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JENOFONTE

OBRAS MENORES
HIERÓN-AGESILAO-LA REPÚBLCIA DE LOS LACEDEMONO
IS
LOS INGRESOS PÜBLICOS-EL JEfE DE LA CASALLES
DE LA EQUT l AaÓN-DE LA CAZA

PSEUDO JENOFONTE

LA REPÚBLICA DE LOS
ATENIENSES

BIBLIOTECA CLASICA CREDOS


284 294
LA REPÚBLICA DE LOS ATENIENSES INTRODUCCIÓN

De 1965 es la de Juan B. Xuriguera, citada con las


traducciones del Agesilao,
En lengua inglesa se debe citar la traducción de Bo- BIBLIOGRAFÍA
wersock que recordamos aquí varias veces. Asimismo,
hay otra versión inglesa, de 1975, dentro de un conjun-
to de traducciones de las constituciones de Aristóteles, Además de la bibliografía de los opúsculos anterio-
del Pseudo-Jenofonte y la beocia de Oxirrinco. res relacionada también con La República de los atenien-
ses, véase la siguiente:
Existe también, al menos, una versión francesa que
no podemos fechar, pues le falta el año. EDICIONES:

B. KAUNKA, Die pseudo-xenophonîische Aîhenaion Politeia (Teub-


Texto adoptado ner), Stuttgart. 1967 ( = 1914).

Seguimos el texto de E. M. Marchant, en los «Oxford


Classical Texts» (1920), e indicamos a continuación los EDICIONES BILINGÜES:
pasajes con lectura diferente, por haber preferido la de
M. Femández-Galiano, o bien la de Marchant-Bowersock M. FERNANDEZ-GAUANO, Pseudo-Jenofonte. La República de los ate-
(«Lx)eb Classical Library», 1968 [= 1925], cf. supra, pág. nienses (Clásicos Políticos), Madrid, 1971.
H. FRISCH, The Constitution of the Athenians, Copenhague. 1942.
9).

MARCHANT (OXFORD) Μ. FERNXNDEZ-GAUANO ESTUDIOS:

