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Razones para el izquierdismo (II): las razones liberales-igualitarias

El igualitarismo liberal es una corriente de pensamiento que tiene sus antecedentes


prácticos en el así llamado "liberalismo social" posterior a las Guerras Mundiales. El
liberalismo social consistía en una versión del liberalismo de toda la vida con añadidos
socialdemócratas, y estaba impulsado por políticos que, sin pertenecer al movimiento
socialista, simpatizaban con algunas de sus ideas sociales. El liberalismo social tuvo un
importante papel en la construcción del Estado del Bienestar. Sin embargo, siempre estuvo
reducido a eso, a una amalgama entre ideas liberales y socialistas, que servían para la
política práctica del momento pero que no resistían el menor análisis. Las mejores
justificaciones teóricas de esta combinación entre liberalismo y socialismo siempre vinieron
del utilitarismo, que no tenia rival en el mundo de la filosofía política.

Y en estas que llegó John Rawls y lo revolucionó todo. Para los legos en estos temas,
explico en breve: Rawls era (murió hace un par de años) un filósofo norteamericano que
hace unas décadas publicó el libro "Una teoría de la Justicia", que abrió la veda para toda
una explosión de la filosofía política (en aquel entonces dominada por el utilitarismo y sin
debate alguno abierto) que dura aun hoy día. "Una teoría de la Justicia" fue, también, la
primera obra donde los objetivos del liberalismo social aparecían rigurosamente fundados
en sólidas razones morales. La escuela del igualitarismo liberal es muy variada y rica, y las
aportaciones de sus miembros (Amartya Sen, Ronald Dworkin, Phillip van Parijs, el propio
Rawls...) no se pueden resumir tan fácilmente como en el caso de la mayoría de escuelas de
filosofía política, pero podemos resumir algunos puntos fundamentales en común.

- Proclamación del igual respeto hacia todos los proyectos de vida personales y hacia todas
las ideas privadas sobre el bien. Es decir, respeto por igual hacia el cristiano casto que hacia
el golfo mujeriego, siempre que estos a su vez respeten el derecho de los demás a llevar
adelante sus proyectos de vida. El igualitarismo liberal se propone diseñar una sociedad
donde todas las concepciones de bien y todos los proyectos de vida sean igualmente
realizables e igualmente tenidos en cuenta.

- Consideración por igual de la libertad negativa (no-interferencia, "que no me molesten en


mis asuntos privados") y positiva (capacidad para realizar las propias elecciones; no se trata
de que tenga derecho a la educación sino que además me la pueda costear). Esto es una
consecuencia directa del principio anterior: un buen liberal no puede dar mas consideración
al proyecto de vida de nadie, y debe asegurarse de que todo el mundo tenga los medios para
realizar el suyo.

- Reclamación de un sistema de libertades (positivas y negativas) iguales para todos.

- Reclamación de políticas redistributivas a fin de conseguir mejorar la situación de


aquellos que están en peor situación, de manera que estos puedan aspirar a realizar sus
proyectos de vida.
- Justificaciones contractuales y deontológicas. Se juzga la justicia de una medida no en
base a sus consecuencias, sino al método tomado para proponerla, decidirla y ponerla en
práctica. Es decir, se juzgan los medios, no los fines. Las justificaciones son, quizá, el
ámbito donde los igualitaristas liberales difieren mas. Así, Rawls justifica su teoría
aludiendo a una imaginaria situación de "velo de ignorancia", que en cristiano significa que
si nadie supiese que lugar le tocará vivir en la sociedad ni cual va a ser su proyecto de vida,
seguro que todo el mundo apoyaría medidas redistributivas a fin de tener una garantía de
que, si les toca el peor sitio, no van estar del todo abandonados por la sociedad. Amartya
Sen justifica sus teorías aludiendo a la idea de "desarrollo de las capacidades": las personas
solo son libres en la medida en que pueden desarrollar libremente sus capacidades y
talentos. Ronald Dworkin nos habla de la "plataforma igualitaria": el Estado moderno tiene
la obligación de tratar con igual consideración a todos sus ciudadanos, y por ello está
obligado a dar unas garantías mínimas de que estos no van a caer en el abismo de la miseria
y la pobreza.

Los puntos fuertes que yo le veo al igualitarismo liberal son los siguientes:

- Nos da una idea de la libertad diferente de la del liberalismo ortodoxo, siendo mucho mas
aproximada a nuestras intuiciones sobre lo que es "la libertad". Difícilmente podemos decir
que somos libres de educarnos si no tenemos dinero para pagarnos un colegio o una
Universidad.

- Su idea central, la del igual respeto a todos los proyectos de vida, resulta muy atractiva a
la hora de gestionar los conflictos entre las distintas visiones de la vida existentes hoy día
en nuestras sociedades modernas y pluralistas.

- Permite rebatir la crítica liberal de que existe un conflicto entre la libertad y la igualdad y
que el intento de realizar la segunda pone en peligro la primera. En el igualitarismo liberal,
un cierto grado de igualdad material entre los ciudadanos pone a buen resguardo su libertad
"real", por utilizar el término de Van Parijs.

