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MINISTERIO
Todos los que profesan ser cristianos están de acuerdo en que un líder cristiano debe ser
un líder que sirve. Jesús no pudo ser más claro:
“Y Jesús les dijo: Los reyes de los gentiles se enseñorean de ellos; y los que tienen
autoridad sobre ellos son llamados bienhechores. Pero no es así con vosotros; antes, el
mayor entre vosotros hágase como el menor, y el que dirige como el que
sirve”, Lucas 22:25-26.
Otros factores enturbian las aguas aun más para nosotros. Para comenzar, todos los
líderes cristianos tienen pecado que mora en ellos, lo que significa que incluso en el
apogeo de su madurez, aún seguirán siendo siervos defectuosos. Añade a esto el hecho
de que la mayoría de los líderes no han alcanzado todavía su grado de madurez. Añade a
esto el hecho de que todos los seguidores cristianos también tienen pecado que mora en
ellos y la mayoría no ha alcanzado nuestro grado de madurez tampoco. Añade a esto el
hecho de que diferentes temperamentos, experiencias, dones, y llamados influyen en
cómo ciertos líderes tienden a servir, y cómo ciertos seguidores tienden a percibir ese
liderazgo; el intento genuino de servir de un líder podría ser interpretado por un
seguidor genuino como un intento de “tener control de su fe” (2 Co. 1:24). Y luego
están los líderes que son lobunos y egoístas quienes, mientras engañan a sus seguidores,
aparentan comportarse por un tiempo de manera similar a los líderes siervos.
Aun así, el Nuevo Testamento nos enseña a actuar con la debida diligencia en el
discernimiento de la aptitud de un líder cristiano (véase, por ejemplo, 1 Tim. 3:1-13).
¿Qué características buscamos en un líder que sugieren que su orientación fundamental
es el servicio semejante a Cristo? Esta lista no es de ningún modo exhaustiva, pero aquí
hay cinco indicadores fundamentales.
1. UN LÍDER SIERVO BUSCA LA GLORIA DE SU AMO.
Esto no entra en conflicto con buscar la gloria de su Maestro. Jesús dijo: “El que entre
ustedes quiera llegar a ser grande, será su servidor… así como el Hijo del Hombre no
vino para ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos” (Mt.
20:26,28). Sea cual sea su temperamento, mezcla de dones, capacidades, o esfera de
influencia, hará los sacrificios necesarios con el fin de perseguir el “progreso y gozo en
la fe” de las personas, que resulta en la gloria de Dios (Fil. 1:25; 2:9-11).
Pablo lo dijo de esta manera: “De todos me he hecho esclavo para ganar al mayor
número posible” (1 Co. 9:19). ¿Qué significaba esto para él? Significaba que en
ocasiones se abstenía de ciertos alimentos y bebidas, o rechazaba el apoyo financiero de
aquellos a quienes servía, o trabajaba con sus propias manos para proveer para él
mismo, o pasaba hambre, o vestía humildemente, o era golpeado, o estaba sin hogar, o
soportaba irrespeto dentro y fuera de la iglesia (1 Co. 4:11-13; 9:4-7). Y él decidió no
casarse (1 Co. 9:5). Todo esto antes de ser martirizado. La barra de servicio de Pablo
puede haber estado extraordinariamente alta, pero todos los líderes siervos cederán sus
derechos si creen que más serán ganados para Cristo como resultado.
Como Juan el Bautista, un líder siervo se ve a sí mismo como un “amigo del novio” (Jn.
3:29), y no se preocupa por la visibilidad de su propio rol. Él no considera aquellos con
funciones menos visibles como menos importantes, ni codicia roles más visibles como
más significativos (1 Co. 12:12-26). Él busca administrar el cargo que ha recibido de la
mejor manera posible, y gustosamente deja la asignación de los roles a Dios (Jn. 3:27).
Todos los líderes sirven solamente durante una temporada. Algunas temporadas son
largas, algunas cortas; algunas son abundantes, algunas austeras; algunas son registradas
y recordadas, la mayoría no. Pero todas las temporadas terminan. Cuando Juan el
Bautista reconoció el final de su temporada, dijo: “Y por eso, este gozo mío se ha
completado. Es necesario que El crezca, y que yo disminuya” (Jn. 3:29-30).
A veces, un líder es el primero en reconocer el final de su temporada, a veces otros lo
reconocen primero, y a veces Dios permite que una temporada termine injustamente
para propósitos que el líder no puede entender en ese momento. Sin embargo, un líder
siervo gustosamente cede su papel para el bien de la causa de Cristo, porque su
identidad y su confianza no están en su llamado, sino en su Cristo.
Así que, algunos de los regalos más grandes que podemos dar a nuestros líderes son: 1)
nuestro ánimo explícito cuando vemos cualquiera de estas gracias en ellos (soltar
nuestras lenguas), 2) tenerles paciencia en silencio cuando tropiezan (retener nuestras
lenguas), y 3) nuestro juicio comprensivo y nuestra amable retroalimentación respecto a
las decisiones que plantean preguntas y preocupaciones (refrenar la lengua). Y las tres
se pueden aplicar con la misma facilidad ya sea al hablar de nuestros líderes como al
hablar con ellos.
Si un líder necesita ayuda para reconocer el final de su temporada, que sus amigos fieles
le den un apoyo amoroso, amable, gentil y paciente, y si es necesario, reprimenda.
Pero a veces, como Diótrefes (3 Jn. 9), los defectos pecaminosos de un líder son
demasiado perjudiciales, o como Judas (Luc. 6:16), demuestran ser un lobo. A ese punto
una respuesta misericordiosa sería que los seguidores apropiados, piadosos y maduros
tomen la iniciativa servicial de reprender (Mt. 16:23), e incluso disciplinar (Mt. 18:15-
20). Sabremos que hemos llegado a ese punto porque, después de una temporada de
observación, se verá claramente que estas cinco marcas están notoriamente ausentes en
ese líder.
DEFINICIÓN DE LÍDER:
3. Vivir honestamente es tomar conciencia ante Dios de que somos sus hijos.
3. Esta definición demanda que todo líder debe tener disciplina, para tener
éxitos en la vida espiritual y en el trabajo de la iglesia.
2. Es rectitud, derecho, exactitud, imparcialidad, es ser leal con todos los que
nos rodean.
F. Sensibles
4. Los líderes que no son sensibles con mucha dificultad sienten la presencia
de Dios en sus vidas.
G. Obediencia (1 Samuel 15:22)
H. Responsabilidad
2. Es virtud que consiste en sufrir todos los infortunios de la vida sin que se
perturbe el ánimo. Es aguante, calma, conformidad, mansedumbre, constancia
tenacidad, sosiego, perseverancia, resignación, serenidad, persistencia,
voluntad y firmeza.
4. Comunicación es un proceso dinámico que debe fluir dentro del líder y los
que lo siguen, para lograr objetivos.
1. Iniciativa es dar principio a una cosa, idea que sirve para iniciar un proyecto
o principio de algo. Es decisión, impulso, ánimo, entusiasmo, fibra y
atrevimiento.
2. En un grupo de personas alguien debe tener la iniciativa, alguien debe
comenzar, ese es el líder. El debe ser ejemplo, guía y cabeza del grupo.
3. El que tiene iniciativa, busca oportunidades de servir, no espera que le
lleguen a buscar o le nombren para realizar algo.
4. Los hijos de los profetas tuvieron la iniciativa, vieron que el lugar era
estrecho, dijeron vamos y tomemos una viga. (2 Reyes 6:1-2)
5. La evidencia de un liderazgo es la iniciativa.