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XUL signo viejo y nuevo

REVISTA D EPOSÍA

No 3 $ $15.000.-
XUL
signo viejo y nuevo
REVISTA D EPOSÍA
N° 3 diciembre de 1981 COLABORAN EN ESTE NUMERÓ :
Arturo Carrera, Emeterio Cerro, Javie r
Cófreces, Roberto Ferro, Miguel Gaya ,
Jonio González, Marcela Grad, Laura
Maciel, J . S . Perednik, Susana Poujol ,
SUMARI O
Angel Rivero, Nahuel Santana y Nor a
Viate r

Editorial 3 CONSEJO DE REDACCIÓN :


Roberto Ferro, J . S . Perednik y Nahue l
Santana .
Poemas 4 Horacio Quirog a
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN : J . S . P.
Una Poética Posible 7 Roberto Ferr o
ILUSTRACIONES :
Grafías de Mirta Dermisache .
E! Haik u 15 Roland Barthe s
EDITOR :
Jorge Santiago Perednik .
El Haiku Japoné s 21 Angel River o
Registro de la propiedad intelectua l
en el siglo XX Fernando Rodriguez Izquierd o en trámite . Hecho el depósito qu e
marca la Ley 11 .723 . Lo sartículo
firmados son responsabilidad de sus
Tejidos Esponjosos 29 Arturo Carrer a autores y no reflejan necesariament e
la opinión de la revista . Lo sartículo
no firmados son escritos por el Conse-
Poemas 34 Susana Poujo l jo de Redacción . Se permite la repro-
ducción de textos por cualquier me -
dio a condición de citar el nombre
Poemas 37 Emeterio Cerr o
del autor correspondiente y el de l a
fuente y enviar dos ejemplares de l a
Poesía Medieva l 41 Nahuel Santan a publicación a XUL . Correspondencia ,
cheques y giros a nombre de Jorg e
Galaico-Portuguesa Santiago Perednik / Casilla de Corre o
1 .79, Sucursal 53 / (1453) Bueno s
Aires / Argentina . Composición e n
La Danza del Ratón 48 frío : Ricardo Montiel - Tel . 244-8833 .
Impresión : Gráfica Pinter - Talcahuan o
281 - Capital .
Poemas 49 Javier Cófrece s

Omisiones y Erratas : en algunos ejem-


Poemas 50 Jonio Gonzále z plares del N o 2 se omitió mencionar a l
traductor de los poemas de P. P . Paso-
lini : Rodolfo Alonso . Por error dic e
Poemas 50 Miguel Gaya Heraldo de Campos en lugar de : Harol-
do de Campos .
Editoria l

¿Qué quieres decir con éso? -dijo severament e ¿Qué quieres decir con éso?- dijo severamente la Orug a
la Oruga- iExplícate ! iExplícate !

Comenza ndo el tercer número, XUL cree que las 140 pági- Generoso para el tiempo de la discusión pero reacio a doble -
nas editadas permiten algunas definiciones, muy amplias toda - garse ante los vicios que la simulan o la coartan, XUL --con s u
espíritu carnoso al frente-- mira a los ojos del lepidóptero ( a
ras del suelo, por supuesto) y le muestra el ombligo, no con i
XUL descree de las declaraciones estéticas revolucionarias . de coraje . ndiferca,somgt
5i rechaza el signo viejo es sólo en cuanto se opone a ser reno -
vado . Si procura el signo nuevo es sólo en cuanto necesario . Eso no está bien ( . . .)- dijo la Oruga .
XUL ha elegido llamarse Signo viejo y nuevo . En correspon- -No del todo bien, temo- dijo tímidamente Alicia- algu-
dencia con la naturaleza del poema (de la lengua), viejo y nue- nas palabras están cambiadas .
vo ala vez . - Está mal desde el principio hasta el fin dijo decidida -
mente la Oruga . Y se hizo el silencio durante algunos minutos .
XUL reniega de adjudicarse una posición de vanguardia, n o
por rechazar las corrientes poéticas renovadoras, sino po rlas Luego XUL miro el campo de la cultura .
connotaciones que esta palabra encierra . XUL no quiere esta r iLangostas y bicheras, todo junto!- dijo alarmado, mie
delante (vanguardia) ni detrás (retaguardia) sino dentro la cumbrera se derrumbaba poniendo en riesgo su vida . ntras
.Pret ndercaminar delante,yporl tanoquelosdemáslosigan , Un peón sin bombachas se le arrimó .
además de ser falso y presuntuoso, encubre una ideología d e iDon XUL, han requisado hasta legua! dijo v.-iEstand e
dominación que XUL repudia explícitamente . Por lo demás , lo que se ve es dificil que lo conchaben por aquí . Y dicen po r
una revisión histórica de la actividad poética muestra que lo s lo que no se ve que vamos quedando pocos .
juegos de poder entre las distintas corrientes que se pretendie- AI oir el alboroto se acercó Don Nasif, el turco dueño de i
ron dueñas de la verdad han sido ilusorios . En poesía (en arte) , mercadito nombrado últimamente Juez de Paz .
mientras dure la etapa histórica, la meta está en el camino y Ustedes hablan de desolación - les recriminó- pero XU L
la verdad tiene forma de discusión en la que participan quiene s existe . Y no es el único .
renuevan los argumentos . ---Si- dijo Martin Fierro, mir ando hacia la partida --en m e
dio de las ruinas también puede crecer un xul, y éso no niega e l
iAaargumentos! -dijo XUL . Y agregó : "hay argumento s derrumbe .
y argumentos" teniendo la convicción de que, aun siendo con-
trario a muchos, la diversidad es la mayor de las riquezas y qu e ¿Qué quieres decir con é . . .?-- No terminó de deci rla
la uniformidad anticipa el reino de la muerte, quizás el último . Oruga, que se convirtió en crisálida .

