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JARCHAS

Tanto amare tanto amare Ben yâ sahhârâ


habîb tanto amare alba quee stá kon bi-al-fogore
enfermeron olios nidios k(u)and bene bide amore
e dolen tan male
Ven, oh hechicero:
¡Tanto amar, tanto amar, un alba que está (o: tiene) con fogor
amigo, tanto amar! cuando viene pide amor.
¡Enfermaron unos ojos brillantes
y duelen tan mal!

Mi fena ÿes li-mahtï in luhtu Ya mama tanto lebo


kon males me berey de al-wa'di de al-bugag
non me lesa moberë aw limtu da'i hagra man qati'
mama gar ke farey fa-al-qat'u fî samag

Mi pena es a causa de un hombre violento: si salgo ¡Oh madre, tanto soporto


con males me veré de promesa (y) de subterfugios!
no me deja mover o soy recriminada. Deja (permite) el romper de quien embarazado calla,
Madre, dime, qué haré. pues la separación es algo malo.

Ya mam(m)a si no lesa al-ginna Ya mam(m)a si no lesa al-ginna


allora mor(r)ey allora mor(r)ey
traïde hamrî min al-hâgib traïde el mio bino min ga'far
'asà sanarey 'asà sanarey

Oh madre, si no cesa la locura (de amor), Oh madre, si no cesa la locura (de amor),
enseguida moriré. enseguida moriré.
Traed mi vino de (casa de) el hagib, Traed mi vino de (casa de) Ga'far,
acaso sanaré. acaso sanaré.

Garide-me Yâ mamma mio al-habîbi


k(u)and mio sîdî yâ qawmu bay-sê e no me tornade
ker(r)a bi-llâh gar ke fareyo ÿâ mamma
suo al-asî me dar-lo in no mio 'ina' lesade

Decidme: ¡Oh madre, mi amigo


¿cuándo mi señor, oh amigos, se va y no vuelve!
querrá, por Dios, Dime qué haré, madre,
darme su medicina? si mi pena no afloja.

Um(m)î qi qâl li-ahûb Qultu es


'aql al-nisâ qaq(q)â yuhayyî bokel(l)a
non sabet mio qawlî hulú mitl es(e)
hubbî li-man yabqâ
Dije: 'Cómo
Madre mía, quien dijo al amigo, reanima a una boquita
'la constancia de las mujeres (es) caca,' algo dulce como eso'.
no sabe (que) mi máxima
(es que) mi amor es para quien persiste.

Árabe aljamiado: así estaban escritas las moaxajas:


CANTIGAS DE AMIGO. MARTÍN CODAX

Versión en castellano
Ondas do mar de Vigo,
se vistes meu amigo? Olas del mar de Vigo,
E ai Deus!, se verra cedo? ¿habéis visto a mi amigo?
¡Ay Dios, que venga pronto!
Ondas do mar levado,
se vistes meu amado? Olas del mar alzado,
E ai Deus!, se verra cedo? ¿habéis visto a mi amado?
¡Ay Dios, que venga pronto!
Se vistes meu amigo,
o por que eu sospiro? ¿Habéis visto a mi amigo,
E ai Deus!, se verra cedo? aquél por quien yo suspiro?
¡Ay Dios, que venga pronto!
Se vistes meu amado,
por que ei gran coidado? ¿Habéis visto a mi amado,
por quien tengo gran cuidado?
¡Ay Dios, que venga pronto!
Mandad'ei comigo,
ca ven meu amigo. Un mensaje he recibido,
E irei, madr' a Vigo que viene mi amigo.
E iré, madre, a Vigo
Comigo'ei mandado,
ca ven meu amado. Conmigo tengo un mensaje,
E irei, madr' a Vigo que viene mi amado.
E iré, madre, a Vigo
Ca ven meu amigo
e ven san' e vivo. Que viene mi amigo
E irei, madr' a Vigo y viene sano y vivo.
E iré, madre, a Vigo
Ca ven meu amado
e ven viv' e sano. Que viene mi amado
E irei, madr' a Vigo y viene vivo y sano.
E iré, madre, a Vigo
Ca ven san' e vivo
e d'el rei amigo Que viene sano y vivo
E irei, madr' a Vigo y del rey amigo.
E iré, madre, a Vigo
Ca ven viv' e sano
e d'el rei privado. Que viene vivo y sano
E irei, madr' a Vigo y del rey favorito.
E iré, madre, a Vigo.

