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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Faisán para los Fantoches


Una comedia ácida de Humberto Robles

Personajes:
Juan Carlos, viste casual formal
Helena, la más elegante
Manuel, aspecto hipster
Mirta, rubia argentina, viste con un abrigo de pieles
Jaime, aspecto desaliñado de hippie trasnochado
Guadalupe, de rasgos indígenas, viste con atuendo autóctono

Todos cuarentones.

La acción sucede una noche en la sala de la casa de Juan Carlos y Helena, época
actual. Una sala moderna, de muy buen gusto. Hay una salida al vestíbulo de la
puerta principal; por un lado se sale a la cocina y por otro al comedor.

Escena 1

Música. Helena ultima detalles en la mesa de centro de la sala, pone entradas,


botanas, servilletas. Entra Juan Carlos con una botella de vino y un sacacorchos.

Juan Carlos: ¿Te ayudo a poner la mesa, mi amor?

Helena: No te molestes, Juan Carlos… Ya está todo listo.

Juan Carlos: Eh… Ah… qué bien… ¿Entonces le digo a la muchacha que prepare
algo?

Helena: Le di permiso para que este fin de semana se fuera a su pueblo, así que
entre tú y yo vamos a atender a tus invitados... ¿No hay problema, verdad?

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Juan Carlos: Ah… eh… No, Helena, obvio no… Pero te aclaro: no son mis
invitados, son de los dos.

Helena: Son tus amigos de la universidad; yo los he visto unas cuantas veces y
apenas hemos cruzado algunas palabras... En realidad ni los conozco.

Juan Carlos: Eh… bueno, visto así, pues sí… Entonces voy a avisarles a los
chavos para que se arreglen.

Helena: No están… Los fui a dejar a casa de mis papás.

Juan Carlos: ¿Cómo? ¿Y eso?

Helena: Estoy segura que nuestros hijos se la van a pasar mejor con los abuelos
que en la cena del recuerdo de unos intelectuales estirados y pretenciosos… ¿Te
molesta?

Juan Carlos: Eh… no… yo… Bueno, me hubiera gustado que conocieran a mis
antiguos compañeros… pero ya habrá otra ocasión.

Helena: Quien sabe… En realidad, no sé para qué los invitaste… Nos los
encontramos en la feria del libro y te entró un furor que todavía no me explico.

Juan Carlos: Lo que pasa es que me dio mucho gusto volverme a encontrara a
Manuel y a Jaime… ¡Hacía años que no nos veíamos…! ¡Éramos inseparables en
la prepa y luego en la facultad…! ¡Guau, qué tiempos!

Helena: Te voy a ser sincera: Manuel me parece un tipo… ¿Cómo decirlo…?


Aburrido… Jaime es el mejor ejemplo de un hippie trasnochado y pandroso… Y
sus esposas no me cayeron nada bien... La argentina tiene incontinencia verbal…
y la otra debe ser muda, nunca la he oído emitir sonido alguno.

Juan Carlos: Esos son prejuicios, mi amor. Ahora que los trates vas a ver que son
personas muy interesantes, cultas, viajadas, informadas. Ya verás que tenemos
muchas cosas en común.

Helena: Francamente lo dudo… ¡Los artistas son insufribles…! Pero confío en que
el tiempo se vaya volando.

Juan Carlos: No pensé que te molestara que los haya invitado. De haber sabido,
nos hubiéramos ido a un restaurante y asunto arreglado.

Helena: ¡Uy, qué pena: es una verdadera lástima que eso se te haya ocurrido
hasta ahora! En efecto, hubiera sido lo mejor. Pero ya ni modo. Solo espero que
esta no sea una noche infame.

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Juan Carlos: Exageras, no tiene por qué ser así… Al contrario, estoy seguro que
va a ser una noche inolvidable… Mejor relájate y disfruta… (La abraza por detrás y
la besa en el cuello, ella se aparta) Eh… ah… ¿Te ayudo en algo?

Helena: Revisa que no me haya faltado nada aquí… Yo mientras voy a ver cómo
va la cena.

Helena sale a la cocina. Juan Carlos abre la botella de vino. Suena el timbre de la
puerta. Juan Carlos sale al hall. Regresa con Jaime y Guadalupe.

Juan Carlos: ¡Hombre, Jaime, qué gusto verte! (A Guadalupe) Guadalupe,


bienvenida a nuestra casa.

Guadalupe: …

Jaime: ¡El gustacho es nuestro! (Mira a su alrededor) ¡Órale, bro, se ve que la


editorial sí te deja una buena lana, qué caserón de miedo! (A Guadalupe) ¿A poco
no, vieja?

Guadalupe: …

Juan Carlos: Gracias… Me la dejaron mis papás cuando se fueron a vivir a San
Miguel… A ver si al rato Helena les da el tour… En la parte de atrás tenemos un
jardín japonés… Aunque lo que mas me gusta es mi estudio… (A Jaime) ¡Te va a
encantar!

Jaime: ¡N’hombre, eso de tener jefes ricos es la onda, lástima que los míos hayan
sido unos pránganas, muertos de hambre…! (Mira la casa) Ve nomás, Lupe,
muebles carísimos, pinturas originales, ¡hasta piezas arqueológicas…! Seguro eso
ha de ser un delito. (Ríe)

Guadalupe: …

Helena entra de la cocina.

Juan Carlos: Mi amor, ya llegaron Jaime y Guadalupe.

Helena: Buenas noches… no saben cómo agradezco la puntualidad.

Jaime: ¿Qué onda, Helenita…? Le decía a tu marido que felicidades por su


casota, está de lujo asiático… Además tienen muy buen gusto.

Helena: Lo sé… Siéntense, ¿quieren tomar algo?

Juan Carlos: Acabo de abrir un vino tino… o si prefieren beber otra cosa, díganme,
tenemos lo que gusten.

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Jaime: ¡Órale, de todo como en cantina…! Entonces no se diga más, para mí un


tequila… pero de los buenos, ¿eh?

Juan Carlos: Me regalaron uno de Arandas, Jalisco… está exquisito.

Jaime: ¡Ya rugiste, león!

Helena: ¿Y para ti, Guadalupe?

Guadalupe: …

Jaime: Ella con agua mineral está bien… Al tiempo y sin hielo porque le hace daño
a la garganta.

Helena: Okay… (A Juan Carlos) Yo voy por el agua, ¿puedes traerle el tequila a
Jaime?

Juan Carlos: Claro, mi amor… (A los otros, señala la mesa) Ahí tienen la tabla de
quesos, mejillones, ostiones ahumados y un áspic de foie gras que a Helena le
queda delicioso… Ahora regreso y les cuento un chiste buenísimo.

Helena sale a la cocina, Juan Carlos al comedor.

Jaime: Óime bien, Guadalupe, cenamos y nos largamos de esta pinche casa de
pequeñoburgueses. ¡Me cagan…! Eso sí, zámpate todo lo que te sirvan, es pura
delicatesen que tú y yo no tragamos ni en nuestro sueños más guajiros… Como
quien dice “atáscate, Zacarías, que de esto no hay todos los días”. (Come algo)

Guadalupe: …

Jaime: Seguro nos invitaron a su casa para apantallarnos con su nivel de vida…
Yo hubiera preferido haber ido a un restorán, ahí sí aplica el “comes y te vas”…
¡Pero no, me canso que querían restregarnos en la jeta que nadan en millones!

Entra Juan Carlos con un tequila servido. Suena el timbre de la puerta. Juan
Carlos le da el tequila a Jaime.

Jaime: ¿Un caballito? ¡No, mano, te hubieras traído la botella de una vez, no seas
codo! (A Guadalupe) ¿Cómo ves a este, eh? ¡Nada en millones y es un marro!

Juan Carlos: Eh… yo… ahorita traigo la botella… Déjenme ir a abrir, deben ser
Manuel y su esposa. (Sale al hall)

Jaime (bebe tequila): Ah… N’hombre, es de los tequilas chipocludos… Así que ya
sabes, si me encueto, tú manejas la nave, porque solo empédocles voy a aguantar
esta pinche cena con tanto mamoncete intelectualoide.

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Entra Helena con el agua mineral, se la da a Guadalupe.

Helena: Aquí tienes tu agua mineral.

Guadalupe: …

Jaime (A Helena): ¡Te apuesto lo que quieras a que es Perrier!

Helena: No bebemos de otra. Es la mejor.

Jaime (A Guadalupe): Tómatela como si fuera champaña, vieja, ¡cada burbuja de


esas cuesta un oclayo de la carótida! (Ríe)

Entra Juan Carlos con Manuel y Mirta.

Juan Carlos: ¡Ya llegaron Mirta y Manuel!

Manuel: Helena, tú tan elegante y distinguida como siempre.

Helena: Te agradezco, Manuel. (A Mirta) Es un placer recibirlos.

Mirta: Gracias a vos por invitarnos, querida… (Mira alrededor, a Manuel) Mirá, che,
la casa es re linda, ¡lo que se dice regia, divina!

