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Química Verde

BREVE HISTORIA:

Hace poco más de 10 años, en 1991, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados
Unidos (EPA), a través de su oficina de prevención de la contaminación, lanzó su
programa "Rutas Sintéticas Alternativas para la Prevención de la Contaminación", una
línea de Financiamiento para proyectos de investigación que incluyan la prevención de
la contaminación en sus rutas sintéticas, caracterizando el nacimiento de la química
verde. Algunos años más tarde, en 1995, el gobierno de los EE. UU. Instituyó el programa
del Presidential Green Chemistry Challenge (PGCC) para recompensar las innovaciones
tecnológicas que podrían implementarse en la industria para su reducción. De residuos
en origen en diferentes sectores de producción. Anualmente, los trabajos se adjudican
en cinco categorías: académico, pequeña empresa, rutas sintéticas alternativas,
condiciones de reacción alternativas y diseño de productos químicos más seguros. Se
establecieron premios similares en varios países, como Inglaterra, Italia, Australia y
Alemania. En 1993, en Italia, se estableció el Consorcio Químico Universitario para el
Medio Ambiente (INCA), con el objetivo de reunir a los grupos académicos involucrados
en la química y el medio ambiente; Una de sus áreas de acción es la prevención de la
contaminación a través de investigaciones sobre reacciones, productos y procesos más
limpios. Cada año, INCA promueve su Escuela Internacional de Verano en Química
Verde, que ha contado con la participación de jóvenes químicos de 20 países diferentes.
En 1997, se creó el "Green Chemistry Institute" (GCI), que desde enero de 2001 trabaja
en asociación con la American Chemical Society (ACS). También en septiembre de 1997,
la IUPAC (Unión Internacional para la Química Pura y Aplicada) organizó su Primera
Conferencia Internacional en "Química Verde" en Venecia; en julio de 2001 aprobó la
creación del Subcomité Interdivisional de "Química Verde" y en septiembre del mismo
año se celebró el Taller sobre Educación en "Química Verde" de IUPAC9. En 2001, la XIV
Conferencia CHEMRAWN ("La investigación química aplicada a las necesidades del
mundo") se celebró en la Universidad de Colorado (EE. UU.), Cuyo tema fue la búsqueda
de productos y los procesos ambientales benignos. Este evento, organizado por IUPAC,
ACS y GCI, tuvo más de 140 artículos relacionados con el tema.
La literatura sobre química verde se ha difundido rápidamente a través de libros,
publicaciones periódicas y publicaciones directas en Internet. En 2009 y 2013, la IUPAC
publicó números especiales de Química pura y aplicada dedicados a la química verde. El
número de artículos que abordan el tema o que involucran tecnologías más limpias ha
aumentado en la literatura primaria y esta tendencia ha llevado a la Real Sociedad
Británica de Química (RSC) a lanzar la revista bimestral "Green Chemistry", que Publica
artículos que describen aspectos químicos de tecnologías limpias. Estos hechos
recientes, junto con el creciente número de países que están implementando políticas
para alentar las tecnologías verdes, para la realización de decenas de eventos anuales
que abordan la química autosuficiente, así como la tendencia mundial en la reducción
de emisiones industriales, nos llevan a creer que Brasil No puedes quedarte atrás en esta
carrera.

En este documento, presentaremos los 12 temas principales de la química verde, y


discutiremos brevemente los ejemplos que usan técnicas que usan reactivos y solventes
convencionales, o que consumen cantidades excesivas de energía para la producción (y
el tratamiento de desechos). De manera rentable, mediante técnicas limpias, benignas
para el medio ambiente.

DEFINICIÓN:

La química verde (también llamada química sostenible) consiste en una filosofía química
dirigida hacia el diseño de productos y procesos químicos que implica la reducción o
eliminación de productos nocivos (para los materiales, las personas y el medio
ambiente. Este concepto, que también se puede atribuir a la tecnología limpia, ya es
relativamente común en aplicaciones industriales, especialmente en países con una
industria química altamente desarrollada y que tiene un control estricto sobre la emisión
de contaminantes y se está incorporando gradualmente al entorno académico, y la
investigación.

