic.i y de las leyes objetivas del desarrollo de l,1s l uchas pro-
letaria'>." ( 10).
lgualm'l"ltc,la filósofo V.Keshel1wa indica que precbamt"rl·
te el carácter revol ucionario del marxismo es inclicndor inequ ívo-
co de Stt l!scnia hu ma nística. lln efecto,pri mero, l ucha por la res·
tm1rnción 1·11d1ca l del mundo de la explolación; i::gundo, ccmsid e-
ra que In sltunci6n en que el l ibre desarrollo de c dn i ndividuo
condiciona el Ubre desarrollo de todos los denuls, es l'CSu ltado
imprcsci nd1ble del movi miento de la historia, que, al m bmo tiem-
po, es el desa rrollo de los individuos (11).
El merito de Marx es haber liberado al humanismo delas con-
cepcionc;, religiosas y bu rguesas e inten tado cen trarlo en las rcali·
dad concreta.Para Marx,el comunismo es cl humnm mo real por·
que el concepto de humanismo está ligado a la lucha de clases, a
lh NA,..l)MI}
263
la revolución socialL ta y a la con,,trucción del e<>m unimo.
El humanismo m.irxista es un intento de íund,1mentar el w1-
lor de lo hu rmmo en las leyes objeti vas yen el conodmientocienlí-
flco de la realidad. Para Marx la plenitud del hombre radica en la
coincidencia de su r con su conciencia.
Siempre que Marx se refiere a la l ibcr<tción h u ma na Jo hace
teniendo en cuen ta los mce<mismo.<; deenajenación. Entiende M<irx
que la única form.1de lograr la plC'ni tud dd hombre es alcanzan-
do su liberación de toda forma de enajPnadón (.1lii>nación).
Según Marx,el obrero (C'l hombre) se convlerlc en 5iervo de su
objclo en dos sent idos: primer(), en cuanto n l,1adquisición de u n
objeto de trabaj o; se¡',llndo, en cuanto ,1 l a ndq u bk ión de los me-
d ios de sustento. 1i1mblén dice Ma rx que In economía política es-
conde la enajenación contenida en la misma t...cncin del trabajo,por
el hecho de que no considera la relación directa enlre el obrero (el
t rabajador}y la producción ...Evidentemente -señala Marx- el tra-
bajo produce maravillas para los ricos,pem prod uce pri\·,ciones y
pcnunas para los obreroi.. Produce palacios, pero ,1loj.t a los obn.
ros en tugu rios.Produce belleza, pem tulle y deforma a los obreros.
Sust ituye el trabajo por máquinas, pero condcn.1 una parte de los
obreros a integrarse a un tr,1bajo propio de bá rba rm y convierte en
máqui nas a la otra pMtc. Prod uce cspiritu, pcrn produce estupid ez
y cr\!tinismo par a los obreros." (H).
. Vibran te In d muncin d e Ma rx, que dcm t ll' tra su preocu pa-
ci ón por los hombres cxpl ot,1dos y ma rginadtls. Denuncia que,
por ol ro lado,es una pru eba del antihu manismo dd sistema capi-
tali t.,.
En unodesus manuscritos recientemente de-;cubiertos, y que
vendría a constitui r luego los llamados "Cuaderno de París.., se
puede apreciar la idea radical que tuvo Ma rx sobre el nombre, no
como ser indh•idual si no como ser social, in men;o en una realidad
que se le opone y enfren ta, es deci r,la socil'<lild capitalista.
264
En los "Cui'ldcmos de París",Marx i,osticnc que li'I economía
polítici'I no preocupa en absoluto del intcr nacional y social
del hombre,sino unícamente del ingreso neto, de la ganancia, de
li'I renta, y que éstos aparecen como el fin úlhmo de la nación y la
bOCicc.l.id. Dice Marx que ('Il elcapitalísmo la vida del hombre no
tiene ni ngún valor, q ue el'alor de la clase obreril se red uce exclu-
sivamente n los costos de prod ucción ncccarios, que los obreros
sólo cx lst0n pa ra el i ngreso neto, para Ja g,111,111d<1 de los capitalis-
tas y I n ren ta del terra teniente.
Part ilmdo de estos supuestos,entiende Mnrx que mientras el
hombre no se reconozca como hombre y, por tan to, organice el
mundo de manera hu mana, la com un idi\d npnreccrá bajo la for-
ma de enajenación (alicnación) debido a que MI ujcto, el hombre,
es un ser enaj1> .. nado de sí mismo.Esta comunidad son los hom-
bll..>S; no es una abtracción, sino romo individ uo;. partículi'l rcs,
vivos, reales; y el modo de ser de ellos es el modo de ser de la
comunidad.
Vemos, pues,que a Marx le preocupa fundamentalmente el
problema del hombre como ser real y concrclo,creador de su lús-
torla, t rnni.formador de la naturaleza y de la sociedad. La meta.
scgi'm (:1,es el comu nismo, creació11de una sodcd nd hu mana ple-
na nwnte libre de loda forma de enajenación y explotación, que
son c:I pl'incipal obstáculo para la rea Liznci6n del ser humano.
Es te plantc¡imicnto de Marx fue descstin111<111por algunas in·
tcrprct11cloncs escolásticas marxista s, de cor te cst,111 nista. Creemos
que tal descuido se debe a su concepto erróneo de lo que es el
humanismo,muchas veces interpretado como 1111conjunto decon-
ceptos abstractos, sentimenta les,individualistas y carentes de ri-
gor cn la fundamentación, que impide el dcsam11lodel pcn.o;. mien-
tocien tífico. Sin embargo,el humanismo se tenla en bases rea-
les,por el h«ho de pa rtir del hombre como ser real
Loque sucede con arx es que formula una teoría del hom-
bre como cr !.<lci11l e inmerso en la lucha dc clabes, algo que no
pud ieron prever los humanistas pre-marxi sta. Ma rx lle\'a el "hu-
ma nismo realista" a su máxima expresión.
No cabe d uda de que el aporte de Marx, en torno n la proble-
265
mática de la liberación humana, es bá!.ico y m;irca un hito en l.1
historia de la filosofía,que si rve para el desarrollo ulterior dd
humanimo.