Jaime: (A Manuel) ¡Venga un abrazo, Manolo, Manolete! (Se abrazan) ¿Cómo le


va al periodista estrella que México esperaba?

Manuel: Todo bien, gracias… (Saluda a Guadalupe) Hola, ¿qué tal?

Jaime: Te hablan, Lupe.

Guadalupe: …

Mirta: Che Jaime, no te beso porque siento que me va a dar gripe y no te quiero
contagiar… A vos tampoco, Guadalupe, pero dense por besados.

Juan Carlos: ¿Me permites tu abrigo?

Mirta: No, querido, me lo dejo puesto.

Helena: Te vas a acalorar demasiado.

Mirta: Les digo que creo que me va a dar un resfriado, querida… Así estoy bien,
creeme.

Jaime: ¡No manches, allí adentro te vas a cocinar en tu propio jugo!

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Mirta: ¡A la miércoles, dejame en paz…! Les digo que así estoy bien... Cuando me
dé calor me lo quito y ya.

Juan Carlos: Eh… ah… (A Mirta y Manuel) ¿Qué gustan tomar?

Jaime: ¡Yo otro tequila de estos, la neta está buenísimo!

Manuel: Lo que estén tomando para mí está bien.

Juan Carlos: ¿Vino tinto?

Manuel: Perfecto.

Juan Carlos: ¿Tú, Mirta?

Mirta: ¿De cuál es?

Juan Carlos: Uno de La Rioja.

Mirta: Sí, querido, pero ¿de La Rioja, España, o de La Rioja, Argentina…? ¿O vos
no notás la diferencia en el paladar? ¡Hay una diferencia abismal!

Juan Carlos: Ejem… Eh… Tenemos de los dos, el que tú prefieras.

Mirta: Dale, entonces servime del argentino…. No es que sea chauvinista, pero mil
veces mejor un vino argentino que uno español.

Juan Carlos: Ahorita se los traigo. Y regresando les voy a contar un chiste que se
van a morir de la risa.

Helena: Tomen asiento, por favor.

Juan Carlos sale al comedor. Manuel y Mirta se sientan.

Jaime (A Helena): ¿Qué… no tienen chacha para que ande sirviendo?

Helena: A la trabajadora del hogar le dimos el fin de semana libre.

Jaime: ¡Uy, qué buenos patrones! (Codea a Guadalupe) Y aprende, para ser
políticamente correcto hay que llamarlas “trabajadora del hogar”. (Ríe)

Guadalupe: …

Manuel (A Helena): De veras que su casa está increíble, me encanta.

Mirta: Perdoname, Helena, ¿ese cuadro es de Cuevas?

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Helena: Así es. Se lo regaló a Juan Carlos con una dedicatoria muy bonita… algo
así como “de un gran artista para otro gran artista”.

Mirta: Entonces disculpame, ¿alguien me cambia de lugar? ¡Es que a Cuevas no


me lo banco, me crispa los nervios!

Manuel: Mirta.

Mirta: Ya sabés que soy re sincera, Manuel… Yo no pondría un cuadro de Cuevas


ni en el cuarto de la mucama.

Manuel: ¡Mirta!

Jaime (A Mirta): Concuerdo contigo, me parece un pintor inflado y más que nada
muy reaccionario, alineado al sistema… ¿O no, Lupe?

Guadalupe: …

Helena (A Mirta): Ejem… No pasa nada. Siéntate aquí.

Mirta y Helena cambian de lugares.

Mirta: Gracias… No piensen que soy un plomo, pero tampoco me gustaría estar
toda la noche viendo una pintura de ese tipo… Después tengo pesadillas y mi
terapeuta dice que debo evitar cualquier cosa que me estrese.

Helena: No hay problema. No estoy de acuerdo con tu apreciación estética, pero


la respeto.

Jaime: ¡Bravo, Helenita, tú sí que eres polite! ¡Touché!

Regresa Juan Carlos con una botella de tequila, cuatro copas; sirve vino y tequila.

Juan Carlos: ¡Aquí están le vino y el tequila…! Por favor, prueben las entradas…
(Sirviendo) Y cuéntenos, ¿qué onda, cómo va todo?

Todos: ¿…?

Mirta: Pará un cachito, ¿a quién le hablás?

Juan Carlos: Eh… Ah… Preguntaba en general, a todos, o sea…/

Jaime (A Manuel): Oye, Manolete, leí tu columna de esta semana… Te voy a decir
la neta, no estuvo mal, aunque me pareció muy poco arriesgada y demasiado
convencional.

Manuel: Ah, ¿sí…? Créeme, no es fácil complacer a todos mis lectores.

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Mirta (A Jaime): Sabelo, se la celebraron mucho, ¿viste? Además dejaron


comentaros bárbaros en su blog y tuvo muchísimos retuits.

Jaime: Yo detesto las redes sociales; quizás para los pubertos esté bien, pero no
para pensadores de nuestra talla... O sea, menos Face y más book… (Ríe) ¡Ese sí
es un buen chiste, Juan Carlos…! (Ríe) Y la neta, si el éxito se mide por la
cantidad de tuits, la escala de medición es paupérrima.

Helena: Me parece que no hay que descalificar a las redes sociales de forma tan
contundente… (A Juan Carlos) ¿Y el salmón y el caviar? Seguro se te olvidaron.
(Se levanta) Ahora vuelvo. (Sale a la cocina)

Manuel: Yo uso con frecuencia las redes, he conseguido buenos conectes y me


han servido para publicar en varios medios extranjeros… pero en fin, cada quien…
Además –no creas- son una herramienta muy eficaz para el activismo.

Jaime: ¡Ya sé, antes íbamos y nos partíamos la madre en marchas y


manifestaciones, ahora la gente se conforma con ser ciber revolucionarios! ¡Neta,
qué bajo han caído!

Mirta (a Jaime): Yo creo que hay que adaptarse a la modernidad y entender que
hay un mundo virtual interesantísimo…. Pero allá vos si no lo aprovechás.

Helena (regresa con un platón): Salmón noruego y caviar de beluga. (Lo deja
sobre la mesa)

Jaime (A Manuel): Volviendo a tu columna, me pareció poco comprometido… Me


acuerdo antes, le tirabas duro y a matar al el gobierno, no dejabas títere con
cabeza… Ahora te siento muy alineado, en tu zona de confort, sin la menor
intención de incomodar a las altas esferas ni a los poderosos.

Manuel: Yo no lo veo así, Jaime… Hay que saber leer entre líneas… No se trata
de hacer un panfleto, sino de un análisis claro y objetivo para que los lectores
saquen sus conclusiones… Además debo seguir la línea editorial.

Jaime: Pues para ser un analista político tan renombrado como tú, me pareció
muy tibia... Aunque, claro, siendo un periódico de derecha, no se puede esperar
más… (Ríe) ¿O no, Helenita?

Helena: No la leí así que me abstengo de opinar.

Manuel: El diario no es de derecha, en todo caso es de centro.

Jaime: ¡Antes te la dabas de rojillo, pero me late que de comunista pasaste a ser
consumista! (Ríe)

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Manuel: ¡Bájale! ¡Los que me conocen saben que siempre he sido y sigo siendo
de izquierda, por favor!

Jaime: No te enojes, bro, el que se enoja pierde… Y hasta Guadalupe coincide


conmigo… ¿Verdad, vieja?

Guadalupe: …

Mirta: No entendí. ¿Dijo que sí o que no?

Helena: Yo diría que controlaran sus egos. (Se levanta, toma un recipiente de
caviar que tiene una cucharita, y una canastita con panes) ¿Caviar?

Mirta: ¡Yo sí, lo adoro! (Se sirve caviar en un pan)

Helena: Nos lo regaló el excelentísimo embajador de Rusia... Este y el iraní son


los únicos caviares auténticos del mar Caspio, todo lo demás es imitación.

Helena le ofrece el caviar a Guadalupe; esta toma la cucharita con caviar y se la


lleva a la boca, luego deja la cuchara en el recipiente. Todos la miran asqueados.

Mirta: ¡Si será atorranta, la cucharita es para servirse!

Helena: Ejem… No pasa nada, traje otra. (Cambia la cucharita usada por una
limpia y sigue sirviendo a los demás)

Jaime (ríe): ¡Újule, vieja, la regaste bien gacho! ¡Ora sí enseñaste todo el código
postal! (A los demás) Discúlpenla, es medio naquita… pero es buena gente. (Ríe)

Guadalupe: …

Juan Carlos: Ejem… Antes de que les cuente un chiste genial, ¿por qué no
brindamos…? (Alza su copa) ¡Por este feliz reencuentro!

Todos se ponen de pie y brindan.

Jaime: ¡Que vivan los artistas!

Manuel: ¡Por los intelectuales!

Todos: ¡Salud! (Beben y se sientan)

Manuel (A Juan Carlos): ¿Y tú como vas con la editorial, Juan Carlos?

