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La organización política incaica fue una de las más avanzadas de América precolombina.

A
decir de Luis E. Valcárcel, el propósito del Estado inca era garantizar el bienestar de todos sus
súbditos, a diferencia de otras monarquías históricas que buscaban solo defender los
privilegios de grupos reducidos. El imperio incaico «garantizó a la totalidad de seres humanos,
bajo su jurisdicción, el derecho a la vida mediante la satisfacción plena de las necesidades
físicas primordiales de alimentación, vestido, vivienda, salud y sexo.» Ello se logró
organizando de manera meticulosa a los pobladores, considerados ante todo como actores
del proceso de la producción económica, de modo que pudieran evitar las hambrunas y estar
siempre prevenidos ante los embates destructivos de la naturaleza. El Estado inca tuvo, pues,
un alto sentido de previsión social.1

La diarquía[editar]
Los cronistas españoles, cuyos escritos constituyen la fuente primaria de la historia inca,
interpretaron al sistema político de los incas según su concepción europeísta y occidental. Es
por eso que describieron al gobierno inca como una monarquía absolutista, a la cabeza del
cual se hallaba un solo soberano absoluto, el Inca. Sin embargo, los modernos estudios nos
dejan entrever que existieron dos gobernantes que ostentaron al mismo tiempo el mando. 23
Uno pertenecía a la parcialidad del Hanan Cuzco (Cuzco alto) y el otro a la del Hurin Cuzco
(Cuzco bajo). Esta dualidad del Hanan y del Hurin se daba también en los curacazgos, y se
remonta a la época preincaica; es pues, típica de la cosmovisión andina. 4 Según Waldemar
Espinoza Soriano, si bien en el Imperio había dos administradores o jefes máximos, ello no
significa que existiesen dos monarquías paralelas, sino que solo había una, debidamente
unificada. Los dos gobernantes tenían sus bienes y posesiones de manera equivalente,
aunque era el de Hanan el que reunía más rango por ser el que manejaba la vida cívica,
política, económica, social y militar; por eso se le llamaba el Sapa Inca. El otro gobernante, el
de Hurin, concentraba en su persona el poder sacerdotal: era el Willaq Umu, y aunque era de
menos rango, no por ello dejaba de tener enorme influencia en las decisiones imperiales. 5

La jerarquía imperial[editar]
El Sapa Inca o, simplemente, el Inca era pues, el máximo gobernante, que compartía el poder
con el sumo sacerdote o Willaq Umu. Todos sus súbditos debían acatar con sumisión sus
órdenes. Símbolo de su poder era la mascapaicha, una especie de borla de lana roja que
ceñía en la cabeza. Ejercía las funciones de su gobierno desde el palacio particular que cada
uno se hacía construir en el Cuzco. Allí concedía audiencia todo el día y administraba justicia.
Pero también viajaba con frecuencia por todo el territorio de su imperio, llevado en andas
sobre hombros de cargadores, para atender personalmente las necesidades de su pueblo. 6
Al Inca le seguían en jerarquía:

 El Auqui o príncipe heredero. En vida de su padre, ejercía el cogobierno, para


ejercitarse en las funciones imperiales. No necesariamente era el hijo mayor del Inca y de
la coya, sino que se lo escogía de entre todos los hijos del Inca, recayendo el honor sobre
quien tuviera las mejores cualidades para desempeñar tan alta función. 78

 El Tahuantinsuyo Camachic o Consejo Imperial, integrado por cuatro personajes


o apus, que tenía a su cargo el gobierno de cada uno de los suyos o regiones. Algunos
autores lo denominan Suyuyuc Apu. A esos 4 apus habría que agregar, según Guaman
Poma de Ayala, a otros 12 consejeros: cuatro por cada uno de los suyos grandes
(Chinchaysuyo y Collasuyo) y dos por cada uno de los de menor tamaño (Antisuyo y
Contisuyo). De modo que el Consejo Imperial estaba representado por 16 consejeros: 4
principales y 12 secundarios.9
 Los gobernadores o Apunchic, con atribuciones político-militares. Su labor consistía en
mantener en orden las provincias. Residía en fortalezas ubicadas en puntos estratégicos y
rendía cuentas directamente al Inca y a su Consejo. 9

 El Tucuirícuc o tocricoc, «el que todo lo ve», una especie de supervisor o veedor
imperial, que controlaba a los funcionarios de provincias, y en caso necesario, ejercía las
funciones de gobierno. Se encargaba además de recoger los tributos y remitirlos al Cuzco,
de casar a las parejas y de ejercer la justicia.10 Como símbolo del poder que le otorgaba el
Inca, llevaba siempre un hilo de la mascapaicha, que era inconfundible para la gente.

 El curaca, era el jefe del ayllu o comunidad. Equivalente a cacique. Solía ser el más
anciano y sabio de su pueblo, aunque a veces los incas imponían sus propios curacas en
las poblaciones recalcitrantes a su dominio. Vigilaba por el orden y aplicaba justicia;
también se encargaba de recolectar el tributo para el Inca. Tenía como privilegios el poder
entrevistarse con el Inca, de tener como esposa principal a una aclla cusqueña, además
de numerosas esposas secundarias. Debía enviar a sus hijos al Cuzco, para ser educados
junto con la elite inca; con ello, el Estado inca buscaba quechuizar a la clase dirigencial de
las provincias.10

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