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Rev Ciencias Médicas v.13 n.1 Pinar del Río ene.-mar. 2009
ADULTO MAYOR
1
Profesor Auxiliar. Dr. Especialista I Grado en Psiquiatría. Hospital Psiquiátrico
Docente Provincial "Isidro de Armas". Pinar del Río.
2
Dra. Especialista I Grado en Psiquiatría. Hospital Psiquiátrico Docente Provincial
"Isidro de Armas". Pinar del Río.
3
Profesora Titular y Consultante de Psiquiatría. Dra. Hospital Psiquiátrico Docente
Provincial "Isidro de Armas". Pinar del Río.
RESUMEN
ABSTRACT
A descriptive, cross-sectional study was carried out aimed at assessing the quality
of life in the Aged taking into consideration different socio-demographic variables
emphasizing on the inclusion of this population in the "Casa de Abuelos"
(Grandparents' House), during the period January-December 2006. A sample of 42
aged attending to "Casa de Abuelos" and another one of 42 who did not attend to
this place. A structured interview was applied to each aged assessed and the
variable Quality of Life was measured using the M.G.H scale. Male sex, ages
between 75 -84, single and widowers prevailed. Standing out the high and middle
categories when measuring the Quality of Life among the aged; health variable did
not change the quality of life in the aged, but satisfaction for life affected a group of
them.
INTRODUCCIÓN
MÉTODO
El universo de estudio está constituido por los ancianos que pertenecen a la zona
urbana del municipio Pinar del Río. Se tomó una muestra de los 42 ancianos
incorporados a la Casa de Abuelos y otra muestra de igual tamaño de ancianos no
incorporados, de la misma comunidad, garantizándose homogeneidad entre ambos
grupos desde el punto de vista estructural. Por cada anciano de la Casa de Abuelos
se seleccionó uno no incorporado, considerando variables como edad, sexo,
ocupación y convivencia; constituyendo un total de 84 personas.
RESULTADOS
En la tabla 1, se puede observar que se registran 18 casos del sexo femenino, para
un 42.9%, mientras que el sexo masculino está representado por 24 ancianos para
un 57.1%; estas cifras son coincidentes en ambos grupos.
Como tercera dimensión se estudia la satisfacción por la vida, Tabla 5, entre los
ancianos de la Casa de Abuelos en un 90,4% respondió entre los valores de 3 y 4
con evidente predominio del segundo. A diferencia de esto los del Grupo Control
registraron un 73,9% entre 3 y 4 y un 26,1% en los 1 y 2.
DISCUSIÓN
Al respecto se considera que los hombres con más frecuencia terminan solos y
limitados en sus posibilidades de llenar las demandas personales en la vida diaria,
por lo que buscan apoyo en instituciones sociales, pudiendo así incorporarse a la
Casa de Abuelos; lo que justifica su predominio en esta muestra. Contrariamente
las mujeres tienden a permanecer en los hogares asumiendo diversas actividades,
tanto para el beneficio del resto de la familia, como específicamente en la atención
de menores.
En cuanto al estado civil existen diferencias entre ambos grupos que se explican
pues, con mayor frecuencia a estas edades, es que las personas perdieron su
pareja por divorcio o viudez, o tampoco lograron formar la pareja, aunque sin vivir
solos necesariamente, sienten en sus hogares la falta de una adecuada atención,
soledad, necesidad de ser útiles o deseo de mejorar sus relaciones sociales y
buscan en la Casa de Abuelos la solución a estas situaciones.
En estudios realizados por Inga y Vara en Lima, Perú13 reportan que sorprende el
elevado número de viudos y solteros con 52.5%.
Al evaluar las categorías de Calidad de Vida de forma general se destaca que los
resultados alcanzados son favorables, pues predominan las categorías alta y media;
no obstante se aprecian diferencias entre los grupos estudiados que consideramos
están relacionadas con los factores que de forma objetiva y sujetiva influyen en al
calidad de vida de estos. Estos resultados se aproximan a los estudios realizados en
Cuba por León14 que reporta una calidad de vida con predominio alta en el 58.8% y
media 17.5%, en ancianos incorporados a círculos de abuelos. Martínez y
Pérez15 en su investigación sobre calidad de vida, evalúan a los ancianos en base a
tres categorías, resultando que es considerada como buena en un 48% de la
muestra trabajada.