Juan Carlos: Digamos que, a pesar de la crisis económica y de que la gente lee
cada vez menos, ahí la vamos llevando. Sobrevivimos que ya es ganancia. No me
puedo quejar.

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Mirta (A Juan Carlos): Mirá vos, además de escritor sos editor, qué macanudo...
¿Y qué publicás?

Juan Carlos: En realidad la editorial la fundó mi padre y hace poco me la dejó a mi


cargo… Inició tiempo atrás con libros sobre ciencias sociales, marxismo, temas
políticos, pero eso ya no vende.

Jaime: ¡Claro que no, bro, se cayó el Muro de Berlín y todo eso pasó a la
prehistoria! (Ríe)

Manuel: ¿Entonces ahora que editan?

Juan Carlos: Hoy por hoy dejan muy buen dinero los libros sobre esoterismo,
superación personal, metafísica, ya saben… y de vez en cuando publicamos best
sellers o a algún escritor de moda.

Mirta: ¡Che, pero qué bajón!

Manuel: Mirta.

Mirta: Es la verdad, querido, ¡de Karl Marx a Conny Méndez hay una brecha
pavorosa, sabelo!

Jaime: ¡Ese sí que es un buen chiste! (Ríe)

Juan Carlos: Eh… Si se quiere sobrevivir en el mundo editorial, uno debe irse
adaptando al mercado... Y no crean, a veces publicamos temas más interesantes
relacionados con el arte… pero claro, eso no es comercial y la mayoría de las
veces los libros se quedan empolvándose eternamente en las librerías.

Helena: Lo cual es una verdadera pena, pero es la realidad. ¡Qué mejor que
difundir libros de teatro, poesía, alta literatura! Pero en esos casos, no se recupera
la inversión, que no es poca.

Manuel: Además los libros electrónicos le están dando batalla a las editoriales.

Juan Carlos: Aunque dudo que desaparezca el libro impreso; a la gente le gusta
mucho el objeto, pero es cierto que las versiones digitales son más baratas y son
muy fáciles de descargar, desde cualquier parte del mundo en cualquier
dispositivo.

Helena: En el Ipad o en el Iphone por ejemplo.

Mirta (a Manuel): ¡Andá, también son chicos Mac como nosotros! ¡Bárbaro!

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Jaime: Yo por eso no me meto en esos margallates. Yo escribo, me publican y que


ellos se encarguen de las ventas y la distribución. Ese no es mi pedo.

Mirta (A Jaime): ¿Vos a qué te dedicás? Manuel me comentó algo, pero me olvidé.

Manuel: ¡Jaime es el eterno becario del que te he contado! Desde que salió de la
universidad recibió un apoyo y no hay año que no se lo den; la beca es su
profesión... ¡Digamos que es el capo de las subvenciones! (Canta con música de
“Bésame mucho”) “Bécame, bécame mucho…”

Jaime: No seas envidioso, bro, estoy hasta la madre de que a medio mundo le
corroa la envidia por mi éxito… Y sí, tengo suerte y muchos cuates en el medio
que me favorecen… ¡Pero ojo: no soy becario por tener palancas, sino por la
calidad de los proyectos que presento!

Helena: Aclaración no pedida, acusación manifiesta.

Mirta: Escuché que eso de las becas es tremenda mafia, como cártel de
narcotráfico, un verdadero quilombo… Que es un grupúsculo que se reparte las
becas entre los mismos de siempre… Pero contanos, ¿sobre qué escribís?

Jaime: Básicamente novela… aunque he incursionado en la poesía, el relato


breve, el posdrama y la narraturgia, de todo un poco... Si quieren, al rato les digo
un poema erótico que escribí la semana pasada... Es casi pornográfico, pero no
tanto, no se emocionen. (Ríe)

Helena: Mejor no, ¿qué necesidad? Luego nos dices dónde adquirir el libro.

Mirta: Y decinos, ¿vendés mucho?

Jaime: Como dice Juan Carlos, en este país ya casi nadie lee, al menos no en
papel… (Ríe) Además a mí no me interesa vender, no soy un producto en el
estante de un supermercado o de un centro comercial… Con que le llegue a la
gente selecta que me interesa y a la crítica, me doy por bien servido.

Mirta: ¡Andá, mirá que sos elitista…! ¿Así que vivís de una beca del gobierno y te
importa un corno si generás ganancias o llegar a las masas para que te lean?

Jaime: Soy literato, no vendedor de Avon. (Ríe) Esa no es mi chamba, mi chamba


es escribir y que ellos se encarguen del resto... Además debo ser jurado y calificar
el trabajo de otros para ver si se les otorga una beca o no... ¡Neta, no puedo estar
en todo! Y lo principal es enfocar mi energía en la creación y en mi arte.

Manuel: ¡De tu arte a mi arte, prefiero mi arte! (Ríe)

Mirta (A Manuel): ¡Che, pará, no seas vulgar!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Juan Carlos: Ejem… (A Jaime) Y cuéntanos, ahora qué estás escribiendo.

Jaime: ¡Algo impresionante, en serio, impactante! Se los cuento porque ya lo


tengo registrado en derecho de autor, si no, ¡ni loco…! Es que ya me han fusilado
varias veces… ¿O no, vieja?

Guadalupe: …

Mirta: ¡La pucha! ¿Afirmó o negó?

Manuel: Suele suceder, a mí ya me han plagiado, y no una, varias veces.

Jaime: Ora verán, se trata de una novela intimista-futurista que aborda las
relaciones de pareja, entre lo apocalíptico y lo distópico; a la vez trata de la
conciencia del individuo en su búsqueda del ello, el yo y el superyó, yuxtaponiendo
tintes poéticos con un trasfondo autobiográfico y epistémico posmodernista, muy
semiótico-hermenéutico… o sea, de lo más actual y vanguardista.

Helena: Modestia aparte.

Jaime: Es que es la verdad, Helenita, ¡soy un genio…! Y no es que lo diga yo, ni


Guadalupe, ¡se cansan de repetírmelo en mis presentaciones de libros o cuando
doy conferencias…! ¡Uf, y la crítica ni se diga, me alaba!

Mirta: ¿La crítica internacional?

Jaime: Eh… ah, no… la nacional… Ando en esas de expandir mis horizontes y
llegar al público Iberoamericano… Y claro, mi siguiente paso es que me traduzcan
a otros idiomas para internacionalizarme. Quien quite y me gane el Nobel. (Ríe)

Juan Carlos: ¿Y podemos saber cómo se llama tu novela?

Jaime: No sé si intitularla “Caca”… Así, simplemente “Caca”… lo cual refleja muy


bien la el espíritu de mi novela… O ahora que están tan de moda los títulos largos
ponerle “Un día estaba yo disertando sobre la vida fumando un tabaco sentado en
el wáter”.

Helena: ¡Cuánta escatología!

Manuel: Hace no mucho leí una reseña sobre una novela tuya y fue muy dura
contigo. Precisamente criticaban que te habías apartado del sentido social de tus
primeras obras, dejando a un lado tu visión aguda sobre el régimen.

Jaime: ¡Es que los corroe la pinche envidia, me cae...! ¡Me llaman el acaparador
de las becas dizque por amiguismo y compadrazgos, pero es que son una bola de
frustrados y resentidos…! Como ellos no salen beneficiados, me difaman y me

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linchan… Pero yo digo, si no les dan apoyos, debe ser porque son unos maletas,
unos mediocres… Cosa que no es mi caso… ¿O tú qué dices, vieja?

Guadalupe: …

Helena (A Juan Carlos): ¿Y de plano esta mujer no habla ni por error?

Juan Carlos: Ejem… eh… ah…

Manuel: Bueno, tenemos que admitir que siendo un eterno becario del gobierno es
lógico que no denuncies ni hables en contra del sistema que te mantiene.

Mirta: ¡Y sí, ¿viste?, no podés morderle la mano al que te da de comer!

Jaime: ¡Ey, ey, tampoco me mantiene ni me da nada gratis! Me dan una


mensualidad y yo la desquito…. Si no es nomás que te depositen una lana y luego
dedicarte a echarla... ¡No! ¡Tengo que justificar cada peso que me dan, hacer
reportes y presentar el trabajo producto de cada beca! ¡Si no es enchílame esta
gorda!

Helena: Por favor, no se alteren… y tampoco hablen por instinto de conversación.

Jaime: ¡Es que siempre es la misma pinche cantaleta! ¡Me atacan por recibir
financiamiento del estado y dicen que soy un rastrero o un lamebotas del
gobierno, ¡pero me cae que no es verdad…! He hecho mis cuestionamientos al
sistema de partidos, al capitalismo salvaje, al neoliberalismo.

Juan Carlos: Eh… ¿No quieren que les cuente el chiste de…/

Mirta (A Jaime): Y bueno, no leí tus libros, pero me parece que lo que decís son
críticas demasiado generales, ambiguas, poco comprometidas.

