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A.

DERECHOS HUMANOS
1. ASPECTOS GENERALES.

1.1 PRINCIPIOS RECTORES: UNIVERSALIDAD,


INTERDEPENDENCIA, INDIVISIBILIDAD Y PROGRESIVIDAD.

A. PRINCIPIO DE UNIVERSALIDAD.

Los derechos humanos corresponden a todas las


personas por igual, sin discriminación alguna, de ello se
desprende el principio de universalidad. Todas las personas son
titulares de todos los derechos humanos, en eso consiste el
principio de universalidad, estrechamente relacionado con los
derechos a la igualdad y a la no discriminación.1

Los derechos humanos son exigencias éticas


justificadas especialmente importantes por lo que deben ser
protegidas eficazmente a través del aparato jurídico. Las
características de justificación ética y especial relevancia
conllevan la necesidad de que sean reconocidos y garantizados
por el aparato jurídico, de lo contrario sólo tendrían la fuerza moral
proveniente del orden normativo moral, pero no una eficaz
garantía de los mismos. Los derechos humanos como derechos
subjetivos y como exigencias éticas justificadas, junto con su
subyacente promesa de futuro, nos permiten entender la fuerza
emancipadora de esta articulación: cuando una persona presenta
un discurso en términos de derechos, lo que está exponiendo es
una demanda que considera legítima. Los derechos humanos
como derechos subjetivos son demandas moralmente sustentadas
en pretensiones de legitimidad. El reconocimiento de los derechos
humanos como "exigencias éticas justificadas y especialmente
importantes" es también lo que sostiene la idea de universalidad.2

"[…] los derechos humanos son inherentes al hombre, lo


que implica que le son debidos por su propia naturaleza. Se trata
de derechos que tiene su origen en la dignidad de la persona, y es
por eso que la pertenencia a la especie humana es condición
suficiente para disfrutar de ellos […] El carácter universal de los
derechos humanos implica, entonces, que todos los miembros de
1
1 Definición tomada de la obra intitulada Los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad de los derechos humanos, Primera Edición, Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, México, 2016, página 9.

2
2 Definición tomada del trabajo intitulado Principios y obligaciones de derechos humanos:
los derechos en acción, elaborado por Daniel Vázquez y Sandra Serrano, Primera Edición, Suprema Corte
de Justicia de la Nación y otros, México, 2013, página 15.

1
2

la especie humana, sin importar su sexo, edad, raza, lugar de


residencia, nacionalidad, religión, situación económica o cualquier
otra condición semejante, gozan de ellos; pues es su calidad de
personas, amén de cualesquiera otras cualidades o
características, la que los hace sujetos activos de dichos
derechos"3

TESIS RELACIONADAS CON EL PRINCIPIO DE


UNIVERSALIDAD.

Época: Décima Época


Registro: 2013283

ALEGATOS EN EL JUICIO CONTENCIOSO


ADMINISTRATIVO FEDERAL. LA OMISIÓN DE LA SALA
REGIONAL DEL TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA FISCAL Y
ADMINISTRATIVA DE PRONUNCIARSE SOBRE ÉSTOS, EN
LOS QUE SE INVOCARON PRECEDENTES EMITIDOS POR LA
PROPIA SALA, NO CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN QUE DEJE
SIN DEFENSA A LA PARTE QUE LOS FORMULÓ.

Conforme al artículo 47 de la Ley Federal de


Procedimiento Contencioso Administrativo, en su texto anterior a
la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 13 de
junio de 2016, las Salas Regionales del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa (actualmente Tribunal Federal de
Justicia Administrativa) deberán considerar en sus sentencias los
alegatos presentados en tiempo por las partes, pero sólo los
alegatos de bien probado, es decir, aquellos en que se
controvierten los argumentos de la contestación de la demanda o
se objetan o refutan las pruebas ofrecidas por la contraparte. Por
tanto, la omisión de la Sala Regional del referido Tribunal de tomar
en consideración, en la sentencia, los alegatos formulados en el
contencioso administrativo federal, a través de los que se solicitó
tomar en cuenta un precedente que ésta había emitido, al resolver
la misma problemática, no constituye una violación que deje sin
defensa a la parte que los formuló, ya que esos planteamientos no
constituyen alegatos de bien probado.

Contradicción de tesis 24/2016. Tesis y criterios


contendientes:

Tesis X.2o.(XI Región) 2 A (10a.), de rubro:

"ALEGATOS EN EL JUICIO CONTENCIOSO


ADMINISTRATIVO FEDERAL. SI EN EL ESCRITO RELATIVO EL
ACTOR SOLICITÓ OPORTUNAMENTE A LA SALA QUE
TOMARA EN CONSIDERACIÓN UNO DE SUS PRECEDENTES

3
3 Concepto tomado del libro Derechos Humanos. Parte General, primera edición, México,
Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013, página 37
QUE RESOLVIÓ LA MISMA PROBLEMÁTICA PLANTEADA, Y
NO OBSTANTE ELLO, PRESCINDE DE SU ANÁLISIS Y DICTA
LA SENTENCIA RESPECTIVA, EN ATENCIÓN A LA GARANTÍA
DE SEGURIDAD JURÍDICA Y AL PRINCIPIO DE
UNIVERSALIDAD, TAL OMISIÓN TRANSGREDE LAS NORMAS
DEL PROCEDIMIENTO EN SU PERJUICIO, LO QUE AMERITA
SU REPOSICIÓN.", aprobada por el Segundo Tribunal Colegiado
de Circuito del Centro Auxiliar de la Decimoprimera Región, con
residencia en Coatzacoalcos, Veracruz, y publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Libro XVI, Tomo 3, enero de 2013, página 1889, y

Época: Décima Época


Registro: 2010088

ATENTADO CONTRA LA SEGURIDAD DE LA


COMUNIDAD. LA REDACCIÓN DEL ARTÍCULO 171 QUÁTER,
FRACCIÓN I, DEL CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO DE
TAMAULIPAS, REFORMADO MEDIANTE DECRETO No. LXII-
256, PUBLICADO EN EL PERIÓDICO OFICIAL DE ESA
ENTIDAD EL 9 DE JULIO DE 2014, QUE PREVÉ EL DELITO
RELATIVO, GENERA INSEGURIDAD JURÍDICA.

El precepto indicado, al prever que comete el delito de


atentado contra la seguridad de la comunidad quien sin causa
justificada posea o porte, en su persona, en el vehículo en el que
se encuentre o se le relacione con éste, o en el lugar donde se le
capture, uno o varios instrumentos fabricados con clavos, varillas
o cualquier otro material, que puedan ser utilizados para dañar o
impedir el paso de los vehículos conducidos por particulares o por
los elementos de las fuerzas armadas o las instituciones de
seguridad pública, pretendió proteger como bien jurídico "la
seguridad de la comunidad", empero, su redacción genera
inseguridad jurídica en la propia comunidad que quiso proteger, ya
que es común que cotidianamente por las calles transiten
personas que por razón de su profesión, trabajo, oficio o
actividades recreativas posean o porten uno o varios instrumentos
fabricados con clavos o varillas, y peor aún, se añade vagamente
que con "cualquier otro material", sin tener el propósito delictivo
que pretendió desalentar el legislador al sancionar penalmente la
conducta consistente en que a través de su utilización puedan
dañar o impedir el paso de los vehículos conducidos por
particulares o por los elementos de las fuerzas armadas o las
instituciones de seguridad pública; además, se corre el riesgo de
que cualquier persona, por el simple hecho de poseer o portar
esos instrumentos, sea objeto de abusos o arbitrariedades por
parte de la autoridad, lo que podría incidir en la violación de sus
derechos humanos, resguardados por el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo
párrafo tercero es claro al disponer que todas las autoridades, en
el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de

3
4

conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,


indivisibilidad y progresividad; y la actividad legislativa no escapa
a tal mandato, de manera que al redactarse los tipos penales debe
cuidarse de no incurrir en imprecisiones excesivas o irracionales,
es decir, en un grado de indeterminación tal que provoque en los
destinatarios confusión o incertidumbre por no saber cómo actuar
ante la norma jurídica.

Acción de inconstitucionalidad 95/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2007289

MULTA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 260, FRACCIÓN


IV, DE LA LEY DE AMPARO. SU IMPOSICIÓN POR EL
TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO NO ESTÁ
CONDICIONADA A REQUERIMIENTO NI APERCIBIMIENTO
PREVIOS A LA AUTORIDAD RESPONSABLE EN EL JUICIO
DE AMPARO DIRECTO (LEGISLACIÓN DE AMPARO VIGENTE
A PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE 2013).

La referida sanción se prevé para los casos en que tal


autoridad no trámite la demanda de amparo o no remita con la
oportunidad debida y en los plazos previstos por la propia Ley de
Amparo, las constancias conducentes al caso. Ahora bien, el
numeral 260, fracción IV, de la Ley de Amparo que prevé esa
multa, debe interpretarse en relación con el artículo 178 del propio
ordenamiento, pues en éste se precisaron ciertos deberes
procesales impuestos por el legislador a la autoridad responsable
que recibe una demanda de amparo directo. La finalidad u objeto
de la multa en comento no es obtener el cumplimiento de los
deberes procesales que impone a la responsable el referido
artículo 178, sino sancionar su inobservancia. Además, su
naturaleza jurídica no es la de una medida de apremio o de una
corrección disciplinaria, sino una sanción, pues no deviene de un
mandato del órgano de control constitucional, ni se encamina a la
preservación del orden o respeto en un juicio, sino que constituye
una consecuencia jurídica que resulta del desacato a un mandato
directo de la Ley de Amparo, cuyo conocimiento sí es previo para
la autoridad responsable. Por ello, aun cuando la finalidad de los
órganos de amparo no es erigirse como meros sancionadores, per
se, sino como guardianes del orden constitucional, en principio, la
referida multa debe imponerse, de oficio y de manera general,
ante el solo hecho de que se haya materializado el supuesto
correlativo de infracción a la ley; sin que en modo alguno deba
condicionarse su imposición a requerimiento o apercibimiento
previos a la autoridad responsable, para el caso de que incumpla
con lo mandado en el artículo 178 de la propia ley de la materia,
pues es claro que si éste ya quedó inobservado y no se acató en
sus términos en su debida oportunidad, la sanción deviene
condigna, porque al desatenderse lo dispuesto en dicho precepto
se genera un obstáculo para el acceso a la prosecución de la
instancia constitucional y, en consecuencia, al dictado de la
sentencia correspondiente que resuelva su planteamiento por la
Justicia de la Unión, con franca infracción a lo dispuesto en el
numeral 17 constitucional, al afectar el derecho del gobernado a
que se le administre justicia por tribunales que deben estar
expeditos para impartirla dentro de los plazos y términos que se
fijen en las propias leyes. De sostenerse criterio opuesto, se
soslayaría el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, en cuanto impone a todas las autoridades, que
en el ámbito de sus competencias, promuevan, respeten, protejan
y garanticen los derechos humanos de conformidad con los
principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad; además de desatender el lineamiento que ese
mismo precepto constitucional prevé, en el sentido de que el
Estado debe prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos, en los términos que
establezca la ley.

Contradicción de tesis 431/2013.

B. PRINCIPIO DE INTERDEPENDENCIA.

Los derechos humanos son interdependientes en tanto


establecen relaciones recíprocas entre ellos, y son indivisibles en
la medida en que no deben tomarse como elementos aislados o
separados sino como un conjunto4

Los derechos humanos son interdependientes en tanto


que establecen relaciones recíprocas entre ellos. La
interdependencia señala la medida en que el disfrute de un
derecho en particular o un grupo de derechos dependen para su
existencia de la realización de otro derecho o de otro grupo de
derechos. La interdependencia comprende, por lo menos, un par
de relaciones donde: a) un derecho depende de otro (s) derecho
(s) para existir, y b) dos derechos (o grupos de derechos) son
mutuamente dependientes para su realización. En ese sentido, el
respeto, garantía, protección y promoción de un derecho tendrá
impacto en los otros y/o viceversa. De tal forma, la protección del
derecho a la salud no puede quedar al margen de una revisión de
otros derechos condicionantes como la alimentación y el acceso al
agua. Otro ejemplo, los derechos políticos (a votar, ser votada o
votado, dirigir los asuntos público y participar en la función
pública) no deben mirarse de manera independiente de los

4
4 Definición tomada del trabajo intitulado Los principios de Universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. Apuntes para su aplicación práctica, elaborado por Luis Daniel
Vázquez y Sandra Serrano, consultable en www.juridicas.unam.mx.

5
6

derechos a la libertad de asociación, libertad de expresión y a la


igualdad y no discriminación.5

"Los derechos humanos hacen referencia a ciertos


bienes primarios constitutivos de lo que se considera dignidad
humana y, por ende, son elementos de un todo que no deben
verse en forma aislada.--- El principio de interdependencia tiene
como base el hecho de que los derechos humanos se encuentran
relacionados o conectados entre sí, y que, en consecuencia, la
satisfacción o la afectación a alguno de ellos tiene efectos en el
goce y eficacia de otros […] En aras de este principio rector, las
autoridades deben velar por la observancia plena de todos los
derechos, y estar conscientes de que no puede vulnerarse uno so
pretexto de la observancia de otro, sino que, por el contrario, la
existencia de un derecho depende siempre de la realización de
otro u otros"6.

TESIS RELATIVAS AL PRINCIPIO DE


INTERDEPENDENCIA.

Época: Décima Época


Registro: 2012228

DERECHOS HUMANOS. LA OBLIGACIÓN DEL


ÓRGANO DE AMPARO DE PROMOVERLOS, RESPETARLOS,
PROTEGERLOS Y GARANTIZARLOS, PREVISTA EN EL
ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, SÓLO SE ACTUALIZA EN EL
ÁMBITO DE SU COMPETENCIA, POR LO QUE CARECE DE
ATRIBUCIONES PARA PRONUNCIARSE RESPECTO DE
VIOLACIONES A LOS QUE NO FORMEN PARTE DE LA LITIS
CONSTITUCIONAL.
Si bien del precepto constitucional referido deriva la
obligación de todas las autoridades de promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con
los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad, lo cierto es que ese compromiso se limita a que se
ejerza dentro de la competencia de cada autoridad en particular.
Así, un órgano de amparo sólo puede conocer de las violaciones a
los derechos humanos que le sean planteadas como controversia
conforme a los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, las cuales deberá resolver en
atención a lo previsto en los aludidos preceptos y en los que
resulten aplicables de su Ley Reglamentaria. Por tanto, si durante
el trámite o resolución de un juicio de amparo se advierte la
posible violación de un derecho humano en perjuicio del quejoso,

5
5 Definición tomada del trabajo intitulado Principios y obligaciones de derechos humanos:
los derechos en acción, elaborado por Daniel Vázquez y Sandra Serrano, Primera Edición,
Suprema Corte de Justicia de la Nación y otros, México, 2013, página 14.
6
6 Concepto tomado del libro Derechos Humanos. Parte General, primera edición, México,
Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013, página 39
del tercero interesado o de cualquier otra persona, en relación con
un acto distinto del señalado como reclamado y, en su caso, por
parte de autoridades que no necesariamente hayan sido
designadas como responsables, el órgano de amparo está
impedido para pronunciarse al respecto pues, de lo contrario,
modificaría la litis constitucional, desnaturalizaría el fin último del
juicio, afectando los principios que le rigen, entre otros, el de
instancia de parte, y vulneraría distintos derechos inherentes a
quienes resultaren afectados por el pronunciamiento que así se
hiciera, como pudieran ser los derechos afines al principio de
congruencia, al de debido proceso y al de legalidad, reconocidos
por los artículos 14, 16 y 17 constitucionales. Por tanto, cuando se
advierta una violación a derechos humanos ajena a la controversia
esencial que es materia del juicio, el órgano de amparo debe
denunciar, dar vista o poner en conocimiento de la autoridad que
resulte competente de investigar los hechos correspondientes, o
que sea directamente responsable de promover, respetar,
proteger y garantizar dichos derechos, teniendo especial cuidado
de que, con ese actuar, no incluya pronunciamiento alguno sobre
la determinación de existencia de aquella violación, que sólo debe
tratarse como probable. A la vez, tampoco debe emitirse al
respecto condena, recomendación o incluso sugerencia de
carácter vinculatorio en relación con las consecuencias de la
probable violación ni a la forma de restituir el derecho que se
advierta posiblemente violado, sin que ello descarte la posibilidad
de que a la denuncia, vista o puesta en conocimiento, se
acompañen elementos técnicos que permitan a la autoridad
competente apreciar objetivamente la posible violación a derechos
humanos, las razones que lo sustenten e incluso, los aspectos
que se considere habrían posiblemente evitado que se incurriera
en la citada violación; lo anterior, precisamente porque las
sentencias de amparo tienen un peso jurídico, e incluso moral
que, de no tenerse el especial cuidado expresado, podrían hacer
vinculatorios determinados pronunciamientos sin que se emitan en
un juicio o procedimiento en el que las partes involucradas tengan
la oportunidad de hacer valer los argumentos y pruebas y demás
defensas que fuesen procedentes en cada caso. Así, aunque se
advierta una evidente violación a los derechos humanos, lo
correcto es que la autoridad competente la valore en su propia
dimensión y en términos del procedimiento de ley que resulte
aplicable. Con este proceder, los órganos de amparo, sin
desnaturalizar el juicio, ni excederse en sus facultades, reafirman
su compromiso en materia de derechos humanos.

Contradicción de tesis 58/2015.

Época: Décima Época


Registro: 2008884

DERECHO DE PETICIÓN. LA OMISIÓN DE DAR


RESPUESTA A UNA SOLICITUD DENTRO DE UN
PROCEDIMIENTO JURISDICCIONAL O ADMINISTRATIVO

7
8

SEGUIDO EN FORMA DE JUICIO NO PUEDE RECLAMARSE


DE MANERA AUTÓNOMA.
El artículo 8o. constitucional impone a la autoridad la
obligación de dar respuesta, en breve término, a la solicitud
formulada por un particular; por su parte los artículos 14 y 17
constitucionales regulan el debido proceso, así como el derecho
de acción, a través de los cuales se busca obtener una decisión
en la que se resuelvan de forma completa las pretensiones
deducidas, mediante el cumplimiento de las formalidades
esenciales del procedimiento. En razón de ello, los procedimientos
ventilados ante organismos jurisdiccionales o aquellos seguidos
ante autoridades que realicen funciones materialmente
jurisdiccionales, se rigen bajo las garantías previstas en los
artículos 14 y 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; por tanto, resulta jurídicamente inadmisible que se
pueda reclamar de manera autónoma la omisión de dar respuesta
a una petición en términos del artículo 8o. constitucional, cuando
el particular eleva una solicitud a un funcionario público dentro de
un juicio o dentro de un procedimiento administrativo seguido en
forma de juicio, puesto que las reglas que rigen estos
procedimientos son tanto las previstas en los artículos 14 y 17
constitucionales, así como las que desarrollan dichos derechos en
la legislación secundaria. No obstante ello, la autoridad está
obligada a analizar, conforme a los principios de indivisibilidad e
interdependencia previstos en el artículo 1o. constitucional, los
derechos como una unidad, no de forma aislada, sino como una
totalidad indisociable y exenta de jerarquía. Así, al concebirse de
forma armónica, se podrá resolver de mejor manera la omisión
que reclama el particular dentro del procedimiento.

Contradicción de tesis 130/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2006591

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD. LA APLICACIÓN


DEL PLAZO DE OCHO AÑOS PARA IMPUGNAR EN AMPARO
DIRECTO SENTENCIAS CONDENATORIAS QUE IMPONEN
PENA DE PRISIÓN, DICTADAS ANTES DEL TRES DE ABRIL
DE DOS MIL TRECE NO VULNERA AQUÉL, TOMANDO EN
CUENTA EL PRINCIPIO DE INTERDEPENDENCIA,
ESPECÍFICAMENTE LA QUE SE DA ENTRE LOS DERECHOS
HUMANOS DE LOS SENTENCIADOS Y DE LAS VÍCTIMAS U
OFENDIDOS (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL TRES
DE ABRIL DE DOS MIL TRECE).
La regulación del plazo para acudir al juicio de amparo
en contra de sentencias condenatorias que impongan pena de
prisión, dictadas con anterioridad a la entrada en vigor de la nueva
Ley de Amparo, se rige por el principio de progresividad dado que
para el ejercicio del derecho humano de acceso efectivo a la
justicia reconocido en el artículo 17 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos resulta determinante contar con un
plazo que de manera razonable permita ejercer la principal
garantía para la protección de los derechos humanos. A pesar de
lo anterior, en virtud de que los derechos humanos no son
absolutos, atendiendo al principio de interdependencia entre las
diversas prerrogativas fundamentales -la que además de
suscitarse entre las que asisten a un individuo se actualiza entre
distintas personas en razón de la interrelación existente entre sus
derechos humanos- para determinar si una norma general que
conlleva una disminución al grado de tutela de alguno de ellos
respeta el principio de progresividad en su vertiente de no
regresividad, resulta necesario tomar en cuenta si ello tiene como
finalidad esencial incrementar el grado de tutela de un derecho
humano del que son titulares personas diversas. En ese sentido,
cuando se presenta una relación de interdependencia entre el
derecho de acceso efectivo a la justicia del sentenciado y los
derechos a la reparación del daño, a la verdad y a la justicia de la
o las víctimas de la conducta delictiva materia del respectivo
juzgamiento penal, ante una limitación de aquella prerrogativa que
provoca una disminución de su grado de tutela, para determinar si
la regulación respectiva respeta el principio de progresividad, es
necesario analizar si ésta genera un equilibrio razonable entre los
derechos fundamentales en juego, sin afectar de manera
desmedida la eficacia de alguno de ellos, pues de lo contrario se
tratará de una legislación regresiva. Por tanto, tomando en cuenta
que el establecimiento del plazo materia de análisis busca
equilibrar los derechos humanos del sentenciado y los de las
víctimas, sin generar al afectado por una sentencia condenatoria
un obstáculo desproporcionado que le impida ejercer su derecho
de acceso efectivo a la justicia para tutelar el diverso a la libertad
deambulatoria, la previsión del plazo de ocho años, computado a
partir del tres de abril de dos mil trece, para impugnar en amparo
directo una sentencia condenatoria que impone pena de prisión no
implica una medida legislativa de carácter regresivo y, por ende,
es acorde al principio de progresividad.

Contradicción de tesis 366/2013.

Época: Novena Época


Registro: 170783

DERECHOS DE PARTICIPACIÓN POLÍTICA A VOTAR


Y SER VOTADO. SON DERECHOS FUNDAMENTALES
PROTEGIDOS A TRAVÉS DE LOS PROCESOS DE CONTROL
CONSTITUCIONAL ESTABLECIDOS EN LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL, DE ACUERDO AL SISTEMA COMPETENCIAL QUE
LA MISMA PREVÉ.
Los derechos de participación política establecidos en
las fracciones I y II del artículo 35 constitucional son verdaderas
garantías individuales o derechos fundamentales, en primer
término, porque participan de la posición de supremacía que tiene
dicho precepto constitucional, de lo cual deriva que no sean

9
10

disponibles en su núcleo esencial para los poderes constituidos;


en segundo término, porque suponen una relación de
interdependencia con las demás normas sobre derechos y
libertades reconocidas en la norma suprema (sin libertad de
expresión sería imposible el ejercicio efectivo del derecho de voto;
al mismo tiempo, sin un gobierno sujeto a la legitimidad del voto
público y a elecciones periódicas, sería difícilmente garantizable el
goce efectivo de las demás garantías constitucionales); en tercer
lugar, porque las pretensiones y expectativas que forman su
objeto son claves para la organización y el funcionamiento del
sistema democrático constitucional que la norma suprema trata de
establecer. En ese sentido, los derechos de participación política,
por virtud de su atributo de fundamentales, gozan de la protección
constitucional encomendada al Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación y a la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, de acuerdo a sus respectivas esferas de competencia
jurisdiccional.

Acción de inconstitucionalidad 47/2006

C. PRINCIPIO DE INDIVISIBILIDAD.

El principio de indivisibilidad, por su parte, implica una


visión holística de los derechos humanos, en la que todos los
derechos se encuentran unidos, ya no por razones de
dependencia, sino porque de una forma u otra ellos forman parte
de una sola construcción. Por tanto, si se realiza o se viola un
derecho, impactará en los otros derechos, más allá de si existe o
no una relación de dependencia inmediata entre ello. La idea
central es que la concreción de los derechos sólo pueden
alcanzarse mediante la realización conjunta de todos ellos7.
Los derechos humanos son interdependientes; es decir,
están vinculados entre ellos y son indivisibles, que no pueden
separarse o fragmentarse unos de otros. Todos los derechos
humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales
deben comprenderse como un conjunto. Lo anterior, también
implica que el goce y ejercicio de un derecho está vinculado a que
se garantice el resto de derechos; así como la violación de un
derecho pone en riesgo los demás derechos.8

"Este principio atiende a que los derechos humanos


forman un conjunto inseparable; esto es, a que constituyen
elementos de un todo que no admite separación.--- Como
7
7 Definición tomada del trabajo intitulado Los principios de Universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. Apuntes para su aplicación práctica, elaborado por Luis Daniel
Vázquez y Sandra Serrano, consultable en www.juridicas.unam.mx.

.
8
8 Definición tomada de la obra intitulada Los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad de los derechos humanos, Primera Edición, Comisión Nacional
de los Derechos Humanos, México, 2016, página 10
consecuencia de este principio, los Estados no pueden reconocer
unos derechos y desconocer otros, ya que todos forman una
unidad esencial, cuyo goce o ejercicio no puede ser parcial […] Es
así que los principios de interdependencia y de indivisibilidad parte
de una base similar y persiguen un mismo objetivo, como lo es la
realización integral de todos los derechos humanos, y es por eso
que en algunos textos e instrumentos internacionales se hace
referencia a ellos en forma conjunta.--- Es así que los principios de
interdependencia e indivisibilidad pueden llegar a verse como uno
solo; sin embargo, Vázquez y Serrano, con el fin de diferenciarlos,
expresan lo siguiente: ""Los derechos humanos son
interdependientes en tanto establecen relaciones recíprocas entre
ellos, y son indivisibles en la medida en que no deben tomarse
como elementos aislados o separados sino como un conjunto. La
interdependencia señala la medida en que el disfrute de un
derecho en particular o un grupo de derechos dependen para su
existencia de la realización de otro derecho o de un grupo de
derechos […] Por su parte, la indivisibilidad niega cualquier
separación, categorización o jerarquía entre los derechos
humanos"9 .

TESIS RELATIVAS AL PRINCIPIO DE


INDIVISIBILIDAD.

Época: Décima Época


Registro: 2010088
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

ATENTADO CONTRA LA SEGURIDAD DE LA


COMUNIDAD. LA REDACCIÓN DEL ARTÍCULO 171 QUÁTER,
FRACCIÓN I, DEL CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO DE
TAMAULIPAS, REFORMADO MEDIANTE DECRETO No. LXII-
256, PUBLICADO EN EL PERIÓDICO OFICIAL DE ESA
ENTIDAD EL 9 DE JULIO DE 2014, QUE PREVÉ EL DELITO
RELATIVO, GENERA INSEGURIDAD JURÍDICA.

El precepto indicado, al prever que comete el delito de


atentado contra la seguridad de la comunidad quien sin causa
justificada posea o porte, en su persona, en el vehículo en el que
se encuentre o se le relacione con éste, o en el lugar donde se le
capture, uno o varios instrumentos fabricados con clavos, varillas
o cualquier otro material, que puedan ser utilizados para dañar o
impedir el paso de los vehículos conducidos por particulares o por
los elementos de las fuerzas armadas o las instituciones de
seguridad pública, pretendió proteger como bien jurídico "la
9
Concepto tomado del libro Derechos Humanos. Parte General, primera edición, México,
Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013, página 40.

11
12

seguridad de la comunidad", empero, su redacción genera


inseguridad jurídica en la propia comunidad que quiso proteger, ya
que es común que cotidianamente por las calles transiten
personas que por razón de su profesión, trabajo, oficio o
actividades recreativas posean o porten uno o varios instrumentos
fabricados con clavos o varillas, y peor aún, se añade vagamente
que con "cualquier otro material", sin tener el propósito delictivo
que pretendió desalentar el legislador al sancionar penalmente la
conducta consistente en que a través de su utilización puedan
dañar o impedir el paso de los vehículos conducidos por
particulares o por los elementos de las fuerzas armadas o las
instituciones de seguridad pública; además, se corre el riesgo de
que cualquier persona, por el simple hecho de poseer o portar
esos instrumentos, sea objeto de abusos o arbitrariedades por
parte de la autoridad, lo que podría incidir en la violación de sus
derechos humanos, resguardados por el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo
párrafo tercero es claro al disponer que todas las autoridades, en
el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad; y la actividad legislativa no escapa
a tal mandato, de manera que al redactarse los tipos penales debe
cuidarse de no incurrir en imprecisiones excesivas o irracionales,
es decir, en un grado de indeterminación tal que provoque en los
destinatarios confusión o incertidumbre por no saber cómo actuar
ante la norma jurídica.

Acción de inconstitucionalidad 95/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2006591
Tesis: Jurisprudencia

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD. LA APLICACIÓN


DEL PLAZO DE OCHO AÑOS PARA IMPUGNAR EN AMPARO
DIRECTO SENTENCIAS CONDENATORIAS QUE IMPONEN
PENA DE PRISIÓN, DICTADAS ANTES DEL TRES DE ABRIL
DE DOS MIL TRECE NO VULNERA AQUÉL, TOMANDO EN
CUENTA EL PRINCIPIO DE INTERDEPENDENCIA,
ESPECÍFICAMENTE LA QUE SE DA ENTRE LOS DERECHOS
HUMANOS DE LOS SENTENCIADOS Y DE LAS VÍCTIMAS U
OFENDIDOS (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL TRES
DE ABRIL DE DOS MIL TRECE).

La regulación del plazo para acudir al juicio de amparo


en contra de sentencias condenatorias que impongan pena de
prisión, dictadas con anterioridad a la entrada en vigor de la nueva
Ley de Amparo, se rige por el principio de progresividad dado que
para el ejercicio del derecho humano de acceso efectivo a la
justicia reconocido en el artículo 17 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos resulta determinante contar con un
plazo que de manera razonable permita ejercer la principal
garantía para la protección de los derechos humanos. A pesar de
lo anterior, en virtud de que los derechos humanos no son
absolutos, atendiendo al principio de interdependencia entre las
diversas prerrogativas fundamentales -la que además de
suscitarse entre las que asisten a un individuo se actualiza entre
distintas personas en razón de la interrelación existente entre sus
derechos humanos- para determinar si una norma general que
conlleva una disminución al grado de tutela de alguno de ellos
respeta el principio de progresividad en su vertiente de no
regresividad, resulta necesario tomar en cuenta si ello tiene como
finalidad esencial incrementar el grado de tutela de un derecho
humano del que son titulares personas diversas. En ese sentido,
cuando se presenta una relación de interdependencia entre el
derecho de acceso efectivo a la justicia del sentenciado y los
derechos a la reparación del daño, a la verdad y a la justicia de la
o las víctimas de la conducta delictiva materia del respectivo
juzgamiento penal, ante una limitación de aquella prerrogativa que
provoca una disminución de su grado de tutela, para determinar si
la regulación respectiva respeta el principio de progresividad, es
necesario analizar si ésta genera un equilibrio razonable entre los
derechos fundamentales en juego, sin afectar de manera
desmedida la eficacia de alguno de ellos, pues de lo contrario se
tratará de una legislación regresiva. Por tanto, tomando en cuenta
que el establecimiento del plazo materia de análisis busca
equilibrar los derechos humanos del sentenciado y los de las
víctimas, sin generar al afectado por una sentencia condenatoria
un obstáculo desproporcionado que le impida ejercer su derecho
de acceso efectivo a la justicia para tutelar el diverso a la libertad
deambulatoria, la previsión del plazo de ocho años, computado a
partir del tres de abril de dos mil trece, para impugnar en amparo
directo una sentencia condenatoria que impone pena de prisión no
implica una medida legislativa de carácter regresivo y, por ende,
es acorde al principio de progresividad.

Contradicción de tesis 366/2013.


.

Época: Décima Época


Registro: 2005466

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD. NO PUEDE


REALIZARSE RESPECTO DE LOS PRECEPTOS DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.

Los indicados preceptos no pueden ser sometidos a un


análisis de regularidad constitucional a través del juicio de
amparo, ni a un control difuso de constitucionalidad mediante
alguno de los recursos establecidos en la Ley de Amparo, pues
las normas que componen la Constitución General de la República
constituyen la fuente de todo el ordenamiento jurídico y deben

13
14

considerarse como mandatos inmunes a cualquier tipo de control


jurisdiccional. Además, porque ni en la Carta Magna ni en la ley
citada se establece que, a través del juicio de amparo, aquélla
pueda sujetarse a control constitucional, sino únicamente las
normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen
los derechos humanos reconocidos y las garantías establecidas
para su protección por la propia Constitución, así como por los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte;
sin que en el concepto "normas de carácter general" puedan
entenderse incluidos los preceptos de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, pues ésta es la Ley Suprema que
da fundamento normativo al juicio de amparo; y aun cuando se
aceptara que, en sentido lato, es una norma general, lo cierto es
que no es posible, desde el punto de vista formal, considerar que
viola derechos humanos, pues ello implicaría que la Norma
Fundamental no es tal, en la medida en que el sistema de control
constitucional que establece es capaz de invalidar su propio
contenido, aunado a que no es jurídicamente admisible
desarticular la interdependencia de las normas constitucionales,
negando el principio de unidad de la Constitución.

Tesis de jurisprudencia 3/2014 (10a.). Aprobada por la


Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada del quince
de enero de dos mil catorce.

D. PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD.
El principio de progresividad de derechos humanos
implica el gradual progreso para lograr su pleno cumplimiento, es
decir, que para el cumplimiento de ciertos derechos se requiera la
toma de medidas a corto, mediano y largo plazo, pero
procediendo lo más expedita y eficazmente posible. El principio de
progresividad se ha relacionado particularmente con los derechos
económicos, sociales y culturales, pero aplica también para los
civiles y políticos, procurando por todos los medios posibles su
satisfacción en cada momento. Este principio se relaciona de
forma estrecha con la prohibición de retrocesos o marchas atrás
injustificadas a los niveles de cumplimiento alcanzados, la "no
regresividad" en la protección y garantía de derechos humanos10.

La progresividad implica tanto gradualidad como


progreso. La gradualidad se refiere a que la efectividad de los
derechos no va a lograrse de una vez y para siempre, sino que se
trata de un proceso que supone definir metas a corto, mediano y
largo plazo. El progreso patentiza que el disfrute de los derechos
siempre debe mejorar. La progresividad requiere del diseño de

10
Definición tomada de la obra intitulada Los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad de los derechos humanos, Primera Edición, Comisión Nacional
de los Derechos Humanos, México, 2016, página 11.
planes para avanzar hacia el mejoramiento de las condiciones de
los derechos mediante el cumplimiento de dichos planes11.

"El principio de progresividad se refiere a que en todas


las cuestiones relativas a los derechos humanos, tales como su
reconocimiento y protección, deben buscarse un constante avance
o mejoramiento; y en contrasentido, apunta a la no regresividad,
esto es, a que una vez que se ha alcanzado un determinado
estándar no se admitan medidas en retroceso […] El principio de
progresividad tiene, por tanto, dos principales vertientes: 1. Debe
buscarse una paulatina y constante evolución, en el
reconocimiento, contenido, goce y ejercicio de los derechos
humanos. 2. No deben admitirse medidas restrictivas o regresivas
que disminuyan o menoscaben dichos derechos […]"12

TESIS RELATIVAS AL PRINCIPIO DE


PROGRESIVIDAD.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada el viernes 20
de octubre de 2017 a las 10:30 horas, con número de registro
2015304, de rubro y texto:

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD DE LOS


DERECHOS HUMANOS. LA PROHIBICIÓN QUE TIENEN LAS
AUTORIDADES DEL ESTADO MEXICANO DE ADOPTAR
MEDIDAS PROGRESIVAS NO ES ABSOLUTA, PUES
EXCEPCIONALMENTE ÉSTAS SON ADMISIBLES SI SE
JUSTIFICAN PLENAMENTE.
El principio referido impone al Estado, entre otras
cuestiones, la prohibición de regresividad, la cual no es absoluta y
puede haber circunstancias que justifiquen una regresión en
cuanto al alcance y tutela de un determinado derecho
fundamental. Sin embargo, dichas circunstancias están sujetas a
un escrutinio estricto, pues implican la restricción de un derecho
humano. En este sentido, corresponde a la autoridad que
pretende realizar una medida regresiva (legislativa, administrativa
o, incluso, judicial) justificar plenamente esa decisión. En efecto,
en virtud de que el artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos impone a todas las autoridades del
Estado Mexicano la obligación de respetar el principio de
progresividad, cuando cualquier autoridad, en el ámbito de su
competencia, adopta una medida regresiva en perjuicio de un
derecho humano y alega para justificar su actuación, por ejemplo,

11
11 Definición tomada del trabajo intitulado Los principios de Universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. Apuntes para su aplicación práctica,
elaborado por Luis Daniel Vázquez y Sandra Serrano, consultable en www.juridicas.unam.mx.

12
Concepto tomado del libro Derechos Humanos. Parte General, primera edición, México,
Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013, página 44

15
16

la falta de recursos, en ella recae la carga de probar


fehacientemente esa situación, es decir, no sólo la carencia de
recursos, sino que realizó todos los esfuerzos posibles para
utilizar los recursos a su disposición, en el entendido de que las
acciones y omisiones que impliquen regresión en el alcance y la
tutela de un derecho humano sólo pueden justificarse si: a) se
acredita la falta de recursos; b) se demuestra que se realizaron
todos los esfuerzos necesarios para obtenerlos, sin éxito; y, c) se
demuestra que se aplicó el máximo de los recursos o que los
recursos de que se disponía se aplicaron a tutelar otro derecho
humano (y no cualquier objetivo social), y que la importancia
relativa de satisfacerlo prioritariamente, era mayor. Esto es, si bien
es cierto que las autoridades legislativas y administrativas tienen,
en ciertos ámbitos, un holgado margen de actuación para diseñar
políticas públicas, determinar su prioridad relativa y asignar
recursos, también lo es que dicha libertad se restringe
significativamente cuando está en juego la garantía de los
diversos derechos humanos reconocidos por nuestro sistema
jurídico, ya que éstos, en tanto normas que expresan el
reconocimiento de principios de justicia de la máxima importancia
moral, tienen prioridad prima facie frente a cualquier otro objetivo
social o colectivo, pues en una sociedad liberal y democrática,
estos últimos tienen solamente valor instrumental y no final, como
los derechos humanos.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada el viernes 20 de octubre de 2017 a las 10:30
horas, con número de registro 2015305, que dice:

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD DE LOS


DERECHOS HUMANOS. SU CONCEPTO Y EXIGENCIAS
POSITIVAS Y NEGATIVAS.
El principio de progresividad está previsto en el artículo
1o. constitucional y en diversos tratados internacionales ratificados
por México. Dicho principio, en términos generales, ordena
ampliar el alcance y la protección de los derechos humanos en la
mayor medida posible hasta lograr su plena efectividad, de
acuerdo con las circunstancias fácticas y jurídicas. Es posible
diseccionar este principio en varias exigencias de carácter tanto
positivo como negativo, dirigidas a los creadores de las normas
jurídicas y a sus aplicadores, con independencia del carácter
formal de las autoridades respectivas, ya sean legislativas,
administrativas o judiciales. En sentido positivo, del principio de
progresividad derivan para el legislador (sea formal o material) la
obligación de ampliar el alcance y la tutela de los derechos
humanos; y para el aplicador, el deber de interpretar las normas
de manera que se amplíen, en lo posible jurídicamente, esos
aspectos de los derechos. En sentido negativo, impone una
prohibición de regresividad: el legislador tiene prohibido, en
principio, emitir actos legislativos que limiten, restrinjan, eliminen o
desconozcan el alcance y la tutela que en determinado momento
ya se reconocía a los derechos humanos, y el aplicador tiene
prohibido interpretar las normas sobre derechos humanos de
manera regresiva, esto es, atribuyéndoles un sentido que implique
desconocer la extensión de los derechos humanos y su nivel de
tutela admitido previamente. En congruencia con este principio, el
alcance y nivel de protección reconocidos a los derechos
humanos tanto por la Constitución como por los tratados
internacionales, deben ser concebidos como un mínimo que el
Estado Mexicano tiene la obligación inmediata de respetar (no
regresividad) y, a la vez, el punto de partida para su desarrollo
gradual (deber positivo de progresar).

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada el viernes 20 de octubre de 2017 a las 10:30
horas, con número de registro 2015306, de epígrafe y contenido:

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD. ES APLICABLE A


TODOS LOS DERECHOS HUMANOS Y NO SÓLO A LOS
LLAMADOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES.
El principio de progresividad estuvo originalmente
vinculado a los -así llamados- derechos económicos, sociales y
culturales, porque se estimaba que éstos imponían a los Estados,
sobre todo, obligaciones positivas de actuación que implicaban el
suministro de recursos económicos y que su plena realización
estaba condicionada por las circunstancias económicas, políticas
y jurídicas de cada país. Así, en los primeros instrumentos
internacionales que reconocieron estos derechos, se incluyó el
principio de progresividad con la finalidad de hacer patente que
esos derechos no constituyen meros "objetivos programáticos",
sino genuinos derechos humanos que imponen obligaciones de
cumplimiento inmediato a los Estados, como la de garantizar
niveles mínimos en el disfrute de esos derechos, garantizar su
ejercicio sin discriminación, y la obligación de tomar medidas
deliberadas, concretas y orientadas a su satisfacción; así como
obligaciones de cumplimiento mediato que deben ser acometidas
progresivamente en función de las circunstancias específicas de
cada país. Ahora bien, esta Primera Sala considera que, a pesar
de su génesis histórica, el principio de progresividad en nuestro
sistema jurídico es aplicable a todos los derechos humanos y no
sólo a los económicos, sociales y culturales. En primer lugar,
porque el artículo 1o. constitucional no hace distinción alguna al
respecto, pues establece, llanamente, que todas las autoridades
del país, en el ámbito de sus competencias, están obligadas a
proteger, garantizar, promover y respetar los derechos humanos
de conformidad, entre otros, con el principio de progresividad. En
segundo lugar, porque ésa fue la intención del Constituyente
Permanente, como se advierte del proceso legislativo. Pero
además, porque la diferente denominación que tradicionalmente
se ha empleado para referirse a los derechos civiles y políticos y
distinguirlos de los económicos, sociales y culturales, no implica
que exista una diferencia sustancial entre ambos grupos, ni en su
máxima relevancia moral, porque todos ellos tutelan bienes
básicos derivados de los principios fundamentales de autonomía,

17
18

igualdad y dignidad; ni en la índole de las obligaciones que


imponen, específicamente, al Estado, pues para proteger
cualquiera de esos derechos no sólo se requieren abstenciones,
sino, en todos los casos, es precisa la provisión de garantías
normativas y de garantías institucionales como la existencia de
órganos legislativos que dicten normas y de órganos aplicativos e
instituciones que aseguren su vigencia, lo que implica, en
definitiva, la provisión de recursos económicos por parte del
Estado y de la sociedad.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 634, del Libro 42,
correspondiente al mes de Mayo de 2017, Tomo I, de la Décima
Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con
número de registro: 2014218, que dice:

PROGRESIVIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS.


CRITERIOS PARA DETERMINAR SI LA LIMITACIÓN AL
EJERCICIO DE UN DERECHO HUMANO DERIVA EN LA
VIOLACIÓN DE AQUEL PRINCIPIO. El principio de progresividad
de los derechos humanos tutelado en el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es
indispensable para consolidar la garantía de protección de la
dignidad humana, porque su observancia exige, por un lado, que
todas las autoridades del Estado mexicano, en el ámbito de su
competencia, incrementen gradualmente la promoción, respeto,
protección y garantía de los derechos humanos y, por otro, les
impide, en virtud de su expresión de no regresividad, adoptar
medidas que disminuyan su nivel de protección. Respecto de esta
última expresión, debe puntualizarse que la limitación en el
ejercicio de un derecho humano no necesariamente es sinónimo
de vulneración al principio referido, pues para determinar si una
medida lo respeta, es necesario analizar si: (I) dicha disminución
tiene como finalidad esencial incrementar el grado de tutela de un
derecho humano; y (II) genera un equilibrio razonable entre los
derechos fundamentales en juego, sin afectar de manera
desmedida la eficacia de alguno de ellos. En ese sentido, para
determinar si la limitación al ejercicio de un derecho humano viola
el principio de progresividad de los derechos humanos, el
operador jurídico debe realizar un análisis conjunto de la
afectación individual de un derecho en relación con las
implicaciones colectivas de la medida, a efecto de establecer si se
encuentra justificada.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 1128 del Libro 36,
correspondiente al mes de Noviembre de 2016, Tomo II, de la
Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, con número de registro: 2012989, que dice:

RENTA. LOS ARTÍCULOS 95 Y 145, PÁRRAFOS


PRIMERO Y TERCERO, EN RELACIÓN CON EL 93, FRACCIÓN
XIII, Y PÁRRAFO TERCERO, DE LA LEY DEL IMPUESTO
RELATIVO, AL REGULAR SUPUESTOS DE GRAVAMEN
SOBRE UNA MANIFESTACIÓN DE RIQUEZA, CON
INDEPENDENCIA DE QUE ÉSTA SE PREVEA COMO
PRESTACIÓN DE SEGURIDAD SOCIAL, NO VIOLAN LOS
DERECHOS A UNA VIDA DIGNA, A LA SEGURIDAD SOCIAL,
AL MÍNIMO VITAL Y A LA PROPIEDAD PRIVADA, EN EL
CONTEXTO DEL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD Y NO
REGRESIVIDAD (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL 1 DE
ENERO DE 2014).
Los ingresos regulados como prestaciones de seguridad
social en términos de la normativa aplicable pueden ser objeto del
impuesto sobre la renta, al no existir disposición constitucional que
lo impida. Tal es el caso de los obtenidos con cargo a la
subcuenta del seguro de retiro o a la subcuenta de retiro, cesantía
en edad avanzada y vejez, previstas en la Ley del Seguro Social y
los que obtengan los trabajadores al servicio del Estado con cargo
a la cuenta individual del sistema de ahorro para el retiro, prevista
en la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado, que independientemente del régimen
tributario específico al que se sujeten, son susceptibles de
gravarse con aquel tributo. A partir de lo anterior, se advierte que
los artículos 95 y 145, párrafos primero y tercero, en relación con
el 93, fracción XIII, y párrafo tercero, de la Ley del Impuesto sobre
la Renta vigente a partir del 1 de enero de 2014, no violan los
derechos a una vida digna, a la seguridad social, al mínimo vital y
a la propiedad privada en el contexto del principio de
progresividad y no regresividad, contenidos en los artículos 1o.,
25, 27, 31, fracción IV, 123, apartados A, fracción XXIX, y B,
fracción XI, y 133, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, pues el gravamen que establecen en su
respectivo ámbito impositivo a la renta, no provoca que se deje de
percibir una prestación de seguridad social cuyo propósito es
generar recursos económicos para el retiro de la actividad laboral,
además de que no impide al sujeto obligado llevar una
subsistencia digna a partir de ese momento, ya que el impacto del
tributo recae sólo sobre el excedente al monto exento,
permitiéndole destinar íntegramente el ingreso libre de gravamen
a la atención de sus necesidades básicas, tomando en cuenta que
el desprendimiento patrimonial destinado a cubrir el impuesto no
puede implicar una afectación al derecho de propiedad privada,
porque en todo caso debe ser apreciado como expresión de
cumplimiento de la obligación constitucional consistente en
sostener las cargas públicas, lo que no implica una disminución o
retroceso en la salvaguarda de dichos derechos.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 1264 del Libro 28,
correspondiente al mes de Marzo de 2016, Tomo II, de la Décima
Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con
número de registro: 2011180, que dice:

19
20

SALARIOS CAÍDOS. LA REFORMA AL ARTÍCULO


48, PÁRRAFO SEGUNDO, DE LA LEY FEDERAL DEL
TRABAJO, DE 30 DE NOVIEMBRE DE 2012, NO
TRANSGREDE EL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD NI ES
VIOLATORIA DE DERECHOS HUMANOS.
De la interpretación armónica de los artículos 1o. y 123,
apartado A, fracción XXII, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, de los Tratados Internacionales en
materia de derechos humanos de los cuales el Estado Mexicano
forma parte, y de los precedentes sustentados por esta Segunda
Sala del Máximo Tribunal del país sobre el principio de
progresividad, se concluye que la reforma al artículo 48, párrafo
segundo, de la Ley Federal del Trabajo, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 30 de noviembre de 2012, al limitar a
12 meses máximo el pago de salarios vencidos en casos de
despido injustificado en un juicio laboral, no transgrede el principio
de progresividad que tutela el citado artículo 1o. constitucional, ni
es violatorio de derechos humanos, porque no desconoce un
derecho anteriormente establecido, ni suprime la sanción
constitucional que impone a los patrones la obligación de
indemnizar a los trabajadores separados injustificadamente de la
fuente de empleo, sino que sólo regula en forma distinta cómo
habrá de calcularse dicha indemnización, con los objetivos
siguientes: a) Evitar que los juicios laborales se prolonguen
artificialmente con el fin de obtener una mayor condena por
concepto de salarios caídos y b) Impedir la eventual quiebra de las
fuentes de trabajo, con perjuicio incluso para otros trabajadores, lo
que generaría un gran desempleo, y por ello, indirectamente
incide en otros problemas para la economía nacional. Máxime que
el legislador federal si bien limitó a 12 meses como máximo el
pago de salarios vencidos, lo cierto es que también contempló la
obligación de pagar intereses sobre el importe de 15 meses de
salario, a razón del 2% mensual, capitalizable al momento del
pago, e incluso desarrolló otros mecanismos para que los juicios
laborales no se demoraran injustificadamente, tales como la
imposición de sanciones a las partes o a los servidores públicos
que actúen con la finalidad de prolongar, dilatar y obstaculizar la
sustanciación o resolución de un juicio laboral.

Tesis jurisprudencial sustentada por el Pleno de la


SCJN, publicada en la página 12 del Libro 22, Septiembre de
2015, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, con número de registro: 2009992, que
dice:
SERVICIO PROFESIONAL DOCENTE. LOS
ARTÍCULOS 52, 53, OCTAVO Y NOVENO TRANSITORIOS DE
LA LEY GENERAL RELATIVA NO VULNERAN EL PRINCIPIO
DE PROGRESIVIDAD EN SU ASPECTO NEGATIVO DE NO
REGRESIVIDAD, EN RELACIÓN CON EL DERECHO HUMANO
A LA ESTABILIDAD EN EL EMPLEO.
Conforme al principio citado, contenido en el artículo 1o.
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el
grado de tutela conferido por el legislador para el ejercicio de un
derecho fundamental no debe disminuirse. Por otra parte, el
derecho humano a la estabilidad en el empleo no es absoluto,
pues conforme al artículo 123, apartado B, fracción IX,
constitucional, el trabajador puede ser suspendido o cesado por
causa justificada en los casos previstos en la ley. Ahora bien, la
reforma al artículo 3o. constitucional, publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 26 de febrero de 2013, implementó un nuevo
sistema de evaluación obligatoria para el ingreso, promoción y
permanencia en el servicio del personal docente, con la finalidad
de crear un nuevo modelo educativo que asegure la calidad en el
servicio y, con ello, tutelar también el interés superior del menor.
Por tanto, si el principio de progresividad en su aspecto negativo
de no regresividad establece que el grado de tutela para el
ejercicio de un derecho no debe disminuirse y el derecho humano
a la estabilidad en el empleo no es absoluto, ya que puede
limitarse cuando lo permita la ley y por causa justificada, como lo
es garantizar el interés superior del menor a obtener una
educación de calidad, se concluye que el grado de tutela para el
ejercicio del primero de los derechos mencionados no se
disminuye cuando se limita su ejercicio por una causa justificada;
de ahí que los artículos 52, 53, octavo y noveno transitorios de la
Ley General del Servicio Profesional Docente, al señalar la
posibilidad de que los docentes sean removidos de sus cargos o
readscritos a otras áreas, no vulneran el principio de progresividad
en su aspecto negativo de no regresividad, en relación con el
derecho humano a la estabilidad en el empleo.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, consultable en la página 1530 del Libro 15,
correspondiente al mes de Febrero de 2015, Tomo II, de la
Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, con número de registro: 2008424, de título y sinopsis:

ISSSTE. LOS ARTÍCULOS TERCERO Y CUARTO


TRANSITORIOS DEL DECRETO POR EL QUE SE REFORMA
LA LEY FEDERAL DE LOS TRABAJADORES AL SERVICIO
DEL ESTADO, PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 31 DE DICIEMBRE DE 1984, NO VULNERAN
EL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD.
Los citados transitorios únicamente hicieron extensivo el
concepto jurídico de sueldo previsto en el artículo 32 de la citada
ley burocrática, al ámbito de aplicación de la Ley del Instituto de
Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado
vigente hasta el 31 de marzo de 2007. Así, por disposición del
artículo tercero transitorio, el monto para el cálculo de la pensión
jubilatoria debe efectuarse con apoyo en el sueldo tabular
adoptado en esa reforma legislativa, y necesariamente resulta
igual al monto que hubiera correspondido al aplicarse los
conceptos de sueldo presupuestal, sobresueldo y compensación
previstos en al artículo 15 de este último ordenamiento, por la
simple razón de que son equivalentes. En ese sentido, tales

21
22

preceptos transitorios no restringieron la protección al derecho a la


seguridad social otorgada en la legislación anterior, y por ende no
vulneran el principio de progresividad en la tutela de los derechos
humanos.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 893 del Libro 12, correspondiente
al mes de Noviembre de 2014, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2008035, de título y contenido:

ESTÍMULO FISCAL PREVISTO EN EL ARTÍCULO 16,


APARTADO A, FRACCIÓN III, DE LA LEY DE INGRESOS DE
LA FEDERACIÓN PARA EL EJERCICIO FISCAL DE 2013. NO
VIOLA LOS PRINCIPIOS DE PROGRESIVIDAD DE LOS
DERECHOS HUMANOS Y DE IRRETROACTIVIDAD DE LA
LEY.
El artículo citado otorga un estímulo fiscal a los
contribuyentes que adquieran diésel para su consumo final en las
actividades agropecuarias o silvícolas, consistente en que podrán
solicitar la devolución del monto del impuesto especial sobre
producción y servicios causado por la enajenación de dicho
combustible, el cual se les trasladó en el pago por consumo final;
prerrogativa que se condiciona al cumplimiento de diversos
requisitos, entre los que destaca el relativo a que la tasa contenida
en el artículo 2o.-A, fracción I, de la Ley del Impuesto Especial
sobre Producción y Servicios no sea cero o negativa. Ahora, el
mencionado estímulo constituye un mecanismo de política fiscal
implementado por el Estado para disminuir la carga tributaria de
sus destinatarios buscando un fin público, pero no se traduce en
un derecho humano, sino una prestación económica que el
Estado concede a un grupo de personas, por lo que no le son
aplicables los principios de progresividad de los derechos
humanos y de irretroactividad de la ley contenidos en los artículos
1o. y 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, ya que dicho incentivo no surge de un derecho de los
contribuyentes, sino de una facultad del Estado, quien no está
obligado a otorgarlo en todo momento, porque incluso, puede
desaparecer sin haber generado algún derecho adquirido, sin que
pueda afirmarse que el Estado esté obligado a concederlo en todo
tiempo y lugar, ni menos aún que los contribuyentes tengan un
derecho subjetivo a exigirlo.

Tesis jurisprudencial sustentada por el Pleno de la


SCJN, publicada en la página 43 del Libro 7, Junio de 2014, Tomo
I, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, con número de registro: 2006591, que dice:

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD. LA APLICACIÓN


DEL PLAZO DE OCHO AÑOS PARA IMPUGNAR EN AMPARO
DIRECTO SENTENCIAS CONDENATORIAS QUE IMPONEN
PENA DE PRISIÓN, DICTADAS ANTES DEL TRES DE ABRIL
DE DOS MIL TRECE NO VULNERA AQUÉL, TOMANDO EN
CUENTA EL PRINCIPIO DE INTERDEPENDENCIA,
ESPECÍFICAMENTE LA QUE SE DA ENTRE LOS DERECHOS
HUMANOS DE LOS SENTENCIADOS Y DE LAS VÍCTIMAS U
OFENDIDOS (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL TRES
DE ABRIL DE DOS MIL TRECE).
La regulación del plazo para acudir al juicio de amparo
en contra de sentencias condenatorias que impongan pena de
prisión, dictadas con anterioridad a la entrada en vigor de la nueva
Ley de Amparo, se rige por el principio de progresividad dado que
para el ejercicio del derecho humano de acceso efectivo a la
justicia reconocido en el artículo 17 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos resulta determinante contar con un
plazo que de manera razonable permita ejercer la principal
garantía para la protección de los derechos humanos. A pesar de
lo anterior, en virtud de que los derechos humanos no son
absolutos, atendiendo al principio de interdependencia entre las
diversas prerrogativas fundamentales -la que además de
suscitarse entre las que asisten a un individuo se actualiza entre
distintas personas en razón de la interrelación existente entre sus
derechos humanos- para determinar si una norma general que
conlleva una disminución al grado de tutela de alguno de ellos
respeta el principio de progresividad en su vertiente de no
regresividad, resulta necesario tomar en cuenta si ello tiene como
finalidad esencial incrementar el grado de tutela de un derecho
humano del que son titulares personas diversas. En ese sentido,
cuando se presenta una relación de interdependencia entre el
derecho de acceso efectivo a la justicia del sentenciado y los
derechos a la reparación del daño, a la verdad y a la justicia de la
o las víctimas de la conducta delictiva materia del respectivo
juzgamiento penal, ante una limitación de aquella prerrogativa que
provoca una disminución de su grado de tutela, para determinar si
la regulación respectiva respeta el principio de progresividad, es
necesario analizar si ésta genera un equilibrio razonable entre los
derechos fundamentales en juego, sin afectar de manera
desmedida la eficacia de alguno de ellos, pues de lo contrario se
tratará de una legislación regresiva. Por tanto, tomando en cuenta
que el establecimiento del plazo materia de análisis busca
equilibrar los derechos humanos del sentenciado y los de las
víctimas, sin generar al afectado por una sentencia condenatoria
un obstáculo desproporcionado que le impida ejercer su derecho
de acceso efectivo a la justicia para tutelar el diverso a la libertad
deambulatoria, la previsión del plazo de ocho años, computado a
partir del tres de abril de dos mil trece, para impugnar en amparo
directo una sentencia condenatoria que impone pena de prisión no
implica una medida legislativa de carácter regresivo y, por ende,
es acorde al principio de progresividad.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 528 del Libro 7, correspondiente
al mes de Junio de 2014, Tomo I, de la Décima Época de la

23
24

Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de


registro: 2006602, de rubro y texto:

CAPACITACIÓN Y ADIESTRAMIENTO. LOS


ARTÍCULOS 153-A, 153-D, 153-E, 153-I, 153-U Y 153-V,
PÁRRAFO PRIMERO, DE LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO,
NO VULNERAN EL ARTÍCULO 123, APARTADO A, FRACCIÓN
XIII, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, NI EL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD
(LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL 1o. DE DICIEMBRE
DE 2012).
La capacitación y el adiestramiento, como obligaciones
de los trabajadores, no constituyen una lesión a su esfera jurídica,
dado que no son una carga injustificada. En efecto, el referido
artículo constitucional establece la obligación a cargo de los
patrones de proporcionar capacitación y adiestramiento, así como
el derecho correlativo de los trabajadores a exigirlo, mas esa
facultad no implica la potestad de oponerse a recibirla sin
justificación, ni limita la del legislador para imponer la obligación
en ese aspecto. Ahora, los artículos 153-A, 153-D, 153-E, 153-I,
153-U y 153-V, párrafo primero, prevén diversas medidas que
buscan garantizar la sujeción a los programas de esa materia, los
cuales se elaboran con la participación de los trabajadores y están
dirigidos hacia objetivos relacionados con el mejoramiento de las
competencias laborales, habilidades y nivel de vida;
consecuentemente, dicha ley contiene disposiciones suficientes
que hacen posible que los trabajadores participen en el diseño,
ejecución, modificación y control de los programas de capacitación
y adiestramiento; limita el contenido de éstos, y otorga facultades
a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para controlar su
ejecución, lo que es acorde con el artículo 123, apartado A,
fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Asimismo, al incorporarse tal obligación en la esfera
jurídica de los trabajadores, con las condiciones y limitaciones
precisadas, tampoco puede considerarse una transgresión al
principio de progresividad reconocido en el artículo 1o. de la
propia Norma Fundamental.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 531 del Libro 7, correspondiente
al mes de Junio de 2014, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2006604, que dice:

PREFERENCIA DE DERECHOS. LA PREVISTA EN EL


ARTÍCULO 154 DE LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO NO
VULNERA EL DERECHO AL TRABAJO NI EL PRINCIPIO DE
PROGRESIVIDAD (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL 1o.
DE DICIEMBRE DE 2012).
El hecho de que el citado precepto legal, además de
señalar para efectos de la preferencia de derechos los criterios de
nacionalidad, haber servido satisfactoriamente por mayor tiempo,
a quienes no teniendo ninguna otra fuente de ingreso económico
tengan a su cargo una familia y la calidad de sindicalizados,
incorpore otros como el nivel educativo, el grado de aptitud y la
capacitación de los aspirantes, no implica una transgresión al
principio de progresividad previsto en el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues debe
tomarse en consideración, por un lado, que tales criterios no son
los únicos parámetros, porque en cada caso el patrón deberá
atender a los elementos que ordena la ley, así como a lo acordado
en los contratos colectivos y por otro, porque para la interpretación
y aplicación de este numeral, debe tomarse en cuenta el respeto a
los derechos humanos de los aspirantes y evitar situaciones de
discriminación contrarias al mandato de trabajo digno contenido
en el artículo 2o. de la Ley Federal del Trabajo.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 532 del Libro 7, correspondiente
al mes de Junio de 2014, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2006605, que dice:

PRODUCTIVIDAD. LOS ARTÍCULOS 153-C, 153-E Y


153-I, DE LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO QUE LA
REGULAN, NO VULNERAN EL DERECHO AL TRABAJO
DIGNO Y EL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD (LEGISLACIÓN
VIGENTE A PARTIR DEL 1o. DE DICIEMBRE DE 2012).