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-31942009000100001
Las personas mayores y su salud: Situación actual
RESUMEN
SUMMARY
All developed countries are facing ageing populations. Spain is the European
country with the highest life expectancy; worldwide it is second only to Japan. This
ageing is forecasted to continue, equally affecting people over 65 and those over
80, thus leading to what is known as the ageing of the ageing. Chronic pathologies
such as hypertension, diabetes, dyslipidemia and obesity are steadily growing.
Chronic diseases use up an estimated 80% of all Primay Care services. Medicine
consumption should also be considered. 88,9% of those over 65 are taking some
sort of drug; the percentage reaches 93,4% for those over 75 and 94% for people
suffering from chronic diseases.
Introducción
2. Esperanza de vida.
3. Tendencias.
5. Carga de enfermedad.
Muchos son los factores que han permitido una evolución de esta naturaleza,
singularmente la mejora en los hábitos de vida, el seguimiento y control de las
enfermedades crónicas y la mejora de la atención sociosanitaria en general. De una
forma más directa debe relacionarse con la caída de la mortalidad lo que converge
en el aumento de la esperanza de vida como indicador global.
2. Esperanza de vida
Constituye un dato relacionado con una mejor salud relativa y, de manera más
indirecta, con la propia calidad de vida (2).
Aunque sigue siendo notoria la diferencia por sexos, se constata una progresión
constante sobre estos datos, sea cual sea la fuente, lo cierto es que las
proyecciones vienen también a poner de manifiesto una cierta suavización o
ralentización de esas ganancias. Del mismo modo y de forma paralela se observa
un acortamiento progresivo de la marca diferencial entre hombres y mujeres, lo
que se achaca a una serie de factores comportamentales que convergen en una
evidenciable superior reducción de la mortalidad masculina en comparación con la
femenina, si bien siga siendo aun más alta. Al día de hoy, el trecho de la esperanza
de vida por sexos es de 6,1 años y se espera que vaya suavizándose hasta los 5,6
años en 2049 (1,2).
Más sensible es el indicador que mide la esperanza de vida una vez llegados a la
teórica marca de los 65 años. Actualmente la expectativa para las personas de 65
años es que puedan vivir una media de 20,5 años más. A las mujeres se le atribuye
una esperanza adicional de 22,3 años y al hombre de 18,4 según el INE
(Movimiento Natural de la Población, 2011) (1). Este dato incide aún más en el
encabezamiento de la esperanza de vida de la población mayor española en Europa
y también en el resto del mundo.
3. Tendencias
En este cambio se observa como hecho más significativo el que las enfermedades
degenerativas toman el relevo y desbancan a otras más tradicionales, de relevancia
histórica, preferentemente agudas y contagiosas (1). En este cambio se ven
inmersos también los mayores (Fig. 5).
El patrón de mortalidad predominante en las personas mayores por grandes grupos
de enfermedades viene definido por las enfermedades del sistema circulatorio
(30,5% del total de defunciones), los tumores (28,2%) y las enfermedades del
sistema respiratorio (10,9%). Manteniendo la tendencia de los últimos años,
ascendente para los tumores (2,0% más de fallecidos) y descendente para las
enfermedades circulatorias (0,7% menos de fallecidos) e irrumpiendo
ascendentemente las muertes por enfermedades respiratorias (4,9% más de
fallecimientos) (1,3).
Dentro de las principales causas de muerte, éstas varían según el sexo; siendo los
tumores la primera causa de muerte en los hombres (2,95‰ ) y la segunda en
mujeres (1,8‰ . Dentro de éstos, el cáncer de bronquios y pulmón es el que más
muertes produce en hombres frente al cáncer de mama en las mujeres. Por el
contrario, en las mujeres, la primera causa de muertes son las enfermedades
circulatorias, las cuales han descendido respecto al año anterior.
