El autor plantea como cuestión más fuerte la situación que se da al no
estar dejando a la escuela ser escuela. Paralelamente, no se están
aplicando a las otras instituciones de la sociedad los mismos requisitos “de eficacia y de eficiencia” que pesan sobre la institución educativa. Deberíamos reclamar calidad a la institución educativa, sólo si le reclamamos eficacia y eficiencia al resto de las instituciones de la sociedad.
La escuela es el terreno y en el campo de lo social hay múltiples
instituciones. Para que la escuela pueda ser la escuela es necesario descargarla de algunas exigencias que están cayendo dentro de la institución educativa cuando deberían ser repartidas en otras instituciones.
Sobre la escuela llueven pedidos que no puede responder la escuela,
sobre los directores también, los docentes se ven acosados por demanadas a las que no pueden dar respuesta.
La manera de despejar el terreno no es una pelea en el interior de la
escuela, sino que es una pelea que implica salirse de la escuela para integrar otras instituciones.
• “…no hay ningún otro factor de la sociedad que esté sometido
a esta relación unívoca y esto implica entre otras cosas, irse a la exogamia…”
En el punto a) se planteó el problema que plantea el autor acerca de
la función específica de la escuela y su diferencia con el resto de las instituciones sociales. El mismo nos dice que sobre la escuela llueven pedidos que no puede responder la escuela. Y la manera de de despejar el terreno no es una pelea en el interior de la escuela, sino que es una pelea que implica salirse de la escuela para integrar otras instituciones.
Por lo tanto, hay que salir de la escuela, correrse del círculo
endogámico que hace que los docentes pasen la vida dentro de una misma institución. Teniendo en cuenta que “no hay ningún otro factor de la sociedad que esté sometido a esta relación unívoca y esto implica entre otras cosas, irse a la exogamia”, recurrir también a otras instituciones; exige una nueva formación que asegure que todos podamos pensar en el mundo.
• “…desde la exogamia tenemos que construir espacios de
legitimación y esto solo se construye con la práctica…” Lo que hace falta construir son espacios de legitimidad, revirtiendo varios años de mala praxis. Esto se construye recuperando primero la dignidad del saber experto, es decir recuperar un lugar en que los educadores se vuelvan a convencer de que tienen cabeza. Para correrse de la mediocridad se tiene que ser exogámico. Desde la exogamia se tienen que construir espacios de legitimación y esto sólo se construye desde la práctica. Esto no se construye desde la interpretación. Se tiene que ser lo más interdisciplinario posible para construir un saber sobre ella, recurriendo a muchas fuentes, disciplinas y perspectivas para poder entender lo que pasa.
• “…el día que nos olvidemos de usar los intersticios, o
terminemos reproduciendo en el intersticio la rigidez de la trama, ese día habrán acabado con nosotros como actores sociales…” Los teóricos del derecho dicen: lo más importante de la ley es el intersticio que tiene su trama. Porque esto da lugar a que otro la interprete. Ahora bien, sin trama no hay intersticio, no hay interpretación posible, no hay sentido posible a construir. “…el día que nos olvidemos de usar los intersticios, o terminemos reproduciendo en el intersticio la rigidez de la trama, ese día habrán acabado con nosotros como actores sociales, ya que las instituciones educativas son las depositarias del deseo y del pedido de que sean ellas las que construyan la posibilidad de la existencia del lazo social por su intervención en el proceso global de institucionalización de la sociedad.