1,11 Ινα λαμβάνωμεν <ών> Γνα λ α μ β ά ν ω , ών π ρ ά τ τ η . . . M. ATTILIO LEVI, La lotta politicca nel mondo antico = La lucha
ιτράττη... texto de Marchant-Bowersok, política en el mundo antiguo [trad. de J. LÓPEZ PACHECO], Ma-
ed. de la «Loeb». drid. 1968.
2,1 κρστιστεύουσι,.. κράτιστοι. ε ί σ ι . . . L. GIL, «La irresponsabilidad del demos». Emérita XXXVIII (1970).
2,17 tî^ 6φ' δτοο d ô i K e Î t . η 6nó του άδίκτ^, . . , 351-373.
άρ^σκει ? μ ο ι γ ε , & . . . άρέσκει οϊ ye τ ά . . . J. DE ROMILLY, «Le Pseudo-Xénophon et Thucydide», Rev. de Phil.
3 3 ή π ό λ ι ς . . . των δεομέ- ή Ίτόλις των δ ε σ μ έ ν ω ν . . . 36 (1962), 225 y sigs.
νων... J. K. DAVIES, La democracia y la Grecia clásica, trad. española. Ma-
3.5 δ ι κ ά σ α ι . δει t στρα- δ ι α δ ι κ ά σ α ι δει ά σ τ ρ α τ ε ί α ς . . . drid. 1981.
τιάς ...
3.6 Terminación del párrafo Terminación del párrafo des-
después de δ ι α δ ι κ ά ζ ε ι ν pués de ^τους τιέμπτοα. 6...
όπσντσ; 6...
Sobre la república de los atenienses, no alabo el he- i
cho de elegir ese sistema, porque, al elegirlo, eligieron
también el que las personas de baja condición estén en
mejor situación que las personas importantes. Así, pues,
no lo alabo por eso. Mas como ellos lo han decidido
así, voy a mostrar lo bien que mantienen su régimen
y llevgm las demás cuestiones que al resto de los grie-
gos les parecen un fracaso
En primer lugar diré, pues, que allí constituye un 2
derecho el que los pobres y el pueblo tengan más p>oder
que los nobles y los ricos ix>r lo siguiente: porque el
pueblo es el que hace que las naves funcionen y el que
rodea de fuerza a la ciudad, y también los pilotos, y
los cómitres ^ y los comandantes segundos, y los timo-
neles y los constructores de naves. Ellos son los que
rodean a la ciudad de mucha más fuerza que los hopli-
* E. C. MARCHANT, G. W. BOWERSOCK (Xenophort VIL Scripta mi-
nora, Londres-Cambridge-Massachusetts, 1968) observan que en este
pasaje se indican los dos tópicos básicos del tratado y que se vuelve
a recoger esta exposición en 3, 1 cuando ha concluido la discusión
del primer tópico.—Es conveniente aclarar que encontramos dos se
ries de términos para designar las dos clases rivales: hoi ponëroi, ho
kheirous, hoi dèmotikoi, frente a hoi khrestoí, hoi beltious, hoi béltis
toi, hoi dynatótatoi, y algunos más. Aunque su sentido general no ofre
ce dudas, es difícil encontrar la palabra exacta para alguno de ellos
en nuestra versión, hoi khréstoi'^e traduce por «las personas impor
tantes». Cf. J . Κ . DA VIES, La democracia y la Grecia clásica, trad. esp.,
Madrid, 1981, págs. 32-33.
2 Con este término, no muy adecuado, traducimos el griego ke-
leustaí, que designa a los encargados de que los remeros actúen al
unísono, manteniendo un ritmo determinado.
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tas ^ los nobles y las personas importantes. Puesto que contra ellos mismos. En todo el mundo la clase privi- 5
así es realmente, parece justo que todos participen de legiada es contraria a la democracia. Efectivamente, en
los cargos por sorteo y por votación a mano alzada y las p>ersonas privilegiadas hay muy poca intemperancia
3 que cualquier ciudadano pueda hablar Además, el e injusticia, pero la máxima exactitud para lo impor-
pueblo no exige, en absoluto, participar de todos aque- tante; en el pueblo, al contrario, la máxima ignorancia,
llos cargos de los que depende la seguridad o son un desorden y bajeza, pues la pobreza los lleva cada vez
peligro para todos según que estén bien o mal desempe- más hacia lo vulgar, y también la incultura e ignoran-
ñados —no creen que deban participar en el sorteo de cia causadas por la falta de recursos de algunas per-
los cargos de estratego ni de jefe de la caballería '—. sonas.
Efectivamente, el pueblo opina que es mucho más ven- Podría decir alguno que no se les debería permitir 6
tajoso para él no desempeñar esos cargos, sino dejar a todos hablar en la Asamblea por t u m o ni ser miem-
que los desempeñen los más poderosos. Mas el pueblo bros del Consejo ^ sino a los más capacitados y a los
busca todos aquellos cargos que aportan un sueldo y hombres mejores. Pero, incluso en este punto, toman
4 beneficio para su casa ^ Asimismo, los verás mante- la mejor decisión permitiendo que hablen también las
niendo la democracia en eso mismo que sorprende a personas de baja condición. Naturalmente, si las perso-
algunos, que otorga, en toda ocasión, más poder a los nas importantes hablaran y fueran miembros del Con-
de baja condición, a los pobres y a los partidarios del sejo, sería bueno para los de su misma clase, mas no
pueblo que a las personas importantes. Pues, lógicamen- lo sería para los partidarios del pueblo. Al hablar, en
te, si se favorece a los pobres, a los partidarios del pue- cambio, ahora cualquiera que se levante, una persona
blo y a las personas más débiles, como son muchos los de baja condición, procura lo bueno para sí y para los
favorecidos de esa forma, engrandecen la democracia. de su misma clase. Se podría argumentar: «Pero ¿qué 7
Mas si se favorece a los ricos y a las personas impor- bien puede proponer para sí o para el pueblo semejante
tantes, los partidarios fomentan una fuerte oposición persona?» Con todo, ellos opinan que la ignorancia, la
bajeza y la buena intención de ese hombre les es más
ventajosa que la excelencia, la sabiduría y la malevolen-
^ Constituían éstos la fuerza principal del ejército de tierra hele-
no de esta cp>oca. Iban equipados con armadura pesada, si se permite cia del hombre importante. Realmente el país no será 8
la expresión. Véase, también, 2, 1. el mejor con semejantes instituciones, pero la democra-
* Ha de entenderse que ta facultad de hablar se refiere a las reu- cia se mantendrá así mejor. En efecto, el pueblo no quie-
niones de la Asamblea o ekklésia, formada por todos los ciudadanos re ser esclavo, aunque el país sea bien gobernado, sino
libres de Atenas.
ser libre y mandar, y poco le importa el mal gobierno,
' Elegían diez estrategos o generales, uno por cada tribu; en cam-
bio, sólo dos jefes de la caballería o hiparcos y diez jefes de escuadrón pues de aquello por lo que tú piensas que no está bien
o phylarcos, uno por tribu. Se ha observado que esta afirmación sobre gobernado, el propio pueblo saca fuerza de ello y es li-
la elección de los cargos destruye ias propias aseveraciones del autor. bre. Mas si buscas un buen gobierno, verás, primero, 9
® Desde el siglo ν a. C., los 6.000 jurados, los 500 miembros del a los más capacitados establecer las leyes; después, a
Consejo y los 350 magistrados eran gratificados, con el fin de compen-
sar la pérdida o disminución de ingresos que les ocasionaba el desem-
peño del cargo, por el tiempo sustraído a sus ocupaciones particulares. El «Consejo de ios 500>, 50 por cada tribu.
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PSEUDO JENOFONTE LA REPÚBLICA DE LOS ATENIENSES 301