Jaime: ¡Pero críticas a fin de cuentas, carajo! Además ya estoy cansado de los
asuntos políticos y los temas sociales… Creo que es hora de profundizar y
adentrarnos en nosotros mismos, en quiénes somos, de dónde venimos y a dónde
vamos.

Helena: ¡Las eternas preguntas que se ha hecho el ser humano desde que existe
el ser humano!

Jaime: De acuerdo, ¡pero lo interesante es el punto de vista que tiene cada artista
de esas cuestiones…! No es lo mismo Sartre que Chomsky, ni cómo lo ve Manuel,
a cómo lo percibo yo.

Mirta: Y bueno, tal vez no te des cuenta que el tener una beca gubernamental
amordaza tu libertad de expresión… o vos inconscientemente te reprimís para no
incomodar a tus benefactores… Decínos, ¿vos no vas a terapia?

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Jaime: ¡No, ni que estuviera orate…! (Se sirve tequila) ¡Esta es mi terapia, no
sabes cómo me relaja! (Bebe) Lo que me purga es que me juzguen por recibir lana
del gobierno. ¡Ese dinero sale de nuestros pinches impuestos! ¡Si no lo aprovecho
yo, lo va a aprovechar cualquier otro pendejete!

Manuel: Ahí es justamente donde encuentro una incongruencia de tu parte:


presumir de ser contestatario y recibir un sueldo del estado sistemáticamente. ¡No
hay año que no salgas beneficiado!

Jaime: ¡Mira, bro, mejor eso a ser un empleado de un periódico de derecha!

Helena (quedo): ¡Juan Carlos, pon orden!

Manuel: ¡Que no es de derecha!

Juan Carlos: Eh… Ey, no se peleen… Estamos aquí para rememorar los viejos
tiempos, no para discutir… Por eso, ahora sí les voy a contar un chiste de…/

Jaime: Aquí nadie nos podemos dar baños de pureza… Yo sí entendí ese lema de
“¡Si me alquilo de puta, me bajo el calzón!1” (Ríe. A Juan Carlos) O como tú, bro…
Abandonaste tu oficio de escritor y te dedicaste a una editorial –que te dejó tu
papá- para vivir de la venta de libros… y no de los tuyos, de los de otros… (Mira
alrededor) Aunque eso sí, no te va nada mal… (A Guadalupe) ¿O a poco no está
poca madre la mansión, vieja?

Guadalupe: …

Mirta (A Manuel): ¿Y esta mina de plano no habla?

Manuel: Mirta.

Juan Carlos: Eh… yo… No he abandonado la literatura, escribo en mis ratos de


ocio… De hecho ando reuniendo varios materiales para publicarlos en mi
editorial… pero no me urge, me la llevo pian pianito… ¿Quieren que les cuente un
chiste del Papa y…/

Mirta (A Guadalupe): Y vos, querida, ¿no decís nada?

Manuel: ¡Mirta!

Jaime: Lupe es muy callada… es que es tímida… Pero es muy entendida, capta
todo y cuando estamos a solas discutimos de un chorro de temas, ¡neta!

                                                                                                               
1
Frase de Alegría Martínez, extraído del libro “El talento de los farsantes” de Karla Lottini, Canadá,
2011

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Helena (A Guadalupe): ¿También escribes?

Guadalupe: …

Jaime: ¡Más que yo…! (Ríe) Es que ella es la que mecanografía mis escritos…
Otras veces le dicto y ella lo transcribe en la compu… Luego me corrige la
redacción o la sintaxis… Después yo lo reviso y le corrijo la ortografía. (Ríe. A
Juan Carlos) Los míos sí son chistes, bro, no los que tú cuentas que nomás no les
agarro la onda… (Ríe. A Mirta) ¿Y tú a qué te dedicas, gauchita?

Mirta: Llamame Mirta por favor…. Estudié artes plásticas, pero afortunadamente
ahora tengo muy poco que ver con la insoportable levedad de los artistas… ¡Se la
pasan en su nube de pedo…! Ahora me dedico a traducir.

Jaime: ¿Español-inglés-español?

Mirta: Soy políglota.

Manuel: Habla inglés, francés, alemán y portugués.

Jaime: Uy, eso me interesa… en una de esas puedes traducir mis libros a esos
idiomas... ¿Cómo ves? ¿Te late?

Juan Carlos: A propósito, me sé un chiste en alemán… Cuando estuvimos en


Berlín me lo contaron y en español viene siendo como…/

Mirta (A Jaime): ¡Tengo muchísimas traducciones pendientes! Dejá que termine y


lo vemos… Además ahora lo que me falta es tiempo, estoy estudiando mandarín.

Jaime (A Guadalupe): ¿Ves, vieja? Si hubieras ido a la escuela masticarías más


que el español. (Ríe)

Guadalupe: …

Mirta (A Manuel): ¡Pero si la mina no habla ni en castellano ni en ningún idioma!

Manuel: Mirta, por favor.

Helena (A Guadalupe): ¿De veras te sientes bien?

Guadalupe: …

Jaime: No le hagan caso, les digo que en público es muy retraída… ¡Es que Lupe
es medio ranchera! (Ríe)

Mirta: Y vos, Helena, ¿qué hacés?

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Helena: Estudié letras inglesas, pero desde que me embaracé me dediqué a mis
hijos y al hogar.

Jaime: O sea, ¡ama de casa!

Helena: En efecto. Un trabajo no remunerado que te exige atención las 24 horas,


los 365 días del año, incluyendo los bisiestos… No cuento con seguro social, ni
pensión para mi vejez... ¿Te parece poco?

Jaime: Okay, okay, ya me convenciste con tu choro feminista… Aunque me


supongo que tu marido te da para el gasto. (Ríe)

Mirta: ¿Y dónde están los chicos?

Juan Carlos: Ni tan chicos, Frida y Diego ya son adolescentes.

Jaime: ¿Así se llaman sus perros?

Juan Carlos: Ejem… no, nuestros hijos.

Helena: Me habría gustado que los conocieran, pero hoy se fueron a pasar el fin
de semana con mis papás… ¿Ustedes no tienen niños?

Manuel: Sí, una nena.

Helena: Lo sabía… Les preguntaba a Jaime y a Guadalupe.

Jaime: ¡N’hombre, para nada! ¡Qué irresponsabilidad traer escuincles a un mundo


sobrepoblado, contaminado y con los estragos del sobrecalentamiento del
planeta…! Soy ateo de hueso colorado, pero me cae que este es el apocalipsis.

Silencio.

Juan Carlos: Aprovechando este silencio, ahora sí les voy a contar el chiste de…/

Jaime: ¿Y qué plan? ¿No les rugen las tripas? ¡Porque a mí sí! Y estoy seguro
que a Lupe también.

Guadalupe: …

Helena: Entonces voy sacando el faisán del horno. Con permiso. (Sale)

Mirta (A Manuel): Sabelo, nunca había visto a una persona tan callada. ¿Vos
sabés si la mina está traumatizada por algo?

Manuel: No empieces, ¿sí?

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Mirta: ¡No empiezo! Solo te hice una pregunta, no me limités.

Juan Carlos: Eh… ah… Helena no tarda en servir la cena, así que si gustan,
vamos paseando al comedor.

Jaime: Antes de eso, déjenme ir a cambiarle el agua al canario.

Mirta (A Manuel):¿Qué dijo?

Manuel: Que va al baño.

Mirta: Ah… Ya entendí, ¡pero qué ordinario…! (A Jaime) Cuando terminés, voy
yo... Y por lo que más quieras, ¡subile la tapa al inodoro!

Jaime: Ándale, vieja, vente a lavar las manoplas.

Jaime sale al baño seguido de Guadalupe y de Mirta.

Manuel: ¡Jaime está más insoportable que nunca! ¡Es un pesado!

Juan Carlos: Eh… yo… Bueno… Parece que últimamente le ha dado por beber
mucho... Estuvo en doble A, pero recayó… Al menos ya dejó las drogas.

Manuel: ¿Y sabes qué le pasa a su esposa? ¡No ha abierto la boca en toda la


noche!

Juan Carlos: Ahí sí no te sé decir… Pero de que es rara, ¡es rarísima!

Manuel: ¿Se habrá quedado en un viaje de hongos o de peyote?

Helena (entra): Juan Carlos, ¿me ayudas a sacar el faisán del horno?

Juan Carlos: Claro, mi amor… Mientras quédate acompañando a Manuel.

Juan Carlos sale. Ya a solas, Manuel va a abrazar a Helena.

Manuel: ¡Helena, ¿por qué no me has vuelto a llamar?! ¡Me muero de ganas de
que volvamos a hacer el amor!

Helena: ¡No me abraces, alguien nos puede ver!

Manuel: ¡Qué me importa! ¡Estoy loco por volver a estar contigo!

Helena: He estado muy ocupada… Mándame un Whats y luego nos ponemos de


acuerdo… Pero ahora suéltame, no quiero que nadie sospeche nada.

