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APROXIMACIÓN AL APOCALIPSIS (17)

EL MENSAJE A LA IGLESIA EN SARDIS1

“Y escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto” .
Apocalipsis 3:1.

Vamos al Libro del Apocalipsis, que estamos estudiando los viernes con la ayuda del Señor y hoy llegamos al capítulo 3, los versículos 1 al 6 que corresponden al mensaje del Señor
a la iglesia en Sardis. Hemos hecho un seguimiento de todas estas iglesias anteriores: Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira y hoy estamos llegando a Sardis; hoy estaremos viendo algo
relativo a la iglesia en Sardis. Los hermanos saben, porque lo estamos leyendo en primer lugar, en un sentido gramático-histórico. Hubo una iglesia histórica en el Asia Menor, lo que
hoy es Turquía, la península de Anatolia, que se llamo Sardis. Si ustedes se imaginan el mapa de la península de Anatolia, está Efeso, sube a Esmirna, sube a Pérgamo, luego viene
Tiatira y luego desciende un poco a Sardis, después baja a Filadelfia y Laodicea. Entonces, ahora estamos en Sardis. Sardis, fue, pues, una iglesia en el Asia Menor en el tiempo en que
el apóstol Juan estaba vivo y esta carta fue enviada por el Señor a través de Juan al ángel de la iglesia en Sardis, o sea, que hubo una iglesia histórica llamada Sardis, digo hubo, porque
realmente ahora Sardis, la ciudad ya no existe. Existe cerca de donde estaba la ciudad, una pequeña villa llamada Sarte que viene del mismo nombre de Sardis, pero no es aquella
antigua ciudad, sino una población pequeña que tomó el nombre de la ciudad antigua; la ciudad antigua ya no existe. De estas siete ciudades solamente existen Esmirna y Filadelfia hoy
en día y son las dos únicas iglesias a las cuales el Señor no reprende, las demás no existen hoy. Sardis es una de las que no existen, pero no solamente estamos mirando el aspecto
geográfico histórico de esta condición de la iglesia en Sardis, sino que como veíamos al principio del Apocalipsis, al final del Apocalipsis se nos dice que el Apocalipsis íntegro es una
profecía, por lo tanto, estos capítulos 2 y 3 de Apocalipsis son proféticos y no solamente históricos; son históricos, pero las condiciones históricas son usadas por el Señor para profetizar
porque estas condiciones históricas están descritas por el Señor dentro de algo que el Señor mismo llamó profecía; por lo tanto, hay una profecía, así que leemos no solamente acerca de
la iglesia histórica antigua de Sardis, donde hubo hombres tan sobresalientes como Meliton de Sardis, un gran líder de la iglesia primitiva que el Señor usó mucho y que toda la
antigüedad cristiana recordaba con mucho cariño y de él han sobrevivido algunos escritos, sino que estamos viendo a través del mensaje a la Sardis histórica, un mensaje profético; de
manera que la condición de Sardis representa este quinto período de la historia de la iglesia. En la Biblia hay profecía acerca de Dios mismo. Jehová será uno y uno su nombre, es una
profecía acerca de Dios; hay muchas profecías acerca de Cristo, hay profecías acerca del Espíritu, profecías acerca de Israel, profecías acerca de las naciones, profecías incluso, acerca
de los ángeles, profecías acerca del resto de la creación. Cómo no va a haber profecías acerca de la iglesia! Estos capítulos 2 y 3 de Apocalipsis son profecía. El Señor le llama profecía
a toda la Biblia; de manera que si miramos la historia de la iglesia, vemos como corresponde con períodos históricos que al comparar esos períodos con la profecía vemos como
concuerdan y así lo hemos estado viendo: Efeso, relativo a la iglesia primitiva, inmediatamente después de la muerte de los últimos apóstoles, estaba todavía vivo Juan; después vino el
período de las persecuciones con los emperadores romanos, aquellas grandes diez persecuciones que terminaron con la de Diocleciano, que está representado en Esmirna, que quiere
decir amargura, prueba, persecuciones. Tendrás persecución por diez días, dice el Señor y justamente, hubo diez grandes persecuciones romanas. Después vino Constantino y el diablo