Esta poderosa idea ética y política representa el supuesto de que los procesos químicos
que generan problemas ambientales pueden ser reemplazados por alternativas menos
contaminantes o no contaminantes. Tecnología limpia, prevención primaria, reducción
en la fuente, química ambientalmente benigna o química verde son términos que han
llegado a definir esta idea importante. La "química verde", el término más utilizado hoy
en día, fue adoptada por la IUPAC, quizás porque es la más fuerte entre las demás, ya
que asocia el desarrollo en química con el objetivo cada vez más buscado por el hombre
moderno: el desarrollo autosuficiente. En este artículo, usaremos la traducción literal,
química verde, para el término en inglés "química verde".

Es necesario distinguirla de la química ambiental, que estudia el comportamiento de los


compuestos químicos (naturales o sintéticos) en el medio ambiente. También hay que
destacar que la química sostenible tiene un carácter preventivo (evitando, en la medida
de lo posible, la generación de productos peligrosos), mientras que la remediación
medio ambiental se dirige hacia la eliminación de productos dañinos que ya se han
vertido a la naturaleza.

La química verde o sostenible se trata de aplicar en distintos ámbitos de la química tales


como la química orgánica, la química inorgánica, la bioquímica, la química analítica, la
química física, la química farmacéutica, la ingeniería química, o la ciencia de polímeros.
La denominada química click se enmarca dentro de los principios de la química verde o
sostenible, ya que busca la máxima eficiencia atómica de los procesos y el minimizar el
número de pasos para lograr cierto producto.

Aunque el empleo por primera vez del término "química Verde" ha sido asignado a Paul
Anastas en 1991, parece que el término ya había sido empleado con anterioridad, como
por el investigador Trevor Kletz lo uso en 1978 en un artículo en el que se instaba al uso
responsable de procesos químicos y búsqueda de procesos sostenibles.

Actualmente sus bases se resumen en 12 principios. La química sostenible se centra en


las reacciones y procesos que se llevan a cabo en la industria química e industrias afines.
Los productos o procesos de la química verde se pueden dividir en tres categorías
amplias:
 el uso de fuentes renovables o recicladas de materias primas;
 mayor eficiencia energética, o el uso de menos energía para producir la misma
o mayor cantidad de producto;
 Evitar el uso de sustancias persistentes, bioacumulables y tóxicas.

Doce principios de la química verde

Paul Anastas, de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, y John C.


Warner desarrollaron doce principios de la química verde, que ayudan a explicar el
significado de la definición en la práctica. Los principios cubren conceptos como:

 Prevención. Es mejor prevenir la formación de residuos que tratar de limpiar tras


su formación.
 Eficiencia atómica. Los métodos sintéticos deben ser diseñados para conseguir
la máxima incorporación en el producto final de todas las materias usadas en el
proceso.
El uso principal de este parámetro es adaptar la secuencia de reacciones de una
síntesis de forma que las transformaciones con baja economía atómica se limiten
al mínimo, para evitar la generación de subproductos que deberán separarse, y
eventualmente tratarse o disponerse.
Por ejemplo, el poli(metacrilato de metilo) se utiliza en la fabricación de resinas
y plásticos. La síntesis tradicional del monómero —metacrilato de metilo— usa
como reactivos acetona y cianuro de hidrógeno, seguidos por la hidrólisis ácida
y la esterificación.
 Síntesis segura. En cuanto posible, se deben diseñar metodologías sintéticas para
el uso y la generación de sustancias con escasa toxicidad humana y ambiental.
Siempre que sea posible, los métodos de síntesis deberán diseñarse para utilizar
y generar sustancias que tengan poca o ninguna toxicidad, tanto para el hombre
como para el medio ambiente.
Dos ejemplos de este principio incluyen reacciones que utilizan fosgeno, y que
han sido modificadas para utilizar reactivos con poca toxicidad.
 La síntesis de policarbonato, que tradicionalmente se lleva a cabo a
partir de bisfenol A con fosgeno; la opción verde incluye
difenilcarbonato.

 La síntesis tradicional de dimetilcarbonato, que se utiliza como agente


alquilante, también utiliza fosgeno:

Se han propuesto las siguientes síntesis verdes:

 Productos seguros. Se deben diseñar productos químicos que, preservando la


eficacia de su función, presenten una toxicidad escasa.
El diseño de productos químicos supone un propósito de aplicación con el que
se debe evaluar su desempeño. Sin embargo, tan importante como este aspecto
es su impacto potencial en la salud humana y en el medio ambiente. Los tres
aspectos deben tener la misma importancia en la evaluación, que debe llevar a
la elección de un producto, donde los aspectos económico, social y ecológico
permiten tomar una decisión sustentable.
Un ejemplo es el óxido de tributil estaño, un producto antiadherente utilizado
en pinturas para evitar la incrustación de organismos en superficies metálicas,
por ejemplo, en los barcos. Es un compuesto con vida media en el agua de mar
superior a seis meses, su capacidad de bioconcentración (es decir, la capacidad
de incrementar progresivamente la cantidad que se acumula en los tejidos de
algún organismo vivo sin causarle un daño) es alta (104) y causa toxicidad
crónica, por lo que afecta mucho a la fauna marina.