Entre el humanismomarxista y el hu manismo moderno hay
una diferencia de metodología en la forma de superar la aliena-
ción h u ma na y alcanzar la libernción, d ifcrel\cia que más que tl.'Ó·
rica es práctica y obedece al cuesli onami enlo de la metodología
p11ra org;rniz;u el poder cn la sociedad y 1\0 a In concepción ma r-
xista del hombre.
Si el hombre en la sociedad capl ta l Ista es un objeto más del
apa rato prod uctivo,sudcsh\Una.ni:wción e total; pues deja de ser
el protagonista de la historia pa ra convertirse en un objeto de la
ociedi\d dominada por clases privilegiadas.
Así, mientras los hombn'.S no participen por igual del fruto
de la rique7..a que genera su trabajo,con tinuarán enajenados de su
propia creación. Por consiguiente, hay que cambiar las relaciones
de producción para que el hombre pueda dominarlas libremente.
Por eso, siendo la propiedad pri,•adn de los med ios de prod uc-
ción el princi pal obstáculo para l,1plenit ud humana, debe ser abo-
lida y reemplazada por la propiedad social de estos medios. Se-
gún M«rx, de esta manera los hombres pod rán realizarse plena-
mente y ser l ibremente desalienados de todn forma económica e
ld colót ica.
El trabajo en la socied<id capltallsta 110 es ll l1 bien para el obre·
ro, es a lgo que se J e aparece nc¡;ativo; por eso, sólo socializando
los medios de producción se podrán creM las condiciones futuras
para llegar al comunism o,que es la socicdnd humanizada por ex-
celencia.
Este procesodehumanizaci ón nol"' mecánico sino dialéctico.
Bn él se dará n u na serie de conflictos sociales,porque la clase c.1-
pi talhta se opond rá al progreso del proleta riado; y es, por · .
qui: la luchi'IS de clases se desarrolla rán en ese periodo histórku
de la sociedad.
Pa ra Marx, la solución al conflicto de clasl'S en la socic'(,l,1d
capitalista no es únicament e económka, es h1mbién ideol6gic.1,

política y soci<1l porque no basta cambiar la estruchtra económica;
es necesario capl1.1rar el poder político pa ra transforma r la socie-
dad, lo que implica profu ndas modificacio nes de lct ciencia, la téc-
nica, el arte y todas las expresion es culturales del hombre.En la
actualidad existen una serie de interpretaciones teóricas y prácti-
casque enalgunos casos,pese a su origen, han llegado areplantear
algunas ideas de Marx sin cuestionar su pensamiento esencial.
En toda esta ga m a de corrientes y opciones,la idea que Ma rx
tu vo del hombre como ser ind ividual y social, lo que se conoce
como humanismo marxista, esmateria d e polémica enh·e los mar-
xistascontemporáneos. Se trata de una polémica enriquecedora y
esclarecedora que abarca un horizon teA mplísimo,compuesto tanto
por aquellas teorías que niegan los elemen tos hu manistas en
la teoría del filósofo alemán, como por aquéllas otras que las
afirman.
Para los pri meros, por ejempkl Al th usser,el marxismo no es
u n hu rna nismo, porque Marx cuestiona el llamado humanismo
filos<ífico basndo en un a ntropocentrismo pequeño bu rgués.
De ahí que el humanismo filosóf ko se opondría a la visión
hmnana y dialéctica que tu vo Marx de la sociedad. Esta tendencia
sostiene que si bien de las ideas de Ma rx, y de la aplicación de su
teoría a la realidad, se desprenden condiciones favorables al ser
humano, de ningún modo puede inferi rse de ello que el marxis-
mo sea un hu manismo.
La otra corrier\tc indica queel marxismo si es humanista por-
que la principal preocupación de lvlarx era la transformación de la
sociedad capitalista, que enajena al hombre, con Ja f inalidad de
alcanzar una sociedad plenamen te humana. Hay un intento por
conciliar lajuslicia socialista con lalibertad; porque,en último caso,
elsocialismo eslibertad.Así,por ejemplo,loentiende Fromm, pa ra
quien no es el hombre el queestá enfermo sino la sociedad y, por
consiguien te, hay que cambiar esa sociedad. Esta corrientesostie-
ne que la teoría althusseriana, con sus pretenciones decrítica tota l
a la raíz humanista de Marx, es tan sospechosa como la ciencia
universal del idealismo trascen dental.
11VMANlSMO
267
Entre las corrientes marxistas huma n.istas cabe indicar tmn ·
bién a la conocida escuela de Fra nkf u r t, repr€se nlada p(>r
Horkheimer,Adorno,Marcuse, Habermas y Wellmer, que seña l/'I
elcarácter deshumanizador y wtldimensional del capitalismo. Esta
escuela tiene el mérito de haber a nalizado a fondo los mecattls-
mos de ideologización que hay en la sociedad indtLstrial constan-
temen te deshumanizada. La escuela de Frankfur t es un intento
serio por desmitificar los argumentos que el sistema de domina-
ción de la sociedad ind ustrial presen ta dentro de categorías
epistemológicas de ra íz positivista.
El problema del hombre y sus luchas por u na sociedad justa
fue estudiado por Lenin. Lenin sostuvo que dentro del Estado
burgu és-liberal, el hom.bre como ser social estaba sometido a la
ideología del Estado-Nación; por consiguiente, era Lll1 sujeto so-
metido alpoder del Estado burgués y alienado a la concepción cid
mundo impue ta por la burguesía, que había hecho del consumo
y del trabajo mecanismos de dominación.
En Europa Oriental, cabe mencionar los aport·es de Dubcek
sobre lo que él llamó un "socialismo de rostro humano", gu e con-
jugaba la libertad de crítica con el desa trnllo socialista.
En Polonia, desde una perspectiva marxista, Kolakowsl<i cri-
ticó el "carácter no marxista de los socialismos estatales",que im-
piden el desa rrollo pleno del hombre.
También,en la ex Yugoslavia,filósofos como Markovicsehan
abocado a estudiar losmecanismos de poder y su carácter técnico
burocrático,q ue son el principal im pedimen to para. el desarrollo
pleno de hombre,porque éstecontinúa sometid o al poder del Es-
tado y de una burocracia que concentra privilegios,por el rol que
ocupa en la estructura social.