las personas importantes reprimiendo a los de baja con- ble que entregara sus bienes para no arriesgar su per-
dición, decidiendo en consejo sobre el país y no permi- sona. En consecuencia, por eso concedemos a los 12
tiendo a hombres exaltados ser miembros del Consejo esclavos libertad de palabra con respecto a los libres,
ni hablar ni celebrar asambleas. Como consecuencia de y a los metecos con respecto a los ciudadanos, porque
estas excelentes medidas, muy pronto el pueblo se verá el Estado necesita metecos. debido al gran número de
abocado a la esclavitud. profesiones y debido también a la flota. Por estas razo-
10 Por otra parte, la intemperancia de los esclavos y nes, pues, lógicamente otorgamos también a los mete-
metecos ® en Atenas es muy grande, y ni allí está per- cos libertad de palabra.
mitido pegarles ni el esclavo se apartará a tu paso. Yo Allí el pueblo ha acabado con los que se ejercitan 13
te voy a explicar la causa de este mal endémico: si fue- en los gimnasios y cultivan las artes musicales por-
ra legal que el esclavo o el meteco o el liberto fuese que consideran que ello no es bueno después de haber
golpeado por una persona libre, muchas veces pegarías reconocido que no pueden cultivar esas actividades. Al
a un ateniense creyendo que era un esclavo. Efectiva- contrario, en las coregías, gimnasiarquías y tñerar-
mente, allí el pueblo no viste nada mejor que los escla- quias reconocen que son coregos los ricos, pero que
vos y metecos, ni son mejores en absoluto en su aspecto el pueblo se beneficia de los coregos, y que son gimna·
11 exterior. Asimismo, puede uno sorprenderse también de siarcos y trierarcos los ricos, pero que el pueblo se be-
que allí permitan a los esclavos vivir desordenadamen- neficia de los trierarcos y gimnasiarcos. Así, el pueblo
te e, incluso, a algunos llevar una vida regalada, pero considera positivo cobrar dinero por cantar, correr, dan-
también es evidente que esto lo hacen intencionadamen- zar y andar en las naves para tener dinero él mismo
te; pues, donde existe una fuerza naval, se ven forzados y que los ricos se empobrezcan. Y en los tribunales no
a servir a los esclavos a causa del dinero, para recibir les importa una sentencia justa, sino mucho más su pro-
las aportaciones que consiguen y dejarlos libres, y pia conveniencia.
donde hay esclavos ricos, allí ya no hay ninguna ventaja Sobre los aliados, según parece, los atenienses, en 14
en que mi esclavo respete tu presencia. Aunque en La- sus viajes por mar. delatan y odian a las personas im-
cedemón mi esclavó la habría respetado. Y si tu es-
clavo sintiera temor ante mi presencia sería proba- Marchant-Bowersock observan que. posiblemente con esta pri-
mera persona, el autor se declara ateniense.
^ Se les denomina asi a los extranjeros residentes en el Ática. No Ha de entenderse en el sentido más amplio que le daban los
tenían derechos políticos, pero si civiles. Lo que dice en el § 12 no griegos de cultura o instrucción en las diversas artes y ciencias. Cf.
debe entenderse referido a estos derechos, sino a la libertad que pre· PLATÓN, Rep. 376e 3 - 4 , donde gymnastiké y mousikê abarcan la forma-
gona para ellos en las lineas anteriores y que no era comparable legal- ción completa de cuerpo y alma respectivamente.
mente a la de los ciudadanos libres. Coregos: personas pudientes encargadas de correr con los gas-
^ El texto está mal conservado y no es seguro el sentido. Segui- tos de las representaciones teatrales. Gyntnasiarcos: debían sufragar
mos parcialmente el de M . FERNÁNDEZ-GAUANO (Pseudo-Jenofonte. La los gastos de las palestras o instalaciones deportivas y de las competi-
República de los atenienses, Madrid. 1971). ciones en general. (Cf. 2, 10.) Trierarcos: los encargados de los gastos
Nombre oficial de Esparta y su territorio. de equipamiento y funcionamiento de cada nave de guerra o trirreme.
" Parece que se dirige a un interlocutor que vive en Esparta, se- £stas formas de atender determinados servicios públicos son las lla-
gún observación común. madas leitourgeiai.
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portantes, porque piensan que es inevitable que el go- ver las naves, gobiernan los estados aliados y apoyan
bernante sea odiado por el gobernado y que, si los ricos a los del pueblo y arruinan a sus adversarios en los tri-
y las personas importantes son fuertes en las ciudades, bunales. Mas si cada uno celebrase los juicios en su
muy f>oco durará el poder del pueblo de Atenas. Por patria, como están dolidos con los atenienses, arruina-
eso, realmente, privan de los derechos políticos a las rían precisamente a aquellos de entre ellos mismos que
f)ersonas importantes, les arrebatsm sus bienes, los des- fueran más amigos del pueblo ateniense. Además de π
tierran y les dan muerte, mientras engrandecen a las estas ventajas, el pueblo ateniense gana lo siguiente de
personas de baja condición. Al contrario, los atenienses los juicios que celebran los aliados en Atenas: en pri-
importantes apoyan también a las personas importan- mer lugar, que la tasa estatal del uno por ciento por
tes de los países aliados, p>orque reconocen que es bueno las entradas en el Pireo sea mayor; en segundo lugar, 18
para ellos el meuitener a los mejores en estas ciudades. que quien tiene casas de huéspedes esté en mejor situa-
15 Alguien podría decir que la fuerza de los atenienses se- ción, y lo mismo, quien tiene yuntas o esclavos a suel-
ría que los aliados fueran capaces de pagar el importe do; también los heraldos " están en mejor situación,
de su tributo Mas para los partidarios del pueblo debido a la presencia de los aliados. Aparte de esto, si
parece ser un bien mayor el que cada ateniense, indivi- los aliados no fueran a Atenas con motivo de las causas
dualmente, posea los bienes de los aliados, y éstos lo judiciales, únicamente honrarían a los atenienses que
justo para vivir, y que se dediquen a sus actividades, se hacen a la mar: estrategos, trierarcos y embajadores.
pero que no puedan conspirar por falta de medios. Ahora, por el contrario, cada aliado, individualmente,
16 Parece que el pueblo ateniense también actúa mal se ve obligado a adular al pueblo ateniense porque sabe
en la siguiente cuestión: obligar a los aliados a venir que debe acudir a Atenas y no sufrir o exigir justicia
por mar a Atenas para los asuntos judiciales si bien ante nadie más que ante el pueblo, quien, evidentemen-
ellos piensan, por el contrario, en todas las ventajas te, es la ley en Atenas. También tiene que encontrarse,
que obtiene el pueblo con tal proceder. Primero, co- necesariamente, con él en los tribunales y estrechar la
bran el sueldo durante el año de los bienes depositados mano del primero que entre. Por eso, en fin, los aliados
en el pñtaneo luego, sentados en sus casas, sin mo- se vuelven progresivamente esclavos del pueblo ate-
niense.
Se refiere a los aliados de Atenas que forman la Liga ático- Además de estas ventajas, debido a los bienes y car- 19
délica y aportan un canon o tributo. Cf., también, 1, 1; 3, 2, 5. El teso- gos que tienen fuera de sus fronteras, ellos y sus acom-
ro común o bienes de esta Liga estuvo depositado, en un principio,
en Délos, pero, más tarde, en Atenas. Recuérdese que la Liga se creó del año —unos 36 ó 37 días—, atienden los asuntos de la pólis. En
después de las Guerras Médicas y se disolvió al final de la guerra del las acusaciones privadas —dtkai—, tas dos partes depositaban cierta
Peloponeso, esto es. estuvo en vigor desde el 478/77 al 404 a. C. En suma como gastos de justicia —prytaneía—. A estos fondos alude aqui
el siglo IV, año 378/77, se volvió a restablecer, aunque no por mucho probablemente.
tiempo —segunda Liga ático-délica—. o derechos de aduana por ciertos productos. Cf. ARISTÓFANES.
La exactitud de este pasaje es discutida, según n. ad. loe. de Avispas 657 y ss.
MARCHANT, BOWERSOCK, Xetu Scripta minora. Recuérdese ta importancia que tenían en la Antigüedad, ya des-
Lugar donde se reúne la prítania o comisión permanente de los de Homero. Según M . FERNANDEZ-GAUANO (n. ad loe.), los heraldos sa-
50 miembros del Consejo de cada tribu —prítanos—, que, a lo largo len gananciosos por los posibles sobornos.
304 PSEUDO JENOFONTE LA REPÚBLICA DE LOS ATENIENSES 305