Auto de los Reyes Magos (Fragmento conservado)


En mis días non vi a tal.
GASPAR, rey HERODES, rey y pregaré y rogaré.
BALTASAR, rey MAYORDOMO Ciertas nacido es en tierras
MELCHOR, rey SABIOS / Dos RABÍES aquel que en pace y en guerra
señor ha de ser de oriente,
GASPAR: Dios criador, ¡cuál maravilla! de todos hasta en occidente.
¡No sé cuál es aquesta estrella! Por tres noches me lo veré
Agora primas la he veida. y más de vero lo sabré.
Poco tiempo ha que es nacida. ¿En todo, en todo es nacido?
¿Nacido es el Criador Non sé si algo he veído;
que es de las gentes señor? iré, lo adoraré
Non es verdad, no sé qué digo.
Todo esto non vale un figo. MELCHOR: Val, Criador, a tal facienda
Otra noche me lo cataré. ¿fue nunca alguandre fallada
Si es verdad, bien lo sabré. o en escritura trovada?
¿Bien es verdad lo que yo digo? Tal estrella non es en cielo,
En todo, en todo lo prohío. de esto soy yo buen estrellero;
¿Non puede ser otra señal? bien lo veo sin escarno
Aquesto es y non es al; que un hombre es nacido de carne
nacido es Dios, por ver, de fembra que es señor de todo el mundo.
en aqueste mes de diciembre. Así como el cielo es redondo;
Allá iré [d]o que fuere, adorarlo he, de todas gentes señor será
por Dios de todos lo tendré. y todo siglo juzgará.
BALTASAR: Esta estrella non sé dond viene, ¿Es? ¿Non es?
quien la trae o quien la tiene. Cudo que verdad es.
¿Por qué es aquesta señal? veer lo he otra vegada,
si es verdad o si es nada. (…)
1
De los sos ojos tan fuerte mientre lorando
tornava la cabeça y estava los catando.
Vio puertas abiertas e uços sin cañados,
alcandaras vazias sin pielles e sin mantos
e sin falcones e sin adtores mudados.

Sospiro mio Çid ca mucho avie grandes cuidados.


Ffablo mio Çid bien e tan mesurado:
"¡Grado a ti, señor, padre que estas en alto!
¡Esto me an buelto mios enemigos malos!"
Alli pienssan de aguijar, alli sueltan las riendas.

2
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
y entrando a Burgos ovieron la siniestra.
Meçio mio Çid los ombros y engrameo la tiesta:
"¡Albriçia, Albar Ffañez, ca echados somos de
tierra!"

3
Mio Çid Ruy Diaz por Burgos entrava,
en su compaña lx. pendones levava.
Exien lo ver mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras son,
plorando de los ojos tanto avien el dolor.
De las sus bocas todos dizian una razon:
"¡Dios, que buen vassalo! ¡Si oviesse buen
señor!"

Poema de Mío Cid. Cantar Primero: Destierro del Cid


[El Cid, que servía al rey Alfonso VI, fue atacado por el conde García Ordóñez, un gran amigo del rey. El Cid no
pudo dejar sin vengarse el ataque y venció al conde, insultando su honor: le mesó la barba (le arrancó pelos de
la barba). García Ordóñez se puso furioso y le habló mal del Cid al rey. El rey desterró al Cid. El poema comienza
en el momento de salir de Burgos.]

1 postigo: puerta
Con sus ojos muy grandemente llorando halcón: pájaro fuerte que se usa para la caza
tornaba la cabeza y estábalos mirando: azores: pájaros fuertes (hawks); mudados: que
vio las puertas abiertas, los postigos sin candado, habían cambiado las plumas
las perchas vacías sin pieles y sin mantos apesadumbrado: muy triste
y sin halcones y sin azores mudados. me han urdido: han conspirado contra mí
Suspiró mío Cid triste y apesadumbrado.
Habló mío Cid y dijo resignado:
«¡Loor a ti, señor Padre, que estás en lo alto!
Esto me han urdido mis enemigos malos».