4. HUMANISMO ExrSTENCIAl.iSTA
Jean PaulSartre y Albert Cam us son los principalesexponen-
tes de la versk'ín francesa de la tc?oría existencialista del hombre.
La concepción existencialista francesa se relaciona de m<ínc -
ra más directa con la acción política. Al respecto,es necesa rio i'lda-

rar que existen otras versiones de existencia lismo,como la del ale-
mán Ilcjdcggcr y In espal'lola de Ortt>ga y Casset; pero no tienen
mayor relación con la acci(m pollhca .
Elhumanismo eí.,tcnci<1lista lrancés flmdamcnta el valor del
hombre en la libertad . Se car.xt erit.il por la denuncia de todos los
mecanismO!. i.11l'l; que atcnt.111 contra la libertad, i ncl uso meca-
nismos éttcos aparentemente bien fundamentados.
Sartre, en su obra ''Matcriillbmo v Re,olución",analiL<i a fon-
do el problema de la libertad, .su rclaéión con la revolución y con
la re<>hZilción plena del hombre.A lo que él llama "filosofía revo-
lucionaria" opone otras concepcion<.'!. y con. idera que la libertad
es una cond ición b.\ica para la reall7<\Ción del humani. mo.Al res-
pecto,indic.:i que 'más ali,\ de la organi7.ación racional de la colec-
tividad, la conciencia de clase reclama un nuevo hu manismo. El
socialismo no es otra co que el med io que perm itirá realizar el
reinado de!el libertad, u n i nlimo materialista es cont radicto-
rio, porque el SO<'ialismo e pmpone por fin un huma nismo que el
rnaterialbmo lince inconrebi hlC'." (13).
De cstns pnl nbr.1 Sl' dcprcnd c que, pMa srtre, el socialis-
mo es la heri-.u11k11t,1 con la r u a l se 11lcan.Ga la libertad y que el
hur11i1nismo es el objet ivo de todo social ismo.
Sartre sostiene <111c lns co11ccpcioncs idCéllista y materi alista
nc> condu cen 11 la l l be1·tnd y n l;i rca l iza<•i611 plena. Bstc papel está
reservado p;m1 la critica im p loca blc de la "filosofía revol uciona-
ria", quepone en Ida ele Ju ido tanto el ldclismo como d materia-
lismo.
J'a r,1 Sar tre, a la "'filosofía revo l uciona ria", es decir, a aquel la
d isciplina que utili zo la n1:1611pa1·a cuestíonnr todas las creaciones
culti.u:alc.corresponde cnc.1u.tar la revolución. Este pl;i nteamien-
to es un antecedente remoto de la ach1a l rilosoffo de la liberación
(así como hay una Trologí.1 de la Liberación, se ha formado una
Filosofía de la Liberación) que se desarrolló principalmente en
América Latim1 y en otros pa ises tlél Tercer Mundo.Apunta Sartre:
269
"La fi losoff a rc\"ol ucicmaria, M1pcrando a la \'E'2 el pensa mient o
idealista, que e burgué:., y el mito materialista,que pudo conve-
nir un tiempo a t,\s mas,\S oprimidas, pretende ser la filosofía
del hombre en g1mcral y l'8 muy natural. Si ha de ser cierta será
univer.al .'º (14).
En su critlc,\ al materialismo filosófico y político, Sartre lo
c-aliflca de ambiguo y prec1"<1que l>sla ambigüedad estriba enque
a!>pira a i,cr un.1idl'<1logía de clasecomo I,\ expresión de la verdad
ab.olu ta.Ante la idrologm1ción dt'I materiali.!>mo,Sartre oponela
actitud revolucionaria pr.lctic.1 y real. Para él, el re,•olucionario
asume una po:.1C1ón pridlegi,. da en el momento mismo que se
pronuncia por ¡ , rcvoluc16n.
No combate por la conservación de una clase, como el mili-
tante de los pa rtido' burgue.cs,sino por la supresión de las cla-
ses. No divide la socied;id <'n h<nnbrcs de der<-.cho divino )' en
hombres con d cn.-chos naturnlc:., >ino que reclama la unificación
de los g(upos étnkos,dr l;i cla iies; en suma, la unidad de todos
los hombres. No se 1.kja mbt ificar por derechos y deberes si tua-
dos a priori en un cielo l nlr1tl'iigible; por el contrario, plantea el
neto mismo de rebclar>c contrn ellos. Es el hombre que quiere que
el hom bre aum11 libre ylo a lmcnt·c su destino. Su causa es la del
hombre y st1 filosofía debe cnuncinr In verdad sobre el hombre.
Según Snrt rc, <d pnp¡:J libernclor de la "filosofía revoluciona-
1'ia" rndic:u en lo <lésmit lfl c<'ICión de l os VR l ores que gobiP.rnan la
socied Rd dcshu1t1n nl znd n; pero esta filosof ía será revolucionaria
Hi oriento la p1'<1xis pol ítica n li1 upresión de las clases y si satisface
al ho.mbrcCOIJ\O ser soc:inl.
Si ello es verdad, los plantea mientos de la "filosofía revolu-
cionaria' ser.in univer s;1lcs. !.in este nivel ele su pensamiento es
donde Sart re vlsl u mbril un hecho funda mental: el problema de lil
objetividad rc\"ol ucionnria, que tkbc estar sometida a la realidad
humana.As{, humanbmo y objetividad son dos puntos de vista
intimamente relacionados.
270
"El hombre no es otra cosa de lo que élse hace" (15) dice Jean
Paul Sartre; y agrega que este es e.1 primer princip io del existen-
cialismo. Pero ¿qué es lo que d iferencia esta subjetividad hum.ana
de las cosas? La diferencia esencial estriba en que el hombre es u n
proyecto,"es lo que habrá proyectado ser" (16). Por el hecho de ser
u n proyecto es un ser responsable, no sólo responsable ante los
demás sino ante la hu manid ad, porque Jo queescoja cada hombre
en su proyl•cto atafie a tod a la humanidad, la a fecta; poi·eso su
elección personal incide en todos los demás seres humanos.
