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SEMANA
TEMA: PRINCIPIOS Y DERECHOS DE LA FUNCIÓN
JURISDICCIONAL CONSAGRADOS EN LA
CONSTITUCIÓN (I).
PRESENTACIÓN
Uno de los temas centrales en materia de Función Jurisdiccional
es el de los principios y derechos de la misma, algunos de los cuales
han sido recogidos en nuestra Carta Magna (art. 139) y que, en la
Constitución anterior eran conocidos como "garantías de la
administración de justicia". Se trata de los criterios rectores que
orientan el desarrollo del servicio de resolución de conflictos en el
Poder Judicial, por lo que resulta imprescindible profundizar en su
análisis.
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SUB-TEMA 1: LA UNIDAD DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL.
PRESENTACIÓN
El primer principio de la función jurisdiccional recogido en la
Constitución es el de la unidad en el desarrollo de la misma (art.
139, inc. 1). Alude fundamentalmente a que los jueces deben
agruparse en un cuerpo unitario sólo al interior del Poder Judicial.
En esa medida, esta idea no propugna la existencia de los Fueros
Privativos o, la acepta sólo como excepción a dicha regla. Por ello,
es menester analizar las dos excepciones permitidas
constitucionalmente al principio de unidad: los Fueros Militar y
Arbitral.
PREGUNTAS-GUÍA:
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1.1.- LA UNIDAD DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL.
' Debe recordarse que la propia Ley de Leyes establece la elección popular de los
jueces de paz no letrados previa ley regulatoria y, faculta a lo mismo respecto de los
jueces de primera instancia (art. 152). Probablemente contemplar en el texto
constitucional este origen de la magistratura en el seno de la democracia directa,
responda a la aspiración de que progresivamente todos los poderes del Estado sean
conformados por miembros escogidos por el pueblo, como ya ocurre con los principales
representantes del Congreso y Poder Ejecutivo.
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1 I
2 Aunque según algunos autores, este carácter absoluto de la cosa juzgada no es tal,
sino que simplemente otorga a la decisión judicial el máximo grado de irrevocabilidad
posible en cada sistema jurídico. Sobre el particular, vid. Juan Luis Requejo Pagés.
Jurisdicción e independencia judicial. Madrid, Centro de Estudios Constitucionales,
1989, p. 90.
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imperium para el cumplimiento obligatorio de sus decisiones3
(MONROY GÁLVEZ, 1996: p. 213).
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mencionada de la jurisdicción como poder. En esa medida,
podríamos concluir que la jurisdicción es un poder porque es
exclusiva de los órganos o colectividades facultadas expresamente
para su ejercicio por la Carta Magna.
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el demandado no discute la pretensión dirigida contra él, porque se
allana, reconoce la pretensión o incurre en rebeldía (Ibid., p. 216).
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En la época de las monarquías absolutistas inmediatamente
previas a la Revolución Francesa, el Rey concentraba todos los poderes
públicos, entre los que estaba la administración de justicia. Esta potestad
era ejercida estratificadamente en virtud de los "fueros" que se
conformaron reflejando las clases y grupos sociales entonces existentes.
Así, los clérigos, nobles y militares estaban adscritos a sus fueros
eclesiástico, real y militar respectivamente, en los que debían ventilarse
cualquier conflicto en el que aquéllos pudieran estar inmersos, no
importando si estaban directamente relacionados al ejercicio de la
función clerical, real o militar (LOVATÓN PALACIOS, 1998: p. 12) ni si
las contrapartes pertenecían o no a dichas instituciones o clases sociales.
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mismos términos el postulado en referencia, siendo ratificado en
las Leyes de Leyes de la pasada centuria (Ibid., p. 13)5.
5 Dicho postulado estuvo previsto en las Constituciones de 1823 (art. 95), 1826 (arts. 97
y 102), 1828 (art. 103), 1834 (arts. 107 y 124), 1839 (art. 126), 1856 (arts. 124 y 129),
1860 (arts. 124 y 128), 1867 (arts. 121 y 126), 1920 (art. 155), 1933 (art. 229) y 1979
(art. 233).
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imparciales. Entonces, la unidad de la función jurisdiccional se tonifica
con la independencia del juez y viceversa, pues no es concebible la
independencia del juez sin la existencia de una jurisdicción ordinaria
como pauta principal (GIMENO SENDRA, 1982: p. 318).
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expresiones de una competencia material exclusiva la primera y, de
un procedimiento de heterocomposición privada la segunda
(MONROY GÁLVEZ, 1996: p. 231).
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Pero, ese no es el único contenido del principio de unidad de
la función jurisdiccional. Además, alude a la configuración del Poder
Judicial como un conjunto orgánico de jueces objeto de un gobierno
común, por lo que aquéllos guardan entre sí una dependencia
jerárquica en el orden administrativo, establecida en leyes y estatutos
internos (OTTO, 1989: pp. 53-54).