cambió la táctica de ataque contra la iglesia, ahora ya no la atacó con persecución, sino mezclándola con la política del Estado, mezclando el paganismo con el cristianismo y esa mezcla
es la que aparece en Pérgamo, que eso es lo que quiere decir Pérgamo: muy mezclado, muy casado; entonces ese período que hoy día se llama el período de la iglesia católica antigua,
antes del papado, el período desde Constantino y los siguientes siglos hasta comenzar en fuerte el papado, ese es el que llama el período de Pérgamo. Después ya llegó la propia edad
media, la época terrible del absolutismo papal, incluso como algunos historiadores lo han llamado: la pornocracia papal, porque hubo muchas cosas totalmente escandalosas que se
hicieron dizque en nombre de Dios, negocios que se hicieron dizque perdonando los pecados, el papa autorizaba al cardenal por el poder pontificio a tener relaciones sexuales con un
mozo, por ejemplo, eran cosas que sucedían a la luz pública, cosas terribles, fue un período como dice aquí, de Jezabel, esta Jezabel es la gran ramera. La gran ramera es Roma. Este
período de Tiatira representa precisamente, aquella época medieval que duró mucho tiempo, que representa el romanismo en su estado peor, como ha sido manifestado en la historia del
cristianismo; pero el Señor permitió que hubiera otra etapa posterior a Tiatira, Dios no dejó que las cosas se quedaran en esa situación, sino que providenció la reforma protestante para
que muchas personas salieran de aquella condición babilónica y buscaran al Señor. Ese período posterior a Tiatira, posterior al papismo de la edad media, es el período de la reforma y
es el período que está representado en este mensaje a Sardis. La palabra Sardis significa: escapados. Justamente, algunos escaparon de Babilonia, como el Señor dijo: Salid de
Babilonia, Babilonia es bien claramente identificada por el apóstol Juan como Roma. Juan dice: Babilonia es la ciudad que reina sobre los reyes de la tierra y en ese tiempo de Juan
reinaba era Roma, vestida de púrpura y escarlata, en fin, su peor estado es Tiatira, pero hubo personas que escaparon de la condición de Tiatira, salieron del romanismo y algunos de los
que salieron, fueron fieles, otros de los que salieron fueron infieles; por eso vamos a ver que el mensaje a Sardis es agridulce, tiene algo de dulce por causa de los fieles, los que no han
manchado sus ropas que andarán delante del Señor en ropas blancas; pero hay otros que son agrios y nos damos cuenta que ya en Tiatira, el Señor dice que Tiatira tenía hijos, Jezabel
tenía hijos y también la gran ramera tiene también hijas; o sea, que a la madre que era Roma, le nacieron otras hijas que no son precisamente Roma, que salieron de Roma, pero que no

1Enseñanza en reunión de la obra en Teusaquillo, Bogotá D. C., Colombia, diciembre 7 de 2001.


fueron fieles y por eso el Señor también les llama rameras; por eso les dice la madre de las rameras. La gran ramera, la madre, es Roma, pero hay unas que salieron de Roma y no
mantuvieron su fidelidad y el Espíritu Santo también les llama rameras. Este aspecto negativo que hace que el Espíritu Santo por Juan, le llame ramera y que el mismo ángel le llame
rameras, algunos que salieron de Roma, nos muestra que en el protestantismo hubo una parte fiel y una parte infiel. La parte fiel es el remanente que el Señor va a decir aquí, como
vamos a leer que guardaron sus ropas y que andarán con él en ropas blancas, pero la parte infiel, que no es precisamente Roma, sino que viene después, que salió de Roma, que escapó
de Roma, que es lo que quiere decir Sardis, es la que representa ese protestantismo degradados. No porque somos protestantes vamos a decir que no hay nada malo que decir del
protestantismo, porque el Señor le habla a la iglesia con claridad, le profetiza para que la iglesia se purifique y se arrepienta, porque si no se arrepiente, si sigue siendo esto que el
Señor le denuncia, entonces se va a encontrar en el tribunal de Cristo con pérdida, no de la salvación, pero del galardón.