En los preceptos citados se reconoce a la productividad


como un elemento esencial del régimen de capacitación y
adiestramiento; se regula el diseño, la aprobación y la ejecución
de programas y acuerdos de productividad; y se modifican la
denominación y las atribuciones de las Comisiones Mixtas de
Capacitación, Adiestramiento y Productividad. De las
modificaciones en esa materia al sistema normativo concerniente
al Capítulo III bis, denominado "De la productividad, formación y
capacitación de los Trabajadores" de la Ley Federal del Trabajo,
se obtiene que la productividad se planteó como un objetivo, para
el cual se establecerán sistemas, acuerdos y programas donde
deben concurrir patrones, trabajadores, sindicatos, gobiernos y
academia, y en cuya aprobación se privilegiará el consenso.
Asimismo, esas normas buscan garantizar que la productividad se
refleje en una mejor distribución de los ingresos y, sobre todo, que
se concrete en la remuneración de los trabajadores. Además,
debe considerarse que la productividad es un fin legítimo
reconocido por el artículo 25 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, cuya concreción no debe estar
alejada ni resultar contraria a los derechos de los trabajadores.
Por el contrario, es un supuesto necesario para mejorar las
condiciones de empleo, y las medidas que se adopten para
conseguirlas no pueden aplicarse en perjuicio de los derechos
laborales y deben redundar en beneficios para los trabajadores,
por lo que su reconocimiento y regulación no puede considerarse

25
26

lesivo del principio de progresividad previsto en el artículo 1o.


constitucional. Así, las normas en materia de productividad deben
interpretarse para garantizar las condiciones de trabajo digno
exigido por el primer párrafo del artículo 123 de la Constitución
Federal, cuyo contenido se precisa en el numeral 2o. de la Ley
Federal del Trabajo.

Época: Décima Época


Registro: 2003918
Instancia: Primera Sala

AMPARO DIRECTO EN MATERIA PENAL. LA


VÍCTIMA U OFENDIDO DEL DELITO TIENE LEGITIMACIÓN
PARA PROMOVERLO CUANDO SE IMPUGNAN APARTADOS
JURÍDICOS DIVERSOS AL DE LA REPARACIÓN DEL DAÑO
DE LA SENTENCIA DEFINITIVA.
Conforme al principio de progresividad en la protección
de los derechos humanos, entre ellos, los derechos de acceso a la
justicia y recurso efectivo, garantizados en los artículos 1o., 17 y
20 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 8,
numeral 1, y 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, la víctima u ofendido del delito tiene legitimación para
impugnar, a través del juicio de amparo directo, la
constitucionalidad de todos los apartados que conforman la
sentencia definitiva condenatoria. De ahí que no se actualice la
causa de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XVIII,
en relación con el numeral 10, ambos de la Ley de Amparo, por el
hecho de que la víctima u ofendido impugne apartados jurídicos
diversos al de reparación del daño de la sentencia definitiva; lo
anterior es así, toda vez que la legitimación para promover un
juicio constitucional no se constriñe a los supuestos establecidos
expresamente en el referido artículo 10, sino que debe atenderse
con la amplitud de protección establecida en el artículo 20
constitucional y analizar cuando se reclama la afectación personal
y directa de algunos de los derechos humanos ahí reconocidos.
Dicha legitimación es acorde con el principio de equilibrio de las
partes procesales en materia penal y con el reconocimiento de la
calidad de parte activa en el sistema procesal a favor de la víctima
u ofendido del delito, ya que permite exigir el derecho a conocer la
verdad; solicitar que el delito no quede impune; que se sancione al
culpable y se obtenga la reparación del daño, mediante la
impugnación no sólo de la eventual ilegalidad del apartado
concreto de reparación del daño, sino también de los
pronunciamientos judiciales relacionados con los presupuestos de
acreditación del delito, la demostración de la plena
responsabilidad penal del sentenciado y la individualización de
sanciones. Consecuentemente, la legitimación de la víctima u
ofendido del delito para promover juicio de amparo directo debe
interpretarse en sentido amplio y protector como instrumento legal
y eficaz que garantice la protección de sus derechos humanos, en
franca oposición al delineamiento de acciones regresivas.
Contradicción de tesis 371/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2009174
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

AMPARO INDIRECTO. EL PLAZO PARA PROMOVER


EL JUICIO RELATIVO CONTRA AUTOS RESTRICTIVOS DE LA
LIBERTAD PERSONAL DICTADOS EN EL PROCESO PENAL A
PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE 2013, ES EL GENÉRICO DE 15
DÍAS PREVISTO EN EL ARTÍCULO 17 DE LA LEY DE LA
MATERIA.
El plazo para promover el juicio de amparo indirecto
contra autos restrictivos de la libertad personal dictados dentro del
proceso penal que se pronuncien a partir de esa fecha, es el
genérico de 15 días previsto en el artículo 17 de la Ley de
Amparo, lo que es acorde con el principio de progresividad en
materia de protección de los derechos humanos, ya que esa
medida legislativa permite a quienes la ley considera como
víctimas saber con certeza que transcurrido dicho periodo esa
decisión se encuentra firme para poder promover, cuando
legalmente les está permitido, las medidas provisionales que
garanticen una eventual reparación del daño, en términos del
derecho fundamental contenido en la fracción VI del apartado C
del artículo 20 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, el cual dispone que uno de los derechos de los sujetos
pasivos del delito consiste en la posibilidad de solicitar las
medidas cautelares y providencias necesarias para la protección y
restitución de sus derechos. Además, tomando en cuenta que el
nuevo sistema penal acusatorio, conforme al primer párrafo del
artículo 20 constitucional, se regirá por los principios de
publicidad, contradicción, concentración, continuidad e
inmediación, resulta necesario garantizar la secuencia continua de
las fases que lo componen para proteger los derechos de las
víctimas, así como la seguridad jurídica necesaria para que esos
juicios no se prolonguen excesivamente en su perjuicio, y menos
aún en el de los propios procesados. Finalmente, la figura de la
suplencia de la deficiencia de los conceptos de violación o
agravios permite que las personas afectadas con ese tipo de
decisiones presenten su demanda en el plazo de 15 días sin
necesidad de mayor asesoría, porque los órganos de amparo
deben examinar oficiosamente la legalidad del acto reclamado, lo
que implica que sea cual fuere su estrategia defensiva,
corresponde al juzgador examinar con acuciosidad su legalidad,
aun cuando no hayan alegado la violación que encuentre el
órgano de amparo. De ahí que el plazo de 15 días es suficiente
para entablar su defensa, porque basta con que opten por solicitar
la protección de la Justicia Federal para que los Jueces de
Distrito, aun ante la ausencia de conceptos de violación, analicen
si hubo o no violación de sus derechos fundamentales, en
términos del artículo 79, fracción III, y penúltimo párrafo, de la Ley

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28

de Amparo. Lo anterior, además, porque debe tenerse en cuenta


que no hay obligación alguna de mantener invariables los
periodos procesales que con anterioridad se hubiesen instituido
en las leyes que se abrogan, pues salvo los plazos previstos a
nivel constitucional, cualesquiera otros establecidos para el
ejercicio de un derecho se ubican dentro del campo de libertad de
configuración normativa que corresponde al legislador ordinario,
máxime que respecto de los plazos para presentar la demanda de
amparo, los artículos 103 y 107 de la Constitución Federal no
establecen lapso alguno específico para promover el juicio contra
actos restrictivos de la libertad dictados dentro del proceso penal.

Contradicción de tesis 248/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2015296
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DERECHO A LA EDUCACIÓN PÚBLICA SUPERIOR.


EL ESTADO MEXICANO TIENE LA OBLIGACIÓN DE
IMPLANTAR PROGRESIVAMENTE SU GRATUIDAD.
Si bien la configuración mínima del derecho a la
educación pública superior, prevista en el artículo 3o. de la
Constitución Federal, no establece que el Estado Mexicano deba
proveerla de manera gratuita, sino sólo promoverla para lograr
distintos objetivos colectivos necesarios para el desarrollo de la
Nación, lo cierto es que el Estado Mexicano asumió la obligación
de extender la gratuidad también a la educación superior, de
acuerdo con el principio de progresividad previsto en el artículo
1o. constitucional y en las diversas normas internacionales, así
como en el compromiso asumido en el artículo 13, número 2,
inciso c), del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, y en el artículo 13, número 2, inciso c), del
Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, "Protocolo de San Salvador", que establecen que debe
implantarse progresivamente la enseñanza superior gratuita.

Tesis de jurisprudencia 84/2017 (10a.). Aprobada por la


Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de cuatro de octubre
de dos mil diecisiete.

Época: Décima Época


Registro: 2015298
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DERECHO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR. SU


CONTENIDO Y CARACTERÍSTICAS.
El contenido del derecho a la educación superior no está
centrado en la formación de la autonomía personal (esto es, en la
distribución de un bien básico), sino en la materialización de un
plan de vida libremente elegido, por lo que este tipo de educación
tiene como finalidad la provisión de herramientas necesarias para
concretarlo. Asimismo, la educación superior está conectada
estrechamente con la obtención de determinados objetivos
colectivos, tales como el desarrollo del conocimiento científico y
tecnológico, el fomento de la cultura y de actividades económicas,
etcétera; por lo que las obligaciones de promoción del Estado no
pueden desvincularse de estas finalidades sociales cuya
maximización beneficia a la sociedad de manera difusa. Dado que
este tipo de educación se vincula más con la materialización de un
plan de vida que con la provisión de las condiciones necesarias
para su elección, se justifica, prima facie, que la educación
superior no sea obligatoria (porque depende de la libre elección
individual); ni universal (porque requiere la posesión de ciertas
capacidades intelectuales y formación previa para conseguir los
fines de producción y transmisión del conocimiento); ni,
necesariamente, gratuita, aunque el Estado mexicano, en virtud
del principio de progresividad y de diversos compromisos
internacionales, asumió la obligación de extender, paulatinamente,
la gratuidad a la educación pública superior; además, que impere
la libertad de enseñanza y libre discusión de las ideas y que la
oferta esté conectada, al menos en lo concerniente a la educación
superior que imparte el Estado, con la consecución de diversos
objetivos colectivos vinculados con el desarrollo (económico,
social, cultural, etcétera) de la Nación. No obstante, ello no
autoriza a establecer condiciones arbitrarias, pues la educación
superior está sometida al principio de no discriminación y por ello
está vedado imponer condiciones de acceso, permanencia y
conclusión discriminatorias, esto es, que establezcan diferencias
de trato con base en propiedades irrelevantes para la consecución
de los fines de la educación superior o sean inadecuadas,
innecesarias o desproporcionadas.

Tesis de jurisprudencia 83/2017 (10a.). Aprobada por la


Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de cuatro de octubre
de dos mil diecisiete.

Época: Décima Época


Registro: 2015297
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DERECHO A LA EDUCACIÓN. SU CONFIGURACIÓN


MÍNIMA ES LA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 3o.
CONSTITUCIONAL.
El artículo 3o. constitucional configura un contenido
mínimo del derecho a la educación que el Estado Mexicano está
obligado a garantizar con efecto inmediato; contenido que puede y
debe ser extendido gradualmente por imperativo del principio de

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30

progresividad. De una lectura sistemática del párrafo primero y las


fracciones IV y V de esa norma constitucional se advierte una
diferencia entre la educación básica y la educación superior, en
cuanto a sus características, por lo que, en principio, éstas no
necesariamente deben ser las mismas. En efecto, del artículo 3o.
de la Constitución Federal se advierte que el Estado está obligado
a impartir educación preescolar, primaria, secundaria y media
superior. Que la educación básica está conformada por la
educación preescolar, primaria y secundaria. Que la educación
básica y media superior son obligatorias. Que, además, la
educación que imparta el Estado, entendiendo por ésta la
educación básica y media superior, será gratuita y laica. Así como
que el Estado tiene el deber de promover y atender todos los tipos
y modalidades de educación, como la inicial y la superior, que
sean necesarias para la consecución de distintos objetivos
sociales. De aquí se sigue que en nuestro sistema constitucional,
la configuración mínima del derecho a la educación implica que la
educación básica y media superior que imparta el Estado debe ser
gratuita, obligatoria, universal y laica. Y que la educación superior
que imparta el Estado no es obligatoria ni debe ser, en principio,
necesariamente gratuita, aunque no está prohibido que lo sea,
pues bien puede establecerse su gratuidad en virtud del principio
de progresividad; y además, debe respetar otros principios como
el de acceso sobre la base de las capacidades y la no
discriminación en el acceso, permanencia y conclusión, entre
otros.

Tesis de jurisprudencia 79/2017 (10a.). Aprobada por la


Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de cuatro de octubre
de dos mil diecisiete.

Época: Décima Época


Registro: 2006603
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DERECHO AL ASCENSO. EL ARTÍCULO 159 DE LA


LEY FEDERAL DEL TRABAJO, QUE ESTABLECE LOS
REQUISITOS Y CRITERIOS PARA DETERMINARLO, NO
VULNERA LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES NI EL
PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD (LEGISLACIÓN VIGENTE A
PARTIR DEL 1o. DE DICIEMBRE DE 2012).
El precepto citado establece que para cubrir las
vacantes definitivas o provisionales con duración mayor de 30
días y los puestos de nueva creación, se seleccionará a los
trabajadores que tengan: a) la categoría o rango inmediato
inferior; b) ser apto para el puesto; y c) mayor capacitación,
antigüedad, aptitud demostrada y productividad acreditada. En
este sentido, la norma exige tomar en consideración los criterios
de productividad y de antigüedad, junto con el grado de
capacitación y de aptitud para determinar el ascenso de los
trabajadores, de forma que por mandato legal esta decisión no
puede basarse en uno solo, aunado a que en la evaluación de los
criterios precisados deben respetarse los derechos humanos de
los trabajadores y eliminarse las prácticas que propicien
situaciones de discriminación prohibidas por la ley. En ese tenor,
el artículo en cuestión no vulnera los derechos de los trabajadores
ni el principio de progresividad previsto en el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Tesis de jurisprudencia 46/2014 (10a.). Aprobada por la


Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada del nueve
de abril de dos mil catorce.

Época: Novena Época


Registro: 166381
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

ISSSTE. LAS MODIFICACIONES AL ANTERIOR


SISTEMA DE PENSIONES Y EL INCREMENTO DE LAS
CUOTAS A CARGO DEL TRABAJADOR, NO VIOLAN NORMAS
INTERNACIONALES (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL
1o. DE ABRIL DE 2007).
No puede estimarse que las modificaciones al anterior
sistema de pensiones y el incremento de las cuotas a cargo del
trabajador, sean contrarias al principio de progresividad de los
derechos sociales que prevé el artículo 26 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, el artículo 1 del Protocolo
de "San Salvador", adiciona a dicha Convención, así como el
artículo 2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, habida cuenta que dichas modificaciones no
restringen ni menoscaban las prestaciones relativas al seguro de
jubilación, de retiro en edad y tiempo de servicios, invalidez,
muerte y cesantía en edad avanzada e indemnización global que
regulaba la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de
los Trabajadores del Estado de 1983.

Época: Décima Época


Registro: 2019325
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD DE LOS


DERECHOS HUMANOS. SU NATURALEZA Y FUNCIÓN EN EL
ESTADO MEXICANO.
El principio de progresividad que rige en materia de los
derechos humanos implica tanto gradualidad como progreso. La
gradualidad se refiere a que, generalmente, la efectividad de los
derechos humanos no se logra de manera inmediata, sino que
conlleva todo un proceso que supone definir metas a corto,
mediano y largo plazos. Por su parte, el progreso implica que el
disfrute de los derechos siempre debe mejorar. En tal sentido, el

31
32

principio de progresividad de los derechos humanos se relaciona


no sólo con la prohibición de regresividad del disfrute de los
derechos fundamentales, sino también con la obligación positiva
de promoverlos de manera progresiva y gradual, pues como lo
señaló el Constituyente Permanente, el Estado mexicano tiene el
mandato constitucional de realizar todos los cambios y
transformaciones necesarias en la estructura económica, social,
política y cultural del país, de manera que se garantice que todas
las personas puedan disfrutar de sus derechos humanos. Por
tanto, el principio aludido exige a todas las autoridades del Estado
mexicano, en el ámbito de su competencia, incrementar el grado
de tutela en la promoción, respeto, protección y garantía de los
derechos humanos y también les impide, en virtud de su expresión
de no regresividad, adoptar medidas que sin plena justificación
constitucional disminuyan el nivel de la protección a los derechos
humanos de quienes se someten al orden jurídico del Estado
mexicano.

Tesis de jurisprudencia 35/2019 (10a.).

Época: Décima Época


Registro: 2012988
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

RENTA. LOS ARTÍCULOS 112 Y 170, EN RELACIÓN


CON EL 109, FRACCIÓN X, DE LA LEY DEL IMPUESTO
RELATIVO, AL REGULAR SUPUESTOS DE GRAVAMEN
SOBRE UNA MANIFESTACIÓN DE RIQUEZA, CON
INDEPENDENCIA DE QUE ÉSTA SE PREVEA COMO
PRESTACIÓN DE SEGURIDAD SOCIAL, NO VIOLAN LOS
DERECHOS A UNA VIDA DIGNA, A LA SEGURIDAD SOCIAL,
AL MÍNIMO VITAL Y A LA PROPIEDAD PRIVADA, EN EL
CONTEXTO DEL PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD Y NO
REGRESIVIDAD (LEGISLACIÓN VIGENTE HASTA EL 31 DE
DICIEMBRE DE 2013).
Los ingresos regulados como prestaciones de seguridad
social en términos de la normativa aplicable pueden ser objeto del
impuesto sobre la renta, al no existir disposición constitucional que
lo impida. Tal es el caso de los obtenidos con cargo a la
subcuenta del seguro de retiro o a la subcuenta de retiro, cesantía
en edad avanzada y vejez, previstas en la Ley del Seguro Social y
los que obtengan los trabajadores al servicio del Estado con cargo
a la cuenta individual del sistema de ahorro para el retiro, prevista
en la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado, que independientemente del régimen
tributario específico al que se sujeten, son susceptibles de
gravarse con aquel tributo. A partir de lo anterior, se advierte que
los artículos 112 y 170, en relación con el 109, fracción X, de la
Ley del Impuesto sobre la Renta vigente hasta el 31 de diciembre
de 2013, no violan los derechos a una vida digna, a la seguridad
social, al mínimo vital y a la propiedad privada en el contexto del
principio de progresividad y no regresividad, contenidos en los
artículos 1o., 25, 27, 31, fracción IV, 123, apartados A, fracción
XXIX, y B, fracción XI, y 133 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, pues el gravamen que establecen en
su respectivo ámbito impositivo a la renta, no provoca que se deje
de percibir una prestación de seguridad social cuyo propósito es
generar recursos económicos para el retiro de la actividad laboral,
además de que no impide al sujeto obligado llevar una
subsistencia digna a partir de ese momento, ya que el impacto del
tributo recae sólo sobre el excedente al monto exento,
permitiéndole destinar íntegramente el ingreso libre de gravamen
a la atención de sus necesidades básicas, tomando en cuenta que
el desprendimiento patrimonial destinado a cubrir el impuesto no
puede implicar una afectación al derecho de propiedad privada,
porque en todo caso debe ser apreciado como expresión de
cumplimiento de la obligación constitucional consistente en
sostener las cargas públicas, lo que no implica una disminución o
retroceso en la salvaguarda de dichos derechos.

Tesis de jurisprudencia 174/2016 (10a.).

Época: Décima Época


Registro: 2010481
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN


MATERIA PENAL. OPERA EN FAVOR DE LAS PERSONAS
MORALES DE CARÁCTER PRIVADO CUANDO OSTENTAN LA
CALIDAD DE VÍCTIMAS U OFENDIDOS DEL DELITO.
De los artículos 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y 79, fracción II, inciso b), de la Ley de
Amparo, así como de lo resuelto por el Pleno de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación en la contradicción de tesis 360/2013, de
la cual derivó la tesis de jurisprudencia P./J. 1/2015 (10a.), (1) se
advierte que todos los gobernados, incluidas las personas morales
de índole privado, gozarán de los derechos fundamentales. Ahora
bien, si estas últimas ostentan la calidad de víctimas u ofendidos
del delito, tienen a su alcance todas las prerrogativas legales y
jurisprudenciales para hacer valer sus derechos y para promover,
por sí, los medios legales a su alcance, en virtud de que son parte
en el proceso penal, aunque las legislaciones procesales de la
materia no las legitimen, por lo que cuando ejercen por sí sus
derechos fundamentales y acuden a los medios de impugnación
correspondientes, en respeto a la tutela judicial efectiva, bajo
igualdad de condiciones, el órgano jurisdiccional en materia de
amparo debe aplicar en su favor la suplencia de la queja
deficiente. Lo anterior es así, porque ni la evolución jurisprudencial
ni la legal precisan quiénes pueden ser las personas a las que les
asiste el referido beneficio; de ahí que esté dirigido a la totalidad
de supuestos en los que una persona, en su calidad de víctima u
ofendido, acuda al juicio de amparo como quejoso o adherente,

33
34

con independencia de que se trate de una persona física o de una


moral de carácter privado, pues la base fundamental es la
necesidad de brindar equidad procesal entre las partes, en tanto
que el indiciado ya cuenta con dicha suplencia en su favor; sin
que corresponda al juzgador prejuzgar o determinar a priori si
todas las personas morales privadas cuentan con patrimonio
suficiente para allegarse de un debido asesoramiento profesional
o tienen amplias condiciones de ejercer sus derechos y conocer
los rigorismos de la técnica legal, máxime que en algunos casos,
el inculpado podría tener mayor capacidad económica y defensiva
que la víctima o el ofendido, por lo que su posible situación
patrimonial es insuficiente para descartar la suplencia de la queja
deficiente en su favor, ni siquiera por el tipo de intereses que
pudieran estar en juego en el proceso penal, como por ejemplo,
los pecuniarios, pues sólo sería un factor circunstancial. Además,
porque no observarlo así implicaría vulnerar el principio de
progresividad previsto en los artículos 1o., párrafo tercero, de la
Constitución Federal y 26 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, conforme a los cuales, una vez logrado un
avance en el disfrute en materia de derechos humanos, el Estado
no podrá disminuir el nivel alcanzado, por lo que no existe razón
que justifique la exclusión de la protección del derecho que
consigna suplir la queja deficiente a las personas morales de
carácter privado cuando ostenten la calidad de víctimas u
ofendidos del delito, pues la tendencia tanto jurisprudencial como
legislativa ha tenido como pretensión hacer extensivo ese derecho
y no limitarlo.

Contradicción de tesis 76/2015.

1.2 OBLIGACIONES A CARGO DE LAS


AUTORIDADES: PROMOVER, RESPETAR, PROTEGER Y
GARANTIZAR.

A. OBLIGACIÓN DE PROMOVER.
Implica que deben adoptar medidas para impulsar su observancia
y respeto, entre las que destacan las encaminadas a que todos los
agentes estatales estén conscientes de las obligaciones que los
derechos humanos les generan, así como a que las personas
conozcan y comprendan cuáles son sus derechos, pues, entre
mayor sea el conocimiento al respecto, mayor será también la
exigencia de su cumplimiento y eficacia.13

"Esta obligación tiene el objetivo de proveer a las


personas toda la información necesaria para asegurar que sean
capaces de disfrutar el derecho. Es decir, el Estado tiene la
obligación de que las personas conozcan sus derechos y los
13
13 Concepto tomado del libro Derechos Humanos. Parte General, primera edición, México,
Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013, página 82.
mecanismos de defensa, pero también el deber de garantizar que
sepan cómo ejercer mejor esos derechos. Por ejemplo, no basta
con que se tenga acceso al agua potable, la obligación de
promover impone al Estado Parte la adopción de medidas para
que se difunda información adecuada acerca del uso higiénico del
agua, la protección de las fuentes de agua y los métodos para
reducir su desperdicio.--- Así, se trata de una obligación de
carácter netamente progresivo para lograr cambios en la
conciencia pública, en la percepción o en el entendimiento de un
determinado problema. No se trata de un deber meramente
promocional, sino que debe tenderse al desarrollo del
empoderamiento de las personas desde y para los derechos. Ello
requiere una perspectiva que considere a las personas como
titulares de derechos y no como beneficiarias de programas
sociales. En este sentido, las obligaciones son conceptualizadas
como conductas estatales y no como bienes intransferibles"14

B. OBLIGACIÓN DE RESPETAR.
"Implica el deber del Estado de abstenerse de interferir
en su disfrute. Constituye una obligación de no hacer, esto es, una
prohibición para el estado, consistente en no violar o limitar los
derechos inherentes a la persona […] En ese tenor, la obligación
de respetar los derechos humanos implica una limitación al
ejercicio del poder estatal, que tiene sustento en el hecho de que
los derechos humanos definen aquella área que es propia de la
dignidad de las personas, y que el Estado no puede penetrar"15.

"Respetar constituye la obligación más inmediata y


básica de los derechos humanos, en tanto que implica no interferir
con o poner en peligro los derechos. Se trata de una obligación
tendiente (sic) a mantener el goce del derecho; su cumplimiento
es inmediatamente exigible, cualquiera que sea la naturaleza del
derecho. Ninguno de los órganos pertenecientes al Estado, en
cualquiera de sus niveles (federal, local o municipal) e
independientemente de sus funciones (Ejecutivo, Legislativo y
Judicial) debe violentar los derechos humanos por sus acciones.
La Corte IDH señaló en la sentencia del Caso Velásquez
Rodríguez que la protección a los derechos humanos parte de la
afirmación de la existencia de "esferas individuales que el Estado
no puede vulnerar o en los que sólo puede penetrar
limitadamente. Así, en la protección de los derechos humanos,
está necesariamente comprendida la noción de la restricción en el
ejercicio del poder estatal"". Esta obligación se cumple por parte
14
Definición tomada del trabajo intitulado Principios y obligaciones de derechos humanos: los
derechos en acción, elaborado por Daniel Vázquez y Sandra Serrano, Primera Edición,
Suprema Corte de Justicia de la Nación y otros, México, 2013, página 35.

15
15 Concepto tomado del libro Derechos Humanos. Parte General, primera edición, México,
Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013, página 84.

35
36

del Estado mediante abstenciones y se violenta a través de


acciones"16.

C. OBLIGACIÓN DE PROTEGER.
"Esta obligación le exige al Estado que impida abusos a
los derechos de un individuo o grupo y, en consecuencia, que
adopte medidas para garantizar que terceras personas no
interfieran con su disfrute […] Así, la protección de los derechos
humanos consiste en extender la observancia de dichos derechos
a la propia sociedad civil o a sujetos e instituciones no oficiales"17

"Es una obligación dirigida a los agentes estatales en el


marco de sus respectivas funciones para crear el marco jurídico y
la maquinaria institucional necesarios para prevenir las violaciones
a derechos humanos cometidas por particulares. Esto supone
también la creación de dos formas organizacionales distintas:
aparatos de prevención y algunos mecanismos de exigibilidad. Se
debe pensar en aparatos de prevención y mecanismos de
exigibilidad relacionados con posibles violaciones cometidas por
particulares. Estamos frente a una conducta positiva del Estado,
quien debe desplegar múltiples acciones con el fin de proteger a
las personas de las interferencias provenientes de particulares y
de agentes estatales. Sin embargo, debe tenerse precaución
porque diversas acciones estarán relacionadas con la obligación
de proteger los derechos humanos pero a partir sólo de algunos
aspectos institucionales de la medida en cuestión. Para poder
identificar esos puntos de conexión es importante que se tenga en
mente el objetivo principal tanto del aparato como del mecanismo
creado para proteger los derechos humanos: la prevención"18.

D. OBLIGACIÓN DE GARANTIZAR.
"El Estado debe asegurar el pleno y libre ejercicio de los
derechos de la persona y, para ello, ha de adoptar las medidas
necesarias tendentes a remover cualesquiera obstáculos que
pudieran existir para que las personas sujetas a su jurisdicción
disfruten de sus derechos esenciales […] Así, el Estado debe
generar condiciones estructurales, legales y humanas para
asegurar a todas las personas sujetas a su jurisdicción el libre y
pleno ejercicio de los derechos humanos, ello no sólo frente a sus
propios agentes, sino también frente a otros sujetos […] De esta
forma, el Estado, en su conjunto, está obligado a promover,

16
Definición tomada del trabajo intitulado Principios y obligaciones de derechos humanos: los
derechos en acción, elaborado por Daniel Vázquez y Sandra Serrano, Primera Edición,
Suprema Corte de Justicia de la Nación y otros, México, 2013, página 34.
17
Concepto tomado del libro Derechos Humanos. Parte General, primera edición, México,
Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013, página 86.

18
Definición tomada del trabajo intitulado Principios y obligaciones de derechos humanos: los
derechos en acción, elaborado por Daniel Vázquez y Sandra Serrano, Primera Edición,
Suprema Corte de Justicia de la Nación y otros, México, 2013, página 27.
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos; pero,
además derivado de su obligación de garantizar dichos derechos
tiene otros deberes, como son los de prevenir, investigar,
sancionar y reparar las violaciones que contra ellos se cometan"19

"La obligación de garantizar no sólo tiene el objetivo de


mantener el disfrute del derecho, sino también el de mejorarlo y
restituirlo en caso de violación. Fundamentalmente, se trata de
una obligación que exige la conducta positiva del Estado para
asegurar la realización del derecho. La obligación de garantizar
los derechos es la más compleja en términos de la conducta
positiva que se requiere de los órganos estatales, porque implica
una perspectiva global sobre los derechos humanos en el país. En
tanto se trata de asegurar la realización de los derechos humanos
para todas y todos, se hace necesario planear, establecer metas,
crear mecanismos de control, entre otras actividades. La de
garantizar tiene por objeto realizar el derecho y asegurar para
todas y todos la habilidad de disfrutar de los derechos. Por ello
requiere la remoción de todas las restricciones a los derechos y la
provisión de los recursos o la facilitación de las actividades que
aseguren que todas las personas sean sustantivamente iguales
en cuanto a su habilidad para participar como ciudadanas plenas
en una sociedad. En este sentido, la obligación de garantizar
implica, en palabras de la Corte IDH, ""el deber de los Estados
Partes de organizar todo el aparato gubernamental y, en
general, todas las estructuras a través de las cuales se
manifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que
sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno
ejercicio de los derechos humanos"20

TESIS RELATIVAS A LAS OBLIGACIONES A CARGO


DE LAS AUTORIDADES: PROMOVER, RESPETAR,
PROTEGER Y GARANTIZAR.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN, que


puede consultarse en la página 237 del Libro 46, correspondiente
al mes de Septiembre de 2017, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2015141, de rubro y texto:

RECURSO DE RECLAMACIÓN. PROCEDE CONTRA


LA RESOLUCIÓN DE UN INCIDENTE DE NULIDAD DE
NOTIFICACIONES DICTADA POR EL PRESIDENTE DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN (ABANDONO
DE LA TESIS 1a. CIX/2007).

19
Concepto tomado del libro Derechos Humanos. Parte General, primera edición, México,
Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2013, página 86
20
Definición tomada del trabajo intitulado Principios y obligaciones de derechos humanos: los
derechos en acción, elaborado por Daniel Vázquez y Sandra Serrano, Primera Edición,
Suprema Corte de Justicia de la Nación y otros, México, 2013, página 21.

37
38

En la citada tesis aislada, la Primera Sala de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación sostuvo la improcedencia del
recurso de reclamación contra la resolución recaída a un incidente
de nulidad de notificaciones emitida por el Presidente del máximo
tribunal, al considerar que dicha resolución no encuadra en el
concepto de "acuerdos de trámite" a que se refiere el artículo 103,
párrafo primero, de la Ley de Amparo abrogada (numeral 104 de
la ley vigente). Sin embargo, en atención a la reforma al artículo
1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de
2011, en que se obliga a toda autoridad a promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos, los cuales deben ser
interpretados favoreciendo en todo tiempo a las personas la
protección más amplia, la Primera Sala se aparta de dicho criterio
al advertir que resulta en mayor beneficio del justiciable la
interpretación admisible según la cual, el recurso de reclamación
debe considerarse procedente, para permitir en la mayor medida
posible el goce de las garantías judiciales concedidas en la
Constitución Federal y en los tratados internacionales suscritos
por el Estado Mexicano. Así, de la interpretación de los artículos
104 de la Ley de Amparo, 220 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria, y 10, fracción V,
de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se
determina que el recurso de reclamación procede contra la citada
resolución, si se toma en cuenta que en la clasificación tripartita
de las resoluciones judiciales adoptada en el artículo 220 citado, la
categoría de sentencia se reserva sólo para la definitiva o la que
resuelve el juicio; en tanto que los autos son los que resuelven
cuestiones discutibles entre las partes surgidas durante el
proceso, como la admisión de la demanda o de la reconvención, la
resolución de recursos o incidentes, de presupuestos procesales o
de medidas cautelares, entre otros; y, los decretos son simples
determinaciones de trámite, esto es, tienen que ver con
cuestiones meramente ordenatorias del proceso. En ese sentido,
la resolución dictada por el Presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en el incidente de nulidad de notificaciones
entra en la categoría de auto, la cual, junto con los decretos,
deben entenderse incluidos en el concepto de "acuerdos de
trámite" dictados por el presidente, que pueden ser materia del
recurso de reclamación, como lo corrobora el artículo 10 aludido,
al referirse al recurso de reclamación contra las providencias
(como también se conoce a los decretos) o acuerdos del
presidente. En cambio, si se considerara como acuerdos de
trámite sólo a los decretos, se restringiría indebidamente la
procedencia del recurso de reclamación contra diversas
determinaciones de dicho funcionario que causen perjuicio a las
partes, como el desechamiento de un recurso, el desconocimiento
o la admisión de la personalidad de alguna de las partes, etcétera,
que corresponden con la categoría de autos, y se contravendría la
finalidad que supuso la introducción de este recurso en la Ley de
Amparo, consistente en poner al alcance del justiciable un medio
para controlar la legalidad de las determinaciones tomadas por el
Presidente del tribunal de amparo que les causaran perjuicio y
que, por falta de reglamentación legal en aquel momento, no
podían impugnarse.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 379 del Libro 37, correspondiente al mes
de Diciembre de 2016, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación, con número de registro:
2013217, de epígrafe y contenido:

PRINCIPIO DE PROGRESIVIDAD. ES APLICABLE A


TODOS LOS DERECHOS HUMANOS Y NO SÓLO A LOS
LLAMADOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES. El
principio de progresividad estuvo originalmente vinculado a los -
así llamados- derechos económicos, sociales y culturales, porque
se estimaba que éstos imponían a los Estados, sobre todo,
obligaciones positivas de actuación que implicaban el suministro
de recursos económicos y que su plena realización estaba
condicionada por las circunstancias económicas, políticas y
jurídicas de cada país. Así, en los primeros instrumentos
internacionales que reconocieron estos derechos, se incluyó el
principio de progresividad con la finalidad de hacer patente que
esos derechos no constituyen meros "objetivos programáticos",
sino genuinos derechos humanos que imponen obligaciones de
cumplimiento inmediato a los Estados, como la de garantizar
niveles mínimos en el disfrute de esos derechos, garantizar su
ejercicio sin discriminación, y la obligación de tomar medidas
deliberadas, concretas y orientadas a su satisfacción; así como
obligaciones de cumplimiento mediato que deben ser acometidas
progresivamente en función de las circunstancias específicas de
cada país. Ahora bien, esta Primera Sala considera que, a pesar
de su génesis histórica, el principio de progresividad en nuestro
sistema jurídico es aplicable a todos los derechos humanos y no
sólo a los económicos, sociales y culturales. En primer lugar,
porque el artículo 1o. constitucional no hace distinción alguna al
respecto, pues establece, llanamente, que todas las autoridades
del país, en el ámbito de sus competencias, están obligadas a
proteger, garantizar, promover y respetar los derechos humanos
de conformidad, entre otros, con el principio de progresividad. En
segundo lugar, porque esa fue la intención del Constituyente
Permanente, como se advierte de distintos momentos del proceso
legislativo. Pero además, porque la diferente denominación que
tradicionalmente se ha empleado para referirse a los así llamados
derechos civiles y políticos y distinguirlos de los económicos,
sociales y culturales, no implica que exista una diferencia
sustancial entre ambos grupos, ni en su máxima relevancia moral,
porque todos ellos tutelan bienes básicos derivados de los
principios fundamentales de autonomía, igualdad y dignidad; ni en
la índole de las obligaciones que imponen, específicamente, al
Estado, pues para proteger cualquiera de esos derechos no sólo
se requieren abstenciones, sino, en todos los casos, es precisa la
provisión de garantías normativas y de garantías institucionales

39
40

como la existencia de órganos legislativos que dicten normas y de


órganos aplicativos e instituciones que aseguren su vigencia, lo
que implica, en definitiva, la provisión de recursos económicos por
parte del Estado y de la sociedad.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 1633 del Libro 23, Octubre de 2015, Tomo
II, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, con número de registro: 2010213, de título y
contenido:

ACCESO A LA JUSTICIA. LA OBLIGACIÓN DE


REPARAR A LA PARTE QUEJOSA CUANDO SE HA
CONCLUIDO QUE EXISTE UNA VIOLACIÓN A SUS
DERECHOS HUMANOS, CONSTITUYE UNA DE LAS FASES
IMPRESCINDIBLES DE AQUÉL.
El objeto del amparo es restituir a la parte quejosa en el
pleno goce de su derecho violado, así como obligar a la autoridad
responsable a respetar y cumplir con los derechos que se
estimaron violados, ante lo cual, el efecto de una sentencia de
amparo debe caracterizarse por una ductilidad que permita tutelar
de la manera más efectiva posible los derechos de las personas.
Al respecto, la Primera Sala ha destacado que una de las formas
que pueden adoptar las garantías de protección con el fin de
tutelar derechos humanos son aquellas que, por un lado, buscan
producir el acto que promueve o protege tales derechos y, por
otro, aquellas que sancionan la omisión de actuación por quienes
están constitucionalmente exigidos a promover, respetar y
proteger los derechos humanos. Esta Primera Sala recuerda que
para prevenir la impunidad, las autoridades tienen la obligación,
de conformidad con el artículo 1o. constitucional, de respetar y
garantizar los derechos humanos reconocidos en dicho texto y en
los tratados de que México sea parte. La investigación de las
violaciones a los derechos humanos con la finalidad de evitar la
impunidad y restablecer, en la medida de lo posible, la plenitud de
los derechos humanos, es una obligación de garantía del libre y
pleno ejercicio de los individuos. Finalmente, esta Primera Sala
destaca que las autoridades pueden ser consideradas
responsables por no ordenar, practicar o valorar pruebas que
podrían ser fundamentales para el debido esclarecimiento de los
hechos, por lo que deben ser investigadas ante dichas acciones y
omisiones.

Época: Décima Época


Registro: 2004677
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
DEFINITIVIDAD EN EL JUICIO DE AMPARO
INDIRECTO. SE ACTUALIZA UNA EXCEPCIÓN A ESTE
PRINCIPIO EN LOS CASOS EN LOS QUE ESTÉ
INVOLUCRADO UN MENOR DE EDAD, CUANDO EL
RECURSO ORDINARIO NO ADMITE LA SUSPENSIÓN DEL
ACTO.
En términos del artículo 1o. de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, en su texto reformado por
decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10 de
junio de 2011, todas las autoridades, en el ámbito de sus
competencias, tienen la obligación de promover, proteger,
respetar y garantizar los derechos humanos, de conformidad con
los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad y, particularmente, otorgar una protección especial a
los derechos de la infancia por las circunstancias de vulnerabilidad
en que se hallan. Por lo anterior, y en términos de los artículos
107, fracción III, inciso b), de la propia Constitución y 73, fracción
XIII, de la Ley de Amparo, vigente hasta el 2 de abril de 2013, se
sigue que se actualiza una excepción al principio de definitividad
en el juicio de amparo indirecto en aquellos casos en los que esté
involucrado un menor de edad, cuando, de acuerdo con la
legislación aplicable al caso, el recurso ordinario que deba
agotarse no admita suspensión y cualquiera de las partes alegue
un riesgo para el menor en caso de ejecutarse la resolución
impugnada, pues en ese supuesto el recurso es inadecuado o
ineficaz para alejarlo de la situación de vulnerabilidad en que
pueda encontrarse. Lo anterior es así, pues el principio de
definitividad supone la existencia de recursos idóneos, efectivos,
oportunos y aptos para reparar oportuna y adecuadamente las
violaciones a las leyes cometidas en el acto o resolución
impugnada.

Contradicción de tesis 139/2013.

1.3 DERECHOS HUMANOS Y GARANTÍAS


CONSTITUCIONALES.

El decreto publicado en el D.O.F. de 10 de junio de


2011, que modificó la denominación del capítulo I del título
primero de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y reformó diversos artículos de la misma, sustituyó, en
términos generales, la expresión "garantías individuales" por la de
"derechos humanos".
El texto de su artículo 1º, párrafo primero, previo a la
aludida modificación, era el siguiente: "En los Estados Unidos
Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta
Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse,
sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece
[…]".

41
42

El texto de dicho artículo y párrafo, a raíz de la precitada


modificación, es como sigue: "En los Estados Unidos
Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así
como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no
podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo
las condiciones que esta Constitución establece […]".

Como se deriva de la confrontación de los párrafos


transcritos, actualmente, se distingue entre los llamados
derechos humanos y las garantías para su protección
(distinción que no se había realizado en la redacción de las
Constituciones previas).

El concepto de derechos humanos tiene carácter


fundamentalmente sustantivo y comprende los diversos derechos
que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y
los tratados internacionales de los que México es parte reconocen
a las personas, en cuanto que son inherentes a su dignidad
humana: el derecho a la vida, a la integridad personal, a la
libertad, a la protección de la honra y la dignidad, etcétera. Son los
derechos que originalmente fueron considerados naturales,
inalienables e imprescriptibles por los filósofos iusnaturalistas y de
la Ilustración, y como tales fueron reconocidos en las
declaraciones de derechos de los Estados que se formaron a
partir de las colonias inglesas en América (de 1776 a 1784) y en la
Declaración francesa de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789.

El concepto de garantías constitucionales es


básicamente de carácter procesal, y comprende todas las
condiciones necesarias para el ejercicio y la defensa de los
derechos humanos ante los tribunales, a través del proceso. Este
es uno de los significados que Fix-Zamudio reconoce a la
expresión "garantías constitucionales": "derechos subjetivos
públicos conferidos expresa o implícitamente a los justiciables por
las normas constitucionales, con el objeto de que puedan obtener
las condiciones necesarias para la resolución justa y eficaz de las
controversias en las cuales intervienen".

La Primera Sala de la SCJN, sostiene que las garantías


de protección de los derechos humanos son técnicas y medios
que permiten lograr la eficacia de los mismos; en su ausencia, el
goce de los derechos que reconoce nuestro orden constitucional
no puede materializarse en las personas.

Las garantías procesales también son derechos


humanos pero se les llama garantías porque su finalidad,
precisamente, consiste en asegurar o garantizar el ejercicio y la
defensa de los derechos ante los tribunales, por lo que tienen un
evidente carácter instrumental. En este caso se encuentran la
garantía de audiencia o derecho al debido proceso, la garantía
o derecho al juez natural, la garantía de exacta aplicación de
la ley penal, la de legalidad de las sentencias en los juicios civiles
(en sentido amplio) el derecho a la tutela jurisdiccional, etcétera.

En consecuencia, se puede afirmar que aunque en el


artículo 1º reformado de la CPEUM se distingue entre los
derechos humanos y las garantías para su protección, los
derechos que dicho ordenamiento reconoce a las personas para
ejercerlos ante los tribunales, por medio del proceso, además de
ser derechos humanos, tienen también el carácter de garantías
constitucionales.

Es claro que los instrumentos procesales destinados


expresamente al conocimiento y resolución de los litigios sobre la
interpretación y aplicación de las normas constitucionales (el juicio
de amparo, las controversias constitucionales y las acciones de
inconstitucionalidad) constituyen garantías constitucionales, pues
son medios previstos expresamente para el ejercicio y defensa de
las normas constitucionales.21

Es importante resaltar que frecuentemente se han


confundido como sinónimos los términos derechos y garantías.
Existe una clara diferenciación, pues mientras los primeros son
aquellas facultades o valores esenciales que tiene cada
persona, las garantías son aquellos mecanismos de protección
con que cuenta una persona para hacer eficaz el ejercicio de
un derecho. Jurídicamente, garantías son los mecanismos que la
ley pone a disposición de la persona para que pueda defender sus
derechos, reclamar cuando corren peligro de ser conculcados o
indebidamente restringidos y, por último obtener la reparación
cuando son violados. Esta definición resulta muy esclarecedora
pues evidencia que las "garantías de los derechos" constituyen
mecanismos de protección tanto para evitar una violación como
para reparar los daños, cuando un derecho se ha visto
efectivamente conculcado. Los Derechos Humanos sin
mecanismos de protección constituyen tan solo "letra muerta", por
esto es tan importante conocer las garantías constitucionales
como mecanismos de defensa de los derechos humanos.22

2. CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD.

21
Las ideas hasta aquí expuestas, fueron tomadas del artículo que elaboró José Ovalle Favela para la
revista del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; el nombre del artículo es Derechos
humanos y garantías constitucionales; y la revista puede consultarse en:
http://revistas.juridicas.unam.mx/
22
Esta última consideración, fue tomada del trabajo elaborado por María Judith Salgado (Doctora en
Jurisprudencia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; Diploma Superior en Derechos Humanos
y Seguridad Democrática de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO; y Presidenta de la
Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos); el cual se intitula Garantías constitucionales y
derechos humanos de las mujeres; el que puede consultarse en la siguiente dirección electrónica:
http://www.flacso.org.ec/docs/safismsalgado.pdf

43
44

2.1 EXPEDIENTES VARIOS 912/2010 Y


CONTRADICCIÓN DE TESIS 293/2011, DEL PLENO DE LA
SCJN.

A. EXPEDIENTE VARIOS 912/2010 (CASO ROSENDO


RADILLA PACHECO).

ANTECEDENTES DEL CASO:


El 25 de agosto de 1974, el señor Rosendo Radilla
Pacheco fue presuntamente víctima de desaparición forzada por
elementos del Ejército Mexicano destacados en el municipio de
Atoyac de Álvarez, Guerrero. Luego de varias denuncias
interpuestas ante instancias estatales y federales por los
familiares del señor Rosendo Radilla Pacheco, el 15 de noviembre
de 2001, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los
Derechos Humanos y la Asociación de Familiares Detenidos-
Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos
Humanos en México, presentaron una denuncia contra el Estado
mexicano en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Ante el incumplimiento del Estado mexicano respecto de


las recomendaciones hechas por la Comisión Interamericana, el
15 de marzo de 2008, ese órgano internacional sometió el caso a
la CIDH. El 23 de noviembre de 2009, dicha Corte Interamericana
dictó sentencia condenatoria, notificando al Estado mexicano el 9
de febrero de 2010. Con esa misma fecha, un extracto de la
sentencia del Caso Radilla Pacheco se publicó en el Diario Oficial
de la Federación.
Ante tal hecho, el 26 de mayo siguiente, el entonces
Presidente de la SCJN formuló una consulta al Tribunal Pleno de
ese Alto Tribunal, por lo que se formó el expediente Varios
489/2010. El 7 de septiembre de 2010, el Pleno resolvió la
Consulta a trámite mencionada, ordenando se determinara cuál
debería ser la participación del Poder Judicial Federal en el
cumplimiento de la sentencia del caso Radilla Pacheco, por lo cual
sería necesario realizar lo siguiente:
I. Analizar si se configura alguna de las salvedades que
condicionaron el reconocimiento de la competencia contenciosa
de la CrIDH por parte de México. Las salvedades a que se refiere
este punto son dos:
La primera tenía que ver con el anterior texto del artículo
33 constitucional que establecía la facultad exclusiva del
Presidente de la República para expulsar –inmediatamente y sin
necesidad de juicio previo– a cualquier extranjero cuya
permanencia se estimara inconveniente, así como la prohibición
de que los extranjeros intervinieran en asuntos políticos del país.
La segunda salvedad fue en el sentido de que la
aceptación de la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana, solamente operaría en relación con los hechos o
los actos jurídicos posteriores a la fecha de reconocimiento. Es
decir, la aceptación no tendría efectos sobre cuestiones del
pasado.
II. Interpretar el alcance de las reservas o declaraciones
interpretativas que formuló el Estado mexicano al adherirse a la
Convención Americana de Derechos Humanos así como a la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas. Respecto a este punto, las reservas y declaraciones
interpretativas que hizo México, fueron las siguientes:
1. Reconocer el derecho de voto activo a los ministros
de culto religioso (Reserva a la Convención Americana);
2. Reconocer el derecho de asociación con fines
políticos a los ministros de culto religioso (Reserva a la
Convención Americana);
3. Presentarse a un procedimiento ante la Corte
Interamericana y, en su caso, cumplir con la sentencia que ésta
emita si el asunto tiene que ver con la aplicación del artículo 33
constitucional (Reserva a la Convención Americana);
4. Cumplir con una sentencia de la Corte Interamericana
que determine violaciones a la Convención Americana y a la
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas, por hechos y actos previos al reconocimiento de su
competencia, salvo los casos de violaciones continuas o
permanentes tales como la desaparición forzada de personas;
5. Reconocer la falta de competencia de los tribunales
militares para conocer de los hechos constitutivos de desaparición
forzada de persona cometidos por los militares en servicio, así
como considerar de tribunales especiales a esos órganos
jurisdiccionales (reserva al artículo IX de la Convención sobre la
Desaparición Forzada de Personas).
III. Definir qué obligaciones concretas le resultan al
Poder Judicial de la Federación y la forma de instrumentarlas.
EN EL PROYECTO SE PROPUSO:
Al desarrollar lo ordenado por los tres puntos arriba
referidos, cabe mencionar lo siguiente de la propuesta en algunos
considerandos:
CONSIDERANDO QUINTO. Que no se configuraba
ninguna de las salvedades que condicionaron el reconocimiento
de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana por
parte de México, por lo que la sentencia que se analiza resulta
obligatoria.
CONSIDERANDO SEXTO. Que las reservas o
declaraciones interpretativas que formuló el Estado mexicano al
adherirse a la Convención Americana de Derechos Humanos y a
la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas no impiden cumplir con lo ordenado por la sentencia. En
específico, la reserva hecha por México al artículo IX de la
Convención sobre Desaparición Forzada de Personas fue
declarada inválida por la Corte Interamericana pues implica el
desconocimiento del derecho humano al juez natural en la
investigación y eventual sanción de los responsables.
CONSIDERANDO SÉPTIMO. Que una vez determinado
el cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana, a fin

45
46

de determinar las obligaciones a cargo del Poder Judicial de la


Federación, debe distinguirse entre las obligaciones concretas de
índole administrativa y las que tienen que ver con la emisión de
criterios interpretativos que en lo futuro deben adoptar los órganos
jurisdiccionales del país.
CONSIDERANDO OCTAVO. Que por su importancia, el
párrafo 339 de la sentencia de la Corte Interamericana en el caso
del señor Rosendo Radilla Pacheco obliga únicamente a los
jueces federales a realizar un control de convencionalidad de
oficio de las leyes respecto de la Convención Americana de
Derechos Humanos.
CONSIDERANDO NOVENO. Que consecuentemente,
como el párrafo segundo del artículo 1° de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos dispone que las normas
relativas a los derechos humanos se interpretarán de acuerdo con
lo que ella establece y de conformidad con los tratados
internacionales de la materia, favoreciendo en todo tiempo a las
personas la protección más amplia, a partir de ahora, el fuero
militar establecido en el artículo 57 del Código de Justicia Militar
no podrá operar bajo ninguna circunstancia frente a situaciones
que vulneren derechos humanos de civiles.
CONSIDERANDO DÉCIMO. Que respecto a las
obligaciones administrativas, el Poder Judicial de la Federación
está obligado a cumplir con las siguientes medidas de reparación:

a. Establecer programas o cursos permanentes relativos


al análisis de la jurisprudencia del Sistema interamericano,
especialmente en los temas de:
• Límites de la jurisdicción militar.
• Garantías judiciales y protección judicial.
• Estándares internacionales aplicables a la
administración de justicia.

b. Crear un programa de formación sobre el debido


juzgamiento de hechos constitutivos de desaparición forzada de
personas, con atención especial en:

• Elementos legales, técnicos y científicos para evaluar


integralmente el fenómeno de desaparición forzada.
• Utilización de la prueba circunstancial, los indicios y las
presunciones para la valoración de este tipo de casos de acuerdo
a la especial naturaleza de la desaparición forzada.

RESOLUCIÓN DEL CASO:


En la sesión de 5 de julio de 2011, al analizar el
considerando quinto, por mayoría de 8 votos se estableció que
frente a las sentencias condenatorias no se pueden revisar las
excepciones y salvedades o interpretaciones hechas por el Estado
mexicano.
También se determinó, por unanimidad de votos, que las
sentencias condenatorias de la Corte IDH son obligatorias para el
Poder Judicial en sus términos. Asimismo, por mayoría de 6 votos,
se determinó que los criterios interpretativos contenidos en la
jurisprudencia de la Corte IDH son orientadores para el Poder
Judicial de la Federación cuando México no sea parte de los
casos en los que se generó dicha jurisprudencia.
En la sesión del 7 de julio siguiente, al discutir el
considerando sexto, se ratificó la votación de la anterior sesión,
respecto del primer punto que se analizó.
Respecto del considerando séptimo, referente a la
clasificación que hace el proyecto en el sentido de determinar
obligaciones para adoptar criterios interpretativos y aquellas de
índole administrativa (derivadas de la sentencia condenatoria), la
ministra ponente modificó su proyecto para hacerlo meramente
declarativo, obteniéndose una mayoría de 10 votos a favor de la
propuesta.
En la sesión del 12 de julio, cuando se realizó la
votación sobre el considerando octavo que se refiere al control de
convencionalidad, se decidió por mayoría de 7 votos, que de
conformidad con el párrafo 339 de la sentencia dictada por la
Corte IDH en el caso Rosendo Radilla Pacheco, "el Poder Judicial
de la Federación debe ejercer el control de convencionalidad ex
officio entre las normas internas y la Convención Americana en el
marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones
procesales correspondientes". Además, el Tribunal Pleno resolvió,
por mayoría de 7 votos, que la obligación de realizar el control de
convencionalidad es para todos los jueces del Estado Mexicano.

En relación con el considerando noveno, que se refiere


a la restricción al fuero militar, se decidió por unanimidad de 10
votos (ante la ausencia de la Ministra Luna Ramos por comisión
oficial) con las "salvedades" de los Ministros Franco González
Salas, Pardo Rebolledo, Aguilar Morales y Aguirre Anguiano, que
del contenido de los párrafos 337 a 342 de la sentencia bajo
análisis existen obligaciones para los jueces del Estado mexicano
de ejercer el control de convencionalidad.
Asimismo, por unanimidad de 10 votos, se dispuso que
los jueces del Estado mexicano deberán replicar en casos futuros
el criterio de restricción del fuero militar, en cumplimiento de la
sentencia del caso Radilla y en aplicación del artículo 1º
constitucional. También, por unanimidad de 10 votos, se resolvió
que la Suprema Corte, deberá reasumir su competencia originaria
para conocer de los conflictos competenciales entre la jurisdicción
militar y la civil para la efectividad del cumplimiento y en aplicación
del artículo 1º constitucional.

47
48

Finalmente, al analizar el considerando décimo, el


Ministro Cossío Díaz (en su calidad de ponente sustituto) realizó
una propuesta de modificación al proyecto original; dicha
propuesta desarrollaba en 6 puntos las medidas que se debían de
adoptar por el Poder Judicial de la Federación y que fueron
votadas de la siguiente manera:
1. Por mayoría de 8 votos (con la salvedad del Ministro
Pardo Rebolledo), generar cursos para el Poder Judicial Federal
sobre: a) el conocimiento general de la jurisprudencia de la Corte
Interamericana y el sistema interamericano; y b) sobre
desaparición forzada.
2. Por mayoría de 7 votos, garantizar que la
averiguación previa del caso Radilla Pacheco permanezca en la
jurisdicción ordinaria y no vuelva a la jurisdicción militar.
3. Por mayoría de 7 votos, que todos los jueces del
Estado mexicano están obligados a inaplicar las normas contrarias
a la Constitución y a los tratados internacionales en materia de
derechos humanos y que se proponga la modificación de la
jurisprudencia P./J. 74/99.
4. Por mayoría de 7 votos (con las salvedades y
reservas de los Ministros Zaldívar Lelo de Larrea, Valls
Hernández, Sánchez Cordero y Silva Meza), que el Poder Judicial
Federal deberá adecuar sus "subsecuentes interpretaciones
constitucionales y legales sobre la competencia material y
personal de la jurisdicción militar con los estándares
internacionales en materia de derechos humanos".
5. Por mayoría de 7 votos, que la SCJN deberá
garantizar "el acceso al expediente y la expedición de copias del
mismo para las víctimas, por supuesto esto en el ámbito de sus
competencias".
6. Por unanimidad de 10 votos, comunicar a los
tribunales correspondientes que cuando tengan algún asunto
vinculado a desaparición forzada, informen a la SCJN para que
ésta ejerza su competencia originaria o, en su caso, la facultad de
atracción.
Por decisión del Pleno, el engrose de este asunto se
discutió en una sesión privada. El Ministro Presidente Silva Meza
precisó que "la resolución de hoy (14 de julio de 2011) consolida
el Estado democrático de Derecho".
PUNTOS RESOLUTIVOS:
PRIMERO. La participación del Poder Judicial de la
Federación en la ejecución de la sentencia dictada por la Corte
IDH en el "Caso Radilla Pacheco contra los Estados Unidos
Mexicanos" se circunscribe a los términos precisados en la
presente ejecutoria.
SEGUNDO. Infórmese esta determinación al Pleno del
Consejo de la Judicatura Federal, y al titular del Poder Ejecutivo
Federal por conducto de las Secretarías de Gobernación y de
Relaciones Exteriores, para los efectos a que haya lugar.
NOTA: conjuntamente con el presente archivo que
contiene todos los subtemas que al suscrito correspondió
desarrollar, se enviará como ANEXO 1, la sentencia del caso
Rosendo Radilla Pacheco, del índice de la CrIDH.

