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La Universidad Nacional de Colombia expresa su más firme rechazo frente a toda conducta
de acoso sexual y demás violencias basadas en género, las cuales vulneran los derechos
humanos y afectan la dignidad de las personas.
Con relación a la situación que hoy fue difundida por algunos medios de comunicación, es
preciso anotar que, en tanto se recibió la denuncia de la estudiante, se empezó a surtir la
atención que prevé el protocolo antes mencionado. Esto incluye la iniciación del trámite
disciplinario al profesor implicado, el cual se desarrollará cumpliendo el debido proceso.
Dado en Bogotá D.C., a los veintiséis días del mes de abril de dos mil dieciocho.
Por este motivo se debe investigar al profesor Freddy Alberto Monroy y dar todas
las garantías para que Lizeth Sanabria pueda tramitar la denuncia, recibir
acompañamiento y contar con el apoyo institucional.
Lorenza Bordamalo
Representante Estudiantil ante el
Observatorio de Asuntos de Género
Universidad
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
Firmantes
Camilo Borrero
Diana Carrillo González
César Antonio Cohecha
Diana Esther Guzmán
Diana Isabel Güiz
LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
Ante los recientes hechos sobre acoso sexual conocidos el día de ayer 26 de abril
a través de diferentes medios, desde el Departamento de Sociología manifestamos
nuestra indignación. Ningún acto violento contra la mujer puede suceder en un
recinto como el nuestro o en ninguna otra parte.
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
La medida no era necesaria, pues incluso con que cualquiera de las profesoras
o profesores firmantes me lo hubiera solicitado, yo lo hubiera hecho sin ninguna
clase de dilación, como en efecto lo hice. Lamentablemente parece que no soy
digno ni siquiera de una simple llamada telefónica de cualquiera de los autores de
la carta. Coincido en que tal vez nunca debí haber postulado mi nombre, pero eso
no justifica que se me tengan que cercenar mis derechos, sobre todo los
Fundamentales.
Creo que en este caso se está patrocinando lo que alguno de los firmantes me
enseñó en su clase, con relación al enfoque del etiquetamiento criminal [2], aquí
incluso (pre–criminal). También se está inobservando de manera deliberada (o
cuando menos por un gravísimo descuido, en el que quisiera de buena fe,
continuar creyendo; pero me resulta muy difícil, atendidas las altísimas calidades
intelectuales de los firmantes) la jurisprudencia constitucional sobre los derechos
al buen nombre, a la presunción de
inocencia, al debido proceso y a la intimidad. Jurisprudencia que de seguro es
conocida e incluso difundida pedagógicamente por todos los firmantes en sus
actividades académicas diarias. Entre todas resulta relevante la sentencia T-277
de 2015 –una, entre muchas-, que replica esenciales argumentos estimatorios
constitucionales, que corren en muy similar sentido y emanados todos, de esa
misma corporación:
Con la carta abierta de los profesores no solo se mediatiza la justicia, sino que
se provoca una especie de prejuzgamiento en mi contra, pues –es
claramente comprensible- que no solo las mujeres de nuestra comunidad
académica, sino todos los miembros de la Universidad, ya tengan una clara y
definitiva animadversión por mi nombre y –obviamente- por mi presencia; luego de
que el selecto grupo de juristas y politólogos firmantes me condenó socialmente y
me sometió al peor escarnio público, que como quedó demostrado arriba, era
totalmente innecesario. Si esas autoridades
jurídico – académicas, que gozan de un alto prestigio profesional como abogados
o politólogos propiciaron semejante afrenta, con mucha mayor razón sentirán o
creerán (equivocadamente) que pueden hacerlo, otros muchos miembros de
nuestra comunidad. Esa es la sensación que, en mi respetuosa percepción, quedó
flotando en todo el ambiente de la Universidad.
Divulgar por un correo masivo institucional (que le llega a más de 3000 personas)
el nombre de una persona investigada disciplinariamente, pero sobre la cual no
recae sanción disciplinaria, ni penal alguna, viola los derechos fundamentales del
investigado y sobre todo indirecta y eventualmente los de la posible víctima, en lo
que puede llegar a constituir una re victimización. Pero a lo mejor, muy
respetuosamente, no soy yo, de momento, el más indicado para plantear esa
discusión, que si debieron propiciar los firmantes, previamente, entre ellos.