Entonces vamos a leer en esos dos sentidos: gramático-histórico y profético, y aún en un tercero, porque este mensaje, dice el Espíritu, es para todas las iglesias, o sea, que si algo
de esto se da entre nosotros, en cualquier parte, el Señor nos habla con su palabra para ayudarnos a salir de eso, amén! Acordémonos que esas son palabras directas del Cristo
resurrecto, glorificado, que apareció a Juan y le habló estas palabras para las iglesias, para nosotros. Entonces, pongámosle atención qué nos dice el Señor. Vamos a hacer primero la
lectura de corrido, luego les menciono un puntito de crítica textual que es muy mínimo en este caso de Sardis y luego volvemos sobre nuestros pasos para comentar los versos; antes de
comentarlos, hagamos la lectura completa para tener más claro. Ya con en este preámbulo sabemos que está hablando a la iglesia histórica antigua de Sardis, al período de la reforma y
siguiente y a todas las iglesias que en cualquier situación se parezcan a lo que dice el Señor aquí. Apocalipsis 3:1-6: “Escribe al ángel de la iglesia en Sardis. El que tiene los siete
espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir, porque
no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acuérdate, pues, de lo que has recibido, y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues sino velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a
que hora vendré sobre ti. Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han machado sus vestiduras, y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. El que venciere
será vestido de vestiduras blancas, y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias”.

Comencemos por la manera como el Señor se presenta a Sardis. Cuando el Señor se presentó a cada iglesia, el se presentó según la necesidad de la iglesia, según la condición de la
iglesia, usted ve que hay una correspondencia entre la condición de la iglesia y el aspecto de si mismo que el Señor le muestra, en su respectiva condición. Sardis es como si fuera un
nuevo comienzo, porque estuvimos viendo que hubo una degradación; la degradación comenzó en Efeso que dejó el primer amor; ya vemos en Esmirna la sinagoga de Satanás, ya luego
vemos en Pérgamo la doctrina de los nicolaítas, en Efeso eran apenas hechos, ya en Pérgamo es doctrina de los nicolaítas, doctrina de Balaam, hasta llegar a Jezabel y las profundidades
de Satanás y habíamos visto que esa degradación de la iglesia estaba profetizada, primero en sentido gramático-histórico para Israel, pero sabiendo que Israel es figura del pueblo de
Dios, que estaba profetizada en Joel. Recuerdan que en Joel vimos el aspecto de la degradación; ahora vamos a ver como el Señor también dice que se saldría de esa degradación poco a
poco. Entonces, vamos allí al libro de Joel a ver dos versos. La vez pasada cuando vimos la degradación o la apostasía que tomaba parte de la cristiandad, vimos que estaba
representado también como en Israel, en el capítulo 1, versículo 4 donde decía: “Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón comió el revoltón, y la langosta
comió lo que del revoltón había quedado.” O sea, que entró en invierno esa planta y la vida se fue a las raíces y afuera estaba haciendo un frío terrible. Gracias a Dios que después del
invierno viene la primavera y Dios había dicho lo siguiente en el capítulo 2, versículo 25: “Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran
ejército que envié contra vosotros. Comeréis hasta saciaros, y alabareis el nombre de Jehová vuestro Dios, el que hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo
avergonzado. Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonza do”. O sea que Satanás hizo de la
cristiandad en las edades medias una cosa terrible, de tal manera que si no hubiera sido por algunos hombres de Dios como Pedro Baldo, como Pierre de Bruice, como Jerónimo
Savonarola, como Enrique Lousana, como Arnaldo de Brechen, incluso, como Francisco de Asís, como Bernardo de Claraval, hubiera quedado avergonzado el cristianismo. Los ángeles,
dice el Señor, en su parábola, decían: pero, no sembraste acaso buena semilla, cómo es que tiene cizaña? Si lo que tú Señor Jesús, que eres el sembrador, sembraste, que es la palabra de
Dios cómo es que la cristiandad ha llegado a ser lo que fue por ejemplo, en el tiempo de Alejandro VI, el papa Borges y todos esos papas terribles? El Señor dijo: Yo restituiré. Salid de
Babilonia pueblo mío, así como en Israel ellos se apartaron de Dios y fueron a parar cautivos en Babilonia, pero luego Dios sacó algún remanente de Babilonia y lo trajo de vuelta a
Jerusalén y restableció la casa y restableció la ciudad, así también en el Nuevo Testamento hay una misteriosa Babilonia, que es Roma, de la cual tiene que salir el pueblo del Señor.