- Es una linea de pensamiento mucho mas sofisticada y teóricamente rica que cualquiera de
las que se han propuesto hasta hoy justificar las propuestas de izquierda, con la posible
excepción del republicanismo de los últimos años. Los modelos de justicia del
igualitarismo liberal utilizan herramientas formales tomadas de las matemáticas y de lo mas
avanzado de las ciencias sociales (teorías de la elección racional, de la decisión pública,
etc). Es pues, una escuela muy "científica", algo de agradecer en un tiempo en que la
izquierda se ve seducida por los caballos de Troya del postmodernismo y del
irracionalismo, del "todo vale" y de apuntarse a todas las causas que pueda parecer que van
contra el status quo.

Y estos son los puntos flojos, que yo creo que superan a los fuertes:

- La proclamación del igual respeto por todas las concepciones de vida tiene sus límites.
Hay concepciones de vida que chocan frontalmente, como por ejemplo la de un integrista
cristiano o musulmán y la de una feminista radical. De hecho, la idea misma de una "teoría
de la justicia" tiene detrás toda una serie de suposiciones morales (respeto y defensa de la
libertad, por ejemplo), y por lo tanto no puede ser "neutral" a la hora de juzgar todas las
concepciones de vida existentes. Un igualitarista liberal no puede decir, en serio, que la
concepción de vida de un integrista cristiano le resulta aceptable, porque implica luchar por
destruir toda una serie de cosas (el respeto y defensa de la libertad, por seguir con el
ejemplo) que están en el núcleo duro de los valores que el igualitarismo liberal defiende. En
resumen, la idea de una "teoría de la Justicia" moralmente neutral resulta imposible,
contradictoria e indeseable.

- Los igualitaristas liberales resuelven mal el conflicto entre la libertad negativa y la


positiva, ya que finalmente lo único que nos dicen es que la primera sin la segunda es una
libertad vacía. Sin embargo, los problemas de la libertad positiva permanecen: si mi
proyecto de vida es mantener relaciones sexuales con Marina Llansana, la portavoz de
ERC, ¿debería el Estado garantizar que lo podré hacer? ¿Debería tener "libertad real" para
follar con quien quisiese? Es fácil ver en esto una cierta vis totalitaria. Una respuesta fácil
seria decir que mi libertad acaba donde empieza la de la pobre Marina, pero... ¿no puede
eso mismo decir un empresario que no quiere pagar a un sistema fiscal redistributivo? Es
por ahí por donde atacan los liberales ortodoxos.

- La riqueza conceptual y teórica de la que hablábamos antes es, también, un handicap. Es


fácil salir ante el pueblo y decir "nos oponemos a los impuestos porque nadie tiene derecho
a robar, ni siquiera el Estado. Es fácil salir a la calle y decir "vamos a defender la Sanidad
Social en nombre del bienestar de la ciudadanía". Es fácil, también, salir y decir que
"vamos a defender la Renta Básica para que nadie dependa de nadie y todos nos podamos
mirar a los ojos y vivir sin permiso". Lo que no es nada fácil es decir ante el pueblo "si,
verán, vamos a defender la educación gratuita dado que si todos estuviésemos en una
situación de velo de la ignorancia, escogeríamos aquella situación en la cual los que están
peor están mejor, dado que los que están peor también tienen derecho a desarrollar sus
capacidades y su proyecto de vida, dado que todos los proyectos de vida son igual de
respetables". El lenguaje, los conceptos y las justificaciones utilizadas por el igualitarismo
liberal están demasiado "en el cielo", son demasiado abstractos y poco útiles de cara a la
realpolitik. Bajar el igualitarismo liberal a la realidad política y social diaria implica
vaciarlo progresivamente de contenido hasta que queda mas o menos al nivel del
liberalismo social de toda la vida. Es decir, que de cara a la lucha política y al debate social
el igualitarismo social sirve de poco.

- Las justificaciones del igualitarismo liberal siempre adolecen de imprecisiones y zonas


poco claras. Son mucho menos informativas que, por ejemplo, las del liberalismo ortodoxo
o las del utilitarismo. Por ejemplo, no queda claro por que, en una situación de velo de la
ignorancia, la conducta mas racional fuese la que prescribe Rawls (asegurar un sistema de
iguales libertades y de redistribución de recursos para todos). Pudiera ser que un individuo
decidiese arriesgarse, como si de un juego de ruleta se tratase, y oponerse a toda política de
redistribución, con la idea de obtener el máximo premio posible en caso de que el "juego"
le fuese favorable. Es decir, con la idea de no tener que dar un duro en caso de que le tocase
un buen lugar en la sociedad. Tampoco queda nada claro el concepto de "libertad real",
como hemos visto mas arriba en el ejemplo de Marina y el sexo. Y tampoco está muy clara
la idea de "desarrollo de las capacidades" de Sen: ¿hasta que punto me tiene que
subvencionar el Estado mi talento para el surf? La idea de la "plataforma igualitaria" de
Dworkin tampoco está muy clara: la idea de que el Estado debe tratar a todos con igual
consideración puede llevar a políticas redistributivas, pero también al Estado mínimo, dado
que un hayekiano podría decir que "dado que el Estado debe tratar con igual consideración
a todos los ciudadanos, debería condenar por igual la servidumbre de los pobres y de los
ricos".

En resumen, el igualitarismo liberal escapa de los defectos del utilitarismo, proporciona un


utillaje analítico y formal muy importante a la filosofía política, y contribuye a luchar
contra la idea de que la libertad y la igualdad son valores en conflicto. El problema es que
todas estas tareas, a mi juicio, las hace bien, pero no lo suficientemente bien. Creo que hay
una alternativa mejor que el igualitarismo liberal y que el utilitarismo: el republicanismo.
Hablaremos de él en el próximo artículo.

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