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Acción patriótica contra

los sectores de la junta central gubernativa.

La contradicción entre los patriotas trinitarios fundadores de la republica


dominicana y los sectores conservadores que se unieron prácticamente desde que
se instaló la junta gubernativa provisional el 28 de febrero de 1844 y su posterior
sustitución por la junta central gubernativa.

La contracción se revelo nuevamente cuando el general pedro Santana en lugar de


perseguir a la tropa haitiano hasta la frontera Dominico-haitiana, después del
triunfo de la batalla del 19 de marzo, lo que hizo fue replegarse con su tropa hasta
Sabana Buey, Bani; permitiendo de esa manera que el presidente haitiano, general
Riviere Herard, se posesionara dos días después de la ciudad de Azua.

Este dictador improvisado, sin miramiento de las representaciones de su jefe, puso


inmediatamente en sus manos la fortaleza (la ciudadela) el arsenal y todo los
puntos fortificados de la plaza que el comandaba.

Toma de la Fortaleza El Cachimán

El 4 de diciembre de 1844 el general Antonio Duverge y sus tropas tomaron la


fortaleza el cachimán, fuerte construido por los haitianos sobre los límites entre la
población de las caobas y matas de farfan, lugar donde estaba situado la principal
fuerza de provisionamiento del mercenario ejército haitiano, el zona oeste de la
frontera de la República Dominicana con Haití, esa toma fue un duro golpe porque
se quedarán sin prohibiciones dado cuenta de eso por menores que remo conocer
que el general Duverge en su comunicado Nacional que el presidente federal Pedro
Santana en el 6 diciembre de 1844.
Segunda Campaña militar
en el primer aniversario de la independencia nacional.

En momento mismo en que el congreso nacional aprobaba las leyes adjetivas y


orgánicas que vendría a complementar la recién aprobada constitución de la
republica dominicana del 6 de noviembre de 1844 se produjo enfrentamiento
constante entre las tropas haitianas y dominicana una vez entre las avanzadas
haitianas y las guerrillas dominicanas que solían a explorar el campo; y otros entre
las avanzadas dominicana y la guerrilla haitianas que nación el servicio de
reconocimiento de objetivo y de exploración el presidente haitiano entre el 3 de
mayo de 1844 y el 15 de abril de 1845, fue el general Phillipe Guerrier y entre el
16 de abril de 1845 y 1 de marzo de 1846 fue el general Jean Louis Pierrat, mientras
que le presidente dominicano en todo ese trayecto histórico lo fue el dictador
General Pedro Santana.

La Batalla de la Estrelleta.

La Batalla de la Estrelleta se efectuó el 17 de septiembre del 1845 en la comunidad


de ese mismo nombre en el municipio de Las Matas de Farfán. Fue encabezada
por el general José Joaquín Puello, asistido por los coroneles Bernardino Pérez y
Valentín Alcántara. Proclamada la independencia dominicana, el vecino Haití
llevó a cabo una serie de incursiones hostiles para deshacer la independencia, con
sucesivos ataques por el sur y norte del país.

El General José Joaquín Puello, en el parte de guerra que envió al general Pedro
Santana, concluidas las hostilidades, explica las táctica y estrategia llevada a cabo:
“Hice dividir nuestro ejército en dos divisiones, formando el ala derecha seis
batallones bajo el mando de los coroneles Bernardino Pérez y Valentín Alcántara,
que destaque por los caminos de los jobos a ocupar el camino de Bánica: la división
que formaba el ala izquierda, compuesta igualmente de seis batallones y cuyo
mando me reserve, se dirigió por el camino real que va a Comendador.
Al llegar a las alturas de Matayaya percibimos al enemigo en la ribera opuesta al
río y militarmente posesionado en una cordillera de cerros situados en la sabana
Estrelleta, cubierta sus dos únicas entradas con dos piezas de artillería, y un trozo
de caballería avanzado, bastante distante de su cantón general”. El valiente General
Puello agrega que “inmediatamente avistaron la columna bajo su mando, tocaron
generala y se dispusieron a esperarnos: le conteste con nuestra batería y me preparé
a entrar en acción, que era todo mi anhelo, esperando solo que el ala derecha
hiciese la señal concertada”.