2 corneja diestra ... siniestra: ver una corneja (pájaro


Ya cabalgan aprisa, ya aflojan las riendas. negro) a la derecha (diestra)
Al salir de Vivar, tuvieron la corneja diestra, significaba buena fortuna; a la izquierda (siniestra)
y entrando en Burgos, tuviéronla siniestra. indicaba mala fortuna
El Cid se encogió de hombros y meneó la cabeza:
«¡Albricias, Álvar Fáñez, que si ahora nos destierran
con muy gran honra tornaremos a Castiella!»
3 entróve: entró
Mío Cid Ruy Díaz por Burgos entróve, razón: palabra
van en su compañía sesenta pendones;
salen a verlo mujeres y varones,
burgueses y burguesas a las ventanas se ponen,
llorando de los ojos, ¡tan grande era su dolor!
De las sus bocas todos decían una razón
«¡Dios, qué buen vasallo, si tuviese buen señor!»

4 saña: enojo, odio


Le hospedarían con gusto, pero ninguno osaba:
que el rey don Alfonso le tenía gran saña.
Antes de la noche en Burgos entró su carta
con gran mandamiento y fuertemente sellada
que a mío Cid Ruy Díaz que nadie le diese posada
y aquellos que se la diesen supiesen vera palabra
que perderían sus bienes y además los ojos de la cara,
y aun además los cuerpos y las almas. fuertemente sellada: enviada por el rey con
Grande duelo tenían las gentes cristianas; intenciones severas
se esconden de mío Cid, que no osan decirle nada. supiesen vera palabra: no debieran dudar
El Campeador se dirigió a su posada; acordaran: habían acordado
cuando llegó a la puerta, la halló bien cerrada, la rompiese: rompiese la puerta
por miedo del rey Alfonso, así ellos acordaran: aguijar: espolear, incitar (un caballo)
que a menos que la rompiese, no se la abrirían por nada. ceñiste: te pusiste
Los de mío Cid a altas voces llaman, vedado: prohibido
los de dentro no les querían responder palabra. glera: ribera del río
Aguijó mío Cid, a la puerta se llegaba, montaña: bosque
sacó el pie del estribo, un fuerte golpe daba;
no se abre la puerta, que estaba bien cerrada.
Una niña de nueve años a mío Cid se acercaba:
«Ya Campeador, en buen hora ceñiste espada
«El rey lo ha vedado, anoche entró su carta,
«con gran mandamiento y fuertemente sellada.
«No os osaríamos abrir ni acoger por nada;
«si no, perderíamos los bienes y las casas,
«y aún además los ojos de las caras.
«Cid, en nuestro mal vos no ganáis nada;
mas el Criador os guarde con todas sus virtudes santas».
Esto la niña dijo y tornó para su casa.
Ya lo ve el Cid que del rey no esperaba gracia.
Partióse de la puerta, por Burgos aguijaba,
llegó a Santa María, luego descabalga;
hincó las rodillas, de corazón rogaba.
La oración hecha, luego cabalgaba;
salió por la puerta, el río Arlanzón pasaba.
Junto a la villa de Burgos en la glera acampaba,
mandó plantar las tiendas, después descabalgaba.
Mío Cid Ruy Díaz, el que en buen hora ciñó espada,
acampó en la glera que nadie le abre su casa;
están junto a él los fieles que le acompañan.
Así acampó mío Cid como si fuese en montaña.

[El Cid pasa por San Pedro de Cardeña para despedirse de su mujer, doña Jimena, y a sus hijas, doña
Elvira y doña Sol.]