pañantes sin darse cuenta han aprendido la navegación de los que dominan el mar. Además, los que dominan 4
a remo. Efectivamente, muchas veces en la navegación el mar pueden hacer lo que, a veces, hacen los que do-
dueño y criado deben coger el remo y aprender la ter- minan el continente, esto es, arrasar el territorio de los
20 minología de la técnica naval. Asimismo, se hacen bue- que son más poderosos ya que pueden acercarse a
nos timoneles por la experiencia y ejercicio de los la costa en las zonas donde no hay enemigos o hay po-
viajes. Unos se ejercitan pilotando barcos ligeros, otros cos, y si éstos acuden, embarcar y zarpar. Y corre me-
barcos de carga, luego, algunos se especializan en tri- nor riesgo quien lo realiza que quien acude en ayuda por
rremes La mayoría están capacitados para embarcar tierra. Además, los que dominan el mar pueden realizar 5
y navegar en cualquier momento, porque, previamente, todas las travesías que quieran zarpando desde su pro-
se han ejercitado durante toda su vida. pio territorio, pero los que dominan el continente no
2 El ejército de hoplitas, que parece estar mucho me- pueden realizar una marcha de muchos días desde el
nos atendido en Atenas, lo tienen organizado de tal for- suyo, pues el avance es lento y quien va por tierra no
ma, que reconocen ellos mismos que son menos y más puede llevar provisiones para mucho tiempo. Además,
débiles que sus enemigos, pero mucho más fuertes el que va por tierra ^ debe ir por países amigos, o bien
incluso, por tierra que los aliados que les pagan tribu- vencer en combate; pero quien va por mar puede de-
to, y opinan que el ejército de hoplitas es suficiente, sembarcar en aquellos países en que sea superior y no
2 siempre que sesm más poderosos que sus aliados. Asi- hacerlo en aquellos en que no lo sea y costear has-
mismo, la suerte también les ha facilitado tal situación, ta que llegue a un territorio amigo o a poblaciones con
pues los pequeños estados del continente que están so- menos fuerzas que las suyas. Por otro lado, los más 6
metidos pueden reunirse y combatir juntos pero los poderosos en el continente aguantan con dificultad los
del mar que están sometidos, es decir, todos los que desastres de las cosechas ocasionados por Zeus, pero
son de islas, no pueden alzarse a la vez para el mismo los poderosos por m a r los aguantan con facilidad, ya
fin, pues hay mar por medio y sus dominadores son los que la tierra entera no sufre la plaga a la vez, y, así,
dueños de las aguas. Y si los isleños fueran capaces de los productos de las zonas prósperas van a parar a los
reunirse en una sola isla, perecerían de hambre. que dominan el mar.
3 De los estados del continente sometidos por los ate- A su vez, conviene también recordar otras ventajas 7
nienses, los grandes se someten por miedo, y todos los menos importantes En primer lugar, se mezclan con
pequeños por necesidad. En efecto, no existe ningún país
que no necesite importar o exportar algún producto. Y, " Marchant-Bowersock nos recuerdan las referencia de Tuc.. I
143, en boca de Pericles. y II 23. en la costa del Peloponeso. También
por supuesto, eso no le será posible, si no es súbdito fuera de la guerra del Peloponeso, en el año 455, el estratego Tólmides
incendia el arsenal espartano (Tuc., I 108).
Los términos griegos son ploíon, holkás, triérës, respectiva- Este pasaje tiene una importancia decisiva, según muchos co-
mente. mentaristas, para fechar la composición de la obra, pues la larga y
Se sigue el texto de Marchant-Bowersock. rápida expedición del general espartano Brásidas. en el año 424 a. C.,
" Probable alusión a la Liga calcídica creada en el año 432 (cf. lo invalidaría. Según ellos, este año sería, pues, el término ante quem.
Tue., I 58). como notan MARCHANT-BOWERSOCK, Xen. Scripía minora, pág. Texto mal conservado.
488. nn. 31. 33. 37 y 42. " Cf. Pendes (Tuc.. II 38).