Manuel la besa. Ella lo rechaza, luego le corresponde. Finalmente ella lo separa.

  17
Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Helena: Voy a ayudar a Juan Carlos.

Juan Carlos (desde afuera): ¡Pasen a la mesa, ya está todo servido!

Manuel: ¡Solo júrame que nos vamos a volver a ver!

Helena: Sí… ya te dije que sí.

Manuel besa de nuevo a Helena. Oscuro. Música.

Escena 2

Todos regresan del comedor con sendas bebidas, van a sentarse en sus lugares.

Manuel: ¡La cena estuvo exquisita!

Jaime: ¡Neta, nunca había probado un pollo tan sabroso!

Helena: ¡Por favor! No era pollo… era faisán.

Jaime: Bueno, pájaros, aves, plumíferos a fin de cuentas… (Ríe. A Guadalupe) A


mí me supo como el guajolote que guisa tu sacrosanta madre en navidad. (Ríe)

Guadalupe: …

Mirta: Me quedó un sabor como a…

Juan Carlos: Sí, aún siento algo tipo…

Manuel: Es verdad, yo también lo noto… ¿Cuál es tu receta, Helena?

Helena: En realidad era de mi abuela: faisán estilo Besarabia, un platillo gitano…


Pero me gusta ser creativa y experimento con algunos ingredientes y especies.

Jaime: ¿Y de qué es ese saborcito que me quedó en la boca?

Helena: Tal vez sea el apio… las setas… o el clavo.

Mirta: No, no, querida, es otra cosa que no distingo… qué sé yo.

Manuel: En fin… estuvo suculento.

Juan Carlos: ¿Gustan un digestivo?

Jaime: No, pérate, bro… Como que ando haciendo la digestión.

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Mirta: Sí, pará un cachito, a mí me dio un ligero mareo… (A Manuel) ¿Vos te


sentís bien?

Manuel: Veo los colores más brillantes… nada más.

Juan Carlos: Quizás haya sido el champagne… Yo también estoy ligeramente


mareado.

Jaime: Bueno, siempre sí, me voy a echar otro tequila. (Se sirve tequila) Así que
con su permiso. (Bebe)

Mirta (se abanica con la mano): ¡A la miércoles, pero qué calor!

Manuel: Quítate el abrigo, mujer.

Jaime: ¡Allá adentro debes andar sudando puerco en baño turco! (Ríe)

Mirta: ¡Que no! Así estoy bien. Solo es un sofocón pasajero. (Se abanica)

Todos beben. Silencio.

Juan Carlos: Ahora sí no se me escapan, ahí tienen que estaban Karol Godzila,
Bienadicto y el papa Bergolio con unas monjitas cuando…/

Helena (se levanta): ¡Un momento!

Todos: ¿…?

Manuel: ¿Sucede algo?

Jaime: ¿Qué onda, Helenita? ¡No espantes!

Mirta: ¿Vos también te sentís extraña?

Juan Carlos: ¿Qué tienes, mi amor?

Helena: ¡Qué alguien me diga quién tuvo el descaro y se atrevió a pintar un


miembro masculino en el baño de visitas!

Todos: ¡¿Qué?!

Juan Carlos: ¡¿En nuestro baño?!

Mirta: ¿Quieres decir un falo?

Helena: ¡Un falo, un miembro, un pene!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Manuel: ¿Completo?

Helena: ¡Con todo y testículos!

Jaime: Ahora sí: abróchense sus cinturones de seguridad que ahí vienen las
turbulencias. (Ríe)

Juan Carlos: ¿Estás bromeando, Helena?

Helena: ¡Hablo completamente en serio! Si no me crees, ve a verlo por ti mismo…


¡Ándale, ve!

Juan Carlos sale al baño.

Manuel: ¡Esto es inconcebible!

Jaime: Chale, se está poniendo muy denso el ambiente. Lo que se dice heavy.

Helena: ¡Quien haya sido, que tenga los suficientes pantalones… u ovarios… y
que confiese!

Mirta: ¡Pará un cachito! Ovarios solo tenemos Guadalupe y yo, así que
indirectamente nos estás acusando … (Todos la miran) ¡A mí ni me miren…!
(Señala a Guadalupe) ¡En todo caso fue ella!

Todos miran a Guadalupe.

Guadalupe: …

Jaime: ¡Éjele, calmados, con mi vieja no se metan!

Manuel: No me extrañaría… ¡No ha abierto al boca en toda la velada!

Jaime: ¿Y eso qué? ¡Es tímida! ¡Ese no es ningún delito ni un crimen!

Helena: ¡Su comportamiento ha sido sumamente extraño… así que no se me


haría raro que hubiera sido ella!

Regresa Juan Carlos. Todos lo miran.

Juan Carlos: Eh… ejem… En efecto, hay un… un… pene dibujado en la pared…
Pero calma… (A Helena) No pasa nada, mi amor, ahorita trato de borrarlo.

Helena: ¡Ya lo intenté y no se quita! ¡Lo hicieron con tinta permanente!

Manuel: ¡Entonces busca quién trae un plumón y ese fue el culpable!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Mirta: ¿Y es grande… pequeño… normal?

Helena: ¡Enorme!

Mirta: ¿Detallado?

Helena: ¡Demasiado!

Jaime: ¿Por qué me miras así, Mirta? ¡Yo no lo hice! ¡Ni que fuera joto para andar
pintando un gallito inglés! ¡Soy machín a prueba de balas!

Mirta: ¡Sos machista y encima homofóbico! ¡Por lo mismo, seguramente vos


hiciste eso, por tus deseos homoéroticos reprimidos en tu inconsciente! ¡Y como
no pudiste declamar tu poema pornográfico, pintás una pija en la pared! ¡Andá y
revisate con un psicólogo!

Jaime: ¡Estás loca de la cabeza…! ¡A mí que me esculquen!

Mirta: Esa no es mala idea. (A Manuel) Dale, revisalo a ver si no trae un marcador.

Juan Carlos: Por favor… no es para tanto… yo…/

Helena: ¡Sí, sí es para tanto, Juan Carlos! ¡¿Cuándo se ha visto que unos
invitados supuestamente decentes vayan a casa ajena y dibujen un miembro
descomunal y extremadamente bien delineado en la pared de un baño?!

Manuel: ¡Mi esposa y yo seríamos incapaces!

Mirta: ¡Y sí! ¿Yo por qué cornos haría eso? ¡Soy artista plástica, no grafitera!

Juan Carlos: Eh… yo… No me lo tomes a mal, ¿pero en serio fuiste tú, Jaime?

Jaime: ¡Éjele! ¡Nomás falta que me cuelguen ese milagrito a mí…! ¡Yo no tengo
por qué andar pintando pitos en ninguna parte…! ¡Pero claro, si desde que llegué
se la han pasado echándome cacayacas! ¡A mí y a Guadalupe!

Manuel: ¡No te hagas la víctima que no te queda! ¡El que empezó agrediéndome
fuiste tú a mí! ¡Que si soy un conservador y un alineado al sistema, casi me llamas
ultra derechista y reaccionario!

Jaime: ¡Es la verdad, Manolo! ¡El dizque revolucionario de la facultad ahora es un


clasemediero con ínfulas de burgués que ya no se atreve a criticar a la autoridad!
¡Eres un alineado del sistema!

Manuel: ¡Mira quién lo dice, el que ha vivido -desde que yo me acuerdo- de las
becas del gobierno! ¡Perteneces a la mafia corrupta de la cultura oficial! ¡Y tú que
te las dabas de izquierda, sí… ajá…! ¡Además nunca has tenido talento!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Jaime: ¡Pero me sobran las becas!

Jaime: ¡Eres un vendido!

Manuel: ¡Y tú una prostituta!

Jaime: Ejem… ¿Y tú cómo sabes que Lupe fue prostituta? ¡Nunca se lo hemos
contado a nadie!

Todos: ¡¿Qué?!

Manuel: ¡Yo te hablaba a ti, no a Guadalupe! ¡Quise decir que tú te corrompiste!

Mirta: ¡A la miércoles, la mina fue trabajadora sexual!

Juan Carlos: Ejem… no juzguemos a la ligera.

Helena: ¡A mí me tiene sin cuidado si Guadalupe se dedicó al oficio más viejo del
mundo, yo solo quiero saber quién se atrevió a ultrajar mi casa!

Manuel (Señala a Jaime): ¡Pregúntale a este energúmeno!

Jaime (A Manuel): ¡Ahorita vas a ver, reverendo cabrón!

Jaime y Manuel se levantan y van a golpearse.

Helena: ¡Juan Carlos, haz algo, nada más falta que se agarren a trancazos en la
sala!

Juan Carlos (se interpone entre Manuel y a Jaime): Tranquilícense, por favor.... No
nos pongamos violentos… la violencia no conduce a nada.

Mirta: ¡La pucha, hay demasiada testosterona flotando en el ambiente!

Helena: ¡Yo solo quiero saber quién fue el descerebrado que pintó un falo como si
mi baño fuera una caverna para pinturas rupestres!