El héroe de la Estrelleta General José Joaquín Puello describe la fiereza del


combate, y la hidalguía y el coraje de los combatientes dominicanos al puntualizar
que: “al cuarto de hora de mi llegada rompió ésta el fuego, siendo las ocho en punto
de la mañana, y la columna bajo mi mando, volando con la rapidez del rayo, se
lanzó sobre los enemigos burlándose de sus balas y metralla. En un instante se
posesionaron de la pieza de artillería y rompieron la división enemiga: lo mismo
ejecuto el ala izquierda, y después de dos horas de un vivo combate derrotamos a
los haitianos”.

La batalla se inició a las ocho de la mañana y duró aproximadamente unas tres


horas. Ante la contundente derrota, quedo en poder de los combatientes
dominicanos las dos piezas de artillería, pertrechos, cajas de guerra, algunos fusiles
y el campo sembrado de numerosos cadáveres, y otros tantos heridos, no habiendo
de la parte dominicana solo tres heridos. Puello, un ferviente creyente cristiano
considera que en la Batalla de La Estrelleta intervino el altísimo, derramando
coraje, fe, valor y decisión a los soldados dominicanos. Así lo consigno el ilustre
patriota: “la providencia divina nos ha manifestado hoy más que nunca, cuan
dispuesta está a obrar milagros en nuestro favor, pues teniendo el enemigo más
ventajosa posición, triple de fuerza a la nuestra, y dos piezas de artillería, ha sido
derrotado por nosotros, que entre otras desventajas, tuvimos la de que nuestra
artillería no pudo obrar, en razón de que un arroyo tenia totalmente obstruido el
camino”.
Un gesto de humildad del prócer Puello es que al concluir esta faena patriótica se
desprende de toda vanidad y gloria personal, y da al conjunto de las tropas que
junto a él combatieron, todo el mérito del éxito logrado: “No podré en esta ocasión
señalar los que más se distinguieron, porque todo el ejército a porfía se disputaba
el honor de volar al peligro y de obligar la victoria a coronar sus esfuerzos. Quedé
tan satisfecho de las tropas, que a nombre del gobierno les ofrecí una paga
extraordinaria en recompensa de su loable conducta”, escribió el prócer Puello.

En La Estrelleta fueron vergonzosamente derrotados junto a sus tropas, los


generales haitianos Morissette, Toussaint y Samedi. Con el triunfo inmaculado
obtenido en esta epopeya el orgullo nacionalista se consolidó, y la dominicanidad
se templó. En la Batalla de la Estrelleta los pueblos del sur dijeron presente, como
en todos grandes momentos de nuestra construcción sociopolítica.

La batalla de Beller:

Se efectuó el 27 de octubre de 1845 en las fronteras del norte, donde los integrantes
del ejecito dominicano pusieron de manifiesto una vez más su clara disposición a
ser libre o morir en el campo de honor.

Estuvo precedida por dos acciones muy reñida: una en las pocilgas y otras en
capotillo. En ambas acciones de distinguió el batallón de Dajabón bajo las órdenes
del comandante Marcelo Gonzalo carrasco, donde trato de disputar el paso a la
fuerza haitianos del norte, los que pasaron el rio entre ambos países y ocuparon a
Dajabón. El parte oficial de la batalla de Beller remitida por el general Salcedo al
presidente de la Republica General Pedro Santana, reporta los destalle de la
distribución de la fuerza en la lucha contra el enemigo.
Tercera Campaña Militar De

Resistencia Por La Defensa De La Soberanía (1848-1849)

El 4 de agosto de 1848, el general Pedro Santana, Jefe del Ejército y Presidente de


la República, renuncia del poder Ejecutivo aduciendo problemas de salud. Pasa a
dirigir los destinos del País, de forma provisional, el Consejo de Ministros-
Secretarios de Estado, quien convoca para el 25 de agosto de 1848 a elecciones
indirectas, mediante la convocatoria de los Colegios Electorales, para que eligieran
a un nuevo presidente de la República.