2 “The labelling approach Theory”: Bajo esa búsqueda digital, confrontar inmensa
abundancia bibliográfica
1
Esta definición se inspira en los lineamientos recientes de la Corte Suprema de Justicia que buscan diferenciar
el acoso sexual de otros delitos más graves como los actos sexuales abusivos o el acceso carnal violento.
2
Un orden de género es un patrón de poder que produce de manera sistemática relaciones de jerarquía y
subordinación entre hombres y mujeres y en el que convergen todas las dimensiones de la vida humana a través
de interacciones muy complejas. Es la manera en la cual se ordena la sociedad a través del género (Connell
1987).
muy importante escuchar y apoyar de forma adecuada a las personas que
denuncian (mujeres mayoritariamente). Es fundamental no juzgarlas ni
revictimizarlas, sino al contrario, fortalecerlas para que puedan estar de nuevo en la
vida pública con confianza, así como movilizar los recursos legales, institucionales
y comunitarios que tenemos para que se restablezcan sus derechos.
En la universidad existe una ruta de atención a estas violencias, detallada en el
“Protocolo para la prevención y atención de casos de violencia basadas en género
y violencias sexuales (resolución de Rectoría 1215 de 2017), que anexamos y que
se encuentra disponible en el sistema de información normativa. Invitamos a toda la
comunidad universitaria a apropiarse de este protocolo, no dudar en denunciar y
poner en conocimiento de las dependencias competentes los casos de acoso sexual
y otros tipos de violencias en la universidad. El Observatorio de Asuntos de Género
evaluará la aplicación del protocolo en su primer año de vigencia y propondrá
recomendaciones de ajuste según lo encontrado.
Puede haber expresiones de sexualidad en el campus universitario sin que tengan
que pasar por la dominación y el acoso. Ciertamente, las denuncias del acoso
"censurarán" algunas prácticas sexuales, pero no por esto debemos lamentarlo. No
hay razón alguna para considerar que las interacciones sexuales, el deseo y la
seducción tienen que pasar necesariamente por la dominación. El acoso sexual, las
prácticas discriminatorias y las diferentes formas de violencia basadas en el género
deben dejar de ser socialmente permitidas y permisibles y tornarse indeseables en
el imaginario colectivo de la Universidad, de modo tal que las relaciones de deseo,
sustentadas en el respeto, la responsabilidad y el cuidado mutuo se conviertan en
las únicas deseables y anheladas. No estamos hablando, por tanto, del final de las
posibilidades de interacción sexual en el campus, sino de terminar con las formas
de interacción basadas en las relaciones de dominación. Esto debe ser un horizonte
colectivo posible de transformación de nuestras relaciones cotidianas en la
Universidad.
Referencias:
BENSON, Donna y THOMSON, Gregg, 1982, “Sexual Harassment on a University
Campus: The Confluence of Authority Relations, Sexual Interest and Gender
Stratification. Social Problems, 29(3), 236-251.
CONNELL, Raewyn, 1987, Gender and Power: Society, the Person and Sexual
Politics, Stanford, Stanford University Press.
ROZO, Laura y TORRES, Jennifer, 2016, Rompiendo el silencio. Análisis de
encuestas sobre violencia sexual a estudiantes mujeres, Bogotá, Dirección de
Bienestar Universitario Sede Bogotá, Universidad Nacional de Colombia.
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
Consejo de Facultad,
Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales
Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá
Ciudad Universitaria
SECRETARIA FACULTAD
Ante los recientes hechos de denuncia sobre acoso sexual de un Profesor de esta
Facultad hacia una estudiante de la Maestría en Enseñanza de las Ciencias
Exactas y Naturales (MEC), el Grupo Directivo de la Facultad de Ciencias se
permite expresar su solidaridad a la estudiante y el apoyo a todas las iniciativas
institucionales para su adecuada atención por parte del sistema de
acompañamiento haciendo práctico el protocolo establecido en la Resolución 1215
de 2017. Igualmente rechaza y repudia cualquier tipo de acción que vulnere la
dignidad de las personas.
Es importante que la comunidad recuerde que tanto las víctimas como los
agresores son sujetos de derechos y que los casos a ser tratados por instancias
como la Veeduría Disciplinaria se enmarcan siempre dentro del debido proceso.