Mirta: A mí no me cabe la menor duda, querida… (Señala a Guadalupe) ¡Fue ella!


¡Su apabullante silencio la delata! ¡Es una persona trastornada! Si no, ¿por qué no
habla? ¡Creeme, hasta pánico me da! ¡Tiene todo el perfil de una psicópata!

Jaime (A Mirta): ¡Más bien a mí se me hace que fuiste tú, gaucha! ¡Porque tú sí
que eres anormal, toda la noche sudando la gota gorda metida en ese pinche
abrigo de pieles!

Mirta: ¡Ya les dije que me va a dar gripe, atorrante, no me quiero enfermar!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Jaime: ¡Si hay alguien a quién esculcar es a la patagónica!

Mirta: ¡Lo que me faltaba, además de machista y homófobo, sos xenófobo…! (A


todos) ¡Si alguien se atreve a tocarme, le doy de piñazos! (A Manuel) ¡Dale, vos,
hacé algo, defendeme!

Manuel: Eh… Si se trata de revisar a cada uno, ¡empecemos por Guadalupe!

Juan Carlos: Ejem… este… ¿La esculco?

Jaime: ¡Atrévete y te parto tu madre!

Helena: ¡Yo no sé, pero de aquí no sale nadie hasta que se resuelva este
entuerto!

Mirta (Viendo a Guadalupe): ¡Dale, comenzá por el idolito de piedra! ¡Es tan
callada que algún trauma debe tener y se debe consolar dibujando pijas por
doquier! (A Guadalupe) ¡Querida, vos sí que sos un caso para Freud!

Juan Carlos: Eh… ejem… ¡Guadalupe, di algo! ¡Defiéndete!

Jaime: ¡Lupe no viene sola, aquí me tiene a mí para protegerla, que por algo es mi
vieja!

Guadalupe: ¡¡¡Ya cállense!!!

Silencio sepulcral.

Mirta: ¡Mirá vos, la mina sí habla!

Helena: ¡Al fin!

Juan Carlos: Eh.. ah… Yo juraba que era sordomuda.

Jaime: Ándale, vieja, aclárales a esta sarta de intelectuales pretenciosos, creídos y


mamones -que se sienten artistas paridos por los dioses- que tú no lo hiciste!

Manuel (A Guadalupe): ¿Fuiste tú o no?

Juan Carlos: Ejem…¿Guadalupe…? Si tú lo hiciste no hay problema, de veras.

Helena: ¡¿Cómo que no hay problema, Juan Carlos?! ¡A veces me irritas hasta el
hartazgo…! ¡Ya decía yo que esta cena iba a acabar en desaguisado! ¡Qué
vergüenza me dan!

Manuel: Serénate, Helena, vas a ver que esto se va a solucionar.

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Helena: Ah, ¿sí? ¿Y cómo si puede saberse? ¡¿Eh?!

Jaime (A Helena): Qué se me hace que fuiste tú para echarnos la culpa a alguno
de nosotros. Desde que llegamos me di cuenta de tus aires de superioridad.

Helena: No digas estulticias, yo no tengo motivos para mancillar mi propia casa.

Jaime: Te la has pasado viéndonos por encima del hombro, ¡como si tú fueras
Helena de Troya y nosotros unos viles plebeyos!

Helena: Bueno… ¡Alguien como yo no tiene nada que ver con personas tan
lumpens y tan guarras como ustedes…! (A Guadalupe) ¿Y tú… tienes algo que
decir en tu defensa?

Guadalupe: ¡Que yo no fui!

Jaime: ¿Qué les dije? ¿Eh? ¡Lupe no tiene por qué andar dibujando pitos por ahí!

Jaime intenta abrazar a Guadalupe, esta se zafa y se aparta.

Guadalupe: ¡Suéltame!

Jaime: ¡Éjele! ¿Qué te pasa?

Guadalupe: ¡Que estoy harta! ¡Harta de ti y de estos farsantes! ¡De esta casa de
mierda, con su comida asquerosa, rodeada de hipócritas, son una bola de
fantoches! ¡Se sienten “artistas” pero no son más que un legrado cultural…! ¡Me
dan asco! ¡Los vomito!

Mirta: Mirá que la morocha no habla, pero cuando lo hace le salen sapos y
culebras por la boca.

Guadalupe (A Mirta): ¡Empezando por ti! ¡Me acusas sin ningún fundamento!
¡Toda el rato te la has pasado criticándome, viéndome de reojo, con tu sonrisita
sarcástica y haciendo comentarios con tu lengua vespertina!

Mirta: ¡Alucinás, querida… yo ni te miré, si vos sos como un fantasma que no se


da a notar!

Guadalupe: ¡Claro, tú eres güera y yo soy un “idolito de piedra”, ¡no?! ¡Por eso me
echas la culpa a mí, porque eres una racista que se siente más que yo!

Mirta: Sabelo, como buena argentina tengo sangre europea… No me siento mejor
que nadie, pero sí diferente… (Se sofoca) ¡La concha de la lora, qué calor!

Helena: ¡Pues quítate el maldito abrigo de encima!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Mirta: ¡Vos no me gritás, boluda!

Manuel: ¡Mirta, compórtate!

Helena (A Guadalupe): ¿Tú dibujaste ese falo sí o no?

Guadalupe: ¡No! Y tú también te la has pasado viéndome como diciendo “¿y esta
naca a qué vino?”! ¡Pero fíjate -para que te lo sepas-, yo ni quería venir a su casa!

Jaime: ¡Entonces no hubieras venido!

Guadalupe: ¡Tú me obligaste! ¡Y encima les dices a estos desgraciados que fui
prostituta! (A todos) ¡Lo hice de joven y por necesidad… pero ultimadamente me
vale lo que piensen de mí! ¡Ustedes son iguales o peores, unos corrompidos!

Juan Carlos: Eh… Por favor, no se griten tan feo.

Helena: ¡Eres un pusilánime, no puedes poner orden para que respeten tu propio
hogar!

Juan Carlos: Eh… yo… Helena…/

Jaime: ¡Nosotros nos largamos! (Jala a Guadalupe) ¡Vámonos, Guadalupe!

Guadalupe (se zafa): ¡Vete tú, yo no me voy contigo!

Jaime: No te estoy preguntando, jumento, ¡es una orden!

Guadalupe: ¡Tú a mí no me vuelves a ordenar nada!

Jaime: ¡Síguele y te voy a romper los dientes de un chingadazo bien dado! (Hace
ademán de golpearla)

Mirta: ¡A la miércoles, encima le pega! ¡Ahora lo entiendo todo!

Manuel: ¡Basta, esto es violencia doméstica!

Guadalupe (a Jaime): ¡Ándale, atrévete a pegarme enfrente de tus amigotes los


dizque “artistas” de alto pedorraje!

Helena (Se interpone entre Jaime y Guadalupe): ¡En mi casa nadie va a golpear a
una mujer! ¡Sobre mi cadáver!

Jaime (A Helena): Sí, ajá, ya salió la feminista a la que mantiene el mandilón de su


marido… (a Guadalupe) ¡Pero en la casa vas a ver, maldita suripanta! (Vuelve a
hacer ademán de soltar un golpe) ¡No te la vas a acabar!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Mirta (a Guadalupe): ¡¿El troglodita este te golpea?! (La zarandea) ¡Denuncialo,


boluda, denuncialo!

Jaime (Va y jalonea a Guadalupe quien se resiste): ¡Guadalupe, te doy tres… si no


vienes, te va a ir mil veces peor!

Guadalupe: ¡Tú no me vuelves a poner una mano encima, idiota!

Guadalupe le da un bofetón a Jaime. Silencio sepulcral.

Helena (a Juan Carlos): ¡Eres un cero a la izquierda! (A todos) ¡Se los advierto, no
voy a tolerar ni un golpe más o llamo a la policía!

Jaime (A Guadalupe): ¡Te vas a arrepentir de esto, méndiga sarampahuila!

Guadalupe (A Jaime): Ya me reventaste el labio, me dejaste el ojo morado, me


rompiste las costillas, me desviaste el tabique, me mandaste no sé cuántas veces
al hospital, ¡la próxima vez te mato… (toma un cuchillo de la mesa y lo amenaza)
te juro que te mato!

Mirta: ¡Les dije que era una psicópata!

Jaime: ¡No andes balconeando nuestras intimidades con esta bola de zopilotes
carroñeros…! Además ni han sido tantas veces… y la mayoría han sido por tu
culpa, porque me provocas, me sacas de quicio… ¡Y no me amenaces con ese
cuchillo o te levanto una denuncia por amenazas!

Guadalupe (amenazándolo con el cuchillo): ¡Conste… ya te lo advertí!

Helena (A Juan Carlos): ¡Tú sí que no sirves para nada…! (Le quita el cuchillo a
Guadalupe) ¡Suelta eso…! ¡Aunque este cromañón se lo recontra merezca, en mi
casa no va a haber ningún crimen pasional! ¡Solo eso me faltaba!