3
HORACIO QUIROG A

Poema s

El juglar trist e

La campana toca a muert o


en las largas avenida s
y las largas avenida s
despiertan cosas de muertos .

De los manzanos del huert o


penden nucas de suicidas ,
y hay sangre de las herida s
de un perro que huye del huert o

En el pabellón desiert o
están las violas dormidas ;
las violas están dormida s
en el pabellón desierto !

Y las violas dolorida s


en el pabellón desierto ,
donde canta el desaciert o
sus victorias más cumplidas ,
abren mis viejas heridas ,
corno campanas de muerto ,
las viejas violas dormida s
en el pabellón desierto .
4
Mi palacio de inviern o

En casa había belladon a


nuez vómica y pulsatilla ;
en forma de varill a
conteníalas una redoma .

Y esa manzana pom a


había sido elogiada en la gacetill a
de un diario . Y la gente sencill a
re ase de esa pueril poma .

Los enfermos, sin embargo, con esa débil sonris a


en que su voz de haber sido se exterioriz a
como una melancolía que alcanza a ser plegaria ,
saben el secreto de la larga vigilia solitaria ,
en que el recuerdo de un largo contacto de rodill a
vale menos que una !eve toma de pulsatilla .

Lemerre, Vanier y Ca .

Bajo la curva, la noche plomo ;


sobre el aliento, vapor de brom o
ata en el cuello fino calambr e
con invisible, rígido alambre .
Por la ventana que está entreabiert a
la luna muestra su faz de muerta ,
desfigurando, tras los cristales ,
algunas piedras filosofales .
Se angustia el vientre de los crisole s
en la insistencia de los alcoholes ,
y gime en finos ruidos distante s
como murmullos subcrepitantes ,
Sobre los bordes de la campan a
suenan las cuatro de la mañana .
Los negros perros, estremecidos ,
lanzan al aire largos aullidos .
Chirrían los goznes de modo adust o
y a la ventana se asoma un busto :
como los muros - en línea recta -
la Luna en negro disco proyect a
sobre la albura del macadam ,
como un curvado, trágico escollo ,
la calva frente de Claudio Froll o
bajo la sombra de Nôtre-Dame.
Colore s

Era una rosa que tenía nueve colores, y el primero d e


éstos era un aguijón para los malos hombres .

Azul-Violado-Gris- Rojo - Verde-Oscuro-Blanco-Perl a


-Lila .

No era menester que fuera . Dado que la primer


a pal bra es en sí precisa, hubimos de meditar todo aque l
largo día sobre nuestra pretérita aspiración, --siempr e
esperado por ellos, buenos o intranquilos- para un a
dolencia que, en verdad, supo ser inmotivada, a un a
hora en que las ojeras están fatigadísimas, por un an-
gosto valle de silogismos donde no fuera sensato dete -
ner la marcha .

Mis negras culebras . . -

M : negras culebras dormían sobre la alfombra ; y l a


intranquilidad que de pronto se apoderó de ellas lle-
gó a mis trémulas historietas, donde el llanto po r
emociones pasadas consiguiera nuevos triunfos .