He aquí a doña Jimena que con sus hijas va llegando;


dos dueñas las traen a ambas en sus brazos.
Ante el Campeador doña Jimena las rodillas ha hincado.
Lloraba de los ojos, quiso besarle las manos:
«¡Ya Campeador, en hora buena engendrado,
«por malos intrigantes de Castilla sois echado! »
16 barba tan cumplida: referencia al machismo, al
«Ay, mi señor, barba tan cumplida, poder del Cid y al respeto que se le debe
«aquí estamos ante vos yo y vuestras hijas, bellida: bella
«(muy niñas son y de pocos días),
«con estas mis damas de quien soy yo servida.
«Ya lo veo que estáis de partida,
«y nosotras y vos nos separamos en vida.
«¡Dadnos consejo, por amor de Santa María!»
Alargó las manos el de la barba bellida,
a las sus hijas en brazos las cogía,
acercólas al corazón que mucho las quería.
Llora de los ojos, muy fuertemente suspira:
« Ay, doña Jimena, mi mujer muy querida,
«como a mi propia alma así tanto os quería.
«Ya lo veis que nos separan en vida,
«yo parto y vos quedáis sin mi compañía.
«Quiera Dios y Santa María,
«que aún con mis manos case estas mis hijas,
«y vos, mujer honrada, de mí seáis servida».

17
Por Castiella se va oyendo el pregón,
cómo se va de tierra mío Cid el Campeador;
unos dejan casas y otros, honor.
En ese día en el puente de Arlanzón
ciento quince caballeros todos juntados son;
todos demandan por mío Cid el Campeador.

35
Embrazan los escudos ante sus corazones,
enristran las lanzas, envueltos los pendones,
inclinaron las caras encima de los arzones,
íbanlos a atacar con fuertes corazones.
A grandes voces llama el que en buena hora nació:
«¡Atacadlos, caballeros, por amor del Criador!
«¡Yo soy Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador!»
Todos atacan al haz donde está Per Bermudoz.
Trescientas lanzas son, todas llevan pendón;
trescientos moros matan al primer empujón,
y al hacer la tornada otros tantos muertos son.

enristran: bajan
pendones: banderas o estandartes
arzón: parte de la silla
hacer la tornada: virar para atacar desde la dirección opuesta

36
Allí vierais tantas lanzas subir y bajar,
tanta adarga horadar y pasar,
tanta loriga romper y rajar,
tantos pendones blancos rojos de sangre quedar,
tantos buenos caballos sin sus dueños andar.
Oyerais a unos, «¡Mahoma!»; a otros, «¡Santiago!» gritar.
Yacían por el campo en poco lugar
mil y trescientos moros muertos, ya.

adarga: escudo de cuero


horadar: agujerear, atravesar de parte a parte
loriga: arma para defender el cuerpo, cota de mallas
rajar: romper
Santiago: santo patrón a quien los cristianos dedicaban sus batallas
El ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas, «¡Buen Cid! Pasad... El rey nos dará muerte,
llaga de luz los petos y espaldares arruinará la casa
y flamea en las puntas de las lanzas. y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja...
El ciego sol, la sed y la fatiga. Idos. El Cielo os colme de venturas...
Por la terrible estepa castellana, En nuestro mal, ioh Cid!, no ganáis nada».
al destierro, con doce de los suyos,
polvo, sudor y hierro— el Cid cabalga. Calla la niña y llora sin gemido...
Un sollozo infantil cruza la escuadra
Cerrado está el mesón a piedra y lodo... de feroces guerreros,
Nadie responde. Al pomo de la espada y una voz inflexible grita: «¡En marcha!»
y al cuento de las picas, el postigo
va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa! El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
A los terribles golpes, al destierro, con doce de los suyos
de eco ronco, una voz pura, de plata polvo, sudor y hierro, el Cid cabalga.
y de cristal, responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca, Manuel Machado
en el umbral. Es toda
ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.

Las siete partidas. Alfonso X El Sabio.


TÍTULO 31. De los estudios en que se aprenden los saberes y de los maestros y de los escolares

Estudio es ayuntamiento de maestros y escolares, que es hecho en algún lugar con voluntad y con
entendimiento de aprender los saberes, y hay dos maneras de él: la una es la que dicen estudio general, en que
hay maestros de las artes, así como de gramática y de lógica y de retórica y de aritmética y de geometría y de
música y de astronomía, y otrosí en que hay maestros de decretos y señores de leyes; y este estudio debe ser
establecido por mandato del papa o del emperador o del rey. La segunda manera es la que dicen estudio
particular, que quiere tanto decir como cuando algún maestro amuestra en alguna villa apartadamente a pocos
escolares; y tal como este puede mandar hacer prelado o concejo de algún lugar.