TESIS RELACIONADAS CON EL EXPEDIENTE


VARIOS 912/2010.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 430 del Libro 27, correspondiente
al mes de Febrero de 2016, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2010954, que dice:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. CONDICIONES
GENERALES PARA SU EJERCICIO.
La autoridad judicial, para ejercer el control ex officio en
los términos establecidos en el expediente Varios 912/2010 de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, debe asegurarse que se
ha actualizado la necesidad de hacer ese tipo de control, es decir,
en cada caso debe determinar si resulta indispensable hacer una
interpretación conforme en sentido amplio, una en sentido estricto
o una inaplicación, lo cual ocurre cuando se está en presencia de
una norma que resulta sospechosa o dudosa de cara a los
parámetros de control de los derechos humanos. De este modo,
cuando una norma no genera sospechas de invalidez para el
juzgador, por no parecer potencialmente violatoria de derechos
humanos, entonces no se hace necesario un análisis de
constitucionalidad y convencionalidad exhaustivo, porque la
presunción de constitucionalidad de que gozan todas las normas
jurídicas no se ha puesto siquiera en entredicho. Lo anterior es
así, porque como se señaló en el citado expediente Varios, las
normas no pierden su presunción de constitucionalidad sino hasta
que el resultado del control así lo refleje, lo que implica que las
normas que son controladas puedan incluso salvar su presunción
de constitucionalidad mediante la interpretación conforme en
sentido amplio, o en sentido estricto.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 186 del Libro 18, correspondiente
al mes de Mayo de 2015, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2009179, que dice:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. NO ES UNA CUESTIÓN
DE SUBSIDIARIEDAD, POR LO QUE DEBE LLEVARSE A
CABO AUN CUANDO EL DERECHO HUMANO DE QUE SE
TRATE ESTÉ CONTENIDO EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.
La obligación de ejercer el control ex officio de constitucionalidad y
convencionalidad de una norma se actualiza aun en aquellos
casos en los que el derecho humano de que se trate esté

49
50

regulado en la propia Constitución Federal. Lo anterior, porque el


Tribunal Pleno, al resolver el expediente Varios 912/2010, no hizo
esa acotación, ni determinó que el control ex officio fuera una
cuestión de subsidiariedad, sino que más bien recalcó que los
jueces y todas las autoridades del país estaban obligados a velar
por los derechos humanos y que esa vigilancia se traducía, en el
caso de los juzgadores, en un problema interpretativo; para ello,
se requiere que lleven a cabo efectivamente ese control en
aquellos casos en los que la norma que se va a aplicar despierte
sospechas para la autoridad aplicadora o sea señalada por el
interesado como violatoria de derechos en el juicio de amparo; en
esos supuestos, deberá además llevar a cabo el ejercicio en los
tres pasos que indica el expediente Varios 912/2010:
interpretación conforme en sentido amplio, interpretación
conforme en sentido estricto y, en su caso, inaplicación.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 534 del Libro 9, Agosto de 2014, Tomo I,
de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, con número de registro: 2007239, que dice:

REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. LAS REGLAS


PARA SU PROCEDENCIA DEBEN EXTENDERSE A LA
IMPUGNACIÓN DE NORMAS GENERALES POR
CONTRAVENIR CONVENCIONES O TRATADOS
INTERNACIONALES VINCULANTES PARA EL ESTADO
MEXICANO.
Los criterios sobre la procedencia de la revisión en
amparo directo, derivados de la interpretación de los artículos 107,
fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 83, fracción V, de la Ley de Amparo abrogada (81,
fracción II, de la vigente), y 10, fracción III, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación, no han sido modificados en lo
esencial por la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 10 de junio de 2011, ni por las pautas
interpretativas establecidas en la jurisprudencia de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación, a propósito de los artículos 1o. y
133 constitucionales, al resolver el expediente varios 912/2010.
Esto es, las reglas de la procedencia referida se mantienen
incólumes en lo esencial y deben, en consecuencia, ser
entendidas de la misma forma en que se han aplicado
históricamente, con la única variable de que, con el llamado
"nuevo paradigma constitucional", también es posible considerar
como cuestión de constitucionalidad, para efectos de la
procedencia de la revisión en amparo directo, aquellos
planteamientos hechos para intentar demostrar que alguna norma
general es contraria a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos o algún otro tratado o instrumento internacional que
resulte vinculante para el Estado Mexicano. Asimismo, las
solicitudes de interpretación directa de algún precepto
constitucional o el ejercicio oficioso de los Tribunales Colegiados
de Circuito a este respecto, así como todas las reglas que para
ello se han elaborado jurisprudencialmente, deben extenderse a
los referidos instrumentos internacionales. Consecuentemente,
cuando en los conceptos de violación no se plantee una cuestión
de constitucionalidad o convencionalidad, y el Tribunal Colegiado
de Circuito no haga pronunciamiento al respecto, lo conducente,
con independencia de lo que se alegue en el recurso de revisión,
es desecharlo por improcedente; es decir, es innecesario analizar
los agravios, pues el desechamiento tiene lugar con el solo
estudio de la demanda y la sentencia de amparo.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 793 del Libro 5, correspondiente al mes de
Abril de 2014, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, con número de registro:
2006165, de rubro y texto:

CONTROL DE CONVENCIONALIDAD. DIFERENCIAS


ENTRE SU EJERCICIO EN SEDE NACIONAL E
INTERNACIONAL.
Debe distinguirse entre el control de convencionalidad
que deben ejercer las autoridades nacionales, en este caso en el
Poder Judicial mexicano, en el ámbito de sus atribuciones, del
control de convencionalidad ejercido por los órganos del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos. Por un
lado, el control de convencionalidad deben ejercerlo los jueces o
juezas nacionales en el estudio de casos que estén bajo su
conocimiento, en relación con los derechos reconocidos en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte,
así como con sus interpretaciones, realizadas por los órganos
autorizados, como lo establecen las sentencias condenatorias en
los casos Rosendo Radilla Pacheco, Rosendo Cantú y otra,
Fernández Ortega y otras y Cabrera García y Montiel Flores,
todas contra el Estado Mexicano. Dicho criterio fue desarrollado
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el expediente
varios 912/2010. Por otro lado, existe el control de
convencionalidad realizado por los órganos del Sistema
Interamericano de Protección de Derechos Humanos, a saber, la
Comisión y la Corte Interamericanas de Derechos Humanos para
determinar si, en un caso de su conocimiento, se vulneraron o no
derechos humanos reconocidos en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos; es decir, si en el caso específico
sometido a su conocimiento, las autoridades de un Estado Parte
hicieron o no un control de convencionalidad previo y adecuado y,
de ser el caso, determinar cuál debió haber sido dicha
interpretación. Así pues, la Corte Interamericana es la intérprete
última de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y,
dentro de dicha interpretación, tiene la facultad para analizar si
sus decisiones han sido o no cumplidas.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 639 del Libro 3, correspondiente al mes de

51
52

Febrero de 2014, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del


Semanario Judicial de la Federación, con número de registro:
2005622, que dice:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. CONDICIONES
GENERALES PARA SU EJERCICIO.
La autoridad judicial, para ejercer el control ex officio en
los términos establecidos en el expediente Varios 912/2010 de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, debe asegurarse que se
ha actualizado la necesidad de hacer ese tipo de control, es decir,
en cada caso debe determinar si resulta indispensable hacer una
interpretación conforme en sentido amplio, una en sentido estricto
o una inaplicación, lo cual ocurre cuando se está en presencia de
una norma que resulta sospechosa o dudosa de cara a los
parámetros de control de los derechos humanos. De este modo,
cuando una norma no genera sospechas de invalidez para el
juzgador, por no parecer potencialmente violatoria de derechos
humanos, entonces no se hace necesario un análisis de
constitucionalidad y convencionalidad exhaustivo, porque la
presunción de constitucionalidad de que gozan todas las normas
jurídicas no se ha puesto siquiera en entredicho. Lo anterior es
así, porque como se señaló en el citado expediente Varios, las
normas no pierden su presunción de constitucionalidad sino hasta
que el resultado del control así lo refleje, lo que implica que las
normas que son controladas puedan incluso salvar su presunción
de constitucionalidad mediante la interpretación conforme en
sentido amplio, o en sentido estricto.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 639 del Libro 3, correspondiente al mes de
Febrero de 2014, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, con número de registro:
2005623, que dice:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. NO ES UNA CUESTIÓN
DE SUBSIDIARIEDAD, POR LO QUE DEBE LLEVARSE A
CABO AUN CUANDO EL DERECHO HUMANO DE QUE SE
TRATE ESTÉ CONTENIDO EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.

La obligación de ejercer el control ex officio de


constitucionalidad y convencionalidad de una norma se actualiza
aun en aquellos casos en los que el derecho humano de que se
trate esté regulado en la propia Constitución Federal. Lo anterior,
porque el Tribunal Pleno, al resolver el expediente Varios
912/2010, no hizo esa acotación, ni determinó que el control ex
officio fuera una cuestión de subsidiariedad, sino que más bien
recalcó que los jueces y todas las autoridades del país estaban
obligadas a velar por los derechos humanos y que esa vigilancia
se traducía, en el caso de los juzgadores, en un problema
interpretativo; para ello, se requiere que lleven a cabo
efectivamente ese control en aquellos casos en los que la norma
que se va a aplicar despierte sospechas para la autoridad
aplicadora o sea señalada por el interesado como violatoria de
derechos en el juicio de amparo; en esos supuestos, deberá
además llevar a cabo el ejercicio en los tres pasos que indica el
expediente Varios 912/2010: interpretación conforme en sentido
amplio, interpretación conforme en sentido estricto y, en su caso,
inaplicación.

Tesis sustentada por la Primera Sal de la SCJN,


publicada en la página 511 del Libro 1, correspondiente al mes de
Diciembre de 2013, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, con número de registro:
2005115, de rubro y texto:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. SU EJERCICIO NO
NECESARIAMENTE LLEVA A LA INAPLICACIÓN DE UNA
NORMA.
Si bien es cierto que todos los juzgadores deben preferir
la observancia de los derechos humanos contenidos en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte,
aun en los casos donde existan disposiciones en contrario en
cualquier norma inferior, también lo es que no todo ejercicio de
control de constitucionalidad ex officio de los derechos contenidos
en la Constitución y en los referidos tratados lleva necesariamente
a inaplicar la norma de que se trate, porque como lo señaló el
Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
el expediente varios 912/2010 (cumplimiento de la sentencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Rosendo
Radilla Pacheco), las normas no pierden su presunción de
constitucionalidad, sino hasta que el resultado del control así lo
refleje. Esta situación implica que las normas que son controladas
puedan incluso salvar su presunción de constitucionalidad
mediante su interpretación, ya sea: 1) conforme en sentido amplio;
o, 2) en sentido estricto. Así, la inaplicación vendrá solamente en
los casos en los que la norma no salve esas dos posibilidades
interpretativas. Por ello, los conceptos "control de
constitucionalidad y convencionalidad ex officio" e "inaplicación"
no son intercambiables; en otras palabras, un control de ese tipo
no lleva necesariamente a la inaplicación de la norma. Por lo
demás, lo relevante para el orden constitucional no es que ese
control se omita hacer a profundidad en los casos en los que
claramente no es derrotable la presunción de constitucionalidad
de que gozan todas las normas, sino, en el caso contrario, cuando
sea necesario justificar esa inderrotabilidad.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 512 del Libro 1, correspondiente al mes de
Diciembre de 2013, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del

53
54

Semanario Judicial de la Federación, con número de registro:


2005116, de título y sinopsis:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. SU SIGNIFICADO Y
ALCANCE.

La expresión ex officio no significa que siempre y sin


excepción, los jueces deban hacer obligatoriamente el control de
constitucionalidad de los derechos contenidos en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados
internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte; dicha
expresión significa que ese tipo de control lo pueden hacer por
virtud de su cargo de jueces, aun cuando: 1) no sean jueces de
control constitucional; y, 2) no exista una solicitud expresa de las
partes. En ese sentido, no debe pasarse por alto que el Tribunal
en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el
expediente varios 912/2010 (cumplimiento de la sentencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Rosendo
Radilla Pacheco), determinó que el control a cargo de los jueces
del país que no formen parte del control concentrado, debía
realizarse incidentalmente durante los procesos ordinarios en los
que son competentes, esto es, sin necesidad de abrir un
expediente por cuerda separada. Así, la expresión ex officio que
se predica del control judicial significa que los juzgadores tienen la
facultad de controlar las normas que van a aplicar de cara a la
Constitución y a los tratados internacionales de los que México
sea parte, por el simple hecho de ser jueces, pero no que
"necesariamente" deban realizar dicho control en todos los casos,
en cualquiera de sus tres pasos: 1) interpretación conforme en
sentido amplio; 2) interpretación conforme en sentido estricto; y, 3)
inaplicación; sino en aquellos en los que incidentalmente sea
solicitado por las partes o adviertan que la norma amerita dicho
control, sin hacer a un lado los presupuestos formales y materiales
de admisibilidad. En ese sentido, la propia Corte Interamericana
de Derechos Humanos ha señalado que el control ex officio no
necesariamente debe ejercerse siempre, sin considerar otros
presupuestos formales y materiales de admisibilidad y
procedencia de ese tipo de acciones. Lo anterior supone que los
jueces, en el ámbito de su competencia, antes de proceder al
control ex officio en los tres pasos referidos, debieron resolver o
despejar cualquier problema relacionado con presupuestos de
procedencia o admisibilidad.

Tesis sustentada por el Pleno del Más Alto Tribunal del


País, visible en la página 357 del Libro XVIII, correspondiente al
mes de Marzo de 2013, Tomo 1 de la Décima Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con número de
registro: 2002969, que dice:

AMPARO DIRECTO EN MATERIA PENAL. AL


FALLARLO PROCEDE SUPLIR LA QUEJA DEFICIENTE
CUANDO SE ANALICE LA COMPETENCIA DEL ÓRGANO QUE
DEBE RESOLVER Y SE ENCUENTREN INVOLUCRADOS
MILITARES Y CIVILES.
El Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, al resolver el expediente varios 912/2010, determinó que
como el párrafo segundo del artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos dispone que las normas
relativas a los derechos humanos se interpretarán acorde con lo
que ésta establece y conforme a los tratados internacionales de la
materia, favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección
más amplia, debe considerarse que el fuero militar no puede
operar, bajo ninguna circunstancia, frente a situaciones que
vulneren derechos humanos de civiles; por ende, en un asunto
penal donde se encuentren involucrados militares y civiles,
procede decidir de oficio en el amparo directo interpuesto contra la
sentencia definitiva, la cuestión relativa al órgano competente que
debe resolver, sin que sea obstáculo para alcanzar esta
conclusión el hecho de que en los conceptos de violación no se
hubiera planteado algún aspecto relativo a la competencia del
tribunal responsable, toda vez que en este tipo de asuntos la
suplencia de la queja deficiente es amplia, como deriva del
artículo 76 Bis, fracción II, de la Ley de Amparo, máxime que el
estudio oficioso de este aspecto lo justifica el hecho de que un
posible otorgamiento del amparo por incompetencia de la
autoridad responsable redundaría en un mayor beneficio para el
quejoso.

Tesis sustentada por el Pleno de la SCJN, publicada en


la página 364 del Libro XVIII, correspondiente al mes de Marzo de
2013, Tomo 1, de la Décima Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, con número de registro: 2003047, que
dice:

FUERO MILITAR. EL ARTÍCULO 57, FRACCIÓN II,


INCISO A), DEL CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR
CONTRAVIENE LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE
DERECHOS HUMANOS.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, al
resolver el caso Radilla Pacheco vs. Estados Unidos Mexicanos,
con base en los artículos 2 y 8.1 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, determinó que las conductas
cometidas por militares que puedan vulnerar derechos humanos
de civiles no pueden ser competencia de la jurisdicción militar,
porque en ese supuesto los tribunales militares ejercen
jurisdicción no solamente respecto del imputado, sino también
sobre la víctima civil, quien tiene derecho a participar en el
proceso penal tanto para efectos de la reparación del daño, como
para hacer efectivos sus derechos a la verdad y a la justicia. En
este contexto, el artículo 57, fracción II, inciso a), del Código de
Justicia Militar, al dar lugar a que la jurisdicción militar conozca de
las causas penales seguidas contra militares respecto de delitos
del orden común o federal que, cometidos por aquéllos al estar en

55
56

servicio o con motivo de éste, puedan afectar los derechos


humanos de personas civiles, contraviene la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y la sentencia emitida por la
Corte Interamericana en el caso citado, máxime que de lo previsto
en el artículo 13 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos no se colige que la jurisdicción militar deba conocer de
los juicios seguidos contra militares por delitos que puedan
implicar violación de derechos humanos de víctimas civiles, como
lo determinó el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación al resolver el expediente varios 912/2010.

Tesis sustentada por el Pleno de la SCJN, publicada en


la página 368 del Libro XVIII, correspondiente al mes de Marzo de
2013, Tomo 1 de la Décima Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, con número de registro: 2003156, de
título y contenido:

SENTENCIAS EMITIDAS POR LA CORTE


INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS EN ASUNTOS
DONDE EL ESTADO MEXICANO FUE PARTE. PARA QUE SUS
CRITERIOS TENGAN CARÁCTER VINCULANTE NO
REQUIEREN SER REITERADOS. De los párrafos 339 y 347 de la
sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el caso Radilla Pacheco vs. Estados Unidos
Mexicanos, se advierte que los Jueces y tribunales internos,
además de velar por el cumplimiento de las disposiciones de
fuente internacional, deben tomar en cuenta la interpretación que
de éstas ha realizado esa Corte, así como la obligación del Estado
de garantizar que la conducta que motivó su responsabilidad no
se repita. De lo anterior se sigue que la interpretación en materia
de derechos humanos realizada por esa Corte Internacional, al
resolver un caso en el que el Estado Mexicano fue parte, aun
cuando se trate de una sentencia aislada por lo que hace a éste,
adquiere el carácter y fuerza vinculante de precedente
jurisprudencial, máxime que este Alto Tribunal, en la tesis aislada
P. LXV/2011 (9a.), de rubro: "SENTENCIAS EMITIDAS POR LA
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. SON
VINCULANTES EN SUS TÉRMINOS CUANDO EL ESTADO
MEXICANO FUE PARTE EN EL LITIGIO.", derivada de la
resolución del expediente varios 912/2010, sostuvo que las
resoluciones pronunciadas por la Corte Interamericana son
obligatorias para todos los órganos del Estado Mexicano, al haber
figurado como parte en un litigio concreto, siendo vinculantes para
el Poder Judicial. Por tanto, para que los criterios de las
sentencias emitidas por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en asuntos donde el Estado Mexicano fue parte
adquieran el carácter de vinculantes, no requieren ser reiterados,
máxime que respecto de estas sentencias no operan las reglas
que para la conformación de la jurisprudencia prevé el artículo 192
de la Ley de Amparo.
Tesis sustentada por el Pleno del Más Alto Tribunal del
País, consultable en la página 369 del Libro XVIII, correspondiente
al mes de Marzo de 2013, Tomo 1, de la Décima Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con número de
registro: 2003185, de rubro y texto:

TRIBUNALES DEL FUERO MILITAR. SON


COMPETENTES PARA CONOCER DE LA CAUSA PENAL
SEGUIDA A UN MILITAR POR EL DELITO PREVISTO Y
SANCIONADO POR EL ARTÍCULO 343, FRACCIÓN I, DEL
CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR. El Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el expediente
varios 912/2010, estableció como supuestos en los que se
restringe la competencia del fuero militar a aquellos en los que: a)
se encuentren involucrados militares y civiles; y/o, b) esté
comprometido el respeto de los derechos humanos de los civiles
involucrados; de donde se sigue que ante la ausencia de esos
supuestos no debe restringirse el fuero militar, es decir, en el caso
de que no se colmen uno o ambos supuestos, el tribunal militar
tiene competencia plena para conocer de alguna causa penal
concreta. Con base en lo anterior, el Juez castrense es
competente para conocer de la causa penal seguida a un militar
por su probable responsabilidad en la comisión del delito de
infracción de deberes comunes a todos los que están obligados a
servir en el Ejército, previsto en el artículo 343, fracción I, del
Código de Justicia Militar, ya que conforme a ese precepto, dicho
ilícito se comete cuando en cualquier asunto del servicio militar un
individuo dé a sus superiores, por escrito o de palabra, informe o
parte contrario a lo que realmente tenga conocimiento, lo que
permite corroborar que este delito se relaciona exclusivamente
con el orden y la disciplina castrenses, pues tiende a proteger un
aspecto propio del ámbito militar.

Tesis sustentada por el Pleno de la SCJN, publicada en


la página 370 del Libro XVIII, correspondiente al mes de Marzo de
2013, Tomo 1 de la Décima Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, con número de registro: 2003186, de
título y contenido:

TRIBUNALES DEL FUERO MILITAR. SON


COMPETENTES PARA CONOCER DE LA CAUSA PENAL
SEGUIDA A UN MILITAR POR EL DELITO PREVISTO Y
SANCIONADO POR LOS ARTÍCULOS 194, FRACCIÓN III, Y
196, FRACCIÓN I, DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL. El Tribunal
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el
expediente varios 912/2010, estableció como supuestos en los
que se restringe la competencia del fuero militar a aquellos en los
que: a) se encuentren involucrados militares y civiles; y/o, b) esté
comprometido el respeto de los derechos humanos de los civiles
involucrados; en la inteligencia de que ante la ausencia de esos
supuestos no debe restringirse el fuero militar, es decir, en el caso
de que no se colmen uno o ambos supuestos, el tribunal militar

57
58

tiene competencia plena para conocer de la causa penal concreta.


Con base en lo anterior, el Juez castrense es competente para
conocer de la causa penal seguida a un militar por su probable
responsabilidad en la comisión del delito contra la salud en la
modalidad de colaboración para fomentar el cultivo y cosecha de
marihuana previsto y sancionado por los artículos 194, fracción III
y 196, fracción I, del Código Penal Federal, atento a que en su
comisión no se encuentran involucrados civiles ni, por ende,
puede actualizarse un daño a sus derechos humanos, pues
tomando en cuenta que dicho tipo penal se refiere a la existencia
de una conducta de acción orientada a colaborar de cualquier
manera en posibilitar la ejecución de algún delito contra la salud y
que con aquél, por tanto, se busca proteger la salud pública,
entendida como el estado sanitario de toda la población del país,
organizada a través de los diferentes niveles de gobierno, en la
que concurren autoridades y particulares para implementar
medidas sanitarias y preventivas, de investigación científica y de
educación en materia de salud, es dable considerar que el sujeto
pasivo, tratándose de este ilícito, se identifica con la sociedad en
general.

B. CONTRADICCIÓN DE TESIS 293/2011.

ANTECEDENTES DEL CASO:

El 24 de junio de 2011 en la Oficina de Certificación


Judicial y Correspondencia de la SCJN se denunció la posible
contradicción de tesis entre los criterios sostenidos por el Primer
Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del
Décimo Primer Circuito y por el Séptimo Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito.

Una vez registrada la contradicción de tesis bajo el


número 293/2011, el Presidente del Alto Tribunal ordenó el envío
del asunto a la Primera Sala de la SCJN, bajo la Ponencia del
Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea para la elaboración del
proyecto de resolución correspondiente.
Posteriormente, en virtud de la trascendencia del tema
que se analizaba, la Primera Sala de la SCJN determinó enviar el
asunto al Tribunal Pleno, para su discusión y resolución.

RESOLUCIÓN DEL CASO:

Con la finalidad de comprender a plenitud la decisión del


Alto Tribunal, a continuación se mencionan los criterios
contradictorios de los tribunales colegiados, los cuales se
encontraban divididos en 2 temas.
PRIMER TEMA: Posición jerárquica de los tratados
internacionales en materia de derechos humanos frente a la
Constitución.
a. El Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito estableció que derivado de la tesis "TRATADOS
INTERNACIONALES. SE UBICAN JERÁRQUICAMENTE POR
ENCIMA DE LAS LEYES FEDERALES Y EN SEGUNDO PLANO
RESPECTO DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL" establecida por
el Tribunal Pleno, los tratados internacionales en materia de
derechos humanos, se ubicaban jerárquicamente por debajo de la
Constitución.
b. Por otra parte, el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito,
señaló que "cuando se trate de un conflicto que verse sobre
derechos humanos, los tratados o convenciones internacionales
suscritos por el Estado Mexicano, deben ubicarse propiamente a
nivel de la Constitución", de tal posicionamiento derivó la siguiente
tesis: "TRATADOS INTERNACIONALES. CUANDO LOS
CONFLICTOS SE SUSCITEN EN RELACIÓN CON DERECHOS
HUMANOS, DEBEN UBICARSE A NIVEL DE LA
CONSTITUCIÓN".

SEGUNDO TEMA: Valor de la jurisprudencia emitida por


la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
a. El Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito argumentó que es posible invocar la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos como criterio
orientador cuando se trate de la interpretación y cumplimiento de
disposiciones protectoras de derechos humanos. Derivado de tal
criterio, surgió la tesis del siguiente rubro: "JURISPRUDENCIA
INTERNACIONAL. SU UTILIDAD ORIENTADORA EN MATERIA
DE DERECHOS HUMANOS".

b. Por otra parte, el Primer Tribunal Colegiado en


Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito
señaló en diversas consideraciones que la jurisprudencia
internacional en materia de derechos humanos era obligatoria.

Del estudio de los criterios antes expuestos, el Tribunal


Pleno de la SCJN determinó la existencia de la contradicción de
tesis denunciada.

Así, el Alto Tribunal procedió a la discusión de los temas


los días 26, 27 y 29 de agosto, así como el 2 y 3 de septiembre,
todos de 2013, que concluyó con las siguientes determinaciones:

Respecto al primer tema relativo al posicionamiento de


las normas sobre derechos humanos contenidos en tratados
internacionales, en relación con la Constitución, el Máximo
Tribunal, por mayoría de 10 votos, sostuvo que existe un
reconocimiento en conjunto de derechos humanos cuyas fuentes

59
60

son la Constitución y los tratados internacionales de los cuales el


Estado mexicano es parte.

Además, se estableció que de la interpretación literal,


sistemática y originalista del contenido de las reformas
constitucionales de 6 y 10 de junio de 2011, se desprende que las
normas de derechos humanos, independientemente de su fuente,
no se relacionan en términos jerárquicos, sin embargo, cuando la
Constitución establezca una restricción expresa al ejercicio de los
derechos humanos, se deberá estar a lo que indica la norma
constitucional. En este sentido, los derechos humanos, con
independencia de su fuente, constituyen el parámetro de control
de regularidad constitucional, conforme al cual debe analizarse la
validez de todas las normas y actos de autoridad que forman parte
del ordenamiento jurídico mexicano.
Por último, en cuanto al segundo tema relativo al valor
de la jurisprudencia emitida por la Corte IDH, el Tribunal Pleno
determinó por mayoría de 6 votos, que la jurisprudencia emitida
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos es vinculante
para los todos los órganos jurisdiccionales, siempre que dicho
precedente favorezca en mayor medida a las personas.

61
62

Así, los criterios jurisprudenciales de la Corte IDH, son


vinculantes con independencia de que el Estado mexicano haya
sido parte en el litigio ante dicho tribunal, pues constituyen una
extensión de los tratados internacionales que interpreta, toda vez
que en dichos criterios se determina el contenido de los derechos
humanos previstos en ellos.

En cumplimiento de lo así decidido, los juzgadores


deben atender a lo siguiente:

1. Cuando el criterio se haya emitido en un caso en el


que el Estado mexicano haya sido parte, la aplicabilidad del
precedente al caso específico debe determinarse con base en la
verificación de la existencia de las mismas razones que motivaron
el pronunciamiento;
2. En todos los casos en que sea posible, debe
armonizarse la jurisprudencia interamericana con la nacional; y
3. De ser imposible la armonización, debe aplicarse el
criterio que resulte más favorecedor para la protección de los
derechos humanos de las personas.

PUNTOS RESOLUTIVOS.
PRIMERO. Sí existe contradicción de tesis entre las
sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado en Materias
Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito y el
Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito.
SEGUNDO. Debe prevalecer con carácter de
jurisprudencia, los criterios sustentados el Tribunal Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en los términos
precisados en el último considerando de la ejecutoria respectiva.
TERCERO. Dese publicidad a las tesis jurisprudenciales
que se sustentan en la presente resolución, en términos del
artículo 195 de la Ley de Amparo.

TESIS RELACIONADAS CON LA CONTRADICCIÓN


DE TESIS 293/2011.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 450 del Libro 40, correspondiente al mes
de Marzo de 2017, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación con número de registro:
2014015, de título y contenido:

PRISIÓN PREVENTIVA. FACTORES A CONSIDERAR


PARA EL ANÁLISIS DE LA RAZONABILIDAD PARA LA
PROLONGACIÓN DEL PLAZO PREVISTO EN LA FRACCIÓN
VIII, DEL APARTADO A, DEL ARTÍCULO 20
CONSTITUCIONAL.
En el juicio de amparo en revisión 27/2012, que dio lugar
a la tesis 1a. CXXXVII/2012 (10a.) de rubro: "PRISIÓN
PREVENTIVA. FORMA DE PONDERAR EL PLAZO RAZONABLE
DE SU DURACIÓN.", esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación abordó la temática del plazo razonable para
justificar la prolongación de la prisión preventiva. Sin embargo,
con motivo de lo resuelto por el Tribunal Pleno en la contradicción
de tesis 293/2011, toda vez que existe una interrelación material
entre las normas constitucionales y las de los tratados
internacionales ratificados por México que reconocen derechos
humanos y dado que la jurisprudencia emitida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos es vinculante para esta
Suprema Corte, siempre y cuando sea más favorable para la
persona, criterio que se refleja en la tesis P./J. 21/2014 (10a.), de
rubro: "JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. ES
VINCULANTE PARA LOS JUECES MEXICANOS SIEMPRE QUE
SEA MÁS FAVORABLE A LA PERSONA.", resulta necesario
hacer algunas acotaciones y diferenciaciones al criterio resultante
de tal amparo en revisión a la luz de los nuevos lineamientos
interamericanos. Por lo tanto, cuando en el transcurso de un
proceso penal una persona solicite su libertad al estimar que se ha
actualizado un plazo irrazonable para ser juzgada y, por ende, no
se justifica la prolongación de su prisión preventiva, con
fundamento en los artículos 7.5 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y 9.3 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, el juzgador competente deberá de
tomar en cuenta y valorar lo siguiente: a) el artículo 20, Apartado
A, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, con el texto vigente antes de su modificación el 18 de
junio de 2008, no establece un plazo perentorio para la prisión
preventiva, sino que señala un rango de tiempo máximo del
proceso penal cuyo cumplimiento dependerá de las circunstancias
del caso y del respeto y protección del derecho de defensa del
inculpado; y b) consecuentemente, para determinar si se ha
transgredido un plazo razonable para que una persona sea
juzgada y, con ello, sea viable o no prolongar la prisión preventiva,
el juzgador tendrá que analizar la: i) complejidad del caso; ii) la
actividad procesal del interesado; y, iii) la conducta de la autoridad
judicial y de otras que incidan en el proceso. Aunado a lo anterior,
para no pasar por alto la preocupación que refleja el Poder
Constituyente al establecer en la fracción I del apartado A, del
citado artículo 20 constitucional, ciertos requisitos para que se
pueda interrumpir la prisión preventiva durante el proceso del
orden penal, el juzgador tiene la facultad para analizar
excepcional y sucesivamente los elementos recién citados de
complejidad y actividad procesal; si es necesaria la prolongación
de la prisión preventiva con el fin de que el inculpado no eluda la
acción de la justicia y se desarrolle de manera eficiente la
investigación y, en su caso, si se encuentra acreditada o hay
indicios suficientes sobre la existencia de causas externas que
trasciendan en el proceso, tales como el peligro o la viabilidad de

63
64

presión a testigos o víctimas o la sujeción del inculpado a otro


proceso penal. Para ello, el juez correspondiente deberá hacer un
análisis holístico de las circunstancias jurídicas y fácticas que
rodean al proceso, aludiendo a criterios de necesidad y
proporcionalidad y pudiendo tomar en cuenta la naturaleza del
delito que se imputa, pero sin que ese único factor y sólo por ese
elemento se decida prolongar la prisión preventiva.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 450 del Libro 40, correspondiente al mes
de Marzo de 2017, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación con número de registro:
2014015, de título y contenido:

PRISIÓN PREVENTIVA. FACTORES A CONSIDERAR


PARA EL ANÁLISIS DE LA RAZONABILIDAD PARA LA
PROLONGACIÓN DEL PLAZO PREVISTO EN LA FRACCIÓN
VIII, DEL APARTADO A, DEL ARTÍCULO 20
CONSTITUCIONAL.
En el juicio de amparo en revisión 27/2012, que dio
lugar a la tesis 1a. CXXXVII/2012 (10a.) de rubro: "PRISIÓN
PREVENTIVA. FORMA DE PONDERAR EL PLAZO RAZONABLE
DE SU DURACIÓN.", esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación abordó la temática del plazo razonable para
justificar la prolongación de la prisión preventiva. Sin embargo,
con motivo de lo resuelto por el Tribunal Pleno en la contradicción
de tesis 293/2011, toda vez que existe una interrelación material
entre las normas constitucionales y las de los tratados
internacionales ratificados por México que reconocen derechos
humanos y dado que la jurisprudencia emitida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos es vinculante para esta
Suprema Corte, siempre y cuando sea más favorable para la
persona, criterio que se refleja en la tesis P./J. 21/2014 (10a.), de
rubro: "JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. ES
VINCULANTE PARA LOS JUECES MEXICANOS SIEMPRE QUE
SEA MÁS FAVORABLE A LA PERSONA.", resulta necesario
hacer algunas acotaciones y diferenciaciones al criterio resultante
de tal amparo en revisión a la luz de los nuevos lineamientos
interamericanos. Por lo tanto, cuando en el transcurso de un
proceso penal una persona solicite su libertad al estimar que se ha
actualizado un plazo irrazonable para ser juzgada y, por ende, no
se justifica la prolongación de su prisión preventiva, con
fundamento en los artículos 7.5 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos y 9.3 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, el juzgador competente deberá de
tomar en cuenta y valorar lo siguiente: a) el artículo 20, Apartado
A, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, con el texto vigente antes de su modificación el 18 de
junio de 2008, no establece un plazo perentorio para la prisión
preventiva, sino que señala un rango de tiempo máximo del
proceso penal cuyo cumplimiento dependerá de las circunstancias
del caso y del respeto y protección del derecho de defensa del
inculpado; y b) consecuentemente, para determinar si se ha
transgredido un plazo razonable para que una persona sea
juzgada y, con ello, sea viable o no prolongar la prisión preventiva,
el juzgador tendrá que analizar la: i) complejidad del caso; ii) la
actividad procesal del interesado; y, iii) la conducta de la autoridad
judicial y de otras que incidan en el proceso. Aunado a lo anterior,
para no pasar por alto la preocupación que refleja el Poder
Constituyente al establecer en la fracción I del apartado A, del
citado artículo 20 constitucional, ciertos requisitos para que se
pueda interrumpir la prisión preventiva durante el proceso del
orden penal, el juzgador tiene la facultad para analizar
excepcional y sucesivamente los elementos recién citados de
complejidad y actividad procesal; si es necesaria la prolongación
de la prisión preventiva con el fin de que el inculpado no eluda la
acción de la justicia y se desarrolle de manera eficiente la
investigación y, en su caso, si se encuentra acreditada o hay
indicios suficientes sobre la existencia de causas externas que
trasciendan en el proceso, tales como el peligro o la viabilidad de
presión a testigos o víctimas o la sujeción del inculpado a otro
proceso penal. Para ello, el juez correspondiente deberá hacer un
análisis holístico de las circunstancias jurídicas y fácticas que
rodean al proceso, aludiendo a criterios de necesidad y
proporcionalidad y pudiendo tomar en cuenta la naturaleza del
delito que se imputa, pero sin que ese único factor y sólo por ese
elemento se decida prolongar la prisión preventiva.

Época: Décima Época


Registro: 2015828
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Libro 49, Diciembre de 2017, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Común, Común
Tesis: 2a./J. 163/2017 (10a.)
Página: 487

RESTRICCIONES CONSTITUCIONALES AL GOCE Y


EJERCICIO DE LOS DERECHOS Y LIBERTADES. SU
CONTENIDO NO IMPIDE QUE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN LAS INTERPRETE DE LA MANERA
MÁS FAVORABLE A LAS PERSONAS, EN TÉRMINOS DE LOS
PROPIOS POSTULADOS CONSTITUCIONALES.

Conforme a lo resuelto por el Pleno de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación en la contradicción de tesis 293/2011, las
restricciones constitucionales al goce y ejercicio de los derechos y
libertades prevalecen sobre la norma convencional, sin dar lugar a
emprender algún juicio de ponderación posterior; sin embargo,
nada impide que el intérprete constitucional, principalmente la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al hacer prevalecer una

65
66

restricción o limitación constitucional, también practique un


examen de interpretación más favorable en la propia disposición
suprema, delimitando sus alcances de forma interrelacionada con
el resto de las disposiciones del mismo texto constitucional. En
efecto, no porque el texto de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos deba prevalecer, su aplicación ha de
realizarse de manera indiscriminada, lejos de ello, el compromiso
derivado de lo resuelto en la aludida contradicción de tesis
privilegia un ejercicio hermenéutico que lleve al operador jurídico
competente a que, sin vaciar de contenido la disposición
restrictiva, ésta sea leída de la forma más favorable posible, como
producto de una interpretación sistemática de todos sus
postulados.

Tesis jurisprudencial sustentada por el Pleno de la


SCJN, publicada en la página 202 del Libro 5, Abril de 2014, Tomo
I de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, con número de registro: 2006224, de título y
contenido:

DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA


CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES.
CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE
REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA
CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL
EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE
ESTABLECE EL TEXTO CONSTITUCIONAL.
El primer párrafo del artículo 1o. constitucional reconoce
un conjunto de derechos humanos cuyas fuentes son la
Constitución y los tratados internacionales de los cuales el Estado
Mexicano sea parte. De la interpretación literal, sistemática y
originalista del contenido de las reformas constitucionales de seis
y diez de junio de dos mil once, se desprende que las normas de
derechos humanos, independientemente de su fuente, no se
relacionan en términos jerárquicos, entendiendo que, derivado de
la parte final del primer párrafo del citado artículo 1o., cuando en
la Constitución haya una restricción expresa al ejercicio de los
derechos humanos, se deberá estar a lo que indica la norma
constitucional, ya que el principio que le brinda supremacía
comporta el encumbramiento de la Constitución como norma
fundamental del orden jurídico mexicano, lo que a su vez implica
que el resto de las normas jurídicas deben ser acordes con la
misma, tanto en un sentido formal como material, circunstancia
que no ha cambiado; lo que sí ha evolucionado a raíz de las
reformas constitucionales en comento es la configuración del
conjunto de normas jurídicas respecto de las cuales puede
predicarse dicha supremacía en el orden jurídico mexicano. Esta
transformación se explica por la ampliación del catálogo de
derechos humanos previsto dentro de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, el cual evidentemente puede
calificarse como parte del conjunto normativo que goza de esta
supremacía constitucional. En este sentido, los derechos
humanos, en su conjunto, constituyen el parámetro de control de
regularidad constitucional, conforme al cual debe analizarse la
validez de las normas y actos que forman parte del orden jurídico
mexicano.

Época: Décima Época


Registro: 2006225
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE


INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. ES
VINCULANTE PARA LOS JUECES MEXICANOS SIEMPRE
QUE SEA MÁS FAVORABLE A LA PERSONA.

Los criterios jurisprudenciales de la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, con independencia de que
el Estado Mexicano haya sido parte en el litigio ante dicho tribunal,
resultan vinculantes para los Jueces nacionales al constituir una
extensión de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
toda vez que en dichos criterios se determina el contenido de los
derechos humanos establecidos en ese tratado. La fuerza
vinculante de la jurisprudencia interamericana se desprende del
propio mandato establecido en el artículo 1o. constitucional, pues
el principio pro persona obliga a los Jueces nacionales a resolver
cada caso atendiendo a la interpretación más favorable a la
persona. En cumplimiento de este mandato constitucional, los
operadores jurídicos deben atender a lo siguiente: (i) cuando el
criterio se haya emitido en un caso en el que el Estado Mexicano
no haya sido parte, la aplicabilidad del precedente al caso
específico debe determinarse con base en la verificación de la
existencia de las mismas razones que motivaron el
pronunciamiento; (ii) en todos los casos en que sea posible, debe
armonizarse la jurisprudencia interamericana con la nacional; y (iii)
de ser imposible la armonización, debe aplicarse el criterio que
resulte más favorecedor para la protección de los derechos
humanos.

Contradicción de tesis 293/2011.

2.2 INTERPRETACIÓN CONFORME Y PRINCIPIO


PRO PERSONAE.

A. INTERPRETACIÓN CONFORME.
La identificación del parámetro de conformidad implica
decidir qué fuentes (textos jurídicos) son relevantes. El grupo de
fuentes identificado seguramente incluirá tanto textos de la
Constitución como de tratados y convenciones internacionales (la
idea, en el fondo, es hacer operativos los textos jurídicos de que
se trate, dotándolos de sentido). La interpretación de las

67
68

disposiciones constitucionales y de tratados o convenciones


internacionales conforman la referencia respecto de la cual se
hará el juicio de conformidad de la norma bajo estudio (la norma
que se debe interpretar conforme). La operación de hacer
compatible la aludida norma bajo estudio con el parámetro de
conformidad implica asignarle otro significado al texto de dicha
norma: un significado compatible con las normas de la
Constitución y los tratados.

La identificación de un sentido compatible es una forma


de finalizar la interpretación conforme. No obstante, se pueden
presentar dos alternativas: 1) Que no sea posible encontrar un
sentido para el texto bajo estudio que sea compatible con el
parámetro de conformidad; o, 2) Puede ocurrir que exista más de
un sentido compatible con las normas de referencia, Constitución
y tratados. En el primer supuesto, la inconformidad del caso hace
que el intérprete deje de lado la norma bajo estudio (la inaplique).
En el segundo supuesto, frente a varias alternativas interpretativas
el intérprete empleará el principio pro persona para orientar su
preferencia hacia la alternativa interpretativa más favorable para la
persona.23

Se trata de un principio que parte del reconocimiento de


la supremacía de las normas constitucionales y de aquellas
previstas en tratados internacionales que versen sobre derechos
humanos, normas que integran una especie de bloque de
constitucionalidad a la luz del cual debe interpretarse el resto de
las normas del ordenamiento jurídico mexicano.

Por tanto, el principio de interpretación conforme obliga


a que, al determinarse el significado de una norma relativa a
derechos humanos se observen los principios y postulados
contenidos tanto en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos como en los tratados internacionales que reconozcan
dichos derechos de los que el Estado sea parte, ello con el fin de
que la interpretación que en su caso se elija esté en armonía con
los referentes de mérito.

Es por ende, una técnica hermenéutica que lleva a la


armonización de las normas de derechos humano, pues busca
que las previstas en la Constitución, en los tratados
internacionales y en cualquier otro ordenamiento, tenga un mismo
sentido y finalidad, a saber: salvaguardar los derechos y libertades
fundamentales de la persona.
En consecuencia, este principio también implica que en
el supuesto de que existan distintas interpretaciones jurídicamente
posibles para una norma, se opte por aquella que la haga
compatible con la Constitución y con los valores, principios y

23
Hasta aquí, los conceptos son tomados del trabajo intitulado Interpretación conforme,
elaborado por Gabriela Rodríguez y otros, Primera Edición, Suprema Corte de Justicia de la
Nación y otros, México, 2013, página 31.
normas protectoras contenidos en los tratados internacionales
sobre derechos humanos signados por el Estado Mexicano, de
manera que la interpretación conforme puede verse también como
una pauta o directiva para justificar la selección de un significado
entre varios posibles.

Con base en lo expuesto, respecto del principio materia


de análisis pueden hacerse las siguientes precisiones:

● Los referentes interpretativos de las normas sobre


derechos humanos son la CPEUM y las normas protectoras de la
persona previstas en instrumentos internacionales.
● El sentido o significado que se otorgue a una norma
debe ser acorde con los principios y postulados de los referentes
precisados.
● En el supuesto de que una norma admita diversas
interpretaciones, debe optarse por aquella que esté en armonía
con la CPEUM y con los tratados internacionales.
● Si a una misma norma se le pueden atribuir distintos
sentido, todos compatibles con las normas constitucionales y con
las previstas en tratados internacionales, debe optarse por aquella
que resulte más adecuada a los mandatos superiores.
● La interpretación conforme debe tender a armonizar
las normas con la CPEUM y con los tratados internacionales para,
en ese sentido, conservar su validez y hacerlas aplicables.
Así, este principio obliga a que la interpretación de
cualquier norma relativa a derechos humanos se desarrolle con
base en los principios y postulados consagrados en la Ley
Fundamental y en los tratados internacionales que reconozcan
esa clase de derechos, así como a que, en ningún caso, se opte
por una construcción interpretativa que resulte contraria a
aquéllos. A este principio se hace referencia expresa en el texto
constitucional hasta la reforma de junio de 2011; sin embargo, se
ha venido observando por los tribunales federales desde hace ya
muchos años, y muestra de ello lo constituye el criterio emitido por
la entonces Tercera Sala de la SCJN, durante la Quinta Época del
Semanario Judicial de la Federación, que dice:

PRECEPTOS LEGALES, ANTE DOS


INTERPRETACIONES DIVERSAS DE, DEBE PREVALECER LA
QUE ESTA DE ACUERDO CON LA CONSTITUCION. Si por el
sentido de un precepto legal éste puede ser interpretado en dos
formas: una que lo pone en oposición con al (sic) Constitución y
otra que permite armonizarlo con las exigencias de las normas
constitucionales, debe preferirse esta última por imperativo
evidente de nuestro régimen de derecho.

TESIS RELATIVAS AL PRINCIPIO DE


INTERPRETACIÓN CONFORME.

69
70

Tesis jurisprudencial de la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 239 del Libro 42, correspondiente al mes
de Mayo de 2017, Tomo I de la Décima Época de la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, con número de registro:
2014332, que dice:

INTERPRETACIÓN CONFORME. NATURALEZA Y


ALCANCES A LA LUZ DEL PRINCIPIO PRO PERSONA. A juicio
de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, la supremacía normativa de la Constitución no se
manifiesta sólo en su aptitud de servir como parámetro de validez
de todas las demás normas jurídicas, sino también en la exigencia
de que tales normas, a la hora de ser aplicadas, se interpreten de
acuerdo con los preceptos constitucionales; de forma que, en caso
de que existan varias posibilidades de interpretación de la norma
en cuestión, se elija aquella que mejor se ajuste a lo dispuesto en
la Constitución. En otras palabras, esa supremacía intrínseca no
sólo opera en el momento de la creación de las normas, cuyo
contenido ha de ser compatible con la Constitución en el momento
de su aprobación, sino que se prolonga, ahora como parámetro
interpretativo, a la fase de aplicación de esas normas. A su
eficacia normativa directa se añade su eficacia como marco de
referencia o criterio dominante en la interpretación de las restantes
normas. Este principio de interpretación conforme de todas las
normas del ordenamiento con la Constitución, reiteradamente
utilizado por esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, es una
consecuencia elemental de la concepción del ordenamiento como
una estructura coherente, como una unidad o contexto. Es
importante advertir que esta regla interpretativa opera con carácter
previo al juicio de invalidez. Es decir, que antes de considerar a
una norma jurídica como constitucionalmente inválida, es
necesario agotar todas las posibilidades de encontrar en ella un
significado que la haga compatible con la Constitución y que le
permita, por tanto, subsistir dentro del ordenamiento; de manera
que sólo en el caso de que exista una clara incompatibilidad o una
contradicción insalvable entre la norma ordinaria y la Constitución,
procedería declararla inconstitucional. En esta lógica, el intérprete
debe evitar en la medida de lo posible ese desenlace e interpretar
las normas de tal modo que la contradicción no se produzca y la
norma pueda salvarse. Así el juez ha de procurar, siempre que
sea posible, huir del vacío que se produce cuando se niega
validez a una norma y, en el caso concreto, de ser posibles varias
interpretaciones, debe preferirse aquella que salve la aparente
contradicción. Ahora bien la interpretación de las normas
conforme a la Constitución se ha fundamentado tradicionalmente
en el principio de conservación de ley, que se asienta a su vez en
el principio de seguridad jurídica y en la legitimidad democrática
del legislador. En el caso de la ley, fruto de la voluntad de los
representantes democráticamente elegidos, el principio general de
conservación de las normas se ve reforzado por una más intensa
presunción de validez. Los tribunales, en el marco de sus
competencias, sólo pueden declarar la inconstitucionalidad de una
ley cuando no resulte posible una interpretación conforme con la
Constitución. En cualquier caso, las normas son válidas mientras
un tribunal no diga lo contrario. Asimismo, hoy en día, el principio
de interpretación conforme de todas las normas del ordenamiento
a la Constitución, se ve reforzado por el principio pro persona,
contenido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, el cual obliga a maximizar la
interpretación conforme en aquellos escenarios en los cuales,
dicha interpretación permita la efectividad de los derechos
fundamentales de las personas frente al vacío legislativo que
puede provocar una declaración de inconstitucionalidad de la
norma.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala del


Más Alto Tribunal del País, consultable en la página 923 del Libro
30, correspondiente al mes de Mayo de 2016, Tomo II de la
Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, con número de registro: 2011645, de epígrafe y
contenido:

ANTECEDENTES PENALES, ENTENDIDOS EN


SENTIDO AMPLIO. DEBERES DE LOS ÓRGANOS
JURISDICCIONALES AL INTERPRETAR O APLICAR NORMAS
SECUNDARIAS QUE ALUDEN A ELLOS COMO CRITERIO
PARA LA INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PENA.
De acuerdo con el paradigma constitucional del derecho
penal del acto, los antecedentes penales del sentenciado
(entendidos en sentido amplio) no deben tomarse en cuenta para
determinar su grado de culpabilidad. Esta lógica deriva de la
interpretación constitucional realizada por este alto tribunal
respecto a dicho paradigma, por lo que, en atención al principio de
supremacía constitucional, el mismo debe ser considerado como
un parámetro de regularidad constitucional de actos y normas. Por
ende, lo lógico es que los órganos jurisdiccionales, al tener que
evaluar las condiciones de aplicación y las posibilidades
interpretativas de las legislaciones ordinarias que aluden a
antecedentes penales, se conduzcan de acuerdo con los deberes
que ordinariamente deben cumplir cuando enfrentan cualquier
problema de naturaleza constitucional planteado con motivo de la
aplicación de leyes secundarias. En primer lugar, deberán partir
de la presunción de constitucionalidad de las leyes y, por tanto,
favorecer la posibilidad de realizar una interpretación conforme;
sin embargo, si habiendo agotado esta posibilidad se considera
que el conflicto entre la ley y la Constitución es insalvable, los
jueces deben realizar un control de constitucionalidad de la norma.
Éste incluso puede ser control ex officio pero, en su caso, deberá
realizarse de acuerdo con las facultades que le correspondan a
cada órgano, según su nivel y función, en términos de lo que esta
Suprema Corte ha señalado en su jurisprudencia sobre la materia.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, divulgada en la página 394 del Libro 21, correspondiente

71
72

al mes de Agosto de 2015, Tomo I, de la Décima Época de la


Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2009726, de título y contenido:

NORMAS DISCRIMINATORIAS. NO ADMITEN


INTERPRETACIÓN CONFORME Y EXISTE OBLIGACIÓN DE
REPARAR. Cuando una norma en sí misma discrimina a una
persona o grupo de personas que se ubican en una categoría
sospechosa, no es posible realizar una interpretación conforme,
pues dicha norma continuaría existiendo en su redacción, aun
siendo discriminatoria y contraria al artículo 1o. constitucional y a
las obligaciones internacionales contraídas por México en cuanto
a no discriminar con base en categorías sospechosas. Estas
obligaciones no pueden cumplirse mediante una interpretación
que varíe la base misma del concepto impugnado y que no
modifique la situación discriminatoria sufrida por dichas personas.
Un planteamiento como ese es incompatible con un Estado
constitucional de derecho que aspira a tratar con igual
consideración y respeto a todos sus ciudadanos y ciudadanas. Si
se considera que una norma es discriminatoria, la interpretación
conforme no repara dicha discriminación porque lo que buscan las
personas discriminadas es la cesación de la constante afectación
y su inclusión expresa en el régimen jurídico en cuestión; en otras
palabras, no sólo acceder a esa institución, sino suprimir el estado
de discriminación generada por el mensaje transmitido por la
norma. Así pues, el reconocimiento público del matrimonio entre
personas del mismo sexo, así como la inconstitucionalidad en la
enunciación en caso de no preverlo expresamente, sitúa a la
dignidad del ser humano más allá de los meros efectos restitutivos
y articula un entendimiento de dignidad que es fundamentalmente
transformativo y sustantivo.

Tesis de jurisprudencia sustentada por la Primera Sala


de la SCJN, publicada en la página 166 del Libro 18,
correspondiente al mes de Mayo de 2015, Tomo I, de la Décima
Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con
número de registro: 2009003, de rubro y texto:

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN. ES PROCEDENTE


CUANDO EN LA DEMANDA SE ALEGA LA OMISIÓN DE LA
RESPONSABLE DE REALIZAR EL CONTROL DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD DE UNA NORMA GENERAL. De los
artículos 1o., 107, fracción IX, y 133 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos deriva que el ejercicio del control
difuso de constitucionalidad a cargo de los órganos
jurisdiccionales responsables, debe considerarse incluido en el
supuesto de "constitucionalidad de normas generales", previsto
para la procedencia del recurso de revisión en el citado artículo
107, fracción IX, siempre y cuando el quejoso se duela de la
omisión de dicho control difuso en su demanda de amparo,
vinculada con normas específicas de la ley secundaria; sea que
ese planteamiento se analice u omita por el tribunal de amparo. Lo
anterior es así, ya que dicho control consiste en preferir la
aplicación de las normas fundamentales de derechos humanos
sobre aquellas que los contravengan, para lo cual necesariamente
debe hacerse un contraste entre las disposiciones legales y las
fundamentales para determinar si las primeras se ajustan a las
segundas, mediante el seguimiento de los pasos señalados por el
Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
la tesis P. LXIX/2011 (9a.), publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro III, Tomo 1,
diciembre de 2011, página 552, de rubro: "PASOS A SEGUIR EN
EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE
DERECHOS HUMANOS.", es decir, primero hacer una
interpretación conforme en sentido amplio por la cual se favorezca
la protección más amplia de las personas; si esto no es posible,
llevar a cabo una interpretación conforme en sentido estricto
según la cual, ante varias interpretaciones jurídicamente válidas,
preferir la que más favorezca los derechos fundamentales y,
finalmente, cuando ninguna de las anteriores opciones es posible,
atender directamente a la norma fundamental, en inaplicación de
la norma secundaria incompatible.

Tesis jurisprudencial sustentada por el Pleno de la


SCJN, que puede consultarse en la página 2550 del Tomo XXXI,
correspondiente al mes de Marzo de 2010 de la Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con número de
registro: 165022, de título y contenido:

FINANCIAMIENTO PRIVADO. LA INTERPRETACIÓN


CONFORME DE LA BASE CUARTA DEL ARTÍCULO 101 DEL
CÓDIGO ELECTORAL PARA EL ESTADO DE TAMAULIPAS
PERMITE CONCLUIR QUE SUJETA A TODAS LAS PERSONAS
FÍSICAS, SIMPATIZANTES, MILITANTES, CANDIDATOS Y
ORGANIZACIONES SOCIALES AL LÍMITE ANUAL DE 10%
SEÑALADO POR SU FRACCIÓN III, INCISO A), POR LO QUE
LA TOTALIDAD DE LAS APORTACIONES DE AQUÉLLOS NO
PUEDE REBASAR ESE TOPE. La citada norma ordinaria debe
entenderse en el sentido de que al referirse al financiamiento de la
militancia (cuotas obligatorias ordinarias y extraordinarias de los
afiliados; aportaciones de las organizaciones sociales y cuotas
voluntarias y personales que los candidatos aporten
exclusivamente para sus campañas), y al financiamiento de los
simpatizantes (aportaciones o donativos, en dinero o en especie),
sujeta a todas las personas físicas, simpatizantes, militantes,
candidatos y organizaciones sociales (distintas a las personas
morales de naturaleza mercantil que de conformidad con el
artículo 100 del Código Electoral Estatal están impedidas para
realizar aportaciones) al límite anual de un diez por ciento del
monto establecido como tope de gastos para la campaña de
gobernador inmediata anterior, de tal suerte que el monto total de
las aportaciones de aquéllos no puede rebasar ese tope. Lo
anterior es así, porque se parte de la consideración de que el

73
74

vocablo "simpatizante" empleado en los artículos 41, fracción II,


penúltimo párrafo, y 116, fracción IV, inciso h), de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos debe entenderse como
"aquella persona física que tiene identidad y conformidad con las
ideas y posturas del partido político", dentro del cual se ubican
tanto los militantes y los candidatos como los propiamente
simpatizantes, pues en todos ellos existe afinidad con la
organización de que se trate, máxime que en la reforma
constitucional en materia electoral de trece de noviembre de dos
mil siete no se distinguió entre "simpatizantes" y "militantes", como
se diferencia entre los partidos políticos, sino que se utilizó el
primer vocablo para abarcar a todas aquellas personas
identificadas con los institutos políticos, de tal manera que están
dispuestas a financiarlos para sus actividades y actos proselitistas,
razón por la que la definición incluye a los militantes, candidatos y
demás personas relacionadas.

Tesis jurisprudencial sustentada por el Pleno del Más


Alto Tribunal del País, propagada en la página 1124 del Tomo
XXIX, correspondiente al mes de Abril de 2009, de la Novena
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con
número de registro: 167445, que dice:

NORMAS PENALES. AL ANALIZAR SU


CONSTITUCIONALIDAD NO PROCEDE REALIZAR UNA
INTERPRETACIÓN CONFORME O INTEGRADORA. Si bien es
cierto que al realizar el análisis de constitucionalidad de
disposiciones generales es factible que la Suprema Corte de
Justicia de la Nación acuda a la interpretación conforme, e incluso
emita resoluciones integradoras a efecto de corregir las omisiones
que generan la inconstitucionalidad, también lo es que el empleo
de dichas prácticas interpretativas es inadmisible en materia
penal, en atención a las particularidades del principio de legalidad
en esta rama jurídica, como son: a) Reserva de ley, por virtud del
cual los delitos sólo pueden establecerse en una ley formal y
material; b) La prohibición de aplicación retroactiva de la ley en
perjuicio de alguna persona (verbigracia, leyes que crean delitos o
aumenten penas); y, c) El principio de tipicidad o taxatividad,
según el cual las conductas punibles deben estar previstas en ley
de forma clara, limitada e inequívoca, sin reenvío a parámetros
extralegales, y que implica la imposibilidad de imponer penas por
analogía o por mayoría de razón, y la prohibición de tipos penales
ambiguos. Además, la determinación que haga el legislador al
emitir la norma constituye la esencia del respeto al principio de
legalidad en materia de imposición de penas, pues acorde con los
aspectos que abarca dicho principio aquél está obligado a
estructurar de manera clara los elementos del tipo penal,
delimitando su alcance de acuerdo a los bienes tutelados,
imponiendo la determinación del sujeto responsable y de sus
condiciones particulares y especiales, así como a establecer con
toda claridad las penas que deben aplicarse en cada caso.
Época: Décima Época
Registro: 2019276
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

TEST DE PROPORCIONALIDAD. AL IGUAL QUE LA


INTERPRETACIÓN CONFORME Y EL ESCRUTINIO JUDICIAL,
CONSTITUYE TAN SÓLO UNA HERRAMIENTA
INTERPRETATIVA Y ARGUMENTATIVA MÁS QUE EL
JUZGADOR PUEDE EMPLEAR PARA VERIFICAR LA
EXISTENCIA DE LIMITACIONES, RESTRICCIONES O
VIOLACIONES A UN DERECHO FUNDAMENTAL.

Para verificar si algún derecho humano reconocido por


la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o por los
tratados internacionales de los que el Estado mexicano es parte
se ha transgredido, el juzgador puede emplear diversos métodos o
herramientas argumentativas que lo ayuden a constatar si existe o
no la violación alegada, estando facultado para decidir cuál es, en
su opinión, el más adecuado para resolver el asunto sometido a
su conocimiento a partir de la valoración de los siguientes
factores, entre otros: a) el derecho o principio constitucional que
se alegue violado; b) si la norma de que se trata constituye una
limitación gradual en el ejercicio del derecho, o si es una
verdadera restricción o impedimento en su disfrute; c) el tipo de
intereses que se encuentran en juego; d) la intensidad de la
violación alegada; y e) la naturaleza jurídica y regulatoria de la
norma jurídica impugnada. Entre los métodos más comunes para
solucionar esas problemáticas se encuentra el test de
proporcionalidad que, junto con la interpretación conforme, el
escrutinio judicial y otros métodos interpretativos, constituyen
herramientas igualmente útiles para dirimir la violación a derechos.
En este sentido, esos métodos no constituyen, por sí mismos, un
derecho fundamental, sino la vía para que los Jueces cumplan la
obligación que tienen a su cargo, que se constriñe a decidir, en
cada caso particular, si ha existido o no la violación alegada.
Sobre esas bases, los Jueces no están obligados a verificar la
violación a un derecho humano a la luz de un método en
particular, ni siquiera porque así se lo hubieran propuesto en la
demanda o en el recurso, máxime que no existe exigencia
constitucional, ni siquiera jurisprudencial, para emprender el test
de proporcionalidad o alguno de los otros métodos cuando se
alegue violación a un derecho humano.

Época: Décima Época


Registro: 2016903
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Página: 1270

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ACTOS, OPERACIONES O SERVICIOS BANCARIOS.


SU BLOQUEO ES CONSTITUCIONAL CUANDO SE REALIZA
PARA CUMPLIR COMPROMISOS INTERNACIONALES
(INTERPRETACIÓN CONFORME DEL ARTÍCULO 115 DE LA
LEY DE INSTITUCIONES DE CRÉDITO).

El precepto referido al prever que las instituciones de


crédito deberán suspender de forma inmediata la realización de
actos, operaciones o servicios con los clientes o usuarios que la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público les informe mediante
una lista de personas bloqueadas, contiene una medida cautelar
de índole administrativa, la cual, para ser válida en relación con el
principio constitucional de seguridad jurídica, de su regulación
habrá de advertirse respecto de qué tipo de procedimiento
jurisdiccional o administrativo se implementa. En consecuencia,
debe realizarse una interpretación conforme del artículo 115 de la
Ley de Instituciones de Crédito a efecto de que sea acorde con el
principio constitucional mencionado, de la siguiente manera: a) La
atribución únicamente puede emplearse como medida cautelar
relacionada con los procedimientos relativos al cumplimiento de
compromisos internacionales asumidos por nuestro país, lo cual
se actualiza ante dos escenarios: i) Por el cumplimiento de una
obligación de carácter bilateral o multilateral asumida por México,
en la cual se establezca de manera expresa la obligación
compartida de implementar este tipo de medidas ante solicitudes
de autoridades extranjeras; o ii) Por el cumplimiento de una
resolución o determinación adoptada por un organismo
internacional o por una agrupación intergubernamental, que sea
reconocida con esas atribuciones por nuestro país a la luz de
algún tratado internacional. b) Sin embargo, la atribución citada no
puede emplearse válidamente cuando el motivo que genere el
bloqueo de las cuentas tenga un origen estrictamente nacional,
pues al no encontrarse relacionada con algún procedimiento
administrativo o jurisdiccional específico, resultaría contraria al
principio de seguridad jurídica.

Amparo en revisión

Época: Novena Época


Registro: 175152
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Tomo XXIII, Mayo de 2006
Materia(s): Común
Tesis: 2a./J. 67/2006
Página: 278

ANOTACIÓN REGISTRAL PREVENTIVA DE LA


DEMANDA DE AMPARO Y SU AUTO ADMISORIO. ES POSIBLE
DECRETAR ESA MEDIDA CAUTELAR EN EL EXPEDIENTE
PRINCIPAL DEL JUICIO DE GARANTÍAS EN LA VÍA
INDIRECTA, A PETICIÓN DEL INTERESADO.

De la interpretación conforme de los artículos 124,


último párrafo, y 130, primer párrafo, de la Ley de Amparo, con la
garantía de acceso efectivo a la jurisdicción, prevista en el artículo
17, segundo párrafo, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, se infiere que la ley otorga al Juez de Distrito
facultades amplias para adoptar las medidas que estime
pertinentes a fin de preservar la materia del amparo, así como
para evitar que se defrauden derechos de tercero y se causen
perjuicios a los interesados, sin que las normas mencionadas
puedan entenderse como preceptos aislados y discordantes del
sistema al que pertenecen, sino como disposiciones establecidas
con el propósito de contribuir a la eficacia del control
constitucional, lo que implica, además de privar de efectos a los
actos de autoridad cuando se demuestre su inconstitucionalidad,
asegurar la posible restitución de las garantías vulneradas, para el
caso de que llegue a concederse la protección constitucional, y
evitar que se defrauden derechos de tercero durante la secuela
procesal de amparo. Ahora bien, para la consecución de tales
objetivos, el Juez de Distrito, también en el expediente principal,
puede adoptar las medidas que estime pertinentes. En ese
sentido, con la anotación preventiva de la demanda de amparo y
su auto admisorio en el Registro Público de la Propiedad del lugar
en que se ubique el inmueble, respecto del que se cuestione
algún derecho real en el procedimiento de origen, el juzgador
federal puede impedir que se defrauden derechos de tercero o
que se ocasionen perjuicios a las partes; de ahí que en función de
los principios que rigen a las medidas precautorias, cuando quien
tenga interés legítimo para solicitar aquella medida formule la
petición atinente, el juzgador federal, en un examen preliminar
sobre la existencia -aun presuntiva- del derecho alegado y el
peligro en la demora, conforme a las circunstancias que rodeen el
caso específico, debe ponderar si la anotación preventiva, como
medio tendente a dar publicidad al juicio principal cuyo resultado
puede influir sobre la situación jurídica del bien inmueble de que
se trate, es apta o no para evitar que se defrauden derechos de
tercero o se realicen actos que puedan dificultar la ejecución de la
sentencia que llegue a conceder la protección constitucional. De
proceder la medida, el pago de los derechos que conforme a la
legislación correspondiente deban cubrirse (por la anotación
preventiva y su cancelación posterior) estará a cargo del
solicitante; finalmente, aquella medida tendrá vigencia hasta que
quede firme la resolución que ponga fin al juicio; en tal hipótesis el
juzgador federal deberá ordenar, de inmediato y oficiosamente, la
cancelación del asiento registral preventivo.

