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Creamos este blog con el objetivo de difundir estilos artísticos de culturas precolombinas del
territorio Argentino. Los dibujos y símbolos que aparecen en rocas y objetos diversos no son
simples figuras decorativas, responden a ideas concretas, a formas de comunicación, a significados
correspondientes a la cosmovisión de las distintas culturas precolombinas del Territorio Nacional.
La cultura Santa María se desarrolló entre los años 1000 a 1480 de nuestra era , fechas dinámicas
como fruto de nuevas investigaciones y hallazgos arqueológicos y estudios antropológicos que
modifican fechas y lugares. Esta cultura surgió en el valle del mismo nombre en Catamarca; se
extendió por el Cajón, Calchaquí y valles transversales. Su influencia llegó al área de de Andagalá y
Hualfín , incluso hasta el Valle de Catamarca en el sur de la provincia. El
Ampatu (sapo) en la mitología andina popular, se lo relaciona con Pacha – Mama (Madre – Tierra),
en su carácter de germinadora y productora de buenas cosechas, ya que el sapo con sus gritos
pide lluvia. Según un antiguo mito preincaico, la serpiente Amaru maldijo al sapo, por lo cual éste
representa la tierra reseca sufriente por la necesidad de agua. Se suponia que su croar llamaba y
atraía a Mama Huaca, y con ello a las lluvias tan benéficas. La representación de Pacha – Mama
que asume el sapo; se ve reforzada en muchas urnas funerarias de la cultura Santa María donde
aparece su figura. El Sapo o Ampatu era considerado acompañante del hombre durante su viaje
por el kay Pacha o Mundo Terrestre, y tambien muy especialmente por el Uray Pacha o Mundo de
los Muertos: de ahí que se lo considerase animal – fetiche de carácter marcadamente esóterico,
utilizado por los shamanes. La isotérica del sapo depende, en realidad, de las glándulas que tiene
en su piel, la que contiene un alcaloide alucinógeno: la bufoteina (del latín “ bufo”: sapo). Sin duda
se trata de un ciclo mítico en extremo arcaico, varias veces milenario, derivado de la mencionada
actividad psicotrópica de la piel de ese animal, usado en conocimiento o por medio de
aplicaciones locales. Fue animal totémico y sacralizado tanto por las culturas andinas, como por las
amazónicas, y muy especialmente por las pampeanas. En efecto, era reverenciado por los
mapuches , y también por los charrúas. Se prohibía matarlo, ya que se lo consideraba portador de
buenos anuncios, abundante sustento y lluvias benéficas.
Santa María - Suri
La cultura Santa María se desarrolló entre los años 1000 a 1480 de nuestra era , fechas dinámicas
como fruto de nuevas investigaciones y hallazgos arqueológicos y estudios antropológicos que
modifican fechas y lugares. Esta cultura surgió en el valle del mismo nombre en Catamarca; se
extendió por el Cajón, Calchaquí y valles transversales. Su influencia llegó al área de de Andagalá y
Hualfín , incluso hasta el Valle de Catamarca en el sur de la provincia.
El suri (avestruz) Ñandú americano de tres dedos; es una de las grandes sacralidades animales de
los diaguitas preincaicos. Se le rendía culto en ceremonias y rituales y aparece con gran frecuencia
dibujado sobre urnas funerarias, relacionado con el culto a los muertos. Se ha relacionado al
avestruz con la lluvia y la tormenta, ya que la predice y realiza una especie de danza pluvial cuando
siente que va a llover. Pero no hay duda que en las culturas más antiguas del Noroeste el Suri fue
considerado a la vez como metamorfosis de los difuntos, o de los ancestros, o de un chamán
venerado por la comunidad. En nuestro trabajo (Santa María – Suri) el suri representa las dos
grandes regiones: HANAN PACHA (arriba) y URAY PACHA (abajo).
Un principio de las culturas andinas precolombinas fue el de dualidad y oposición, como generador
y organizador del cosmos, formadas por dos fuerzas contrapuestas pero complementarias. La
característica de la dualidad y oposición es la simetría en sus diversas variantes, es decir aquellas
en que la imagen se forma por el enfrentamiento de mitades prácticamente iguales a ambos lados
de un eje central. Estas imágenes duales y opuestas generalmente representan dos aspectos
diferentes de lo mismo, como MASCULINO – FEMENINO JOVEN – VIEJO, DÍA – NOCHE. La dualidad
a través de la bipartición en pares de opuestos, simétricos y complementarios es el sustento de la
concepción andina sobre el origen del cosmos y de sus deidades, basada en la idea de que todo se
forma a partir del desdoblamiento y particiones sucesivas. Nada existe como un ser único ni está
aislado en el universo, todo lo que existe tiene su par, su opuesto complementario.
Con gran influencia desde Bolivia, tuvo su epicentro en la actual Provincia Argentina de Catamarca,
extendiéndose hacia la Provincia de Santiago del Estero, al noroeste y el Territorio Cuyano.
DEIDAD: La pintura representa a un individuo con dos cabezas de felino y sus extremidades
superiores terminan con dos cabezas de la misma especie.
Esta pintura refleja la forma de expresión que utilizaban para manifestar su temor o adoración a
este felino (jaguar).