"Así, nuestra responsabilidad es mucho mayor de la que po-
dríamos suponer, porque compromete a lahumanidad entera." (17)
dice Sartre.
Esta <'lección que afecta a la humanidad se torna en w1a an-
gustia existencia l;y, para Sartre, "esto significa que el hombre que
se compromete y que se da cuenta de que no es sólo el que elige
ser,sino también un legislador,que elige al mismo tiempo quea sí
n'ismo a la h umanidad entera, no puede escapar de su total y pro-
funda respon sabil idad." (18).
El humanismo existencialista no es trascendente como lo es,
por ejemplo,el hu manismo cristiano. El hum anismo existencia lista
es un humanismo real, fundado en la sociabilidad e historicidad
hu mana.Se trata de un humanismo solidario y Ílll1damentado en
la libertad, porque el hombre puede realizarse proyectándose a
los demás pero dentro de una libertad que le es propia, en su con-
dición de ser el único ser capaz de elegir y responsabilizarse por
su elección. No se trata de lU\a responsabilidad formal sino de
una responsabilidad universi.11,es decir,histórica. Por eso se expli-
ca su angustia y su drama ante la elección, porque una mala elec-
ción lo compromete ante los demás y puede comprometer a la
hu manidad en su proyecto integral.
( l5) Sath ,Jean. rauJ,El ex:istCl''l(H'lliSt'!\O <'.S UHlnu'J\an:Snto. Ed. Sur. Bs.t\S., 1975. p - 17.
(ló) Op. cit. l\\g.18.
{l?)Op.c;t. P,ig. 20.
{)) Op. c;1. PJg.21.
FR..\S<:1sco Mu<> Qur:sAOA n"º" H t:MANJS!'>tO
27 1
"El hombrees li.1 (mica cri,1tura que se niega a ser lo quees" ( 19),
dice Albert Camus, en su famoso libro "El Hombre Rebelde". Este
hombre rebelde es un ser que dice no, "pero si se niega a ser lo que
es no renuncia, porque es además un hombre que dice sí, desdf! el
primer momento",(20) sostiene Camus.
Para Ca mus,el hombre vale por el hecho deserlo y su princi -
pal cualidad es rebelarse contrn todas las trabas que impiden su
realización. La rebeldía ca musiana es universal, metilfisica, políti-
ca, religiosa, histórica y artística. Dios es el orden establecido, y
las concepciones culturales )1 estéticas creadas por Occidente son
puestas en tela de jui cio.
El mito de l'rometeo y Ja rebeldía de Satán son aspectos ca-
racterísticos dela rebelión metafísica. La rebelión de los burgue-
ses ant<' la aristocracia y la revolución de los proletarios contra los
bu rgueses son aspectos propios de la rebelión h istórica y política.
La poesía maldita (Baudelaire, Lautriémont) manifiesta la rebe-
lión artística.
En resumen¡el hombre cam usiano es un rebelde que lucha
con denodada energía contra todos los me<:anismos de domina-
ción que existen en la historia.
Seg(m se ha señalado, Marx llega a una concepción del hom -
bre que supera en radicalismo a las que existían en su época. Pero,
el rad icalismo de Marx está planteado dentro de determinados
marcos teóricos. En cambio, Camus lleva su rad icalismo hu ma -
nista hasta límites difíciles de concebi1 rechazando todas las tra-
bas teóricas y prácticas que se oponen 11 la realización de la pleni-
tud hlllnana.
Para Camus,el hombre da sentido a la historia mediante la
rebelión contra todo aquello que lo opri me.La meta de la historia
es forjar una sociedad libre, una sociedad sin dogmas ni prejui-
cios,sin clanes,en que sea imposible el dominio de unos hombres
sobre otros.
(19}Cln,us, Al bert. El H ombre Kebelde. l!cl. los..l.da. Us. As., l<J?S. f'.1g. 17.
(20) Ibídem. l ág. 17.

Los pla nteamientos de Ca mus_rebasan Jos marcos teóricos.
La teoría es sospechosa puesto qlte es uti liza.da para justi ficar Ja
opresión.
El hu manismo de Camus se funda en un intenso sentido d
solidaridad humana,en una justificación desesperada con Jos opri-
midos,en Ja decisión inquebrantable de liberarlos.
Cam us llega, así, hasta la profundidad de la conciencia hu-
mana, expmga su miseria y muestra un cuad ro horrip ilante de
tra iciones.Pero no nos habla sólo dt!la miseria hu mana; nos habla
también de su grandeza.
Afirma Camus quela histor ia dela humanidad es la historia
de Ja rebelión que da origen a las revoluciones. La rebelión es más
que la revo.l ución. A l respecto,Cm11usseñala: "Ta n pronto como la
rebelión, olv idando sus orígenes generosos, se deja contaminar
por el resentimiento,niega la vida, corre a J a desh·ucción y hace
que se levante la corte bmlona de esos pequ ·ños rebeldes,simien-
te de esclavos, que termina n ofreciéndose actualmente en todos
los mercados ·de Europa a cualquier servidum bre. No es ya rebe-
lión ni revolución, sino rencor y ti ra nía. En tonces,cua ndo la revo-
lución, en nombre del pode r y de la historia, se convierte en ese
mecani smo mortífero y desmesurado, se hace sagrada de nuevo
la rebelión en nombre de la miseria y de J a vída. Estamos en ese
extremo.El término de esas tin ieblas es i nev.it!lble.Sin emba rgo,
hay una luz que adivinamos y sólo tenemos que Juchar para que
sea. Más allá del nihilismo, todos nosotros, entre las rui nas, pre-
pa ra mos un renaci miento, pero muy pocos Jo saben." (21).
5. HUMA N ISMO RACIONALI STA
El humanismo racionalista fundamenta el valor del hombre
en la razón. Estima que gracias al pensa miento raciona l se han
iniciado los diversos procesos de liberación en la historia.Toda
sociedad justa tieneque ba sat\se en principios racionales.
{21) Op. cit. Pag. 2\)2.