Tanto el Departamento como el área curricular de Física y el área curricular de la
MEC han tomado las medidas necesarias para garantizar los procesos académicos
de los estudiantes que se encontraban bajo la responsabilidad del profesor
denunciado. Esto contempla atender con profesores del área asuntos como
asignaturas, desarrollo de tesis y trabajos de grado.
Esperamos que esta situación sirva también para que promovamos la socialización
del protocolo a seguir y que otras personas víctimas de este flagelo se sientan
confiadas a denunciar y poner en conocimiento de las autoridades situaciones
similares. Abordar el problema y conocer todos los casos es uno de los pasos
más importantes para avanzar en las soluciones efectivas.
Hacemos un llamado al manejo responsable de la información y del lenguaje a
través de las redes sociales y otros medios de comunicación, cuidando de no
afectar el buen nombre de las personas y la imagen institucional. De otro lado, no
es justificable que como medio de protesta se acuda a la afectación de los bienes
físicos de la Universidad.
Bogotá, mayo 8 de 2018"
Cordial saludo,
HELBER DE JESÚS BARBOSA BARBOSA
Ante las recientes denuncias sobre acoso sexual, ratifico mi total rechazo a estos actos que a
integridad humana, e invito a la comunidad universitaria a seguir denunciando y a buscar caminos
basadas en género y las violencias sexuales, que afectan no solo a la comunidad académica sino a
Hago un llamado a la comunidad para que dentro de las aulas de clase se promueva la deliberac
sobre estos temas, de manera que se hagan más visibles y podamos, entre todos, ir construyendo
la resignificación de las personas y sus roles en la sociedad.
Es importante resaltar que desde noviembre de 2017 la Rectoría de la Universidad expidió el Pro
Atención de Casos de Violencias Basadas en Género y Violencias Sexuales, que aplica para
comunidad universitaria: estudiantes, profesores y personal administrativo, y dispone normas espec
adolescentes, contratistas y visitantes.
A LA COMUNIDAD ACADÉMICA
COMUNICADO
(GRUPO DE DOCENTES DEL DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA)
Las profesoras y los profesores del Departamento de Ciencia Política, de la Facultad
de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, abajo firmantes, rechazamos y
condenamos el acoso sexual y laboral en la sociedad colombiana, y particularmente
en la Universidad Nacional de Colombia, la cual debe ser un espacio académico en
el que se respeten las diferencias, sin ningún tipo de discriminación, y no se tolere
la violencia sexual o de género. Asimismo, reconocemos el valor de las estudiantes
y trabajadoras que han decidido no guardar silencio ante el acoso sexual sufrido por
ellas y esperamos que sean un referente para otros miembros de la comunidad
universitaria en la misma situación.
Suscriben:
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
7. Vale, de otro lado, recordar la carta pública que hace unos días se hizo
circular entre varios profesores de la Facultad y en la que se me solicitaba
renunciar a una candidatura para un cargo de representación profesoral. A modo
de “muro de la infamia”, de manera abiertamente inconstitucional e ilegal se
publicó en ese comunicado mi nombre, bajo el señalamiento de
supuesto acoso sexual; sin que exista –repito- ninguna decisión disciplinaria o
penal ejecutoriada en mi contra. Es necesario resaltar lo inaudito que resulta el
hecho de que en la Facultad de Derecho más importante del país, por parte de
algunos profesores se desconozcan los derechos fundamentales, las formas
procesales, todo el ordenamiento jurídico y la Constitución Política de 1991, de
la forma en la que se hizo a través de ese comunicado. Olvidan quizá los
firmantes, y en especial la profesora Rodríguez Peñaranda, que ellos también
están subordinados a la Constitución y a la ley.
10. Vale anotar que la única relación que he tenido con la Señora Rodríguez
se reduce a que, actuando como el entonces coordinador del PRII de Derecho,
tuve que informarle telefónicamente que no podía realizar un viaje a la
Universidad de Purdue, por cuanto no había sido seleccionada por la
Vicerrectoría de Investigación, para tal efecto. Aún cuando yo no tenía ningún
margen de decisión al respecto, la profesora asumió el hecho como una afrenta
personal y me hizo saber que mi “supuesta” negativa tendría consecuencias.