Contradicción de tesis 53/2006-SS. Entre las


sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero del Décimo
Quinto Circuito y Segundo del Décimo Primer Circuito. 28 de abril

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78

de 2006. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Sergio Salvador


Aguirre Anguiano. Ponente: Genaro David Góngora Pimentel.
Secretario: Rómulo Amadeo Figueroa Salmorán.

Tesis de jurisprudencia 67/2006. Aprobada por la


Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada del doce de
mayo de dos mil seis.

Época: Décima Época


Registro: 2010954
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. CONDICIONES
GENERALES PARA SU EJERCICIO.

La autoridad judicial, para ejercer el control ex officio en


los términos establecidos en el expediente Varios 912/2010 de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, debe asegurarse que se
ha actualizado la necesidad de hacer ese tipo de control, es decir,
en cada caso debe determinar si resulta indispensable hacer una
interpretación conforme en sentido amplio, una en sentido estricto
o una inaplicación, lo cual ocurre cuando se está en presencia de
una norma que resulta sospechosa o dudosa de cara a los
parámetros de control de los derechos humanos. De este modo,
cuando una norma no genera sospechas de invalidez para el
juzgador, por no parecer potencialmente violatoria de derechos
humanos, entonces no se hace necesario un análisis de
constitucionalidad y convencionalidad exhaustivo, porque la
presunción de constitucionalidad de que gozan todas las normas
jurídicas no se ha puesto siquiera en entredicho. Lo anterior es
así, porque como se señaló en el citado expediente Varios, las
normas no pierden su presunción de constitucionalidad sino hasta
que el resultado del control así lo refleje, lo que implica que las
normas que son controladas puedan incluso salvar su presunción
de constitucionalidad mediante la interpretación conforme en
sentido amplio, o en sentido estricto.

Amparo directo en revisión

Época: Décima Época


Registro: 2009179
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. NO ES UNA CUESTIÓN
DE SUBSIDIARIEDAD, POR LO QUE DEBE LLEVARSE A
CABO AUN CUANDO EL DERECHO HUMANO DE QUE SE
TRATE ESTÉ CONTENIDO EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.

La obligación de ejercer el control ex officio de


constitucionalidad y convencionalidad de una norma se actualiza
aun en aquellos casos en los que el derecho humano de que se
trate esté regulado en la propia Constitución Federal. Lo anterior,
porque el Tribunal Pleno, al resolver el expediente Varios
912/2010, no hizo esa acotación, ni determinó que el control ex
officio fuera una cuestión de subsidiariedad, sino que más bien
recalcó que los jueces y todas las autoridades del país estaban
obligados a velar por los derechos humanos y que esa vigilancia
se traducía, en el caso de los juzgadores, en un problema
interpretativo; para ello, se requiere que lleven a cabo
efectivamente ese control en aquellos casos en los que la norma
que se va a aplicar despierte sospechas para la autoridad
aplicadora o sea señalada por el interesado como violatoria de
derechos en el juicio de amparo; en esos supuestos, deberá
además llevar a cabo el ejercicio en los tres pasos que indica el
expediente Varios 912/2010: interpretación conforme en sentido
amplio, interpretación conforme en sentido estricto y, en su caso,
inaplicación.

Amparo directo en revisión 3200/2012

Época: Décima Época


Registro: 2009860
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

FORMAL PRISIÓN. SI LA NOTIFICACIÓN DEL AUTO


QUE LA DECRETA SE LLEVÓ A CABO EN DIVERSAS
FECHAS AL INCULPADO Y A SU DEFENSOR,
RESPECTIVAMENTE, EL PLAZO DE QUINCE DÍAS PARA LA
PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA DE AMPARO EN SU
CONTRA, DEBE COMPUTARSE A PARTIR DE QUE SE
PRACTICÓ LA ÚLTIMA.

De la interpretación conforme de los artículos 17 y 18 de


la Ley de Amparo, se advierte que tratándose de un acto privativo
de libertad derivado de un procedimiento penal, como el auto de
formal prisión, rige el plazo de quince días para la presentación de
la demanda de amparo, y que existen tres hipótesis para el
cómputo de los quince días para la presentación de la demanda
respecto al acto o resolución que reclame el quejoso, una de ellas
es a partir del día siguiente al en que haya surtido efectos la
notificación conforme a la ley del acto. En ese sentido, a la luz del
principio pro persona contenido en el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, si la
legislación adjetiva aplicable posibilita que una determinación
adversa al inculpado, pueda impugnarse por él o por su defensor,
cuando la notificación de un auto de formal prisión al inculpado y a

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su defensor se llevó a cabo en diversas fechas, el plazo de quince


días para la presentación de la demanda de amparo debe
computarse a partir de que se practicó aquella que le genere
mayor beneficio al promovente privado de su libertad, es decir, la
última de ellas, esto con la finalidad de maximizar la protección a
favor del procesado y posibilitar un acceso integral a la jurisdicción
constitucional, de conformidad con el principio pro persona.

Contradicción de tesis 252/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2016430
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

HORAS DE TRABAJO EXTRAORDINARIAS. NO


PROCEDE SU PAGO A LOS MIEMBROS DE LAS
INSTITUCIONES POLICIALES, NI SIQUIERA BAJO UNA
INTERPRETACIÓN CONFORME, CUANDO LAS RESPECTIVAS
LEGISLACIONES SECUNDARIAS PROSCRIBAN ESA
PRESTACIÓN.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido


reiteradamente que los grupos constituidos por militares, marinos,
personal del servicio exterior, agentes del Ministerio Público,
peritos y miembros de las instituciones policiales a que se refiere
la fracción XIII del apartado B del artículo 123 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, no pueden
considerarse regulados por el régimen general de trabajadores al
servicio del Estado, sino que su relación con el poder público es
de naturaleza administrativa. Ahora, si bien el pago de tiempo
extraordinario está previsto como derecho constitucional para el
régimen general de los trabajadores al servicio del Estado, lo
cierto es que no rige para los miembros de las instituciones
policiales, por lo que las legislaciones secundarias que regulan
sus relaciones laborales y que prohíben el pago de "tiempo
extraordinario", no contravienen el texto constitucional ni pueden
someterse a una interpretación conforme para acceder a dicha
prestación, porque esas legislaciones no se conducen por los
principios en materia de trabajo burocrático estatal, máxime si se
atiende a que los cuerpos policiales desempeñan una importante
función en la protección de la sociedad y la salvaguarda de los
derechos de las personas, por lo que por las necesidades que
requiere esa labor preponderante, tanto la manera en la que se
determine la jornada laboral como las contraprestaciones que
deben otorgarse por dicho servicio, han de atender a las
características propias y exigencias inherentes a esa labor de
seguridad pública, conforme lo establezcan sus propias leyes.

Contradicción de tesis 324/2017.


Época: Décima Época
Registro: 2006672
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 7, Junio de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Laboral, Civil
Tesis: 2a./J. 42/2014 (10a.)
Página: 712

SALARIO MÍNIMO. LA AUTORIDAD


JURISDICCIONAL PUEDE ORDENAR EL EMBARGO SOBRE
EL EXCEDENTE DE SU MONTO, PARA EL ASEGURAMIENTO
DE OBLIGACIONES DE CARÁCTER CIVIL O MERCANTIL
CONTRAÍDAS POR EL TRABAJADOR, EN PRINCIPIO, SÓLO
RESPECTO DEL 30% DE ESE EXCEDENTE.

De una interpretación conforme del artículo 112 de la


Ley Federal del Trabajo, en relación con los numerales 123,
apartado A, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y 10, párrafos 1 y 2, del Convenio Número 95
relativo a la Protección del Salario, aprobado por la Conferencia
General de la Organización Internacional del Trabajo, así como de
una exégesis sistemática de los diversos 110, fracciones I y V, de
la Ley Federal del Trabajo y 1o., 3o., 4o., 6o., 13, 14, 17, 25 y 31,
fracción IV, de la Constitución Federal (en lo concerniente a los
derechos fundamentales al mínimo vital, de seguridad jurídica y de
acceso efectivo a la justicia), se concluye que una autoridad
jurisdiccional puede ordenar el embargo sobre el excedente del
monto del salario mínimo para el aseguramiento de obligaciones
de carácter civil o mercantil contraídas por el trabajador, en el
entendido de que esa medida sólo procede respecto del 30% de
dicho excedente, salvo el caso de una orden derivada del pago de
pensiones alimenticias decretadas por autoridad competente,
supuesto en el cual podrá llevarse a cabo respecto de la totalidad
del excedente del salario mínimo. Asimismo, debe precisarse que
en el caso de que el salario del trabajador ya se hubiere
embargado parcialmente por una pensión alimenticia, la limitante
o protección del mínimo vital en proporción del 30% será aplicable
a la parte excedente del salario mínimo que no se encuentra
afectada por tal pensión.

Contradicción de tesis 422/2013.

Época: Décima Época


Registro: 2009593
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Tesis: 1a./J. 9/2015 (10a.)

81
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Página: 635

SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. EL HECHO


DE QUE EL ARTÍCULO 79, FRACCIÓN III, INCISO B), DE LA
LEY DE AMPARO NO LA PREVÉ A FAVOR DE LA VÍCTIMA U
OFENDIDO DEL DELITO CUANDO ACUDE AL RECURSO DE
REVISIÓN COMO TERCERO INTERESADO, NO IMPLICA UNA
TRANSGRESIÓN A LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES O
CONVENCIONALES.

En el juicio de amparo, la implementación de la


suplencia de la queja deficiente supone la existencia de un
mandato según el cual, cada una de las partes (quejoso, autoridad
responsable y tercero interesado), debe poder presentar su caso
bajo condiciones y garantías judiciales que permitan equilibrar los
medios y las posibilidades de actuación procesal, de manera que
no se genere una posición sustancialmente desventajosa de una
frente a la otra, como la que se presenta entre la autoridad
responsable y el quejoso, a favor de la primera y, en detrimento
del segundo. Ahora bien, este tipo de ajustes sólo puede
predeterminarlos el legislador, pues el juzgador los lleva a cabo
con las limitaciones que la ley le impone. Así, la situación procesal
del tercero interesado en el juicio de amparo es concordante con
la de la autoridad responsable, por la conexión jurídica de sus
intereses comunes, por ello, el legislador pensó en dirigir la
suplencia a favor del quejoso, ya que es la única parte en
desventaja en la litis constitucional y, por ello, no habría podido
dirigirla a la autoridad responsable ni al tercero, porque ninguna
de estas dos partes se encuentra en desventaja con relación al
quejoso. Por otra parte, para definir si debe o no suplirse la queja
al tercero interesado, no se cumplen las exigencias metodológicas
inherentes a la aplicación del principio pro persona, porque no
existe una oposición entre los derechos de las víctimas y los de
los indiciados y procesados, ya que obedecen a lógicas distintas:
para la parte quejosa indiciada o acusada, debe buscarse el
respeto irrestricto de los derechos inherentes al debido proceso;
para las víctimas, su derecho a la participación en el proceso, la
restitución y reparación de sus bienes lesionados por el delito, así
como la posibilidad de acceder a la verdad y, en particular, a la
búsqueda de la justicia. De ahí que el hecho de que el artículo 79,
fracción III, inciso b), de la Ley de Amparo no prevea la suplencia
de la queja deficiente a favor de la víctima u ofendido del delito
cuando acude al recurso de revisión como tercero interesado, no
implica una transgresión a los principios constitucionales o
convencionales, porque es una norma adjetiva que solamente
persigue la finalidad de equilibrar dos fuerzas de las partes en el
juicio de amparo, que el legislador democrático supone
desiguales: la quejosa y la autoridad responsable. Por lo demás,
no es que el artículo no reconozca los derechos de las víctimas y
no hubiere pensado en ellas como candidatas a la suplencia de la
queja deficiente, pues precisamente el artículo referido les
reconoce esa prerrogativa; lo único que el legislador busca, al
acotar esa posibilidad a los casos en los que aquéllas sean
quejosas o adherentes, es el respeto a la racionalidad de la
institución procesal de la suplencia, esto es, la igualdad procesal.

Contradicción de tesis 240/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2010679
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

VÍCTIMA U OFENDIDO DEL DELITO. ESTÁ


FACULTADO PARA IMPUGNAR LA SENTENCIA DE PRIMERA
INSTANCIA A TRAVÉS DEL RECURSO DE APELACIÓN O DEL
JUICIO DE AMPARO DIRECTO, SIN QUE ESTÉ OBLIGADO A
AGOTAR EL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD CUANDO LAS
NORMAS PROCESALES NO LO LEGITIMEN PARA
INTERPONER LA APELACIÓN.

Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación determina que cuando las normas procesales no legitimen
a la víctima u ofendido del delito para interponer el recurso de
apelación contra la sentencia de primera instancia, éstos, en su
calidad de parte en el proceso penal, podrán: i) interponer dicho
recurso contra esa sentencia, en virtud de una interpretación
conforme de sus derechos constitucionales; o bien, ii) promover
amparo directo contra la resolución de segunda instancia en caso
de que las partes expresamente legitimadas hubieren interpuesto
el recurso de apelación que confirme, modifique o revoque en el
fondo la resolución de primera instancia y la víctima u ofendido no
hubiere agotado ese medio de defensa, en virtud de la redacción
restrictiva de la norma procesal que no les reconoce legitimación
para promover el recurso ordinario, supuesto en el que no les será
exigible agotar el principio de definitividad. Lo anterior, en
consonancia con los derechos constitucionales de acceso a la
justicia y equidad, perseguidos por el legislador federal, con lo que
se brinda seguridad jurídica a las partes en el proceso penal, ya
que el análisis del juicio de amparo directo promovido por la
víctima u ofendido del delito garantizará que las sentencias
definitivas en el orden penal se emitan en un plano de equidad en
torno a los derechos que involucran a los sujetos activos y pasivos
en el proceso, atendiendo a las consecuencias legales producidas
por la comisión de delitos.

Amparo directo 12/2014.


.

Época: Décima Época


Registro: 2010682
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

83
84

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación


VÍCTIMA U OFENDIDO DEL DELITO. TIENE
DERECHO A INTERPONER EL RECURSO DE APELACIÓN
CONTRA LAS SENTENCIAS INTERMEDIAS Y DEFINITIVAS EN
EL PROCESO PENAL, AUN CUANDO LA LEY NO LO
LEGITIME PARA ELLO (INTERPRETACIÓN CONFORME DEL
ARTÍCULO 353 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS
PENALES PARA EL ESTADO DE GUANAJUATO).

El precepto citado que prevé que tienen derecho a


apelar el Ministerio Público, el inculpado y los defensores, debe
interpretarse conforme al derecho humano de acceso a la justicia
contenido en el artículo 17 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, que en el caso involucra la existencia
de un recurso efectivo, el derecho a la verdad y a la justicia, que
en favor de la víctima u ofendido del delito son reconocidos por la
Constitución, por lo que debe leerse en el sentido de que la
víctima u ofendido del delito tiene derecho de apelar la sentencia,
los autos o las resoluciones previstas en los artículos 354 y 355
del Código de Procedimientos Penales para el Estado de
Guanajuato, con la finalidad de defender directa o indirectamente
los derechos que consagran en su favor el artículo 20, apartado B,
de la Constitución Federal, en su texto anterior a la reforma
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de
2008, y los tratados internacionales, de conformidad con el
numeral 1o., párrafo primero, de la Norma Fundamental. Lo
anterior, conforme al principio de supremacía constitucional
contenido en el artículo 133 de la propia Constitución, el cual se
configura como una directriz consustancial del sistema jurídico-
político mexicano que descansa en la expresión primaria de la
soberanía en la expedición de la Constitución y que por ello la
coloca por encima de todas las leyes y de todas las autoridades.
En este sentido, más que una facultad, la supremacía
constitucional impone a toda autoridad un deber de ajustar los
actos desplegados en el ejercicio de sus atribuciones a sus
preceptos, por lo que el Poder Legislativo, al expedir las leyes,
debe observar la Ley Suprema, de igual forma que el Ejecutivo y
el Judicial al ejercer sus facultades. Así, considerar que la
legitimación para impugnar las resoluciones intermedias y
definitivas en el proceso penal está constreñida sólo al Ministerio
Público, inculpado y defensores, como lo hace el artículo 353 del
código referido, haría nugatorios los derechos humanos de la
víctima u ofendido del delito contenidos en la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, cuya motivación legislativa fue
la de rescatarlos del olvido en que se encontraban, factor que
motivó a reconsiderar a nivel constitucional la posición que ocupan
en la etapa preliminar de averiguación previa y el proceso penal,
con el propósito de mejorar su situación jurídica y afianzar su
participación activa, principalmente para obtener la reparación del
daño que el hecho típico les originó; de ahí que los derechos
fundamentales de la víctima u ofendido del delito derivados de un
proceso penal, no pueden hacerse nugatorios por un deficiente o
insuficiente desarrollo normativo por parte del legislador
secundario. Las anteriores consideraciones no deben entenderse
en el sentido de que las víctimas u ofendidos del delito deben
agotar el recurso de apelación previo a acudir al juicio de amparo,
porque precisamente la falta de legitimación normativa para
hacerlo impide que les sea exigible agotar el principio de
definitividad.

Amparo directo

Época: Décima Época


Registro: 2018868
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

VIOLACIONES A DERECHOS FUNDAMENTALES


COMETIDAS EN UN PROCEDIMIENTO PENAL ACUSATORIO.
NO SON SUSCEPTIBLES DE ANALIZARSE EN AMPARO
DIRECTO CUANDO OCURREN EN ETAPAS PREVIAS AL
JUICIO ORAL.

De acuerdo con el inciso a) de la fracción III del artículo


107 de la Constitución y la fracción I del artículo 170 la Ley de
Amparo, el juicio de amparo directo procede en contra de
sentencias definitivas dictadas por autoridades judiciales en dos
supuestos: (i) cuando la violación se cometa en sentencia
definitiva; y (ii) cuando la violación se cometa durante el
procedimiento, afecte las defensas del quejoso y trascienda al
resultado del fallo. Con todo, esta Primera Sala estima que
tratándose de una sentencia definitiva derivada de un proceso
penal acusatorio, en el juicio de amparo directo no es posible
analizar violaciones a derechos fundamentales cometidas en
etapas previas al inicio del juicio oral que tengan como
consecuencia la eventual exclusión de determinado material
probatorio. Si bien es cierto que de una interpretación literal y
aislada del apartado B del artículo 173 de la Ley de Amparo
pudiera desprenderse que sí es posible analizar en el juicio de
amparo directo las violaciones a las leyes del procedimiento que
hayan trascendido a las defensas del quejoso cometidas durante
cualquiera de las etapas del procedimiento penal acusatorio, toda
vez que la Ley de Amparo en ningún momento limita el examen de
dichas violaciones a las que hayan ocurrido en una etapa
determinada, esta Primera Sala estima que una interpretación
conforme con la Constitución de la citada disposición permite
concluir que el análisis de las violaciones procesales en el juicio
de amparo directo debe limitarse exclusivamente a aquellas
cometidas durante la audiencia de juicio oral. En primer lugar,
porque sólo con dicha interpretación adquiere plena operatividad
el principio de continuidad previsto en el artículo 20 constitucional,

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86

que disciplina el proceso penal acusatorio en una lógica de cierre


de etapas y oportunidad de alegar. Este principio constitucional
ordena que el procedimiento se desarrolle de manera continua, de
tal forma que cada una de las etapas en las que se divide –
investigación, intermedia y juicio– cumpla su función a cabalidad
y, una vez que se hayan agotado, se avance a la siguiente sin que
sea posible regresar a la anterior. Por esta razón, se considera
que las partes en el procedimiento se encuentran obligadas a
hacer valer sus planteamientos en el momento o etapa
correspondiente, pues de lo contrario se entiende por regla
general que se ha agotado su derecho a inconformarse. En
segundo lugar, porque dicha interpretación también es consistente
con la fracción IV del apartado A del artículo 20 constitucional. De
acuerdo con dicha porción normativa, el juez o tribunal de
enjuiciamiento no debe conocer de lo sucedido en etapas previas
a juicio a fin de garantizar la objetividad e imparcialidad de sus
decisiones. En consecuencia, si el acto reclamado en el amparo
directo es la sentencia definitiva que se ocupó exclusivamente de
lo ocurrido en la etapa de juicio oral, el tribunal de amparo debe
circunscribirse a analizar la constitucionalidad de dicho acto sin
ocuparse de violaciones ocurridas en etapas previas. Esta
interpretación además es consistente con el artículo 75 de la Ley
de Amparo, que dispone que en las sentencias que se dicten en
los juicios de amparo el acto reclamado se apreciará tal y como
aparezca probado ante la autoridad responsable.

Amparo directo en revisión 669/2015.

B. PRINCIPIO PRO PERSONAE.

En el artículo 1º., párrafo segundo, de la CPEUM, se


establece que la interpretación de las normas relativas a derechos
humanos debe hacerse siempre "favoreciendo a la persona la
protección más amplia".
Se incorporó de esa manera a nuestro texto
constitucional el principio pro personae o pro homine, principio
que, como su nombre lo indica, tiene como criterio rector el de
mayor beneficio o protección o protección para el ser humano, y
que ha sido conceptuado por los Tribunales de la Federación
como el criterio o directriz hermenéutica que "consiste en
ponderar ante todo la fundamentalidad de los derechos humanos,
a efecto a efecto de estar siempre a favor del hombre, lo que
implica que debe acudirse a la norma más amplia o a la
interpretación más extensiva cuando se trate de derechos
protegidos e, inversamente, a la norma o a la interpretación más
restringida, cuando se trate de establecer límites para su
ejercicio".
Son, por tanto, dos las principales vertientes de este
principio, a saber:
● Preferencia interpretativa. El principio pro homine
obliga a "efectuar la interpretación más favorable para el efectivo
goce y ejercicio de los derechos y libertades fundamentales" y, por
ello, si una norma jurídica admite múltiples interpretaciones "debe
preferirse la que garantice de mejor manera y confiera una
protección más amplia al gobernado".
El principio pro homine, por tanto, obliga a interpretar las
normas en forma extensiva y no rigorista, de modo que de los
sentidos posibles que arroje el ejercicio de interpretación de una
norma relativa a los derechos humanos debe siempre privilegiarse
el que depare mayor beneficio a las personas, esto es, al que
conduzca a una mejor y más amplia protección de sus derechos y,
en contrasentido, descartar aquel que anule o restrinja su
ejercicio.
● Preferencia normativa. Se traduce en que, ante la
posibilidad de aplicar dos o más normas jurídicas a un caso
concreto, debe optarse por la que sea más favorable a la persona,
esto es, la que de mejor manera proteja sus derechos.
Por tanto, conforme a este principio, cuando coexisten
disposiciones de distinto contenido sobre un mismo tema, al
criterio que debe atenderse para determinar qué norma debe
aplicarse es al de mayor beneficio para la persona, de manera que
debe optarse por la disposición que resulte más eficaz para
proteger los derechos humanos.

Así como lo ha señalado la SCJN, el principio pro


persona "se traduce en la obligación de analizar el contenido y
alcance de los derechos humanos ante la existencia de dos
normas que regulan o restringen el derecho de manera diversa, a
efecto de elegir cuál será la aplicable al caso concreto" y "obliga a
optar por aquella que protege en términos más amplios, lo que
implica acudir a la norma jurídica que consagre el derecho de la
manera más extensiva y, por el contrario, al precepto legal más
restrictivo, si se trata de conocer las limitaciones legítimas que
pueden establecerse para su ejercicio".
En este sentido, debe siempre optarse por la norma que
le da más alcances al derecho o, en contra sentido, a la que
menos lo limite o restrinja, ello con independencia de la posición
jerárquica que, dentro del sistema normativo, tenga la referida
norma.
De esta forma, gracias a la inclusión del principio pro
persona en nuestra norma fundamental, lo que prevalece como
factor superior en nuestro orden jurídico interno son la vigencia y
el pleno respeto de los derechos humanos, aspectos que se
privilegian igualmente en el ámbito internacional, pues son
diversos los instrumentos que se refieren al principio de mérito.
Entonces, el segundo párrafo del artículo 1º. de la
CPEUM, al incorporar los principios de interpretación conforme y
pro homine, contiene un mandato interpretativo en materia de
derechos humanos que obliga a la interpretación armónica de las
normas que los prevén, buscando siempre la máxima protección
para la persona24.

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24 Conceptos tomados del libro Derechos Humanos.


Parte General, primera edición, México, Suprema Corte de
Justicia de la Nación, 2013, página 67.

TESIS RELATIVAS AL PRINCIPIO PRO PERSONA.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 239 del Libro 42, correspondiente
al mes de Mayo de 2017, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2014332, de título y contenido:

INTERPRETACIÓN CONFORME. NATURALEZA Y


ALCANCES A LA LUZ DEL PRINCIPIO PRO PERSONA.

A juicio de esta Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, la supremacía normativa de la Constitución
no se manifiesta sólo en su aptitud de servir como parámetro de
validez de todas las demás normas jurídicas, sino también en la
exigencia de que tales normas, a la hora de ser aplicadas, se
interpreten de acuerdo con los preceptos constitucionales; de
forma que, en caso de que existan varias posibilidades de
interpretación de la norma en cuestión, se elija aquella que mejor
se ajuste a lo dispuesto en la Constitución. En otras palabras, esa
supremacía intrínseca no sólo opera en el momento de la creación
de las normas, cuyo contenido ha de ser compatible con la
Constitución en el momento de su aprobación, sino que se
prolonga, ahora como parámetro interpretativo, a la fase de
aplicación de esas normas. A su eficacia normativa directa se
añade su eficacia como marco de referencia o criterio dominante
en la interpretación de las restantes normas. Este principio de
interpretación conforme de todas las normas del ordenamiento
con la Constitución, reiteradamente utilizado por esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación, es una consecuencia elemental de
la concepción del ordenamiento como una estructura coherente,
como una unidad o contexto. Es importante advertir que esta regla
interpretativa opera con carácter previo al juicio de invalidez. Es
decir, que antes de considerar a una norma jurídica como
constitucionalmente inválida, es necesario agotar todas las
posibilidades de encontrar en ella un significado que la haga
compatible con la Constitución y que le permita, por tanto,
subsistir dentro del ordenamiento; de manera que sólo en el caso
de que exista una clara incompatibilidad o una contradicción
insalvable entre la norma ordinaria y la Constitución, procedería
declararla inconstitucional. En esta lógica, el intérprete debe evitar
en la medida de lo posible ese desenlace e interpretar las normas
de tal modo que la contradicción no se produzca y la norma pueda
salvarse. Así el juez ha de procurar, siempre que sea posible, huir
del vacío que se produce cuando se niega validez a una norma y,
en el caso concreto, de ser posibles varias interpretaciones, debe
preferirse aquella que salve la aparente contradicción. Ahora bien
la interpretación de las normas conforme a la Constitución se ha
fundamentado tradicionalmente en el principio de conservación de
ley, que se asienta a su vez en el principio de seguridad jurídica y
en la legitimidad democrática del legislador. En el caso de la ley,
fruto de la voluntad de los representantes democráticamente
elegidos, el principio general de conservación de las normas se ve
reforzado por una más intensa presunción de validez. Los
tribunales, en el marco de sus competencias, sólo pueden
declarar la inconstitucionalidad de una ley cuando no resulte
posible una interpretación conforme con la Constitución. En
cualquier caso, las normas son válidas mientras un tribunal no
diga lo contrario. Asimismo, hoy en día, el principio de
interpretación conforme de todas las normas del ordenamiento a
la Constitución, se ve reforzado por el principio pro persona,
contenido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, el cual obliga a maximizar la
interpretación conforme en aquellos escenarios en los cuales,
dicha interpretación permita la efectividad de los derechos
fundamentales de las personas frente al vacío legislativo que
puede provocar una declaración de inconstitucionalidad de la
norma.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 906 del Libro XXV,
correspondiente al mes de Octubre de 2013, Tomo 2, de la
Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, con número de registro: 2004748, que dice:

PRINCIPIO PRO PERSONA. DE ÉSTE NO DERIVA


NECESARIAMENTE QUE LOS ARGUMENTOS PLANTEADOS
POR LOS GOBERNADOS DEBAN RESOLVERSE CONFORME
A SUS PRETENSIONES. Esta Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J. 107/2012
(10a.), publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Décima Época, Libro XIII, Tomo 2, octubre de 2012,
página 799, con el rubro: "PRINCIPIO PRO PERSONA.
CRITERIO DE SELECCIÓN DE LA NORMA DE DERECHO
FUNDAMENTAL APLICABLE.", reconoció de que por virtud del
texto vigente del artículo 1o. constitucional, modificado por el
decreto de reforma constitucional en materia de derechos
fundamentales, publicado en el Diario Oficial de la Federación el
10 de junio de 2011, el ordenamiento jurídico mexicano, en su
plano superior, debe entenderse integrado por dos fuentes
medulares: a) los derechos fundamentales reconocidos en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y, b) todos
aquellos derechos humanos establecidos en tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte. También
deriva de la aludida tesis, que los valores, principios y derechos
que materializan las normas provenientes de esas dos fuentes, al
ser supremas del ordenamiento jurídico mexicano, deben permear
en todo el orden jurídico, y obligar a todas las autoridades a su

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90

aplicación y, en aquellos casos en que sea procedente, a su


interpretación. Sin embargo, del principio pro homine o pro
persona no deriva necesariamente que las cuestiones planteadas
por los gobernados deban ser resueltas de manera favorable a
sus pretensiones, ni siquiera so pretexto de establecer la
interpretación más amplia o extensiva que se aduzca, ya que en
modo alguno ese principio puede ser constitutivo de "derechos"
alegados o dar cabida a las interpretaciones más favorables que
sean aducidas, cuando tales interpretaciones no encuentran
sustento en las reglas de derecho aplicables, ni pueden derivarse
de éstas, porque, al final, es conforme a las últimas que deben ser
resueltas las controversias correspondientes.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 799 del Libro XIII,
correspondiente al mes de Octubre de 2012, Tomo 2, de la
Décima Época, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta. con número de registro: 2002000, que dice:

PRINCIPIO PRO PERSONA. CRITERIO DE


SELECCIÓN DE LA NORMA DE DERECHO FUNDAMENTAL
APLICABLE.
De conformidad con el texto vigente del artículo 1o.
constitucional, modificado por el decreto de reforma constitucional
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de
2011, en materia de derechos fundamentales, el ordenamiento
jurídico mexicano tiene dos fuentes primigenias: a) los derechos
fundamentales reconocidos en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; y, b) todos aquellos derechos
humanos establecidos en tratados internacionales de los que el
Estado mexicano sea parte. Consecuentemente, las normas
provenientes de ambas fuentes, son normas supremas del
ordenamiento jurídico mexicano. Esto implica que los valores,
principios y derechos que ellas materializan deben permear en
todo el orden jurídico, obligando a todas las autoridades a su
aplicación y, en aquellos casos en que sea procedente, a su
interpretación. Ahora bien, en el supuesto de que un mismo
derecho fundamental esté reconocido en las dos fuentes
supremas del ordenamiento jurídico, a saber, la Constitución y los
tratados internacionales, la elección de la norma que será
aplicable -en materia de derechos humanos-, atenderá a criterios
que favorezcan al individuo o lo que se ha denominado principio
pro persona, de conformidad con lo dispuesto en el segundo
párrafo del artículo 1o. constitucional. Según dicho criterio
interpretativo, en caso de que exista una diferencia entre el
alcance o la protección reconocida en las normas de estas
distintas fuentes, deberá prevalecer aquella que represente una
mayor protección para la persona o que implique una menor
restricción. En esta lógica, el catálogo de derechos fundamentales
no se encuentra limitado a lo prescrito en el texto constitucional,
sino que también incluye a todos aquellos derechos que figuran
en los tratados internacionales ratificados por el Estado mexicano.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 308 del Libro 42, Mayo de 2017,
Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación, con número de registro: 2014287, de epígrafe y
sinopsis:

COPIA CERTIFICADA DE CONSTANCIAS O


DOCUMENTOS QUE OBREN EN AUTOS. EL ARTÍCULO 278
DEL CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS CIVILES NO
RESTRINGE SU EXPEDICIÓN A UN SOLO JUEGO.

La expresión "copia certificada de cualquier constancia o


documento que obre en los autos" del artículo 278 del Código
Federal de Procedimientos Civiles no restringe a un solo juego el
número de copias certificadas que las partes pueden solicitar. En
efecto, la ratio legis del artículo es proteger el acceso a toda la
información contenida en los autos de un proceso judicial en el
cual sean parte los solicitantes, por tanto, la expedición de copias
certificadas atiende a los intereses procesales que tengan los
individuos sujetos a proceso y no existe ninguna razón para
sostener que dichos intereses siempre se satisfacen expidiendo
sólo un tanto de copias. Esta interpretación se refuerza si se toma
en consideración el principio pro persona cuya finalidad es la
interpretación y aplicación de criterios jurídicos atendiendo a la
protección más amplia de los derechos humanos. No obstante, la
expedición de más de un juego de copias certificadas se
encuentra condicionada a la justificación de uso que aporte la
parte solicitante. Es decir, la solicitud de más de un juego de
copias certificadas deberá acompañarse de las razones por las
cuales quien las solicita requiere de su expedición. En
consecuencia, las autoridades jurisdiccionales podrán negar
expedir todos los tantos de copias solicitados cuando se abuse de
dicho derecho. Así, si la autoridad jurisdiccional advierte que la
parte solicitante solicitó un número de copias excesivo, sin que se
exponga alguna razón para justificar ese número de copias, se
podrán expedir menos tantos de copias que los solicitados.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 642, del Libro 31,
correspondiente al mes de Junio de 2016, Tomo I, de la Décima
Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con
número de registro: 2011873, que dice:

DEMANDA DE AMPARO DIRECTO. SI QUIEN LA


PROMUEVE SE OSTENTA COMO AUTORIZADO EN
TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 1069 DEL CÓDIGO DE
COMERCIO, EL JUZGADOR DEBE PREVENIRLO PARA QUE

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92

ACREDITE EL CARÁCTER DE REPRESENTANTE LEGAL O


APODERADO DE LA PARTE QUEJOSA.

Los artículos 175, 179 y 180 de la Ley de Amparo,


deben interpretarse en las coordenadas del principio pro persona
y el derecho de acceso a la justicia, en coherencia con los
principios de certidumbre jurídica y economía procesal, en el
sentido de que la personería del promovente constituye un
presupuesto procesal de análisis oficioso. Desde esta perspectiva,
debe estimarse que si en la demanda de amparo directo el
promovente se ostenta como autorizado de la parte quejosa en
términos del artículo 1069 del Código de Comercio -conforme al
cual carece de facultades para promover dicha demanda- y omite
exhibir documento alguno que lo acredite como su representante
legal o apoderado, el juzgador deberá prevenirlo para que
subsane esa irregularidad y acredite con documento fehaciente el
carácter de representante legal o apoderado del quejoso, con el
apercibimiento que de no hacerlo se tendrá por no presentada la
demanda de amparo directo, pues este modo de actuar permite
salvaguardar de manera más eficiente e integral los derechos de
acceso a la justicia y tutela judicial efectiva, previstos en el artículo
17 constitucional y el artículo 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, así como en los principios de
impartición de justicia pronta, expedita y acceso efectivo a la
jurisdicción, pues no se inhibe por un error en la acreditación de la
personería de la parte quejosa el examen de constitucionalidad
del asunto sometido a su jurisdicción. No obstante, al desahogar
la prevención deberá probarse que al momento de presentar la
demanda de amparo el autorizado en términos del artículo 1069,
párrafo tercero, del Código de Comercio, era apoderado o
representante legal de la parte quejosa cuando promovió el juicio
de amparo y no sólo autorizado en términos del artículo citado del
Código de Comercio.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 317 del Libro 25, Diciembre de
2015, Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, con número de registro: 2010623, de
título y contenido:

SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN EL


JUICIO DE AMPARO. DEBE ANALIZARSE ACORDE CON EL
MARCO SOBRE DERECHOS HUMANOS RESGUARDADO
POR EL ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, A PARTIR DE LA
REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 10 DE JUNIO DE 2011. En la tesis aislada 2a.
LXXXII/2012 (10a.) (*), esta Segunda Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación sustentó que si bien la reforma indicada
implicó un cambio en el sistema jurídico mexicano en relación con
los tratados de derechos humanos, así como con la interpretación
más favorable a la persona al orden constitucional -principio pro
persona-, ello no implica que los órganos jurisdiccionales
nacionales dejen de llevar a cabo sus atribuciones y facultades de
impartir justicia en la forma en que venían desempeñándolas
antes de la reforma citada, sino que dicho cambio sólo conlleva a
que si en los instrumentos internacionales existe una protección
más benéfica para la persona respecto de la institución jurídica
que se analice, ésta se aplique, sin que tal circunstancia signifique
que dejen de observarse los diversos principios constitucionales y
legales que rigen su función jurisdiccional. Bajo esa directriz, se
advierte que los artículos 7 y 8 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, 17 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, y II de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, consagran la igualdad, en su
acepción universal, que debe existir entre todas las personas, sin
distinción alguna. Por su parte, la propia Sala en la diversa tesis
aislada 2a. XCII/2013 (10a.) (**), interpretó el artículo 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en el sentido
de que prevé un principio de reserva legal del orden interno del
Estado parte, con arreglo al cual se instrumentará el derecho al
recurso, reconociendo, en este aspecto, la prevalencia del orden
interno. Ahora bien, el principio de suplencia de la queja deficiente
en el juicio de amparo se erige como una institución de capital
importancia dentro de nuestro sistema jurídico, con características
particulares, con el fin de impedir la denegación de justicia por
razones de carácter meramente técnico-jurídicas; por ello, dicha
institución debe analizarse desde la perspectiva constitucional y
legal nacional, y es en función de ese examen interno como debe
contrastarse si efectivamente tal principio satisface el mandato
universal de igualdad, o si existe una justificación razonable en la
distinción de trato que respecto de ciertas personas o grupos
establece el artículo 76 Bis de la Ley de Amparo, vigente hasta el
2 de abril de 2013, sustituido por el precepto 79 en la ley de la
materia en vigor a partir del día siguiente.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 297 del Libro 22, correspondiente
al mes de Septiembre de 2015, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2009860, de rubro y texto:

FORMAL PRISIÓN. SI LA NOTIFICACIÓN DEL AUTO


QUE LA DECRETA SE LLEVÓ A CABO EN DIVERSAS
FECHAS AL INCULPADO Y A SU DEFENSOR,
RESPECTIVAMENTE, EL PLAZO DE QUINCE DÍAS PARA LA
PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA DE AMPARO EN SU
CONTRA, DEBE COMPUTARSE A PARTIR DE QUE SE
PRACTICÓ LA ÚLTIMA.
De la interpretación conforme de los artículos 17 y 18 de
la Ley de Amparo, se advierte que tratándose de un acto privativo
de libertad derivado de un procedimiento penal, como el auto de
formal prisión, rige el plazo de quince días para la presentación de

93
94

la demanda de amparo, y que existen tres hipótesis para el


cómputo de los quince días para la presentación de la demanda
respecto al acto o resolución que reclame el quejoso, una de ellas
es a partir del día siguiente al en que haya surtido efectos la
notificación conforme a la ley del acto. En ese sentido, a la luz del
principio pro persona contenido en el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, si la
legislación adjetiva aplicable posibilita que una determinación
adversa al inculpado, pueda impugnarse por él o por su defensor,
cuando la notificación de un auto de formal prisión al inculpado y a
su defensor se llevó a cabo en diversas fechas, el plazo de quince
días para la presentación de la demanda de amparo debe
computarse a partir de que se practicó aquella que le genere
mayor beneficio al promovente privado de su libertad, es decir, la
última de ellas, esto con la finalidad de maximizar la protección a
favor del procesado y posibilitar un acceso integral a la jurisdicción
constitucional, de conformidad con el principio pro persona.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 635 del Libro 20, Julio de 2015,
Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación, con número de registro: 2009593, que dice:

SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. EL HECHO


DE QUE EL ARTÍCULO 79, FRACCIÓN III, INCISO B), DE LA
LEY DE AMPARO NO LA PREVÉ A FAVOR DE LA VÍCTIMA U
OFENDIDO DEL DELITO CUANDO ACUDE AL RECURSO DE
REVISIÓN COMO TERCERO INTERESADO, NO IMPLICA UNA
TRANSGRESIÓN A LOS PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES O
CONVENCIONALES.
En el juicio de amparo, la implementación de la
suplencia de la queja deficiente supone la existencia de un
mandato según el cual, cada una de las partes (quejoso, autoridad
responsable y tercero interesado), debe poder presentar su caso
bajo condiciones y garantías judiciales que permitan equilibrar los
medios y las posibilidades de actuación procesal, de manera que
no se genere una posición sustancialmente desventajosa de una
frente a la otra, como la que se presenta entre la autoridad
responsable y el quejoso, a favor de la primera y, en detrimento
del segundo. Ahora bien, este tipo de ajustes sólo puede
predeterminarlos el legislador, pues el juzgador los lleva a cabo
con las limitaciones que la ley le impone. Así, la situación procesal
del tercero interesado en el juicio de amparo es concordante con
la de la autoridad responsable, por la conexión jurídica de sus
intereses comunes, por ello, el legislador pensó en dirigir la
suplencia a favor del quejoso, ya que es la única parte en
desventaja en la litis constitucional y, por ello, no habría podido
dirigirla a la autoridad responsable ni al tercero, porque ninguna
de estas dos partes se encuentra en desventaja con relación al
quejoso. Por otra parte, para definir si debe o no suplirse la queja
al tercero interesado, no se cumplen las exigencias metodológicas
inherentes a la aplicación del principio pro persona, porque no
existe una oposición entre los derechos de las víctimas y los de
los indiciados y procesados, ya que obedecen a lógicas distintas:
para la parte quejosa indiciada o acusada, debe buscarse el
respeto irrestricto de los derechos inherentes al debido proceso;
para las víctimas, su derecho a la participación en el proceso, la
restitución y reparación de sus bienes lesionados por el delito, así
como la posibilidad de acceder a la verdad y, en particular, a la
búsqueda de la justicia. De ahí que el hecho de que el artículo 79,
fracción III, inciso b), de la Ley de Amparo no prevea la suplencia
de la queja deficiente a favor de la víctima u ofendido del delito
cuando acude al recurso de revisión como tercero interesado, no
implica una transgresión a los principios constitucionales o
convencionales, porque es una norma adjetiva que solamente
persigue la finalidad de equilibrar dos fuerzas de las partes en el
juicio de amparo, que el legislador democrático supone
desiguales: la quejosa y la autoridad responsable. Por lo demás,
no es que el artículo no reconozca los derechos de las víctimas y
no hubiere pensado en ellas como candidatas a la suplencia de la
queja deficiente, pues precisamente el artículo referido les
reconoce esa prerrogativa; lo único que el legislador busca, al
acotar esa posibilidad a los casos en los que aquéllas sean
quejosas o adherentes, es el respeto a la racionalidad de la
institución procesal de la suplencia, esto es, la igualdad procesal.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 772 del Libro 6, Mayo de 2014,
Tomo II, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación, con número de registro: 2006485, que dice:

PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN MÁS FAVORABLE


A LA PERSONA. SU CUMPLIMIENTO NO IMPLICA QUE LOS
ÓRGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES, AL EJERCER
SU FUNCIÓN, DEJEN DE OBSERVAR LOS DIVERSOS
PRINCIPIOS Y RESTRICCIONES QUE PREVÉ LA NORMA
FUNDAMENTAL.

Si bien la reforma al artículo 1o. de la Constitución


Federal, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de
junio de 2011, implicó el cambio en el sistema jurídico mexicano
en relación con los tratados de derechos humanos, así como con
la interpretación más favorable a la persona al orden
constitucional -principio pro persona o pro homine-, ello no implica
que los órganos jurisdiccionales nacionales dejen de ejercer sus
atribuciones y facultades de impartir justicia en la forma en que
venían desempeñándolas antes de la citada reforma, sino que
dicho cambio sólo conlleva a que si en los instrumentos
internacionales existe una protección más benéfica para la
persona respecto de la institución jurídica analizada, ésta se
aplique, sin que tal circunstancia signifique que, al ejercer tal
función jurisdiccional, dejen de observarse los diversos principios
constitucionales y legales -legalidad, igualdad, seguridad jurídica,

95
96

debido proceso, acceso efectivo a la justicia, cosa juzgada-, o las


restricciones que prevé la norma fundamental, ya que de hacerlo,
se provocaría un estado de incertidumbre en los destinatarios de
tal función.

Tesis jurisprudencial sustentada por el Pleno de la


SCJN, publicada en la página 204 del Libro 5, Abril de 2014, Tomo
I, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, con número de registro: 2006225, que dice:

JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE


INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. ES
VINCULANTE PARA LOS JUECES MEXICANOS SIEMPRE
QUE SEA MÁS FAVORABLE A LA PERSONA.
Los criterios jurisprudenciales de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, con independencia de que
el Estado Mexicano haya sido parte en el litigio ante dicho tribunal,
resultan vinculantes para los Jueces nacionales al constituir una
extensión de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
toda vez que en dichos criterios se determina el contenido de los
derechos humanos establecidos en ese tratado. La fuerza
vinculante de la jurisprudencia interamericana se desprende del
propio mandato establecido en el artículo 1o. constitucional, pues
el principio pro persona obliga a los Jueces nacionales a resolver
cada caso atendiendo a la interpretación más favorable a la
persona. En cumplimiento de este mandato constitucional, los
operadores jurídicos deben atender a lo siguiente: (i) cuando el
criterio se haya emitido en un caso en el que el Estado Mexicano
no haya sido parte, la aplicabilidad del precedente al caso
específico debe determinarse con base en la verificación de la
existencia de las mismas razones que motivaron el
pronunciamiento; (ii) en todos los casos en que sea posible, debe
armonizarse la jurisprudencia interamericana con la nacional; y (iii)
de ser imposible la armonización, debe aplicarse el criterio que
resulte más favorecedor para la protección de los derechos
humanos.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 1049 del Libro XVII,
correspondiente al mes de Febrero de 2013, Tomo 2, de la
Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, con número de registro: 2002747, de rubro y texto:

DERECHOS HUMANOS. SU ESTUDIO A PARTIR DE


LA REFORMA AL ARTÍCULO 1o. CONSTITUCIONAL,
PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL
10 DE JUNIO DE 2011, NO IMPLICA NECESARIAMENTE QUE
SE ACUDA A LOS PREVISTOS EN INSTRUMENTOS
INTERNACIONALES, SI RESULTA SUFICIENTE LA
PREVISIÓN QUE CONTENGA LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Conforme al artículo 1o. de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, reformado mediante decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de
2011 y atento al principio pro persona, no resulta necesario
considerar el contenido de tratados o instrumentos internacionales
que formen parte de nuestro orden jurídico, si al analizar los
derechos humanos que se estiman vulnerados es suficiente la
previsión que contiene la Constitución General de la República y,
por tanto, basta el estudio que se realice del precepto
constitucional que los prevea, para determinar la
constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado.

Tesis sustentada por la Primera Sala de la SCJN,


publicada en la página 659 del Libro V, Febrero de 2012, Tomo 1,
de la Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, con número de registro: 2000263, que dice:

PRINCIPIO PRO PERSONAE. EL CONTENIDO Y


ALCANCE DE LOS DERECHOS HUMANOS DEBEN
ANALIZARSE A PARTIR DE AQUÉL.
E segundo párrafo del artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, exige que las normas
relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad
con la propia Constitución y con los tratados internacionales de los
que México es parte, de forma que favorezca ampliamente a las
personas, lo que se traduce en la obligación de analizar el
contenido y alcance de tales derechos a partir del principio pro
personae que es un criterio hermenéutico que informa todo el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en virtud del
cual debe acudirse a la norma más amplia, o a la interpretación
más extensiva cuando se trata de reconocer derechos protegidos,
e inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida
cuando se trata de establecer restricciones permanentes al
ejercicio de los derechos o de su suspensión extraordinaria, es
decir, dicho principio permite, por un lado, definir la plataforma de
interpretación de los derechos humanos y, por otro, otorga un
sentido protector a favor de la persona humana, pues ante la
existencia de varias posibilidades de solución a un mismo
problema, obliga a optar por la que protege en términos más
amplios. Esto implica acudir a la norma jurídica que consagre el
derecho más extenso y, por el contrario, al precepto legal más
restrictivo si se trata de conocer las limitaciones legítimas que
pueden establecerse a su ejercicio. Por tanto, la aplicación del
principio pro personae en el análisis de los derechos humanos es
un componente esencial que debe utilizarse imperiosamente en el
establecimiento e interpretación de normas relacionadas con la
protección de la persona, a efecto de lograr su adecuada
protección y el desarrollo de la jurisprudencia emitida en la
materia, de manera que represente el estándar mínimo a partir del
cual deben entenderse las obligaciones estatales en este rubro.

97
98

Tesis sustentada por la Segunda Sala de la SCJN,


publicada en la página 1587del Libro XIV, Noviembre de 2012,
Tomo 2, de la Décima Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, con número de registro: 2002179, que
dice:

PRINCIPIO PRO PERSONA O PRO HOMINE. FORMA


EN QUE LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES
DEBEN DESEMPEÑAR SUS ATRIBUCIONES Y FACULTADES
A PARTIR DE LA REFORMA AL ARTÍCULO 1o. DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 10 DE JUNIO DE 2011.
Si bien la reforma indicada implicó el cambio en el
sistema jurídico mexicano en relación con los tratados de
derechos humanos, así como con la interpretación más favorable
a la persona al orden constitucional -principio pro persona o pro
homine-, ello no implica que los órganos jurisdiccionales
nacionales dejen de llevar a cabo sus atribuciones y facultades de
impartir justicia en la forma en que venían desempeñándolas
antes de la citada reforma, sino que dicho cambio sólo conlleva a
que si en los instrumentos internacionales existe una protección
más benéfica para la persona respecto de la institución jurídica
que se analice, ésta se aplique, sin que tal circunstancia signifique
que dejen de observarse los diversos principios constitucionales y
legales que rigen su función jurisdiccional -legalidad, igualdad,
seguridad jurídica, debido proceso, acceso efectivo a la justicia,
cosa juzgada-, ya que de hacerlo se provocaría un estado de
incertidumbre en los destinatarios de tal función.

Época: Décima Época


Registro: 2006586
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

AMPARO DIRECTO CONTRA SENTENCIAS


CONDENATORIAS QUE IMPONEN PENA DE PRISIÓN
DICTADAS ANTES DEL TRES DE ABRIL DE DOS MIL TRECE.
EL CÓMPUTO DEL PLAZO DE OCHO AÑOS PARA
PROMOVERLO A PARTIR DE ESA FECHA NO VIOLA EL
PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY
(LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE ABRIL DE
DOS MIL TRECE).

Este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de


la Nación ha sostenido que el principio de irretroactividad de la ley
y de su aplicación en perjuicio de alguna persona, consiste,
básicamente, en que no pueden darse efectos reguladores a una
norma jurídica sobre hechos, actos o situaciones producidos con
antelación al momento en que entra en vigor, bien sea impidiendo
la supervivencia reguladora de una ley anterior, o bien, alterando o
afectando un estado jurídico preexistente a falta de ésta; en ese
sentido este principio constitucional impide que una norma se
aplique en perjuicio de alguna persona, respecto de una situación
ya consumada con anterioridad que conforme a otra ley creó un
derecho definido en su favor. En ese orden, si bien la abrogada
Ley de Amparo, al conferir a los sentenciados con pena privativa
de la libertad la posibilidad de impugnar la sentencia respectiva en
cualquier tiempo, atendió a elevados fines constitucionales, como
lo es la tutela del derecho humano a la libertad deambulatoria, de
ello no se sigue que el legislador ordinario se encuentre impedido
de manera absoluta para modificar la regulación aplicable y
establecer un plazo para que los actos respectivos sean
impugnables en el juicio de amparo, aun cuando estos últimos se
hubieren emitido al tenor de la legislación que permitía su
impugnación en cualquier tiempo, ya que la ausencia del referido
plazo al momento del dictado de la respectiva sentencia
condenatoria no genera al afectado por ésta el derecho a que
indefinidamente pueda acudir al juicio de amparo para
controvertirla ya que, por una parte, en tanto no promoviera la
demanda correspondiente, no se incorporaría en su esfera jurídica
el derecho a impugnar sin la previsión de plazo alguno y, por otra,
la indefinición que genera la respectiva norma de tutela no puede
erigirse en un derecho adquirido, dado que, atendiendo al
principio de seguridad jurídica, garantizado incluso por el diverso
de irretroactividad de la ley, lo decidido en una sentencia dictada
por un tribunal del Estado Mexicano, como regla general que
admite excepciones debidamente justificadas, debe adquirir
definitividad bien sea por el agotamiento de los recursos
procedentes o por la preclusión del plazo para hacerlos valer, de
donde se sigue que el beneficio derivado de la respectiva norma
de tutela únicamente conlleva que si el legislador estima
conveniente establecer un plazo para impugnar las sentencias
condenatorias, en éste no deberán computarse días transcurridos
antes de la entrada en vigor del acto legislativo correspondiente.

Contradicción de tesis 366/2013

Época: Décima Época


Registro: 2018568
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA


MERCANTIL. EL QUE PUEDA OPERAR AUN CUANDO LO
ÚNICO PENDIENTE EN EL JUICIO SEA LA CITACIÓN PARA
OÍR SENTENCIA, NO VULNERA EL DERECHO DE ACCESO A
LA JUSTICIA Y ES ACORDE AL PRINCIPIO PRO PERSONA.

La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación en la jurisprudencia 1a./J. 141/2007, estableció que la
caducidad de la instancia en materia mercantil opera desde el
primer acuerdo dictado en el juicio, hasta en tanto el juez no cite a

99
100

las partes para oír sentencia, por tanto, el que la caducidad opere
en términos del artículo 1076 del Código de Comercio, vigente
hasta el 25 de enero de 2017, aun cuando lo único que quede
pendiente en el juicio sea la citación para oír sentencia, no vulnera
el derecho de acceso a la justicia ni el principio pro persona, pues
la caducidad de la instancia opera como garantía al propio
derecho aludido en su vertiente de justicia pronta y expedita, y si
bien su actualización en este supuesto entraña una especial
tensión frente a la vertiente de justicia completa, al impedir el
dictado de una sentencia que resuelva de manera definitiva las
pretensiones de las partes, aun cuando lo único pendiente es un
acto que constituye una obligación del Juez y no una carga
procesal de las partes, lo cierto es que dicha tensión guarda una
correcta proporcionalidad entre ambos principios, pues en este
supuesto la caducidad no se actualiza como consecuencia de la
omisión del juzgador, sino como consecuencia de la omisión de
las partes de seguir impulsando el procedimiento con
independencia del incumplimiento del órgano jurisdiccional, sin
que dicha carga se torne excesiva o demasiado gravosa en
perjuicio del gobernado, toda vez que: i) se trata de una carga
mínima que se satisface con la simple solicitud o su reiteración al
Juez para que cite a las partes para oír sentencia; ii) su
justificación radica en el interés preponderante de las partes para
que el juicio concluya; iii) dicha exigencia se fundamenta en un
equilibrio ante la situación del Juez cuya obligación de impartir
justicia se desdobla sobre una pluralidad de asuntos, frente al
interés particular que tienen las partes, el cual se enfoca en un
solo asunto, el suyo; y, iv) las partes tienen un plazo de ciento
veinte días para desahogar dicha carga procesal.

Contradicción de tesis 215/2018.

Época: Décima Época


Registro: 2003514
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL. LA


IMPUGNACIÓN EN AMPARO DE SUS DECISIONES DIVERSAS
A LAS EMITIDAS EN MATERIA DE DESIGNACIÓN,
ADSCRIPCIÓN, RATIFICACIÓN Y REMOCIÓN DE
MAGISTRADOS DE CIRCUITO Y JUECES DE DISTRITO, NO
ACTUALIZA UN MOTIVO MANIFIESTO E INDUDABLE DE
IMPROCEDENCIA.

Conforme al artículo 100, párrafos primero y penúltimo,


de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las
decisiones del Consejo de la Judicatura Federal son definitivas e
inatacables y, por tanto, en su contra no procede juicio ni recurso
alguno, salvo las excepciones expresamente consignadas en el
indicado precepto. Al respecto, se estima que la inimpugnabilidad
de las indicadas decisiones se traduce en una regla general
únicamente para las emitidas en materia de designación,
adscripción, ratificación y remoción de Magistrados de Circuito y
Jueces de Distrito; sin embargo, tratándose de otro tipo de
resoluciones, existe un aspecto de razonable opinabilidad en el
modo de entender la regla general, en virtud del nuevo paradigma
del orden jurídico nacional surgido con la reforma en materia de
derechos humanos a la Constitución General de la República,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de
2011, acorde con la cual el derecho fundamental de acceso a la
justicia debe considerarse reconocido en su artículo 17, para
dilucidar cualquier cuestión relacionada con el acceso al juicio de
amparo, a la luz del principio pro persona, conforme al cual las
instituciones procesales deben interpretarse de la forma más
amplia y flexible posible para favorecer el derecho a la tutela
judicial efectiva de los gobernados. De lo anterior se sigue que la
impugnación de las decisiones del Consejo (diversas a las
emitidas en materia de designación, adscripción, ratificación y
remoción de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito), a
través del juicio de amparo, no actualiza un motivo manifiesto e
indudable de improcedencia que permita desechar la demanda de
plano.

Contradicción de tesis 479/2011.

Época: Décima Época


Registro: 2014199
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DEMANDA DE AMPARO. CUANDO LA LEY QUE


RIGE EL ACTO RECLAMADO NO ESTABLECE EL MOMENTO
EN EL CUAL SURTEN EFECTOS LAS NOTIFICACIONES,
DEBE ESTIMARSE QUE ELLO OCURRE EN EL INSTANTE
MISMO DE LA NOTIFICACIÓN, POR LO QUE EL CÓMPUTO
PARA LA PRESENTACIÓN DE AQUÉLLA INICIA A PARTIR
DEL DÍA SIGUIENTE AL EN QUE SE NOTIFICÓ EL ACTO Y
ÉSTA SURTIÓ EFECTOS, INDEPENDIENTEMENTE DE LA
MATERIA.

El artículo 18 de la Ley de Amparo establece que el


plazo para presentar la demanda de amparo se computará a partir
del día siguiente a aquel en que surta efectos, conforme a la ley
del acto, la notificación al quejoso del acto o resolución que
reclame o a aquel en que haya tenido conocimiento o se ostente
sabedor del acto reclamado o de su ejecución. En relación con el
primer supuesto, el surtimiento de efectos de las notificaciones al
día siguiente al en que se practican no puede considerarse una
regla general ni absoluta, pues está condicionada a lo que
determine la ley que rige el acto reclamado. En esas condiciones,
con frecuencia los preceptos en materia de notificaciones no
regulan expresamente el momento en el que surten efectos, sin

101
102

embargo, al hablar de plazos señalan que correrán a partir del día


siguiente al de la fecha de notificación, lo que permite concluir que
en este caso las notificaciones no surten sus efectos al día
siguiente, sino el mismo día, sobre todo si se toma en cuenta que
-por regla general- surten sus efectos de manera inmediata y no
es posible prolongar el surtimiento de sus efectos por un día, si no
lo dispuso expresamente el legislador; de ahí que en términos del
precepto indicado, el cómputo del plazo para presentar la
demanda de amparo inicia el día siguiente al de la notificación, sin
que sea necesaria la existencia de una norma expresa que regule
la manera en que surtirán efectos las notificaciones, pues basta
con acudir a su naturaleza, así como a la interpretación armónica
del ordenamiento, en relación con la forma en la que se computan
los plazos, para determinar la teleología respecto al surtimiento de
efectos de las diligencias aludidas.

Contradicción de tesis 57/2015.

Época: Décima Época


Registro: 2015596
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DERECHO FUNDAMENTAL DE LOS EXTRANJEROS


A LA NOTIFICACIÓN, CONTACTO Y ASISTENCIA CONSULAR.
SU FUENTE Y JERARQUÍA EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO
MEXICANO.

En el marco de un sistema democrático, una vez que


una persona se encuentra en el territorio de un Estado del cual no
es nacional, dicho Estado está obligado a concederle un estándar
mínimo de derechos; uno de ellos, cuya importancia resulta
trascendental, es la posibilidad de que el extranjero sea asistido
por algún miembro de la delegación consular de su país en el
territorio en el que se encuentre. Así, en nuestro ordenamiento
jurídico, dicho derecho está contenido en los artículos 36, párrafo
primero, de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares
y 128, fracción IV, del Código Federal de Procedimientos Penales
abrogado. Asimismo, la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la tesis de jurisprudencia 1a./J. 107/2012
(10a.), (1) de rubro: "PRINCIPIO PRO PERSONA. CRITERIO DE
SELECCIÓN DE LA NORMA DE DERECHO FUNDAMENTAL
APLICABLE.", sostuvo que en materia de derechos
fundamentales, nuestro orden jurídico tiene dos fuentes
primigenias: 1) los derechos fundamentales reconocidos en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y, 2) todos
aquellos derechos humanos establecidos en los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte. Ahora
bien, las normas provenientes de ambas fuentes gozan de rango
constitucional y, por tanto, son normas supremas del
ordenamiento jurídico mexicano, lo que implica que los valores,
principios y derechos que ellas materializan deben permear en
todo el orden jurídico, obligando a todas las autoridades a su
aplicación y, en aquellos casos en que sea procedente, a su
interpretación. En ese sentido, el catálogo de derechos
fundamentales no se encuentra limitado a lo prescrito en la
Constitución Federal, sino que también incluye a todos aquellos
derechos que figuran en los tratados internacionales ratificados
por el Estado Mexicano, por lo que es incuestionable que el
derecho de los extranjeros a la notificación, contacto y asistencia
consular es un derecho fundamental vigente en nuestro país.