Los fallecidos por accidentes de tráfico se han reducido respecto al año 2010 a
2.116 personas (un 9,4% menos). Desde comienzos de la década anterior las
muertes por accidente de tráfico se han reducido aproximadamente a la tercera
parte.
Según los últimos datos disponibles sobre mortalidad general en España, se han
producido 387.911 defunciones, que arrojan una tasa bruta de mortalidad del
8,41‰ , 188.057 mujeres y 199.854 hombres. Por sexo, la tasa femenina se situó
en 8‰en mujeres y 8,8‰en hombres (7,8).
5. Carga de enfermedad
La cronicidad está muy presente en las cortes de edad avanzada. Según datos de
la Encuesta Nacional de Salud del año 2011-2012(3), existe una tendencia
ascendente de las patologías crónicas como la hipertensión arterial, diabetes,
dislipemias y obesidad, todos ellos factores de riesgo cardiovascular, hasta el punto
que el 73% de los mayores de 65 años declaran presentar al menos una
enfermedad crónica, elevándose al 78,5% en los mayores de 75 años (77,3% de
los hombres y 79,2% de las mujeres). Se estima que realmente, hasta un 95% de
mayores, padece alguna dolencia de carácter crónico pese a que en algunos casos
estos no las perciban como ocurre con la diabetes, dislipemia, cataratas, etc. (3-5).
La obesidad tiene una curva bimodal, siendo más frecuente a medida que avanza la
edad, hasta los 74 años, momento en el que comienza a descender. Entre el 70 al
80% de las personas mayores padecen problemas cardiovasculares. La enfermedad
pulmonar obstructiva crónica está presente entre el 20 y el 30% de los mayores. En
torno al 90% presentan déficits sensoriales de algún tipo (4).
Por último, los accidentes también aumenta con la edad y en la mujer, encontrando
que entre los 65 a 74 años sufren accidentes el 3,6% de los hombres y el 10% de
las mujeres, entre los 75 y 84 años aumentan al 4,5% en los hombres y al 12,1%
en las mujeres y, en los mayores de 85 años, alcanzan al 10,2% de los hombres y
al 14% de las mujeres (3).
Aún con este perfil de enfermedad descrito, sólo el 15% del conjunto de la
población mayor considera su estado de salud como malo, o muy malo (5). Según
datos de laEncuesta Nacional de Salud del año 2011-2012 (6) solo el 24,7% de la
población total cree padecer problemas en su estado de salud (20,7% en hombres
y 28,7% en mujeres) y esta percepción va aumentando a medida que avanza la
edad, encontrando que entre los 65 a 74 años alcanza 39,5% de los hombres y al
51,7% de las mujeres; entre los 75 a 84 años al 58% de los hombres y al 68,7%
de las mujeres y para los mayores de 85 años llega hasta el 67,9% de los hombres
y el 71% de las mujeres (3).
A la luz de los datos de los que disponemos a fecha de 2012, el 46,5% presenta
algún problema de dependencia funcional y el 35% de estos son dependientes para
alguna actividad básica de la vida diaria (tales como vestirse, asearse, etc.),
presentando un Índice de Barthel inferior a 60 puntos, siendo especialmente
frecuente en los mayores de 80 años, en los que más del 50% presenta alguna
discapacidad que le causa problemas para el desarrollo de las ABVD. En todos estos
casos, globalmente considerados, la mujer presenta un mayor grado de
dependencia que el hombre (32,4% de las mujeres mayores reconocen limitaciones
frente al 23,7% de los hombres), pero si se desdoblan por tareas, el hombre
presenta una mayor dependencia para las tareas domésticas, mientras que la
mujer para la movilidad (5).
