La conducción de calor o transferencia de energía, en forma de calor por
conducción es un proceso de transmisión de calor (es, decir, es el proceso de propagación del calor en distintos medios) basado en el contacto directo entre los cuerpos, sin intercambio de materia, porque el calor fluye desde un cuerpo de mayor temperatura a otro de menor temperatura que está en contacto con el primero. La mayoría de las personas disfruta asar malvaviscos en una fogata. Si sostienes los malvaviscos con un tenedor metálico mientras esperas a que se tueste la superficie y quede crujiente, el tenedor puede calentarse tanto que ya no puedas sostenerlo. El calor entra en el extremo del tenedor que se mantiene en las flamas y se transmite a todo su largo hasta tu mano. Esta forma de transmisión de calor se llama conducción. El fuego hace que los átomos del extremo calentado del tenedor vibren con más rapidez. Dichos átomos vibran contra los átomos vecinos, los cuales, a su vez, hacen lo mismo. Lo más importante es que los electrones libres que pueden viajar por el metal se empujan y transfieren energía al chocar con los átomos y los otros electrones libres en el interior del material. Qué tan bien un tenedor metálico o cualquier objeto sólido conduce calor depende del enlace dentro de su estructura atómica o molecular. Los sólidos compuestos de átomos que tienen uno o más electrones exteriores “sueltos” conducen bien el calor (y la electricidad). Los metales tienen los electrones exteriores “más sueltos”, los cuales tienen libertad para transportar energía mediante colisiones por todo el metal. Es por esto que los metales son excelentes conductores del calor y la electricidad. La plata es el mejor conductor, seguido del cobre y el oro, y, entre los metales comunes, el aluminio, y el hierro muy detrás. La mayoría de los líquidos y gases son malos conductores. Los malos conductores que impiden la transferencia de calor se llaman aislantes. Madera, lana, paja, papel, corcho y espuma de estireno son buenos aislantes del calor. A diferencia de los electrones en los metales, los electrones exteriores en los átomos de estos aislantes están firmemente unidos. Para el caso simplificado de flujo de calor estacionario en una sola dirección, el calor transmitido es proporcional al área perpendicular al flujo de calor, a la conductividad del material y a la diferencia de temperatura, y es inversamente proporcional al espesor.
Convención
Líquidos y gases transmiten calor principalmente por este medio (convención).
Que es la transferencia de calor por el movimiento real del propio fluido. A diferencia de la conducción (en la que el calor se transfiere mediante colisiones sucesivas de electrones y átomos), la convección involucra el movimiento de “masas” de materia: el movimiento de todas las moléculas de un fluido. La convección puede ocurrir en todos los fluidos, ya sean líquidos o gases. Ya sea que calientes agua en una cacerola o aire en una habitación, el proceso es el mismo. A medida que el fluido se calienta desde abajo, las moléculas del fondo comienzan a moverse más rápido, se dispersan más, se vuelven menos densas y flotan hacia arriba (principio de Arquímedes). El fluido más denso y más frío se mueve para tomar el lugar del fluido más caliente en el fondo. De esta forma, las corrientes de convección mantienen el fluido agitado mientras se calienta: el fluido más caliente se aleja de la fuente de calor y el fluido más frío se mueve hacia la fuente de calor.
En la atmósfera hay corrientes de convección y afectan la temperatura del aire.
Cuando una parcela de aire cerca del suelo se calienta, se expande, se vuelve menos densa y flota hacia arriba. El aire que sube se enfría luego, a medida que se expande aún más, y realiza trabajo sobre el aire a menor presión que encuentra a mayor altitud. Realiza este experimento: Con la boca abierta, sopla sobre tu mano. Tu aliento es caliente. Ahora repite, pero esta vez junta los labios para reducir la abertura, de modo que tu aliento se expanda a medida que sale de tu boca. ¡Observa que tu aliento es mucho más frío! El aire en expansión se enfría.
Para comprender el enfriamiento del aire en
expansión piensa que las moléculas de aire son como pequeñas pelotas de ping-pong que rebotan unas contra otras. Una pelota adquiere rapidez cuando es golpeada por otra pelota que se aproxima con mayor rapidez. Pero cuando una pelota choca con otra que retrocede, su rapidez de rebote se reduce. Lo mismo sucede con una pelota de ping-pong que se mueve hacia una raqueta: adquiere rapidez cuando golpea una raqueta que se aproxima, pero pierde rapidez cuando golpea una raqueta que retrocede. La misma idea se aplica a una región de aire que se expande: las moléculas chocan, en promedio, con más moléculas que retroceden que con moléculas que se aproximan (Figura 16.6). Por eso, en el aire en expansión, la rapidez promedio de las moléculas disminuye a medida que el aire se enfría.
Radiación
Nos queda el tercer mecanismo, que es completamente diferente a los anteriores,
ya que no implica el movimiento de electrones, átomos o moléculas, sino de otro tipo de partículas: los fotones. Cuando un cuerpo caliente no puede ceder ese calor por conducción o convección, todavía lo puede hacer por radiación. La radiación electromagnética puede transmitirse a través del vacío, y la prueba más clara la tenemos en la luz y calor que nos proporciona el sol, ya que los fotones que emite tienen que viajar nada menos que un ciento cincuenta millones de kilómetros a través del vacío antes de poder iluminar y calentar nuestro planeta. La energía así radiada se llama energía radiante.
La energía radiante está en forma de ondas electromagnéticas. Incluye ondas de radio,
microondas, radiación infrarroja, luz visible, radiación ultravioleta, rayos X y rayos gamma. Estos tipos de energía radiante se mencionan en orden de longitud de onda, de la más larga a la más corta. La radiación infrarroja (abajo del rojo) tiene longitudes de onda más largas que la luz visible. Las longitudes de onda visibles más largas son las de la luz roja, y las más cortas son las de la luz violeta. La radiación ultravioleta (más allá del violeta) tiene longitudes de onda más cortas. La longitud de onda de la radiación se relaciona con la frecuencia de la radiación. La frecuencia es la tasa de vibración de una onda. La niña de la Figura sacude una cuerda a una frecuencia baja (arriba) y a una frecuencia más alta (abajo). Observa que la sacudida a baja frecuencia produce una onda floja larga, y la sacudida a frecuencia más alta produce ondas más cortas. Lo mismo sucede con las ondas electromagnéticas. Las vibraciones de baja frecuencia producen ondas con longitud de onda larga y las vibraciones de alta frecuencia producen ondas cortas.