Juan Carlos: Por favor… estamos muy tensos… relajémonos.

Helena: ¡No hasta que me digan quién fue el cretino que se puso a pintarrajear un
pene en mi baño!

Jaime: ¡Me corto un brazo a que fue Manuel!

Manuel: ¡Ya bebiste demasiado! ¿Yo por qué lo habría hecho?

Jaime ¡Y todavía lo preguntas! ¡Porque eres gay de clóset!

Manuel: ¡¿De dónde sacas esa estupidez?!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Jaime: ¡No te hagas! (A Juan Carlos) ¡Acuérdate, dile tú…! (A Manuel) En la prepa
se supo que te acostastabas con un güey... (A Juan Carlos) ¿A poco no?

Juan Carlos: Eh… ah… Sí… se comentó por un tiempo.

Jaime (a Manuel): ¡Reconoce que eres puñal, bro! ¡Te gusta el arroz con popote!

Helena (a Jaime): ¡Eres lo más macuarro que he conocido!

Manuel: ¡Fue una experiencia sexual, probé y nada más… eso no me hace
homosexual!

Mirta: ¡A la miércoles, ¿sos trolito?! ¡Dale, decímelo, ¿sos trolito?!

Manuel: ¡Me gustan las mujeres! ¡Si no, no estaría casado contigo!

Mirta: ¡Mira, mejor callate, que en estos momentos no sé qué pensar! (Se abanica)

Helena (A Manuel y Mirta): Digan la verdad, ¿no fue ninguno de ustedes?!

Manuel: ¡Yo no lo hice!

Mirta: ¡Ah…! Ahora te defendés vos solo… hablás de vos y no de nosotros… ¡Sos
un guacho de mierda!

Manuel: Lo siento, Mirta, pero solo puedo hablar por mí.

Mirta: ¡Conque mi propio esposo duda si soy yo la desquiciada que anda


dibujando pijas por ahí! ¡Pero qué bronca me da! (Se abanica) ¡Y este calor me
tiene re podrida!

Guadalupe: ¡Pues quítate esa cosa de encima!

Jaime: ¡Revísenle qué trae en los bolsillos del abrigo! ¡Ahí dentro puede cargar un
arsenal de plumones!

Mirta (a Jaime): ¡Andate a la loma del orto!

Helena: ¿O qué traes debajo del abrigo que no te lo has querido quitar? ¡¿Eh?!

Mirta: ¡Nada! ¡Bueno, sí, la blusa y la pollera! ¡¿Qué más?! ¡No sean atorrantes!

Juan Carlos: Ejem… ¿Por qué no olvidamos este penoso incidente….? ¿Quieren
que traiga café? ¿O mejor un té para tranquilizarnos?

Helena (a Juan Carlos): ¡Cada vez me decepcionas más, aunque hoy sí ya me


colmaste la paciencia! ¡Eres un cobarde! ¡No tienes los suficientes tamaños para

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

hacer que nos respeten! ¡Invitaste a estos gañanes impresentables a mi casa y no


eres capaz de poner orden después de que nos ofendieron!

Juan Carlos: Eh… yo… Helena, no lo veas así… Ya sabes que yo siempre evito la
confrontación… Me gusta conciliar… No soy un tipo violento… Soy pacifista…
Soy…/

Helena: ¡Un pendejo!

Jaime: ¡Bolas, tómala barbón!

Mirta: ¡Auch, hasta a mí me dolió!

Manuel: No tiene caso que se insulten.

Jaime: ¡Éjele, entonces en una de esas el que hizo el dibujo pornográfico fue Juan
Carlos!

Juan Carlos: Eh… ¡Yo no tendría por qué hacer eso en mi propiedad! O a ver,
¿por qué lo haría?

Mirta: ¡Para hacerte el gracioso! ¡Si vos nada más estás pensando en contar
chistes! Y como no podés contar ni uno, ¡hiciste eso como graciosada!

Juan Carlos: Eh… ah…¡Claro que no!

Helena: ¡Mi esposo no fue, no le da el cerebro para algo tan elaborado!

Juan Carlos: ¡Helena!

Helena: Por enésima vez, ¿quién pintó un miembro masculino en mi baño?


¡¿Quién fue?!

Mirta: Para mí no hay duda, (señala a Guadalupe) ¡fue el Chak Mool!

Guadalupe (señala a Mirta): ¡De seguro fue la güera oxigenada! ¡Si se atreve a
traer un abrigo con no sé cuántos animales muertos, es capaz de cualquier cosa!
¡Asesina!

Mirta: ¡Callate, lo que pasa es que te morís de la rabia porque vos no te podés
comprar un abrigo como este!

Guadalupe: ¿Y yo para qué quiero andar cargando cientos de cadáveres encima?

Mirta: ¡Y te aclaro algo, pelotuda: no soy rubia teñida, soy natural!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Juan Carlos (se interpone entre Guadalupe y Mirta): Por favor, no dejen salir lo
peor de ustedes.

Jaime: Tu vieja tiene razón, ¡eres un coyón, te faltan huevos, bro!

Manuel: Si yo fuera el esposo de Helena, le sacaría la verdad a cualquiera aunque


tuviera que hacerlo a puñetazos.

Juan Carlos: Eh… ah… (A Jaime) Eso dices porque eres el típico macho
mexicano… (a Manuel) Y yo no resuelvo las diferencias a trancazos…
¡Comportémonos como gente civilizada! Porque eso somos… ¿o no?

Mirta: Yo mejor me voy, ¡esto ya no me lo banco!

Helena (le impide el paso): ¡Fíjate que no, de aquí no sale nadie hasta que
confiese!

Jaime: ¡Ábrete el abrigo para ver qué traes abajo!

Mirta (A Jaime): ¡Andate a la mierda!

Manuel: ¡No le hagas caso, Mirta! ¡Tienes razón, vámonos! (Busca su saco)

Guadalupe: ¡La menopáusica esconde algo bajo del abrigo!

Mirta: ¡Callate vos, guampuda!

Inesperadamente, Jaime le abre con fuerza el abrigo a Mirta y se lo quita. Mirta


queda solamente en sostén y calzones.

Helena: ¿No que traías una blusa y una falda puestos?

Manuel: ¿Por qué vienes en brasier y calzones?

Jaime: ¡Debe ser una pervertida que se abre el abrigo cuando se topa con tipos en
la calle! (Ríe)

Guadalupe: ¡Es una exhibicionista!

Juan Carlos (va por el abrigo y se lo pone a Mirta): Eh… ah… Tápate… Ahora sí
no vayas a pescar una gripa.

Manuel: ¿Me puedes explicar qué significa esto?

Mirta: ¡¿Y todavía lo preguntas, pelotudo de mierda…?! (A todos) ¡Sí, fui yo! ¡Fui
yo la que dibujó ese falo en la pared! (Saca de un bolsillo del abrigo un marcador)
¡Yo lo pinté!

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Helena: ¿Y se puede saber por qué lo hiciste?

Mirta: ¡Porque ya no aguanto más! (A Manuel) ¡Vos me engañás con otra mina, lo
sé! ¡Hace siglos que no me tocás, me evadís, me rechazás…! Yo pensaba llegar
al rato al apartamento y tratar de seducirte, por eso vine en sostén y bragas… ¡Y
si pinté esa pija es porque necesitaba desahogarme, sacar mis deseos reprimidos!

Guadalupe: ¡Ha de ser ninfómana!

Mirta: ¡No, prófuga de Teotihuacán…! ¡Solo soy una mujer necesitada de amor, de
afecto, de sexo! (A Manuel) ¿Con quién me engañás? ¿Con tu jefa del
periódico…? ¿Alguna colega tuya…? ¡¿Quién es ella?! ¡¿La conozco?

Manuel (Tras pausa): Sí.

Helena: ¡Manuel!

Juan Carlos: No interfieras, mi amor, son asuntos de pareja.

Juan Carlos va a abrazarla, Helena lo esquiva.

Helena: ¡Hazte a un lado…! Te lo iba a decir en estos días, pero mejor de una vez,
¡ya no te soporto! ¡Si sigo a tu lado nada más es por nuestros hijos!

Juan Carlos: ¿Por eso ya no quieres hacer el amor conmigo?

Jaime: ¡Eureka! (Ríe)

Manuel (A Helena): ¡Diles la verdad!

Helena: ¿Cuál verdad?

Mirta: ¿De que hablan?

Manuel: ¡De lo nuestro!

Helena: ¡Bah! Entre nosotros no hay nada que pueda llamarse nuestro.

Manuel: ¿Entonces tú y yo…? ¿Lo que vivimos? ¿Qué fue?

Helena: Un acostón… ¡Varios acostones! ¡Nada más!

Mirta: ¡Así que vos sos la yegua que quiere arrebatarme a mi marido! ¡Mirá que
sos mala! ¿Y la solidaridad de género qué? ¡Yeguaza!