a) Atención Primaria
Según la Encuesta de Salud 2011-2012 (3) en el último año, han asistido a alguna
consulta médica, el 88,1% de los hombres y el 92,3% de las mujeres entre los 65 y
74 años, sube al 94,9% de los hombres y al 95,9% de las mujeres entre los 75 y
84 años y alcanza al 92,2% de los hombres y al 93,8% de las mujeres en los
mayores de 85 años, siempre con mayor frecuencia en la mujer. Del mismo modo,
cuando se analiza la asistencia a la consulta médica en último mes, este fenómeno
se reproduce, alcanzando en el grupo comprendido entre los 65 y 74 años un
39,25% en hombres y un 44,4% en mujeres; en las personas entre 75 y 84 años
asciende al 49,8% en hombres y al 50,6% en mujeres y, en los mayores de 85
años, desciende al 46,6% en hombres y al 48% en mujeres (3).
Se calcula que las enfermedades crónicas consumen el 80% de todas las consultas
de Atención Primaria (7,8).
b) Atención especializada
Según la Encuesta Nacional de Salud del año 2011-2012 (3) los ingresos
hospitalarios producidos durante el último año, en personas mayores de 65 años,
aumentan con la edad y con el sexo (hombre); así encontramos que entre los 65 y
74 años han ingresado el 11,7% de los hombres y el 9,4 de mujeres; entre los 75 y
84 años han ingresado el 19,9% de los hombres y el 14,8% de las mujeres y
finalmente en los mayores de 85 años han ingresado el 22,5% de los hombres y el
16,1% de las mujeres (Fig. 8).
- El 45,5% de las personas mayores destaca que goza de buena salud. Este
porcentaje ha crecido 8 puntos y medio. Paralelamente, el porcentaje de las
personas que afirman tener mala salud se ha reducido significativamente en el
mismo periodo: del 24 % al 14,5%. Este es un indicador muy positivo aunque
puesto en tela de juicio por los expertos (4).
Bibliografía
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-12852015000300001
Ciencia y enfermería
versión On-line ISSN 0717-9553
ARTÍCULOS
RESUMEN
ABSTRACT
Relational descriptive study aimed to asses elderly self esteem and social
functioning according to the social roles, through their personal and caregiver
perceptions and the family functional perception. The sample included 300 elders
and the caregivers from Primary Care Centers in the city of Concepción, Chile. It
was applied an inquest at home with 3 scales: the Groningen Social Disabilities
Schedule; the Smilkeinstein Family Functioning scale and the Rosenberg self
esteem test. Results: 51% of elders and 84% report a high self esteem. The
functioning familiar perception of them is at 84%, that corresponds to a high level
of perception. It was not found estatistically significant difference in social
functioning perception between self esteem of elder and the evaluation made by
the caregiver. It is important to say that is a high consistence between both
measures. Correlation of 74%. About the relation between the self social function
report of elders and self esteem scale, it was founded a positive correlation. The
better the social functioning in the self report, the better the self esteem. The same
phenomenon was observed between the elders self reporting social functioning and
the APGAR family functioning perception scale. The results of this study could be
considered by health professionals so that in working with elders and theirs
families, the independence, the functioning and quality of life, could be increased
INTRODUCCIÓN
Chawla (1988) afirma que los ancianos "no siempre son dependientes a causa de
su decadencia física, sino que lo son frecuentemente debido a la forma cómo son
categorizados socialmente y a las presiones que se ejercen sobre ellos. Si bien es
cierto que el envejecer implica un deterioro biológico, son las condiciones sociales
de carencia de servicios y las ideas contenidas en el modelo médico tradicional las
que restan oportunidades para que el "viejo" se mantenga activo y autovalente. La
carencia de una definición sociocultural del conjunto de actividades que serían
específicas de los ancianos les hace sentirse inútiles y sin reconocimiento social. La
falta de tareas específicas conlleva la dificultad para saber en qué concentrar los
esfuerzos y en qué volcarse de modo de actualizar las propias potencialidades.
Cada individuo que envejece debe crearse un personaje e improvisar su actuación:
la dificultad de esto implica que sólo algunos lo logran y otros deben resignarse al
estrecho mundo de las cuatro paredes del hogar (Barros, 1994; Anzola et
al., 1994).
