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ESTADO ACTUAL DEL RACISMO C

ONTRA LOS INDÍGENAS


El racismo está vigente en Guatemala, más de hecho que de derecho, y concuerda
con el paradigma étnico racista y su sistema pigmentocrático históricamente
vigente.
El Racismo Contra los pueblos Indígenas de Guatemala presiona para hacer que
todo se conforme a dicho ordenamiento racial y cultural.
Así, si un indígena inaugura un congreso nacional o internacional, por muy
legítima y legal que sea la autoridad de que esté investido, la inauguración
será vista como opaca, corriente y desmeritada.
Pero si lo inaugura un ladino guatemalteco o un extranjero que sea blanco y
rubio, es vista como normal y hasta calificada de brillante y relevante. Así,
también el Ministerio de Cultura apenas ha tenido dos ministros indígenas
pero ya se le califica despectivamente de “El Ministerio de los Indios”.
Por ello que se valora positivamente la piel blanca y se desacredita o se considera
de menor valor a la piel cobriza o morena. Por ello, varios ladinos de piel cobriza o
morena padecen complejos de inferioridad y están incómodos en su propia piel pues
no logran dar igual valor a sus dos raíces biológicas diferentes. (lo blanco-español
y lo cobrizo- indígena)
Así, está en el orden de las cosas que las personas morenas y cobrizas deben estar
subordinadas ante los blancos y rubios pero no viceversa. Sería inconcebible
encontrar a un rubio o blanco haciendo trabajos de indio, tal como acontece a los
guatemaltecos que van a países europeos y a Norteamérica, y se extrañan de ver
rubios haciendo trabajo manual. Sería inconcebible ver a blancos o rubios
guatemaltecos estar subordinado a un indio, pues es el colapso del sistema
pigmentocrático. El racista criollo-mestizo califica a los ladinos que aceptan
dicha condición como traidores.

Marta Elena Casaús Arzú reportó también que durante el estudio que realizó sobre
el racismo en Guatemala hacia 1975, encontró más de algún criollo que pagaba en
dólares a un alemán por cada mujer indígena que preñaba en su finca ya que
representaba una mejoría de la raza (Comunicación en Conferencia Pública: 2 de
octubre, 1995).
Asimismo, el estudio Racismo y Solidaridad de Españoles, Portugueses y
Latinoamericanos: los Jóvenes ante otros pueblos y Culturas, apoyado por el
gobierno de Extremadura - España (1997), indicó que 39% de los niños y
adolescentes entrevistados (cuatro de cada 10) consideran que los blancos son
la mejor raza, o son de mejor raza que los morenos o negros. Otra evidencia
es que, para impulsar sus productos en el mercado las empresas
guatemaltecas y las agencias de publicidad, utilizan masivamente modelos de
hombre y mujer blancos como promotores, pero casi nunca guatemaltecas
morenas e indígenas.
Estos ejemplos tomados de la vida contemporánea, indican que en Guatemala, el
color de piel ideal y ejemplar sigue siendo el blanco y rubio. Lo rubio o canche
es un color de piel que ha venido valorándose también como consecuencia de los
últimos fenómenos de colonialismo e imperialismo que han padecido los
guatemaltecos (Alemán, inglés, norteamericano). Esto explica por qué, cuando los
norteamericanos y europeos se naturalizan guatemaltecos, prefieren seguir
actuando y conducirse como extranjeros por los privilegios que de hecho se les
concede, en vez de adoptar la cultura de los ladinos, su pueblo receptor.
La vigencia del racismo de base biológica también se acompaña de un racismo de
base cultural.
Así, está en el orden de las cosas que, lo indígena es y debe estar subordinado
y desplazado ante lo occidental y mestizo, excepto en los campos en que pueden
ser rentables o útiles: lo folclórico, lo turístico y lo simbólico de la identidad nacional.
Así la ya mencionada Encuesta Latinoamericana sobre la Tolerancia indicó que
12% de los niños y jóvenes guatemaltecos opina que debe expulsarse a los
indígenas del país. Este caso indica que hay sectores del país que no están
buscando un reacomodo de los pueblos del país sino una continuación de la
invasión española, hasta en sus últimas consecuencias. Así también, los casos de
ocultamiento de los signos de identificación étnica (la lengua, el vestuario, la
religión, etc.) y los casos de crisis de identidad étnica (auto desestima,
renuncia de la identidad indígena, etc.) en el mundo indígena, son prueba del
funcionamiento del racismo que hay contra la cultura y el ser indígenas.
Por otro lado, el indígena como cultura diferente, no es aceptado en el país, o lo es
como cultura residual, periférica e infamada. Luego, hay muchos criollo-mestizos
que estimulan y aceptan la asimilación del indígena, es decir, que se ladinice pero
no que se les iguale y parezca totalmente. Cuando un indio los iguala o supera,
se le recriminan de ser un igualado, sobre todo por parte del ladino rural, lo que
contradice la deseada asimilación y los valores democráticos como igualdad y
libertad.
Esto indica que el racista necesita marcar las diferencias con sus víctimas cuando
éstas están por borrarse. El indio debe permanecer en su lugar: debajo y detrás del
ladino, es decir, en peores condiciones y subordinado, o bien despersonalizado y
en lista de espera.
Ciertamente no puede complacerse al racista criollo-mestizo, pues no acepta al
indígena ni como diferente ni como igual. Y esto es uno de los rasgos del
pensamiento racista: su irracionalidad. El colonizador puede estimular al colonizado
a que se le junte y se le parezca, pero tampoco le permite lograrlo, lo que obliga a
éste a vivir en una ambigüedad o lombo étnico.

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