Mirta se lanza contra Helena para abofetearla, forcejean.

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Guadalupe: ¡Desgréñala, túmbale los dientes! ¡Sácale la moronga, que corra la


sangre! ¡Mátala!

Mirta y Helena se zarandean y desgreñan. Manuel las separa.

Manuel (A Mirta) ¡Contrólate, mujer!

Mirta (A Helena): ¡Sos una basura, destrozahogares, robamaridos!

Helena (A Mirta): ¡Yo no pretendo quitarte nada…! (A Manuel) Solo se trataba de


quitarnos el aburrimiento, salir de la monotonía, divertirnos un rato… Que fuera
clandestino lo hacía muy excitante… Ahora que todos lo saben, ¡ya no tiene caso!

Manuel: ¡Yo te amo, Helena!

Helena: Pero yo no.

Juan Carlos (A Helena): ¿Ya mí… me amas?

Helena: Tampoco. Pero no te preocupes, no me voy a divorciar. Así estoy muy


cómoda.

Jaime: ¡Sopas perico! (A Guadalupe) ¿Ves que siempre queda el consuelo de ver
que otras parejas se llevan mil veces peor que nosotros, vieja?

Guadalupe: …

Silencio. Se sirven bebidas. Se pasean. Mirta se abanica. Algunos quedan de pie,


otros se sientan. Se arreglan y recomponen su aspecto. Silencio.

Manuel: Una pregunta… ¿Qué le pusieron al faisán?

Juan Carlos: Ya se me pasó el sabor extraño que me había dejado en la boca.

Mirta: Es cierto, ya no lo noto.

Jaime: ¿Pues qué le echaste a la cena, Helenita? ¿En lugar de setas le pusiste
hongos alucinógenos…? ¡Nos pusiste a girar a todos!

Helena: Nada, lo de siempre… Aunque le agregué un poco de azúcar pensando


que resaltaría el sabor… (A Juan Carlos) Ve a la alacena y donde están las
especies, hay varios terrones de azúcar.

Juan Carlos sale a la cocina.

Manuel: ¿Le entran a los estupefacientes?

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Helena: ¡Claro que no, por favor!

Jaime: ¿Y sus chilpayates tampoco?

Helena: No… Bueno… lo dudo.

Mirta: ¡Trataron de drogarnos… o peor… de asesinarnos!

Helena: Por favor, después de todo lo que ha pasado, haz un esfuerzo por no
decir tonterías.

Juan Carlos (regresa con un recipiente con los terrones): Aquí están los terrones.

Jaime (le quita el recipiente, lo huele y prueba lame un terrón): No puedo afirmarlo
con seguridad, pero bien puede ser LSD… ¡Hace años que no pruebo los ácidos,
pero sabe parecido…! ¡Órale, no pensé que le llegaran a las drogas duras, qué
psicodélicos!

Helena: ¡Nosotros no somos drogadictos! (va y toma el recipiente, a Juan Carlos)


¡Diego y Frida me van a oír! ¡Seguro esto es de alguno de ellos! ¡Bien decía yo
que andaban en malos pasos!

Juan Carlos: Eh… ah… ¿Tu crees que anden en drogas…? Yo lo dudaría.

Helena: ¡Porque tú ni te enteras, te interesa más la editorial que tu familia!

Silencio.

Juan Carlos: Eh… ah… Bueno, afortunadamente todo está bajo control y no pasó
a mayores.

Manuel: Si ofendí a alguien, le ofrezco mis disculpas.

Jaime: Bájale, bro, no fue para tanto, solo un pequeño desaguisado.

Mirta: ¡Por suerte ya no tengo calor!

Helena: Prometo no volver a experimentar nunca más en la cocina.

Juan Carlos: Eh… yo… ¿Quieren que traiga el postre? Tenemos Crème brûlée…
Lo podemos acompañar con un cognac, anís o amaretto… Y si quieren ahora sí
les cuento un chistezaso.

Manuel: Nosotros ya nos vamos yendo… ¿o qué dices, Mirta?

Mirta: Sí, querido, dale, mañana debo laburar.

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Jaime: Yo sí le entraba al coñaquito, pero ya es re tarde… (A Guadalupe) Mejor


vámonos, vieja... Las visitas tienen sueño.

Guadalupe: …

Manuel, Mirta, Jaime y Guadalupe se alistan para irse.

Juan Carlos: A pesar de todo, -no sé cómo lo vean ustedes-, fue un gusto verlos.

Manuel: Sí… A ver cuándo lo repetimos.

Jaime: Cuando quieran, aunque ora les toca en mi cantón. No es tan finolis como
este, pero no está tan “pior”... Y Lupe hace unas quesadillas de rechupete.

Mirta: Esta vez no pude, pero para la próxima preparo unas empanadas
argentinas, ¡las de choclo me quedan divinas! ¡Y el chimichurri ni les digo!

Todos se despiden, besos, abrazos.

Jaime (A Manuel): Prometo leer mejor tu columna, chance ahora sí capte la


profundidad de tu análisis… (A Juan Carlos) Y tú, no te hagas rosca, un día de
estos publícame en tu editorial un libro de poesía erótica. ¡Te juro que va a ser un
hitazo!

Juan Carlos: Claro... Nos llamamos y nos ponemos de acuerdo.

Jaime (A Mirta): Y en serio piensa en eso de traducir mis obras, te conviene, yo sé


lo que te digo. ¡Soy garantía de éxito!

Mirta: Dale, dejame lo pienso. (A Helena) Exquisito todo, querida… Incluyendo el


faisán… Luego me pasás la receta.

Helena: Gracias. Cuando gustes.

Jaime: ¡Faisán a la Hofmann! (Silencio, nadie entiende) ¡Hombre, Albert Hofmann,


el padre del LSD…! Olvídenlo... Un chiste muy elevado.

Mirta (A Helena): Y disculpame por lo de… (Calla)

Helena: No te preocupes, Mirta… Fíjate que pensé en poner el cuadro de Cuevas


en la baño para ocultar ese… garabato.

Mirta: ¡Mirá vos, la idea es bárbara!

Juan Carlos (A todos): Cuando quieran, esta es su casa y son bienvenidos.

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Jaime: ¡Ya rugiste, león! (A Guadalupe, le da las llaves del coche) Tú manejas,
vieja, porque entre el tequila y el ácido, todavía estoy volando y viendo elefantes
morados... Mejor me pongo en modo avión.

Guadalupe: …

Manuel (de lejos, a Helena): Buenas noches, Helena.

Helena apenas se despide de mano de Manuel. Mirta jala a Manuel.

Mirta: Dale, querido, vámonos que estoy re fatigada.

Juan Carlos: Los acompaño a la puerta.

Helena: Sí… no se vayan a regresar.

Manuel, Mirta, Jaime y Guadalupe salen. Helena recoge algunas cosas. Juan
Carlos regresa.

Juan Carlos: Eh… ah… ¿Todo bien, mi amor?

Helena: ¡Todo mal, pésimo…! Pero ni modo… Bien supuse que esta iba a ser una
velada infame… ¡Ahora entiendo eso del discreto desencanto de la burguesía!

Juan Carlos: Conste que te dije que iba a ser una noche inolvidable.

Helena: Créeme, jamás la voy a olvidar… Y por suerte no volveremos a ver a


ningunos de esos imbéciles… ¡Ay, los artistas, no los aguanto…!

Juan Carlos comienza a reír.

Helena: ¿Se puede saber qué te causa tanta risa? Porque yo no le encuentro la
gracia a nada de lo que sucedió.

Juan Carlos: Eh… ah… Verás… Te voy a confesar algo… Fui yo el que dejé esos
terrones de azúcar sabiendo que se los ibas a poner a la cena. (Ríe)

Helena: ¿Tú? ¿Por qué?

Juan Carlos: ¡Para divertirnos…! Creí que sería entretenida una cena mientras
todos alucinábamos en un viaje psicotrópico… ¡Era un chiste! (Ríe)

Helena: Eres un idiota… un redomado idiota… Esta noche duermes en la sala…


Buenas noches.

Ella sale. Él queda riendo.

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Faisán para los Fantoches Humberto Robles

Juan Carlos: Pues a mí sí me da risa… mucha… (Come un terrón de azúcar del


recipiente) Y eso que no me dejaron contar mis mejores chistes. (Come otro
terrón) ¡Wooooow!

Juan Carlos queda en un ataque de risa.


Música “Puro Teatro” con La Lupe.
Oscuro.
- FIN -

Humberto Robles

hrobles@hotmail.com www.humbertorobles.com

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las formas “versión de” o “adaptación de”, ya que el autor es propietario del 100% de los derechos
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forman parte del dinámico trabajo de puesta en escena en el teatro actual por parte de directores y
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este original. Las adaptaciones serán permitidas cuando se trate de un género a otro (teatro a cine,
por ejemplo) pero siempre bajo la autorización por escrito del autor. La infracción de estos
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