Amparo en revisión.

Época: Décima Época


Registro: 2014200
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

NOTIFICACIONES. POR REGLA GENERAL SURTEN


SUS EFECTOS EN EL MOMENTO EN EL QUE SE PRACTICAN,
SALVO DISPOSICIÓN LEGAL EXPRESA.

La notificación es el acto procesal mediante el cual el


órgano jurisdiccional da a conocer a las partes algún
acontecimiento dentro del procedimiento y se materializa a través
de la diligencia practicada por un funcionario con fe pública, por lo
que goza de presunción de legalidad y es eficaz desde su
emisión; de ahí que como acto público con fecha cierta,
válidamente produce sus efectos desde que se practica, por lo
que para generar consecuencias distintas, es necesario que la ley
disponga la forma en que deben producirse sus efectos. En ese
sentido, el surtimiento de efectos de la notificación se entiende
como la posibilidad de que dicha diligencia pueda incidir en la
esfera de alguna de las partes, con la finalidad de que conozca lo
que acontece en el juicio y, en su caso, empiecen a correr los
plazos para hacer valer algún derecho. Así, aun cuando las
normas no señalen expresamente en el capítulo de notificaciones
el momento en que surtirán sus efectos, debe entenderse que es
aplicable la regla general relativa a que ello acontece en el
momento en el que se practican, de manera que los cómputos
inician a partir del día siguiente de haberse realizado, salvo
disposición legal expresa.

Contradicción de tesis 57/2015.

Época: Décima Época


Registro: 2003698
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

103
104

PRIMA DE ANTIGÜEDAD. ACTIVIDADES QUE


DEBEN CONSIDERARSE COMO PROFESIONALES PARA
EFECTOS DEL CÁLCULO DEL MONTO A PAGAR POR ESE
CONCEPTO (ABANDONO DE LAS JURISPRUDENCIAS 2a./J.
41/96 Y 2a./J. 42/96 Y DE LA TESIS AISLADA 2a. LXVII/96).

A la luz del nuevo marco constitucional en materia de


derechos humanos y atento a la interpretación pro persona
derivada de la reforma al artículo 1o. de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 11 de junio de 2011, esta Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, abandona los criterios
contenidos en las tesis referidas, de rubros: "PRIMA DE
ANTIGÜEDAD. SU MONTO DEBE DETERMINARSE CON BASE
EN EL SALARIO MÍNIMO GENERAL, SALVO QUE EL
TRABAJADOR HAYA PERCIBIDO EL MÍNIMO PROFESIONAL,
EN TÉRMINOS DE LA RESOLUCIÓN EMITIDA POR LA
COMISIÓN NACIONAL DE SALARIOS MÍNIMOS, SUPUESTO
EN QUE SE ESTARÁ A ESTE ÚLTIMO.", "SALARIO MÍNIMO
PROFESIONAL. CORRESPONDE FIJARLO A LA COMISIÓN
NACIONAL DE SALARIOS MÍNIMOS Y NO SE IDENTIFICA CON
EL PERCIBIDO POR TRABAJOS ESPECIALES." y "SALARIO
PROFESIONAL. NO SE DETERMINA POR LA ESPECIAL
NATURALEZA DE LAS LABORES, SINO POR LA
CLASIFICACIÓN DE ÉSTAS COMO PROFESIONALES POR LA
COMISIÓN NACIONAL DE LOS SALARIOS MÍNIMOS.", en razón
de la evolución de las condiciones del mercado laboral suscitadas
con posterioridad a su emisión. Por ello, si bien los salarios
mínimos profesionales y generales debe establecerlos la Comisión
Nacional de los Salarios Mínimos, al ser la facultada para
determinar a qué tipo de actividades corresponde percibir un
salario mínimo profesional, la lista que los contenga no debe
considerarse taxativa, porque puede existir una gran variedad de
actividades no definidas expresamente en aquélla, pero
desarrolladas de forma similar o análoga a las previstas; por tanto,
si la labor desempeñada por el trabajador es especializada o
profesional -en oposición a general-, éste tiene derecho a recibir el
pago de su prima de antigüedad acorde con el salario mínimo
profesional que análogamente le corresponda; salvo que
contractualmente tenga derecho a una cantidad mayor. Lo anterior
además, en estricto acatamiento al derecho fundamental
contenido en la fracción VII del apartado A del artículo 123 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que
establece: "Para trabajo igual debe corresponder salario igual, sin
tener en cuenta sexo ni nacionalidad".

Contradicción de tesis 345/2012..

Época: Décima Época


Registro: 2005717
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
PRINCIPIO PRO PERSONA Y RECURSO EFECTIVO.
EL GOBERNADO NO ESTÁ EXIMIDO DE RESPETAR LOS
REQUISITOS DE PROCEDENCIA PREVISTOS EN LAS LEYES
PARA INTERPONER UN MEDIO DE DEFENSA.

Si bien la reforma al artículo 1o. de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos, de 10 de junio de 2011,
implicó la modificación del sistema jurídico mexicano para
incorporar el denominado principio pro persona, el cual consiste
en brindar la protección más amplia al gobernado, así como los
tratados internacionales en materia de derechos humanos, entre
ellos el derecho a un recurso efectivo, previsto en el artículo 25 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ello no
significa que en cualquier caso el órgano jurisdiccional deba
resolver el fondo del asunto, sin que importe la verificación de los
requisitos de procedencia previstos en las leyes nacionales para la
interposición de cualquier medio de defensa, ya que las
formalidades procesales son la vía que hace posible arribar a una
adecuada resolución, por lo que tales aspectos, por sí mismos,
son insuficientes para declarar procedente lo improcedente.

Época: Décima Época


Registro: 2004998
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

"SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN


MATERIA PENAL. OPERA EN FAVOR DE LA VÍCTIMA U
OFENDIDO POR EL DELITO, CONFORME AL MARCO
CONSTITUCIONAL SOBRE DERECHOS HUMANOS QUE
RESGUARDAN LOS ARTÍCULOS 20, APARTADO B Y 1o. DE
LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, NO OBSTANTE QUE EL
ARTÍCULO 76 BIS, FRACCIÓN II, DE LA LEY DE AMPARO, LA
PREVEA SÓLO EN BENEFICIO DEL REO.”

La posibilidad de suplir la queja deficiente en favor de la


víctima u ofendido por el delito representa un cambio
trascendental a la cultura jurídica preservada en nuestro país
desde que se instauró este principio en el juicio de amparo; sin
embargo, la práctica jurisdiccional demuestra que en varios
asuntos se violan derechos fundamentales en perjuicio de esos
sujetos, por lo que es necesario que acudan al amparo solicitando
la justicia que no han podido encontrar en las instancias naturales
del procedimiento penal. Ahora bien, la labor jurisdiccional
cotidiana y las diversas reformas constitucionales y legales
enseñan que el derecho es un instrumento evolutivo que no puede
permanecer estático ante los cambios de la sociedad, de manera
que el significado de justicia, en su acepción elemental de dar a
cada quien lo que le pertenece, debe ser moldeado de tal forma

105
106

que permita aplicar el derecho, no en sentido estricto, sino con un


enfoque integral e incluyente acorde con los tiempos que se viven,
razón por la cual esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, a
partir de la Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación, ha evolucionado significativamente respecto a la
visión protectora del ofendido; muestra de ello son los diversos y
variados criterios relevantes con marcada mejora en el rubro de
acceso pleno a la justicia, esto es, la jurisprudencia se erige como
el medio conductor que actualiza las disposiciones de la ley
reglamentaria y evita que el derecho positivo caiga en desuso.
Así, el modelo de juicio de amparo legalista y rígido, que impone
el principio de estricto derecho, ha perdido vigencia para el
afectado, en virtud de que actualmente el artículo 20, apartados A
y B, de la Constitución Federal, coloca en un mismo plano los
derechos del acusado y los de la víctima u ofendido; además,
porque el segundo párrafo del numeral 1o. constitucional exige
que las normas relativas a los derechos humanos se interpreten
de conformidad con la propia Carta Magna y con los tratados
internacionales de los que México es parte, de forma que
favorezca ampliamente a las personas, lo que se traduce en la
obligación de analizar el contenido y alcance de tales derechos a
partir del principio pro persona. Bajo esa línea argumentativa, se
concluye que el artículo 76 Bis, fracción II, de la Ley de Amparo,
que autoriza la suplencia de la queja deficiente sólo en favor del
reo, no corresponde a la realidad constitucional y social de nuestra
Nación, pues quedó rebasado por la transformación de los
derechos humanos; por lo que debe afirmarse que el espíritu del
poder reformador que dio vida a dicho precepto y fracción, ha
perdido su asidero constitucional y, por ende, esta Primera Sala
determina que tal institución se extiende en pro de la víctima u
ofendido por el delito, lo que representa un paso más hacia el fin
primordial para el que fue instituido el juicio de control
constitucional, esto es, la búsqueda de la justicia.

Contradicción de tesis 163/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2020051
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Tesis: 1a./J. 26/2019 (10a.)

VIDEOGRABACIONES. LAS OFRECIDAS POR LAS


PARTES COMO PRUEBA EN EL AMPARO INDIRECTO,
TIENEN EL CARÁCTER DE PRUEBA DOCUMENTAL Y DEBEN
SUJETARSE A LO ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 119 DE
LA LEY DE AMPARO.

Los artículos 75, 119, 122, 123 y 124 de la Ley de


Amparo, en atención al principio pro persona y el derecho de
acceso a la justicia, deben interpretarse en el sentido que los
avances científicos y tecnológicos pueden incorporarse como
parte del acervo probatorio. Así, las videograbaciones que las
partes ofrezcan como prueba, en cualquier soporte, deberá
dárseles el tratamiento de una prueba documental, al tratarse de
información que se encuentra plasmada en un soporte distinto al
papel pero que posee las mismas características y busca el
mismo objetivo, por lo que podrán presentarse en amparo
indirecto, en los términos previstos en el artículo 119, párrafo
segundo, de la Ley de Amparo; esto es, con anterioridad a la
audiencia constitucional, sin perjuicio de que el órgano
jurisdiccional haga relación de ella en la misma y la tenga como
recibida en ese acto, aunque no exista gestión expresa del
interesado. Ahora bien, en caso de que el ofrecimiento de una
videograbación se haga como inspección judicial, el juzgador
deberá admitirla, aclarando que se tratará como prueba
documental, a efecto de garantizar el derecho a una adecuada
defensa y el derecho a probar.

Contradicción de tesis 8/2018.

2.3 CONTROL EX OFFICIO DE


CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD.

Al resolver el caso Radilla Pacheco, la Corte


Interamericana de Derechos Humanos estableció que el Poder
Judicial debía ejercer un "control de convencionalidad" ex officio
entre las normas internas y la Convención Americana,
evidentemente en el marco de sus respectivas competencias y de
las regulaciones procesales correspondientes. Opinando sobre
esta sentencia internacional, la Suprema Corte de Justicia de la
Nación expresó que los tribunales mexicanos están obligados a
dejar de aplicar las normas inferiores dando preferencia a los
contenidos de la Constitución y de los tratados.

Con lo anterior se estableció en México el control difuso


de constitucionalidad y convencionalidad. Es decir, cada tribunal
de nuestro país podría estudiar si una ley -y con mayor razón
cualquier otro elemento jurídico- es contrario a la Constitución y,
en tal contexto, omitir su aplicación al resolver el caso concreto.

Se eliminó la tradicional restricción para los tribunales


ordinarios de estudiar la conformidad de las leyes a la Carta
Magna, sino se dijo que todos debían fungir como garantes de la
Constitución, dado que nuestro sistema jurídico se caracterizaba
por ser claramente mixto (como sucede actualmente en mayor o
menor medida en la mayoría de los sistemas jurídicos
latinoamericanos), al poseer rasgos de naturaleza difusa, aunque
tenga algunos elementos de carácter concentrado.

107
108

Ese control es oficioso, de suerte que es


responsabilidad de la judicatura ejercerlo, aun cuando las partes
no lo hayan invocado. Sin embargo, es preciso expresar muy
claramente que ello se da sin perjuicio alguno para la procedencia
de los medios de control jurisdiccional habituales, como el juicio
de amparo, la controversia constitucional y las controversias
constitucionales.

En consecuencia, se dijo, un tribunal ordinario ya no


podía excusarse de omitir analizar la constitucionalidad de una
ley, bajo el argumento de que no contaba con facultades para ello,
sino que ahora se trataba de un tema de su competencia, la que
no podía dejar de cumplir aunque ninguna de las partes lo haya
instado a hacerlo.

Sentado lo anterior, es preciso resolver si dicho control


difuso es de constitucionalidad o de convencionalidad. Esta
cuestión lleva a considerar las normas jurídicas que deben servir
de parámetro para ejercer este control de constitucionalidad. Lo
cierto es que el control difuso sirve tanto a una como a otra
cualidad, pues es un instrumento para ajustar los actos de
autoridad a las disposiciones de la Constitución y a las de los
tratados internacionales sobre derechos humanos.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, estableció


que, en el ejercicio del control difuso, los tribunales mexicanos
deberán considerar los siguientes elementos:

1) Los derechos humanos consagrados en la


Constitución y la jurisprudencia nacional a su respecto;

2) Los derechos humanos previstos en tratados


internacionales; y,

3) Los criterios de la jurisprudencia de la Corte


Interamericana de Derechos Humanos que precisen su
significado.

En cuanto a la jurisprudencia de la Corte


Interamericana, es preciso distinguir si se trata de un criterio
vinculante u orientador, según lo interpretó nuestro Máximo
Tribunal. Los primeros son aquellos que, ineludiblemente, obligan
al Estado mexicano porque fue parte en los asuntos en que se
dictaron, y los segundos consisten en la restante jurisprudencia
interamericana.

Esta distinción, sin embargo, no es del todo clara debido


a que en cualquier interpretación constante que realice la Corte
Interamericana de Derechos Humanos del Pacto de San José,
debe ser seguida por los jueces nacionales, incluso la
jurisprudencia derivada de los asuntos donde no intervino el
Estado mexicano, debido a la fuerza de la "cosa juzgada
interpretada", a menos que haya otra interpretación más
favorable, lo que incluso permite que se prefiera una norma
nacional o internacional diferente a la Convención Americana.

Volviendo al tema de si el referido control difuso es de


constitucionalidad o de convencionalidad, se puede señalar que,
en realidad, en la mayoría de las ocasiones se controlarán ambas
características y se ejercerá un control de constitucionalidad y de
convencionalidad.

Por ejemplo: ante la violación al derecho a la igualdad,


la actuación del órgano jurisdiccional doméstico garantizará a la
vez la norma constitucional y la internacional que avala ese
derecho, pues al invocar una de ellas y hacer valer su contenido,
el tribunal simultáneamente impondrá lo que la otra prescribe,
tutelándola de manera implícita.

Generalmente, las disposiciones internacionales


pormenorizan principios que las constitucionales expresan de
modo muy general, pero que los implican de alguna manera. En
estos casos de concordancia, en que los tratados internacionales
simplemente reiteran las disposiciones constitucionales o hacen
explícitas sus implicaciones claras y necesarias, el tribunal podría:

1) Invocar ambos, opción preferible y más recomendable


para la mayor solidez de la resolución; o,
2) Referir sólo a alguno de estos ordenamientos si fuera
"suficiente", lo que ha admitido la Segunda Sala de la Suprema
Corte.

En situaciones como la mencionada, ejercer el control


de constitucionalidad no implica soslayar el de convencionalidad,
sino que éste va aparejado con aquél.

En otros momentos, cuando el derecho humano derive


más inmediatamente de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos u otra norma internacional en la materia,
porque estas disposiciones sean más explícitas sobre el tema
preciso en estudio, el tribunal nacional también completará la
Constitución. Este control se ejercerá primordialmente sobre la
jerarquía que su artículo 1°, párrafo primero, otorga al derecho
internacional en este rubro; mas también en relación con el
contenido material de la Ley Suprema que, de manera menos
precisa, aunque sí fundamental, concuerde con las normas
internacionales correspondientes.

En tales supuestos, al control de convencionalidad que


explícitamente se desarrolle, le será concomitante uno de
constitucionalidad; así, por ejemplo: al analizar el derecho de
acceso a la justicia vulnerado en el caso de estudio, a la luz de lo
establecido en el artículo 8.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, de manera simultánea -e incluso tácita- se

109
110

buscará garantizar lo dispuesto al respecto por el artículo 17


constitucional.

En las anteriores condiciones, el tribunal impondrá en su


resolución el respeto a ambos sectores normativos y ejercerá un
control de constitucionalidad a la vez que uno de
convencionalidad. No obstante, lo importante será establecer las
pautas normativas más favorables para el caso concreto, mismas
que, en consecuencia, habrán de aplicarse porque protejan más
ampliamente el derecho correspondiente o porque tengan una
relación más directa y precisa con él y los hechos constitutivos del
caso concreto.

Esto será decisivo en los casos en que, efectivamente,


hubiera alguna contradicción entre el orden constitucional nacional
y el internacional; en estas ocasiones será preciso determinar la
máxima aplicación que pueda tener cada una de estas posiciones
y, en su caso, ponderarlas para hacer prevalecer la más valiosa.i
distinguir entre el control de "constitucionalidad" y el de
"convencionalidad" tuviera alguna utilidad práctica, ésta resultaría
del provecho de sus implicaciones en el contexto en que se usen
esas expresiones. En México, aludir al "control de
constitucionalidad" significa analizar directamente la conformidad
de elementos jurídicos ordinarios con cualquier precepto de la Ley
Fundamental en sentido estricto (aunque implícita o
indirectamente también se tutelen normas internacionales), pero
también remite al análisis directo de normas internacionales sobre
derechos humanos que obligan al Estado mexicano,
primordialmente la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, puesto que la observancia de éstas también tiene
rango constitucional.

En cambio, según lo desarrollado por la jurisprudencia


interamericana, es más restringida la expresión "control de
convencionalidad", pues se refiere únicamente al análisis directo
de la conformidad con prescripciones internacionales, aunque
implícita, pero indirectamente, también se tutelen normas
constitucionales.

En todo caso, no debe perderse nunca de vista el nuevo


canon interpretativo previsto en el segundo párrafo del artículo 1°
constitucional: "Las normas relativas a los derechos humanos se
interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los
tratados internacionales de la materia, favoreciendo en todo
tiempo a las personas la protección más amplia". Esto implica,
como se advirtió, aplicar siempre el principio pro persona que
también se incluye en el artículo 29 del Pacto de San José, que
prevé reglas de interpretación que deben ser consideradas.

TESIS RELATIVAS AL CONTROL EX OFFICIO DE


CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD.
.
Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de
la SCJN, publicada en la página 430 del Libro 27, correspondiente
al mes de Febrero de 2016, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2010954, de rubro y texto:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. CONDICIONES
GENERALES PARA SU EJERCICIO.
La autoridad judicial, para ejercer el control ex officio en
los términos establecidos en el expediente Varios 912/2010 de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, debe asegurarse que se
ha actualizado la necesidad de hacer ese tipo de control, es decir,
en cada caso debe determinar si resulta indispensable hacer una
interpretación conforme en sentido amplio, una en sentido estricto
o una inaplicación, lo cual ocurre cuando se está en presencia de
una norma que resulta sospechosa o dudosa de cara a los
parámetros de control de los derechos humanos. De este modo,
cuando una norma no genera sospechas de invalidez para el
juzgador, por no parecer potencialmente violatoria de derechos
humanos, entonces no se hace necesario un análisis de
constitucionalidad y convencionalidad exhaustivo, porque la
presunción de constitucionalidad de que gozan todas las normas
jurídicas no se ha puesto siquiera en entredicho. Lo anterior es
así, porque como se señaló en el citado expediente Varios, las
normas no pierden su presunción de constitucionalidad sino hasta
que el resultado del control así lo refleje, lo que implica que las
normas que son controladas puedan incluso salvar su presunción
de constitucionalidad mediante la interpretación conforme en
sentido amplio, o en sentido estricto.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la SCJN, publicada en la página 166 del Libro 18, correspondiente
al mes de Mayo de 2015, Tomo I, de la Décima Época de la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2009003, que dice:

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN. ES PROCEDENTE


CUANDO EN LA DEMANDA SE ALEGA LA OMISIÓN DE LA
RESPONSABLE DE REALIZAR EL CONTROL DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD DE UNA NORMA GENERAL. De los
artículos 1o., 107, fracción IX, y 133 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos deriva que el ejercicio del control
difuso de constitucionalidad a cargo de los órganos
jurisdiccionales responsables, debe considerarse incluido en el
supuesto de "constitucionalidad de normas generales", previsto
para la procedencia del recurso de revisión en el citado artículo
107, fracción IX, siempre y cuando el quejoso se duela de la
omisión de dicho control difuso en su demanda de amparo,

111
112

vinculada con normas específicas de la ley secundaria; sea que


ese planteamiento se analice u omita por el tribunal de amparo. Lo
anterior es así, ya que dicho control consiste en preferir la
aplicación de las normas fundamentales de derechos humanos
sobre aquellas que los contravengan, para lo cual necesariamente
debe hacerse un contraste entre las disposiciones legales y las
fundamentales para determinar si las primeras se ajustan a las
segundas, mediante el seguimiento de los pasos señalados por el
Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
la tesis P. LXIX/2011 (9a.), publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro III, Tomo 1,
diciembre de 2011, página 552, de rubro: "PASOS A SEGUIR EN
EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE
DERECHOS HUMANOS.", es decir, primero hacer una
interpretación conforme en sentido amplio por la cual se favorezca
la protección más amplia de las personas; si esto no es posible,
llevar a cabo una interpretación conforme en sentido estricto
según la cual, ante varias interpretaciones jurídicamente válidas,
preferir la que más favorezca los derechos fundamentales y,
finalmente, cuando ninguna de las anteriores opciones es posible,
atender directamente a la norma fundamental, en inaplicación de
la norma secundaria incompatible.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Primera Sala de


la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página
186 del Libro 18, Mayo de 2015, Tomo I, de la Décima Época de
la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, con número de
registro: 2009179, que dice:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. NO ES UNA CUESTIÓN
DE SUBSIDIARIEDAD, POR LO QUE DEBE LLEVARSE A
CABO AUN CUANDO EL DERECHO HUMANO DE QUE SE
TRATE ESTÉ CONTENIDO EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.
La obligación de ejercer el control ex officio de constitucionalidad y
convencionalidad de una norma se actualiza aun en aquellos
casos en los que el derecho humano de que se trate esté
regulado en la propia Constitución Federal. Lo anterior, porque el
Tribunal Pleno, al resolver el expediente Varios 912/2010, no hizo
esa acotación, ni determinó que el control ex officio fuera una
cuestión de subsidiariedad, sino que más bien recalcó que los
jueces y todas las autoridades del país estaban obligados a velar
por los derechos humanos y que esa vigilancia se traducía, en el
caso de los juzgadores, en un problema interpretativo; para ello,
se requiere que lleven a cabo efectivamente ese control en
aquellos casos en los que la norma que se va a aplicar despierte
sospechas para la autoridad aplicadora o sea señalada por el
interesado como violatoria de derechos en el juicio de amparo; en
esos supuestos, deberá además llevar a cabo el ejercicio en los
tres pasos que indica el expediente Varios 912/2010:
interpretación conforme en sentido amplio, interpretación
conforme en sentido estricto y, en su caso, inaplicación.

Tesis jurisprudencial sustentada por el Pleno de la


SCJN, publicada en la página 8 del Libro 13, Diciembre de 2014,
Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación, con número de registro: 2008148, que dice:

JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE


JUSTICIA DE LA NACIÓN. NO ES SUSCEPTIBLE DE
SOMETERSE A CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y/O
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO POR ÓRGANOS
JURISDICCIONALES DE MENOR JERARQUÍA.
La obligación de las autoridades jurisdiccionales
contenida en los artículos 1o. y 133 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, de realizar un control de
constitucionalidad y/o convencionalidad ex officio en materia de
derechos humanos y dar preferencia a los contenidos en la propia
Ley Suprema y en los tratados internacionales, aun a pesar de las
disposiciones en contrario contenidas en cualquier norma inferior,
no contempla a la jurisprudencia emitida por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, porque el artículo 94 constitucional
establece que será obligatoria para todos los órganos
jurisdiccionales de conformidad con lo que disponga la ley y, en
este caso, la Ley de Amparo así lo indica tanto en la abrogada
como en el artículo 217 de la vigente; de ahí que no privan las
mismas razones que se toman en cuenta para inaplicar una
disposición emitida por el legislador cuando viola derechos
humanos de fuente constitucional o convencional. Cabe precisar
que en los casos en los que se pudiera advertir que una
jurisprudencia del Alto Tribunal desatiende o contradice un
derecho humano, cualquiera que sea su origen, existen los
medios legales para que se subsane ese aspecto. En conclusión,
aun partiendo del nuevo modelo de interpretación constitucional,
no es posible determinar que la jurisprudencia del Máximo
Tribunal del país pueda ser objeto de la decisión de un órgano de
menor grado que tienda a inaplicarla, como resultado del ejercicio
de control de convencionalidad ex officio, porque permitirlo daría
como resultado que perdiera su carácter de obligatoria,
ocasionando falta de certeza y seguridad jurídica.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 555 del Libro 7, Junio de 2014,
Tomo I, de la Décima Época de la Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación, con número de registro: 2006808, que dice:

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD. CONDICIONES PARA SU EJERCICIO
OFICIOSO POR LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES
FEDERALES.
El párrafo segundo del artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos dispone que las normas

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114

relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad


con la propia Constitución y con los tratados internacionales de la
materia, favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección
más amplia, de donde deriva que los tribunales federales, en los
asuntos de su competencia, deben realizar el estudio y análisis ex
officio sobre la constitucionalidad y convencionalidad de las
normas aplicadas en el procedimiento, o en la sentencia o laudo
que ponga fin al juicio. Ahora, esta obligación se actualiza
únicamente cuando el órgano jurisdiccional advierta que una
norma contraviene derechos humanos contenidos en la
Constitución Federal o en los tratados internacionales de los que
el Estado Mexicano sea parte, aun cuando no haya sido
impugnada, porque con su ejercicio oficioso se garantiza la
prevalencia de los derechos humanos frente a las normas
ordinarias que los contravengan. De otra manera, el ejercicio de
constitucionalidad y convencionalidad de normas generales no
tendría sentido ni beneficio para el quejoso, y sólo propiciaría una
carga, en algunas ocasiones desmedida, en la labor jurisdiccional
de los Jueces de Distrito y Magistrados de Circuito.

Tesis jurisprudencial sustentada por la Segunda Sala de


la SCJN, publicada en la página 989 del Libro XVIII,
correspondiente al mes de Marzo de 2013, Tomo 2, de la Décima
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, con
número de registro: 2003148, de título y contenido:

REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. ES


IMPROCEDENTE DICHO RECURSO CUANDO EN LA
SENTENCIA RECURRIDA SE REALIZÓ EL CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO O SE ATRIBUYE AL
TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO LA OMISIÓN DE
REALIZARLO.
El artículo 107, fracción IX, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos prevé que el recurso de revisión en
amparo directo procede únicamente contra las sentencias que
resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales,
establezcan la interpretación directa de un precepto de la
Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando
hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de
importancia y trascendencia a criterio de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, limitándose la materia del recurso a las
cuestiones propiamente constitucionales sin poder comprender
otras. Por tanto, cuando en la sentencia dictada en amparo directo
se hubiere realizado el control de convencionalidad ex officio, o
bien, se atribuya al Tribunal Colegiado de Circuito la omisión de
realizarlo, el recurso de revisión interpuesto en su contra es
improcedente, toda vez que no se satisfacen los requisitos de
procedencia conforme al indicado precepto, pues el control de
convencionalidad no implica una cuestión de constitucionalidad, al
consistir solamente en el contraste de las normas legales con los
instrumentos internacionales ratificados por el Estado Mexicano
en materia de derechos humanos, y no así en el análisis o
referencia directa a preceptos de la Constitución Federal.

3. CRITERIOS DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA


DE LA NACIÓN Y LA CORTE INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS.

3.1. Derecho a la igualdad y no discriminación:


Estereotipos y categorías sospechosas; perspectiva de
género; grupos en situación de vulnerabilidad: migrantes,
niñez e indígenas.

A. Derecho a la igualdad y no discriminación.

a. Definición.
La idea de que la ley no debe establecer ni permitir
distinciones entre los derechos de las personas con base en su
nacionalidad, raza, sexo, religión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social (artículo 1 constitucional) es
consecuencia de que todas las personas son iguales; es decir, la
noción de igualdad deriva directamente de la unidad de naturaleza
del género humano y es inseparable de la dignidad de la persona,
frente a la cual es incompatible toda situación que, por considerar
superior a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con
privilegio o que, a la inversa, por considerarlo inferior, lo trate con
hostilidad o de cualquier forma lo discrimine del goce de derechos
que se reconocen a quienes no se consideran en tal situación de
inferioridad.

Así pues, no es admisible crear diferencias de trato


entre seres humanos que no correspondan con su única e idéntica
naturaleza; sin embargo, como la igualdad y la no discriminación
se desprenden de la idea de unidad de dignidad y naturaleza de la
persona, no todo tratamiento jurídico diferente es discriminatorio,
porque no toda distinción de trato puede considerarse ofensiva,
por sí misma, de la dignidad humana.

Por tanto, la igualdad prevista por el artículo 4o. de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en
diversos instrumentos internacionales en materia de derechos
humanos, más que un concepto de identidad ordena al legislador
no introducir distinciones entre ambos géneros y, si lo hace, éstas
deben ser razonables y justificables.

TESIS DE JURISPRUDENCIA DE IGUALDAD Y NO


DISCRIMINACIÓN.

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116

Época: Décima Época


Registro: 2011430
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE


IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA
DE GÉNERO.

Del reconocimiento de los derechos humanos a la


igualdad y a la no discriminación por razones de género, deriva
que todo órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en
una perspectiva de género, para lo cual, debe implementarse un
método en toda controversia judicial, aun cuando las partes no lo
soliciten, a fin de verificar si existe una situación de violencia o
vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir
justicia de manera completa e igualitaria. Para ello, el juzgador
debe tomar en cuenta lo siguiente: i) identificar primeramente si
existen situaciones de poder que por cuestiones de género den
cuenta de un desequilibrio entre las partes de la controversia; ii)
cuestionar los hechos y valorar las pruebas desechando cualquier
estereotipo o prejuicio de género, a fin de visualizar las
situaciones de desventaja provocadas por condiciones de sexo o
género; iii) en caso de que el material probatorio no sea suficiente
para aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad o
discriminación por razones de género, ordenar las pruebas
necesarias para visibilizar dichas situaciones; iv) de detectarse la
situación de desventaja por cuestiones de género, cuestionar la
neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el impacto
diferenciado de la solución propuesta para buscar una resolución
justa e igualitaria de acuerdo al contexto de desigualdad por
condiciones de género; v) para ello debe aplicar los estándares de
derechos humanos de todas las personas involucradas,
especialmente de los niños y niñas; y, vi) considerar que el
método exige que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje
basado en estereotipos o prejuicios, por lo que debe procurarse
un lenguaje incluyente con el objeto de asegurar un acceso a la
justicia sin discriminación por motivos de género.

Amparo directo en revisión 2655/2013.

Época: Décima Época


Registro: 2012586
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

ADOPCIÓN. EL ARTÍCULO 19 DE LA LEY


REGULATORIA DE SOCIEDADES CIVILES DE CONVIVENCIA
DEL ESTADO DE CAMPECHE VIOLA EL PRINCIPIO DE
IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN.
El citado precepto, al excluir a los convivientes de la
posibilidad de ser considerados como adoptantes y de compartir la
patria potestad con base en la categoría sospechosa de estado
civil, viola el principio de igualdad y no discriminación. Además, la
carga discriminatoria de la norma es clara, pues la sociedad civil
de convivencia es el único estado civil en el Estado de Campeche
que tiene prohibido adoptar y compartir la patria potestad. Cabe
recordar que no toda diferencia en el trato hacia una persona o
grupo de personas es discriminatoria, que la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos no prohíbe el uso de categorías
sospechosas, sino su utilización de forma injustificada, y que el
escrutinio estricto de las distinciones basadas en las categorías
sospechosas garantiza que sólo serán constitucionales aquellas
que tengan una justificación muy robusta, cuestión que no sucede
con la norma referida.

Acción de inconstitucionalidad 8/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2012237
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

AGUAS NACIONALES. LA CUOTA DE GARANTÍA DE


NO CADUCIDAD PREVISTA EN LA LEY RELATIVA,
CALCULADA CONFORME A UNA CUOTA AUTORIZADA POR
METRO CÚBICO, NO VIOLA EL DERECHO A LA IGUALDAD.

Conforme al artículo 29 Bis 3, fracción VI, numeral 3, de


la Ley de Aguas Nacionales, adicionado mediante decreto
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de abril de
2004, al Reglamento para la determinación y pago de la cuota de
garantía de no caducidad de derechos de aguas nacionales y al
"Oficio mediante el cual la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público autoriza a la Comisión Nacional del Agua, bajo la figura de
aprovechamientos, las cuotas de garantía de no caducidad de
derechos de aguas nacionales", publicados en el indicado medio
de difusión oficial el 27 de mayo y el 2 de agosto de 2011,
respectivamente, la referida cuota de garantía se calcula mediante
la aplicación de una cuota autorizada por metro cúbico que varía
según el uso y la zona de disponibilidad del agua. Así, tomando
en consideración que existe una situación análoga y un trato
diferenciado (distintos montos a pagar), se advierte que la medida
es proporcional con el fin pretendido, porque no obstante la
homogeneidad del grupo de personas que decidan pagar la
referida cuota de garantía (para evitar la extinción total o parcial
del título respectivo), las normas aludidas atienden a las
circunstancias específicas de cada caso para definir el costo
económico que debe representar la conservación de los derechos
relativos en la parte que podrían ser objeto de caducidad. En esas

117
118

condiciones, al haber una correspondencia apropiada entre el


medio elegido y el fin perseguido, sin que la obtención de este
último implique un sacrificio en grado excesivo del derecho a la
igualdad, no se viola el artículo 1o. de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, pues es tolerable que quienes
paguen la cuota de garantía de no caducidad lo hagan en montos
diferenciados de acuerdo con el uso y la zona de disponibilidad,
en aras de promover una utilización racional y efectiva del agua.

Amparo en revisión 572/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2014497
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DECRETO QUE COMPILA DIVERSOS BENEFICIOS


FISCALES Y ESTABLECE MEDIDAS DE SIMPLIFICACIÓN
ADMINISTRATIVA, PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 26 DE DICIEMBRE DE 2013. SU ARTÍCULO
3.3 ES COMPATIBLE CON EL DERECHO A LA IGUALDAD.
El artículo citado otorga un estímulo fiscal a los
importadores o enajenantes de chicles o gomas de mascar que
los libera del pago del 100% del impuesto especial sobre
producción y servicios, lo que no genera un trato desigual
respecto de las bebidas saborizadas con azúcares añadidos que
causan ese impuesto, pues se trata de grupos no comparables
entre sí, ya que no existe similitud entre ellos, toda vez que esos
productos no se encuentran en iguales condiciones para efectos
tributarios, porque son diversas sus propiedades de composición,
forma o estado; además de que el chicle o goma de mascar, por
un lado, no es considerado precursor de la obesidad ni dañino a la
salud como lo son las bebidas citadas y, por otro, su cantidad de
consumo es mínima, de conformidad con sus características.
Máxime que ese estímulo fiscal no vulnera el derecho a la
igualdad reconocido en los artículos 1o., párrafos primero y quinto,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2 y
26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 2,
numeral 2, del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, así como 1, numeral 1 y 24 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, pues ese
beneficio tributario procura que los chicles o gomas de mascar,
como productos de confitería, sólo queden afectos al pago del
impuesto al valor agregado con el propósito de que tengan
condiciones competitivas en el mercado, dado que la mayoría de
los alimentos no está afecta a aquel gravamen, lo que constituye
un fin constitucionalmente válido, proporcional e idóneo, acorde
con el numeral 28 constitucional para no sobretasar la industria
chiclera.

Amparo en revisión 636/2015.


Época: Décima Época
Registro: 2014099
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD ENTRE EL


VARÓN Y LA MUJER. SU ALCANCE CONFORME A LO
PREVISTO EN EL ARTÍCULO 4o. DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Y EN LOS
TRATADOS INTERNACIONALES.

Al disponer el citado precepto constitucional, el derecho


humano a la igualdad entre el varón y la mujer, establece una
prohibición para el legislador de discriminar por razón de género,
esto es, frente a la ley deben ser tratados por igual, es decir,
busca garantizar la igualdad de oportunidades para que la mujer
intervenga activamente en la vida social, económica, política y
jurídica del país, sin distinción alguna por causa de su sexo, dada
su calidad de persona; y también comprende la igualdad con el
varón en el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de
responsabilidades. En ese sentido, la pretensión de elevar a la
mujer al mismo plano de igualdad que el varón, estuvo precedida
por el trato discriminatorio que a aquélla se le daba en las
legislaciones secundarias, federales y locales, que le impedían
participar activamente en las dimensiones anotadas y asumir, al
igual que el varón, tareas de responsabilidad social pública. Así, la
reforma al artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, da la pauta para modificar todas aquellas leyes
secundarias que incluían modos sutiles de discriminación. Por otro
lado, el marco jurídico relativo a este derecho humano desde la
perspectiva convencional del sistema universal, comprende los
artículos 1 y 2 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, así como 2, 3 y 26 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos; y desde el sistema convencional interamericano
destacan el preámbulo y el artículo II de la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, así como 1 y 24 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Amparo en revisión 796/2011.

Época: Décima Época


Registro: 2015678
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD JURÍDICA.


DIFERENCIAS ENTRE SUS MODALIDADES CONCEPTUALES.

El citado derecho humano, como principio adjetivo, se


configura por distintas facetas que, aunque son interdependientes

119
120

y complementarias entre sí, pueden distinguirse conceptualmente


en dos modalidades: 1) la igualdad formal o de derecho; y, 2) la
igualdad sustantiva o de hecho. La primera es una protección
contra distinciones o tratos arbitrarios y se compone a su vez de la
igualdad ante la ley, como uniformidad en la aplicación de la
norma jurídica por parte de todas las autoridades, e igualdad en la
norma jurídica, que va dirigida a la autoridad materialmente
legislativa y que consiste en el control del contenido de las normas
a fin de evitar diferenciaciones legislativas sin justificación
constitucional o violatorias del principio de proporcionalidad en
sentido amplio. Las violaciones a esta faceta del principio de
igualdad jurídica dan lugar a actos discriminatorios directos,
cuando la distinción en la aplicación o en la norma obedece
explícitamente a un factor prohibido o no justificado
constitucionalmente, o a actos discriminatorios indirectos, que se
dan cuando la aplicación de la norma o su contenido es
aparentemente neutra, pero el efecto o su resultado conlleva a
una diferenciación o exclusión desproporcionada de cierto grupo
social, sin que exista una justificación objetiva para ello. Por su
parte, la segunda modalidad (igualdad sustantiva o de hecho)
radica en alcanzar una paridad de oportunidades en el goce y
ejercicio real y efectivo de los derechos humanos de todas las
personas, lo que conlleva que en algunos casos sea necesario
remover y/o disminuir los obstáculos sociales, políticos, culturales,
económicos o de cualquier otra índole que impidan a los
integrantes de ciertos grupos sociales vulnerables gozar y ejercer
tales derechos. Por ello, la violación a este principio surge cuando
existe una discriminación estructural en contra de un grupo social
o sus integrantes individualmente considerados y la autoridad no
lleva a cabo las acciones necesarias para eliminar y/o revertir tal
situación; además, su violación también puede reflejarse en
omisiones, en una desproporcionada aplicación de la ley o en un
efecto adverso y desproporcional de cierto contenido normativo en
contra de un grupo social relevante o de sus integrantes, con la
diferencia de que, respecto a la igualdad formal, los elementos
para verificar la violación dependerán de las características del
propio grupo y la existencia acreditada de la discriminación
estructural y/o sistemática. Por lo tanto, la omisión en la
realización o adopción de acciones podrá dar lugar a que el
gobernado demande su cumplimiento, por ejemplo, a través de la
vía jurisdiccional; sin embargo, la condición para que prospere tal
demanda será que la persona en cuestión pertenezca a un grupo
social que sufra o haya sufrido una discriminación estructural y
sistemática, y que la autoridad se encuentre efectivamente
obligada a tomar determinadas acciones a favor del grupo y en
posibilidad real de llevar a cabo las medidas tendentes a alcanzar
la igualdad de hecho, valorando a su vez el amplio margen de
apreciación del legislador, si es el caso; de ahí que tal situación
deberá ser argumentada y probada por las partes o, en su caso, el
juez podrá justificarla o identificarla a partir de medidas para mejor
proveer.
Amparo directo en revisión

Época: Décima Época


Registro: 2015679
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD JURÍDICA.


RECONOCIMIENTO DE SU DIMENSIÓN SUSTANTIVA O DE
HECHO EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO MEXICANO.

El derecho humano a la igualdad jurídica ha sido


tradicionalmente interpretado y configurado en el ordenamiento
jurídico mexicano a partir de dos principios: el de igualdad ante la
ley y el de igualdad en la ley (los cuales se han identificado como
igualdad en sentido formal o de derecho). El primer principio
obliga, por un lado, a que las normas jurídicas sean aplicadas de
modo uniforme a todas las personas que se encuentren en una
misma situación y, a su vez, a que los órganos materialmente
jurisdiccionales no puedan modificar arbitrariamente sus
decisiones en casos que compartan la misma litis, salvo cuando
consideren que deben apartarse de sus precedentes, momento en
el que deberán ofrecer una fundamentación y motivación
razonable y suficiente. Por lo que hace al segundo principio, éste
opera frente a la autoridad materialmente legislativa y tiene como
objetivo el control del contenido de la norma jurídica a fin de evitar
diferenciaciones legislativas sin justificación constitucional o
violatorias del principio de proporcionalidad en sentido amplio. No
obstante lo anterior, debe destacarse que la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos no es ciega a las desigualdades
sociales, por lo que contiene diversas protecciones jurídicas a
favor de grupos sujetos a vulnerabilidad, a través, por ejemplo, de
manifestaciones específicas del principio de igualdad, tales como
la igualdad entre el varón y la mujer (artículo 4o., párrafo primero)
y la salvaguarda de la pluriculturalidad de los pueblos indígenas
de manera equitativa (artículo 2o,. apartado B). Así, la igualdad
jurídica en nuestro ordenamiento constitucional protege tanto a
personas como a grupos. De ahí que se considere que el derecho
humano a la igualdad jurídica no sólo tiene una faceta o
dimensión formal o de derecho, sino también una de carácter
sustantivo o de hecho, la cual tiene como objetivo remover y/o
disminuir los obstáculos sociales, políticos, culturales, económicos
o de cualquier otra índole que impiden a ciertas personas o grupos
sociales gozar o ejercer de manera real y efectiva sus derechos
humanos en condiciones de paridad con otro conjunto de
personas o grupo social.

Amparo directo en revisión 1464/2013

Época: Décima Época


Registro: 2015680

121
122

Instancia: Primera Sala


Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Página: 156

DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD JURÍDICA. SU


ÁMBITO MATERIAL DE VALIDEZ A PARTIR DE LA REFORMA
CONSTITUCIONAL PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE
LA FEDERACIÓN EL 10 DE JUNIO DE 2011.

El artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos, reformado mediante decreto publicado en el
citado diario, al establecer que todas las personas gozarán de los
derechos humanos reconocidos en el propio texto constitucional y
en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte, modificó sustancialmente el contenido de los derechos
protegidos constitucionalmente, incluido el de igualdad, el cual es
un principio adjetivo que se predica siempre de algo y que, por
tanto, se define y actualiza progresivamente a través del tiempo y
a la luz de una multiplicidad de factores sociales, culturales,
económicos, políticos, entre otros. Consecuentemente, si bien es
cierto que el concepto jurídico de igualdad desde un punto de
vista abstracto se encontraba presente desde antes de dicha
reforma constitucional, también lo es que sus condiciones de
aplicación y supuestos de protección se han ampliado
significativamente con el contenido de los tratados internacionales;
un ejemplo de ello lo constituye la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer, que establece criterios específicos para verificar si existe o
no discriminación, los cuales complementan materialmente a los
preceptos constitucionales. De ahí que, a partir de la citada
reforma, cuando se alegue una violación al principio de igualdad
jurídica, el juzgador no puede desdeñar el texto de los tratados
internacionales que hacen referencia a la igualdad y a la
prohibición de discriminación, sino que debe efectuar el escrutinio
de constitucionalidad correspondiente teniendo como ámbito
material de validez a la Constitución y a los diferentes tratados
ratificados por México, máxime cuando ese análisis ha sido
solicitado por el quejoso.

Amparo directo en revisión 1464/2013.


Época: Décima Época
Registro: 2017423
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DERECHOS FUNDAMENTALES A LA IGUALDAD Y A


LA NO DISCRIMINACIÓN. METODOLOGÍA PARA EL ESTUDIO
DE CASOS QUE INVOLUCREN LA POSIBLE EXISTENCIA DE
UN TRATAMIENTO NORMATIVO DIFERENCIADO.

Las discusiones en torno a los derechos fundamentales


a la igualdad y a la no discriminación suelen transitar por tres ejes:
1) la necesidad de adoptar ajustes razonables para lograr una
igualdad sustantiva y no meramente formal entre las personas; 2)
la adopción de medidas especiales o afirmativas, normalmente
llamadas "acciones afirmativas"; y, 3) el análisis de actos y
preceptos normativos que directa o indirectamente (por resultado),
o de forma tácita, sean discriminatorios. En el tercer supuesto,
cuando una persona alega discriminación en su contra, debe
proporcionar un parámetro o término de comparación para
demostrar, en primer lugar, un trato diferenciado, con lo que se
busca evitar la existencia de normas que, llamadas a proyectarse
sobre situaciones de igualdad de hecho, produzcan como efecto
de su aplicación: i) una ruptura de esa igualdad al generar un trato
discriminatorio entre situaciones análogas; o, ii) efectos
semejantes sobre personas que se encuentran en situaciones
dispares. Así, los casos de discriminación como consecuencia de
un tratamiento normativo diferenciado exigen un análisis que se
divide en dos etapas sucesivas y no simultáneas: la primera
implica una revisión con base en la cual se determine si las
situaciones a comparar en efecto pueden contrastarse o si, por el
contrario, revisten divergencias importantes que impidan una
confrontación entre ambas por no entrañar realmente un
tratamiento diferenciado; y una segunda, en la cual se estudie si
las distinciones de trato son admisibles o legítimas, lo cual exige
que su justificación sea objetiva y razonable, utilizando, según
proceda, un escrutinio estricto –para confirmar la rigurosa
necesidad de la medida– o uno ordinario –para confirmar su
instrumentalidad–. En ese sentido, el primer análisis debe
realizarse con cautela, pues es común que diversas situaciones
que se estiman incomparables por provenir de situaciones de
hecho distintas, en realidad conllevan diferencias de trato que,
más allá de no ser análogas, en realidad se estiman razonables.
En efecto, esta primera etapa pretende excluir casos donde no
pueda hablarse de discriminación, al no existir un tratamiento
diferenciado.

Amparo directo en revisión 83/2015.

Época: Décima Época


Registro: 2015597
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

DISCRIMINACIÓN INDIRECTA O POR RESULTADOS.


ELEMENTOS QUE LA CONFIGURAN.

Del derecho a la igualdad previsto en el artículo 1o. de la


Constitución Federal y en diversos instrumentos internacionales
en materia de derechos humanos ratificados por el Estado
Mexicano, se desprende que la discriminación puede generarse
no sólo por tratar a personas iguales de forma distinta, o por
ofrecer igual tratamiento a quienes están en situaciones
diferentes; sino que también puede ocurrir indirectamente cuando

123
124

una disposición, criterio o práctica aparentemente neutral ubica a


un grupo social específico en clara desventaja frente al resto. En
este sentido, los elementos de la discriminación indirecta son: 1)
una norma, criterio o práctica aparentemente neutral; 2) que
afecta negativamente de forma desproporcionada a un grupo
social; y 3) en comparación con otros que se ubiquen en una
situación análoga o notablemente similar. De lo anterior se
desprende que, a fin de que un alegato de discriminación indirecta
pueda ser acogido, es indispensable la existencia de una situación
comparable entre los grupos involucrados. Este ejercicio
comparativo debe realizarse en el contexto de cada caso
específico, así como acreditarse empíricamente la afectación o
desventaja producida en relación con los demás. Por su parte, a
fin de liberarse de responsabilidad, el actor acusado de perpetrar
el acto discriminatorio debe probar que la norma no tiene sólo una
justificación objetiva sino que persigue un fin necesario.

Amparo directo 19/2014.

Época: Novena Época


Registro: 161310
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

ESCRUTINIO DE IGUALDAD Y ANÁLISIS


CONSTITUCIONAL ORIENTADO A DETERMINAR LA
LEGITIMIDAD DE LAS LIMITACIONES A LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES. SU RELACIÓN.

Los criterios de análisis constitucional ante alegaciones


que denuncian limitaciones excesivas a los derechos
fundamentales tienen mucho de común a los que se usan para
evaluar eventuales infracciones al principio de igualdad, lo cual se
explica porque legislar implica necesariamente clasificar y
distinguir casos y porque en cualquier medida legal clasificatoria
opera una afectación de expectativas o derechos, siendo
entonces natural que los dos tipos de examen de
constitucionalidad se sobrepongan parcialmente. Sin embargo,
cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación se ve llamada a
actuar como garante del principio de igualdad y no discriminación
previsto en el artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, ello la obliga a examinar rasgos
adicionales a los que considera cuando contempla la cuestión
desde la perspectiva de los derechos sustantivos involucrados.
Así, aunque el Alto Tribunal haya concluido que una determinada
regulación limitadora de derechos no es excesiva sino legítima,
necesaria y proporcional, justificada por la necesidad de armonizar
las exigencias normativas derivadas del derecho en cuestión con
otras también relevantes en el caso, todavía puede ser necesario
analizar, bajo el principio de igualdad, si las cargas que esa
limitación de derechos representa están repartidas utilizando
criterios clasificatorios legítimos. Esto es, aunque una norma legal
sea adecuada en el sentido de representar una medida
globalmente apta para tratar de alcanzar un determinado fin,
puede tener defectos de sobre inclusión o de infra inclusión, de los
que derive una vulneración del principio de igualdad y no
discriminación. Incluso, en algunas ocasiones, por el tipo de
criterio usado por la norma legal examinada (origen étnico o
nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición
social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la
dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los
derechos y libertades de las personas) o por la extensión e
intensidad de la incidencia en el goce de un derecho fundamental,
será necesario examinar con especial cuidado si los medios
(distinciones) usados por el legislador son adecuados a la luz del
fin perseguido.

Amparo en revisión 96/2009.

Época: Décima Época


Registro: 2012302
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 33, Agosto de 2016, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 15/2016 (10a.)
Página: 483

ESPECTRO AUTISTA. LOS ARTÍCULOS 3,


FRACCIÓN III, 10, FRACCIÓN VI, 16, FRACCIÓN VI, Y 17,
FRACCIÓN VIII, DE LA LEY GENERAL PARA LA ATENCIÓN Y
PROTECCIÓN DE PERSONAS CON ESA CONDICIÓN, QUE
PREVÉN LO RELATIVO AL CERTIFICADO DE HABILITACIÓN,
VIOLAN LOS DERECHOS HUMANOS A LA IGUALDAD, A LA
LIBERTAD DE PROFESIÓN Y OFICIO, ASÍ COMO AL
TRABAJO DIGNO Y SOCIALMENTE ÚTIL.

De lo previsto en los referidos numerales, se advierte


que el certificado de habilitación es el documento expedido por la
Secretaría de Salud donde consta que las personas con la
condición del espectro autista se encuentran aptas para el
desempeño de actividades laborales, productivas u otras que a
sus intereses legítimos convengan, siendo que no se podrá
"denegar la posibilidad de contratación laboral a quienes cuenten
con los certificados de habilitación". En ese sentido, la protección
laboral referida únicamente les resulta aplicable a las personas
que hayan obtenido esos certificados, pues a quienes no cuenten
con éstos, se les podrá negar su contratación atendiendo a su
condición de autismo. De ahí que los artículos mencionados violan
los derechos humanos a la igualdad, a la libertad de profesión y

125
126

oficio, así como el derecho al trabajo digno y socialmente útil, en


virtud de que condicionan la posibilidad de contratación laboral de
las personas con la condición de espectro autista, a la obtención
de los referidos certificados de habilitación, siendo que no se
encuentran justificadas las razones por las cuales, a diferencia del
resto de la población, sea necesario que las personas con
espectro autista requieran de un documento médico que certifique
que "se encuentran aptas para el desempeño de actividades
laborales"; máxime que el simple hecho de que se pretenda
requerir a sólo un grupo de la población mexicana un documento
médico que avale sus aptitudes para poder ingresar al sector
laboral y productivo, se traduce en una medida que, lejos de
coadyuvar y concientizar al resto de la población sobre la
condición del espectro autista, tiene un efecto estigmatizante.

Acción de inconstitucionalidad 33/2015. Comisión


Nacional de los Derechos Humanos. 18 de febrero

Época: Décima Época


Registro: 2008805
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

ESTÍMULO FISCAL PREVISTO EN EL ARTÍCULO 9o.,


ÚLTIMO PÁRRAFO, DE LA LEY DE INGRESOS DE LA
FEDERACIÓN PARA EL EJERCICIO FISCAL DE 2013. NO
TRANSGREDE EL DERECHO A LA IGUALDAD.

El artículo citado establece que a las entidades


federativas, Municipios y demarcaciones territoriales del Distrito
Federal, incluyendo sus organismos descentralizados y
autónomos, que se hubieran adherido al "Decreto por el que se
otorgan diversos beneficios fiscales en materia de impuesto sobre
la renta, de derechos y aprovechamientos", publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 5 de diciembre de 2008, y que estén al
corriente en los enteros correspondientes al mes de diciembre de
2012, se les extenderá hasta 2014 el beneficio fiscal consistente
en acreditar sólo determinado porcentaje del impuesto sobre la
renta retenido a sus trabajadores. Ahora bien, el objetivo
perseguido con la extensión del beneficio fue continuar con el
fortalecimiento de las haciendas de las entidades federativas y de
los Municipios para mejorar la distribución racional de sus fuentes
de ingresos, con relación al problema relativo al pago de la
retención del impuesto sobre la renta a cargo de sus trabajadores
(esto es, en su carácter de patrones retenedores), para corregir su
situación fiscal, mediante la instrumentación de un esquema de
estímulos fiscales que aliviara sus finanzas públicas, al tiempo de
permitir que no se afectaran los salarios de sus trabajadores. Por
tanto, el artículo 9o., último párrafo, de la Ley de Ingresos de la
Federación para el Ejercicio Fiscal de 2013, que introduce en el
referido estímulo fiscal la distinción entre los entes públicos
retenedores y los patrones particulares retenedores, no transgrede
el derecho a la igualdad reconocido en el artículo 1o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al tener
una finalidad objetiva y constitucionalmente válida, además de
constituir una medida apta para lograr el fin perseguido, por lo que
resultaba necesaria y, por tanto, no hay afectación desmedida a
bienes y derechos constitucionalmente protegidos.

Época: Décima Época


Registro: 2012715
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

IGUALDAD JURÍDICA. INTERPRETACIÓN DEL


ARTÍCULO 24 DE LA CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE
DERECHOS HUMANOS.

El precepto referido establece: "Todas las personas son


iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin
discriminación, a igual protección de la ley." Ahora bien, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha interpretado en diversos
instrumentos dicha disposición -Opinión Consultiva OC-4/84 del
19 de enero de 1984. Serie A, No. 4; Caso Yatama vs. Nicaragua.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 23 de junio de 2005. Serie C, No. 127; Caso
Castañeda Gutman vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie
C, No. 184; Caso Perozo y otros vs. Venezuela. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de
enero de 2009. Serie C, No. 195- y, al respecto, ha sostenido que
la noción de igualdad deriva directamente de la unidad de
naturaleza del género humano y es inseparable de la dignidad
esencial de la persona; sin embargo, no todo tratamiento jurídico
diferente es discriminatorio, porque no toda distinción de trato
puede considerarse, por sí misma, ofensiva de la dignidad
humana. Por tanto, sólo es discriminatoria una distinción cuando
"carece de una justificación objetiva y razonable". Ahora bien, las
distinciones constituyen diferencias compatibles con dicha
Convención por ser razonables, proporcionales y objetivas,
mientras que las discriminaciones constituyen diferencias
arbitrarias que redundan en detrimento de los derechos humanos.
En ese tenor, la prohibición de discriminación contenida en el
artículo 1o., numeral 1, de la Convención en comento, respecto de
los derechos contenidos en ésta, se extiende al derecho interno
de los Estados parte, de manera que éstos tienen la obligación de
no introducir o eliminar de su ordenamiento jurídico regulaciones
discriminatorias, combatir las prácticas de este carácter y
establecer normas y otras medidas que reconozcan y aseguren la
efectiva igualdad ante la ley de todas las personas.

Amparo directo en revisión 48/2013.

127
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Época: Novena Época


Registro: 159850
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN. EL ARTÍCULO


17, NUMERAL 4, DE LA LEY ELECTORAL DEL ESTADO DE
CHIHUAHUA, AL PREVER QUE CUANDO DEL REGISTRO
TOTAL DE LAS CANDIDATURAS POR EL PRINCIPIO DE
MAYORÍA RELATIVA QUE REALICEN LOS PARTIDOS O
COALICIONES, APARECIEREN MÁS DEL 50% DE
CANDIDATOS DE UN MISMO SEXO, EL SEXO
SUBRREPRESENTADO AL CARGO COMO PROPIETARIO
OCUPARÁ, CUANDO MENOS, EL SEGUNDO LUGAR
PROPIETARIO DE LA LISTA DE REPRESENTACIÓN
PROPORCIONAL, NO CONTRAVIENE ESOS PRINCIPIOS.

Si se tiene en cuenta que la Constitución General de la


República no prevé reglas específicas que fijen porcentajes en la
integración de las fórmulas de los candidatos de cada partido a los
puestos de elección popular, es indudable que el artículo 17,
numeral 4, de la Ley Electoral del Estado de Chihuahua, al
establecer que cuando del registro total de las candidaturas que
hagan los partidos o coaliciones por el principio de mayoría
relativa, aparecieren más del 50% de candidatos de un mismo
sexo, el sexo subrrepresentado al cargo como propietario
ocupará, cuando menos, el segundo lugar propietario de la lista de
representación proporcional, no contraviene los principios de
igualdad y no discriminación por razón de género, pues el indicado
precepto no indica ni asegura que las mujeres serán quienes
deben ocupar ese segundo lugar, pues es lógico que según sea el
resultado de las listas de candidatos a registrar, tanto hombres
como mujeres podrán ser ese sexo subrrepresentado. Además, al
hacer referencia al sexo subrrepresentado tiende a garantizar, por
lo menos, que se otorgue el segundo lugar propietario de la lista
de representación proporcional al llamado sexo subrrepresentado,
de donde es claro que se trata de una disposición cuyo objetivo es
garantizar la participación de ambos sexos en el registro de
candidaturas.

Acción de inconstitucionalidad 63/2009 y sus


acumuladas 64/2009 y 65/2009.

Época: Novena Época


Registro: 165247
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN. EL PÁRRAFO


FINAL DEL ARTÍCULO 218 DEL CÓDIGO ELECTORAL PARA
EL ESTADO DE TAMAULIPAS NO VIOLA ESOS PRINCIPIOS
AL SEÑALAR QUE EN EL REGISTRO DE CANDIDATOS A
DIPUTADOS DE REPRESENTACIÓN PROPORCIONAL, UNA
CANDIDATURA DE CADA TRES FÓRMULAS SERÁ DE
GÉNERO DISTINTO.
La Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, en su artículo 1o., establece que todas las personas
son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de nacionalidad, raza, sexo, religión o cualquier
otra condición o circunstancia personal o social, de manera que
los poderes públicos han de tener en cuenta que los particulares
que se encuentren en la misma situación deben ser tratados
igualmente, sin privilegio ni favor. Ahora bien, el párrafo final del
artículo 218 del Código Electoral para el Estado de Tamaulipas, al
señalar que los partidos políticos y las coaliciones se asegurarán
de que de cada tres fórmulas (de diputados por el principio de
representación proporcional) se presente, por lo menos, una
candidatura de género distinto, no viola los principios de igualdad
y no discriminación en razón de que simplemente establece el
mínimo de candidaturas de género distinto que el legislador local
consideró necesario respetar para que de cada tres fórmulas que
presenten los partidos políticos y las coaliciones en la lista de
candidatos a diputados por el principio de representación
proporcional, se permita la conformación con personas de ambos
géneros. Lo anterior es así, ya que el mencionado precepto debe
interpretarse en relación con la primera parte del artículo 219 del
propio código estatal, que delega a los partidos políticos la
facultad de establecer cuáles son las relaciones de género que
pueden darse respecto a la postulación de candidatos, al disponer
que deben observar las normas que dispongan sus estatutos en
esta materia y, en todo caso, si éstas transgreden los principios
que en materia de equidad de género establecen la Constitución
General de la República o la ley local, dichos estatutos pueden
impugnarse a través de los medios de defensa conducentes.
Además, el último párrafo del citado artículo 218 debe
interpretarse como parte del contexto normativo en el cual se
encuentra inmerso; así, el primer párrafo de ese precepto legal
claramente establece que los partidos políticos promoverán y
garantizarán la igualdad de oportunidades y la equidad entre
hombres y mujeres en la vida política del Estado, a través de las
postulaciones a cargos de elección popular; y en este contexto es
como debe entenderse el párrafo indicado al fijar un límite, no un
tope, en la integración de las fórmulas de las listas de
representación proporcional, que garantiza la participación de
ambos géneros en su conformación. Lo violatorio del precepto
legal sería que prohibiera presentar candidaturas de algún género
u obligara a fijar cuotas de determinado sexo, en detrimento de la
capacidad y los atributos personales de los diversos candidatos,
porque la Constitución General de la República no establece
obligación alguna para instaurar porcentajes de géneros en
relación con las candidaturas a cargos de elección popular, sino
que otorga plena libertad de configuración legislativa a las

129
130

entidades federativas para integrar los Congresos locales con


representantes populares que reúnan los requisitos de ley y se
encuentren debidamente preparados para el ejercicio de esas
altas responsabilidades, bajo la condición contenida en el artículo
1o. constitucional de que no se genere desigualdad manifiesta o
discriminación que resulten atentatorias de la dignidad humana.