La agitación de las finas bestias cobró fama de un des -


velo ; la seda de sus pieles aquietó pausadamente e l
nervioso moaré y, ya de rodillas ante ellas -en el si-
lencio de la gran sala-- sus ojos de vidrio trasluciero n
el paisaje de su inquietud, bajo la tienda de un jefe d e
rebeldes : -los espejismos crepusculares danzaban e n
el horizonte extrañas geometrías . Y una luna enorm e
surgía, tambaleándose . Y sobre el insomnio de las ne -
gras culebras que no supieron conservar tu manto, e l
silencio pudo ser llenado con el chocar de tu cadenilla ,
Salambó, Salambó !

Comenzé a escribir . . .

Comencé a escribir y a dibujar : -fue un pasaje de l


año anterior, un éxodo de sueño-ensueño que vagó ,
flotó, tremuló, llevando así en una carne de novia ,
hostil y enferma, toda la negligencia de mi inverosimi-
litud .
Fue una intuición de gloria : iarrodíllate !
Fue una desventura : ino me olvides !

6
Este trabajo es una elaboración teórica acerca de la produc-
Roberto Ferro ción poética de Nahuel Santana y Roberto Ferro . E
I metadiscurso se genera a partir de un doble espacio que debe ser es-
cindido a priori para definir claramente el lugar desde el que s e
lo emite . Hay un primer movimiento que apoya y provoca l a
producción poética : el proyecto, la investigación, la búsqued a
que deviene en una serie de pautas distintas del otro : el corpu s
UN A poético producido ; entonces ambos deben ser diferenciado s
como procesos de orden distinto .

POÉTIC A Cualquier especulación acerca del discurso literario deb e


considerar junto a su objeto la metodología a seguir para s u
conocimiento . Se trabaja a partir de productos definitivos e n
POSIBLE tanto que objetos terminados y en ellos se indagan lo
s intomas que permiten develar el si tema de produc ión de signif-
caciones, la matriz desde la cual se pone en movimiento y fun-
ciona la escritura . Entonces la metodología supone la conver-
gencia de ese doble espacio : en definitiva desde el proyect o
poético, desde esta poética posible que se irá mostrando en e l
desarrollo dei trabajo se interrogan los textos .

El objeto propuesto son textos literarios -caracterizado s


coma poesía de acuerdo a la tipología tradicional- y se lo s
considera una producción que surge de acuerdo a una realida d
histórica y bajo consideraciones que impone el nivel ideológic o
dominante de la formación social en que se genera . Esta defi-
nición contempla asimismo el hecho de que estos textos está n
integrados en una tradición literaria que codifica una serie d e
normas especificas y que además se inscriben en un camp o
intelectual que les sirve de marco contextual inmediato .

Las formas y procedimientos que son propios de la escritur a


analizada son en muchos casos similares a los manejados po r
otras expresiones poéticas actuales aunque dentro de linea s
conceptuales disímiles . La diferencia se da en que esas forma s
y procedimientos se articulan en orden a una matri zideológca
totalmente distinta que apunta a llevar a limites de contradic-
ción el sistema del que surgen como productos, hasta un punt o
de flexión tal que permita marcar y aflojar los esquemas qu e
han servido de patrón á gran parte de la producción poétic a
contemporánea .

El espacio producido por esta escritura tiende a mostrar u n


desplazamiento que tiene coma vector inicial una concepció n
material incluso artesanal de la escritura, que se apoya en l a
idea de posesión social del lenguaje, considerando el trabaj o
poético como una práctica social, específicamente como un a
producción de significaciones .

Todo ello se revela en el tratamiento de las palabras com o


objetos y en la especial topografía que se compone sobre l a
hoja que se funda en la ruptura de la relación significante -
significado como si el primero fuese una traducción del segun -
do, llevando la polisemia del discurso poético fuera de la re d
de significaciones que la ideología dominante organiza en l a
lengua .

La tipografía del poema se da ante los ojos como un acon-


tecimiento a ver antes que a leer . Lo dado en primera instan-
cia no es un texto pues hay una diferencia constitutiva que n o
se fee sino que se ve, esta diferencia provoca significacione s

7
antes de que las diversas partes del discurso formen frases legi-
bles, corno si un espesor de otro orden clausurase y abriera u n
espacio de sentido que no es discurso . Fl blanco de la hoj a
y las marcas de la tipografía conforman una figura visual cuan -
do el discurso aún no es texto .

