Sin exclusión de grupos, en toda nación y en todo estrato social y económico

humano, los trastornos o problemas psicològicos constituyen en la actualidad cuadros

de gran relevancia social, por lo cual, desde el proceso Psicoterapéutico y desde la
Perspectiva de Terapeutas que Tratan Trastornos especialmente en la población de más
alto riesgo: mujeres jóvenes y adolescentes de países desarrollados o en vías de
desarrollo
El examen mental constituye una recolección de datos de cada paciente, de su
persona, su entorno, de las funciones mentales y psicológicas del paciente y por lo cual
es toda una recolección de datos que evalúan el estado mental del paciente, desde el
modelo médico.
Entre sus características, es que se realiza con una forma de tipo directivo, en que
el examen es guiado netamente por el entrevistador (psiquiatra o psicólogo).
El examen mental, por lo tanto, constituye un proceso descriptivo y no
explicativo que debe cumplir pautas como Apariencia y conducta iniciales; Actitud
ante el examinador. Así como la reacción del entrevistador al paciente
(contratransferencia).

De modo que, la terapia puede incidir en la evaluación de la propia disposición

al cambio, arrojando al consultante información mediante cuatro formas de
intervención: (a) las que enseñan al consultante nuevas formas de comportamiento, (b)
las que animan a vivir nuevas experiencias, (c) las que le permiten directamente sentir
cosas nuevas, y (d) las que en general facilitan su respuesta emocional (Krause, 1992
Se trae a colación lo siguiente, en el estudio del proceso psicoterapéutico (Hill,
1990; Rees et al., 2001), que se centra tanto en la interacción terapéutica como en la
relación de ayuda, surge el concepto de cambio terapéutico, que es, esencialmente, un
cambio en los patrones subjetivos de interpretación y explicación que llevan al
desarrollo de nuevas teorías subjetivas en fases que se construyen unas sobre otras, en
las que el nivel de complejidad va en aumento (Krause & Dagnino, 2005).
Ello explica que la interacción terapéutica procura ese cambio psicológico
generado por una experiencia de ayuda profesional, el cual constituye un proceso
complejo en el cual interactúan una gran diversidad de factores.
Se soporta la afirmación de doctrinas como las de (Opazo, 2001), relacionados
con aspectos del consultante, del terapeuta y de la relación entre ambos (Frances,
Sweeney & Clarkin, 1985; Garfi eld, 1981), que son muy específicas con origen en
investigaciones en psicoterapia que han mostrado la existencia de factores específicos,
vinculados a aspectos técnicos de la orientación predominante, y de factores
inespecíficos, como aquellos aspectos comunes a los enfoques

Este proceso de métodos psicoterapéuticos se da a través de una serie de fases

donde el psicólogo recopila información pertinente para conocer el motivo de consulta
(la misma puede tener una duración por sesiones) bien definidas como son: fase de
evaluación, fase de explicación de la hipótesis, fase de tratamiento, fase de
seguimiento, fase de cierre, fase del proceso terapéutico.
De modo que, la psicoterapia se encuadra en un contexto socio cultural específico
que afecta su desarrollo y el papel que juegan las diferentes variables técnicas y
relacionales en el resultado terapéutico.
Sin embargo, dado que la mayoría de los trabajos sobre métodos
psicoterapéuticos, en especial en familias y parejas, se ha realizado en contextos
diferentes a iniciar y permanecer en un proceso de psicoterapia, así como aquellos que
interfieren en su compromiso y participación. Como lo plantea Krause (2011), estudiar
en condiciones contextuales naturales los procedimientos técnicos y a quienes los
aplican permite acortar la brecha entre la clínica y la investigación, haciendo a esta
última relevante en el ejercicio práctico.
 Métodos psicoterapéuticos, conviene resaltar que éstos se realizan a largo plazo.
El mismo, consiste en una serie de sesiones donde el terapeuta busca conocer en el
paciente cómo se enfrenta a las situaciones, la manera en cómo se relaciona con los
demás y cómo puede ser influido en su entorno social, entre otros aspectos importantes.