Milagros de Nuestra Señora. Milagro VI. El ladrón devoto


Había un ladrón malo que prefería hurtar Puso bajo sus pies donde estaba colgado,
a ir a las iglesias o a puentes levantar: sus manos preciosísimas; túvole levantado:
solía con lo hurtado su casa gobernar, no se sintió por cosa ninguna embarazado,
tomó costumbre mala que no podía dejar. ni estuvo más vicioso nunca, ni más pagado.
(...) (...)
Entre todo lo malo tenía una bondad Cuando esto le entendieron aquéllos que lo ahorcaron,
que al final le valió y le dio salvedad: tuvieron que su lazo flojo se lo dejaron;
creía en la Gloriosa de toda voluntad, muchos se arrepentían que no lo degollaron:
y siempre saludaba hacia su majestad. ¡tanto gozaran de eso cuanto después gozaron!
(...) (...)
Como aquél que mal anda en mal ha de caer, Fueron por degollarlo los mozos más livianos
una vez con el hurto lo hubieron de prender; con buenos serraniles, grandes y bien adianos;
como ningún consejo lo pudo defender metió Santa María entre medio las manos
juzgaron que en la horca lo debían poner. y quedaron los cueros de su garganta sanos.
Lo llevó la justicia para la encrucijada Al ver que en modo alguno lo podían nocir,
donde estaba la horca por el consejo alzada; que la Madre Gloriosa lo quería encubrir,
cerráronle los ojos con toca bien atada, tomaron su partido, cesaron de insistir,
alzáronlo de tierra con la soga estirada. hasta que Dios quisiese lo dejaron vivir.
(...) (...)
La Madre Gloriosa, tan ducha en acorrer, A Madre tan piadosa, de tal benignidad,
la que suele a sus siervos en las cuitas valer, que en buenos como en malos ejerce su piedad,
a este condenado quísolo proteger, debemos bendecirla de toda voluntad;
recordóse el servicio que le solía hacer. aquél que la bendijo ganó gran heredad.

Ducha: diestra
acorrer: socorrer, auxiliar cuitas: penas
serraniles: instrumentos cortantes
adianos: convenientes nocir: dañar, ofender
LIBRO DE BUEN AMOR.
SEGUNDA DAMA: LA CASQUIVANA CRUZ CRUZADA QUE SE FUE CON EL MENSAJERO

Yo, como estaba solo, sin tener compañía, Mis ojos no verán luz
codiciaba la que otro para sí mantenía: pues perdido he a Cruz.
eché el ojo a una dama, no santa; yo sentía
y cruciaba por ella, que de otro era baldía. Cruz cruzada, panadera,
quise para compañera:
Y como, así las cosas, yo con ella no hablaba, senda creí carretera
puse de mensajero, por ver si la ablandaba, como si fuera andaluz.
a un compañero mío; ¡buena ayuda me daba!
él se comió la carne en tanto yo rumiaba. Con una embajada mía
mandé a Fernando García
Hice, con el disgusto, esta copla cazurra; le rindiese pleitesía
si una dama la oyere en su enojo no incurra, y me sirviese de dux.
pues debieran llamarme necio cual bestia burra
si de tan gran escarnio yo no trovase a burla. Dijo lo haría de grado:
de Cruz llegó a ser amado,
casquivana: mujer sin formalidad en su trato con los me obligó a rumiar salvado
hombres cruciaba: se interesaba baldía: en y él se comió el pan más duz.
sentido fig., abandonada rumiar: masticar los
animales por segunda vez / fig., refunfuñar Le ofreció, por mi consejo,
cazurra: maliciosa / Basta, torpe. escarnio: burla, mi trigo, que ya era añejo,
mofa, afrenta dux: príncipe, embajador y él le regaló un conejo
de grado: gustosamente ¡el traidor, falso, marfuz!
duz: dulce marfuz: mentiroso, engañoso.