Salid de allí, hay una salida y esa salida comienza precisamente con Sardis. Sardis quiere decir “escapados”; son los primeros que salen cuando comienza la reforma protestante; la
justificación por la fe, aquí es donde se habla de vestiduras blancas, porque justamente, esa es la época de la justificación por la fe; hubo personas fieles, hubo personas que realmente
fueron justificadas por la fe, pero hubo en esa época otros, que como el príncipe era luterano y no católico, entonces el país era luterano, tenía nombre de ser cristiano, pero no había
nacido de nuevo. Todo denominacionalismo comenzó desde la misma época de la reforma; la misma iglesia protestante, fue en gran parte..... en Italia y en Latinoamérica eran católicos,
entonces la gente solamente nacía en Latinoamérica de papá y mamá, nacía de la carne, con un solo nacimiento y ya era considerado católico. Hoy cualquiera que usted le pregunte, dice
que es católico porque nació en un país católico. Si nacía en Alemania era evangélico luterano aunque nunca hubiera nacido de nuevo, bastaba con haber nacido simplemente en
Inglaterra para ser anglicano, estaba en las listas; ya si trabajaba el Gobierno le descuenta una parte del sueldo para pagar al clero anglicano. La gente tiene nombre de que vive, pero
sólo nombre, no tiene vida; sólo un remanente, unas pocas personas es verdaderamente regenerado, verdaderamente justificado; por eso cuando el Señor se presenta a ellos, ese es un
nuevo comienzo, pero en este nuevo comienzo no está la iglesia en su principio. Un primer comienzo fue en Efeso y en Efeso aparece también las siete estrellas, pero aparecen los siete
candeleros; en cambio en Sardis, sí, aparecen las siete estrellas, pero no los candeleros, todavía la iglesia no es restaurada, apenas está por comenzarse a restaurar el evangelio, la
justificación por la fe, la lectura de la Biblia, pero todavía no la visión clara del cuerpo de Cristo, por eso en Efeso dice: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en
medio de los siete candeleros de oro. la iglesia primitiva, el Señor no solamente tenía en sus manos a las estrellas del liderazgo y la obra, también el Señor se movía entre los candeleros
porque las iglesias primitivas cada una era un candelero. La iglesia en Efeso era un candelero, la iglesia en Esmirna era un candelero, la iglesia en Pérgamo era un candelero, la iglesia
en Sardis era un candelero, la iglesia en Jerusalén era un candelero, la iglesia en Corinto era un candelero. En el principio las iglesias son de la ciudad, tú no ves nombres, no se ponía
nombre a las iglesias. El Señor dice: la iglesia en Efeso, la iglesia en Esmirna, la iglesia en Jerusalén, la iglesia en Corinto, o en Colosas, o en Filipos, lo que tenía nombre era la ciudad
y el nombre que ellos tenían era el del Señor; ellos eran cristianos. Así que el Señor al principio, tenía las siete estrellas y andaba entre los candeleros, pero en la época de la reforma la
eclesiología bíblica fue totalmente distorsionada, el papado distorsionó la eclesiología de la Biblia, comenzaron a surgir diferencias entre obispos y presbíteros que para Pablo era lo
mismo, Pablo llama a los obispos, presbíteros ancianos de la iglesia en Efeso y les dice: el Espíritu Santos os ha puesto por obispos; recibe a Tito como deben ser los ancianos, porque
el obispo debe ser así y así, Pablo está intercambiando obispo con presbítero, con anciano; en cambio ya por el siglo II, III, comienza ese proceso de clericalismo, donde aparecen
obispos sobre los ancianos, donde los santos ya no son sacerdotes, ahora los sacerdotes son sólo los clérigos; después aparecen arzobispos sobre los obispos, luego aparecen patriarcas
en las principales ciudades teniendo jurisdicción más allá de su localidad. Cuando el apóstol Pablo nombra a los ancianos dice que establecieseis ancianos en cada ciudad, así como yo
te mandé; la jurisdicción de los ancianos, de los obispos, es la ciudad, pero ya por la época del romanismo, que ya estaba en ciernes, aparecen diócesis episcopales que van más allá de
su localidad, aparece un sistema papal, empieza a crecer; el vacío que dejó Constantino cuando se mudó para Constantinopla, que era Bizancio, después fue Estambul, dejó un vacío de
poder en el pueblo romano que estaba acostumbrado por siglos a un gobierno monopolar, monolítico, entonces el obispo de Roma, especialmente León Magno, fue el principal, varios