A pesar de que cada poema es un hecho único en el que la s


formaciones visuales en la hoja dependen de necesidades difí -
cilmente repetibles se pueden distinguir algunas constantes :
a) el cuerpo del poema ocupa una determinada posición en l a
hoja que no depende de un encuadre uniforme sino que básica -
mente es una acontecimiento distinto cada vez que se da a l a
vista corno objeto visual ;
b) las líneas se extienden o quiebran dando paso a figuras frag-
mentarias que conforman en su conjunto una estructura defini-
da que surge del contraste entre blancos y negros ;
c) las palabras destruyen a menudo los espacios convenciona-
les alargándose o quedando verticales o cruzadas .

El poema se ofrece a la mirada como un objeto visual ante s


que un texto para la lectura, provocando al ajo para que or-
ganice un punto de vista frente a una figura que no es aún dis-
curso sino una composición que se constituye en el espacio d e
la hoja .

Cuando el ojo reconoce las unidades lingüísticas, cuando lee ,


existe ya una carga de significación producida . La mirada inda-
ga el texto, la palabra, el lenguaje articulado en discurso, y e l
objeto de esa indagación es una exteriorización visible que s e
mueve entre dos funciones ; significa como objeto concreto e n
tanto que figura y significa como elemento dentro del discurso .
Esta escisión hecha explícita de manera tan tajante lo es sólo a
los efectos del análisis pues la producción de significaciones s e
da como fusión de ambos aspectos .

La marca, lo visible no es sólo una representación de apa-


riencias que trasladen la locución de otro sino algo más denso
que provoca significaciones no sólo por tránsito a través de u n
código .

El blanco acompaña los tipos, las palabras, los signos, la s


figuras . El blanco es objeto en cuanto que forma parte de un a
composición visual . Y el blanco es el silencio en el texto . El si-
lencio como contrario del discurso . El blanco ocupa los espa-
cios entre las palabras situándolas como entidades separadas o
integrándose a ellas cuando la lectura produce sus significacio-
nes . El blanco, el silencio, ese vacío, constituye el punto inicia l
de la lengua, nos expresamos a partir de la separación que pro-
vocamos al distinguir un objeto de todo lo demás, sólo enton-
ces significa en tanto que ente autónomo y es entonces cuand o
se pone en movimiento el problema del conocimiento a travé s
del lenguaje .

En los textos poéticos analizados no se apunta a descubri r


la opacidad de la referencia, del contenido dado por otro a
través del signo, lo que importa es que el signo, la marca es e l
objeto desde el que se producirá el conocimiento, el saber po r
el trabajo de lectura .