El compuesto que lo ha sustituido es el Sea-Nine™ (4,5-dicloro-2-N-octil-4-


isotiazolin-3-ona), que no provoca toxicidad crónica y sufre una rápida
biodegradación para generar productos no tóxicos (vida media < 1 h) y su
capacidad de bioconcentración es baja (13). Esta sustancia fue desarrollada por
Rohm and Haas y fue ganadora del Programa Presidencial de Premios a los Retos
de la Química Verde en 1996.

 Disolventes seguros. Las sustancias auxiliares (disolventes, agentes de


separación, etc.) deben resultar innecesarias en lo posible y, cuanto menos
deben ser inocuas.
Los disolventes son importantes como medio de reacción y en los procesos de
purificación. Muchos de ellos presentan riesgos a la salud humana y al medio
ambiente, en especial por su volatilidad. Por ello, una de las áreas más
importantes de la química verde es la eliminación o reemplazo por disolventes
no peligrosos que tengan un impacto ambiental limitado. Entre los disolventes
tradicionales que cumplen con estas características se encuentran los siguientes:
acetona, etanol, metanol, isopropanol, hexano, ácido acético y acetato de etilo
(Doxsee y Hutchison, 2005). Sin embargo, se ha desarrollado reacciones que se
llevan a cabo sin disolventes, y también disolventes alternativos como los
siguientes:
 agua
 líquidos iónicos
 sistemas bifásicos basados en compuestos fluorados
 fluidos supercríticos, como el CO2
disolventes biodegradables
 bio-solventes
 Eficiencia energética. Las necesidades energéticas deben ser consideradas en
relación a sus impactos ambientales y económicos. Los métodos sintéticos deben
ser llevados a temperatura y presión ambiente.
El desarrollo de métodos que cumplan con este principio ha llevado al desarrollo
de metodologías que permiten el calentamiento del medio de reacción en muy
poco tiempo a través del uso de microondas, infrarrojo y ultrasonido. Por
ejemplo, la reacción de Suzuki (13) (Kabalka et al., 2000) requiere sólo dos
minutos con radiación microondas y es también una reacción sin solvente:

 Fuentes renovables. Las materias de partida deben ser renovables y no


extinguibles, en la medida que esto resulte practicable técnica y
económicamente.
La naturaleza produce la mayor parte de las 170 × 109 toneladas de biomasa
cada año por el proceso de fotosíntesis, 75% de las cuales pueden asignarse a
carbohidratos. Los humanos sólo aprovechamos el 3-4% como alimento o para
procesos no alimenticios. Dos tipos de azúcares están presentes en la biomasa:
las hexosas, entre las cuales la glucosa es la más abundante, y las pentosas, en
especial la xilosa. Hay dos maneras de transformar los azúcares a bioproductos:
los proceso químicos y los fermentativos (Clark et al., 2006b; Corma et al., 2007;
Gallezot, 2007).
 Evitar derivados. La formación innecesaria de derivados (bloqueo de grupos,
protección/desprotección, modificación temporal de procesos físicos/químicos)
debe ser evitada en cuanto sea posible.
Un ejemplo es la siguiente reacción, que evita la formación del cloruro de ácido
como intermediario para la síntesis de la amida:

 Catalizadores. Los reactivos catalíticos (tan selectivos como sea posible) son
superiores a los estequiométricos.
Entre los catalizadores más útiles empleados por la química verde se encuentran
las enzimas, que:
a) tienen una muy alta selectividad, lo que reduce los desechos generados.
b) pueden actuar en compuestos específicos aunque estén en una mezcla, lo que
reduce el requerimientos de separaciones cromatográficas o de otro tipo.
c) requieren condiciones suaves de reacción en comparación con métodos
sintéticos tradicionales, lo que también disminuye los requerimientos
energéticos.
El área de la biocatálisis en medios no acuosos se ha extendido mucho, por
ejemplo, utilizando líquidos iónicos, CO2 supercrítico y solventes fluorosos. Entre
las enzimas más versátiles utilizadas para la síntesis orgánica se encuentran la α-
quimotripsina y lipasas para reacciones de transesterificación (Nara et al., 2002)
y resolución de modificaciones racémicas, y las lacasas para reacciones redox
(Riva, 2006).
 Biodegradabilidad. Los productos químicos han de ser diseñados de manera que,
al final de su función, no persistan en el ambiente, sino que se fragmenten en
productos de degradación inerte.
Una aplicación de este principio es el desarrollo de polímeros biodegradables
que están diseñados para sustituir a los plásticos tradicionales, que son
persistentes en el medio ambiente. Se sintetizan a partir de biomoléculas
abundantes en la naturaleza, unidas por enlaces que pueden ser hidrolizados por
los sistemas enzimáticos de los microorganismos presentes en el suelo.
El ácido poliláctico y el poliaspártico son ejemplos de este tipo de plásticos y se
muestran a continuación:

La síntesis del ácido poliláctico a partir de ácido láctico directamente y con un


catalizador de estaño, permite un mejor control del peso molecular y mereció el
premio de la EPA para la compañía Cargill Dow LLC (ahora NatureWorks LLC) en
2002. Se utiliza para fibras y materiales de empaque.
En cuanto al ácido poliaspártico, puede sustituir al poliacrilato y usarse como
dispersante, antiincrustante o superabsorbente. Fue desarrollado por la
empresa Donlar Corporation, por la que recibió el premio EPA en 1996.
 Polución. Se deben desarrollar las metodologías analíticas que permitan el
monitoreo a tiempo real durante el proceso y el control previo a la formación de
sustancias peligrosas.
 Prevención de accidentes. Las sustancias y las formas de su uso en un proceso
químico, deben ser elegidas de manera que resulte mínima la posibilidad de
accidentes.
Acciones para el futuro

La auténtica Química Verde está concebida para eliminar o por lo menos disminuir las
fuentes de contaminación con la intención de que los nuevos productos y procesos no
pongan en peligro cualquier forma de vida. Sin embargo, la naturaleza es un sistema
muy complejo lleno de equilibrios frecuentemente muy sensibles, por lo que es
necesario lograr un nivel integral de conocimientos multidisciplinarios.

Combinar la ciencia y la tecnología con la protección de la naturaleza, de la cual


formamos parte, es uno de los muchos retos a los que todo el mundo debe enfrentarse.
La química juega un papel clave en la investigación y establecimiento de las condiciones
necesarias para lograr un desarrollo sustentable, lograr nuevos enfoques holísticos para
la resolución de estos problemas y evitar causar nuevos problemas hasta ahora
desconocidos.

En los próximos años, los conceptos de Desarrollo Sustentable y de Química Verde


continuarán tomando un lugar cada vez más importante dentro de sectores como el
industrial, el gubernamental y hasta el social, para lograr de esta manera, decisiones
más favorables para el ambiente y el futuro de la humanidad. En nuestro país y
desgraciadamente también en muchos otros países del mundo, las principales barreras
son la falta de información, causando un desarrollo insuficiente de una conciencia
ambiental, inversiones insuficientes o inadecuadas, así como la lenta transición entre
los sectores académico e industrial, aunque ya existen institutos, organizaciones y
empresas que buscan innovar y aplicar la Química Verde.

La mayoría de los éxitos de la Química Verde en las últimas dos décadas están
relacionados con la minimización de residuos y entre los retos de la Química Verde a
futuro es que los químicos logren que las propiedades moleculares sean lo
suficientemente controlables para que minimicen los riesgos de los productos químicos
a utilizar. Otros retos son lograr métodos de síntesis alternativos para reducir consumo
de energía, obtener materiales que disminuyan la dependencia de recursos fósiles y
utilizar controladamente materias primas basadas en fuentes biológicas.

Por otra parte, el asunto de la sustentabilidad del ambiente requiere “soluciones


científicas” para la investigación y desarrollo de materiales y procesos más benignos
para el ambiente, y “soluciones políticas” para la reglamentación y regulación del
cuidado del mismo.
Bibliografia

 Horvath, I; Anastas, P. T. (2007). "Introduction: Green Chemistry". Chem. Rev.,107,


2167- 2168.
 http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0100-40422003000100020
 http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-
893X2009000400004
 https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0187893X14705245

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