también, pero el principal apareció como la autoridad fuerte en Roma y comenzó a ser declarado como el sucesor de Pedro, como el vicario de Cristo y que todos tenían que acudir a él,
que él tenía la última palabra y eso se fue desarrollando hasta cuando se llegó a Bonifacio VIII, Bonifacio VIII escribió una bula, Unam Santam, donde tomaba un pasaje de Jesús que
dijo a Pedro: tiene alguno espada? Aquí hay dos espadas, le dijo Pedro. Ah! basta ya, eso lo interpretó Bonifacio VIII diciendo que esas dos espadas eran el poder político y el poder
religioso que tenía el papa, miren que exégesis papal de esos pasajes; y decía que si el emperador no era coronado por el papa no era válido y el papa decía que tenía derecho a liderar a
los súbditos del emperador, del gobierno del emperador. Miren cómo se creció ese monstruo, como la eclesiología simple del Nuevo Testamento empezó a enredarse y a cambiarse,
empezó el nicolaísmo, la conquista del laicado que es lo que quiere decir nicolaísmo. Nicao: conquistar, laos: los laicos, el pueblo; el clericalismo, hasta llegar a quitarle el sacerdocio al
pueblo. San Pedro decía: vosotros sois nación santa, real sacerdocio, pueblo adquirido por Dios; lo mismo dice Apocalipsis: nos limpió con su sangre, nos hizo reyes y sacerdotes, pero
ahora ya nadie era sacerdote, nadie podía orar directamente, nadie podía leer la Biblia directamente, ahora hasta lo quemaban con todo y Biblia si leía la Biblia, en la cristiandad hasta
esa locura sucedió, hubo una degradación; realmente el gusanito se comió hasta la planta, pero el Señor dijo: “Restitui ré”; comenzó con la reforma un inicio de restauración, pero sólo
un inicio; la eclesiología en la época de la reforma todavía no fue restaurada. Por eso, miren como comienza: “El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas”, pero no dice
que anda entre los siete candeleros, eso se lo quitó, por qué el Señor aunque dijo una parte no dijo la otra? Porque si decía la otra, en ese tiempo, las cosas no eran así; en el tiempo de
la reforma la eclesiología no había sido restaurada, había la eclesiología romanista y luego comenzó la eclesiología de los príncipes donde Enrique VIII era rey de Inglaterra y cabeza de
la iglesia anglicana, se dan cuenta? El Señor no podía decir que andaba entre los candeleros, porque los candeleros no habían sido restaurados todavía, la eclesiología estaba baja, pero
el Señor si tiene sus mensajeros en su mano, aunque haya cosas que no se han restaurado, algunas ya comenzaron a restaurarse, Dios usó a Lutero, por ejemplo, para restaurar la
justificación por la fe, la autoridad de las escrituras, el principio de la reforma; sólo fe, sólo gracia, sólo la escritura, eso comenzó a ser restaurado. El Señor comenzó a hacer: os
restituiré lo que comió la oruga, el saltón y el revoltón; lo primero que se restauró fue la justificación por la fe, por eso aquí en este contexto habla de personas en vestiduras blancas,
eso no se habló en los otros mensajes, pero aquí se habló porque correspondía precisamente con el mensaje, la tónica del Espíritu en la época, la justificación. Sin embargo, el Señor le
habla no solamente al remanente fiel, él le habla a todos los que se hacen llamar cristianos, entonces él dice: “Conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto”. Eso,
tener nombre, es lo que caracteriza a Sardis, lo que caracteriza el protestantismo, todo el mundo quiere ponerse un nombre. A Filadelfia, que supera la condición de Sardis, el Señor le
dice: Has guardado mi nombre. Pero aquí: tienes nombre de que vives. El denominacionalismo comenzó con el protestantismo, ahí comenzaron a aparecer muchos nombres. En
filosofía, el nominalismo, que es una facción de la filosofía, comenzó con Guillermo de Occan en la línea del protestantismo. Cualquiera que lee la historia de la iglesia y la historia de
la filosofía va a saber a que me estoy refiriendo, el nominalismo. Qué quiere decir eso? Formulismo, formalismo, escolástica de ortodoxia sin vida, institucionalismo; tenemos un
tremendo título, campanas, órgano de tubo, personería jurídica, cuello volteado, tenemos de todo y no hay vida, no hay vida, eso es lo que el Señor está denunciando: las apariencias
religiosas, el formulismo, el nominalismo, el denominacionalismo, el institucionalismo, todo eso está debajo profetizado. Esa es tu condición: conozco tus obras y esto es: tienes nombre
