Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Con el nombre de Revolución Industrial se designa a un conjunto de transformaciones que se dieron desde la segunda mitad
del siglo XVIII en la forma de trabajar y producir. Aunque se inició simplemente como una serie de mejoras técnicas destinadas
a producir más y mejor, sus consecuencias se dejaron sentir pronto en toda la forma de vida de la sociedad, europea primero
y mundial después. El mundo en el que vivimos no sería el mismo sin la Revolución Industrial.
I. CARACTERÍSTICAS ESENCIALES
Podemos decir, que la Revolución Industrial se manifestó de forma visible en las innovaciones introducidas en el sistema de
producción y en el empleo de nuevas fuentes de energía:
La novedad principal fue la aparición del maquinismo, término que no significa que antes no se utilizasen máquinas, sino que
éstas, que hasta entonces solo auxiliaban al obrero, ahora se convierten en las protagonistas del proceso. Con la Revolución, la
máquina desplaza al hombre, y la producción artesanal es sustituida por la mecanizada.
Otro cambio fue el eclipse de los pequeños talleres, que hasta entonces eran los centros donde se desarrollaba la producción.
De aquí en adelante ésta se realizará en grandes establecimientos donde laboran gran número de obreros con maquinarias.
Surgen así las fábricas, en las que cada trabajador se especializa en una parte de la producción: es la división del trabajo.
Además, se fue difundiendo el uso de un artefacto desarrollado recientemente por James Watt, la máquina de vapor (no fue la
primera, pero sí la primera que pudo ser utilizada eficientemente). Esta novedad pronto fue utilizada para mover maquinarias en
diversos campos, desde la producción textil hasta la minería y los transportes.
Un último elemento es que la industrialización dio origen a la producción moderna, con grandes cantidades de mercaderías en
poco tiempo y con las mismas características, pues, como comprenderás, las máquinas requerían y requieren, aun hoy, de piezas
que puedan ser sustituidas por otras iguales si llegan a averiarse. Es la producción en masa y en serie.
II. ORIGEN DE LA REVOLUCIÓN
Todos estos elementos aparecieron en primer lugar en Inglaterra, cuna de la Revolución. Esto fue así por ciertas condiciones que
reunía aquel país:
Tras la Guerra de los Siete Años, que ya estudiamos, se había convertido en dueña de los mares y del próspero comercio con
las colonias. Eso quiere decir que pasó a ser la principal beneficiaria del activo tráfico de productos, como azúcar, algodón, café,
tabaco, etc. Así, los hombres de negocios ingleses acumularon los medios que luego les permitieron financiar la Revolución.
Al mismo tiempo, las poblaciones inmensas de países como la India significaban grandes posibilidades de comerciar y
enriquecerse, lo que impulsó a los hombres de negocios británicos a buscar formas de producir más y más pronto, para vender
en aquellos lejanos países.
El propio gobierno británico fue desde el principio un firme aliado de los hombres de negocios, cuyos intereses defendió
resueltamente en guerras contra las otras potencias europeas. La misma belicosidad de la época estimuló la innovación en las
industrias de armamentos, del hierro y de construcciones navales.
En las islas británicas, la población y el nivel de vida fueron en aumento a lo largo del siglo XVIII. Habitantes más numerosos y
más prósperos daban a los comerciantes la seguridad de que habría quién absorbiera la producción de las industrias si el comercio
exterior llegase a fallar.
III. GRAN BRETAÑA, CUNA DE LA REVOLUCIÓN
Todas estas razones explican el precoz desarrollo industrial en Inglaterra. Más tarde empero otros estados le siguieron
los pasos, como Bélgica y Francia, y luego los estados alemanes, así como EEUU y Japón.
IV. PRINCIPALES SECTORES INDUSTRIALES
El sector textil fue el que alcanzó la expansión más importante en la Primera Revolución Industrial, y en el que se
produjeron rápidas y constantes mejoras, como la introducción de máquinas de hilar y de tejer. Una de las novedades
más importantes en esta industria fue la utilización cada vez mayor de algodón, que desplazó completamente a la lana
como principal materia prima.
Al mismo tiempo, la industria de los transportes y las comunicaciones experimentaron notables progresos, con la aparición
del barco a vapor, la locomotora y el telégrafo. De ellos, fue la locomotora la que alcanzó un éxito más inmediato y se
convirtió pronto en uno de los símbolos universales de los nuevos tiempos: durante el siglo XIX era posible reconocer a
los países más avanzados por su densa red ferroviaria.
La proliferación de ferrocarriles, de locomotoras y de máquinas, en general, dio fuerte impulso a la industria siderúrgica,
es decir, a la producción de enormes cantidades de hierro y acero. Novedosos procedimientos permitieron entonces a los
industriales disponer de estos metales con una pureza antes impensada. Los altos hornos que funcionaban en las
fundiciones utilizaban como combustible principal coque, extraído de un carbón mineral llamado hulla.