El principal sistema social del anciano y el apoyo que recibe viene de su familia. Se
trata de una unidad social sujeta a las presiones y condiciones de su entorno
cultural, económico y político de un momento dado. La definición más aceptada del
concepto de familia es la de varias personas relacionadas por los lazos de
parentesco, sanguíneos, de matrimonio o por adopción. Tales personas pueden
compartir un mismo techo o habitar en viviendas separadas.
La familia del anciano brinda apoyo social, funcional, económico o material, afectivo
y asistencia en diversas formas.
Aun cuando la gran mayoría de las personas adultas mayores son relativamente
independientes y físicamente aptas y funcionales, el grupo de los mayores de 80
son más dependientes, más aún si su nivel socioeconómico y estado de salud son
limitados (Sánchez, 1994). La O.M.S. ha definido la salud del anciano por su
capacidad para funcionar, y no por las limitaciones, discapacidad o enfermedad que
presente.
Así, la calidad de vida de las personas mayores está estrechamente relacionada con
la capacidad funcional y el conjunto de condiciones que le permiten mantener su
participación en su propio autocuidado y en la vida familiar y social (CELADE, 2003;
Fernández-Ballesteros et al., 1996).
Esta expresión de José M. Cagigal sintetiza todos aquellos puntos necesarios para
una reconceptualización y revalorización de la edad adulta tardía como una etapa
normal de la vida del ser humano, con sus características propias y definidas y que
llevan inmersa la posibilidad de prepararse para la vejez. Esto implica
esencialmente, y a modo de síntesis, asumir y resolver la aceptación de la edad,
una redefinición de roles, la búsqueda e identificación de formas alternativas para
el cese de ingresos y, la revisión de vida y establecimiento de nuevas metas.
Entrega un sello especial, propio del ambiente sociocultural en el cual se inserta.
Así, el "funcionamiento" de una persona en sociedad es factible de medir a través
de su desempeño, en los distintos roles sociales que le corresponde ejecutar
(Parsons, 1999). El concepto de rol social ha sido definido de diferentes maneras.
En este estudio se considera la opción de la integración de los conceptos de rol
social y rol conductual. "Rol social es un conjunto de expectativas que las personas
tienen acerca de la conducta de una persona, quien toma o adopta una posición
determinada" (O.P.S./O.M.S., 1985). Se puede precisar que el papel que una
persona desempeña en sociedad está influido por las nociones propias y
expectativas acerca de cómo debe comportarse; las nociones y expectativas de
otros relevantes, la norma del grupo o de la población; las sanciones positivas o
negativas que imponen otras personas (y posiblemente el mismo individuo),
cuando el rol de conducta relevante se encuentra en discusión. El desempeño de un
rol social determinado adquiere gran relevancia, por cuanto es el mecanismo que
permite la integración de una persona al sistema social en el cual se inserta. Para
medir estas dimensiones se ha considerado la mirada que otorga el Groningen
Social Disabilities (Wiersma et al., 1990).
Objetivo general 1
Objetivo general 2
MATERIAL Y MÉTODO
La muestra quedó finalmente conformada por 300 ancianos y 300 cuidadores que
cumplían los requisitos anteriormente señalados.
Del instrumento
Para la obtención de los datos se elaboró una encuesta para el anciano y otra para
el cuidador.
I. Antecedentes sociodemográficos.
II. Evaluación del funcionamiento familiar a través del test de Apgar familiar de
Smilkstein, adaptado por Horwitz y Florenzano (1985). Este instrumento evalúa la
percepción de funcionamiento familiar según la persona que responde.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Características sociodemográficas de los Ancianos (Tabla I)
De acuerdo con lo que indica la Tabla III, las mayores frecuencias se agrupan
siempre en las categorías "Funcional" (más del 50% de las frecuencias, a excepción
del área Rol de Pareja con sólo un 31% en esta categoría) y en segunda prioridad
en la categoría Disfuncionalidad Leve (sobre el 15% de las frecuencias,
exceptuando nuevamente el Area Rol de Pareja que aglutina sólo un 8% de
respuestas en esta categoría).