El proceso de votación puede resumirse del siguiente modo: dieciséis votos a favor
del general Manuel Jimenes, procedente del provincia de Santo Domingo, un voto
por cada uno de los señores representantes Damián Ortiz, José María Pérez,
Francisco Ortiz, Domingo Moreta Y Pedro Florentino, de la provincia de Azua;
Wenceslao de la Concha, Juan Manuel Tineo, general Francisco Antonio
Salcedo(Tito) y Domingo Pichardo, de la provincia de Santiago; José Bernal, José
Portes, Ildefonso Mella y José Taveras, de la provincia de la Vega; así como
Vicente del Pozo, Juan Rijo y Juan Rosa Herrera, de la provincia del Seibo.

El presidente Jimenes tomó posesión el 8 de septiembre de 1848, prestando el


juramento de ley ante el Congreso Nacional, el cual se encontraba reunido de
forma extraordinaria. Jimenes mantuvo, sin Variación, el mismo gabinete de que
se había rodeado el general Pedro Santana.

El 11 de septiembre de 1848 el presidente Jimenes convoca al Congreso Nacional


para que continúe ejerciendo sus tareas legislativas y para que dentro de sus
prioridades considerara aspectos que contribuyeran a la prosperidad pública, como
el impulso a la agricultura, auxiliada de una adecuada policía rural, y una
restructuración del ejército nacional.
Doce días después, del 23 de septiembre de 1843, el Congreso Nacional aprueba
un decreto-ley, mediante el cual se declara una amnistía general para todos los
exiliados políticos. El general Manuel Jimenes, Presidente de La República entre
1848 y 1849, quien emitió un decreto-ley de amnistía general para los trinitarios y
otros políticos deportados por el general Santana.

Esta disposición, que permitía el retorno al país de los patricios Juan Pablo Duarte,
Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella, Juan Isidro Pérez, Pedro
Alejandrino Pina y Juan Evangelista Jiménez, trajo gran regocijo entre las
diferentes clases sociales y sectores con elevados sentimientos patrióticos, por el
amplio alcance que tenía para todos los exiliados.

Otro decreto-ley muy importante aprobado por el Congreso Nacional y


promulgado por el Poder Ejecutivo el 24 de octubre de 1848 facultaba al presidente
Manuel Jimenes a organizar el ejército y la armada, disminuirlo y aumentarlo
según fuese necesario o hubiese un inminente peligro, movilizar las guardias
cívicas y ponerlas en pie de guerra, bajo el imperio de las leyes penales, según la
gravedad de las circunstancias por las que atravesara la República.

Posterior a la emisión de este decreto-ley, el presidente Manuel Jimenes tomó la


decisión de eliminar los cuerpos de infantería de línea, refundiéndolos en los de
artillería que tenían menor dotación, con el propósito de enviar una gran cantidad
de hombres al campo con el propósito de hacer renacer la agricultura, que había
caído en una virtual ruina como consecuencia de las constantes guerras que libraba
el país contra las recurrentes incursiones militares haitianas a territorios
dominicano.

La Invasión de Soulouque y Las Primeras Acciones Militares.

El 1ro de febrero de 1949 las tropas haitianas atacan la guarnición dominicana de


Las Matas de Farfán y son rechazadas por las tropas al mando del general Antonio
Duvergé.
El 6 de Marzo de 1849 el Presidente de Haití, general Faustin Soulouque, inicia
una nueva Campaña Militar contra la República Dominicana, al frente de un
ejército de 18,000 hombres.

El 14 de marzo el general Soulouque sale de Las Caobas el 19 de marzo, el general


Duvergé se repliega a Azua e instala en esta ciudad su Cuartel General, para
hacerle frente a la vanguardia haitiana que avanzaba “impetuosa y envalentonada”
sobre las posiciones dominicanas, después del poderoso ataque de que fueron
objeto por parte de las tropas al mando del general Fabré Geffrard.

La Batalla del Número

El 12 de abril sale el general Duvergé con destino a las lomas de El Número, ya


que el general Santana le había ordenado la defensa de esa posición mediante el
método de guerra de guerrillas, para que hostigara a las tropas haitianas en los
desfiladeros de ese lugar, para impedir su avance hacia Santo Domingo. Luego de
hacer una evaluación exhaustiva de la situación en los días siguientes, envía un
oficio al Cuartel General de Sabana Buey, en el que solicita al general Pedro
Santana el envío de municiones.