Elogio de la mujer chiquita


[Poema: Fragmento tomado del Libro de buen amor]
Juan Ruiz - Arcipreste de Hita

Quiero abreviar, señores, esta predicación Como en la chica rosa está mucho color,
porque siempre gusté de pequeño sermón Como en oro muy poco, gran precio y gran valor,
y de mujer pequeña y de breve razón, como en poco perfume yace muy buen olor,
pues lo poco y bien dicho queda en el corazón. así, mujer pequeña guarda muy gran amor.

De quien mucho habla, ríen; quien mucho ríe es loco; Como rubí pequeño tiene mucha bondad,
hay en la mujer chica amor grande y no poco. color virtud y precio, nobleza y claridad,
Cambié grandes por chicas, mas las chicas no troco. así, la mujer chica tiene mucha beldad,
Quien da chica por grande se arrepiente del troco. hermosura y donaire, amor y lealtad.

De que alabe a las chicas el Amor me hizo ruego; Chica es la calandria y chico el ruiseñor,
que cante sus noblezas, voy a decirlas luego. pero más dulce cantan que otra ave mayor;
Loaré a las chiquitas, y lo tendréis por juego. la mujer, cuando es chica, por eso es aún mejor,
¡Son frías como nieve y arden más que el fuego! en amor es más dulce que azúcar y que flor.

Son heladas por fuera pero, en amor, ardientes; Son aves pequeñuelas papagayo y orior,
en la cama solaz, placenteras, rientes, pero cualquiera de ellas es dulce cantador;
en la casa, hacendosas, cuerdas y complacientes; gracioso pajarillo, preciado trinador,
veréis más cualidades tan pronto paréis mientes. como ellos es la dama pequeña con amor.

En pequeño jacinto yace gran resplandor, Para mujer Pequeña no hay comparación:
en azúcar muy poco yace mucho dulzor, terrenal paraíso y gran consolación,
en la mujer pequeña yace muy gran amor, recreo y alegría, placer y bendición,
pocas palabras bastan al buen entendedor. mejor es en la prueba que en la salutación.

Es muy pequeño el grano de la buena pimienta, Siempre quise a la chica más que a grande o mayor;
pero más que la nuez reconforta y calienta: ¡escapar de un mal grande nunca ha sido un error!
así, en mujer pequeña, cuando en amor consienta, Del mal tomar lo menos, dícelo el sabidor,
no hay placer en el mundo que en ella no se sienta. por ello, entre mujeres, ¡la menor es mejor!

Planto por la muerte de Trotaconventos


¡Ay muerte! ¡Muerta seas, bien muerta y malandante!
¡Matásteme a mi vieja! ¡Matárasme a mí antes!
Enemiga del mundo, no tienes semejante:
de tu memoria amarga nadie hay que no se espante.

Al que hieres tú, Muerte, nadie lo salvará,


humilde, bueno, malo, noble, no escapará;
a todos te los llevas, diferencia no habrá,
tanto el Rey como el Papa ni chica nuez valdrá;

No respetas parientes, señorío, amistad;


con todo el mundo tienes continua enemistad,
no existe en ti el amor, clemencia, ni piedad,
sino dolor, tristeza, mucha pena y crueldad.

Jamás nadie de ti se ha podido esconder


y ninguno ha podido contigo contender,
la tu venida triste no se puede entender;
cuando llegas, no quieres a ninguno atender.

Dejas el cuerpo yerto a gusanos en huesa,


el alma la separas del cuerpo con gran priesa,
no está el hombre seguro de tu carrera aviesa,
de hablar sobre ti, muerte, espanto me atraviesa;

Eres de tal manera del mundo aborrecida


que, por bien que lo quieran al hombre, aquí, en la vida,
al punto que tú llegas con tu mala venida,
todos huyen de él luego, como de res podrida;

Aquellos que gustaban en vida su compaña


aborrécenlo muerto, como a una cosa extraña,
sus parientes y amigos, todos le tienen saña,
todos huyen de él, como si fuese araña;
(...)
Haces al que es muy rico yacer en gran pobreza:
no tiene ni una blanca de toda su riqueza,
el que en la vida es bueno y de mucha nobleza
es hediondo en la muerte y lleno de vileza.