Acción de inconstitucionalidad 21/2009.

Época: Novena Época


Registro: 159849
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN. LOS


ARTÍCULOS 16, NUMERAL 3, PÁRRAFO SEGUNDO Y 131,
NUMERAL 3, DE LA LEY ELECTORAL DEL ESTADO DE
CHIHUAHUA, AL SEÑALAR QUE QUEDAN EXCEPTUADAS
DEL PORCENTAJE DE CUOTAS DE GÉNERO AQUELLAS
CANDIDATURAS QUE SEAN RESULTADO DE UN PROCESO
DE ELECCIÓN DEMOCRÁTICO, CONFORME A LOS
ESTATUTOS DE CADA PARTIDO, NO VULNERAN ESOS
PRINCIPIOS.

Los indicados preceptos, al prever excepciones al


porcentaje de cuotas de género en relación con las candidaturas
de diputados de mayoría relativa cuando provengan de un
proceso de elección democrática contenido en los estatutos de
cada partido político, no vulneran los principios de igualdad y no
discriminación por razón de género. Lo anterior es así, ya que
conforme al artículo 41, base I, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, los partidos políticos como entidades
de interés público, tienen libertad de auto-organización, lo que
implica que con el fin de promover la participación del pueblo en la
vida democrática, en sus estatutos pueden fijar los programas,
principios e ideas que los conformen como institutos políticos, de
ahí que el legislador les reconozca dicha libertad de organización,
con la obligación de que con sus estipulaciones no vulneren el
contenido esencial de los derechos políticos y otros derechos
fundamentales, como los de igualdad y no discriminación. Así, en
los artículos 40, numeral 1, inciso d) y 41, numeral 1, inciso a),
párrafo segundo, de la Ley Electoral del Estado de Chihuahua, se
establece como un derecho de los partidos políticos organizar
procesos internos para seleccionar y postular candidatos en las
elecciones de la entidad, procurando promover conforme a su
normativa interna, una mayor participación de las mujeres en la
vida política del Estado, a través de su postulación a cargos de
elección popular; y como obligación la consistente en que deberán
integrar en sus candidaturas una participación equilibrada de
ambos sexos, promoviendo la participación del pueblo en la vida
democrática bajo una perspectiva de género, es decir, tomando
todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación y la
injusticia hacia las mujeres. Esto es, si los partidos políticos, en
ejercicio de su libertad auto-organizativa e ideológica reconocida
en el artículo 41, base I, de la Constitución Federal, tienen la
facultad de establecer las normas estatutarias que regirán la vida
al interior de esos institutos políticos, así como el derecho de
organizar los procesos internos para la selección y postulación de
sus candidatos a puestos de elección popular, es claro que sus
formas de elección democrática y principalmente el respeto a
dichos procesos, no se traduce en la existencia de reglas que
atenten contra el principio de equidad de género y la no
discriminación, pues la Constitución Federal no prevé porcentajes
mínimos o máximos de participación política entre ambos sexos,
además de que los estatutos de cada partido político sólo deben
cumplir con los principios democráticos que desde luego prevé la
Carta Magna.

Acción de inconstitucionalidad 63/2009 y sus


acumuladas 64/2009 y 65/2009..

Época: Novena Época


Registro: 169877
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

IGUALDAD. CASOS EN LOS QUE EL JUEZ


CONSTITUCIONAL DEBE HACER UN ESCRUTINIO ESTRICTO
DE LAS CLASIFICACIONES LEGISLATIVAS
(INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 1o. DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS).

La igualdad es un principio y un derecho de carácter


fundamentalmente adjetivo que se predica siempre de algo, y este
referente es relevante al momento de realizar el control de
constitucionalidad de las leyes, porque la Norma Fundamental
permite que en algunos ámbitos el legislador tenga más amplitud
para desarrollar su labor normativa, mientras que en otros el Juez
debe ser más exigente a la hora de determinar si aquél ha
respetado las exigencias del principio de igualdad. El artículo 1o.
de la Constitución Federal establece varios casos en los que
procede dicho escrutinio estricto. Así, su primer párrafo proclama
que todo individuo debe gozar de las garantías que ella otorga, las
cuales no pueden restringirse ni suspenderse sino en los casos y
con las condiciones que la misma establece, lo que evidencia la
voluntad constitucional de asegurar en los más amplios términos
el goce de los derechos fundamentales, y de que las limitaciones
a ellos sean concebidas restrictivamente, de conformidad con el
carácter excepcional que la Constitución les atribuye. Por ello,

131
132

siempre que la acción clasificadora del legislador incida en los


derechos fundamentales garantizados constitucionalmente, será
necesario aplicar con especial intensidad las exigencias derivadas
del principio de igualdad y no discriminación. Por su parte, el
párrafo tercero del citado precepto constitucional muestra la
voluntad de extender la garantía de igualdad a ámbitos que
trascienden el campo delimitado por el respeto a los derechos
fundamentales explícitamente otorgados por la Constitución, al
prohibir al legislador que en el desarrollo general de su labor
incurra en discriminación por una serie de motivos enumerados
(origen étnico o nacional, género, edad, capacidades diferentes,
condición social, condiciones de salud, religión, opiniones,
preferencias, estado civil) o en cualquier otro que atente contra la
dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los
derechos y libertades de las personas. La intención constitucional
es, por lo tanto, extender las garantías implícitas en el principio de
igualdad al ámbito de las acciones legislativas que tienen un
impacto significativo en la libertad y la dignidad de las personas,
así como al de aquellas que se articulan en torno al uso de una
serie de criterios clasificatorios mencionados en el referido tercer
párrafo, sin que ello implique que al legislador le esté vedado
absolutamente el uso de dichas categorías en el desarrollo de su
labor normativa, sino que debe ser especialmente cuidadoso al
hacerlo. En esos casos, el Juez constitucional deberá someter la
labor del legislador a un escrutinio especialmente cuidadoso
desde el punto de vista del respeto a la garantía de igualdad.

Amparo directo en revisión 988/2004.

Época: Décima Época


Registro: 2010315
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

IGUALDAD. CUANDO UNA LEY CONTENGA UNA


DISTINCIÓN BASADA EN UNA CATEGORÍA SOSPECHOSA,
EL JUZGADOR DEBE REALIZAR UN ESCRUTINIO ESTRICTO
A LA LUZ DE AQUEL PRINCIPIO.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido


que cuando una ley contiene una distinción basada en una
categoría sospechosa, es decir, en alguno de los criterios
enunciados en el último párrafo del artículo 1o. constitucional (el
origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la
condición social, las condiciones de salud, la religión, las
opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier
otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto
anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas),
el juzgador debe realizar un escrutinio estricto de la medida para
examinar su constitucionalidad a la luz del principio de igualdad,
puesto que estas distinciones están afectadas de una presunción
de inconstitucionalidad. Si bien la Constitución no prohíbe que el
legislador utilice categorías sospechosas, el principio de igualdad
garantiza que sólo se empleen cuando exista una justificación muy
robusta para ello.

Amparo en revisión 581/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2015997
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

INSTITUCIONES DE CRÉDITO. EL ARTÍCULO 68 DE


LA LEY RELATIVA NO VIOLA EL DERECHO FUNDAMENTAL
A LA IGUALDAD PROCESAL.

Si se toma en consideración que el derecho citado


reconocido en los artículos 14 y 16 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y 8, numeral 1, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, implica que deben hacerse
saber a las partes las pretensiones de su oponente y no privarlas
de la oportunidad de alegar, probar o impugnar lo que a su interés
convenga, con el objeto de que ambas estén en aptitud de
demostrar, respectivamente, los extremos de su acción y de sus
excepciones o defensas, se concluye que el artículo 68 de la Ley
de Instituciones de Crédito, al prever una presunción legal en
relación con la veracidad de la certificación contable formulada por
el contador facultado por la institución acreedora, no viola el
derecho fundamental referido, pues el hecho de que una de las
partes deba probar que la certificación indicada sea falsa, o bien,
que son inexactos los datos contenidos en ésta, no limita ni
restringe la oportunidad del litigante de impugnar y, en su caso,
demostrar tal extremo. Esto es, la hipótesis prevista en el artículo
68 indicado no implica que una de las partes se encuentre
imposibilitada, en comparación con su contraparte, para demostrar
los extremos de su acción o de sus excepciones o defensas, pues
define únicamente a quién le corresponde la carga de la prueba
en relación con la falsedad o inexactitud del certificado contable.

Amparo directo en revisión 4662/2014.

Época: Novena Época


Registro: 168645
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

ISSSTE. EL ARTÍCULO QUINTO TRANSITORIO DE


LA LEY RELATIVA, NO VIOLA LAS GARANTÍAS DE
IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN PREVISTAS EN EL
ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS

133
134

ESTADOS UNIDOS MEXICANOS (LEGISLACIÓN VIGENTE A


PARTIR DEL 1o. DE ABRIL DE 2007).

La garantía de no discriminación que consagra el tercer


párrafo del artículo 1o. constitucional, proscribe cualquier
distinción motivada por razones de género, edad, condición social,
religión o cualquier otra análoga que atente contra la dignidad
humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y
libertades de las personas; sin embargo, no es cualquier distinción
de trato entre las personas, sino sólo aquellas que atenten contra
la dignidad humana, así como las que tengan por efecto anular o
menoscabar sus derechos y libertades, o bien, la igualdad real de
oportunidades. A partir de ello, el artículo quinto transitorio de la
Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado vigente, al disponer que los trabajadores
tienen derecho a optar entre el régimen que se establece en el
artículo décimo transitorio o por la acreditación de bonos de
pensión del ISSSTE en sus cuentas individuales, no viola las
citadas garantías, pues aun cuando pudiera estimarse que los
regímenes de pensiones de retiro a que se refiere suponen el
goce de derechos de diferente sentido y alcance, lo cierto es que
ello no implica que el derecho de opción que prevé dicho numeral
genere un trato disímil y discriminatorio entre los trabajadores del
Estado, en tanto se otorga a todos aquellos que se encuentren en
activo al entrar en vigor la ley reclamada, sin hacer distinción
alguna por razones de género, edad, profesión u otra análoga;
habida cuenta que su ejercicio no se sujeta a ninguna condición,
lo que evidencia que tampoco tiene como fin anular o menoscabar
la igualdad real de oportunidades de los trabajadores ni sus
derechos, pues no debe soslayarse que en términos de lo
dispuesto en el artículo cuarto transitorio, a todos se les
reconocen las aportaciones que realizaron con anterioridad a fin
de garantizar sus beneficios pensionarios.

Amparo en revisión 220/2008.

Época: Novena Época


Registro: 168644
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

ISSSTE. EL ARTÍCULO SÉPTIMO TRANSITORIO DE


LA LEY RELATIVA, NO VIOLA LAS GARANTÍAS DE
IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN PREVISTAS EN EL
ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS (LEGISLACIÓN VIGENTE A
PARTIR DEL 1o. DE ABRIL DE 2007).

El hecho de que conforme a lo dispuesto en el artículo


séptimo transitorio de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado, los trabajadores del
Estado deban elegir entre el anterior régimen de pensiones
modificado y el nuevo sistema de cuentas individuales antes de
actualizarse cualquier supuesto de pensión, no viola la garantía de
igualdad jurídica que consagra el artículo 1o. constitucional, pues
si bien ello implica que se les da un trato diferente respecto de los
trabajadores sujetos al régimen de la Ley del Seguro Social, en
cuanto al momento en que pueden ejercer el derecho de opción -
ya que conforme al artículo tercero transitorio del decreto por el
que se creó la actual Ley del Seguro Social, los trabajadores
inscritos con anterioridad a la fecha en que entró en vigor, podrán
optar por el nuevo esquema de pensiones que dicho
ordenamiento legal prevé o bien, el que establecía la ley
derogada, hasta el momento de pensionarse-; lo cierto es que los
servidores públicos y el resto de los trabajadores no se
encuentran en una misma situación jurídica, debido a que sus
relaciones laborales son de diversa naturaleza. Incluso, debe
destacarse que la implementación del sistema de cuentas
individuales en el régimen de seguridad social de los trabajadores
del Estado, no implica que se pretenda colocarlos en una situación
de absoluta igualdad jurídica frente a los trabajadores que cotizan
en el régimen de la Ley del Seguro Social, ya que la intención que
prevalece en el legislador, es evitar que los empleados públicos
pierdan sus aportaciones y que se desconozcan sus periodos de
cotización cuando dejan de prestar sus servicios al Estado, de tal
suerte que puedan migrar entre el sector público y privado
llevando consigo los beneficios pensionarios que vayan
acumulando. Además, debe tenerse presente que a los
trabajadores del Estado que decidan migrar al sistema de cuentas
individuales, se les otorgará un bono equivalente a la pensión que
se les reconoce a la fecha de entrada en vigor de la ley reclamada
que se depositará en su cuenta individual, lo que no aconteció con
los trabajadores que cotizan en el régimen de la Ley del Seguro
Social.

Amparo en revisión 220/2008.

Época: Décima Época


Registro: 2009405
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

LIBERTAD CONFIGURATIVA DEL LEGISLADOR.


ESTÁ LIMITADA POR LOS DERECHOS FUNDAMENTALES A
LA IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN QUE OPERAN DE
MANERA TRANSVERSAL.

Si bien los Congresos estatales poseen libertad de


configuración para regular el estado civil de las personas, dicha
facultad se encuentra limitada por los mandatos constitucionales y

135
136

el reconocimiento de derechos humanos desde la Constitución y


los tratados internacionales suscritos por México. El principio de
igualdad y no discriminación aplica de manera transversal a los
demás derechos humanos, y cualquier distinción, restricción,
exclusión o preferencia en el ejercicio de dicho derecho que,
además, se encuentre basada en alguna de las categorías
prohibidas, constituye una violación del derecho citado. La
discriminación puede operar de manera legal o de hecho, por
objeto o resultado (directa o indirecta), o a través de la omisión de
adoptar medidas temporales diferenciadas para responder o evitar
perpetuar situaciones de discriminación estructural. Además, la
discriminación puede tener un efecto único en el tiempo o puede
operar también de manera continuada. La mera vigencia de una
ley puede discriminar directamente a una persona o grupo de
personas, o bien, puede discriminar indirectamente debido a un
impacto diferenciado.

Amparo en revisión 152/2013.

Época: Décima Época


Registro: 2010675
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO


SEXO. LA DEFINICIÓN LEGAL DEL MATRIMONIO QUE
CONTENGA LA PROCREACIÓN COMO FINALIDAD DE ÉSTE,
VULNERA LOS PRINCIPIOS DE IGUALDAD Y NO
DISCRIMINACIÓN.

Las definiciones legales de matrimonio que contengan la


procreación como finalidad de éste, vulneran los principios de
igualdad y no discriminación contenidos en el artículo 1o. de la
Constitución, al excluir injustificadamente a las parejas del mismo
sexo de dicha institución, toda vez que no está directamente
conectada con dicha finalidad. Como lo ha sostenido esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Constitución protege a
la familia como realidad social, es decir, todas las formas y
manifestaciones de familia que existen en la sociedad, entre las
que se encuentran las homoparentales conformadas por padres
del mismo sexo con hijos (biológicos o adoptivos) o sin ellos. En
este sentido, la distinción resulta claramente sobreinclusiva
porque quedan comprendidas en la definición de matrimonio las
parejas heterosexuales que no acceden a esta institución con la
finalidad de procrear, lo que muestra la falta de idoneidad de la
medida para cumplir con la protección de la familia como realidad
social, y que se contrapone a lo sostenido por este alto tribunal en
el sentido de que ha desvinculado el matrimonio de la función
procreativa. Por otro lado, resulta subinclusiva porque excluye
injustificadamente del acceso al matrimonio a las parejas
homosexuales que están situadas en condiciones similares a las
parejas heterosexuales, lo que ocasiona que se les prive de
obtener los beneficios tangibles e intangibles que otorga dicha
institución a estas parejas y a los niños que decidan criar.

Amparo en revisión 581/2012.

Época: Novena Época


Registro: 163317
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

MILITARES. EL ARTÍCULO 226 DE LA LEY DEL


INSTITUTO DE SEGURIDAD SOCIAL PARA LAS FUERZAS
ARMADAS MEXICANAS, VIGENTE HASTA EL 20 DE
NOVIEMBRE DE 2008, NO VIOLA LOS ARTÍCULOS 1o. Y 4o.
CONSTITUCIONALES.

Los artículos 24, fracción IV, 35 y 226 de la Ley del


Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas
Mexicanas, vigentes hasta el 20 de noviembre de 2008, prevén
como causa de retiro por "inutilidad" para los militares en activo
alguno de los accidentes o enfermedades enlistados en el último
precepto. Ahora bien, la circunstancia de que el referido artículo
226, en sus distintas categorías, no aclare en los supuestos de
enfermedades que presenten distintos grados de afección a cuál
de ellos se refiere o si abarca cualquiera, no viola las garantías de
igualdad y no discriminación contenidas en los artículos 1o. y 4o.
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya
que la autoridad aplicadora en estos casos deberá realizar una
interpretación acorde con el aludido precepto y considerar que
sólo cuando el grado de avance de la enfermedad provoque
invalidez podrá invocarse como causa de baja del Ejército,
interpretación que, por una parte, impide la discriminación de
dichos elementos por motivos de enfermedad y, por otra, preserva
la eficacia de ese sector, permitiéndole cumplir cabalmente su
misión.

Amparo en revisión 495/2009.

Época: Décima Época


Registro: 2007856
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

PENSIÓN DE LOS TRABAJADORES DE LOS


SECTORES PRIVADO Y PÚBLICO. LA EXISTENCIA DE
DISTINCIONES LEGALES EN LA INTEGRACIÓN DEL

137
138

SALARIO BASE DE COTIZACIÓN PARA SU CÁLCULO, NO


TRANSGREDE LOS DERECHOS A LA IGUALDAD Y NO
DISCRIMINACIÓN.

El derecho a la no discriminación reconocido en el


artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos proscribe la distinción motivada por razones de género,
edad, condición social, religión o cualquier otra análoga que
atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos y las libertades de las personas, o bien,
la igualdad real de oportunidades. En ese sentido, el hecho de
que existan distinciones legales entre los trabajadores de los
sectores privado y público, al excluirse el concepto de
compensación garantizada en la integración del salario base de
cotización para el efecto del cálculo de la pensión de estos
últimos, no implica una transgresión de los derechos a la igualdad
y no discriminación reconocidos en el precepto mencionado, pues
el trato diferenciado encuentra su fundamento en la propia
Constitución Federal, al dividir a los trabajadores de los sectores
privado y público en los apartados A y B de su artículo 123, por lo
que las disposiciones que regulan a dichos sectores deberán
atender a los lineamientos y características propias de cada
apartado, ya que cada sector, por su propia y especial naturaleza,
atenderá a la diferencia que la Ley Suprema marcó para tal efecto;
ello entendido bajo la premisa de que la transgresión a esos
derechos sólo puede aducirse cuando, estando en condiciones
semejantes, existe un trato desigual.

Amparo directo en revisión 2139/2014.


.
Época: Décima Época
Registro: 2012594
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

PRINCIPIO DE IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN.


ALGUNOS ELEMENTOS QUE INTEGRAN EL PARÁMETRO
GENERAL.

El principio de igualdad y no discriminación permea todo


el ordenamiento jurídico. Cualquier tratamiento que resulte
discriminatorio respecto del ejercicio de cualquiera de los
derechos reconocidos en la Constitución es, per se, incompatible
con ésta. Es contraria toda situación que, por considerar superior
a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con algún privilegio, o
que, inversamente, por considerarlo inferior, sea tratado con
hostilidad o de cualquier forma se le discrimine del goce de
derechos que sí se reconocen a quienes no se consideran
incursos en tal situación. Sin embargo, es importante recordar que
no toda diferencia en el trato hacia una persona o grupo de
personas es discriminatoria, siendo jurídicamente diferentes la
distinción y la discriminación, ya que la primera constituye una
diferencia razonable y objetiva, mientras que la segunda
constituye una diferencia arbitraria que redunda en detrimento de
los derechos humanos. En igual sentido, la Constitución no
prohíbe el uso de categorías sospechosas, sino su utilización de
forma injustificada. No se debe perder de vista, además, que la
discriminación tiene como nota característica que el trato diferente
afecte el ejercicio de un derecho humano. El escrutinio estricto de
las distinciones basadas en las categorías sospechosas garantiza
que sólo serán constitucionales aquellas que tengan una
justificación muy robusta.

Acción de inconstitucionalidad 8/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2006485
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN MÁS FAVORABLE


A LA PERSONA. SU CUMPLIMIENTO NO IMPLICA QUE LOS
ÓRGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES, AL EJERCER
SU FUNCIÓN, DEJEN DE OBSERVAR LOS DIVERSOS
PRINCIPIOS Y RESTRICCIONES QUE PREVÉ LA NORMA
FUNDAMENTAL.

Si bien la reforma al artículo 1o. de la Constitución


Federal, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de
junio de 2011, implicó el cambio en el sistema jurídico mexicano
en relación con los tratados de derechos humanos, así como con
la interpretación más favorable a la persona al orden
constitucional -principio pro persona o pro homine-, ello no implica
que los órganos jurisdiccionales nacionales dejen de ejercer sus
atribuciones y facultades de impartir justicia en la forma en que
venían desempeñándolas antes de la citada reforma, sino que
dicho cambio sólo conlleva a que si en los instrumentos
internacionales existe una protección más benéfica para la
persona respecto de la institución jurídica analizada, ésta se
aplique, sin que tal circunstancia signifique que, al ejercer tal
función jurisdiccional, dejen de observarse los diversos principios
constitucionales y legales -legalidad, igualdad, seguridad jurídica,
debido proceso, acceso efectivo a la justicia, cosa juzgada-, o las
restricciones que prevé la norma fundamental, ya que de hacerlo,
se provocaría un estado de incertidumbre en los destinatarios de
tal función.

Amparo directo en revisión 1131/2012

Época: Novena Época


Registro: 161228
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

139
140

PROTECCIÓN A LA SALUD DE LOS NO


FUMADORES EN EL DISTRITO FEDERAL. LA LEY RELATIVA
NO VULNERA EL PRINCIPIO DE IGUALDAD Y NO
DISCRIMINACIÓN.

La Ley citada no vulnera el principio de igualdad


contenido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, por el hecho de establecer una sola
categoría de establecimientos mercantiles, ni da una ventaja
indebida a los establecimientos que cuentan con espacios abiertos
sobre los que no los tienen. Esto es, el que la ley incluya en una
misma categoría -a los efectos de la prohibición de fumar- a todos
los establecimientos mercantiles y espacios cerrados donde se
expenden al público alimentos y bebidas para su consumo en el
lugar, sin dar margen para distinciones internas orientadas a
acomodar a los fumadores, resulta totalmente adecuado desde la
perspectiva de los fines de la norma. Permitir la distinción interna
impediría que esos fines -proteger la salud de las personas contra
los efectos del humo del tabaco- fueran alcanzados, de modo que
su inclusión en una misma categoría resulta racional. Ello mismo
explica por qué la ley otorga un trato distinto a los
establecimientos que cuentan con espacios abiertos; dado que
fumar en espacios abiertos impide, en una medida muy alta, que
los no fumadores inhalen humo de tabaco ambiental, por lo que es
justificable que los establecimientos que cuentan con ellos reciban
un tratamiento diferente en el contexto de la ley. La normativa
prohíbe a los consumidores de tabaco dañarse a sí mismos en
espacios determinados -contribuyendo de este modo en algún
grado a disminuir el consumo directo de tabaco, en cuanto se
supone que bastantes de sus consumidores renunciarán a hacerlo
a cambio de poder estar en un bar o restaurante cerrado- y les
permite hacerlo en los espacios abiertos porque, en las
condiciones que los caracterizan, se garantiza que el humo se
disperse con rapidez y no exponga a las personas que no
consumen alimentos o bebidas en la mesa de la persona
fumadora, y lo haga en una medida poco significativa a los que lo
acompañan en ella. Lo mismo hay que decir con mayor razón
acerca de las oficinas, establecimientos e instalaciones en los que
las personas fumadoras pueden salir a áreas abiertas, ya que
quienes ahí trabajan o acuden a ellos para recibir la prestación de
sus servicios quedan físicamente distantes. Por tanto, la ley no
escoge imponer a unos establecimientos cargas que no impone a
otros, sino que determina condiciones de operación justificadas
que son aplicables para todos los locales que las personas
deseen utilizar para el desempeño de actividades profesionales,
industriales o comerciales en cuyo desarrollo existe la seguridad
de que personas no fumadoras no inhalarán humo de tabaco
ambiental. Además, como ocurre con la normativa de control
sanitario o de prevención de siniestros, el que los establecimientos
abiertos al público pueden estar desigualmente situados para
cumplir con la relativa a la protección de la salud de los no
fumadores no la convierte en discriminatoria.
Amparo en revisión 96/2009.

Época: Novena Época


Registro: 162705
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

SISTEMAS DE AHORRO PARA EL RETIRO. EL


ARTÍCULO 37 DE LA LEY RELATIVA QUE PREVÉ EL
RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS COMISIONES QUE POR SUS
SERVICIOS PODRÁN COBRAR LAS AFORES, NO VIOLA LAS
GARANTÍAS DE IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN
(LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL 22 DE ENERO DE
2009).

Las indicadas garantías, contenidas en el artículo 1o. de


la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, implican
que las autoridades no traten diferente a individuos en una misma
situación jurídica y proscriben cualquier distinción motivada por
razones de género, edad, condición social, religión u otra análoga
que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos y libertades de las personas. En ese
tenor, el artículo 37 de la Ley de los Sistemas de Ahorro para el
Retiro, al establecer el régimen jurídico de las comisiones que por
sus servicios podrán cobrar las Administradoras de Fondos para el
Retiro (Afores), no viola aquellas garantías constitucionales, pues
la comisión relativa se aplica sin distinción a todos los
trabajadores de quienes se maneja el fondo de su cuenta
individual de ahorro para el retiro conforme a la Afore que
eligieron, atendiendo a las políticas y criterios sobre la dispersión
máxima permitida en el sistema, entre la comisión más baja y la
más alta, mediante la definición de parámetros uniformes en
función de la economía nacional que tienden a lograr una
homogeneización para evitar un cobro excesivo, lo cual impide
que se trate de manera diferente a los trabajadores por la
administración de sus activos, con el imperativo legal de cobrar las
mismas comisiones por servicios similares sin discriminar a
trabajador alguno.

Amparo en revisión 481/2010.

Época: Décima Época


Registro: 2010624
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Común, Común
Tesis: 2a./J. 158/2015 (10a.)

141
142

Página: 359

SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN EL


JUICIO DE AMPARO LABORAL. LA CIRCUNSTANCIA DE QUE
SÓLO OPERE EN BENEFICIO DEL TRABAJADOR, NO
VULNERA EL DERECHO HUMANO DE IGUALDAD Y NO
DISCRIMINACIÓN.

El artículo 76 Bis, fracción IV, de la Ley de Amparo


vigente hasta el 2 de abril de 2013, sustituido por el numeral 79,
fracción V, de ley de la materia en vigor al día siguiente, al prever
expresamente que la suplencia de la queja deficiente en materia
laboral procede sólo a favor del trabajador, es producto de los
procesos históricos de reforma constitucional y legal, cuya
distinción de trato, en relación con el patrón, radica en que su
finalidad es solventar la desigualdad procesal de las partes y la
necesidad de proteger bienes básicos, derivado de que: a) el
artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y la Ley Federal del Trabajo regulan la relación laboral
como un derecho de clases; b) el patrón tiene mayores
posibilidades económicas, lo cual le permite acceder a los
servicios de mejores abogados y, al tener la administración de la
empresa, cuenta con una mejor posibilidad de allegarse medios
probatorios para el juicio; y, c) la protección a bienes elementales
tiene como base el hecho de que la subsistencia del trabajador y
de su familia, con todo lo que lleva implícito, depende de su
salario y prestaciones inherentes, razón que evidencia la
importancia que tiene para el trabajador un litigio derivado de la
relación laboral; motivo por el cual se le liberó de la obligación de
ser experto en tecnicismos jurídicos, lo que contribuyó, por un
lado, a que no se obstaculizara la impartición de justicia y, por
otro, a la salvaguarda de los derechos fundamentales
consagrados en el referido artículo 123 de la Carta Magna. En
esas condiciones, la Segunda Sala reitera el criterio de la
jurisprudencia 2a./J. 42/97 (*), en el sentido de que es
improcedente la suplencia de la queja deficiente a favor del
patrón, inclusive bajo el contexto constitucional sobre derechos
humanos imperante en el país, y en consecuencia, la
circunstancia de que sólo opere en beneficio del trabajador, no
vulnera el de igualdad y no discriminación, porque la distinción de
trato en referencia con el trabajador está plenamente justificada y,
por lo mismo, resulta proporcional, es decir, sí guarda una relación
razonable con el fin que se procura alcanzar, ya que tal
diferenciación constituye una acción positiva que tiene por objeto
medular compensar la situación desventajosa en que
históricamente se ha encontrado la clase trabajadora frente a la
patronal.

Amparo directo en revisión 725/2014.


Época: Décima Época
Registro: 2010623
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN EL


JUICIO DE AMPARO. DEBE ANALIZARSE ACORDE CON EL
MARCO SOBRE DERECHOS HUMANOS RESGUARDADO
POR EL ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, A PARTIR DE LA
REFORMA PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 10 DE JUNIO DE 2011.

En la tesis aislada 2a. LXXXII/2012 (10a.) (*), esta


Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
sustentó que si bien la reforma indicada implicó un cambio en el
sistema jurídico mexicano en relación con los tratados de
derechos humanos, así como con la interpretación más favorable
a la persona al orden constitucional -principio pro persona-, ello no
implica que los órganos jurisdiccionales nacionales dejen de llevar
a cabo sus atribuciones y facultades de impartir justicia en la
forma en que venían desempeñándolas antes de la reforma
citada, sino que dicho cambio sólo conlleva a que si en los
instrumentos internacionales existe una protección más benéfica
para la persona respecto de la institución jurídica que se analice,
ésta se aplique, sin que tal circunstancia signifique que dejen de
observarse los diversos principios constitucionales y legales que
rigen su función jurisdiccional. Bajo esa directriz, se advierte que
los artículos 7 y 8 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, y II de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, consagran la igualdad, en su acepción
universal, que debe existir entre todas las personas, sin distinción
alguna. Por su parte, la propia Sala en la diversa tesis aislada 2a.
XCII/2013 (10a.) (**), interpretó el artículo 25 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en el sentido de que prevé
un principio de reserva legal del orden interno del Estado parte,
con arreglo al cual se instrumentará el derecho al recurso,
reconociendo, en este aspecto, la prevalencia del orden interno.
Ahora bien, el principio de suplencia de la queja deficiente en el
juicio de amparo se erige como una institución de capital
importancia dentro de nuestro sistema jurídico, con características
particulares, con el fin de impedir la denegación de justicia por
razones de carácter meramente técnico-jurídicas; por ello, dicha
institución debe analizarse desde la perspectiva constitucional y
legal nacional, y es en función de ese examen interno como debe
contrastarse si efectivamente tal principio satisface el mandato
universal de igualdad, o si existe una justificación razonable en la
distinción de trato que respecto de ciertas personas o grupos
establece el artículo 76 Bis de la Ley de Amparo, vigente hasta el

143
144

2 de abril de 2013, sustituido por el precepto 79 en la ley de la


materia en vigor a partir del día siguiente.

Época: Décima Época


Registro: 2005824
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

TRABAJADORES DE CONFIANZA AL SERVICIO DEL


ESTADO. SU FALTA DE ESTABILIDAD EN EL EMPLEO NO ES
CONTRARIA A LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA
REPÚBLICA.

La Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos, en su artículo 1o., dispone que las personas gozarán
de los derechos humanos reconocidos en la propia Constitución
Federal y en los tratados internacionales. Ahora bien, si el
Constituyente Permanente no tuvo la intención de otorgar a los
trabajadores de confianza el derecho a la estabilidad en el
empleo, acorde con la interpretación que la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha hecho de la fracción
XIV del apartado B del artículo 123 de la Norma Suprema, la cual
únicamente les permite disfrutar de las medidas de protección al
salario y gozar de los beneficios de la seguridad social, entonces,
por principio ontológico, no puede contravenir la Constitución
General de la República, específicamente el derecho humano a la
estabilidad en el empleo previsto únicamente para los
trabajadores de base, en la fracción IX de los indicados precepto y
apartado, ni el de igualdad y no discriminación, porque la
diferencia entre trabajadores de confianza y de base al servicio del
Estado la prevé la propia Norma Fundamental.

Amparo directo 25/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2005107
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

TRABAJO PENITENCIARIO. EL ARTÍCULO 10,


PÁRRAFO SEGUNDO, DE LA LEY QUE ESTABLECE LAS
NORMAS MÍNIMAS SOBRE READAPTACIÓN SOCIAL DE
SENTENCIADOS, QUE PREVÉ UN DESCUENTO PARA EL
SOSTENIMIENTO DEL REO CON CARGO A LA PERCEPCIÓN
QUE TENGA COMO RESULTADO DE AQUÉL, VULNERA LOS
PRINCIPIOS DE IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN.

El citado precepto, al prever un descuento a la


percepción que el sentenciado tenga como resultado del trabajo
penitenciario, para destinarlo al pago de su sostenimiento,
conlleva un trato diferenciado entre los reclusos que no se
encuentra justificado; por el contrario, genera incertidumbre
acerca de las condiciones de vida de quienes, por no tener o,
inclusive, no realizar un trabajo penitenciario, no pudieran aportar
a su sostenimiento y, por ende, estuvieran privados del mínimo
vital. En ese tenor, el artículo 10, párrafo segundo, de la Ley que
establece las Normas Mínimas sobre Readaptación Social de
Sentenciados vulnera los principios de igualdad y no
discriminación contenidos en el artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en tanto genera
condiciones diferentes injustificadas entre los internos, con
diversos efectos negativos, pues quienes no realicen trabajo
penitenciario podrían tener condiciones menos favorables a las de
los internos que sí aporten para su sostenimiento, o bien, tener
acceso de cualquier modo a lo mínimo para ello, aunque no hayan
aportado como otros.

Acción de inconstitucionalidad 24/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2010675
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO


SEXO. LA DEFINICIÓN LEGAL DEL MATRIMONIO QUE
CONTENGA LA PROCREACIÓN COMO FINALIDAD DE ÉSTE,
VULNERA LOS PRINCIPIOS DE IGUALDAD Y NO
DISCRIMINACIÓN.

Las definiciones legales de matrimonio que contengan la


procreación como finalidad de éste, vulneran los principios de
igualdad y no discriminación contenidos en el artículo 1o. de la
Constitución, al excluir injustificadamente a las parejas del mismo
sexo de dicha institución, toda vez que no está directamente
conectada con dicha finalidad. Como lo ha sostenido esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Constitución protege a
la familia como realidad social, es decir, todas las formas y
manifestaciones de familia que existen en la sociedad, entre las
que se encuentran las homoparentales conformadas por padres
del mismo sexo con hijos (biológicos o adoptivos) o sin ellos. En
este sentido, la distinción resulta claramente sobreinclusiva
porque quedan comprendidas en la definición de matrimonio las
parejas heterosexuales que no acceden a esta institución con la
finalidad de procrear, lo que muestra la falta de idoneidad de la
medida para cumplir con la protección de la familia como realidad
social, y que se contrapone a lo sostenido por este alto tribunal en
el sentido de que ha desvinculado el matrimonio de la función
procreativa. Por otro lado, resulta subinclusiva porque excluye
injustificadamente del acceso al matrimonio a las parejas
homosexuales que están situadas en condiciones similares a las

145
146

parejas heterosexuales, lo que ocasiona que se les prive de


obtener los beneficios tangibles e intangibles que otorga dicha
institución a estas parejas y a los niños que decidan criar.

Época: Décima Época


Registro: 2010624
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Común, Común
Tesis: 2a./J. 158/2015 (10a.)
Página: 359

SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE EN EL


JUICIO DE AMPARO LABORAL. LA CIRCUNSTANCIA DE QUE
SÓLO OPERE EN BENEFICIO DEL TRABAJADOR, NO
VULNERA EL DERECHO HUMANO DE IGUALDAD Y NO
DISCRIMINACIÓN.

El artículo 76 Bis, fracción IV, de la Ley de Amparo


vigente hasta el 2 de abril de 2013, sustituido por el numeral 79,
fracción V, de ley de la materia en vigor al día siguiente, al prever
expresamente que la suplencia de la queja deficiente en materia
laboral procede sólo a favor del trabajador, es producto de los
procesos históricos de reforma constitucional y legal, cuya
distinción de trato, en relación con el patrón, radica en que su
finalidad es solventar la desigualdad procesal de las partes y la
necesidad de proteger bienes básicos, derivado de que: a) el
artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y la Ley Federal del Trabajo regulan la relación laboral
como un derecho de clases; b) el patrón tiene mayores
posibilidades económicas, lo cual le permite acceder a los
servicios de mejores abogados y, al tener la administración de la
empresa, cuenta con una mejor posibilidad de allegarse medios
probatorios para el juicio; y, c) la protección a bienes elementales
tiene como base el hecho de que la subsistencia del trabajador y
de su familia, con todo lo que lleva implícito, depende de su
salario y prestaciones inherentes, razón que evidencia la
importancia que tiene para el trabajador un litigio derivado de la
relación laboral; motivo por el cual se le liberó de la obligación de
ser experto en tecnicismos jurídicos, lo que contribuyó, por un
lado, a que no se obstaculizara la impartición de justicia y, por
otro, a la salvaguarda de los derechos fundamentales
consagrados en el referido artículo 123 de la Carta Magna. En
esas condiciones, la Segunda Sala reitera el criterio de la
jurisprudencia 2a./J. 42/97 (*), en el sentido de que es
improcedente la suplencia de la queja deficiente a favor del
patrón, inclusive bajo el contexto constitucional sobre derechos
humanos imperante en el país, y en consecuencia, la
circunstancia de que sólo opere en beneficio del trabajador, no
vulnera el de igualdad y no discriminación, porque la distinción de
trato en referencia con el trabajador está plenamente justificada y,
por lo mismo, resulta proporcional, es decir, sí guarda una relación
razonable con el fin que se procura alcanzar, ya que tal
diferenciación constituye una acción positiva que tiene por objeto
medular compensar la situación desventajosa en que
históricamente se ha encontrado la clase trabajadora frente a la
patronal.

D. Protocolos.

Haciendo realidad el derecho a la igualdad

E. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos.

B. Estereotipos y categorías sospechosas;

a. Definiciones
Estereotipo

Los estereotipos contienen explícita o implícitamente


juicios de valor negativos sobre los integrantes de un grupo social
determinado, ante lo cual se convierten en instrumentos para
descalificar y, en última instancia, para justificar acciones y
sucesos en su contra

Categoría sospechosa.

Cuando una norma contiene una distinción respecto de


los criterios enunciados en el último párrafo del artículo 1°
constitucional, que son: origen étnico, nacionalidad, género, edad,
discapacidad, condición social, salud, religión, opiniones,
preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra que atente
contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o
menoscabar los derechos y libertades de las personas, la
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha determinado que dicha
distinción genera en la norma una “categoría sospechosa”¸ ya que
sobre ellas pesa “la duda” de no estar acorde a la Constitución;
esto es, las leyes que las emplean para hacer alguna distinción se
ven afectadas por una presunción de inconstitucionalidad.

En ese sentido, es de destacarse que la Constitución no


prohíbe el uso de tales distinciones, lo que prohíbe es su uso
injustificado, es así que, el análisis de los distingos que utilizan
alguna categoría de las antes referidas, debe realizarse de
manera exhaustiva, ya que debe garantizar que tal proceder

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148

cuenta con una justificación válida acorde con la pretensión de la


norma.
Lo anterior encuentra su justificación en la jurisprudencia
emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, que dice:

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150

“IGUALDAD. CUANDO UNA LEY CONTENGA UNA


DISTINCIÓN BASADA EN UNA CATEGORÍA SOSPECHOSA,
EL JUZGADOR DEBE REALIZAR UN ESCRUTINIO ESTRICTO
A LA LUZ DE AQUEL PRINCIPIO. La Suprema Corte de Justicia
de la Nación ha sostenido que cuando una ley contiene una
distinción basada en una categoría sospechosa, es decir, en
alguno de los criterios enunciados en el último párrafo del artículo
1o. constitucional (el origen étnico o nacional, el género, la edad,
las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud,
la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil
o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por
objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las
personas), el juzgador debe realizar un escrutinio estricto de la
medida para examinar su constitucionalidad a la luz del principio
de igualdad, puesto que estas distinciones están afectadas de una
presunción de inconstitucionalidad. Si bien la Constitución no
prohíbe que el legislador utilice categorías sospechosas, el
principio de igualdad garantiza que sólo se empleen cuando exista
una justificación muy robusta para ello.” (Lo resaltado es propio)

En ese tenor, para analizar si la distinción establecida en


una norma cuenta con una justificación suficiente que logre
desvirtuar la presunción de inconstitucionalidad, el Máximo
Tribunal dispuso se tiene que realizar un examen al que ha
denominado “test de escrutinio estricto”, que implica los siguientes
planteamientos:

En primer lugar, debe examinarse si la distinción


realizada respecto de alguno de los criterios de igualdad
protegidos por la constitución cumple con una finalidad
constitucionalmente legítima.

En segundo lugar, debe analizarse si la distinción


legislativa está estrechamente vinculada con la finalidad
constitucional, esto es, si la medida está totalmente encaminada a
la consecución de la finalidad, para lo cual, atendiendo a lo
establecido por la doctrina y a diversas jurisprudencias emitidas
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se debe analizar si
la medida es:
a) Idónea: Consiste en la relación de causalidad, de tal
fin, entre el medio adoptado y el fin propuesto, es decir se trata de
un análisis relación medio-fin. Se exige que la medida impuesta
tenga un fin y que sea adecuada o idónea para el logro de dicho
fin, el cual no debe estar constitucionalmente prohibido y debe ser
socialmente relevante.

b) Necesaria: Busca si existen otros medios alternativos


adoptados que no sean gravosos o, al menos, que lo sean en
menor intensidad. Se trata del análisis de una relación medio-
medio, esto es, de una comparación entre medios; el optado y el o
los hipotéticos que hubieran podido adoptarse para alcanzar el
mismo fin, lo que implica que la distinción legislativa debe ser la
medida menos restrictiva para conseguir la finalidad imperiosa
desde el punto de vista constitucional.

c) Proporcional en sentido estricto: Implica una


comparación entre el grado de realización u optimización del fin
constitucional y la intensidad de la intervención del derecho. La
comparación de estas dos variables debe de efectuarse según la
denominada ley de ponderación, “cuanto mayor es el grado de la
no satisfacción o de la afectación de un principio, tanto mayor
tiene que ser la importancia de la satisfacción del otro, es decir,
están presentes dos elementos: la aceptación o no realización de
un principio y la satisfacción o realización del otro.”

Como fundamento de lo antes expuesto se cita la


jurisprudencia emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, de rubro y texto que rezan:
“CONSTITUCIONALIDAD DE DISTINCIONES LEGISLATIVAS
QUE SE APOYAN EN UNA CATEGORÍA SOSPECHOSA.
FORMA EN QUE DEBE APLICARSE EL TEST DE ESCRUTINIO
ESTRICTO. La constitucionalidad de las distinciones legislativas
que se apoyan en una categoría sospechosa debe analizarse a
través de un escrutinio estricto, pues para estimarse
constitucionales requieren de una justificación robusta que venza
la presunción de inconstitucionalidad que las afecta. Para ello, en
primer lugar, debe examinarse si la distinción basada en la
categoría sospechosa cumple con una finalidad imperiosa desde
el punto de vista constitucional, es decir, debe perseguir un
objetivo constitucionalmente importante y no simplemente una
finalidad constitucionalmente admisible. En segundo lugar, debe
analizarse si la distinción legislativa está estrechamente vinculada
con la finalidad constitucionalmente imperiosa, es decir, debe
estar totalmente encaminada a la consecución de la finalidad, sin
que pueda considerarse suficiente que esté potencialmente
conectada con tales objetivos. Finalmente, la distinción legislativa
debe ser la medida menos restrictiva para conseguir la finalidad
imperiosa desde el punto de vista constitucional.”

De igual modo, se cita la jurisprudencia emitida por la


citada Primera Sala del Alto Tribunal, que a la letra dispone:
“RESTRICCIONES A LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES. ELEMENTOS QUE EL JUEZ
CONSTITUCIONAL DEBE TOMAR EN CUENTA PARA
CONSIDERARLAS VÁLIDAS. Ningún derecho fundamental es
absoluto y en esa medida todos admiten restricciones. Sin
embargo, la regulación de dichas restricciones no puede ser
arbitraria. Para que las medidas emitidas por el legislador
ordinario con el propósito de restringir los derechos fundamentales
sean válidas, deben satisfacer al menos los siguientes requisitos:
a) ser admisibles dentro del ámbito constitucional, esto es, el
legislador ordinario sólo puede restringir o suspender el ejercicio
de las garantías individuales con objetivos que puedan

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152

enmarcarse dentro de las previsiones de la Carta Magna; b) ser


necesarias para asegurar la obtención de los fines que
fundamentan la restricción constitucional, es decir, no basta que la
restricción sea en términos amplios útil para la obtención de esos
objetivos, sino que debe ser la idónea para su realización, lo que
significa que el fin buscado por el legislador no se pueda alcanzar
razonablemente por otros medios menos restrictivos de derechos
fundamentales; y, c) ser proporcional, esto es, la medida
legislativa debe respetar una correspondencia entre la importancia
del fin buscado por la ley, y los efectos perjudiciales que produce
en otros derechos e intereses constitucionales, en el entendido de
que la persecución de un objetivo constitucional no puede hacerse
a costa de una afectación innecesaria o desmedida a otros bienes
y derechos constitucionalmente protegidos. Así, el juzgador debe
determinar en cada caso si la restricción legislativa a un derecho
fundamental es, en primer lugar, admisible dadas las previsiones
constitucionales, en segundo lugar, si es el medio necesario para
proteger esos fines o intereses constitucionalmente amparados, al
no existir opciones menos restrictivas que permitan alcanzarlos; y
en tercer lugar, si la distinción legislativa se encuentra dentro de
las opciones de tratamiento que pueden considerarse
proporcionales. De igual manera, las restricciones deberán estar
en consonancia con la ley, incluidas las normas internacionales de
derechos humanos, y ser compatibles con la naturaleza de los
derechos amparados por la Constitución, en aras de la
consecución de los objetivos legítimos perseguidos, y ser
estrictamente necesarias para promover el bienestar general en
una sociedad democrática.”

b. Tesis de la SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA


NACIÓN

Época: Décima Época


Registro: 2012586
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 34, Septiembre de 2016, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 14/2016 (10a.)
Página: 5

ADOPCIÓN. EL ARTÍCULO 19 DE LA LEY


REGULATORIA DE SOCIEDADES CIVILES DE CONVIVENCIA
DEL ESTADO DE CAMPECHE VIOLA EL PRINCIPIO DE
IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN.
El citado precepto, al excluir a los convivientes de la
posibilidad de ser considerados como adoptantes y de compartir la
patria potestad con base en la categoría sospechosa de estado
civil, viola el principio de igualdad y no discriminación. Además, la
carga discriminatoria de la norma es clara, pues la sociedad civil
de convivencia es el único estado civil en el Estado de Campeche
que tiene prohibido adoptar y compartir la patria potestad. Cabe
recordar que no toda diferencia en el trato hacia una persona o
grupo de personas es discriminatoria, que la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos no prohíbe el uso de categorías
sospechosas, sino su utilización de forma injustificada, y que el
escrutinio estricto de las distinciones basadas en las categorías
sospechosas garantiza que sólo serán constitucionales aquellas
que tengan una justificación muy robusta, cuestión que no sucede
con la norma referida.

Época: Décima Época


Registro: 2012589
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 34, Septiembre de 2016, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 10/2016 (10a.)
Página: 8

CATEGORÍA SOSPECHOSA. SU ESCRUTINIO.


Una vez establecido que la norma hace una distinción
basada en una categoría sospechosa -un factor prohibido de
discriminación- corresponde realizar un escrutinio estricto de la
medida legislativa. El examen de igualdad que debe realizarse en
estos casos es diferente al que corresponde a un escrutinio
ordinario. Para llevar a cabo el escrutinio estricto, en primer lugar,
debe examinarse si la distinción basada en la categoría
sospechosa cumple con una finalidad imperiosa desde el punto de
vista constitucional, sin que deba exigirse simplemente, como se
haría en un escrutinio ordinario, que se persiga una finalidad
constitucionalmente admisible, por lo que debe perseguir un
objetivo constitucionalmente importante; es decir, proteger un
mandato de rango constitucional. En segundo lugar, debe
analizarse si la distinción legislativa está estrechamente vinculada
con la finalidad constitucionalmente imperiosa. La medida
legislativa debe estar directamente conectada con la consecución
de los objetivos constitucionales antes señalados; es decir, la
medida debe estar totalmente encaminada a la consecución de la
finalidad, sin que se considere suficiente que esté potencialmente
conectada con tales objetivos. Por último, la distinción legislativa
debe ser la medida menos restrictiva posible para conseguir
efectivamente la finalidad imperiosa desde el punto de vista
constitucional.

Época: Décima Época


Registro: 2010595
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional

153
154

Tesis: 1a./J. 87/2015 (10a.)


Página: 109

CONSTITUCIONALIDAD DE DISTINCIONES
LEGISLATIVAS QUE SE APOYAN EN UNA CATEGORÍA
SOSPECHOSA. FORMA EN QUE DEBE APLICARSE EL TEST
DE ESCRUTINIO ESTRICTO.
La constitucionalidad de las distinciones legislativas que
se apoyan en una categoría sospechosa debe analizarse a través
de un escrutinio estricto, pues para estimarse constitucionales
requieren de una justificación robusta que venza la presunción de
inconstitucionalidad que las afecta. Para ello, en primer lugar,
debe examinarse si la distinción basada en la categoría
sospechosa cumple con una finalidad imperiosa desde el punto de
vista constitucional, es decir, debe perseguir un objetivo
constitucionalmente importante y no simplemente una finalidad
constitucionalmente admisible. En segundo lugar, debe analizarse
si la distinción legislativa está estrechamente vinculada con la
finalidad constitucionalmente imperiosa, es decir, debe estar
totalmente encaminada a la consecución de la finalidad, sin que
pueda considerarse suficiente que esté potencialmente conectada
con tales objetivos. Finalmente, la distinción legislativa debe ser la
medida menos restrictiva para conseguir la finalidad imperiosa
desde el punto de vista constitucional.

Época: Décima Época


Registro: 2010676
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 84/2015 (10a.)
Página: 186

MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO


SEXO. LAS NORMAS CIVILES QUE DEFINEN LA INSTITUCIÓN
DEL MATRIMONIO COMO LA QUE SE CELEBRA ENTRE UN
SOLO HOMBRE Y UNA SOLA MUJER, CONTIENEN UNA
DISTINCIÓN CON BASE EN UNA CATEGORÍA SOSPECHOSA.
Las normas civiles que definen al matrimonio como el celebrado
entre "un solo hombre y una sola mujer", y/o que establecen entre
sus objetivos que "se unen para perpetuar la especie", prevén una
distinción implícita entre las parejas conformadas por personas
heterosexuales y las conformadas por personas homosexuales,
pues mientras a las primeras se les permite el acceso al
matrimonio, a las segundas se les niega esa posibilidad. Así, para
poder establecer si existe una distinción implícita no es suficiente
saber quiénes tienen el poder normativo en cuestión, sino conocer
qué se les permite hacer a esas personas. Aunque este tipo de
normas concedan el poder normativo para casarse a cualquier
persona, con independencia de su preferencia sexual, si ese
poder únicamente puede ejercitarse para contraer matrimonio con
alguien del sexo opuesto, es indudable que sí comportan en
realidad una distinción basada en las preferencias sexuales,
porque una persona homosexual únicamente puede acceder al
mismo derecho que tiene una persona heterosexual, si niega su
orientación sexual, lo que es precisamente la característica que lo
define como tal. De lo anterior se concluye que este tipo de
normas se encuentran basadas implícitamente en una categoría
sospechosa, toda vez que la distinción que trazan para determinar
quiénes pueden utilizar el poder normativo para crear un vínculo
matrimonial se apoya en las preferencias sexuales de las
personas, las cuales constituyen uno de los criterios enunciados
en el último párrafo del artículo 1o. de la Constitución.

Época: Décima Época


Registro: 2010315
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 23, Octubre de 2015, Tomo II
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 66/2015 (10a.)
Página: 1462

IGUALDAD. CUANDO UNA LEY CONTENGA UNA


DISTINCIÓN BASADA EN UNA CATEGORÍA SOSPECHOSA,
EL JUZGADOR DEBE REALIZAR UN ESCRUTINIO ESTRICTO
A LA LUZ DE AQUEL PRINCIPIO. La Suprema Corte de Justicia
de la Nación ha sostenido que cuando una ley contiene una
distinción basada en una categoría sospechosa, es decir, en
alguno de los criterios enunciados en el último párrafo del artículo
1o. constitucional (el origen étnico o nacional, el género, la edad,
las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud,
la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil
o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por
objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las
personas), el juzgador debe realizar un escrutinio estricto de la
medida para examinar su constitucionalidad a la luz del principio
de igualdad, puesto que estas distinciones están afectadas de una
presunción de inconstitucionalidad. Si bien la Constitución no
prohíbe que el legislador utilice categorías sospechosas, el
principio de igualdad garantiza que sólo se empleen cuando exista
una justificación muy robusta para ello.

c. BÚSQUEDA DE JURISPRUDENCIAS DE LA SCJN,


DÉCIMA ÉPOCA, VOZ “ESTEREOTIPO*”

Época: Décima Época


Registro: 2011430
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia

155
156

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación


Libro 29, Abril de 2016, Tomo II
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 22/2016 (10a.)
Página: 836

ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE


IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA
DE GÉNERO.

Del reconocimiento de los derechos humanos a la


igualdad y a la no discriminación por razones de género, deriva
que todo órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en
una perspectiva de género, para lo cual, debe implementarse un
método en toda controversia judicial, aun cuando las partes no lo
soliciten, a fin de verificar si existe una situación de violencia o
vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir
justicia de manera completa e igualitaria. Para ello, el juzgador
debe tomar en cuenta lo siguiente: i) identificar primeramente si
existen situaciones de poder que por cuestiones de género den
cuenta de un desequilibrio entre las partes de la controversia; ii)
cuestionar los hechos y valorar las pruebas desechando cualquier
estereotipo o prejuicio de género, a fin de visualizar las
situaciones de desventaja provocadas por condiciones de sexo o
género; iii) en caso de que el material probatorio no sea suficiente
para aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad o
discriminación por razones de género, ordenar las pruebas
necesarias para visibilizar dichas situaciones; iv) de detectarse la
situación de desventaja por cuestiones de género, cuestionar la
neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el impacto
diferenciado de la solución propuesta para buscar una resolución
justa e igualitaria de acuerdo al contexto de desigualdad por
condiciones de género; v) para ello debe aplicar los estándares de
derechos humanos de todas las personas involucradas,
especialmente de los niños y niñas; y, vi) considerar que el
método exige que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje
basado en estereotipos o prejuicios, por lo que debe procurarse
un lenguaje incluyente con el objeto de asegurar un acceso a la
justicia sin discriminación por motivos de género.

Amparo directo en revisión 2655/2013.

BÚSQUEDA DE JURISPRUDENCIAS DE LA SCJN,


DÉCIMA ÉPOCA, VOZ “CATEGORÍA SOSPECHOSA”

Época: Décima Época


Registro: 2012586
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 34, Septiembre de 2016, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 14/2016 (10a.)
Página: 5

ADOPCIÓN. EL ARTÍCULO 19 DE LA LEY


REGULATORIA DE SOCIEDADES CIVILES DE CONVIVENCIA
DEL ESTADO DE CAMPECHE VIOLA EL PRINCIPIO DE
IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN.

El citado precepto, al excluir a los convivientes de la


posibilidad de ser considerados como adoptantes y de compartir la
patria potestad con base en la categoría sospechosa de estado
civil, viola el principio de igualdad y no discriminación. Además, la
carga discriminatoria de la norma es clara, pues la sociedad civil
de convivencia es el único estado civil en el Estado de Campeche
que tiene prohibido adoptar y compartir la patria potestad. Cabe
recordar que no toda diferencia en el trato hacia una persona o
grupo de personas es discriminatoria, que la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos no prohíbe el uso de categorías
sospechosas, sino su utilización de forma injustificada, y que el
escrutinio estricto de las distinciones basadas en las categorías
sospechosas garantiza que sólo serán constitucionales aquellas
que tengan una justificación muy robusta, cuestión que no sucede
con la norma referida.

Acción de inconstitucionalidad 8/2014.


.

Época: Décima Época


Registro: 2019227
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 63, Febrero de 2019, Tomo I
Materia(s): Administrativa, Constitucional, Constitucional
Tesis: 2a./J. 14/2019 (10a.)
Página: 831

AVIACIÓN CIVIL. LA MOTIVACIÓN LEGISLATIVA EN


LA EXPEDICIÓN DE LAS NORMAS QUE REGULAN LOS
DERECHOS DE LOS PASAJEROS NO DEBE SER
REFORZADA.

En la jurisprudencia P./J. 120/2009, de rubro:


"MOTIVACIÓN LEGISLATIVA. CLASES, CONCEPTO Y
CARACTERÍSTICAS.", el Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación consideró que la motivación legislativa puede ser
reforzada u ordinaria según se trate del valor que se encuentre en
juego y del derecho que se estime violado, aceptándose que la
primera se exige cuando se detecta alguna "categoría
sospechosa", es decir, algún acto legislativo en el que se ven
involucrados determinados valores constitucionales que
eventualmente pueden ponerse en peligro con la implementación

157
158

de la reforma o adición de que se trate, mientras que la segunda


tiene lugar cuando no existe peligro y, por tanto, no debe valorar
de una manera específica las circunstancias concretas del caso,
pues no subyace algún tipo de riesgo de merma en un derecho
fundamental, o bien, constitucionalmente análogo, sino que se da
en campos como el económico, el de la organización
administrativa del Estado y, en general, en donde no existe la
posibilidad de disminuir o excluir algún derecho fundamental. En
esa medida, las normas de la Ley de Aviación Civil que regulan
las compensaciones e indemnizaciones que deben pagar las
aerolíneas en beneficio de los pasajeros y otros derechos, no
requiere una motivación reforzada en cuanto al tipo de
afectaciones económicas que pudieran ocasionarse a las
aerolíneas, sino que basta que el legislador expusiera las razones
que lo condujeron a considerar necesario establecerles sanciones,
circunstancia que sí aconteció, pues en el procedimiento
legislativo respectivo se explicó la realidad del transporte aéreo en
el país, se evidenciaron las prácticas irregulares de las aerolíneas,
incluso violatorias de la libre competencia, y se expusieron incluso
estadísticas y valores demostrativos de las afectaciones causadas
a los consumidores o pasajeros.

Época: Décima Época


Registro: 2012589
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 34, Septiembre de 2016, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 10/2016 (10a.)
Página: 8

CATEGORÍA SOSPECHOSA. SU ESCRUTINIO.

Una vez establecido que la norma hace una distinción


basada en una categoría sospechosa -un factor prohibido de
discriminación- corresponde realizar un escrutinio estricto de la
medida legislativa. El examen de igualdad que debe realizarse en
estos casos es diferente al que corresponde a un escrutinio
ordinario. Para llevar a cabo el escrutinio estricto, en primer lugar,
debe examinarse si la distinción basada en la categoría
sospechosa cumple con una finalidad imperiosa desde el punto de
vista constitucional, sin que deba exigirse simplemente, como se
haría en un escrutinio ordinario, que se persiga una finalidad
constitucionalmente admisible, por lo que debe perseguir un
objetivo constitucionalmente importante; es decir, proteger un
mandato de rango constitucional. En segundo lugar, debe
analizarse si la distinción legislativa está estrechamente vinculada
con la finalidad constitucionalmente imperiosa. La medida
legislativa debe estar directamente conectada con la consecución
de los objetivos constitucionales antes señalados; es decir, la
medida debe estar totalmente encaminada a la consecución de la
finalidad, sin que se considere suficiente que esté potencialmente
conectada con tales objetivos. Por último, la distinción legislativa
debe ser la medida menos restrictiva posible para conseguir
efectivamente la finalidad imperiosa desde el punto de vista
constitucional.

Acción de inconstitucionalidad 8/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2010595
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 87/2015 (10a.)
Página: 109

CONSTITUCIONALIDAD DE DISTINCIONES
LEGISLATIVAS QUE SE APOYAN EN UNA CATEGORÍA
SOSPECHOSA. FORMA EN QUE DEBE APLICARSE EL TEST
DE ESCRUTINIO ESTRICTO.