La Flotilla Nacional, después de llevar provisiones y pertrechos militares al


Ejército Expedicionario del Sur, se formó en orden de batalla frente al camino de
la playa, por donde se supone debían avanzar las tropas haitianas, para con sus
baterías hostigar fuertemente al enemigo y retrasar su avance hacia Santo
Domingo, siguiendo las disposiciones que al respecto había dado el presidente
Manuel Jimenes. Entre tanto, el general Duvergé, posesionado desde el día 12 de
abril de El Número, preparó una emboscada con los comandantes Santiago Sosa,
José María Cabral y el teniente coronel Francisco Domínguez, mientras que el
general Juan Contreras Cumplía igual cometido en los cerros de Portezuelo y el
general Bernardino Pérez ocupada con sus hombres la defensa de Boca de la
Palmita.
El 17 de abril, la vanguardia del general Duvergé avistó las tropas que comandaba
el general Geffrard, las cuales ascendían lentamente por las sierras y los
desfiladeros de El Número, donde los esperaban muy bien posicionados y con una
emboscada hábilmente planeada los 300 fusileros del general Santiago Sosa,
quienes desde la altura batieron a tiro dos de los tres cuerpos haitianos que cayeron
en la emboscada. Terminados los combates, el general Duvergé escribió el parte
oficial de su gloriosa victoria en El Número, donde decía no saber cuál era la
determinación del enemigo y donde expresaba que se mantendría firme en la
defensa de aquel punto.

El general Pedro Santana se traslada a Las Carreras, en compañía del escuadrón de


caballería de su escolta, en donde lo esperaba el general Antonio Abad Alfau y
procede a dictar importantes providencias para la constitución de la defensa
dominicana. En la madrugada del 21 de abril, el general Santana recibe en su
campamento de Sabana Buey un parte oficial del coronel Domínguez, donde le
informa sobre las particularidades del combate sostenidos el día anterior. Las
cuatro unidades dominicanas se encontraban en la margen oriental del río Ocoa,
frente al paso de las Carreras, formadas en orden de batalla y alertadas por el ataque
que había hecho el ejército haitiano a esa posición dos días atrás. El ejército
dominicano estaba compuesto por tropas de infantería y caballería, pero no contaba
con ningún apoyo de artillería.

Cuarta Campaña Militar Ofensiva (1849-1850)

Tras asumir la presencia de la República el 24 de septiembre de 1849,


Buenaventura Báez instruye a la flota marítima dominicana a desarrollar una
guerra ofensiva contra las tropas haitianas para “ir a buscarles a su propia casa y
hacerles sentir el peso de la guerra en sus personas y propiedades”. Asimismo, con
ello se da por concluido el período que vivió la República de seis años de guerra
defensiva, que había inspirado en los enemigos una falsa idea de la fuerza con que
combate el país. De igual manera, con esta guerra ofensiva se buscaba no tener que
agotar los recursos de la Patria en continuos preparativos para repeler el ataque
periódico de los haitianos.

Acción Naval de Lanse A Pitrey Jale Trou.

Al dar a conocer los resultados de la acción militar llevada a cabo por la flota
dominicana el 14 de noviembre de 1849 contra el territorio haitiano de L´anse A
pitre y saltrou, el presidente Báez en un mensaje del 15 de noviembre informa al
país de los resultados de dicha acción, veamos:

“Dios, patria y Libertad

República Dominicana

Buenaventura Báez

presidente de la República”

¡Dominicanos! seis años de guerra defensiva han inspirado a nuestros enemigos


una falsa idea de la fuerza de la República, y dándole la inmensa ventaja de escoger
a sus antojo los momentos de hostilizarnos y el teatro de los combate.

Acción Naval de Petite Riviere, Dame Marie y Le Cayé

El 2 de enero de 1850 el presidente Báez informa al país de un nuevo ataque


marítimo llevado a cabo el 1ro. de enero contra los poblados de Petit Riviére, Dame
Marie y Le Cayé, a través de una Proclama. La guerra ofensiva que se desarrolló
Buenaventura Báez contra Haití con varias embarcaciones de combate, no fueron
más que varias escaramuzas para diferenciarse de los gobiernos que habían
encabezado Pedro Santana y Manuel Jimenes en cuanto al tipo de guerra defensiva
que habían implementado.
Ultima De Resistencia Del Pueblo dominicano Ante La Invasión Del Ejército
Haitiano (1855-1856)