No se encontrará un libro, un escrito, una carta,


hombre sabio ni necio que de ti buen departa;
nada existe en el mundo que bien de ti se parta;
excepto el cuervo negro que de ti, muerte, se harta;

Señores, no queráis ser amigos del cuervo:


temed sus amenazas y no cumpláis su ruego.
El bien que hacer pudiereis hacedlo luego, luego,
que moriréis mañana, pues la vida es un juego:
(…)
Los ojos que eran bellos, los vuelves hacia el techo
y, de pronto, los ciegas, ya no son de provecho;
enmudeces el habla, enronqueces el pecho,
en ti todo es maldad, pesadumbre y despecho.

El oír y el oler, el tañer, el gustar,


todos cinco sentidos los vienes a tomar;
no hay nadie que te sepa bastante denostar.
¡Cuánto mal de ti dicen donde llegas a entrar!

Olvidas la vergüenza, afeas la hermosura,


marchitas toda gracia, ofendes la mesura,
debilitas la fuerza, trastornas la cordura,
tornas lo dulce en hiel con tu mucha amargura.
(…)
¡Ay, mi Trotaconventos! ¡Leal amiga experta!
En vida te seguían, mas te abandonan muerta.
¿Dónde te me han llevado? Yo no sé cosa cierta;
no vuelve con noticias quien traspone esa puerta.

EL CONDE LUCANOR
DE LO QUE ACONTECIÓ A UN HOMBRE
CON LA GOLONDRINA Y CON EL PARDAL

Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, de este modo:

- Patronio, yo no puedo excusar de ningún modo entrar en contienda con alguno de los dos
vecinos que yo tengo; y acontece que el más vecino a mí no es tan poderoso, y el que es más
poderoso no está tan vecino a mí. Y ahora ruégoos que me aconsejéis lo que haga en esto.
- Señor conde – dijo Patronio – para que sepáis lo que más os conviene para esto, estaría bien
que supieseis lo que aconteció a un hombre con un pardal y una golondrina.

El conde le preguntó cómo había sido aquello.

- Señor conde – dijo Patronio – un hombre estaba delicado de salud, y sentía gran enojo con el
ruido de las voces de las aves; y le rogó a un amigo suyo que le diese algún remedio, ya que
no podía dormir por el ruido que hacían los pardales y las golondrinas. Y aquel amigo suyo le
dijo que de todos modos no le podía desembarazar, mas que él sabía un encantamiento con
el que lo desembarazaría de uno de ellos: o del pardal o de la golondrina. Y aquel que estaba
delicado de salud respondióle que la golondrina da mayores voces; pero, porque la golondrina
va y viene y el pardal mora siempre en casa, antes se querría tener que acostumbrar al ruido
de la golondrina, que, aunque es mayor, va y viene, que al del pardal, que está siempre en
casa.

Y vos, señor conde, aunque aquel que mora más lejos es el más poderoso, aconséjoos yo
que entréis en contienda antes con él que con el que está más cerca, aunque éste no sea tan
poderoso.

El conde tuvo éste por buen consejo, y obró así y le salió todo bien.

Y porque a don Juan le gustó este ejemplo, hízolo poner en este libro e hizo estos versos que dicen
así:
Si en alguna contienda te tienes que meter,
busca enemigo lejos, aunque tenga poder.

"Enxemplo XLIV
de lo que contesció a un homne que se fizo amigo et vasallo del Diablo"
Fablaba una vez el conde Lucanor con Patronio, su consejero, en esta guisa:
-Patronio, un homne me dize que sabe muchas maneras, tan bien de agüeros como de otras cosas, en cómo podré saber las cosas que son por venir et cómo podré fazer
muchas arterías con que podré aprovechar mucho mi fazienda, pero en aquellas cosas tengo que non se puede escusar de haber y pecado. Et por la fiança que de vos he,
ruégovos que me consejedes lo que faga en esto.

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