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la exigencia de un juez igual en su status a los demás jueces, que
sólo conoce de materias previamente determinadas en la ley y, que
sea designado por ésta en función a reglas generales y
preestablecidas de jurisdicción y competencia. Así, se impide la
constitución de tribunales ad hoc (FERNÁNDEZ SEGADO, 1997:
pp. 147-148) o que los justiciables "escojan" a su juez (como sí es
posible respecto del arbitraje) lo que permitiría el retorno a una
administración de justicia en la que tendrían privilegios los
ciudadanos social y económicamente poderosos.
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relación de género a especie (ANDRÉS Y MOVILLA, 1986: p. 155).
Hay quienes, en sentido opuesto, señalan que la unidad comprende a
la exclusividad de la función jurisdiccional. La unidad englobaría a dos
principios distintos: la exclusividad de la jurisdicción y la unidad en
sentido estricto. El primero supone un monopolio de la función
jurisdicción por los tribunales ordinarios que puede ser ad extra o ad
intra. Lo primero niega la existencia de tribunales no estatales (como
los eclesiásticos o los privados). Lo segundo nos lleva inclusive a no
aceptar el ejercicio de la jurisdicción por tribunales ajenos al Poder
Judicial. Por último, la unidad en sentido estricto propugna la
homogeneidad de los magistrados al interior del propio PoderJudicial
(OTTO, 1989: p.161).
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los marcos legales de la justicia militar a nivel mundial: la perrnanencia
de los órganos jurisdiccionales militares, la intervención del elemento
civil en los mismos, la pluralidad de instancias e integración orgánica
en el fuero común a través de los posibles recursos ante la Corte
Suprema y, las limitaciones de las fuentes de atribución de
competencias al delito militar en forma paralela a la restricción del
concepto del mismo (FERNÁNDEZ SEGADO, 1993: p. 336).
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Además, con el objeto de asegurar la emisión de sentencias
con mayor contenido técnico-jurídico, en los tribunales militares
italianos predominan los oficiales abogados frente a los de armas.
El Tribunal de Apelaciones tiene cinco miembros de los cuales tres
son oficiales abogados. Los magistrados militares tienen el mismo
régimen de los magistrados ordinarios (DEFENSORÍA DEL
PUEBLO, 1998: pp. 13-14).
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de mantener a las Fuerzas Armadas como una eficaz organización
de combate en orden al más exacto cumplimiento de los altos fines
que le asigna la Constitución (FERNÁNDEZ SEGADO, 1997: p. 154).
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Marcial para el juzgamiento determinado, la que puede solicitar al
órgano jurisdiccional la revisión del caso o la modificación del fallo.
Toda persona condenada puede apelar a la Corona para un nuevo
pronunciamiento, conociendo del recurso impugnatorio el Tribunal
de Apelaciones de lo Criminal en la justicia ordinaria, según lo
establece la Courts Martial (Appeals) Act de 1951 reformada en
1968 (DEFENSORÍA DEL PUEBLO, 1998: p. 11).
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disciplinarios de los soldados. Es posible crear tribunales penales
federales castrenses sólo en tiempos de guerra o para militares en
servicio fuera del país (HEYDE, 1996: p. 778). En tiempos de paz,
los delitos militares cometidos por miembros de las Fuerzas
Armadas son conocidos por tribunales ordinarios.
b) Regulación en el Perú.
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"La pena de muerte sólo puede aplicarse por el delito de traición a
la Patria en caso de guerra, y el de terrorismo, conforme a las leyes
y a los tratados de los que el Perú es parte obligada".
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de muerte, hipótesis que por lo ya mencionado es actualmente
remota. Sin embargo, ello es suficiente para afirmar lo anterior e
incardinar nuestro sistema constitucional de justicia militar en el
modelo europeo continental.
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(tres pertenecientes al cuerpo jurídico militar), un fiscal general y un
auditor general. El Consejo adopta sus resoluciones con el voto de
cinco de sus vocales, pues los tres restantes actúan como suplentes
(art. 8). Los Consejos de Guerra y los Consejos Superiores de
Justicia de las Fuerzas Policiales están subordinados al Consejo
antes mencionado, teniendo competencia en la zona judicial
determinada por ley (art. 15). Se componen de tres vocales (uno
perteneciente al cuerpo jurídico militar), un fiscal y un auditor
(pertenecientes también al cuerpo jurídico militar) (art. 22).
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designados por las partes en conflicto (en virtud del correspondiente
compromiso arbitral) sin contar con facultad alguna otorgada por el
Estado (RIVADENEYRA SÁNCHEZ, 1988: p. 11).
Sin embargo, este razonamiento no es suficiente para negar
carácter de "jurisdicción" al arbitraje. Como vimos, también sujetos
privados están investidos por la Carta Magna para administrar
justicia: las autoridades de las comunidades campesinas y nativas
con el apoyo de las rondas campesinas están habilitadas para ejercer
funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial de
conformidad con el Derecho consuetudinario, siempre que no violen
los derechos fundamentales de la persona (art. 149). De modo que,
no sólo los órganos estatales están investidos de jurisdicción.
Además, el arbitraje también está previstoconstitucionalmente como
una "jurisdicción", al igual que los órganos estatales y el supuesto
excepcional antes mencionado.
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