75. — 20
298
PSEUDO JENOFONTE LA REPÚBLICA DE LOS ATENIENSES 307

otros pueblos de distintas regiones y descubren nuevas es rico en hierro, cobre o lino? ¿A dónde los podrá ex-
formas de vida regalada, y, así. lo que hay de agradable portar, si no convence al que domina el mar? Natural-
en Sicilia, en Italia en Chipre, en Egipto, en Lidia, mente, de estos mismos productos se hacen mis naves:
en el Ponto en el Peloponeso o en cualquier otro lu- de un país, la madera; de otro, el hierro; de otro, el
gar, todo eso se concentra en una sola plaza gracias al cobre; de otro, el lino; de otro, la cera. Además, no per- 12
8 imperio marítimo. En segimdo lugar, de cada lengua que mitirán llevar los productos a otro lugar donde haya
oyen hablar toman algo. Los griegos asumen su modo adversarios nuestros, o no podrán utilizar el mar
peculiar de hablar, de vivir y forma de vestir, pero los Ciertamente, yo, sin hacer nada, tengo todos estos pro-
atenienses son una mezcla de todos los helenos y bárba- ductos de la tierra gracias al mar, mientras ninguna otra
ros a la vez ciudad tiene dos de tales productos, ni una misma tiene
9 En cuanto a sacrificios, santuarios, festines y recin- madera y lino, sino que, por el contrario, la zona donde
tos sagrados, como el pueblo reconoce que cada pobre, hay lino en abundancia es descubierta y carece de árbo-
individualmente, no tiene medios para hacer sacrificios, les. Igualmente, cobre y hierro no vienen de la misma
celebrar banquetes, erigir santuarios y habitar una ciu- ciudad, ni una sola tiene dos o tres de los demás pro-
dad grande y hermosa, encontró así la forma de tener ductos, sino que una ciudad tiene éste, y otra ciudad,
estas cosas. En consecuencia, la ciudad hace muchos aquél.
sacrificios públicos, pero es el pueblo quien disfruta de Además de estos hechos, en cualquier parte del con- 13
10 los banquetes y se reparte las víctimas. También algu- tinente hay también un promontorio o una isla situada
nos ricos poseen gimnasios, baños y vestuarios priva- delante o un estrecho. De modo que pueden anclar allí
dos, mas el propio pueblo construye para uso propio los que dominan el mar y hostigar a los habitantes del
muchas palestras, vestuarios y baños públicos, e inclu- continente^'. En cambio, les falta una sola cosa. En 14
so la multitud los disfruta mucho más que el pequeño efecto, si los atenienses viviesen en una isla y fuesen
número de afortimados. dueños del mar, podrían, si quisieran, hostigar y no ser
w Por otra parte, ellos son los únicos capaces de apo- hostigados mientras dominen el mar y no sería sa-
derarse de la riqueza de helenos y bárbaros, pues si un queado su territorio ni invadido por los enemigos. Pero
país es rico en madera adecuada para la construcción ahora se someten a los enemigos, principalmente a los
de barcos, ¿a qué otro país la podrá exportar, si no se agricultores y a los atenienses ricos, mas el pueblo, que
somete al que domina el mar? ¿Qué ocurrirá si un país sabe bien que los enemigos no quemarán ni saquearán
ninguna cosa suya, vive sin temor y sin someterse a
La Italia peninsular y, sobre todo, el sur o Magna Grecia.
0 mar Negro actual. ^ Cf. η. 12. El texto no está claro. Véase n. ad. loe. de M.
Lo que el autor considera como negativo, para otros son as- FERNÁNOEZ-G ALUNO.

pectos positivos que indican un espíritu abierto, cosmopolita, diría- Véase, en Tuc., I 1 4 2 , una idea parecida. Según MARCHANT, B O -
mos, frente al espíritu receloso de los lacedemonios ante lo foráneo. WERSOCK, Xen. Scripta minora. 4 9 3 , n. 2 2 , no hay que ver, necesaria-
La koinê o lengua común de la época helenística, ática en gran medi- mente. una alusión a Pilos.
da, aparte de otras razones que no negamos, debe contarse entre sus ^^ Cf. Tuc., I 143, que expone una táctica similar por boca de
logros. Cf., asimismo, lo dicho en 1, 10-12 sobre los metecos y esclavos. Pendes.
298 PSEUDO JENOFONTE LA REPÚBLICA DE LOS ATENIENSES 309