HUMAN iSl'-J O
273
Por med iode la razón Ja denuncia social es más eficaz. Usan·
do su razón muchos hombres demostraron la falsedad de las teo-
rías que j ustificaban el carácter divino del poder.Por medio de la
razón se dernostr·ó que en Ja sociedad burguesa los hombres con-
tin uaban explotados y no eran plena mente libres. Por medio del
análisis racionalse descubrieron Jos mecanismos compulsivos que
impiden el progreso del socialismo y la libertad . Por medio de la
razón se dem uestra que dentro del socialismo es necesaria Ja re-
volución contra el bu rocrntismo. En tal sentido, la razón es sub-
versiva: por ende, revolucionaria.
En sentido general, se puede afirmar que el humanismo
raciotialista tiene sus orígenes en Kant. En el siglo XX, esta co-
rrien te ha seguido desa rrollá ndose, no gracias a Kant quedio las
pautas,sino gracias al poder subversivo de la razón.
Bertra nd Russell y Noam Chomsky son los principales re-
presentacll'es del h umanismo racionalista n1oden10.
Kant desarrolla el concepto del reino de Jos fines, en relación
al cual se aplica la ley moral. Esta ley es puramente racional y
objetiva, poi· lo cual pa ra proceder subjetivamente de acuerdo "
ella se ul'i l i¡,an las máximas. Ha y tres máximas equivalentes: de
ellas, por tener mayor i mpacto, citamos Ja siguien te: "Todos los
seres racionales esl·«ín sometidos a esta ley, J a de no trata rse a sí
mismos,o •mosa otros como simples medios,sino r·espetarse siem-
prl' como finE·s en sí. De aquí resulta el enlace sistemático de seres
racionales reunidos por leyes objetivas comunes;es decir, un rei-
no (que en verdad es sólo un ideal) que se puede llamar reino
de J os fines, puesto que estas leyes precisamen te tienen por objeto
establecer entre estos seres una relación recíproca de fines y me-
dios." (22). Agrega Kant que "unser racional pertenece como miem-
bro al rein<1 de los fines cuando, dando leyes universales, está él
mismo a ellas sometido y pertenece como je fe, cuando no lo está,
como legislador a voluntad extraria algw1a. El ser racional debe
(22) Kaflt, E1nr.lml\1i•:J. Fund1
lJl\(>1\hXS d \lllil 1elaffsfde lilSCO!'l\:rnbres. Ed. Librr.11. :\.tadrid,
1904. J'j!·85.
 274
siempre con•iderarse como legislador en un reino de fi nes, hecho
posible por la lil¡{'rtad de su voluntad,sea él misrno o jefe.(23).
El plan tc:-amicnto kantiano que hemos expuesto es hmdamen-
tal para comprender el humanismo moderno. Por 'So,d e la máxi-
ma deKant, que,segú n William Stcm coni te en toma r a 1os hom-
bres como fines en sí y no como medios e i nst 1·wnen tos de otros
hombres, se dt:riva n una serie de conseci1encias revol ucionarias.
El i mpa<:to kan tiano, pa ra !a i n terpretación revol uciona ria del
ca mbio socia l, h a ido ta n ps:ofu ndo que sus tesis h1en1n materi a
de rcflexi(m y debate dentro de algunas corrien tes del pensa mien to
marxista de 111 ex l uropa socialista; en especi a l de l a desapa reci-
da A l ema nia Democrática.
l n ta l sentido, si tenemos en cuenta el mensaje de J<ant, se
puede enunciar que cualqtúer medida, acto o comportamiento
que va contra las leyes del "reino de los fines, q ue es w1a norma
universal", atenta contra la dignidad del hombre y su realiuición
plena.
Por eso mientras los hombt-es, estén considerados social e
ind ividua lmente como med ios e instrwnentos al sei·vlcio de otros
hombres, scrn n u ti l izados como cosas, como instru men tos
mani pu lables y perderán dignidad al ser sometidos por meca nis-
mos de dominación y explotación.
Kant afirma que "todo ti ene en el reino de los fin<?s u n precio
y una d i gnidad. Lo que sólo tiene precio puede reemplaza rse con
algo equ ivalen le; pero lo que está por encima de tod(1precio es la
dignidad; por consiguiente, no tiene equivalend a." (24).
Puesbien, ¿cuál es el ún ico ser que liene dignidad? No cabe
duda que el hombre. Por eso el hombre no tiene precio. Sólo las
cosas y los sirvientes que no tienen dignidad tienen precio.
Para Kant w1a sociedad justa es una sociedad racional, en
donde los hombres,por ser fines en sí mismos.tienen dignidad y
(23¡Op.cu.r,1 83.
{24) Op. cit. PI.SS.
1hJMAl'<iI SMO
275
disfrutan de igualdad y libertad. Este planteamiento de Kant nos
im pone algunas reflexiones de rigor.Si se cumpliera J,1máxima
ka ntia na: "Los hombres son fines en sí y no med ios o instrumen-
tos de otroshombres",y sí los hombres pudieran vivir en hinción
a ella, se podr!a logra r una sociedad justa sobre postulados racio-
nales. Pero esta máxima, que es un idea l , choca con la realidad.
Eln el mu ndo real, du ra nte toda la evol ución h istór ica de la
h u manidad, algunos hombres que constituyen las clases domi·
natHes,ha n utilizado a las mayorías como medios para consegu ir
poder o ma n tener sus intereses y dominio. Pasemos a dar algu-
nosejemplos.
La esclavitu d fue una de las pri nci pales pruebas del uso que
se hacía del hombre como med io. 611 l a sociedad capi talista, el
obrero se convierte en un medio o instru mento del capitalista,
cuyo objetivo principal es la riqueza. En los sistemas socialistas
existieron y existen mecanismosde control y de poder restrictivo
para la realización plena del ser huma no; y atmque, desde un
pun to de vista ético, las sociedades socialistas están más evolu-
cionadas <1ue las ca pita listas,el hombresigue i nstntmcntalizado.
Está demostrad o por la experiencia histórica que el paso de
u 1\a ociedad menos hu ma na a otrn más lumana implica cam-
bios proftmdos,que en la mayoría de los casos son violentos. Esta
v iolencia v11ría según las cin:unsta ncias.Unas veces es muy cruen-
ta; ot ras lo es menos.