Desde ese momento no ha cesado de desprestigiar mi nombre de múltiples
maneras; ha llegado al extremo de dedicarse sistemáticamente a buscar
mujeres estudiantes o administrativas, para que sin ningún fundamento, sin
ninguna prueba o –a lo mejor inventándoselas- me denuncien
por acoso sexual o violencia de género; ha llegado hasta el punto de referirse a
mi, de manera pública, como el “depredador sexual” y se atrevió a rendir, de
manera directa incluso, un falso testimonio en mi contra, para entre otras,
impulsar el proceso penal y el proceso disciplinario.
11. Como acto cumbre, insisto: sin que exista una decisión en ningún sentido
en mi contra y presentando argumentos falsos y sin valor jurídico probatorio, la
señora Amaya Cubillos y la señora Rodríguez Peñaranda han inventado hechos
abiertamente calumniosos e injuriosos en medios masivos de comunicación,
haciendo además, señalamientos carentes de sentido con respecto a la
supuesta conducta que se me atribuye. En las mencionadas publicaciones se
llega al absurdo y vil despropósito de presentar como acoso sexual, la solicitud
que le hiciere a la señora Amaya de pagar una pensión escolar o comprar unos
uniformes de colegio, para mi pequeño hijo.
Sea este también, por último, el lugar para agradecer a todos los hombres y en
especial a TODAS LAS MUJERES, estudiantes, profesoras,
profesores, administrativas y administrativos y todos los miembros de la Comunidad
Académica, colegas, académicos y personas en general, que se han comunicado
conmigo para manifestarme su incondicional y decidido apoyo.
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
2. Este análisis parcial y sesgado del profesor Castro es utilizado por él para
intentar desprestigiar y silenciar a una profesora y una trabajadora
administrativa de la facultad, amenazándolas además con “denuncias,
querellas y acciones patrimoniales” que supuestamente interpuso en su
condición de abogado. De acuerdo con el sistema legal colombiano, el
profesor Castro tiene el derecho a utilizar las acciones jurídicas que estime
convenientes, pero desde el punto de vista ético, es condenable que intente
intimidar mediante la amenaza jurídica y en su condición de docente de
derecho a dos personas que han tenido el valor de hacer denuncias
por acoso sexual, dentro de un contexto cultural como el de la sociedad
colombiana que tiende a naturalizarlo y justificarlo. Además, para desvirtuar
los argumentos de la profesora, el profesor Castro tergiversa el caso de la
Universidad de Purdue y le otorga efectos extraterritoriales y
supranacionales a una supuesta decisión adoptada en la Universidad
Nacional de Colombia. Estas dos actitudes desdicen de su condición de
docente de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la
institución pública a la que pertenecemos.
Sylvia Prieto
María Fernanda Herrera
Leopoldo Múnera
Nelson Camilo Sánchez
Diana Isabel Güiza
Oscar Mejía
Lilibeth Cortés
Fabián León
Laura Gil
Sofía Barón
Adriana Isabel Rincón
Ángela María Quiroga
Andrés Abel Rodríguez
Colectiva Blanca Villamil
Paula Buitrago
Diana Medina
Daniela Rodríguez
Paula Villamil
Lina María Gil
Daniel Libreros
David Armando Rodríguez
Alexi Amaya
Victoria Franco
Linda María Cabrera
Rosa Elizabeth Guio
Rodrigo Uprimny
Gregorio Mesa
Johan Muñoz
Camila Mesa
Diana Patricia Tovar
María Paula Saave
(original firmado)
CARMEN ALICIA CARDOZO DE MARTÍNEZ
Secretaria General
ogotá, 13 de mayo de 2019
Universidad Nacional de Colombia
Comunicado a la comunidad universitaria
Vía,
Señor
VICERRECTOR DE LA SEDE BOGOTÁ
Señora
DECANA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
Señora
VICEDECANA DE BIENESTAR
Señoras y señores
COLEGAS DOCENTES Y VOCERAS ESTUDIANTILES DEPARTAMENTO DE
ANTROPOLOGÍA
Buenas noches:
Por medio de la presente, me permito informarles que hace una hora larga (sobre
las 10:40 de la noche) con mi familia hemos sido víctimas de un atentado a
nuestra residencia, ubicada a pocos pasos de la entrada de la 26 de nuestra
Universidad.
Un grupo indeterminado de personas intentó incendiar el frente de mi casa,
impregnando de gasolina la reja y prendiéndole fuego, al tiempo que romper las
ventanas ubicadas en esa misma dirección. Con la acción, diseminaron decenas
de papeletas como la que aquí adjunto escaneada.