Ello no importa deslindar realidad y lengua, todo lo contra-


rio, ya que la lengua se produce en el seno de una formació n
ft
social y todos sus significados dependen de ella ; lo que busc a discurso de un autor", es decir un objeto que ha sido cread o
esta escritura es deconstruir el circuito que impone significa- por un individuo ; y le otorga la especificación principal de qu e
ciones preestablecidas . es allí donde se expresa mejor que en ninguna parte "la pur e
verdad interior" .
En definitiva la producción poética que estamos analizand o
apunta a que las significaciones se den por conocimiento y n o Verdad interior que aparece corno un ente distinto de l a
como reconocimiento de contenidos definidos a priori . lengua que lo transporta y que además se desmerece con es e
comercio, que tiene título de propiedad en tanto esos senti-
En este tratamiento de las palabras privilegiando el signifi- mientos son del autor que los hace residir en lo profundo d e
cante como tal y corno objeto visual a la vez no hay descono- su ser o los recibe por algún don inefable . Sentidos que el le
cimiento de la carga semántica que arrastra cada una indivi- ctordebintarlcnz,auqesbúudaprecsim-
dualmente ; sino que teniendo en cuenta que el proceso de pro- pre como inconclusa .
ducción de significaciones se organiza de acuerdo a las direc-
ciones de las ideologías dominantes, que cristalizan o des- Postular que la producción poética es un proceso que est á
plazan la red de sentidos adecuándolos a sus prioridades, s e integrado dentro del marco de toda la producción global d e
busca que la escritura produzca una transformación que devel e la sociedad que la genera ; postular ademas la propiedad socia l
ese proceso . del lenguaje, negando asimismo al autor como sujeto propie-
tario de los sentidos del discurso establece que las significa-
Ningún significante solo produce significación, su articula- ciones de la escritura son producidas por el lector en una acti-
ción es lo que pone en movimiento el sentido . Ninguna palabr a vidad que podemos definir como trabajo de lectura .
refiere un dato o fenómeno sino una perspectiva acerca d e
ellos . Entonces la relación entre el sistema significante y e l El trabajo de lectura de un texto es la producción de signi-
armazón de significación aparece como arbitrario solo en s u ficados que elabora un lector por elección de sentidos . Est e
génesis, ya que de acuerdo a las direcciones dominantes de l a proceso es complejo y pare descubrirlo es preciso analizarlo e n
formación social se establece la perspectiva del uso común de l dos aspectos :
significado . 1) El aspecto que constituye la relación que se establece entr e
el lector y el texto desde la perspectiva interna del lector, dis-
Todo lo referido se apoya en la concepción de que una so- tinguiéndose tres niveles distintos :
ciedad utiliza la lengua para comunicar unificando la expe- a) ideológico : considerando la ideología corno la representa-
riencia común de los sujetos ; pero la unifica estratificándol a ción de la relación imaginaria de los individuos con sus condi-
en orden a una ideología . Por lo tanto, con la lengua no se pr ciones de existencia, su función es la de estructurar en el plan o
significación más que remitiendo de un significado a otro,oduce imaginario un discurso relativamente coherente que sirva d e
tejiendo una red significable que determina los limites de l o soporte a lo vivido ;
que los individuos que forman una sociedad pueden significa r b) simbólico : es decir la relación con otros sistemas de repre-
con esa lengua . sentación, considerando simbólicas a las formas expresivas y
comunicativas que son utilizadas por el hombre desd e
Es en este punto de flexión donde la producción poétic a pud
asn o remoto y presentes aún en muchos aspectos de la vida coti-
analizada inscribe la necesidad de privilegiar las palabras com o diana . Se originan en situaciones analógicas y por transferenci a
objetos, para moverlos en un espacio distinto y romper la es- de hechos, de imágenes, de relaciones de los que son casi siem -
tratificación previa desplazando esas remisiones hacia relacio- pre transcripción metafórica y que se inscriben en el incons-
nes que provoquen la multiplicación de sentidos . ciente moviéndose en un ámbito irracional, hecho que no s
lleva a diferenciarlo de las formulaciones racionales como la s
El desplazamiento se genera entonces a partir de l que se transmiten en el lenguaje común ; se los puede tipifica r
atransformacióndeldiscursoenobjeto,buscandounaconfiguració n como representaciones arquetípicas ;
plástica sobre el blanco de la hoja que provoca significaciones c) psicológico : nivel en el que se considera la actividad cons-
en tanto que objeto concreto manejado como un materia! e n ciente y !as manifestaciones de orden inconsciente que se ge-
sí mismo y no sólo como elemento de un discurso que es sign o neran en la vida de relación . Pasado individual, personalidad ,
de la locución de otro, Este desconcentramiento apunta a l a elementos que significan el registro individual e irrepetible de l
ruptura del circuito poético tradicional . El texto, las signifi- lector .
caciones que se tejen a partir del discurso se darán no como l a 11) El aspecto contextual que analiza la circunstancia en l a
búsqueda de una significación definida o definitiva sino com a que el lector realiza el trabajo de lectura, distinguiéndose do s
algo inquieto y en constante relación con el contexto social e niveles diferentes :
histórico . a) relacionado con la lengua ;
a l ) referido a la experiencia del lector como usuario del len -
De lo expuesto se deduce un rechazo al concepto de la e guaje común al texto :
xpresiónd tmienosatrvédelascritu,yalreduc- a 2 ) el que tiene que ver con su experiencia con textos similares ;
ción del discurso poético al nivel de la intercomunicación per- b) relacionado con el ámbito social e histórico ;
sonal y significa esencialmente formar conciencia de que l a b ) que considera el contexto histórico del lector y s
idea del autor como dios o de la inspiración como originari a ; usitacóneél
en el espíritu, no son más que determinaciones de una ideolo- b 2 ) que considera la circunstancia histórica de la sociedad e n
gía que privilegia el discurso poético a partir de que es "el la que este inscripto el lector ;
Las elecciones que genera el lector no son estáticas, por l o
tanto no son determinables causalmente, ninguno de lo
sel mentosdescriptose táaisl dot dose tablec ne tresíun a
compleja red de relaciones . El sentido es producido por inte-
racción dialéctica entre lector y texto por la situación históri-
ca y social en la que se da la lectura . Los niveles descriptos so n
abstracciones a los fines del análisis pero no se dan solos ni s e
los puede pensar el uno sin el otro .

otro .