La constitucionalidad de las distinciones legislativas que


se apoyan en una categoría sospechosa debe analizarse a través
de un escrutinio estricto, pues para estimarse constitucionales
requieren de una justificación robusta que venza la presunción de
inconstitucionalidad que las afecta. Para ello, en primer lugar,
debe examinarse si la distinción basada en la categoría
sospechosa cumple con una finalidad imperiosa desde el punto de
vista constitucional, es decir, debe perseguir un objetivo
constitucionalmente importante y no simplemente una finalidad
constitucionalmente admisible. En segundo lugar, debe analizarse
si la distinción legislativa está estrechamente vinculada con la
finalidad constitucionalmente imperiosa, es decir, debe estar
totalmente encaminada a la consecución de la finalidad, sin que
pueda considerarse suficiente que esté potencialmente conectada
con tales objetivos. Finalmente, la distinción legislativa debe ser la
medida menos restrictiva para conseguir la finalidad imperiosa
desde el punto de vista constitucional.

Amparo en revisión 581/2012

Época: Décima Época


Registro: 2012590
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 34, Septiembre de 2016, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 12/2016 (10a.)
Página: 9

159
160

ESTADO CIVIL. PUEDE HABER DISTINCIONES


ENTRE LOS DIFERENTES ESTADOS CIVILES SIEMPRE QUE
LA DISTINCIÓN NO SEA DISCRIMINATORIA.

Si bien pueden existir distinciones en los derechos y


obligaciones entre los diferentes estados civiles, corresponderá en
cada caso específico determinar si las distinciones realizadas son
o no discriminatorias. Así, por ejemplo, sería razonable que una
legislación local prevea distintos tipos de regímenes patrimoniales
entre matrimonio y concubinato, o que las formalidades para
entrar en o terminar uno u otro estado civil varíen. En todo caso,
las distinciones en los derechos y obligaciones realizadas en la ley
para los diferentes estados civiles deben ser analizadas
casuísticamente para determinar si las diferencias se basan en
categorías sospechosas y si aquéllas tienen justificación
constitucional.
.

Época: Décima Época


Registro: 2010315
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 23, Octubre de 2015, Tomo II
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 66/2015 (10a.)
Página: 1462

IGUALDAD. CUANDO UNA LEY CONTENGA UNA


DISTINCIÓN BASADA EN UNA CATEGORÍA SOSPECHOSA,
EL JUZGADOR DEBE REALIZAR UN ESCRUTINIO ESTRICTO
A LA LUZ DE AQUEL PRINCIPIO.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido


que cuando una ley contiene una distinción basada en una
categoría sospechosa, es decir, en alguno de los criterios
enunciados en el último párrafo del artículo 1o. constitucional (el
origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la
condición social, las condiciones de salud, la religión, las
opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier
otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto
anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas),
el juzgador debe realizar un escrutinio estricto de la medida para
examinar su constitucionalidad a la luz del principio de igualdad,
puesto que estas distinciones están afectadas de una presunción
de inconstitucionalidad. Si bien la Constitución no prohíbe que el
legislador utilice categorías sospechosas, el principio de igualdad
garantiza que sólo se empleen cuando exista una justificación muy
robusta para ello.

Amparo en revisión 581/2012.


Época: Décima Época
Registro: 2010676
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Civil
Tesis: 1a./J. 84/2015 (10a.)
Página: 186

MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO


SEXO. LAS NORMAS CIVILES QUE DEFINEN LA
INSTITUCIÓN DEL MATRIMONIO COMO LA QUE SE
CELEBRA ENTRE UN SOLO HOMBRE Y UNA SOLA
MUJER, CONTIENEN UNA DISTINCIÓN CON BASE EN
UNA CATEGORÍA SOSPECHOSA.

Las normas civiles que definen al matrimonio como el


celebrado entre "un solo hombre y una sola mujer", y/o que
establecen entre sus objetivos que "se unen para perpetuar la
especie", prevén una distinción implícita entre las parejas
conformadas por personas heterosexuales y las conformadas por
personas homosexuales, pues mientras a las primeras se les
permite el acceso al matrimonio, a las segundas se les niega esa
posibilidad. Así, para poder establecer si existe una distinción
implícita no es suficiente saber quiénes tienen el poder normativo
en cuestión, sino conocer qué se les permite hacer a esas
personas. Aunque este tipo de normas concedan el poder
normativo para casarse a cualquier persona, con independencia
de su preferencia sexual, si ese poder únicamente puede
ejercitarse para contraer matrimonio con alguien del sexo opuesto,
es indudable que sí comportan en realidad una distinción basada
en las preferencias sexuales, porque una persona homosexual
únicamente puede acceder al mismo derecho que tiene una
persona heterosexual, si niega su orientación sexual, lo que es
precisamente la característica que lo define como tal. De lo
anterior se concluye que este tipo de normas se encuentran
basadas implícitamente en una categoría sospechosa, toda vez
que la distinción que trazan para determinar quiénes pueden
utilizar el poder normativo para crear un vínculo matrimonial se
apoya en las preferencias sexuales de las personas, las cuales
constituyen uno de los criterios enunciados en el último párrafo del
artículo 1o. de la Constitución.

Amparo en revisión 581/2012.


Época: Novena Época
Registro: 165745
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta

161
162

Tomo XXX, Diciembre de 2009


Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 120/2009
Página: 1255

MOTIVACIÓN LEGISLATIVA. CLASES, CONCEPTO Y


CARACTERÍSTICAS.

Los tribunales constitucionales están llamados a revisar


la motivación de ciertos actos y normas provenientes de los
Poderes Legislativos. Dicha motivación puede ser de dos tipos:
reforzada y ordinaria. La reforzada es una exigencia que se
actualiza cuando se emiten ciertos actos o normas en los que
puede llegarse a afectar algún derecho fundamental u otro bien
relevante desde el punto de vista constitucional, y precisamente
por el tipo de valor que queda en juego, es indispensable que el
ente que emita el acto o la norma razone su necesidad en la
consecución de los fines constitucionalmente legítimos,
ponderando específicamente las circunstancias concretas del
caso. Tratándose de las reformas legislativas, esta exigencia es
desplegada cuando se detecta alguna "categoría sospechosa", es
decir, algún acto legislativo en el que se ven involucrados
determinados valores constitucionales que eventualmente pueden
ponerse en peligro con la implementación de la reforma o adición
de que se trate. En estos supuestos se estima que el legislador
debió haber llevado un balance cuidadoso entre los elementos
que considera como requisitos necesarios para la emisión de una
determinada norma o la realización de un acto, y los fines que
pretende alcanzar. Además, este tipo de motivación implica el
cumplimiento de los siguientes requisitos: a) La existencia de los
antecedentes fácticos o circunstancias de hecho que permitan
colegir que procedía crear y aplicar las normas correspondientes
y, consecuentemente, que está justificado que la autoridad haya
actuado en el sentido en el que lo hizo; y, b) La justificación
sustantiva, expresa, objetiva y razonable, de los motivos por los
que el legislador determinó la emisión del acto legislativo de que
se trate. Por otra parte, la motivación ordinaria tiene lugar cuando
no se presenta alguna "categoría sospechosa", esto es, cuando el
acto o la norma de que se trate no tiene que pasar por una
ponderación específica de las circunstancias concretas del caso
porque no subyace algún tipo de riesgo de merma de algún
derecho fundamental o bien constitucionalmente análogo. Este
tipo de actos, por regla general, ameritan un análisis poco estricto
por parte de la Suprema Corte, con el fin de no vulnerar la libertad
política del legislador. En efecto, en determinados campos -como
el económico, el de la organización administrativa del Estado y, en
general, en donde no existe la posibilidad de disminuir o excluir
algún derecho fundamental- un control muy estricto llevaría al
juzgador constitucional a sustituir la función de los legisladores a
quienes corresponde analizar si ese tipo de políticas son las
mejores o resultan necesarias. La fuerza normativa de los
principios democrático y de separación de poderes tiene como
consecuencia obvia que los otros órganos del Estado -y entre
ellos, el juzgador constitucional- deben respetar la libertad de
configuración con que cuentan los Congresos Locales, en el
marco de sus atribuciones. Así, si dichas autoridades tienen
mayor discrecionalidad en ciertas materias, eso significa que en
esos temas las posibilidades de injerencia del juez constitucional
son menores y, por ende, la intensidad de su control se ve
limitada. Por el contrario, en los asuntos en que el texto
constitucional limita la discrecionalidad del Poder Legislativo, la
intervención y control del tribunal constitucional debe ser mayor, a
fin de respetar el diseño establecido por ella. En esas situaciones,
el escrutinio judicial debe entonces ser más estricto, por cuanto el
orden constitucional así lo exige. Conforme a lo anterior, la
severidad del control judicial se encuentra inversamente
relacionada con el grado de libertad de configuración por parte de
los autores de la norma.

Controversia constitucional 32/2007.

Época: Décima Época


Registro: 2009726
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 21, Agosto de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 47/2015 (10a.)
Página: 394

NORMAS DISCRIMINATORIAS. NO ADMITEN


INTERPRETACIÓN CONFORME Y EXISTE OBLIGACIÓN DE
REPARAR.

Cuando una norma en sí misma discrimina a una


persona o grupo de personas que se ubican en una categoría
sospechosa, no es posible realizar una interpretación conforme,
pues dicha norma continuaría existiendo en su redacción, aun
siendo discriminatoria y contraria al artículo 1o. constitucional y a
las obligaciones internacionales contraídas por México en cuanto
a no discriminar con base en categorías sospechosas. Estas
obligaciones no pueden cumplirse mediante una interpretación
que varíe la base misma del concepto impugnado y que no
modifique la situación discriminatoria sufrida por dichas personas.
Un planteamiento como ese es incompatible con un Estado
constitucional de derecho que aspira a tratar con igual
consideración y respeto a todos sus ciudadanos y ciudadanas. Si
se considera que una norma es discriminatoria, la interpretación
conforme no repara dicha discriminación porque lo que buscan las
personas discriminadas es la cesación de la constante afectación
y su inclusión expresa en el régimen jurídico en cuestión; en otras

163
164

palabras, no sólo acceder a esa institución, sino suprimir el estado


de discriminación generada por el mensaje transmitido por la
norma. Así pues, el reconocimiento público del matrimonio entre
personas del mismo sexo, así como la inconstitucionalidad en la
enunciación en caso de no preverlo expresamente, sitúa a la
dignidad del ser humano más allá de los meros efectos restitutivos
y articula un entendimiento de dignidad que es fundamentalmente
transformativo y sustantivo.

Amparo en revisión 152/2013.

Época: Décima Época


Registro: 2012594
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 34, Septiembre de 2016, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 9/2016 (10a.)
Página: 112

PRINCIPIO DE IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN.


ALGUNOS ELEMENTOS QUE INTEGRAN EL PARÁMETRO
GENERAL.

El principio de igualdad y no discriminación permea todo


el ordenamiento jurídico. Cualquier tratamiento que resulte
discriminatorio respecto del ejercicio de cualquiera de los
derechos reconocidos en la Constitución es, per se, incompatible
con ésta. Es contraria toda situación que, por considerar superior
a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con algún privilegio, o
que, inversamente, por considerarlo inferior, sea tratado con
hostilidad o de cualquier forma se le discrimine del goce de
derechos que sí se reconocen a quienes no se consideran
incursos en tal situación. Sin embargo, es importante recordar que
no toda diferencia en el trato hacia una persona o grupo de
personas es discriminatoria, siendo jurídicamente diferentes la
distinción y la discriminación, ya que la primera constituye una
diferencia razonable y objetiva, mientras que la segunda
constituye una diferencia arbitraria que redunda en detrimento de
los derechos humanos. En igual sentido, la Constitución no
prohíbe el uso de categorías sospechosas, sino su utilización de
forma injustificada. No se debe perder de vista, además, que la
discriminación tiene como nota característica que el trato diferente
afecte el ejercicio de un derecho humano. El escrutinio estricto de
las distinciones basadas en las categorías sospechosas garantiza
que sólo serán constitucionales aquellas que tengan una
justificación muy robusta.

Acción de inconstitucionalidad 8/2014.


d. Protocolos.

No existen protocolos específicos del tema.

e. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos.

No existen criterios específicos del tema.

C. PERSPECTIVA DE GÉNERO

A. DEFINICIÓN

165
166

De acuerdo con la doctrina de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el tema, la
perspectiva de género constituye una categoría analítica -
concepto- que acoge las metodologías y mecanismos destinados
al estudio de las construcciones culturales y sociales entendidas
como propias para hombres y mujeres, es decir, lo que histórica,
social y culturalmente se ha entendido como "lo femenino" y "lo
masculino".
En estos términos, la obligación de las y los operadores
de justicia de juzgar con perspectiva de género puede resumirse
en su deber de impartir justicia sobre la base del reconocimiento
de la particular situación de desventaja en la cual históricamente
se han encontrado las mujeres -pero que no necesariamente está
presente en cada caso-, como consecuencia de la construcción
que socioculturalmente se ha desarrollado en torno a la posición y
al rol que debieran asumir, como un corolario inevitable de su
sexo.

La importancia de este reconocimiento estriba en que de


él surgirá la posibilidad de que quienes tengan encomendada la
función de impartir justicia, puedan identificar las discriminaciones
que de derecho o de hecho pueden sufrir hombres y mujeres, ya
sea directa o indirectamente, con motivo de la aplicación del
marco normativo e institucional mexicano.

Dicho de otra manera, la obligación de juzgar con


perspectiva de género exige a quienes imparten justicia que
actúen remediando los potenciales efectos discriminatorios que el
ordenamiento jurídico y las prácticas institucionales pueden tener
en detrimento de las personas, principalmente de las mujeres.

En estos términos, el contenido de la obligación en


comento pueden resumirse de la siguiente forma:

1) Aplicabilidad: es intrínseca a la labor jurisdiccional, de


modo que no debe mediar petición de parte, la cual comprende
obligaciones específicas en casos graves de violencia contra las
mujeres, y se refuerza aún más en el marco de contextos de
violencia contra éstas; y,

2) Metodología: el juzgador debe tomar en cuenta lo


siguiente:

i) identificar primeramente si existen situaciones de


poder que por cuestiones de género den cuenta de un
desequilibrio entre las partes de la controversia;

ii) cuestionar los hechos y valorar las pruebas


desechando cualquier estereotipo o prejuicio de género, a fin de
visualizar las situaciones de desventaja provocadas por
condiciones de sexo o género;

iii) en caso de que el material probatorio no sea


suficiente para aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad o
discriminación por razones de género, ordenar las pruebas
necesarias para visibilizar dichas situaciones;

iv) de detectarse la situación de desventaja por


cuestiones de género, cuestionar la neutralidad del derecho

167
168

aplicable, así como evaluar el impacto diferenciado de la solución


propuesta para buscar una resolución justa e igualitaria de
acuerdo al contexto de desigualdad por condiciones de género;

V) para ello debe aplicar los estándares de derechos


humanos de todas las personas involucradas, especialmente de
los niños y niñas; y,

VI) considerar que el método exige que, en todo


momento, se evite el uso del lenguaje basado en estereotipos o
prejuicios, por lo que debe procurarse un lenguaje incluyente con
el objeto de asegurar un acceso a la justicia sin discriminación por
motivos de género.

b. Tesis DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA


NACIÓN

Época: Décima Época


Registro: 2010675
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 25, Diciembre de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 85/2015 (10a.)
Página: 184

MATRIMONIO ENTRE PERSONAS DEL MISMO


SEXO. LA DEFINICIÓN LEGAL DEL MATRIMONIO QUE
CONTENGA LA PROCREACIÓN COMO FINALIDAD DE ÉSTE,
VULNERA LOS PRINCIPIOS DE IGUALDAD Y NO
DISCRIMINACIÓN.
Las definiciones legales de matrimonio que contengan la
procreación como finalidad de éste, vulneran los principios de
igualdad y no discriminación contenidos en el artículo 1o. de la
Constitución, al excluir injustificadamente a las parejas del mismo
sexo de dicha institución, toda vez que no está directamente
conectada con dicha finalidad. Como lo ha sostenido esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Constitución protege a
la familia como realidad social, es decir, todas las formas y
manifestaciones de familia que existen en la sociedad, entre las
que se encuentran las homoparentales conformadas por padres
del mismo sexo con hijos (biológicos o adoptivos) o sin ellos. En
este sentido, la distinción resulta claramente sobreinclusiva
porque quedan comprendidas en la definición de matrimonio las
parejas heterosexuales que no acceden a esta institución con la
finalidad de procrear, lo que muestra la falta de idoneidad de la
medida para cumplir con la protección de la familia como realidad
social, y que se contrapone a lo sostenido por este alto tribunal en
el sentido de que ha desvinculado el matrimonio de la función
procreativa. Por otro lado, resulta subinclusiva porque excluye
injustificadamente del acceso al matrimonio a las parejas
homosexuales que están situadas en condiciones similares a las
parejas heterosexuales, lo que ocasiona que se les prive de
obtener los beneficios tangibles e intangibles que otorga dicha
institución a estas parejas y a los niños que decidan criar.

Época: Décima Época


Registro: 2014508
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 43, Junio de 2017, Tomo II
Materia(s): Laboral
Tesis: 2a./J. 66/2017 (10a.)
Página: 1159

OFRECIMIENTO DE TRABAJO. AUN CUANDO SE


CONSIDERE DE BUENA FE, NO DEBE TOMARSE EN CUENTA
PARA LA DISTRIBUCIÓN DE LAS CARGAS PROBATORIAS
CUANDO EL DESPIDO SE DA DURANTE EL PERIODO DE
EMBARAZO DE LA TRABAJADORA, AL CONSTITUIR UN
TEMA QUE OBLIGA A JUZGAR CON PERSPECTIVA DE
GÉNERO.
Si bien la mujer embarazada goza de ciertos derechos y
prerrogativas que le reconocen la Constitución y las leyes, debido
a su condición física y social en esta etapa de su vida y con
posterioridad al nacimiento de sus hijos, lo cierto es que en la
realidad muchas mujeres enfrentan la falta de estabilidad en el
empleo, por la carga que supone para algunas empresas el
otorgar una licencia de maternidad, que les obligan a suplir a la
empleada embarazada con los consiguientes costos, tanto como
en la etapa posparto y de lactancia, por las prerrogativas que la
ley impone conceder a las madres trabajadoras. Ante esta
situación de mayor vulnerabilidad, esta Segunda Sala determina
que estos casos ameritan aplicar la herramienta de perspectiva de
género, que implica reconocer la realidad socio-cultural en que se
desenvuelve la mujer y eliminar las barreras y obstáculos que la
colocan en una situación de desventaja en un momento en que de
manera particular requiere gozar de la atención médica necesaria
del periodo pre y postnatal y de las demás prestaciones de
seguridad social que garanticen el bienestar del menor, lo que
exige una mayor y particular protección del Estado, con el
propósito de lograr una garantía real y efectiva de sus derechos.
En este sentido, el reconocimiento de los derechos de la mujer a
una vida libre de violencia y discriminación, y de acceso a la
justicia en condiciones de igualdad, exige que todos los órganos
jurisdiccionales del país impartan justicia con perspectiva de
género, por lo que las mujeres trabajadoras deben ser protegidas
de manera especial durante los periodos de embarazo y licencia
postnatal, pues por ese solo hecho sufren discriminación laboral,
lo cual incide en una violación sistemática a sus derechos
humanos, al limitar su ejercicio en los relativos al trabajo, a la

169
170

seguridad social, a la salud y a un proyecto de vida. Por tanto, en


cumplimiento al deber de juzgar con perspectiva de género,
cuando el motivo alegado por la trabajadora sea un acto
discriminatorio, como el consistente en que el patrón haya dado
terminación a la relación de trabajo, porque aquélla se encuentra
embarazada o en periodo de licencia postnatal y, posteriormente,
en el juicio laboral ofrezca el empleo, el efecto de revertir la carga
probatoria carece de operatividad, pues ante la desventaja de la
mujer trabajadora el patrón pierde este beneficio procesal y rige la
regla general de que a la demandada corresponde la carga de la
prueba de acreditar la inexistencia del despido por ese motivo
discriminatorio; esta determinación coloca a las partes en la
misma posición de acreditar el despido reclamado, es decir, opera
la regla general de que corresponde al patrón allegar todos los
medios de convicción necesarios al contar con mayores recursos
para ello. Así, la prueba de que los motivos del despido no se
encuentran relacionados con el embarazo de la trabajadora
corresponde al patrón, e independientemente de que el
ofrecimiento de trabajo se considere de buena fe, éste pierde el
beneficio procesal de revertir la carga probatoria a la trabajadora
embarazada o en periodo de licencia postnatal.

Época: Décima Época


Registro: 2011430
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 29, Abril de 2016, Tomo II
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 22/2016 (10a.)
Página: 836

ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE


IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA
DE GÉNERO.
Del reconocimiento de los derechos humanos a la
igualdad y a la no discriminación por razones de género, deriva
que todo órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en
una perspectiva de género, para lo cual, debe implementarse un
método en toda controversia judicial, aun cuando las partes no lo
soliciten, a fin de verificar si existe una situación de violencia o
vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir
justicia de manera completa e igualitaria. Para ello, el juzgador
debe tomar en cuenta lo siguiente: i) identificar primeramente si
existen situaciones de poder que por cuestiones de género den
cuenta de un desequilibrio entre las partes de la controversia; ii)
cuestionar los hechos y valorar las pruebas desechando cualquier
estereotipo o prejuicio de género, a fin de visualizar las
situaciones de desventaja provocadas por condiciones de sexo o
género; iii) en caso de que el material probatorio no sea suficiente
para aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad o
discriminación por razones de género, ordenar las pruebas
necesarias para visibilizar dichas situaciones; iv) de detectarse la
situación de desventaja por cuestiones de género, cuestionar la
neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el impacto
diferenciado de la solución propuesta para buscar una resolución
justa e igualitaria de acuerdo al contexto de desigualdad por
condiciones de género; v) para ello debe aplicar los estándares de
derechos humanos de todas las personas involucradas,
especialmente de los niños y niñas; y, vi) considerar que el
método exige que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje
basado en estereotipos o prejuicios, por lo que debe procurarse
un lenguaje incluyente con el objeto de asegurar un acceso a la
justicia sin discriminación por motivos de género.

c. BÚSQUEDA DE JURISPRUDENCIAS DE LA SCJN,


DÉCIMA ÉPOCA, VOZ “PERSPECTIVA GÉNERO”

Época: Décima Época


Registro: 2011430
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 29, Abril de 2016, Tomo II
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 22/2016 (10a.)
Página: 836

ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE


IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA
DE GÉNERO.

Del reconocimiento de los derechos humanos a la


igualdad y a la no discriminación por razones de género, deriva
que todo órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en
una perspectiva de género, para lo cual, debe implementarse un
método en toda controversia judicial, aun cuando las partes no lo
soliciten, a fin de verificar si existe una situación de violencia o
vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir
justicia de manera completa e igualitaria. Para ello, el juzgador
debe tomar en cuenta lo siguiente: i) identificar primeramente si
existen situaciones de poder que por cuestiones de género den
cuenta de un desequilibrio entre las partes de la controversia; ii)
cuestionar los hechos y valorar las pruebas desechando cualquier
estereotipo o prejuicio de género, a fin de visualizar las
situaciones de desventaja provocadas por condiciones de sexo o
género; iii) en caso de que el material probatorio no sea suficiente
para aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad o
discriminación por razones de género, ordenar las pruebas
necesarias para visibilizar dichas situaciones; iv) de detectarse la
situación de desventaja por cuestiones de género, cuestionar la
neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el impacto

171
172

diferenciado de la solución propuesta para buscar una resolución


justa e igualitaria de acuerdo al contexto de desigualdad por
condiciones de género; v) para ello debe aplicar los estándares de
derechos humanos de todas las personas involucradas,
especialmente de los niños y niñas; y, vi) considerar que el
método exige que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje
basado en estereotipos o prejuicios, por lo que debe procurarse
un lenguaje incluyente con el objeto de asegurar un acceso a la
justicia sin discriminación por motivos de género.

Amparo directo en revisión 2655/2013.


Época: Décima Época
Registro: 2014099
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 41, Abril de 2017, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 30/2017 (10a.)
Página: 789

DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD ENTRE EL


VARÓN Y LA MUJER. SU ALCANCE CONFORME A LO
PREVISTO EN EL ARTÍCULO 4o. DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Y EN LOS
TRATADOS INTERNACIONALES.

Al disponer el citado precepto constitucional, el derecho


humano a la igualdad entre el varón y la mujer, establece una
prohibición para el legislador de discriminar por razón de género,
esto es, frente a la ley deben ser tratados por igual, es decir,
busca garantizar la igualdad de oportunidades para que la mujer
intervenga activamente en la vida social, económica, política y
jurídica del país, sin distinción alguna por causa de su sexo, dada
su calidad de persona; y también comprende la igualdad con el
varón en el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de
responsabilidades. En ese sentido, la pretensión de elevar a la
mujer al mismo plano de igualdad que el varón, estuvo precedida
por el trato discriminatorio que a aquélla se le daba en las
legislaciones secundarias, federales y locales, que le impedían
participar activamente en las dimensiones anotadas y asumir, al
igual que el varón, tareas de responsabilidad social pública. Así, la
reforma al artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, da la pauta para modificar todas aquellas leyes
secundarias que incluían modos sutiles de discriminación. Por otro
lado, el marco jurídico relativo a este derecho humano desde la
perspectiva convencional del sistema universal, comprende los
artículos 1 y 2 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, así como 2, 3 y 26 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos; y desde el sistema convencional interamericano
destacan el preámbulo y el artículo II de la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre, así como 1 y 24 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Época: Novena Época


Registro: 159852
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional, Administrativa
Tesis: P./J. 16/2013 (9a.)
Página: 150

FINANCIAMIENTO PÚBLICO ORDINARIO. EL


ARTÍCULO 58, NUMERAL 5, DE LA LEY ELECTORAL DEL
ESTADO DE CHIHUAHUA QUE ESTABLECE QUE PARA LA
CAPACITACIÓN, PROMOCIÓN Y DESARROLLO DEL
LIDERAZGO POLÍTICO DE LAS MUJERES, CADA PARTIDO
DEBERÁ DESTINAR ANUALMENTE EL 2% DE AQUÉL, NO SE
CONTRAPONE CON EL DIVERSO PRECEPTO 41, NUMERAL 1,
INCISO A), DEL CITADO ORDENAMIENTO QUE PREVÉ LA
OBLIGACIÓN DE LOS PARTIDOS DE CANALIZAR EL 15% DEL
FINANCIAMIENTO PÚBLICO PARA ACTIVIDADES
ORDINARIAS PERMANENTES QUE IMPULSEN MECANISMOS
EN MATERIA DE GÉNERO.

De los citados preceptos se advierte que ambos


establecen reglas tendentes a garantizar la participación de las
mujeres en la vida política del Estado de Chihuahua bajo dos
vertientes. Así, el artículo 41 prevé como obligación de los
partidos políticos la de canalizar el 15% del financiamiento público
para actividades ordinarias permanentes que impulsen
mecanismos en materia de perspectiva de género, de donde se
sigue que lógicamente está enfocado en apoyar dicha
perspectiva; a diferencia de lo dispuesto en el artículo 58 que fija
las bases del financiamiento público anual que reciben los partidos
políticos, señalando en su numeral 5 que para la capacitación,
promoción y el desarrollo del liderazgo político de las mujeres,
cada partido deberá destinar anualmente el 2% del financiamiento
público ordinario, es decir, esta última es una regla expresa y
desde luego diferente a la que se contempla en el artículo 41,
pues el porcentaje del 2% se refiere a la capacitación, promoción
y desarrollo del liderazgo político de las mujeres y el primer
porcentaje mencionado se refiere en general al financiamiento
para actividades ordinarias permanentes con el fin de impulsar
mecanismos en materia de perspectiva de género. En
consecuencia, esas normas no se contraponen, sino que forman
parte del sistema legal que tiende a garantizar el apoyo de las
mujeres en las actividades políticas del Estado de Chihuahua,
aunado a que no se aprecia la existencia de reglas
discriminatorias en contra de aquéllas, sino por el contrario, de

173
174

disposiciones que procuran su participación en la vida


democrática de la entidad.

Acción de inconstitucionalidad 63/2009

Época: Novena Época


Registro: 159849
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Libro XX, Mayo de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 14/2013 (9a.)
Página: 155

IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN. LOS


ARTÍCULOS 16, NUMERAL 3, PÁRRAFO SEGUNDO Y 131,
NUMERAL 3, DE LA LEY ELECTORAL DEL ESTADO DE
CHIHUAHUA, AL SEÑALAR QUE QUEDAN EXCEPTUDAS DEL
PORCENTAJE DE CUOTAS DE GÉNERO AQUELLAS
CANDIDATURAS QUE SEAN RESULTADO DE UN PROCESO
DE ELECCIÓN DEMOCRÁTICO, CONFORME A LOS
ESTATUTOS DE CADA PARTIDO, NO VULNERAN ESOS
PRINCIPIOS.

Los indicados preceptos, al prever excepciones al


porcentaje de cuotas de género en relación con las candidaturas
de diputados de mayoría relativa cuando provengan de un
proceso de elección democrática contenido en los estatutos de
cada partido político, no vulneran los principios de igualdad y no
discriminación por razón de género. Lo anterior es así, ya que
conforme al artículo 41, base I, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, los partidos políticos como entidades
de interés público, tienen libertad de auto-organización, lo que
implica que con el fin de promover la participación del pueblo en la
vida democrática, en sus estatutos pueden fijar los programas,
principios e ideas que los conformen como institutos políticos, de
ahí que el legislador les reconozca dicha libertad de organización,
con la obligación de que con sus estipulaciones no vulneren el
contenido esencial de los derechos políticos y otros derechos
fundamentales, como los de igualdad y no discriminación. Así, en
los artículos 40, numeral 1, inciso d) y 41, numeral 1, inciso a),
párrafo segundo, de la Ley Electoral del Estado de Chihuahua, se
establece como un derecho de los partidos políticos organizar
procesos internos para seleccionar y postular candidatos en las
elecciones de la entidad, procurando promover conforme a su
normativa interna, una mayor participación de las mujeres en la
vida política del Estado, a través de su postulación a cargos de
elección popular; y como obligación la consistente en que deberán
integrar en sus candidaturas una participación equilibrada de
ambos sexos, promoviendo la participación del pueblo en la vida
democrática bajo una perspectiva de género, es decir, tomando
todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación y la
injusticia hacia las mujeres. Esto es, si los partidos políticos, en
ejercicio de su libertad auto-organizativa e ideológica reconocida
en el artículo 41, base I, de la Constitución Federal, tienen la
facultad de establecer las normas estatutarias que regirán la vida
al interior de esos institutos políticos, así como el derecho de
organizar los procesos internos para la selección y postulación de
sus candidatos a puestos de elección popular, es claro que sus
formas de elección democrática y principalmente el respeto a
dichos procesos, no se traduce en la existencia de reglas que
atenten contra el principio de equidad de género y la no
discriminación, pues la Constitución Federal no prevé porcentajes
mínimos o máximos de participación política entre ambos sexos,
además de que los estatutos de cada partido político sólo deben
cumplir con los principios democráticos que desde luego prevé la
Carta Magna.

Acción de inconstitucionalidad 63/2009 y sus


acumuladas 64/2009 y 65/2009.

Época: Décima Época


Registro: 2014508
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 43, Junio de 2017, Tomo II
Materia(s): Laboral
Tesis: 2a./J. 66/2017 (10a.)
Página: 1159

OFRECIMIENTO DE TRABAJO. AUN CUANDO SE


CONSIDERE DE BUENA FE, NO DEBE TOMARSE EN CUENTA
PARA LA DISTRIBUCIÓN DE LAS CARGAS PROBATORIAS
CUANDO EL DESPIDO SE DA DURANTE EL PERIODO DE
EMBARAZO DE LA TRABAJADORA, AL CONSTITUIR UN
TEMA QUE OBLIGA A JUZGAR CON PERSPECTIVA DE
GÉNERO.

Si bien la mujer embarazada goza de ciertos derechos y


prerrogativas que le reconocen la Constitución y las leyes, debido
a su condición física y social en esta etapa de su vida y con
posterioridad al nacimiento de sus hijos, lo cierto es que en la
realidad muchas mujeres enfrentan la falta de estabilidad en el
empleo, por la carga que supone para algunas empresas el
otorgar una licencia de maternidad, que les obligan a suplir a la
empleada embarazada con los consiguientes costos, tanto como
en la etapa posparto y de lactancia, por las prerrogativas que la
ley impone conceder a las madres trabajadoras. Ante esta
situación de mayor vulnerabilidad, esta Segunda Sala determina
que estos casos ameritan aplicar la herramienta de perspectiva de

175
176

género, que implica reconocer la realidad socio-cultural en que se


desenvuelve la mujer y eliminar las barreras y obstáculos que la
colocan en una situación de desventaja en un momento en que de
manera particular requiere gozar de la atención médica necesaria
del periodo pre y postnatal y de las demás prestaciones de
seguridad social que garanticen el bienestar del menor, lo que
exige una mayor y particular protección del Estado, con el
propósito de lograr una garantía real y efectiva de sus derechos.
En este sentido, el reconocimiento de los derechos de la mujer a
una vida libre de violencia y discriminación, y de acceso a la
justicia en condiciones de igualdad, exige que todos los órganos
jurisdiccionales del país impartan justicia con perspectiva de
género, por lo que las mujeres trabajadoras deben ser protegidas
de manera especial durante los periodos de embarazo y licencia
postnatal, pues por ese solo hecho sufren discriminación laboral,
lo cual incide en una violación sistemática a sus derechos
humanos, al limitar su ejercicio en los relativos al trabajo, a la
seguridad social, a la salud y a un proyecto de vida. Por tanto, en
cumplimiento al deber de juzgar con perspectiva de género,
cuando el motivo alegado por la trabajadora sea un acto
discriminatorio, como el consistente en que el patrón haya dado
terminación a la relación de trabajo, porque aquélla se encuentra
embarazada o en periodo de licencia postnatal y, posteriormente,
en el juicio laboral ofrezca el empleo, el efecto de revertir la carga
probatoria carece de operatividad, pues ante la desventaja de la
mujer trabajadora el patrón pierde este beneficio procesal y rige la
regla general de que a la demandada corresponde la carga de la
prueba de acreditar la inexistencia del despido por ese motivo
discriminatorio; esta determinación coloca a las partes en la
misma posición de acreditar el despido reclamado, es decir, opera
la regla general de que corresponde al patrón allegar todos los
medios de convicción necesarios al contar con mayores recursos
para ello. Así, la prueba de que los motivos del despido no se
encuentran relacionados con el embarazo de la trabajadora
corresponde al patrón, e independientemente de que el
ofrecimiento de trabajo se considere de buena fe, éste pierde el
beneficio procesal de revertir la carga probatoria a la trabajadora
embarazada o en periodo de licencia postnatal.

Contradicción de tesis 422/2016.


.
.
d. Protocolos.

Haciendo realidad el derecho a la igualdad

e. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos.

México.
D. GRUPOS EN SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD:
MIGRANTES, NIÑEZ E INDÍGENAS.

a. Definición
Definición utilizada por la Comisión de Atención a
Grupos Vulnerables: Persona o grupo que por sus características
de desventaja por edad, sexo, estado civil; nivel educativo, origen
étnico, situación o condición física y/o mental; requieren de un
esfuerzo adicional para incorporarse al desarrollo y a la
convivencia.
La Ley General de Desarrollo Social define como grupos
sociales en situación de vulnerabilidad a “aquellos núcleos de
población y personas que por diferentes factores o la combinación
de ellos, enfrentan situaciones de riesgo o discriminación que les
impiden alcanzar mejores niveles de vida y, por lo tanto, requieren
de la atención e inversión del Gobierno para lograr su bienestar”.
[ix]
El artículo 4 de la Ley de Asistencia Social señala que
tienen derecho a la asistencia social los individuos y familias que
por sus condiciones físicas, mentales, jurídicas, o sociales,
requieran de servicios especializados para su protección y su
plena integración al bienestar.

177
178

Con base en lo anterior, son sujetos de la asistencia


social, preferentemente:
I. Todas las niñas, niños y adolescentes, en especial
aquellos que se encuentren en situación de riesgo o afectados
por:
a) Desnutrición;
b) Deficiencias en su desarrollo físico o mental, o
cuando éste sea afectado por condiciones familiares adversas;
c) Maltrato o abuso;
d) Abandono, ausencia o irresponsabilidad de
progenitores en el cumplimiento y garantía de sus derechos;
e) Ser víctimas de cualquier tipo de explotación;
f) Vivir en la calle;
g) Ser víctimas del tráfico de personas, la pornografía y
el comercio sexual;
h) Trabajar en condiciones que afecten su desarrollo e
integridad física y mental;
i) Infractores y víctimas del delito;
j) Ser hijos de padres que padezcan enfermedades
terminales o en condiciones de extrema pobreza;
k) Ser migrantes y repatriados, y
l) Ser víctimas de conflictos armados y de persecución
étnica o religiosa.
Para los efectos de esta Ley son niñas y niños las
personas hasta 12 años incompletos, y adolescentes los que
tienen entre 12 años cumplidos y 18 años incumplidos, tal como lo
establece el Artículo 2 de la Ley para la Protección de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
II. Las mujeres:
a) En estado de gestación o lactancia y las madres
adolescentes;
b) En situación de maltrato o abandono, y
c) En situación de explotación, incluyendo la sexual.
III. Indígenas migrantes, desplazados o en situación
vulnerable;
IV. Migrantes;
V. Adultos mayores en desamparo, incapacidad,
marginación o sujetos a maltrato;
VI. Personas con algún tipo de discapacidad o
necesidades especiales;
VII. Dependientes de personas privadas de su libertad,
de enfermos terminales, de alcohólicos o de fármaco
dependientes;
VIII. Víctimas de la comisión de delitos;
IX. Indigentes;
X. Alcohólicos y fármaco dependientes;
XI. Coadyuvar en asistencia a las personas afectadas
por desastres naturales, y
XII. Los demás sujetos considerados en otras
disposiciones jurídicas aplicables.
En México el término "capacidades diferentes" apareció
en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en
su artículo primero, a raíz de la reforma constitucional en materia
indígena publicada en el Diario Oficial de la Federación el 14 de
agosto de 2001, posteriormente el 5 de noviembre de 2004, la
Comisión de Puntos Constitucionales de la honorable Cámara de
Diputados dictaminó la iniciativa con proyecto de decreto que
reformó el párrafo segundo del artículo 1 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, con objeto de sustituir
el término "capacidades diferentes" por el término "discapacidad",
publicándose esta reforma constitucional en el Diario Oficial de la
Federación el 4 de diciembre de 2006.

179
180

La Convención de los Derechos de las Personas con


Discapacidad señala que este grupo de población incluye a las
personas que tienen deficiencias físicas, mentales, intelectuales o
sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras,
pueden impedir su participación plena y efectiva en la sociedad,
en igualdad de condiciones con los demás.

B. TESIS SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA


NACIÓN
INDÍGENAS.

Época: Décima Época


Registro: 2005030
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 1, Diciembre de 2013, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: 1a./J. 60/2013 (10a.)
Página: 283

PERSONAS INDÍGENAS. INTERPRETACIÓN DEL


DERECHO FUNDAMENTAL DE SER ASISTIDOS POR
INTÉRPRETES Y DEFENSORES QUE TENGAN
CONOCIMIENTO DE SU LENGUA Y CULTURA.

Cuando personas indígenas están vinculadas en un


proceso del orden penal, el estándar para analizar si existió
acceso pleno a la jurisdicción del Estado no es igual al que aplica
en cualquier proceso judicial, pues sus especificidades culturales
obligan a todas las autoridades a implementar y conducir procesos
sensibles a tales particularidades. En ese sentido, el artículo 2o.,
apartado A, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, consagra a favor de aquéllas el derecho a que
en todos los juicios y procedimientos en que sean parte, individual
o colectivamente, se tomen en cuenta sus costumbres y
especificidades culturales. Además, establece que: "... tienen en
todo tiempo el derecho a ser asistidos por intérpretes y defensores
que tengan conocimiento de su lengua y cultura", lo cual
constituye un mecanismo óptimo para una defensa adecuada y,
por tanto, el pleno acceso a la justicia en favor de este sector
históricamente vulnerable, así como la mejor manera de reducir la
distancia cultural que de facto opera entre una persona indígena y
las reglas de un sistema judicial inspirado en códigos que no
comparten determinadas minorías culturales. Ahora bien, la citada
porción normativa que prevé el derecho fundamental a que la
persona indígena sea asistida por "intérpretes y defensores que
tengan conocimiento de su lengua y cultura", no debe
interpretarse en su sentido literal copulativo, ya que el derecho a
la defensa adecuada en favor de aquélla no implica que ambas
figuras -defensor e intérprete- necesariamente deban conocer la
lengua y cultura de la persona a quien representan, pues el único
obligado a ello directamente es el intérprete; circunstancia con la
cual se logra erradicar el problema lingüístico que padecen estas
personas sujetas a proceso penal, atendiendo a que cuentan con
el derecho a expresarse en su lengua materna y no en la
obligación de hablar otra que les es ajena. Por lo que toca a la
figura del defensor -de oficio o privado-, éste no necesariamente
deberá contar con conocimiento de la lengua y cultura del
indígena, al no ser indispensable tal cualidad en su persona, dado
que el inculpado podrá ser escuchado y se hará sabedor de sus
derechos a través del intérprete; máxime cuando la designación
de defensor efectuada por la persona indígena, en términos del
artículo 20, apartado A, fracción IX, constitucional, implica un
derecho fundamental.

Época: Décima Época


Registro: 2005031
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 1, Diciembre de 2013, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: 1a./J. 61/2013 (10a.)
Página: 285

PERSONAS INDÍGENAS. MODALIDADES PARA


EJERCER EL DERECHO FUNDAMENTAL DE DEFENSA
ADECUADA CONSAGRADO EN EL ARTÍCULO 2o.,
APARTADO A, FRACCIÓN VIII, DE LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Las figuras del intérprete con conocimiento de una
determinada lengua y cultura, así como del defensor, constituyen
parte del derecho fundamental a la defensa adecuada de las
personas indígenas, en términos del artículo 2o., apartado A,
fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que el Poder Reformador plasmó para tutelar sus
derechos, eliminar las barreras lingüísticas existentes y dar
certeza al contenido de la interpretación. Así, el defensor junto con
el intérprete con conocimientos de su lengua y cultura son quienes
acercan al órgano jurisdiccional con la especificidad cultural del
indígena; de ahí que deben señalarse las modalidades para
ejercer dicho derecho fundamental. En cuanto al intérprete: 1) La
asistencia por intérprete es disponible, pero únicamente por el
imputado, lo que le permitiría rechazarla; sin embargo, sólo sería
aceptable el rechazo cuando la autoridad ministerial o judicial
advierta que el imputado, evidentemente, tiene un
desenvolvimiento aceptable sobre el entendimiento en idioma
español del procedimiento al que está sujeto y sus consecuencias.
La autoridad que conozca del caso deberá asentar constancia de
ello en la que tenga intervención un perito intérprete que conozca
la lengua y cultura del imputado, que sirva para corroborar su
voluntad y lo innecesario de su intervención, apercibido de las

181
182

consecuencias legales aplicables por la probable generación de


un estado de indefensión en contra de aquél. 2) En caso de que
no exista renuncia al intérprete, la autoridad ministerial o judicial
que conozca del caso deberá constatar que el intérprete
efectivamente conoce la lengua y cultura del imputado. Podrá
tratarse de un intérprete práctico respaldado por la comunidad
indígena o certificado por las instituciones correspondientes; o
bien, mediante el uso de tecnologías, se podría implementar la
asistencia de intérprete por medio de videoconferencia. En cuanto
al defensor: 1) La asistencia por abogado defensor es
irrenunciable y podrá ser prestada por instituciones oficiales o a
cargo de particulares, a elección del imputado. Esta figura puede
reunir, además, la calidad constitucional de que conozca la lengua
y cultura del imputado, mas no es un requisito de validez del
proceso, ya que también a elección de éste puede ser prescindible
esta última calidad. En caso de que el defensor sí cuente con
dichos conocimientos, deberá exhibir la constancia que lo avale,
cuya autoridad competente para expedir dicha certificación puede
ser la Defensoría Pública Federal o estatal, o el Instituto Nacional
de Lenguas Indígenas. 2) En los casos en que el ejercicio del
derecho de defensa sea ejercido por defensor oficial o particular
que desconozca la lengua y cultura del imputado, la figura del
intérprete que sí conoce ambos es insustituible, pues a través de
ella se garantiza el pleno conocimiento del imputado sobre la
naturaleza y las consecuencias de la acusación; los derechos que
le asisten y la comunicación efectiva con su defensor, entre otros.

Época: Décima Época


Registro: 2005032
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 1, Diciembre de 2013, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: 1a./J. 59/2013 (10a.)
Página: 287

PERSONAS INDÍGENAS. SU PROTECCIÓN


ESPECIAL A CARGO DEL ESTADO SURGE A PARTIR DE LA
AUTOADSCRIPCIÓN DEL SUJETO A UNA COMUNIDAD
INDÍGENA O DE LA EVALUACIÓN OFICIOSA DE LA
AUTORIDAD MINISTERIAL O JUDICIAL ANTE LA SOSPECHA
FUNDADA DE QUE EL INCULPADO PERTENECE A AQUÉLLA.
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en la tesis de rubro: "PERSONA INDÍGENA. PARA QUE
SEA EFICAZ LA ‘AUTOADSCRIPCIÓN’ DE UN SUJETO A UNA
COMUNIDAD INDÍGENA, DEBE REALIZARSE DURANTE LA
AVERIGUACIÓN PREVIA O LA PREINSTRUCCIÓN DE LA
CAUSA.", determinó que el criterio de la autoadscripción es
determinante para establecer si una persona tiene o no la calidad
de indígena. Por tanto, resulta lógico y jurídico que el deber de su
protección especial a cargo del Estado, igualmente sea exigible a
partir de dicha manifestación de voluntad (autoadscripción).
Luego, si el inculpado se reserva dicha información, la autoridad
estatal de que se trate, en principio, no estará en posibilidad de
conocer tal circunstancia personal y activar en su favor las
prerrogativas diseñadas específicamente para dicho sector; sin
embargo, tal regla no es absoluta, pues cuando exista sospecha
fundada en el órgano ministerial, o bien en el juzgador, de que
una persona pertenece a una comunidad indígena, sin que
aquélla lo haya manifestado expresamente (como podría
acontecer derivado de una evidente incomprensión total o parcial
de las indicaciones otorgadas por la autoridad, o bien, derivado de
las constancias e informes que obren en el proceso), de oficio,
dichas autoridades ordenarán una evaluación sustantiva de la
cuestión, adoptando una postura activa pro-derechos, a fin de
determinar si la persona sujeta a una investigación o proceso
penal tiene o no la calidad de indígena y, por tanto, si debe gozar
de los derechos que a su favor consagra el artículo 2o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ello, a
partir de la ponderación de diversos elementos, entre los que se
pueden citar, ejemplificativamente, los siguientes: 1) constancias
de la autoridad comunitaria; 2) prueba pericial antropológica; 3)
testimonios; 4) criterios etnolingüísticos; y/o, 5) cualquier otro
medio que permita acreditar la pertenencia, el arraigo, la identidad
y/o asentamiento físico a la comunidad indígena. Lo anterior, a fin
de establecer si el sujeto, conforme a sus parámetros culturales,
comprende el contenido y alcance de las normas que le son
aplicables, y así estar en aptitud de determinar si se otorgan o se
prescinde de los derechos que como indígena le corresponderían.

Época: Décima Época


Registro: 2004542
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Libro XXIV, Septiembre de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 86/2013 (10a.)
Página: 808

PERSONAS INDÍGENAS SUJETAS A PROCESO


PENAL. ELEMENTOS BÁSICOS QUE DEBEN SATISFACERSE
PARA DESIGNAR A UN TRADUCTOR PRÁCTICO, A FIN DE
GARANTIZAR EL DERECHO HUMANO DE ACCESO PLENO A
LA JURISDICCIÓN. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación determinó que es factible designar
intérpretes prácticos para que asistan a un inculpado indígena,
sujeto a un proceso penal, en el desahogo de las diligencias, ante
la problemática compleja de contar con la asistencia inmediata de
peritos intérpretes de instituciones públicas o privadas. Sin
embargo, ante la relevancia de la intervención de dichos
auxiliares, toda vez que de la comunicación efectiva y la

183
184

transmisión de mensajes depende el ejercicio efectivo del derecho


de defensa y la posibilidad de evitar una afectación a la esfera
jurídica de sus derechos humanos, los elementos básicos que
deben satisfacerse para garantizar la protección del derecho
humano de acceso pleno a la jurisdicción del Estado, a fin de
considerar jurídicamente aceptable la designación de un traductor
práctico que asista en un proceso penal a un inculpado,
procesado o sentenciado indígena, configuran el siguiente
estándar: a) que sea la última medida por adoptar, después de
que el Estado agote todas las vías posibles para contar con el
apoyo de un intérprete, oficial o particular, profesional o
certificado, que conozca la lengua y cultura de la persona a quien
va a auxiliar; y, b) que, aun tratándose de un traductor práctico, la
autoridad tenga elementos para determinar que no solamente
conoce la lengua parlante del detenido, sino que también tiene las
condiciones para conocer su cosmovisión derivada de la cultura,
ya sea porque pertenece a la misma comunidad o porque tiene un
referente de relación que le permite conocerlo. Dichos aspectos
pueden corroborarse con el uso de documentos de identificación,
la constancia de residencia o el reconocimiento de los órganos de
representación de la comunidad indígena sobre su pertenencia al
grupo o de alguno con similares características culturales, que
pueda informar circunstancias específicas que trasciendan para el
ejercicio del derecho de defensa adecuada del inculpado.

C. BÚSQUEDA DE JURISPRUDENCIAS DE LA SCJN,


DÉCIMA ÉPOCA, VOZ
“GRUPO* VULNERABLE”

Época: Décima Época


Registro: 2012798
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 35, Octubre de 2016, Tomo I
Materia(s): Común, Civil
Tesis: P./J. 24/2016 (10a.)
Página: 32

PROCURADURÍAS DE PROTECCIÓN DE NIÑAS,


NIÑOS Y ADOLESCENTES, DEPENDIENTES DEL SISTEMA
PARA EL DESARROLLO INTEGRAL DE LA FAMILIA (DIF). LA
COMPETENCIA PARA CONOCER DEL JUICIO DE AMPARO
INDIRECTO PROMOVIDO CONTRA SUS RESOLUCIONES,
RELACIONADAS CON LA GUARDA Y CUSTODIA DE
MENORES, CORRESPONDE AL JUEZ DE DISTRITO EN
MATERIA CIVIL.

La competencia para conocer del juicio de amparo


indirecto se fija conforme a la naturaleza del acto reclamado; en
consecuencia, el promovido contra las resoluciones emitidas por
las Procuradurías referidas (ya sea en el ámbito federal o local),
que deciden respecto de la guarda y custodia de menores de
edad para ser colocados en albergues provisionales, es
competencia del Juez de Distrito en Materia Civil, pues las
controversias relativas revisten gran importancia, al afectar el
orden y la estabilidad de la familia, cuya organización y desarrollo
debe proteger la ley, por mandato del artículo 4o. de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; de ahí que
la intervención del Estado en estas circunstancias responde al
principio de integración familiar consistente en que los poderes
públicos protejan al menor. En ese sentido, no obstante que las
Procuradurías de que se trata son formalmente órganos de
naturaleza administrativa, jerárquicamente subordinadas a las
dependencias del Sistema para el Desarrollo Integral de la
Familia, lo cierto es que la génesis del acto reclamado y las
funciones que realizan están encaminadas a seguir el sendero del
derecho familiar, ya que al emitir determinaciones relacionadas
con la guarda y custodia que sean aplicables al caso concreto por
el estado de necesidad en que se encuentran los menores, deben
atender previamente a los elementos personales, familiares,
materiales, sociales y culturales que concurren en una familia
determinada, aplicando incluso las legislaciones sustantivas civiles
correspondientes. Así, las Procuradurías de Protección de Niñas,
Niños y Adolescentes, dependientes del Sistema para el
Desarrollo Integral de la Familia, efectivamente son autoridades
administrativas, lo cual no impide considerar que los actos que
emiten en materia de guarda y custodia de menores corresponden
a la materia civil.

Contradicción de tesis 35/2016.

Época: Décima Época


Registro: 2005716
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: 1a./J. 11/2014 (10a.)
Página: 396

DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU CONTENIDO.

Dentro de las garantías del debido proceso existe un


"núcleo duro", que debe observarse inexcusablemente en todo
procedimiento jurisdiccional, y otro de garantías que son
aplicables en los procesos que impliquen un ejercicio de la
potestad punitiva del Estado. Así, en cuanto al "núcleo duro", las
garantías del debido proceso que aplican a cualquier
procedimiento de naturaleza jurisdiccional son las que esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha identificado como

185
186

formalidades esenciales del procedimiento, cuyo conjunto integra


la "garantía de audiencia", las cuales permiten que los gobernados
ejerzan sus defensas antes de que las autoridades modifiquen su
esfera jurídica definitivamente. Al respecto, el Tribunal en Pleno
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia P./J. 47/95, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, diciembre de
1995, página 133, de rubro: "FORMALIDADES ESENCIALES DEL
PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA
ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO
PRIVATIVO.", sostuvo que las formalidades esenciales del
procedimiento son: (i) la notificación del inicio del procedimiento;
(ii) la oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se
finque la defensa; (iii) la oportunidad de alegar; y, (iv) una
resolución que dirima las cuestiones debatidas y cuya
impugnación ha sido considerada por esta Primera Sala como
parte de esta formalidad. Ahora bien, el otro núcleo es identificado
comúnmente con el elenco de garantías mínimo que debe tener
toda persona cuya esfera jurídica pretenda modificarse mediante
la actividad punitiva del Estado, como ocurre, por ejemplo, con el
derecho penal, migratorio, fiscal o administrativo, en donde se
exigirá que se hagan compatibles las garantías con la materia
específica del asunto. Por tanto, dentro de esta categoría de
garantías del debido proceso, se identifican dos especies: la
primera, que corresponde a todas las personas
independientemente de su condición, nacionalidad, género, edad,
etcétera, dentro de las que están, por ejemplo, el derecho a contar
con un abogado, a no declarar contra sí mismo o a conocer la
causa del procedimiento sancionatorio; y la segunda, que es la
combinación del elenco mínimo de garantías con el derecho de
igualdad ante la ley, y que protege a aquellas personas que
pueden encontrarse en una situación de desventaja frente al
ordenamiento jurídico, por pertenecer a algún grupo vulnerable,
por ejemplo, el derecho a la notificación y asistencia consular, el
derecho a contar con un traductor o intérprete, el derecho de las
niñas y los niños a que su detención sea notificada a quienes
ejerzan su patria potestad y tutela, entre otras de igual naturaleza.

Amparo en revisión 352/2012.

d. Protocolos.
n a niñas, niños y
adolescentes.

pueblos indígenas

de protección internacional

e. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos.
dez Ortega y otros vs. México.
3.2. DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL:
DESAPARICIÓN FORZADA, PROHIBICIÓN DE TORTURA Y
OTROS TRATOS CRUELES, INHUMANOS Y DEGRADANTES.

A. Integridad personal.
a. Definición.
CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS
HUMANOS (Pacto de San José)
“Artículo 5. Derecho a la Integridad Personal
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su
integridad física, psíquica y moral.
2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos
crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada de
libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente
al ser humano.
3. La pena no puede trascender de la persona del
delincuente.
4. Los procesados deben estar separados de los
condenados, salvo en circunstancias excepcionales, y serán
sometidos a un tratamiento adecuado a su condición de personas
no condenadas.

187
188

5. Cuando los menores puedan ser procesados, deben


ser separados de los adultos y llevados ante tribunales
especializados, con la mayor celeridad posible, para su
tratamiento.
6. Las penas privativas de la libertad tendrán como
finalidad esencial la reforma y la readaptación social de los
condenados.”
El derecho a la integridad personal es aquel derecho
humano fundamental y absoluto que tiene su origen en el respeto
debido a la vida y sano desarrollo de ésta. Es el derecho al
resguardo de la persona, en toda su extensión, bien sea en su
aspecto físico como mental.
El ser humano por el hecho de ser tal tiene derecho a
mantener y conservar su integridad física, psíquica y moral. La
Integridad física implica la preservación de todas las partes y
tejidos del cuerpo, lo que conlleva al estado de salud de las
personas. La integridad psíquica es la conservación de todas las
habilidades motrices, emocionales e intelectuales. La integridad
moral hace referencia al derecho de cada ser humano a
desarrollar su vida de acuerdo a sus convicciones.
El reconocimiento de este derecho implica, que nadie
puede ser lesionado o agredido físicamente, ni ser víctima de
daños mentales o morales que le impidan conservar su estabilidad
psicológica.
Este derecho se encuentra consagrado en el derecho
internacional desde el Estatuto del Tribunal Militar de Nuremberg
de 1945, la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948
(artículo 5), los Convenios de Ginebra de 1949 relativos a los
conflictos armados (protocolo II, artículo 4).

c. Búsqueda de jurisprudencias de la SCJN.


Voz: integridad

NO HAY TESIS DE JURISPRUDENCIA SOLO


AISLADAS

d. Lecturas.
Cuadernillo de Jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos Nº 10
e. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.

rcía Cruz y Sánchez Silvestre vs. México


B. DESAPARICIÓN FORZADA.

a. Definición.
De acuerdo con la Convención Internacional para la
Protección de todas las Personas contra las Desapariciones
Forzadas se entiende por desaparición forzada “el arresto, la
detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de
libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o
grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la
aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer
dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el
paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la
protección de la ley.”
La desaparición forzada se ha usado a menudo como
estrategia para infundir el terror en los ciudadanos. La sensación
de inseguridad que esa práctica genera no se limita a los
parientes próximos del desaparecido, sino que afecta a su
comunidad y al conjunto de la sociedad.
La desaparición forzada se ha convertido en un
problema mundial que no afecta únicamente a una región
concreta del mundo. Las desapariciones forzadas, que en su día
fueron principalmente el producto de las dictaduras militares,
pueden perpetrarse hoy día en situaciones complejas de conflicto
interno, especialmente como método de represión política de los
oponentes. Es motivo de especial preocupación:

los parientes de las víctimas, los testigos y los abogados que se


ocupan de los casos de desaparición forzada;

como excusa para el incumplimiento de sus obligaciones;

la desaparición forzada.

Debe prestarse también especial atención a los grupos


de personas especialmente vulnerables, como los niños y las
personas con discapacidad.
El 21 de diciembre de 2010, la Asamblea General, en
virtud de la resolución A/RES/65/209, expresó su preocupación,
en particular, por el aumento de las desapariciones forzadas o
involuntarias en diversas regiones del mundo, como los arrestos,
las detenciones y los secuestros cuando son parte de las
desapariciones forzadas o equivalen a ellas, y por el creciente
número de denuncias de actos de hostigamiento, maltrato e
intimidación padecidos por testigos de desapariciones o familiares
de personas que han desaparecido.

c. Búsqueda de jurisprudencias de la SCJN.


Voz: desaparición forzada.

Época: Décima Época


Registro: 2017844

189
190

Instancia: Primera Sala


Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 58, Septiembre de 2018, Tomo I
Materia(s): Común
Tesis: 1a./J. 25/2018 (10a.)
Página: 827

SUSPENSIÓN DE OFICIO Y DE PLANO PREVISTA


EN LOS PÁRRAFOS PRIMERO Y SEGUNDO DEL ARTÍCULO
126 DE LA LEY DE AMPARO. SI NO SE ADMITE LA DEMANDA
Y SE PREVIENE AL QUEJOSO PARA QUE SUBSANE
ALGUNA IRREGULARIDAD, EL ÓRGANO DE CONTROL
CONSTITUCIONAL DEBE PROVEER SOBRE LA CITADA
MEDIDA CAUTELAR EN EL PROPIO AUTO EN QUE FORMULA
ESE REQUERIMIENTO.

La suspensión en el juicio de amparo constituye una


medida cautelar cuyo objetivo no sólo es preservar su materia
mientras se resuelve el asunto –al impedir la ejecución de los
actos reclamados que pudieran ser de imposible reparación–, sino
también evitar que se causen al quejoso daños de difícil
reparación. Ahora bien, conforme al artículo 107, fracción X, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la
suspensión se otorgará cuando la naturaleza del acto impugnado
lo permita y bajo las condiciones que determine la respectiva ley
reglamentaria. Por su parte, el artículo 126, párrafos primero y
segundo, de la Ley de Amparo establece que cuando se trate de
actos que importen peligro de privación de la vida, ataques a la
libertad personal fuera de procedimiento, incomunicación,
deportación o expulsión, proscripción o destierro, extradición,
desaparición forzada de personas o alguno de los prohibidos por
el artículo 22 de la Constitución Federal, así como la incorporación
forzosa al Ejército, Armada o Fuerza Aérea nacionales, la
suspensión se concederá de oficio y de plano en el auto de
admisión de la demanda, comunicándose sin demora a la
autoridad responsable, por cualquier medio que permita lograr su
inmediato cumplimiento. Ahora bien, si no se admite la demanda y
se previene al quejoso para que subsane alguna irregularidad, el
órgano de control constitucional debe otorgar dicha medida
cautelar en el propio auto en el que formula ese requerimiento, ya
que de lo contrario, se permitiría la posible ejecución de los actos
prohibidos por el artículo 22 aludido.

Contradicción de tesis 367/2016.


.