15 ellos. Junto a estas ventajas, si viviesen en una isla, plena.» Y si no se aprueban esos convenios, descubre
también estarí^m alejados del otro tipo de temor, esto infinitos pretextos para no cumplir lo que no quieren.
es, de que la ciudad fuese algún día traicionada por un Y si resulta algún perjuicio de las decisiones del pue-
p>equeño número y, abiertas sus puertas, de que la inva- blo, éste aduce que unos pocos individuos actuaron en
diesen sus enemigos. Pues, ¿cómo p>odría ocurrir eso, contra suya y lo echaron a perder. En cambio, si resul-
si viviesen en una isla? A su vez, nadie se sublevaría ta algún bien, se atribuyen la causa a sí mismos
contra el pueblo, si viviesen en una isla. Lógicamente, A su vez, no permiten que el pueblo sea objeto de 18
si se rebelaran ahora, se rebelarían con la esperanza burla en la comedia " ni que se hable mal de él para
de que los enemigos acudirían por tierra, pero si vivie- que no se tenga mal concepto de ellos, |>ero si se quiere
sen en una isla, también esto les tendría sin temor. sacar a alguna persona en particular, lo recomiendan,
16 En resumen, puesto que, por su origen, no tuvieron la porque saben bien que, generalmente, no es del pueblo
suerte de vivir en una isla, ahora hacen lo siguiente: ni de la masa el que es objeto de burla en las comedias,
depositan sus bienes en las islas, confiados en su domi- sino un rico o un noble o un poderoso, y pocos pobres
nio del mar y miran con indiferencia que el territorio o partidarios del pueblo son objeto de burla en las co-
del Atica sea devastado pues reconocen que, si se medias, y aun ni siquiera esos pocos, si no es por me-
compadecen de él, serán privados de otro tipo de bie- terse en otros asuntos y ansiar tener más que el pueblo.
nes mayores De modo que ni se molestan porque tales personas sal-
17 Asimismo, los estados gobernados por oligarcas se gan en las comedias. En resumen, yo afirmo que el pue- 19
ven obligados a mantener firmemente las alianzas y pac- blo ateniense conoce bien qué ciudadanos son los im-
tos, y si no mantienen los acuerdos o alguien incurre portantes y quiénes son los de baja condición, y, como
en un agravio, están los ^nombres de los pocos los conoce, ama a los partidarios y simpatizantes suyos
oligarcas que establecieron los acuerdos. En cambio, de aun cuando sean de baja condición y odia, más bien,
cuanto el pueblo acuerda puede negar responsabilidad por el contrario, a las personas importantes. Efectiva-
a los demás cargándola sólo en el que interviene y pro- mente, no creen que sus nobles virtudes crezcan junto
pone la votación, alegando: «No asistí ni apruebo *** con los intereses del pueblo, sino sobre su ruina. Tam-
a los que informan de los convenios *** en la Asamblea bién ocurre lo opuesto a esta situación, y algunos, al
menos, que son realmente partidarios del pueblo, no per-
^^ Lo que ocurrió al comienzo de la guerra del Peloponeso. con
e! traslado de sus bienes a Eubea (hoy Negroponto) y la invasión del
Ática por los lacedemonios y sus aliados. Aunque no se puede decir ^ Véase, para esta idea y otras de este opúsculo, el artículo de
que vivieran sin temor, como pretende el autor. Por eso, MARCHANT, L. GIL, «La irresponsabilidad del demos» Emérita XXXVIII ( 1 9 7 0 ) ,
BOWBRSOCK (cf. η. ad. loe., pág. 4 9 4 ) no ven un pasaje decisivo para 3 5 1 - 3 7 3 , muy interesante para clarificar las ideas sobre la actuación
fechar el opúsculo en el año 431 o después de este año. política de la Asamblea.
^ Se refiere» naturalmente, a las posibles bajas de sus soldados " En contra de la opinión de otros autores. MARCHANT, BOWER-
frente a los enemigos, y a ta pérdida posterior de su imperio. SOCK, Xen. Scripta minora, pág. 4 9 6 , sostienen que este pasaje no tiene
Como se ve aquí y unas lineas más abajo de este mismo párra- nada que ver con los decretos de los años 4 4 0 / 3 9 , 4 3 7 / 3 6 o del 4 1 5
fo, el texto no está bien conservado. Seguimos las variantes de Marchant· a. C., que limitaban la libertad de la comedia. En los Caballeros de
Bowersock. Cf., asimismo, las nn. ad. loe. de M. FERNANDEZ-GAUANO. Aristófanes, del año 424. el démos es uno de los personajes.
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PSEUDO JENOFONTE LA REPÚBLICA DE LOS ATENIENSES 311