Aduzco que el arcano significado de la papeleta alude a la que ha sido mi postura
inquebrantable con respecto a los rumores sobre situaciones de acoso sexual en
nuestra carrera. Al respecto, he sido vehemente en estimular todas las estrategias
que sean del caso para prevenir y adelantar los procesos atenientes a cualquier
tipo de violencia de género, pero insistiendo en que en toda situación debe haber
denuncias formales con arreglo al protocolo establecido por la Universidad y
respetando el debido proceso.
Supongo, además, que la alusión a “Comuna Universitaria” muy probablemente
tiene que ver con el hecho de que se trata de un movimiento estudiantil del cual fui
fundador con otras compañeras y otros compañeros en los tempranos años 90 del
siglo pasado.
Esta situación implica una directa y violenta amenaza contra mí y mi familia, y
aparte de tomar las acciones legales que sean del caso, considero que no puedo
seguir al frente del Departamento en esas condiciones. También me deja serias
dudas sobre mi permanencia como docente en la Universidad: me niego a creer
que quienes hicieron esto puedan haber sido estudiantes mías y míos, pero al
tiempo se hace claro que los ánimos en torno a las situaciones de acoso ya
pasaron de la crispación a la agresión y que hay grupos o individuos que no están
dispuestos a reconocer otra postura diferente a la suya, sobre el entendido de que
se creen con derecho a tomar la justicia por mano propia y a partir del principio de
que toda persona señalada es automática e inapelablemente culpable.
Solicito, pues, se me descargue cuanto antes de la función de director de la UAB
de antropología. También que se proceda a solicitar ante las instancias que sean
del caso, que se me investigue a fondo y se conceptúe con todos los elementos de
juicio sobre si en el ejercicio de esta función o en mi rol habitual de docente he
propiciado alguna forma de encubrimiento a delito alguno, comenzando por los de
violencia de género; si he favorecido de alguna manera a alguna persona
investigada formalmente por esto; si he procurado inducir al silencio a víctima
alguna o si existe cualquier sospecha contra mí de adelantar alguna forma
de acosocontra alguna o algún miembro de nuestra comunidad universitaria. Mi
integridad como persona y como docente depende de esto.
Agradezco su pronta respuesta y me suscribo,
Atentamente,
Profesor asociado
Nunca había querido recurrir a este medio masivo porque he creído en el debido
proceso derivado de la investigación disciplinaria que se me abrió en la Veeduría
para indagar sobre mi conducta; investigación que fue archivado en todas las
instancias (hasta la última) competentes en la materia. Pero debo ejercer mi
legítima defensa, cuando se me carga de una serie de acusaciones sin
fundamento, culpándome de muchos males con una lógica maniquea y
señalándome como victimario. Esa es una forma de violencia ejercida en mi
contra; un matoneo y acoso por parte de quienes me señalan.
¿De qué me acusan precisamente? Cuando hablo con la gente que me rodea y se
solidariza conmigo, encuentro que me señalan de:
(d) Haber invitado a un profesor de la Universidad Purdue con quien tenía planes y
proyectos de colaboración académica e investigativa; sabiendo que estaba
acusado de acoso sexual; y yo no lo sabía.
(e) Ser insensible al dolor que proporciona el acoso sexual; lo que me parece
absurdo.
(f) Haber sido testigo a favor del profesor acusado de acoso sexual; lo que es
falso. He sido entrevistado por la Oficina de Equidad Institucional (“Office of
Institutional Equity”) de la Universidad de Purdue para indagar acerca de la
estadía que tuvimos varios profesores de la facultad y la Universidad, pero jamás
me han dicho que es para investigar casos de acoso sexual.
De igual forma, todo este tema se vuelve un asunto de persecución, acoso hacia
mi, creando un ambiente de trabajo hostil y malsano, doblado de acoso laboral en
la misma Facultad (Derecho, Ciencias Políticas y Sociales); y dañando
públicamente mi buen nombre y el de mi familia, al asociarme sin prueba ninguna
con el tema de acoso sexual en el cual no tengo nada que ver. Pero no estoy solo,
sigo acompañado por mujeres y hombres que creen en mí.
Saludos cordiales
Maguemati Wabgou
Profesor asociado
Apreciados representantes,
Saludos cordiales
Maguemati