Sin emba rgo, pese a las fonnas en que se hace uso de la vio-
lencia, el paso de una sociedad deshu n,anizada a ot ra h uman iza-
da es un adelanto, por cuan to l a d ignidad humana pod r,í
alcanzarse.
Si dicho paso deriva de la máxima kantiana, no cabe duda
que quien la asume como u n impera tivo mora l tiene que hacer la
revolución pa ra luchar por la d ignidad del ser huma no. Por eso,
el humanista tiene que ser revolucionario .
Como imperativo moral, el hu manismo cond uce a la revol u -
ción,entendida ésta como un cambio radica l de las estructuras y
276
del siskma v igE.m Le in h uma no. Es verd<id que pa rn cambiar los
comporta m.ien tos deshumanizados es necesa rio ca mbiar h1reali-
dad en qtte se sustenta E sa deshumani:<ación; mas este cambi<>,
que debe ser económico y político, es una condición necesa ria
pero no suficien te, porq ue además de t rnnsform r las estrncturns
económicas inju stas hay que modi f icar todo el orden socia l y el
sistema de valores.
Si el hum11nismo es revolucionado tiene que estar contrn el
racismo, porque en el racismo el grupo que e considera dt• raza
superior u tiliza como medio al grupo que considera de raza infe·
rior. El racismo es unn ideología de dominación prof u nd<> men te
antihuman ist 1.
El huma nismo r·evolucionario rech;iza el capit<1lismo porque
en el capi t,1lismo In clase dominan te, propietari<·i de los medios
de producción, utiliza a lil cJ¡¡se l'rah<1jadora cornomedio e instru-
mento. El hu m<111ismo revolucionario también cuestiona el
totalitarismo po1·que, por med io de < sa fonnil de gobierno,el gru-
po que controla el poder dd Estarlo utiJiz 1 al resto de la pobla -
ción corno medios e i nstrumentos.
Se deduce Ln 1nbién que d hu manismo es an tiimperia l istn,
porque en la domi naci ón imperialiota el país domin<1nte util i 7.a y
somete a los pníses dominados y depend ientl's,somet i rnien t·oque
es rnílitar, políHco, económico, cul tural y tecnológico. Los pa íses
no son entidades abstractas: est,in compuestos por hombres; en
tal vi rtud, en el m undo moderno el imperialismo utiliza conw
i nstrn mento a Jos hombres de Jos países dominados y sub-desa-
rroll<idos,con d fin de adq ui rir beneficios económicos. Esa es l a
función de las empresas tra nsnacionñles, principa l símbolo de la
dominación contemporá n<i!a.
De la n\áxima kan tiana se ded uce que el h uma nismo condu-
ce a l socialismo,porqueen este sistema los hombres pueden dis-
fru tar equitativa mente de la riqueza . El humanismo conduce a
w1 mundo li bre, po1que en la sociedad el hombre que es libre
puede rE:al izarse plenanwn te y af irmar su dignidad.
fil.IMA !'<I SMO
277
La máxima kantiana aplicada en rigor conduce a la sociedad
sin clases,porque en esta sociedad se habrán superado los meca-
nismos de dominación y se habrá consolidad o el verdadero reino
de los f ines. El hombre ya no será un medio para saciar la ambi-
ción de otro hombre. .El hombre podrá gozar de libertad y equi-
dad en u na sociedad fra t erna y solidaría . Esto es lo ideal. Cual-
quier movimiento que, bajo lc>s fundamentos del hu ma nismo,
i nicie un proyect<> político de ca m bio social y de liberación, debe
or ien tarse a u na sociedad sin clases. Por consigu ien te,
rein terpretm1dola tesisde Kant, para llegar a una sociedad racio-
nal y justa hay q ue pasar del reino de los medios al re.ino de los
fines.
Si se lleva el pensamien to de Kant hasta sus últimas conse-
cuencias, cosa q u e él mismo no lo hizo, es indudable que para
forja r una sociedad en que todos los hombres sean fines y no
medios hay quehacerlo a tr'<wés de w1proceso revolucionario.Si,
como dice Kant,el reino de los fines es aquél en donde el hombr ?
esa lil vez legislador y súbdito, entonces no puede haber d iferen-
cias entre gobernantes y gobernados; l'n consccuenci<1, se habrá
llegado a una socied;id si.n clnses, en las que habrán desapa recido
las diferencias sociales.
Bertrand gusseil, posiblemente el filósofo más complet·o del
iglo XX, autor de J a famosa obra "Principia MatE?mática",q ue ela-
bo1·ó j u n to con Whi thead, tiene un profundo pensa mien l:o políti-
co que, entre otros,se sintetizan en cuatro trabajos importa1ltes:
"El poder en los hombres y en los pueblos", "Perspecti vas de la
civilízaci6n industri al","Por losca minos de la libertad..e "J dea les
políticos".
Su pensamiento se ca racter iza por la denuncia de Ja injustí·
cia social, el cuestionamiento del imperialismo y el capitalismo,
la crítica de la guerra y de Jos métodos que lesionan los derechos
humanos. Por otro lado, propugna el reconocimiento del va lor
hu mano; apoya la intervención estata l para evitar abusos cconó·
micos y políticos;reconoce las potencialidades crea tivas del hom-
 278
bre; asu me una posición favorable ;ti socinlismo y defiende la li-
bertad política como conJici6n para el triunfo de la democracia.
Cuestiona las forrm1s tradiciona l es de vida, como la familia y Ja
religión,)' apoy.1 el feminismo y l a libertad sexual.
Russcll se pron u ncia desde muy temprano a favor del socia-
lismo y en cont ra de 1<1 desi¡',Ua ldad . Su crítica a la socil'.<lad i n -
dustrial nos recuerda las posteriores tesis niarcusianas. Para él,
losdesajustes del indu.strialismo han hecho queestesistema tien-
da al fracaso,sobre todo porq ue en las sock'd,1dcs industriales los
hombres y las mujeres contin úan marginados sin poder eco.nómi-
co ni político.Los seres humanos tampoco pueden disfrutar del
arte y de la ciencia porque, a pesar de los gra ndes avances reali-
zados en estos campos, sola mente son usufructuados por tma
minoría.Dice Russell que "este hecho ha destniido el úrúco argu-
mento tuerte que siempre ha existido en favor de una organiza-
ción oligá rquica de la sociedad, sea económka o política, y ha
hecho casi inevítable que si el industrialismo con tinúa su desa$·
tre, su forma fi nal ha de ser el socia lismo,único sistema que evita
ias desigualdnd cs."(25).
