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Administradores De La Gracia:

Las Finanzas Del Reino

Una llave poderosa del Reino: El Dar

“Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención.
Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa. Por eso,
cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los
hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les
aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. Más bien, cuando des a los
necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, para que tu
limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.”
Mateo 6:1-4 NVI.

Dos cosas entendemos de este pasaje, en primer lugar que no es para Dios tan
importante lo que se da, sino el motivo detrás del por qué se da, Dios quiere probar
nuestra verdadero corazón piadoso, lo que uno da, a quiénes se los da y de qué manera
lo da es el medio visible para un fin mucho mayor y es que nuestro corazón sea probado;
el dinero sólo se convierte en una medida de nuestra obediencia, nuestra verdadera
motivación y nuestra confianza en Él. Es nuestro corazón el verdadero indicador de
nuestros motivos y debemos ponerlo en análisis todas las veces que damos.

En segundo lugar, dar es hacer justicia, en los tiempos de Jesús la palabra limosnas estaba
intrínsecamente relacionada con la palabra justicia. Cuando leemos entonces el versículo
“Buscad primeramente el Reino de Dios y su Justicia” debemos entender que la primera
llave que tenemos para desatar el Reino es haciendo justicia al dar, es entonces cuando se
activa la promesa “Y todo lo demás será añadido.”

El verdadero dar viene de una actitud que entiende la profundidad de lo que nuestro
Señor y Salvador ha hecho, pues Él fue quien dio más que todos en aquella cruz. El hecho
de dar no tiene su significado tan profundo en la cantidad que damos sino a la cantidad
que retenemos. El que más retiene es quien menos da, a pesar de que haya dado más
que todos: “Jesús estaba en el templo, y vio cómo algunos ricos ponían dinero en las cajas
de las ofrendas. También vio a una viuda que echó dos moneditas de muy poco valor.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: —Les aseguro que esta viuda pobre dio más que
todos los ricos. Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba; pero ella, que es tan
pobre, dio todo lo que tenía para vivir.” Lucas 21:1-25 TLA.

Cuando pensamos en esto podemos llegar a entender más el sacrificio de la Salvación.


¿Qué son todas las riquezas del mundo para un Dios infinitamente poderoso? Nada. Todo
es nada para Aquel que tiene el poder de crearlo todo. Pero Dios muestra su tan generosa
dádiva al darse a sí mismo. Dios nos demostró que dar no es un tema de dinero sino de
valor, Él dio todo lo que tenía, se dio Él mismo sin retener nada. Cuando esta realidad se
apodera de nosotros por completo, la lucha acerca de por qué debo de dar y acerca de
cuánto debo de dar deja de ser una lucha.
El verdadero valor de dar ha sido establecido por Aquel. Si no podemos entender el precio
que fue pagado por nuestro Padre, nuestra habilidad para dar disminuirá
considerablemente: “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor,
como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio
a Dios en olor fragante.” Efesios 5: 1-2 RVR1960.

Plan maestro de Dios para las finanzas

Uno es el plan del mundo, Babilonia, y otro es el Plan de Dios, el de Reino. Todos sabemos
que Babilonia solo es una copia frustrada, corrupta y diabólica de los principios del Reino.
Por eso es que tenemos que pensar qué tipo de plan financiero estamos llevando como
modelo de nuestra vida. El mundo no enseña que una gran manera para crecer
económicamente es reteniendo lo más posible, según ellos, dar sin recibir algo a cambio
es lo más absurdo, pero no saben estos que siendo engañados están acarreando
maldiciones para su vida. Seguir el plan del mundo es ser guiados por los ciegos, ambos
caerán en un su pozo (Lucas 6:39).

Lamentablemente aún muchos cristianos han hecho de este plan un estilo de vida, se
esconde detrás de una máscara de piedad viven sin poner en práctica el primer principio
de una vida piadosa como ya dijimos. Pero en el plan de Dios no hay acumulación sino
que la base es recibir para poder dar: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada,
remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que
medís, os volverán a medir.” Lucas 6:38 RVR1960. Este modelo funciona como un rio que
fluye y nunca se estanca. Cuando las finanzas del hombre funcionan bajo este modelo
todas las personas son bendecidas. La gente que da es más feliz, más segura y más
satisfecha. Debemos elegir qué clase de cristiano seremos, si de los que damos o los que
retenemos.

Amor a Dios sobre el dinero

Tenemos que entender algo antes de seguir, Dios es dueño de todo, la Biblia dice: “De
Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.” Salmo 24:1 RVR1960.
El punto de vista de Dios es que Él es dueño de todo. Esa es la verdad básica de las
finanzas, todo es de Él. No podemos amar a Dios si primero no entendemos este principio.
Si creemos que algo de lo que tenemos es nuestro, caemos en la trampa del diablo, nos
envanecemos en nuestra soberbia, y solo viviremos enorgulleciéndonos de nuestros
logros.