20 tenecen al pueblo por su clase. Yo, ciertamente, admito raímente, si hay tantos asuntos, ¿es extraño que no pue-
la democracia para el propio pueblo, pues cualquier per- dan atender a todos? Algunos replican que, si se pre- 3
sona puede admitir que trate de favorecer su propio in- sema uno en el Consejo con dinero o en la Asamblea
terés; pero quien no es del pueblo y prefiere vivir en del pueblo, será atendido. Por cierto, yo estoy de acuer-
un país de régimen democrático antes que en uno oli- do con ellos en que con dinero se tramitan muchos asun-
gárquico, está dispuesto a cometer injusticias y piensa tos en Atenas y que se tramitarían muchos más incluso,
que el malvado puede pasar inadvertido mucho mejor si dieran dinero muchas más personas, pero doy por
en un país de régimen democrático que en uno oligár- seguro que la ciudad no tiene capacidad para aten-
quico der a todos los solicitantes por mucho oro o plata que
3 Sobre la república de los atenienses no alabo su sis- se le dé.
tema, mas como ellos decidieron gobernarse democráti- Asimismo, debe revisar los asuntos siguientes: si se 4
camente. me parece que mantienen bien la democracia reparan las naves o se construye en terreno público. Y
empleando los medios que yo mostré. además de eso, inspeccionar a los coregos para las fies-
Pero veo que algunos critican también a los atenien- tas Dionisias, Targelias, Panateneas, Prometías y Hefes-
ses por lo siguiente: porque muchas veces uno no puede tias todos los años También se nombran cada año
gestionar allí los asuntos en el Consejo ni en la Asam- cuatrocientos trierarcos ^^ y debe fallar los recursos de
blea del pueblo, ni aunque espere sentado un año ente- cualquiera de ellos todos los años. Junto a esto, com-
ro. Y eso pasa en Atenas únicamente, porque no son
^ Texto de Marchant-Bowersock, esto es, no hay laguna.
capaces de atender y despachar a todos, debido al ele-
Dionisias: fiestas en honor del dios Dioniso. Había varías con
2 vado número de trámites. En efecto, ¿cómo pueden ser este nombre. Las más importantes eran las Grandes Dionisias o gran
capaces ellos que, en primer lugar, tienen que celebrar fiesta dionisíaca del mes de marzo en Atenas; las Dionisias rurales
más fiestas que otra ciudad griega cualquiera (y en ellas o fiestas dionisíacas de los diversos démos o distritos del Atica
es más imposible aún que alguien atienda los asuntos (diciembre-enero); las Leneas o fíesta dionisíaca. en enero, en Atenas.—
Targelias: fiesta ateniense en la que se celebraba la traída de la eiresiô-
de la ciudad), y que, además, tienen que dirimir tantos nê (rama de olivo con frutos y cintas) y la expulsión del fármaco (indi-
procesos públicos y privados y rendición de cuentas, co- viduo expulsado y vejado como culpable de los males de la colectivi-
mo no dirimen todos los demás en conjunto, mientras dad). Estaban dedicadas a Apolo y Artemis (mayo-junio).—PanaícMeas;
el Consejo resuelve muchos asuntos de guerra y eco- fiestas atenienses en honor de Atenea celebradas todos los años en
julio, pero con especial solemnidad cada cuatro años. El acto más lla-
nómicos, muchos sobre la promulgación de leyes, mu- mativo era la pompé o procesión en honor de la diosa y la ofrenda
chos sobre los acontecimientos diarios de la ciudad, del pep/o.—«Promecias» y «Hefestias»: Fiestas en honor de Prometeo
muchos, en fin, de los aliados, aparte de recaudar el y Hefesto, respectivamente. En estas dos había carreras de antorchas
tributo y atender los arsenales y los santuarios? Natu- como acto principal (las dos divinidades están relacionadas con el fue-
go), aunque también en otras fiestas, como en las Panateneas, se cele-
braban estas carreras.
MARCHANT, BOWERSOCK, Xen. Scripta minora, pág. 501, Nos re-
^ Consecuencia o deducción no muy lógica, por cierto, pues no
es difícil justificar con otras razones más nobles la elección preferida. cuerdan que se esperarían 300 naves y 300 trierarcos y que, quizá,
Algunos infieren de esto que están en guerra en el momento hay un error en el original, como en ANDÓCIDES, 3, 9. Cf. Tue., Π 13.
de componer la obrita. y ARJSTÓFANES, Acam. 545.
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PSEUDO JENOFONTE LA REPÚBLICA DE LOS ATENIENSES