Pan\ Russell, la dcmocrncia no quiere decir necesariamente
régim en pa rl;nncn tario. Segú n él, el gobierno soviético, tal corno
se co_ncibkS, puede er pe rfectamente compatiblecon la democra-
cia.El entiendé por democr·acia un sistema bajo el cual todos los
hombres y las m ujeres corrientes p;1rtici pen igualmen te en el po-
der político.'famblén seriala Russell que "la industria socialista
podría ser la sierva, no la scñorn de l a com un idad. Esta es W'la
razón fundamental para preferi 1·el socialismo al capitalismo." (26).
El humanismo del pensam iento russclliano se manifiesta
cuando él advierte el peligro de considerar al hombre como una
herramienta para produd r mercancías y no a l conb·a rio¡es decii:, a
la mercancía como subordinada, necesaria para la liberación ma-
{25) Russell . Berlrand .Pcrspt!dtvni.de la Cl\·1Jl1.,t:'6n lndu.siriall. fd.Ag1(Mr, &.. t\$. P.&g.35.
{26}0¡>.rir. P.lg.43.
2711
terial del hom bre. Agrega que "In verdadera v i da d el hombre rn•
consiste en llenar su vientre n i abrigar su cuerpo,sino en el art e,,.¡
pensamiento y el amor; en la creación y en la contemplación de J,,
belle7..a y en la comprensión científica del universo." (27). Al rc:;-
pccto, sostiene que si el mundo ha de ser regenerado, ha de serlo
en esos casos, y no sólo en los bienes materia les, en los que todos
hemos de poder parti ci par.
Reflexionemos sobre est.tS (rases finales.lo que ha plantea-
do Russell es actual. VL'ITIOS que en más de la mitad del mm1do
los hombres viven en función de satisfacer sus necesidades. Esto
se debe a que la riqueza derivada del trabajo ind ustrial se h,1con-
centrado en paises que han podido alcanzar un enorme des.uro-
llo económico;pero,i ncl usoen esos países,por el hecho de que la
riqueza no está equitati va mente distribuida, los hombres todavía
actúan en función del t rabajo dependiente.
Esta necesidad detecrn ina que el hombre se adapte a los va-
lores impuestos por la sociedad que es expresión de un si stema
socio-económico inhuma no,que genera tmil serie de deformacio-
nes en la estabilidad emodonal y social.
la misión del hombre no es l a de luchar para subsistir; si lo
hace es porq ue vive en un mu ndo que impide la inmediata s11tis-
facción de sus 11cccsidacles ma teriales. En u na sociedad humani s-
ta, las sa ti foccioncs materiales no ser<\n un fin sino un medio;no
se alca 11za ri\ 11en la lucha diaria por Ja subsistencia, sino que se-
rán otorgéldas por la sociedad a l hombre como reconocimiento dt'
su dignJd11d. La misión del hombre es superio r al simple trabajo
materia l,a la sim ple satisfacción de In necesidad del poder vivir y
dormir en pm-:. La verdadera misión del hombre es el desarrollo
de sus potencia lidades i n telectuales,cien tíficas,éticas y estéti cas.
Cuando el trabajo deje de ser lo principa l y se convierta en un
deseo espontáneo y volunta rio,se hnbnín creado las condiciom•s
pa ra que el "ocio" permita el desarrollo pleno de la hmnanidacl .
280
Mientras tanto, persistirán las cruentas l uchas de Ja historia que
son consecuencin de u na cruel dcsi guald nd social, amparada por
u n orden creado pa r·a Ja dominación sistemática y violenta.
Por desgtacin, la ba lanza del siglo XX se inclina al
antihumanismo;si n embargo,queda la esperanza de factores po-
si tivos,como son la denuncia contra una serie de fuerzas reaccio-
na rias y oscuras representadasen el foscismo,el racismo,las em-
presas trnsnacionaJcs, el capi talismo y las dictad urns grandes o
pequeñas. El siglo XXI pod ría ser In gran resp uesta que despeje
las contradiccionc. de n uestro siglo. El hombre tend rá que esco-
ger;ocaemos en un renacimiento basado en La igualdad,Ja liber-
tad y la dignidad, o nos hlmdimos en una especie de Edad Media
llena de nútos, dogmas, alienaciones y sumisión t otal al poder
político organi1.ado. Lo grave es qu e si no superamos los mi tos
de la sociedad i ndustrial, elsiglo XXI podría asistir a las dictadu-
ras rnás feroces apoyadas en u na técnica de contwJ socia l ini ma-
ginable, con u n al to poder de dominación pol ítica e ideológica.
De no ocurrir ell o, se habrá logrado el triunfo de Ja libertad y la
igualdad s<>ci<>-e<:<mómica.
Todo lo que hemos señalado se enma rca dentro del pensa -
n:ticnto russelliano,que ha sido calificado por algunoscienlificistas
como socialismo ético. Sin embargo,creemos que es más adecua·
do cali ficarlo tk ocia lismo racion a lista.
"Conoci mien to y Libertad ", "La gu erra deAsia","Los intelec-
tuales, libera les ante la Revolución","Pacif ismo Revolucionario"
y "Por Razones de Estado",son las pri ncipales obras en dondeel
lingüista norteameriC'ano Noam Chomsky expone su pensamien-
to político-socia l.
En "Conocimk·11to y Libertad",anal iza a fondo el pcn. a miento
rnsselliano y aunquese declara partidario de l<>s plan teamientos
del gran intelectua l británico, le hacealgunasobservaciones. Para
Chomsky, resisti r las depredaciones Je las grandes potencias en
Asia, Eu wpa Oricn tnl y en todas parles y resistir a la amenaza
21
gue la dest rucción repreoen ta para la superviv<.?ncia" (28), son l;1
tareas más u rgentes de la luunanidnd .