Época: Novena Época


Registro: 180652
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Tomo XX, Septiembre de 2004
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: P./J. 86/2004
Página: 1121

DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS. LA


RESERVA EXPRESA FORMULADA POR EL GOBIERNO
MEXICANO AL ARTÍCULO IX DE LA CONVENCIÓN
INTERAMERICANA DE BELÉM, BRASIL PUBLICADA EN EL
DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 6 DE MAYO DE
2002, NO CAUSA AFECTACIÓN ALGUNA AL DISTRITO
FEDERAL.
La reserva formulada por el Gobierno Mexicano al
artículo IX de la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas, adoptada en la ciudad de Belém, Brasil, el
9 de junio de 1994, que impide que los militares que cometan el
delito de desaparición forzada de personas sean juzgados por los
tribunales ordinarios en los términos de ese numeral, no causa
afectación alguna al Distrito Federal, pues las disposiciones del
Código Penal de dicha entidad, tratándose de ese ilícito, no
podrían, en ningún caso, aplicarse a los militares aun cuando no
se hubiera formulado la reserva. Ello, porque el delito de
desaparición forzada de personas previsto en el artículo 168 del
Nuevo Código Penal del Distrito Federal, contempla como sujetos
activos a los servidores públicos del Distrito Federal, entre los que
no se encuentran incluidos los miembros de las instituciones
militares, por formar parte de la administración pública federal
centralizada, y ser servidores públicos federales.

Controversia constitucional 33/2002.

Época: Novena Época


Registro: 180653
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Tomo XX, Septiembre de 2004
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: P./J. 87/2004
Página: 1121

DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS. EL


PLAZO PARA QUE OPERE SU PRESCRIPCIÓN INICIA HASTA
QUE APARECE LA VÍCTIMA O SE ESTABLECE SU DESTINO.
De conformidad con lo dispuesto por los artículos 102,
fracción IV y 7o. del Código Penal Federal, tratándose de delitos
permanentes o continuos, que son aquellos que se caracterizan
por su consumación duradera, el plazo para la prescripción inicia a
partir de que cesa su consumación. En tal orden de ideas, si el

191
192

delito de desaparición forzada de personas que contempla el


artículo II de la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas, adoptada en la ciudad de Belém, Brasil, el
día nueve de junio de mil novecientos noventa y cuatro (que
coincide con el previsto en los artículos 215-A del Código Penal
Federal y 168 del Código Penal del Distrito Federal) tiene esa
naturaleza, en tanto que se consuma momento a momento
durante todo el tiempo en que la víctima se encuentra
desaparecida, ha de concluirse que el plazo para que opere su
prescripción de acuerdo con lo establecido en los numerales
primeramente citados, empieza a correr hasta que la conducta
ilícita deja de consumarse, esto es, cuando el sujeto pasivo
aparece (vivo o muerto) o se establece su destino.

Controversia constitucional 33/2002.

Época: Novena Época


Registro: 181148
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Tomo XX, Julio de 2004
Materia(s): Constitucional
Tesis: P./J. 49/2004
Página: 967

DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS A QUE


SE REFIERE LA CONVENCIÓN INTERAMERICANA DE
BELÉM, BRASIL, DE NUEVE DE JUNIO DE MIL
NOVECIENTOS NOVENTA Y CUATRO. LA DECLARACIÓN
INTERPRETATIVA FORMULADA POR EL GOBIERNO
MEXICANO NO VIOLA EL PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD
DE LA LEY CONSAGRADA EN EL ARTÍCULO 14
CONSTITUCIONAL.

En la mencionada declaración interpretativa, que señala


que las disposiciones de ese instrumento internacional se
aplicarán a los hechos que constituyan el delito de desaparición
forzada de personas, el Gobierno Mexicano quiso significar que
tales disposiciones no podrán aplicarse a aquellas conductas
constitutivas de ese ilícito cuya consumación hubiera cesado
antes de que adquiriera obligatoriedad la nueva norma, pero no
debe interpretarse en el sentido de que no se aplique a las
conductas típicas de tal delito que habiéndose iniciado antes de
su vigencia, se continúen consumando durante ella, pues al tener
el delito de desaparición forzada de personas el carácter de
permanente o continuo puede darse el caso de que las conductas
comisivas del ilícito se sigan produciendo durante la vigencia de la
Convención. Tal interpretación es acorde con el principio de
irretroactividad de la ley consagrado en el artículo 14
constitucional, conforme al cual las disposiciones contenidas en
las leyes no se deben aplicar hacia el pasado, afectando hechos
realizados o consumados antes de que aquéllas entren en vigor,
por lo que es inconcuso que tratándose de delitos de
consumación instantánea la nueva ley no puede regir conductas o
hechos de consumación anterior, pues resultaría retroactiva, lo
cual se encuentra prohibido constitucionalmente. En cambio, sí
debe aplicarse la nueva normatividad sin incurrir en el vicio
apuntado respecto de hechos constitutivos de delito continuo o
permanente cuando, habiendo empezado a realizarse antes de
que aquélla entrara en vigor, se continúan cometiendo, en cuyo
caso resultará aplicable, como sucede con el delito de
desaparición forzada de personas que prevé la Convención
mencionada, cuya naturaleza es permanente o continua, porque
se consuma momento a momento durante todo el tiempo que el
sujeto pasivo se encuentre desaparecido.

Controversia constitucional 33/2002.

Época: Novena Época


Registro: 181147
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Tomo XX, Julio de 2004
Materia(s): Penal
Tesis: P./J. 48/2004
Página: 968

DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS. ESE


DELITO ES DE NATURALEZA PERMANENTE O CONTINUA.

El referido delito que contempla el artículo II de la


Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas, adoptada en la ciudad de Belém, Brasil, el día nueve de
junio de mil novecientos noventa y cuatro (coincidente con lo
previsto en los artículos 215-A del Código Penal Federal y 168 del
Código Penal del Distrito Federal), de acuerdo con el derecho
positivo mexicano, es de naturaleza permanente o continua, ya
que si bien el ilícito se consuma cuando el sujeto activo priva de la
libertad a una o más personas, con la autorización, apoyo o
aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información sobre
su paradero, dicha consumación sigue dándose y actualizándose
hasta que aparecen los sujetos pasivos o se establece cuál fue su
destino.

Controversia constitucional 33/2002.

193
194

d. Libros y documentos sobre el tema.

las Personas contra las Desapariciones Forzadas

CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS Nº 6:


DESAPARICIÓN FORZADA

e. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos.

C. PROHIBICIÓN DE TORTURA Y OTROS TRATOS


CRUELES, INHUMANOS Y DEGRADANTES.

a. Definición.
Se está frente a un caso de tortura cuando:
(I) la naturaleza del acto consista en afectaciones físicas
o mentales graves;
(II) infligidas intencionalmente; y,
(III) con un propósito determinado, ya sea para obtener
una confesión o información, para castigar o intimidar, o para
cualquier otro fin que tenga por objeto menoscabar la
personalidad o la integridad física y mental de la persona.
Al respecto, debe precisarse que la tortura es una
práctica proscrita de forma absoluta en nuestro sistema normativo
y constitucional, es decir, su prohibición es un derecho humano
que no admite excepciones debido a su gravedad y la capacidad
de reducir la autonomía de la persona y la dignidad humana a
grados ignominiosos y, por ende, su vigencia no puede alterarse
ni siquiera durante una emergencia que amenace la vida de la
Nación.
En ese contexto, si el derecho a la integridad personal
comprende, necesariamente, el derecho fundamental e
inderogable a no ser torturado -ni a ser sometido a tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes-, es dable colegir que la tortura
actualiza una categoría especial y de mayor gravedad que impone
a los juzgadores hacer un análisis cuidadoso bajo estándares
nacionales e internacionales, tanto en su impacto de violación de
derechos humanos, como de delito.
c. Búsqueda de jurisprudencias de la SCJN.

Voz: tortura

Época: Décima Época


Registro: 2015603
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 48, Noviembre de 2017, Tomo I
Materia(s): Penal
Tesis: 1a./J. 101/2017 (10a.)
Página: 323

TORTURA. ES INNECESARIO REPONER EL


PROCEDIMIENTO CUANDO NO EXISTA CONFESIÓN DE LOS
HECHOS IMPUTADOS O CUALQUIER ACTO QUE CONLLEVE
AUTOINCRIMINACIÓN DEL INCULPADO.

En el criterio emitido por esta Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J.
10/2016 (10a.), (1) de rubro: "ACTOS DE TORTURA. LA
OMISIÓN DEL JUEZ PENAL DE INSTANCIA DE INVESTIGAR
LOS DENUNCIADOS POR EL IMPUTADO, CONSTITUYE UNA
VIOLACIÓN A LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO QUE
TRASCIENDE A SU DEFENSA Y AMERITA LA REPOSICIÓN DE
ÉSTE.", se establece que la omisión de la autoridad judicial de
investigar una denuncia de tortura como violación a derechos
fundamentales con repercusión en el proceso penal, constituye
una violación a las leyes que rigen el procedimiento, que
trasciende a las defensas del quejoso en términos de los artículos
173, fracción XXII, de la Ley de Amparo, 1o., párrafo tercero, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como
1, 6, 8 y 10 de la Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura y, consecuentemente, debe ordenarse la
reposición del procedimiento de primera instancia para realizar la
investigación correspondiente y analizar la denuncia de tortura,
únicamente desde el punto de vista de violación de derechos
humanos dentro del proceso penal, a efecto de corroborar si
existió o no dicha transgresión para los fines probatorios
correspondientes al dictar la sentencia. No obstante, en aquellos
casos en que no exista confesión o algún otro acto que implique
autoincriminación como consecuencia de los actos de tortura
alegados, no resulta procedente ordenar la reposición del
procedimiento de conformidad con la jurisprudencia antes citada,
pues en esos supuestos la violación a derechos humanos
derivada de la tortura carece de trascendencia en el proceso penal
por no haber impacto; sin embargo, fuera de esos supuestos de
excepción, deberá procederse como se describe en el criterio
jurisprudencial de referencia. Es decir, que la jurisprudencia a que
se alude tendrá aplicación siempre que se trate de asuntos en los
que, como consecuencia de la tortura, se haya verificado la

195
196

confesión o cualquier manifestación incriminatoria del inculpado,


porque en tal caso, la autoridad jurisdiccional estará obligada a
realizar una investigación a fin de determinar si se actualizó o no
la tortura y, de corroborarse ésta, deberá ceñirse a los parámetros
constitucionales fijados en relación con las reglas de exclusión de
las pruebas ilícitas, esto es, que de no acreditarse el señalado
supuesto de excepción, el citado criterio jurisprudencial operará en
sus términos.

AMPARO EN REVISION

Época: Décima Época


Registro: 2011521
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 29, Abril de 2016, Tomo II
Materia(s): Común, Penal, Penal
Tesis: 1a./J. 10/2016 (10a.)
Página: 894

ACTOS DE TORTURA. LA OMISIÓN DEL JUEZ PENAL


DE INSTANCIA DE INVESTIGAR LOS DENUNCIADOS POR EL
IMPUTADO, CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A LAS LEYES DEL
PROCEDIMIENTO QUE TRASCIENDE A SU DEFENSA Y
AMERITA LA REPOSICIÓN DE ÉSTE.

Si los gobernados, constitucional y convencionalmente


tienen el derecho fundamental a que el Estado investigue las
violaciones a sus derechos humanos, en específico, el derecho a
no ser objeto de tortura, la autoridad judicial, como parte integral
del Estado Mexicano, ante la denuncia de que un gobernado ha
sido víctima de aquélla, tiene la obligación de investigarla; lo que
se constituye en una formalidad esencial del procedimiento, al
incidir sobre las efectivas posibilidades de defensa de los
gobernados previo al correspondiente acto de autoridad privativo
de sus derechos. Ello, porque al ser la tortura una violación a los
derechos humanos de la que pueden obtenerse datos o
elementos de prueba que con posterioridad se utilicen para
sustentar una imputación de carácter penal contra la presunta
víctima de la tortura, se advierte una relación entre la violación a
derechos humanos y el debido proceso; lo cual implica que, luego
de realizarse la investigación necesaria para determinar si se
actualizó o no la tortura, de obtenerse un resultado positivo, la
autoridad que tenga a cargo resolver la situación jurídica de la
víctima de violación a derechos humanos, estará obligada a
realizar un estudio escrupuloso de los elementos en que se
sustenta la imputación al tenor de los parámetros constitucionales
fijados en relación con las reglas de exclusión de las pruebas
ilícitas. Por tanto, soslayar una denuncia de tortura, sin realizar la
investigación correspondiente, coloca en estado de indefensión a
quien la alega, ya que la circunstancia de no verificar su dicho
implica dejar de analizar una eventual ilicitud de las pruebas con
las que se dictará la sentencia. Así, la omisión de la autoridad
judicial de investigar una denuncia de tortura como violación a
derechos fundamentales dentro del proceso penal, constituye una
violación a las leyes que rigen el procedimiento, que trasciende a
las defensas del quejoso, en términos de los artículos 173,
fracción XXII, de la Ley de Amparo, 1o., párrafo tercero, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como
1, 6, 8 y 10 de la Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura y, consecuentemente, debe ordenarse la
reposición del procedimiento de primera instancia para realizar la
investigación correspondiente y analizar la denuncia de tortura,
únicamente desde el punto de vista de violación de derechos
humanos dentro del proceso penal, a efecto de corroborar si
existió o no dicha transgresión para los efectos probatorios
correspondientes al dictar la sentencia.

Contradicción de tesis 315/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2011522
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 29, Abril de 2016, Tomo II
Materia(s): Común, Penal, Penal
Tesis: 1a./J. 11/2016 (10a.)
Página: 896

ACTOS DE TORTURA. LA REPOSICIÓN DEL


PROCEDIMIENTO, CON MOTIVO DE LA VIOLACIÓN A LAS
LEYES QUE LO RIGEN POR LA OMISIÓN DE INVESTIGAR LOS
DENUNCIADOS POR EL IMPUTADO, DEBE ORDENARSE A
PARTIR DE LA DILIGENCIA INMEDIATA ANTERIOR AL AUTO
DE CIERRE DE INSTRUCCIÓN.

La violación al debido proceso, derivada de la omisión


de investigar la existencia de actos de tortura, con motivo de una
denuncia o la existencia de indicios concordantes para suponer
bajo un parámetro de probabilidad razonable de que la violación a
derechos humanos aconteció, da lugar a que la vía de reparación
óptima sea ordenar la reposición del procedimiento con la finalidad
de realizar la investigación respectiva. Lo anterior, porque sólo
será posible determinar el impacto de la tortura en el proceso
penal, una vez que ésta se acredite, como resultado de una
investigación exhaustiva y diligente. Así, la reposición del
procedimiento tiene como justificación que se investiguen los
actos de tortura alegados para verificar su existencia, y no por la
actualización de alguna otra violación concreta y constatada al
derecho de defensa del imputado; por tanto, no existe razón para

197
198

que se afecte todo lo desahogado en el proceso, pues en caso de


que la existencia de actos de tortura no se constate con la
investigación, las correspondientes actuaciones y diligencias
subsistirán íntegramente en sus términos; y para el caso de que
se acredite su existencia, los efectos únicamente trascenderán en
relación con el material probatorio que en su caso será objeto de
exclusión al dictar la sentencia; de ahí que la reposición del
procedimiento deberá realizarse hasta la diligencia inmediata
anterior al auto de cierre de instrucción, tratándose del sistema
penal tradicional.

Contradicción de tesis 315/2014.

d. Protocolos y documentos sobre el tema.

hechos constitutivos de tortura y malos tratos.


udencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos Nº 10

e. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos.

3.3. DERECHO AL DEBIDO PROCESO, A LA


PROTECCIÓN JUDICIAL Y A LAS GARANTÍAS JUDICIALES.

A. Derecho al debido proceso.


a. Definición.
El artículo 14, párrafo segundo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, reconoce el derecho
humano al debido proceso al establecer que nadie podrá ser
privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o
derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales
previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades
esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas
con anterioridad al hecho.
Ahora bien, este derecho ha sido un elemento de
interpretación constante y progresiva en la jurisprudencia de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, del que cabe realizar un
recuento de sus elementos integrantes hasta la actualidad en dos
vertientes:
1) la referida a las formalidades esenciales del
procedimiento, la que a su vez, puede observarse a partir de dos
perspectivas, esto es:
a) desde quien es sujeto pasivo en el procedimiento y
puede sufrir un acto privativo, en cuyo caso adquieren valor
aplicativo las citadas formalidades referidas a la notificación del
inicio del procedimiento y de sus consecuencias, el derecho a
alegar y a ofrecer pruebas, así como la emisión de una resolución
que dirima las cuestiones debatidas y,
b) desde quien insta la función jurisdiccional para
reivindicar un derecho como sujeto activo, desde la cual se
protege que las partes tengan una posibilidad efectiva e igual de
defender sus

199
200

puntos de vista y ofrecer pruebas en apoyo de sus


pretensiones, dimensión ligada estrechamente con el derecho de
acceso a la justicia; y,
2) por la que se enlistan determinados bienes
sustantivos constitucionalmente protegidos, mediante las
formalidades esenciales del procedimiento, como son: la libertad,
las propiedades, y las posesiones o los derechos. De ahí que
previo a evaluar si existe una vulneración al derecho al debido
proceso, es necesario identificar la modalidad en la que se ubica
el reclamo respectivo.

b. Tesis SCJN.

Época: Décima Época


Registro: 2005716
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 11/2014 (10a.)
Página: 396

DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU CONTENIDO.


Dentro de las garantías del debido proceso existe un "núcleo
duro", que debe observarse inexcusablemente en todo
procedimiento jurisdiccional, y otro de garantías que son
aplicables en los procesos que impliquen un ejercicio de la
potestad punitiva del Estado. Así, en cuanto al "núcleo duro", las
garantías del debido proceso que aplican a cualquier
procedimiento de naturaleza jurisdiccional son las que esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha identificado como
formalidades esenciales del procedimiento, cuyo conjunto integra
la "garantía de audiencia", las cuales permiten que los gobernados
ejerzan sus defensas antes de que las autoridades modifiquen su
esfera jurídica definitivamente. Al respecto, el Tribunal en Pleno
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia P./J. 47/95, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, diciembre de
1995, página 133, de rubro: "FORMALIDADES ESENCIALES DEL
PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA
ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO
PRIVATIVO.", sostuvo que las formalidades esenciales del
procedimiento son: (i) la notificación del inicio del procedimiento;
(ii) la oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se
finque la defensa; (iii) la oportunidad de alegar; y, (iv) una
resolución que dirima las cuestiones debatidas y cuya
impugnación ha sido considerada por esta Primera Sala como
parte de esta formalidad. Ahora bien, el otro núcleo es identificado
comúnmente con el elenco de garantías mínimo que debe tener
toda persona cuya esfera jurídica pretenda modificarse mediante
la actividad punitiva del Estado, como ocurre, por ejemplo, con el
derecho penal, migratorio, fiscal o administrativo, en donde se
exigirá que se hagan compatibles las garantías con la materia
específica del asunto. Por tanto, dentro de esta categoría de
garantías del debido proceso, se identifican dos especies: la
primera, que corresponde a todas las personas
independientemente de su condición, nacionalidad, género, edad,
etcétera, dentro de las que están, por ejemplo, el derecho a contar
con un abogado, a no declarar contra sí mismo o a conocer la
causa del procedimiento sancionatorio; y la segunda, que es la
combinación del elenco mínimo de garantías con el derecho de
igualdad ante la ley, y que protege a aquellas personas que
pueden encontrarse en una situación de desventaja frente al
ordenamiento jurídico, por pertenecer a algún grupo vulnerable,
por ejemplo, el derecho a la notificación y asistencia consular, el
derecho a contar con un traductor o intérprete, el derecho de las
niñas y los niños a que su detención sea notificada a quienes
ejerzan su patria potestad y tutela, entre otras de igual naturaleza.

Época: Novena Época


Registro: 200234
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Tomo II, Diciembre de 1995
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: P./J. 47/95
Página: 133

FORMALIDADES ESENCIALES DEL


PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA
ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO
PRIVATIVO. La garantía de audiencia establecida por el artículo
14 constitucional consiste en otorgar al gobernado la oportunidad
de defensa previamente al acto privativo de la vida, libertad,
propiedad, posesiones o derechos, y su debido respeto impone a
las autoridades, entre otras obligaciones, la de que en el juicio que
se siga "se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento". Estas son las que resultan necesarias para
garantizar la defensa adecuada antes del acto de privación y que,
de manera genérica, se traducen en los siguientes requisitos: 1)
La notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias;
2) La oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se
finque la defensa; 3) La oportunidad de alegar; y 4) El dictado de
una resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no
respetarse estos requisitos, se dejaría de cumplir con el fin de la
garantía de audiencia, que es evitar la indefensión del afectado.

201
202

.
c. Búsqueda de jurisprudencias de la SCJN.

Época: Décima Época


Registro: 2011521
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 29, Abril de 2016, Tomo II
Materia(s): Común, Penal, Penal
Tesis: 1a./J. 10/2016 (10a.)
Página: 894

ACTOS DE TORTURA. LA OMISIÓN DEL JUEZ


PENAL DE INSTANCIA DE INVESTIGAR LOS DENUNCIADOS
POR EL IMPUTADO, CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A LAS
LEYES DEL PROCEDIMIENTO QUE TRASCIENDE A SU
DEFENSA Y AMERITA LA REPOSICIÓN DE ÉSTE.

Si los gobernados, constitucional y convencionalmente


tienen el derecho fundamental a que el Estado investigue las
violaciones a sus derechos humanos, en específico, el derecho a
no ser objeto de tortura, la autoridad judicial, como parte integral
del Estado Mexicano, ante la denuncia de que un gobernado ha
sido víctima de aquélla, tiene la obligación de investigarla; lo que
se constituye en una formalidad esencial del procedimiento, al
incidir sobre las efectivas posibilidades de defensa de los
gobernados previo al correspondiente acto de autoridad privativo
de sus derechos. Ello, porque al ser la tortura una violación a los
derechos humanos de la que pueden obtenerse datos o
elementos de prueba que con posterioridad se utilicen para
sustentar una imputación de carácter penal contra la presunta
víctima de la tortura, se advierte una relación entre la violación a
derechos humanos y el debido proceso; lo cual implica que, luego
de realizarse la investigación necesaria para determinar si se
actualizó o no la tortura, de obtenerse un resultado positivo, la
autoridad que tenga a cargo resolver la situación jurídica de la
víctima de violación a derechos humanos, estará obligada a
realizar un estudio escrupuloso de los elementos en que se
sustenta la imputación al tenor de los parámetros constitucionales
fijados en relación con las reglas de exclusión de las pruebas
ilícitas. Por tanto, soslayar una denuncia de tortura, sin realizar la
investigación correspondiente, coloca en estado de indefensión a
quien la alega, ya que la circunstancia de no verificar su dicho
implica dejar de analizar una eventual ilicitud de las pruebas con
las que se dictará la sentencia. Así, la omisión de la autoridad
judicial de investigar una denuncia de tortura como violación a
derechos fundamentales dentro del proceso penal, constituye una
violación a las leyes que rigen el procedimiento, que trasciende a
las defensas del quejoso, en términos de los artículos 173,
fracción XXII, de la Ley de Amparo, 1o., párrafo tercero, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como
1, 6, 8 y 10 de la Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura y, consecuentemente, debe ordenarse la
reposición del procedimiento de primera instancia para realizar la
investigación correspondiente y analizar la denuncia de tortura,
únicamente desde el punto de vista de violación de derechos
humanos dentro del proceso penal, a efecto de corroborar si
existió o no dicha transgresión para los efectos probatorios
correspondientes al dictar la sentencia.

Contradicción de tesis 315/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2011522
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 29, Abril de 2016, Tomo II
Materia(s): Común, Penal, Penal
Tesis: 1a./J. 11/2016 (10a.)
Página: 896

ACTOS DE TORTURA. LA REPOSICIÓN DEL


PROCEDIMIENTO, CON MOTIVO DE LA VIOLACIÓN A LAS
LEYES QUE LO RIGEN POR LA OMISIÓN DE INVESTIGAR
LOS DENUNCIADOS POR EL IMPUTADO, DEBE ORDENARSE
A PARTIR DE LA DILIGENCIA INMEDIATA ANTERIOR AL
AUTO DE CIERRE DE INSTRUCCIÓN.

La violación al debido proceso, derivada de la omisión


de investigar la existencia de actos de tortura, con motivo de una
denuncia o la existencia de indicios concordantes para suponer
bajo un parámetro de probabilidad razonable de que la violación a
derechos humanos aconteció, da lugar a que la vía de reparación
óptima sea ordenar la reposición del procedimiento con la finalidad
de realizar la investigación respectiva. Lo anterior, porque sólo
será posible determinar el impacto de la tortura en el proceso
penal, una vez que ésta se acredite, como resultado de una
investigación exhaustiva y diligente. Así, la reposición del
procedimiento tiene como justificación que se investiguen los
actos de tortura alegados para verificar su existencia, y no por la
actualización de alguna otra violación concreta y constatada al
derecho de defensa del imputado; por tanto, no existe razón para
que se afecte todo lo desahogado en el proceso, pues en caso de
que la existencia de actos de tortura no se constate con la
investigación, las correspondientes actuaciones y diligencias
subsistirán íntegramente en sus términos; y para el caso de que
se acredite su existencia, los efectos únicamente trascenderán en
relación con el material probatorio que en su caso será objeto de
exclusión al dictar la sentencia; de ahí que la reposición del
procedimiento deberá realizarse hasta la diligencia inmediata
anterior al auto de cierre de instrucción, tratándose del sistema
penal tradicional.

203
204

Contradicción de tesis 315/2014.

Época: Décima Época


Registro: 2003815
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Libro XXI, Junio de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional, Administrativa
Tesis: 2a./J. 69/2013 (10a.)
Página: 650

AMPLIACIÓN DE LA DEMANDA. EL ARTÍCULO 238,


FRACCIÓN IV, DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS
ADMINISTRATIVOS DEL ESTADO DE MÉXICO, AL LIMITAR
LA PROCEDENCIA DE ESA INSTITUCIÓN A LA RESOLUCIÓN
NEGATIVA FICTA, VULNERA LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES AL DEBIDO PROCESO LEGAL Y A LA
TUTELA JURISDICCIONAL.

La citada disposición legal, al establecer que la


ampliación de la demanda sólo procede tratándose de la
resolución negativa ficta, excluye la posibilidad de ampliarla en
aquellos supuestos en los que la autoridad acompañe a su
contestación las constancias relativas al conocimiento de los actos
que la actora manifestó ignorar, en contravención al derecho al
debido proceso legal contenido en el artículo 14 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, que permite a los
justiciables acceder a los órganos jurisdiccionales para hacer valer
sus derechos y defender sus intereses en forma efectiva y en
condiciones de igualdad, pues impide a la demandante
controvertir lo expresado por la autoridad en su contestación a la
demanda y aportar las pruebas para desvirtuar las ofrecidas por
aquélla. Asimismo, vulnera el derecho fundamental a la tutela
jurisdiccional previsto en el artículo 17 de la Norma Suprema,
porque ante la imposibilidad de la actora de ampliar su demanda,
la juzgadora realizará un examen fragmentado de la litis, que
atenderá únicamente a los planteamientos formulados en la
demanda y en la contestación, en detrimento de una impartición
de justicia completa e imparcial, que impone a la autoridad
jurisdiccional la obligación de pronunciarse en el procedimiento
respecto de todos los aspectos debatidos y emitir una resolución
apegada a derecho, sin favoritismo ni arbitrariedad.

Contradicción de tesis 540/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2005716
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: 1a./J. 11/2014 (10a.)
Página: 396

DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU CONTENIDO.

Dentro de las garantías del debido proceso existe un


"núcleo duro", que debe observarse inexcusablemente en todo
procedimiento jurisdiccional, y otro de garantías que son
aplicables en los procesos que impliquen un ejercicio de la
potestad punitiva del Estado. Así, en cuanto al "núcleo duro", las
garantías del debido proceso que aplican a cualquier
procedimiento de naturaleza jurisdiccional son las que esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha identificado como
formalidades esenciales del procedimiento, cuyo conjunto integra
la "garantía de audiencia", las cuales permiten que los gobernados
ejerzan sus defensas antes de que las autoridades modifiquen su
esfera jurídica definitivamente. Al respecto, el Tribunal en Pleno
de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia P./J. 47/95, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, diciembre de
1995, página 133, de rubro: "FORMALIDADES ESENCIALES DEL
PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA
ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO
PRIVATIVO.", sostuvo que las formalidades esenciales del
procedimiento son: (i) la notificación del inicio del procedimiento;
(ii) la oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se
finque la defensa; (iii) la oportunidad de alegar; y, (iv) una
resolución que dirima las cuestiones debatidas y cuya
impugnación ha sido considerada por esta Primera Sala como
parte de esta formalidad. Ahora bien, el otro núcleo es identificado
comúnmente con el elenco de garantías mínimo que debe tener
toda persona cuya esfera jurídica pretenda modificarse mediante
la actividad punitiva del Estado, como ocurre, por ejemplo, con el
derecho penal, migratorio, fiscal o administrativo, en donde se
exigirá que se hagan compatibles las garantías con la materia
específica del asunto. Por tanto, dentro de esta categoría de
garantías del debido proceso, se identifican dos especies: la
primera, que corresponde a todas las personas
independientemente de su condición, nacionalidad, género, edad,
etcétera, dentro de las que están, por ejemplo, el derecho a contar
con un abogado, a no declarar contra sí mismo o a conocer la
causa del procedimiento sancionatorio; y la segunda, que es la
combinación del elenco mínimo de garantías con el derecho de
igualdad ante la ley, y que protege a aquellas personas que
pueden encontrarse en una situación de desventaja frente al
ordenamiento jurídico, por pertenecer a algún grupo vulnerable,
por ejemplo, el derecho a la notificación y asistencia consular, el
derecho a contar con un traductor o intérprete, el derecho de las

205
206

niñas y los niños a que su detención sea notificada a quienes


ejerzan su patria potestad y tutela, entre otras de igual naturaleza.

Amparo en revisión 352/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2009287
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 19, Junio de 2015, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Administrativa
Tesis: 2a./J. 74/2015 (10a.)
Página: 776

EVALUACIÓN POLIGRÁFICA. EL ARTÍCULO 85,


FRACCIÓN VI, DEL REGLAMENTO DE LA LEY ORGÁNICA DE
LA PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA QUE LA
PREVÉ, PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN EL 25 DE JUNIO DE 2003, NO CONTRAVIENE
EL DERECHO HUMANO AL DEBIDO PROCESO.

El derecho fundamental de debido proceso contenido en


los artículos 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y 8 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, tiene como principal finalidad que en el procedimiento
administrativo las autoridades respectivas sigan determinadas
reglas de índole procesal para garantizar la emisión de un fallo
objetivo sobre la problemática a dilucidar, destacando el relativo a
la fase probatoria. En el caso, el artículo 85, fracción VI, del
Reglamento en cita, no contraviene ese derecho constitucional por
el hecho de prever a la prueba poligráfica como parte de los
procesos de evaluación de control de confianza a que se deben
someter los miembros del Servicio Profesional de Carrera
Ministerial, Policial y Pericial, por un lado, porque su aplicación
está constitucionalmente justificada por su pertenencia a las
instituciones de seguridad pública, en tanto se requieren de
medios de evaluación y de control de confianza extraordinarios
que permitan comprobar que los servidores públicos cumplan con
los principios de legalidad, eficacia, profesionalismo, honradez,
lealtad, imparcialidad y de respeto a los derechos humanos; y, por
otro lado, porque el respeto al derecho fundamental de referencia
se garantiza en la medida en que la valoración del examen del
polígrafo en el proceso de evaluación de control de confianza
debe hacerse en relación con el resto de las evaluaciones que le
son practicadas.

Amparo en revisión 552/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2007998
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 12, Noviembre de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Administrativa, Administrativa
Tesis: 2a./J. 120/2014 (10a.)
Página: 924

EXAMEN POLIGRÁFICO. EL ARTÍCULO 49,


FRACCIÓN IV, DE LA LEY ORGÁNICA DE LA
PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA QUE LO
PREVÉ, NO CONTRAVIENE EL DERECHO AL DEBIDO
PROCESO.

El precepto indicado, al prever que el mecanismo de


evaluación de control de confianza para los servidores públicos de
la Procuraduría General de la República constará, entre otros, del
examen poligráfico, no contraviene el derecho al debido proceso
reconocido por los artículos 14 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y 8 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, porque el objetivo principal de aquél es
comprobar que los miembros de las instituciones de seguridad
pública cumplen con los principios de certeza, legalidad,
objetividad, imparcialidad, eficacia, profesionalismo, honradez,
lealtad, disciplina y respeto a los derechos humanos, en atención
a que la Procuraduría referida debe garantizar a la sociedad una
institución capaz, profesional, eficaz y transparente, lo que sólo
podrá conseguir si sus integrantes son éticos, probos, rectos,
comprometidos y eficientes. Además, el examen poligráfico sólo
es una parte de ese proceso, ya que junto con las demás
evaluaciones (patrimonial y de entorno social, médica,
psicométrica, psicológica, toxicológica y las demás que
establezcan las normas aplicables) se consigue verificar la
honestidad, rectitud, probidad, capacidad y profesionalismo de los
servidores públicos de la Procuraduría citada.

Amparo en revisión 375/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2001966
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 2
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: 1a./J. 76/2012 (10a.)
Página: 1080

MEDIOS ALTERNATIVOS DE AUTOCOMPOSICIÓN


EN DELITOS PERSEGUIBLES POR QUERELLA. LA OMISIÓN
DEL MINISTERIO PÚBLICO DE INFORMAR EN LA

207
208

AVERIGUACIÓN PREVIA AL INCULPADO Y A LA VÍCTIMA U


OFENDIDO SOBRE LA POSIBILIDAD DE SOLUCIONAR EL
CONFLICTO A TRAVÉS DE AQUÉLLOS, ASÍ COMO DE
REALIZAR LAS DILIGENCIAS PARA QUE
VOLUNTARIAMENTE SE SOMETAN A ELLAS, NO VIOLA EL
DEBIDO PROCESO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
TLAXCALA).

La interpretación sistemática y teleológica de los


artículos 1, 2, 4, fracción II, 5, párrafo segundo, 14 y 27, fracciones
I y VI, de la Ley que Regula el Sistema de Mediación y
Conciliación en el Estado de Tlaxcala, en relación con el numeral
3o., fracción VIII, de la Ley Orgánica de la Institución del Ministerio
Público en esa entidad federativa, no lleva a establecer que,
tratándose de delitos perseguibles por querella, la omisión del
Ministerio Público en la averiguación previa de informar al
inculpado y a la víctima u ofendido de la existencia de la
mediación y de la conciliación como medios alternativos de
autocomposición, y de realizar las diligencias necesarias para que
voluntariamente se acojan a cualquiera de ellos, así como de
citarlos para una audiencia de conciliación, conforme al artículo 8
Bis del Código de Procedimientos Penales para el Estado Libre y
Soberano de Tlaxcala, implique una violación a la garantía de
defensa del inculpado y, por ende, al debido proceso legal, en
tanto que la atribución de procurar la conciliación a cargo del
representante social no se traduce en una obligación, sino sólo
corresponde a una facultad potestativa como lo prevé el referido
artículo 5 de la ley especial citada, sin que por analogía resulten
aplicables a la legislación de Tlaxcala, las consideraciones
vertidas por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación en la tesis de jurisprudencia 1a./J. 4/2010, de rubro:
"AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN EN LA AVERIGUACIÓN
PREVIA. LA OMISIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO DE CITAR A
LAS PARTES A ELLA O DE CELEBRARLA, NO CONSTITUYE
UNA VIOLACIÓN CONSUMADA IRREPARABLEMENTE PARA
EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).", pues parten de la
existencia de un precepto que impone esa obligación, en tanto
que en la legislación analizada, no existe un precepto de igual
contenido.

Contradicción de tesis 132/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2015603
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 48, Noviembre de 2017, Tomo I
Materia(s): Penal
Tesis: 1a./J. 101/2017 (10a.)
Página: 323

TORTURA. ES INNECESARIO REPONER EL


PROCEDIMIENTO CUANDO NO EXISTA CONFESIÓN DE LOS
HECHOS IMPUTADOS O CUALQUIER ACTO QUE CONLLEVE
AUTOINCRIMINACIÓN DEL INCULPADO.

En el criterio emitido por esta Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J.
10/2016 (10a.), (1) de rubro: "ACTOS DE TORTURA. LA
OMISIÓN DEL JUEZ PENAL DE INSTANCIA DE INVESTIGAR
LOS DENUNCIADOS POR EL IMPUTADO, CONSTITUYE UNA
VIOLACIÓN A LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO QUE
TRASCIENDE A SU DEFENSA Y AMERITA LA REPOSICIÓN DE
ÉSTE.", se establece que la omisión de la autoridad judicial de
investigar una denuncia de tortura como violación a derechos
fundamentales con repercusión en el proceso penal, constituye
una violación a las leyes que rigen el procedimiento, que
trasciende a las defensas del quejoso en términos de los artículos
173, fracción XXII, de la Ley de Amparo, 1o., párrafo tercero, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como
1, 6, 8 y 10 de la Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura y, consecuentemente, debe ordenarse la
reposición del procedimiento de primera instancia para realizar la
investigación correspondiente y analizar la denuncia de tortura,
únicamente desde el punto de vista de violación de derechos
humanos dentro del proceso penal, a efecto de corroborar si
existió o no dicha transgresión para los fines probatorios
correspondientes al dictar la sentencia. No obstante, en aquellos
casos en que no exista confesión o algún otro acto que implique
autoincriminación como consecuencia de los actos de tortura
alegados, no resulta procedente ordenar la reposición del
procedimiento de conformidad con la jurisprudencia antes citada,
pues en esos supuestos la violación a derechos humanos
derivada de la tortura carece de trascendencia en el proceso penal
por no haber impacto; sin embargo, fuera de esos supuestos de
excepción, deberá procederse como se describe en el criterio
jurisprudencial de referencia. Es decir, que la jurisprudencia a que
se alude tendrá aplicación siempre que se trate de asuntos en los
que, como consecuencia de la tortura, se haya verificado la
confesión o cualquier manifestación incriminatoria del inculpado,
porque en tal caso, la autoridad jurisdiccional estará obligada a
realizar una investigación a fin de determinar si se actualizó o no
la tortura y, de corroborarse ésta, deberá ceñirse a los parámetros
constitucionales fijados en relación con las reglas de exclusión de
las pruebas ilícitas, esto es, que de no acreditarse el señalado
supuesto de excepción, el citado criterio jurisprudencial operará en
sus términos.

Amparo directo en revisión 6160/2016.


.

209
210

d. Protocolos.
No se encontró protocolo específico sobre el tema.
e. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.

México.

B. Protección judicial.
a Definición.
“CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS
HUMANOS (Pacto de San José)
Artículo 25. Protección Judicial
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y
rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o
tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen
sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la
ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea
cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones
oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por
el sistema legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda
persona que interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades
competentes, de toda decisión en que se haya estimado
procedente el recurso.”

b. Tesis SCJN.

Época: Décima Época


Registro: 2010984
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 2a./J. 12/2016 (10a.)
Página: 763

RECURSO JUDICIAL EFECTIVO. EL JUICIO DE


AMPARO CUMPLE CON LAS CARACTERÍSTICAS DE
EFICACIA E IDONEIDAD A LA LUZ DEL ARTÍCULO 25 DE LA
CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.
De la interpretación del precepto citado, un recurso judicial
efectivo es aquel capaz de producir el resultado para el que ha
sido concebido, es decir, debe ser un medio de defensa que
puede conducir a un análisis por parte de un tribunal competente
para determinar si ha habido o no una violación a los derechos
humanos y, en su caso, proporcionar una reparación. En este
sentido, el juicio de amparo constituye un recurso judicial efectivo
para impugnar la inconstitucionalidad, o incluso la
inconvencionalidad, de una disposición de observancia general,
pues permite al órgano jurisdiccional de amparo emprender un
análisis para establecer si ha habido o no una violación a los
derechos humanos de los solicitantes y, en su caso, proporcionar
una reparación, lo que se advierte de los artículos 1o., fracción I,
5o., fracción I, párrafo primero, 77 y 107, fracción I, de la Ley de
Amparo. Ahora bien, en cuanto a la idoneidad y la razonabilidad
del juicio de amparo, la Corte Interamericana reconoció que la
existencia y aplicación de causas de admisibilidad de un recurso o
un medio de impugnación resultan perfectamente compatibles con
el texto de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
en el entendido de que la efectividad del recurso intentado, se
predica cuando una vez cumplidos los requisitos de procedibilidad,
el órgano judicial evalúa sus méritos y entonces analiza el fondo
de la cuestión efectivamente planteada. En esa misma tesitura,
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que la
circunstancia de que en el orden jurídico interno se fijen requisitos
formales o presupuestos necesarios para que las autoridades de
amparo analicen el fondo de los planteamientos propuestos por
las partes no constituye, en sí misma, una violación al derecho
fundamental a un recurso judicial efectivo; pues dichos requisitos
son indispensables y obligatorios para la prosecución y respeto de
los derechos de seguridad jurídica y funcionalidad que garantizan
el acceso al recurso judicial efectivo.

Época: Décima Época


Registro: 2005917
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 4, Marzo de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 22/2014 (10a.)
Página: 325

DERECHO FUNDAMENTAL A UN RECURSO


JUDICIAL EFECTIVO. EL HECHO DE QUE EN EL ORDEN
JURÍDICO INTERNO SE PREVEAN REQUISITOS FORMALES
O PRESUPUESTOS NECESARIOS PARA QUE LAS
AUTORIDADES DE AMPARO ANALICEN EL FONDO DE LOS
ARGUMENTOS PROPUESTOS POR LAS PARTES, NO
CONSTITUYE, EN SÍ MISMO, UNA VIOLACIÓN DE AQUÉL.
El derecho fundamental a un recurso sencillo, rápido y
efectivo, reconocido en el artículo 25, numeral 1, de la Convención
Americana sobre

211
212

Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica),


implica que los mecanismos o medios procesales destinados a
garantizar los derechos humanos sean efectivos. En este sentido,
la inexistencia de un recurso efectivo contra las violaciones a los
derechos reconocidos por la citada Convención constituye su
transgresión por el Estado parte. Al respecto, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que para que
exista el recurso, no basta con que esté previsto por la
Constitución o la ley, o que sea admisible formalmente, sino que
se requiere que sea realmente idóneo para determinar si se ha
incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo
necesario para remediarla. Ahora bien, el simple establecimiento
de requisitos o presupuestos formales necesarios para el estudio
de fondo de los alegatos propuestos en el amparo no constituye,
en sí mismo, una violación al derecho referido, pues en todo
procedimiento o proceso existente en el orden interno de los
Estados deben concurrir amplias garantías judiciales, entre ellas,
las formalidades que deben observarse para garantizar el acceso
a aquéllas. Además, por razones de seguridad jurídica, para la
correcta y funcional administración de justicia y para la efectiva
protección de los derechos de las personas, los Estados deben
establecer presupuestos y criterios de admisibilidad, de carácter
judicial o de cualquier otra índole, de los recursos internos; de
forma que si bien es cierto que dichos recursos deben estar
disponibles para el interesado, a fin de resolver efectiva y
fundadamente el asunto planteado y, en su caso, proveer la
reparación adecuada, también lo es que no siempre y, en
cualquier caso, cabría considerar que los órganos y tribunales
internos deban resolver el fondo del asunto que se les plantea, sin
que importe verificar los presupuestos formales de admisibilidad y
procedencia del recurso intentado. En este sentido, aun cuando
resulta claro que el juicio de amparo es una materialización del
derecho humano a un recurso judicial efectivo, reconocido tanto
en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
como en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, el hecho de que el orden jurídico interno
prevea requisitos formales o presupuestos necesarios para que
las autoridades jurisdiccionales analicen el fondo de los
argumentos propuestos por las partes no constituye, en sí mismo,
una violación a dicho derecho fundamental.

Época: Décima Época


Registro: 2005717
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 10/2014 (10a.)
Página: 487
PRINCIPIO PRO PERSONA Y RECURSO EFECTIVO.
EL GOBERNADO NO ESTÁ EXIMIDO DE RESPETAR LOS
REQUISITOS DE PROCEDENCIA PREVISTOS EN LAS LEYES
PARA INTERPONER UN MEDIO DE DEFENSA.
Si bien la reforma al artículo 1o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, de 10 de junio de 2011,
implicó la modificación del sistema jurídico mexicano para
incorporar el denominado principio pro persona, el cual consiste
en brindar la protección más amplia al gobernado, así como los
tratados internacionales en materia de derechos humanos, entre
ellos el derecho a un recurso efectivo, previsto en el artículo 25 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ello no
significa que en cualquier caso el órgano jurisdiccional deba
resolver el fondo del asunto, sin que importe la verificación de los
requisitos de procedencia previstos en las leyes nacionales para la
interposición de cualquier medio de defensa, ya que las
formalidades procesales son la vía que hace posible arribar a una
adecuada resolución, por lo que tales aspectos, por sí mismos,
son insuficientes para declarar procedente lo improcedente.

213
214

Época: Décima Época


Registro: 2003228
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Libro XIX, Abril de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 114/2012 (10a.)
Página: 666

APELACIÓN. LOS ARTÍCULOS 529 Y 532,


FRACCIÓN IV, DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES
PARA EL ESTADO DE TLAXCALA, AL CONDICIONAR SU
PROCEDENCIA A LA COMPARECENCIA DEL APELANTE
ANTE EL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA PARA
MANIFESTAR SU VOLUNTAD DE CONTINUAR CON EL
RECURSO, VIOLAN EL DERECHO FUNDAMENTAL DE
ACCESO EFECTIVO A LA JUSTICIA.
Acorde con los principios constitucionales que rigen en
materia de derechos humanos, al establecer los términos y plazos
que deben observar los particulares para acudir ante los órganos
jurisdiccionales a plantear una pretensión, defenderse de ella y
obtener una resolución, el legislador ordinario debe garantizar la
efectividad de los recursos y medios de defensa, motivo por el
cual no debe condicionar su procedencia a requisitos o
formalismos excesivos, innecesarios o carentes de razonabilidad
respecto del fin que legítimamente puede limitar el derecho
fundamental de acceso a la jurisdicción, previsto en el artículo 17
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por
tanto, si los artículos 515, 516, 518 y 525 del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Tlaxcala, prevén que el
recurso de apelación debe interponerse por conducto del juez que
dictó la resolución impugnada dentro de los doce días siguientes
al de su notificación, mediante escrito en el que se expresen los
agravios relativos y se ofrezcan las pruebas que se estimen
conducentes, es claro que los numerales 529 y 532, fracción IV,
del citado código, al establecer que aquél se desechará si dentro
de los seis días siguientes al en que el juez haga del conocimiento
de las partes que los autos se remitieron al Tribunal Superior de
Justicia, el apelante no comparece ante éste a manifestar su
voluntad de continuarlo, violan el derecho fundamental de acceso
efectivo a la justicia, porque dicha exigencia se traduce en un
presupuesto procesal excesivo y carente de razonabilidad
respecto del fin pretendido, toda vez que su interposición en
tiempo y forma evidencia la intención del particular de instar la
actuación del tribunal de alzada para que se revise la legalidad de
la resolución impugnada, además de que la falta de interés en su
prosecución se sanciona con la caducidad de la instancia, pues
ésta opera ante la falta de promoción para impulsar la
continuación del procedimiento en un plazo de noventa días
naturales contados a partir del día siguiente al de la última
notificación.

c. Búsqueda de jurisprudencias de la SCJN.


Voz: Recurso judicial efectivo.

Época: Décima Época


Registro: 2003228
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Libro XIX, Abril de 2013, Tomo 1
Materia(s): Constitucional, Civil
Tesis: 1a./J. 114/2012 (10a.)
Página: 666

APELACIÓN. LOS ARTÍCULOS 529 Y 532,


FRACCIÓN IV, DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES
PARA EL ESTADO DE TLAXCALA, AL CONDICIONAR SU
PROCEDENCIA A LA COMPARECENCIA DEL APELANTE
ANTE EL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA PARA
MANIFESTAR SU VOLUNTAD DE CONTINUAR CON EL
RECURSO, VIOLAN EL DERECHO FUNDAMENTAL DE
ACCESO EFECTIVO A LA JUSTICIA.

Acorde con los principios constitucionales que rigen en


materia de derechos humanos, al establecer los términos y plazos
que deben observar los particulares para acudir ante los órganos
jurisdiccionales a plantear una pretensión, defenderse de ella y
obtener una resolución, el legislador ordinario debe garantizar la
efectividad de los recursos y medios de defensa, motivo por el
cual no debe condicionar su procedencia a requisitos o
formalismos excesivos, innecesarios o carentes de razonabilidad
respecto del fin que legítimamente puede limitar el derecho
fundamental de acceso a la jurisdicción, previsto en el artículo 17
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por
tanto, si los artículos 515, 516, 518 y 525 del Código de
Procedimientos Civiles para el Estado de Tlaxcala, prevén que el
recurso de apelación debe interponerse por conducto del juez que
dictó la resolución impugnada dentro de los doce días siguientes
al de su notificación, mediante escrito en el que se expresen los
agravios relativos y se ofrezcan las pruebas que se estimen
conducentes, es claro que los numerales 529 y 532, fracción IV,
del citado código, al establecer que aquél se desechará si dentro
de los seis días siguientes al en que el juez haga del conocimiento
de las partes que los autos se remitieron al Tribunal Superior de
Justicia, el apelante no comparece ante éste a manifestar su
voluntad de continuarlo, violan el derecho fundamental de acceso
efectivo a la justicia, porque dicha exigencia se traduce en un
presupuesto procesal excesivo y carente de razonabilidad

215
216

respecto del fin pretendido, toda vez que su interposición en


tiempo y forma evidencia la intención del particular de instar la
actuación del tribunal de alzada para que se revise la legalidad de
la resolución impugnada, además de que la falta de interés en su
prosecución se sanciona con la caducidad de la instancia, pues
ésta opera ante la falta de promoción para impulsar la
continuación del procedimiento en un plazo de noventa días
naturales contados a partir del día siguiente al de la última
notificación.

Contradicción de tesis 332/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2005917
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 4, Marzo de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: 1a./J. 22/2014 (10a.)
Página: 325

DERECHO FUNDAMENTAL A UN RECURSO


JUDICIAL EFECTIVO. EL HECHO DE QUE EN EL ORDEN
JURÍDICO INTERNO SE PREVEAN REQUISITOS FORMALES
O PRESUPUESTOS NECESARIOS PARA QUE LAS
AUTORIDADES DE AMPARO ANALICEN EL FONDO DE LOS
ARGUMENTOS PROPUESTOS POR LAS PARTES, NO
CONSTITUYE, EN SÍ MISMO, UNA VIOLACIÓN DE AQUÉL.

El derecho fundamental a un recurso sencillo, rápido y


efectivo, reconocido en el artículo 25, numeral 1, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de
Costa Rica), implica que los mecanismos o medios procesales
destinados a garantizar los derechos humanos sean efectivos. En
este sentido, la inexistencia de un recurso efectivo contra las
violaciones a los derechos reconocidos por la citada Convención
constituye su transgresión por el Estado parte. Al respecto, la
Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que
para que exista el recurso, no basta con que esté previsto por la
Constitución o la ley, o que sea admisible formalmente, sino que
se requiere que sea realmente idóneo para determinar si se ha
incurrido en una violación a los derechos humanos y proveer lo
necesario para remediarla. Ahora bien, el simple establecimiento
de requisitos o presupuestos formales necesarios para el estudio
de fondo de los alegatos propuestos en el amparo no constituye,
en sí mismo, una violación al derecho referido, pues en todo
procedimiento o proceso existente en el orden interno de los
Estados deben concurrir amplias garantías judiciales, entre ellas,
las formalidades que deben observarse para garantizar el acceso
a aquéllas. Además, por razones de seguridad jurídica, para la
correcta y funcional administración de justicia y para la efectiva
protección de los derechos de las personas, los Estados deben
establecer presupuestos y criterios de admisibilidad, de carácter
judicial o de cualquier otra índole, de los recursos internos; de
forma que si bien es cierto que dichos recursos deben estar
disponibles para el interesado, a fin de resolver efectiva y
fundadamente el asunto planteado y, en su caso, proveer la
reparación adecuada, también lo es que no siempre y, en
cualquier caso, cabría considerar que los órganos y tribunales
internos deban resolver el fondo del asunto que se les plantea, sin
que importe verificar los presupuestos formales de admisibilidad y
procedencia del recurso intentado. En este sentido, aun cuando
resulta claro que el juicio de amparo es una materialización del
derecho humano a un recurso judicial efectivo, reconocido tanto
en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
como en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, el hecho de que el orden jurídico interno
prevea requisitos formales o presupuestos necesarios para que
las autoridades jurisdiccionales analicen el fondo de los
argumentos propuestos por las partes no constituye, en sí mismo,
una violación a dicho derecho fundamental.

Amparo directo en revisión 2354/2012.

Época: Décima Época


Registro: 2005717
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 10/2014 (10a.)
Página: 487

PRINCIPIO PRO PERSONA Y RECURSO EFECTIVO.


EL GOBERNADO NO ESTÁ EXIMIDO DE RESPETAR LOS
REQUISITOS DE PROCEDENCIA PREVISTOS EN LAS LEYES
PARA INTERPONER UN MEDIO DE DEFENSA.

Si bien la reforma al artículo 1o. de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos, de 10 de junio de 2011,
implicó la modificación del sistema jurídico mexicano para
incorporar el denominado principio pro persona, el cual consiste
en brindar la protección más amplia al gobernado, así como los
tratados internacionales en materia de derechos humanos, entre
ellos el derecho a un recurso efectivo, previsto en el artículo 25 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ello no
significa que en cualquier caso el órgano jurisdiccional deba
resolver el fondo del asunto, sin que importe la verificación de los
requisitos de procedencia previstos en las leyes nacionales para la
interposición de cualquier medio de defensa, ya que las

217
218

formalidades procesales son la vía que hace posible arribar a una


adecuada resolución, por lo que tales aspectos, por sí mismos,
son insuficientes para declarar procedente lo improcedente.

Amparo directo en revisión 3103/2012.


Época: Décima Época
Registro: 2010984
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 27, Febrero de 2016, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 2a./J. 12/2016 (10a.)
Página: 763

RECURSO JUDICIAL EFECTIVO. EL JUICIO DE


AMPARO CUMPLE CON LAS CARACTERÍSTICAS DE
EFICACIA E IDONEIDAD A LA LUZ DEL ARTÍCULO 25 DE LA
CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS.

De la interpretación del precepto citado, un recurso


judicial efectivo es aquel capaz de producir el resultado para el
que ha sido concebido, es decir, debe ser un medio de defensa
que puede conducir a un análisis por parte de un tribunal
competente para determinar si ha habido o no una violación a los
derechos humanos y, en su caso, proporcionar una reparación. En
este sentido, el juicio de amparo constituye un recurso judicial
efectivo para impugnar la inconstitucionalidad, o incluso la
inconvencionalidad, de una disposición de observancia general,
pues permite al órgano jurisdiccional de amparo emprender un
análisis para establecer si ha habido o no una violación a los
derechos humanos de los solicitantes y, en su caso, proporcionar
una reparación, lo que se advierte de los artículos 1o., fracción I,
5o., fracción I, párrafo primero, 77 y 107, fracción I, de la Ley de
Amparo. Ahora bien, en cuanto a la idoneidad y la razonabilidad
del juicio de amparo, la Corte Interamericana reconoció que la
existencia y aplicación de causas de admisibilidad de un recurso o
un medio de impugnación resultan perfectamente compatibles con
el texto de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
en el entendido de que la efectividad del recurso intentado, se
predica cuando una vez cumplidos los requisitos de procedibilidad,
el órgano judicial evalúa sus méritos y entonces analiza el fondo
de la cuestión efectivamente planteada. En esa misma tesitura,
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que la
circunstancia de que en el orden jurídico interno se fijen requisitos
formales o presupuestos necesarios para que las autoridades de
amparo analicen el fondo de los planteamientos propuestos por
las partes no constituye, en sí misma, una violación al derecho
fundamental a un recurso judicial efectivo; pues dichos requisitos
son indispensables y obligatorios para la prosecución y respeto de
los derechos de seguridad jurídica y funcionalidad que garantizan
el acceso al recurso judicial efectivo.
Recurso de reclamación 777/2014.

d. Protocolos.

219
220

No se encontró protocolo específico sobre el tema.


e. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.

. México.

C. Garantías judiciales.

a Definición.
“CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS
HUMANOS (Pacto de San José)
Artículo 8. Garantías Judiciales
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o
tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación
penal formulada contra ella, o para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que
se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su
culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en
plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente
por el traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma
del juzgado o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la
acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios
adecuados para la preparación de su defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente
o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse
libre y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor
proporcionado por el Estado, remunerado o no según la
legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo
ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos
presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como
testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre
los hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo
ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal
superior.

221
222

3. La confesión del inculpado solamente es válida si es


hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no
podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que
sea necesario para preservar los intereses de la justicia.”
Tradicionalmente la noción de garantías judiciales en el
Sistema Interamericano se refiere a todos aquellos derechos que
tienen como finalidad la protección de la persona que se
encuentra sometida a un procedimiento legal ante una autoridad
competente, que puede ser de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter. Al respecto, la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (CADH) establece en su artículo 8
ciertos derechos a los que denomina garantías judiciales.
Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos al interpretar el contenido de aquel numeral sostiene
que:
“El artículo 8.1 de la Convención consagra los
lineamientos del llamado “debido proceso legal”, que consiste en
el derecho de toda persona a ser oída con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley,
en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada en su
contra o para la determinación de sus derechos. El artículo 8.2 de
la Convención establece, adicionalmente, las garantías mínimas
que deben ser aseguradas por los Estados en función del debido
proceso legal. Por su parte, el artículo 25 de la Convención ordena
proporcionar un recurso sencillo y rápido para la protección de los
derechos de las personas.”
Es importante señalar, que si bien este artículo se
refiere únicamente a una enunciación de ciertos derechos, no
debe considerársele de contenido limitado o restrictivo, ya que
existen otros artículos y ordenamientos como la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), en los
cuales destacan otros derechos que protegen a la persona en un
procedimiento legal.
Para algunos estudiosos del derecho la denominación
de garantías judiciales, es sinónimo a garantías procesales o
derechos al debido proceso legal due process of law. Por su parte,
la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha establecido que las garantías judiciales se refieren a
las exigencias derivadas del debido proceso legal, así como del
derecho de acceso a la justicia. Al respecto, la Corte
Interamericana sostiene lo siguiente:
“El artículo 8 de la Convención que se refiere a las
garantías judiciales consagra los lineamientos del llamado “debido
proceso legal” o “derecho de defensa procesal”, que consisten en
el derecho de toda persona a ser oída con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley,
en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada en su
contra o para la determinación de sus derechos de carácter civil,
laboral, fiscal u otro cualquiera.”
En conclusión, la Corte Interamericana ha reiterado, en
diversos asuntos como en el Caso Yvon Neptune vs. Haití, que el
Artículo 8 de la Convención Americana se refiere a las garantías
judiciales, y que “establece los lineamientos del llamado ‘debido

223
224

proceso legal’, que consiste, inter alia, en el derecho de toda


persona a ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada en su
contra”.
En la Opinión Consultiva OC-8/87 se establece una
aproximación muy concreta de la noción de “garantía”, al
establecer que:
“Las garantías sirven para proteger, asegurar o hacer
valer la titularidad o el ejercicio de un derecho. Como los Estados
Partes tienen la obligación de reconocer y respetar los derechos y
libertades de la persona, también tienen la de proteger y asegurar
su ejercicio a través de las respectivas garantías (artículo 1.1),
vale decir, de los medios idóneos para que los derechos y
libertades sean efectivos en toda circunstancia.”
Asimismo, sostiene que la expresión garantías judiciales
“no puede referirse sino a medios judiciales idóneos para la
protección de tales derechos, lo cual implica la intervención de un
órgano judicial independiente e imparcial, apto para determinar la
legalidad de las actuaciones que se cumplan dentro del estado de
excepción”.

c. Búsqueda de jurisprudencias de la SCJN.


Voz: garantías judiciales

Época: Décima Época


Registro: 2002236
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Libro XV, Diciembre de 2012, Tomo 1
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 92/2012 (10a.)
Página: 379

APELACIÓN. LA REGLA DE PROCEDENCIA EN


RAZÓN DE SU CUANTÍA, SÍ RESULTA APLICABLE AL
PROCEDIMIENTO JUDICIAL DE EJECUCIÓN DE GARANTÍAS
OTORGADAS MEDIANTE PRENDA SIN TRANSMISIÓN DE LA
POSESIÓN Y FIDEICOMISO DE GARANTÍAS.

Los artículos 1414 Bis-7 al 1414 Bis-20, del Código de


Comercio, que regulan el juicio especial denominado
"Procedimiento judicial de ejecución de garantías otorgadas
mediante prenda sin transmisión de la posesión y fideicomiso de
garantías", si bien prevén la procedencia del recurso de apelación
en contra de las resoluciones dictadas en ese procedimiento, no
establecen una regulación específica en relación con ese medio
de impugnación, razón por la que siguiendo la línea de
supletoriedad que se deriva de lo dispuesto en el numeral 1414
Bis-20, del Código de Comercio, en relación con lo establecido en
el artículo 1407 bis del propio ordenamiento, debe concluirse que
en todo lo no previsto para ese recurso en los artículos que
regulan ese juicio, resultan aplicables las disposiciones del Libro V
del Código de Comercio, de manera que si en este libro se
establece una limitación a la procedencia del recurso de apelación
en razón de su cuantía, ésta debe ser atendida en el juicio
especial mercantil antes señalado, máxime que la limitación de la
procedencia de ese recurso en razón de su cuantía, persigue una
finalidad que se ha determinado constitucionalmente legítima.

Contradicción de tesis 254/2012.

d. Protocolos y documentos.
Las garantías judiciales en el Sistema Interamericano de
Derechos Humanos. Juan Carlos Villavicencio Macías
No se encontró protocolo específico sobre el tema.
e. Criterios de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
xico.

cía Cruz y Sánchez Silvestre vs. México

ANEXOS
Protocolos

adolescentes.

pueblos indígenas

derecho a la igualdad

sujetas de protección internacional

tortura y malos tratos.

Documentos

todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas

CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS Nº 6:


DESAPARICIÓN FORZADA

Interamericana de Derechos Humanos Nº 10

225
226

ntías judiciales en el Sistema


Interamericano de Derechos Humanos. Juan Carlos Villavicencio
Macías

Criterios de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos.

a Gutman vs. México.

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