probar el expediente de los cargos e inspeccionarlos, En fin, si las cosas andan así, sostengo que los asun-
comprobar el expediente de los huérfanos y nombrar tos no pueden estar en Atenas de otro modo que como
los guardianes de los encarcelados. Y ello, por supues- ahora están; únicamente se puede suprimir o añadir al-
5 to, cada año. De cuando en cuando, debe juzgar las de- gún detalle, pero no se puede caimbiar mucho sin recor-
serciones y otras faltas imprevistas, así como los tar la democracia. Por supuesto, se pueden hallar mu- 9
agravios no habituales que puedan cometerse y las acu- chos medios para mejorar el régimen, f>ero no es fácil
saciones de impiedad. arreglarse para que haya democracia y, a la vez, descu-
Sin duda dejo de lado muchos más asuntos aún, si brir de un modo satisfactorio cómo se gobernarán me-
bien se han mencionado los más importantes, salvo las jor, salvo, como dije hace un momento, suprimiendo o
exacciones tributarias. Esto ocurre, generalmente, cada añadiendo algún p)ormenor.
6 cuatro años. Pero^, en resumidas cuentas, ¿debe pen- También me parece que los atenienses no tomsm una lo
sarse que no es necesario revisar todos estos asuntos decisión correcta en lo siguiente: el que elijan a las gen-
sin excepción? Dígase, pues, lo que no es necesario revi- tes inferiores en las ciudades que se sublevan, aunque
sar allí. Al contrario, si se debe admitir que es necesa- ellos actúan de ese modo intencionadamente, pues si
rio revisar todo sin excepción, necesariamente andarán eligieran a los mejores, no elegirían a los que opinan
en juicios a lo largo del año ya que, ni siquiera ac- lo mismo que ellos. En efecto, en ninguna ciudad la cla-
tualmente, juzgando todo el año se encuentran en dis- se privilegiada simpatiza con el pueblo sino que la
posición de acabar con los que cometen faltas, debido clase más baja es la que simpatiza con él en cada ciu-
7 al gran número de personas. Mas, en fin, dirá alguno, dad, pues las personas simpatizan con sus semejantes.
es necesario juzgar, pero que haya menos jueces. En Por eso, a fin de cuentas, los atenienses eligen lo que
consecuencia, necesariamente habrá pocos jueces en ca- tiene que ver con ellos. Y las veces que decidieron ele- ii
da tribunal * a menos que se constituyan pocos tribu- gir a las personas privilegiadas no les resultó bien, sino
nales. De modo que será más fácil también arreglárselas que, por el contrario, al poco tiempo, el pueblo de Beo-
ante pocos jueces y cohecharlos a todos, y el juicio será d a fue esclavizado Y lo mismo ocurrió también
8 mucho menos justo. Además de estos inconvenientes, cuando eligieron a las personas privilegiadas en Mileto,
también es preciso téner en cuenta que los atenienses al poco tiempo traicionaron y decapitaron allí a los par-
deben celebrar fiestas en que no se permite juzgar. Y, tidarios del pueblo Otro tanto sucedió cuando eligie-
por cierto, celebran el doble de fiestas que los demás, ron a lacedemonios en lugar de a mesenios, al poco tiem-
aunque yo parto de un número igual que la ciudad que po, tras derrocar a los mesenios, hacían la guerra con-
menos celebra. tra los atenienses
Texto de la «Loeb». Afirmación parecida, en l, 5.
** División del párrafo según el texto de la «Loeb». ^ Probablemente ocurrió entre los años 456-446 a. C., concreta-
Prueba lo afirmado en 3, 1. mente en el 447 en Orcómeno y Coronea. Cf. Tuc., I 113.
^ Ordinariamente, el número de jueces del tribunal de la Heliea Quizás poco después del año 446 a. C, Cf. Tuc., I 115.
era elevado: 501, 1.001. 1.501 o 2.001 (siempre impar para evitar el ^ Aquí alude a la ayuda prestada por Atenas a Esparta en la ter-
empate en las votaciones). Lo normal parece que eran 501, como en cera guerra mesénica, año 462 a. C. Estos hechos históricos recorda-
el juicio contra Sócrates. dos en este pasaje son los únicos que menciona explícitamente el tratado.
314 PSEUDO JENOFONTE

12 Se podría replicar que nadie, por supuesto, ha sido


privado injustamente de los derechos políticos en Ate-
nas Yo sostengo que hay algunos que han sido pri-
vados de ellos injustamente, pero realmente son pocos.
13 Aunque no son pocos los que se necesitarían para ata-
car la democracia de Atenas, y. además, la realidad es
que los hombres no se preocupan, en absoluto, d e las
personas que son justamente privadas de los derechos, ÍNDICE DE NOMBRES PROPIOS Y MATERIAS
sino de quienes lo son injustamente. Naturalmente, ¿có-
mo se podría pensar que la mayoría sea privada injus-
tamente de ellos en Atenas, donde el pueblo es el que
designa los cargos? Mas ¡xjr no gobernar con justicia
ni decir ni practicar lo justo, por tales cosas hay algu- aliados, I, 14, 15, 16, 18; 2, 1, 5; estratego, 1, 3, 18.
nos privados de los derechos en Atenas. Si se tiene en 3. 2.
alianzas o pactos. 2. 17. fiestas, 3, 2, 4, 8.
cuenta esto, no se debe pensar que haya algún p>eligro
arsenales, 3, 2.
procedente de los privados de los derechos de ciudada- gimnasiarquias, gimnasios, 1, 13;
Asamblea, 1, 6, 9; 2, 17; 3, 1, 3.
nía en Atenas. Atenas, I, (2), 10, 11. 14, 18; 2. I; 2, 10.
3, 1. 3. 6, 8, 12.
51 Se ha dicho que este elogio es la mejor réplica a la tesis del ateniense, I, 10, 14, 16, 17; 2, heraldos, U 18·
tratadito y una defensa del régimen democrático. De las últimas líneas
3, 8. 19; 3. 1. 8. 10. hiparco o jefe de la caballería, 1, 3.
de este párrafo, y a la vez de todo el opúsculo y de otros pasajes del
mismo, se deduce que el régimen democrático estaba sólidamente im- Atica, 2, 16. hoplita, 1, 2; 2, 1.
plantado en la época de composición de la obra. huérfano, 3, 4.
baños públicos. 2, 10.
Beocia, 3, 11. importación, exportación, 2, 3, 6,
II. 12.
comedia, 2, 18. isla, isleño. 2, 2. 13. 14. 15, 16.
Consejo, 1, 6. 9; 3, 1. 2, 3. Italia, 2, 7.
coregías, coregos, 1, 13; 3, 4.
Lacedemón o Esparta, 1. 11.
Chipre, 2, 7.
lacedemonios, 3, 11.
derechos políticos (libertad de pa- lengua, 2, 8.
labra, derecho de ciudadanía). liberto. 1. 10.
1. 12. 14; 3, 12. Lidia, 2, 7.

Egipto, 2, 7. magistraturas o cargos, 1. 2, 3; 3,


embajadores o legados. 1, 18. 4, 12.
esclavo, esclavitud, 1, 8. 9, 10. 11, mesemos, 3, 11.
12. 18. metecos, 1. 10. 12.

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