Entre los años 1850 y 1855 el gobierno dominicano, con la mediación de las tres
grandes potencias que tenían representación diplomática en la República
Dominicana(Inglaterra, Estados Unidos y Francia) logra imponer al gobierno
haitiano un “Tratado de paz definitiva o sino un tregua de diez años entre el
Imperio de Haití y la República Dominicana” el cual nunca quiso firmar
formalmente el emperador haitiano Faustino Soulouque, pero ante la decisión de
Inglaterra y Estados Unidos de garantizar el cese de la guerra entre ambas
naciones, sin mengua de la soberanía nacional, se logró que durante cinco años no
hubiesen hostilidades de gran significación.

La Batalla de Santomé

En los últimos días del mes de diciembre de 1855, el general José María Cabral
Había sido designado por el presidente de la Republica, general pedro Santana,
como jefe superior de la línea fronteriza Jaer, siendo segundo al mando el coronel
Aniceto Martínez. La corta entrega por el general Santana al general Cabral resaba
asi: Desgraciado de usted, general, si los haitianos beben el agua del rio San Juan”.
Esto significaba para el general Cabral una clara sentencia de muerte.

La batalla de cambronal

La Batalla de Cambronal se libró cerca de Neiba el 22 de diciembre de 1855 y fue


uno de los combates sostenidos por militares dominicanos contra invasores
haitianos para mantener la independencia de la recién creada nación. El general
Francisco Sosa se enfrentó y derrotó a un batallón del ejército haitiano liderado
por el general Pierre Rivere Garat, el duque de Leogane.

Las instrucciones que tenía los generales haitiano era atacar simultáneamente a
Neiba, ocuparla y allí el general Toussaint Pierre tomaría el mando en jefe hasta
llegar a su, donde se podrían nuevamente bajo las ordenes de emperador Faustino
Soulouque.
La Acción de las matas

El 23 de diciembre de 1855 se llevó a cabo la acción bélica de las matas de farfan.


En el porte informático enviado por el coronel Aniceto Martínez a los generales
Juan Contreras y Bernardino Pérez, jefe de las operaciones del sur, el 24 de
diciembre, expresa lo siguiente:

“Participo a ustedes que anoche hemos llegado frente, le hicimos fuego con una
pieza de artillería y al momento desocupo de incendiarle, como acostumbra.
Nuestra tropa van a su persecución hasta ponerlo afuera de nuestro límite. (Emilio
Rodríguez Demomisi, 1957:308)

La acción de Sabana Mula

El 24 de diciembre de 1855 las tropas haitianas, son derrotadas vergonzosamente


en Sabana Mula, en vista de lo cual el emperador General Faustino Soulouque se
dirige hacia Juan Méndez, lugar donde establece su cuartel general.

En el camino fusila un gran número de oficiales para justificar su derrota, bajo el


pretexto de que abandonara el campo de batalla. Entre los generales y oficiales
fusilados en el poblado fronterizo de Banica, estuvieron los generales Voltaire
Castor y Alexis Toussaint, así como el coronel Belliard y Bromonte.

La batalla de sabana Larga y Jacubo

El 24 de enero de 1856 se llevan a cabo las batallas de Sabana Larga y Jacubo, en


las fronteras nortes de la Republica Dominicana, donde el ejército invasor del
obstinado emperador general Faustino Soulouque, recibió por premio sendas
derrotas, vergonzante que le servirían de escarmiento para los tiempos por venir.

Las acciones de cachimán y el puerto


Efectuada en los primeros días del mes de febrero de 1856, constituyen los últimos
intentos del ejército haitiano por ocupar territorio correspondiente a la Republica
Dominicana.

Una parte oficial enviado por el presidente de la republica general Pedro Santana
al ministro de guerra.

Eliezer Martínez Jiménez


Matricula 100513688

OPINIÓN PERSONAL

Las diferentes batallas que se han llevado a cabo en nuestro país, han favorecido
nuestra libertad, las mismas ha sido soporte para que hoy gocemos de un país
libre e independiente de toda potencia extranjera.

Debemos tomar en cuenta las fuentes batallas libradas y seguir poniendo fuerza
para que cada día seamos el país que queremos ser.

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