Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
1
la gente no pudo sino llorar consagrándose al Señor Dios de
sus antepasados y su propio Dios. Habían comprendido bien la
lección.
¿Qué enseñas a tus alumnos? ¿Qué quieres que entiendan y
apliquen? Seguramente muchas materias, modos y formas de
alcanzar el éxito en la vida, querido maestro, en medio de tanta
ciencia, no te olvides que la mejor clase es aquella que llevará
a tu amado alumno a la vida plena, a la sabiduría espiritual y a
la personalidad que sabe temer a Dios.
¿Qué materias puedes añadir? He aquí algunas:
1. Temor a Dios. Salmo 34:11 “voy a enseñarles el temor del
Señor”.
2. El Camino. Salmo 51:13 “Así enseñaré a los transgresores
tus caminos, y los pecadores se volverán a ti”. Un estilo de vida
propiamente cristiano.
3. Cómo responder. Proverbios 22:21 “Son para enseñarte
palabras ciertas y confiables, para que sepas responder bien a
quien te pregunte”. Sepan dar razón ciertísima de su fe.
4. Discernimiento. Ezequiel 44:23 “Deberán enseñarle a mi
pueblo a distinguir entre lo sagrado y lo profano, y mostrarle
cómo diferenciar entre lo puro y lo impuro”. Que sepan a
diferenciar las cosas, cuál es el comportamiento correcto.
Feliz día queridos maestros, no se dejen desanimar por las
muestras de ingratitud, no se frustren por las debilidades de sus
alumnos, sean perseverantes y Dios quien ama tu fidelidad, te
dará la corona de la vida.
3
confiables para nuestra instrucción como hijos de Dios y de su
reino.
En Juan 13:3-5, lo que primeramente llama la atención no es su
humildad al ponerse a lavar los pies de sus discípulos, sino el
hecho de que a pesar de que sabía que “el Padre le había dado
todas las cosas en las manos”, aun así se comportó con
humildad. Su autoridad no la llevó a cometer abusos, sino a ser
humilde en sus acciones que son ejemplo para los que solemos
caer en el orgullo y la vanagloria.
Lo que es común para una persona que cada vez recibe una
mayor autoridad, es hacerse de personas a quienes les delegue
estratégicamente trabajos que demandan fuerzas, y el que está
en autoridad se queda únicamente con la responsabilidad
administrativa haciendo uso de su autoridad.
Este sí es “el Maestro” humilde dispuesto a mancharse las
manos con nosotros los pecadores no importando qué tan alto
u honorífico sea su título.