de que vives, pero estás muertos; o sea, no tiene la vida del Señor en verdad; algunos sí, hay una minoría que sí, pero la generalidad tiene el nombre de cristianos, muchas personas hoy
se llaman cristianas y no son cristianas. Conocí a un pastor que aquí hay dos personas que lo conocen, el hermano Aniceto Mario Franco, un siervo del Señor en Brasil, y hay una
colonia luterana en el sur del Brasil, como de dos mil familias y le decía el pastor Luterano, no estoy hablando contra los luteranos, estoy contando un hecho para ilustrar, mi idea no es
hablar contra nadie, sino que Dios nos hable para ayudarnos, le decía este pastor Luterano a Aniceto: de todas estas dos mil familias que vinieron de Alemania, a formar colonias allá en
Río Grande do Soud, en el sur, en Santa Catarina, en el Sur del Brasil, solamente 26 personas son nacidas de nuevo, sólo 26 son regenera das, otros, como nacieron en Alemania y la
religión del gobierno es el luteranismo, entonces son luteranos, no es que hayan leído a Lutero y estén de acuerdo con Lutero, llevan el nombre, pero no entienden nada. Ayer estábamos
analizando una tesis que el hijo de nuestra hermana Yolanda está haciendo para la universidad del estudio de ciencias sociales, estaba haciendo una tesis y en esa tesis estaba
estudiando unas cosas y me la estaba leyendo para que yo le ayudara a mejorarla y justamente, él mencionaba algunas cosas en este sentido: el mero nominalismo, la mera apariencia.
Puede ser un grupo de 10, 12 personas, a veces reuniéndose en una catedral gigantesca, aparece el título, aparece tal, aparece cual, pero cuando tú vas a la realidad no hay espíritu, no
hay vida, algunos pocos sí. Tienes unas pocas personas que andan conmigo en vestiduras blancas, o sea, que han emblanquecido sus ropas en la sangre del Cordero, hay gente
verdaderamente justificada. En el movimiento protestante, de la reforma para acá, hubo gente que verdaderamente entendió, hubo gente que verdaderamente estuvo por Cristo,
comprendió la justificación, comprendió la epístola a los Romanos y fueron justificados, caminaron con Dios y fueron fieles, se puede mencionar a muchos que fueron fieles, pero
muchos fue de los que vinieron después no lo fueron; sin embargo, tenían el nombre. Tienes nombre, ahí está, apariencia, formulismo, institucionalismo, denomina cionalismo, de que
vives y estás muerto.
La otra cosa que el Señor discierne, porque ese es el discernimiento del Señor al cual no le engañan las catedrales, los órganos de tubo y los cuellos volteados, eso no le engaña al
Señor, él habla como son las cosas, en la realidad. Otra cosa que el Señor dice: “Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir, porque no he hallado tus obras perfectas
delante de Dios”. O sea, lo que ellos recibieron, que sí fue de Dios, se fue perdiendo y eso sucede en la historia del protestantismo, el Espíritu Santo mueve un remanente fiel y ese
remanente fiel descubre la palabra del Señor y el Señor verdadera mente saca de Babilonia y verdaderamente restaura con ese remanente, pero luego viene otra generación que
solamente eran hijos, tíos, sobrinos, parientes, pero que no tienen el Espíritu del Señor y ya la próxima segunda y tercera generación, solamente le queda el nombre de lo que fue. Con
todo lo que fue Wesley, fue tremendo, pero después de él, lo que es el metodismo, es otra cosa distinta, ahora por ejemplo, en Hamburgo, están casando en templos hechos lujosos por el
Estado, con cuello volteado, todo hecho bien, formal, una ceremonia muy bonita; se casa una teóloga con una abogada, lesbianas, casadas, en pleno culto, en plena catedral, se están
casando lesbianas y son luteranos o metodistas. Hay teólogos que son teólogos, que confiesan su ateísmo; hay teólogos que se llaman teólogos de la muerte de Dios, se pueden decir
nombres propios: Altisa, Hamilton, Paul Mamburen, Robinson, algunos de ellos dicen: yo soy episcopal, cristiano y ateo, por qué ateo? Porque no cree en Dios, pero entonces si no cree
en Dios como es que es cristiano, bueno, pero es que Jesús fue un hombre que pudo traer una buena sociedad y si la gente tiene más o menos la moral de Jesús, se puede vivir en
sociedad de esa manera; él no está hablando del cielo, ni de Dios, ni de la eternidad, solamente de lo útil que es la moral de Jesús para que la sociedad pueda sobrevivir y que es
presbiteriano o episcopal porque pertenece a esa denominació

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