Los roles que destacan con un mejor funcionamiento social son: Rol de
Autocuidado, Rol de Familia y Rol Ocupacional.
Sin perjuicio de lo anterior, las áreas que el anciano identifica con mayor dificultad
de desempeño o aquellas en las que él identifica con un menor funcionamiento
social son: Area Rol de Parentesco, Area Rol de Pareja, Area Rol de Ciudadano y
Area Rol Social. En todas ellas, menos de un 50% se califica como "Funcional" (en
las otras áreas sobre el 64% se califica "Funcional", un porcentaje cercano al 9% se
califica en Disfuncionalidad Moderada (en las otras áreas un porcentaje cercano
sólo al 5% se califica con Disfuncionalidad Moderada) y más del 2% en
Disfuncionalidad Severa. Es importante destacar que estas cuatro áreas hacen
alusión a las relaciones interpersonales que mantiene el anciano con sus
significativos cercanos y con el grado de conexión con su entorno.
De acuerdo con lo que indica la Tabla IV, las mayores frecuencias se agrupan
siempre en las categorías: Funcional (más del 50% de las frecuencias, a excepción
del Area Rol de Pareja con sólo un 31% en esta categoría)y en segunda prioridad
en la categoría Disfuncionalidad Leve (sobre el 12% de las frecuencias,
exceptuando nuevamente el Area Rol de Pareja que aglutina sólo un 11% de
respuestas en esta categoría). Las áreas que destacan con un mejor
funcionamiento son: Autocuidado, Familia y Ocupacional. Sin perjuicio de
loanterior, las áreas que el cuidador identifica con mayor dificultad de desempeño
respecto del anciano, o aquellas en las que lo identifica con un menor
funcionamiento social son: Area rol de Parentesco, Area Rol de Pareja, Area rol de
Ciudadano y Area Rol Social. En todas ellas, menos de un 50% califica al anciano
como "Funcional" (en las otras áreas sobre el 70% lo califica "Funcional"
(exceptuando el Rol de Pareja).
Es importante destacar que aun cuando la distribución de frecuencias por áreas de
desempeño más deterioradas son coincidentes en las mediciones que entrega el
anciano con las que entrega su cuidador, los puntajes entregados por el cuidador se
concentran más en las categorías 1, "Funcional", las mediciones que entrega el
anciano se agrupan de igual forma en categoría 1, pero dispersan también más
puntajes en las categorías Disfuncionalidad Moderada y Disfuncionalidad Severa.
CONCLUSIONES
Tanto para el puntaje Groningen del anciano como para el puntaje Groningen del
cuidador, las mayores frecuencias se ubicaron en la categoría "Funcional", 90,7% y
87,6% respectivamente.
IV. Analizando el puntaje Groningen por áreas de desempeño, tanto para el puntaje
Gro-ningen del anciano como para el puntaje Groningen del cuidador, estos
resultados fueron altamente coincidentes. Las áreas identificadas con mayor
dificultad de desempeño para ambos casos son las de Parentesco, de Pareja, de
Ciudadano y Social, todas ellas en conexión con relaciones interpersonales que
mantiene el anciano con sus cercanos significativos y con el grado de conexión que
mantiene con su entorno.
V. El hecho que los ancianos califiquen con alta Autoestima una adecuada
percepción de funcionamiento familiar y sobre todo con un buen funcionamiento
social en las ocho áreas estudiadas, cambia la perspectiva que la sociedad y
principalmente la de los profesionales de la salud que trabajan con ellos, tienen.
Esto debiera permitir trabajar programas de autocuidado, recreación y actividades
grupales, lo que a su vez mantiene a los ancianos con una actividad social, mejora
su salud física y mental y su calidad de vida (Darton-Hill, 1997).
Para la familia, principal cuidadora del anciano, se le facilita la tarea de cuidar, aun
cuando es importante desarrollar programas que los integren fuertemente al
trabajo realizado con el anciano.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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