Dios quiere abrirnos las ventanas de los cielos pero antes quiere que entendamos que
solo es Él quien tiene el derecho y el poder para hacerlo. Dar es demostrar que amamos
más a Dios que al dinero “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada
podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias
necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de
todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y
fueron traspasados de muchos dolores. 1 Timoteo 6:8-10 RVR1960.

El deseo de dinero puede volver a la gente deshonesta, el dinero es algo peligroso si no


está bajo el control de Dios. El amor al dinero por encima de Dios solo trae maldición y
pervierte el corazón del hombre. No debemos amar el dinero, debemos amar a Dios que
nos da el dinero. Dios jamás confiará en aquellos que no confían en sus principios y la
Biblia es clara que una de las formas que más demostramos nuestra confianza en Dios
es dando.

“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es
injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles,
¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que
es vuestro? Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará
al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”
Lucas 16:10-13 RVR1960.

Ladrones de Dios

¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos
robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros,
la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi
casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas
de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé
también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid
en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán
bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.” Malaquías
3:8-12 RVR1960.

Se trata de la obediencia, comenzar a diezmar es una prueba de fe. Dios no necesita nada,
Él quiere que lo amemos obedeciéndolo porque esa es la manera más sabia para vivir.
Nunca se pierde obedeciendo a Dios, más bien se gana. “Pero esto digo: El que siembra
escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente,
generosamente también segará.” 2 Corintios 9:6 RVR1960.

Hay que seguir dando si queremos seguir recibiendo, esta es una ley del antiguo
testamento que nadie perfeccionó. Si el gobierno tomara el diezmo de cada uno a modo
de impuesto, habría mucho más para dar a todos que con un modelo económico
babilónico, sería mucho más equitativo, puestos que todos darían el 10 % de todas sus
riquezas. Entendamos esto, el plan de Dios no tiene error en sí, no es casi un buen plan,
sino que es un plan perfecto lleno de sabiduría y de amor. Él nos promete que podemos
ir más lejos solo con 9 que con 10, si ese 1 está en sus manos. Diezmar es una de las
mejores formas de confiar en Dios.
Entendamos una cosa: no se puede violar la ley de Dios y salir ganando. No es que
querramos decir esto, sino que es lo que Dios dice. No es ley de hombre sino ley de Dios.
Si no diezmo no le doy a Dios lo que el designó como suyo.

Los que Dios nos promete

En este pasaje se destaca la manera de diezmar, donde debe diezmarse y el propósito


por el que lo hacemos y es suplir las necesidades del templo y probar la fidelidad de su
pueblo. Además algunas promesas que tenemos al hacerlo.

Vivir bajo su plan financiero promete que habrá prosperidad: “Si no os abriré las ventanas
de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” Muchas
veces puede que vayamos a tener poco, pero podemos confiar en Dios en que siempre
vamos a tener lo que necesitemos si le damos a Él lo que pide. Si seguimos razonando
vamos a tener siempre necesidad, Dios quiere que aprendamos a confiar: “Mi Dios, pues,
suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Filipenses
4:19 RVR1960.

Sujetarse a su plan nos promete protección de ataques del enemigo a nuestra obra:
“Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni
vuestra vid en el campo será estéril”. Extender el evangelio se trata de dar, luchar la buena
batalla se trata de dar, no podemos permitir que nuestra obra sea destruida por causa de
no poder obedecer su mandamiento, desobedecer solo traerá esterilidad financiera y
espiritual a nuestra obra. Si queremos ser efectivos en el evangelio debemos aprender a
vivir bajo su ley. “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a
fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda
buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para
siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará
vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia.” 2 Corintios 9:8-10
RVR1960.

Cuando damos el diezmo Dios comienza a bendecir nuestra alma al vivir confiados en Él,
tendremos un gozo adicional que no tendremos antes y la gente lo notará: “os dirán
bienaventurados; porque seréis tierra deseable.” Aquellos que solo confían en el dinero o
el trabajo para sentirse seguros solo logran vivir afanados, pero aquellos que saben
confiar en Dios viven plenos. Por eso si buscamos tener mucho, retengamos el dinero. Si
buscamos tener plenitud, mejor démoslo.

CONCLUSIÓN:

¿Qué comunica el no diezmar? Lo único que nos muestra es la gente que se revela a la
voluntad de Dios y su propósito, guardarse lo que le pertenece demuestra falta de fe en
las promesas de Dios y una expresión de la codicia y avaricia del hombre, es robarle a
Dios. La pregunta es: ¿si no este nuestro plan de finanza, cuál es? ¿Tenemos uno mejor
que Él? Jamás podremos mejorar su plan.

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