Siguiendo a Chomsky; habría q ue preguntarse cuá l es el prin-
cipal problema, el dela supervivencia oel de la revolución. Si e
verdad que l a supervivencia es un problema total, que ha oscila-
do entre la coexistencia pacífic.'y la gi.1erra fría, no lo es menos el
problema del cambio radical de la sociedad .
Scpnrar supervivencia de rcvol uciór1seria un contra sentido
porq u e la supervivencia actu a l se mantiene en térm ino de do1ni-
nación y es p roducto del terror atóm.ico;entonces la revol uci ón c:i
necesa ria para cambiar el orden injusto y garantiwr una supen•i-
vencia en la libertad de los pueblos y no en el terror.
La revolución en tendida como un movim iento político parn
transformar d actual sistema de dominación es fundamental, so-
bre todo en los países del Tercer Mundo. Pero esta revolución no
debe limitarse a deten:rünadas regionessino q ue debe ser univer-
sal. En este caso,siguiendo a Chomsky; tanto la lJnión Soviética
como los Estados Unidos podrían ser afectados en el futuro por
una revolución que termine definitivamente con los mecarúsmos
repreivos que existen en ambas sociedades.
Chomsky es uno de los críticos más implacables de la socie-
dad americilna y, en gran parte, de l a cultur<I occidental. los un
humanista profundamenteanti im perialista,un i ntelectual Li beral
que den uncia los mecanismos de opresión de la sociedad norte-
americana, tan to internoscomo externos.
La denuncia de Chomsky,sobre todo en "La Guerra deA ia"
profundjza hasta las en trañas del sistema norteamericano y de la
ideología creada para mantener ese sistema.
En "Conodmknto y Libertad",Chomsky explica que "en u
mayor parte, los que no aceptan la ideologíaoficial nila contribu-
ción al ejercicio del poder del Estado, están deseando acu mu lar
notas a pie de página para los libros de historia, mientra:; pcrmí-
282 -------------rn.-.NC111<.o M11.c) QuF.:sAoA R.Ao...
ten que el E< . itado democrático a.. .cinc y dcl>truya .t i.u antojo:
"Razona cuJnto q uier,)s,pero obedece;ésta es la política de Fede-
rico El Grande, t.ll como la de:.<:ribía Kan t ." (29). Luego agrega:
"loscampc:.ino de Indochina podrían preguntarse con rnzón qué
<.'.lo lo que ha n ga nado ellos con el triunfo de la democracia en
Occidente." (30).
Con 1>.. sta¡, p.llabras,Chomsky po11e en evidencia los fu nda-
men tos que justifican el imperialismo de l.1s l1.1madas sociedades
democrá ticas occidentales y l ibres. Porque el problema no essólo
razonar,es r;i7,ona r para hacer algo y ese algo es luchar por cam-
biar el orden injusto imperante. Decir loque pensamos,hacer cien-
cia y k'Cllologfa, siempre y cuando nuestra crítica libre no vaya
má. allá de la "¡,acrosanta" ley de quienes controla n la ciencia, la
tecnología y la ind ustria para la destrucción y dominación de
nuestra especie.Asf no somos libre<;, no podemos serlo,porque .
nuestra actitud racional y nuestra praxis política Cl>tán limitadas
por formas de coacción efectivas,que son ideológicas (propagan-
da sublimi nal y a lienante), económicas, pol!ticas, culturales y
mili tares.
"L,,guerrn de Asia" es una denuncia heroica contra las atro·
cidadcs del i mperlnlls1110 yanquí en Viet nam. Dicha d enu ncia es
u na sistcmtl tica interpretación de los p l antea mientos del econo-
m i stn b1·itá n ico John Robinson, p11rn qui c11 la c1·u7,ada del
an tí com u n ismo no es sól o u 11a campaña con tra el desarrollo,sino
con t rn los csf uenos de l os mov i mien tos indígenas para
independ izar sus sociedades del sistema mundial integrado,que
en gran parte halla sometido al poder norteamerica no, y para
emplearlos recursosnaturales en función desu propio desarrollo
social y económico.
Además de la t ragedia de Vieniam, Chomsky recuerda otros
hi!chos similarescomolos deJacobo Arbens en Guatemala, Goulart
en Brasil. Ta mbién losde Santo Domingo,Cuba y otrospuntos de
tl'l> Op <" r,, 1•1
(:10) ()J> <IL P'g. 157
lIUll4A ,.U1.t.Cn
28
dominación imperialista en América, Eu ropa,Asia y Africa.
Es, pues, el imperialismo el culpable de la explotación que
ha puesto a l mundo al filo de la supervivencia. Son los gobiernos
que apoyan a ese imperialismo, y que son apoyados por él, los
que a través de una gigantesca propaganda embrutecen las con-
ciencias dormidas para consegui r objeti vos de dominación. Así
se han creado héroes de barro, así se han puesto gobierno. totali-
tarios y gobiernos civiles que son sirvientes. lroiúa del desti no -
dice Chom ky- que el país de la democracia y la libertad decida
!<Obre la ti ra nía en el mundo,ponga y saque gobernan tes;"Trági-
co sino de la humanidad, la libertad está respaldada por los tira-
nos, la razón por la sinrazón, el hu ma nismo por el antihuma-
nismo: (31). Pero no todo está perd ido: Las fuerzas de liberación,
la ra7ón y el humanismo empiezan a remover la capa represiva e
ideológica de lo falso y dnico. Chomsky tiene una esperanza y
cree en el hombre; por eso,su pensamiento se puede sintetizar en
las siguíentes palabras de Russell,que Chomsky asume con de-
vocíón : "En t re tanto, el mundo c1\ el que existimos tiene otros fi-
nes.Pero pasa rá consu mido e11 el fuego de sus propias pasiones
a rdlen les, y de suscc11izns surgi rá u n 1l\ ur1do nuevo y más joven,
hench ido de u na 107.a na cpcra nzn, con l a luz del a manecer en su
mi rnda." (32).
(ll)Op.n1 P'g 186.
1321bta> p•labrat dr RuSl<tl oon <ll>d., por (.,.,.,,,,ky m Coo.xlml<1110 y 11benad. l'.tg 1"7.