Detenerse en la descripción del proceso de lectura tiene co-


mo objetivo plantear que la escritura analizada se produc e
apuntando a ese proceso, desechando de plano la posibilidad d e
convertirse en simple conductor de emociones o expresión d e
contenidos separados del objetivo producido .

Puestos en relación estos elementos : la escritura como obje-


to producido por un sujeto que trabaja con la lengua que e s
una propiedad social, sin escapar a las determinaciones de la s
demás producciones de la sociedad en la que está inscripto ; y
al lector como sujeto que realiza en la lectura la producción d e
significaciones el circuito habitual es llevado a limites de con-
tradicción que permiten desestabilizar la matriz ideológica qu e
oculta en su funcionamiento una lógica de base que se enmas-
cara aceptando cambios y rupturas en tanto y en cuanto s e
respete su unidad esencial que es la que se intenta desarticular .

Queda por tratar el régimen de relación que este corpus poé-


tico mantiene con su situación histórica . Estos textos poéticos
se proponen como una transformación, como un desplaz
amientodlasfuncioeq ntgraeldiscuopéti rad-
cional ; más allá de las posibles relaciones inmediatas entre he-
chos y textos está la idea de romper con el circuito de integra-
ción ideológica en el que se mueve gran parte de la producció n
poética actual .

En general, la producción poética de Nahuel Santana y Ro-


berto Ferro sigue lineas de desarrollo que convergen sabre l o
expuesto, pero más allá de las formas y procedimientos comu-
nes existen algunas particularidades expresivas que define n
gestos diferentes .

Los textos analizados están en los antípodas de cualquie r


neorromanticismo, también se hallan lejos del surrealismo qu e
pone el mundo como si fuera un criptograma que debe ser in-
terpretado de acuerdo a un código esotérico . Para estos texto s
no existe un conjunto de contenidos eternos a comunicar, s e
trata a la escritura como una producción social que se gener a
en el marco de una formación global estructurada en orden a
un modo de producción determinado ; ése es el núcleo de s u
articulación con la realidad material e histórica 2 .

1. Ver notas bibliográficas en "Apuntes para un trabajo de lectura" ,en


Revista Problemática y Difusión de la Nueva Literatura Argentina ,
N o 1 , Bs . As ., 1979 .
2. Los textos que acompañan este trabajo pertenecen al corpus poético
elegido como objeto de análisis que comprende por N .S . los libro s
inéditos Barra 79, Letra Sol (-)o Letra y Hombre A( ) -penas
Hombre . Por R .F . a Trazos ( Botella al Mar, Bs . As ., 19781, y producció n
poética posterior (inédita) .

10
El queda enmarañado
reso . . .op En la /79, trabajador sobreviviente recuerda :

de la urdimbre
no podrá zafars e Salió del trabajo
de la intrig a sin sabe r
tejida con palabra s por dónd e
y sus rasgos habría de entra r
multiplicand o a este "free shop" del mied o
el text o que algunos ven llegar
la textura y aprietan dentro suyo :
la propia densidad , el puño el ojo el pensamiento, y las palabras . . .
de estar presente, hasta que ya no existen .
no escap a
la derrot a Pero los más
ni este confuso rito que le abraza . como é I
- sin dudas-
Ella, creciero n
sabe dejarl e con los ojo s
(' ) sol o tan abierto s
manipular que las balas pasaron sin golpea r
las Iínea s sus retinas
tesa r fueron un cuadernari o
los terminale s los recuerdos :
mas (' ) el sueno de la madre
mas (' ) una mirill a
hasta . . . a(h)-presarse él mismo . abierta
por las noche s
su mujer aguardaba
Escritura 11 cada esper a
los hijos, solamente ,
reposaba n
por ell a
Nahuel Santana aún regresa
la memoria del hombre ,
el polvo detenido sobre el tiempo ;
porfiadamente vuelve
se detiene nos mira se sonrí e
nos pregunta
y avanza -
con nosotro s
por nos -
(Y)
-otros
acerca la mañana .

07/12/79 - 16,10 Hs .
Buenos Aire s
Nahuel Santana
H

Sentir( )-Io ido Sentir


en lo previ o lo que mient o
y el presente -Pedregullo--
que( ) hundiéndome . . .
ha sido (?) . el zapato .

En la unidad Derecho .
(I'-)intern a Estado -
noche Y mod o
adentro : de sabe r
orificio grieta grut a que(' )-mar
que recorremos caíd o
sin encontra r quemad o
- el fi n adentro
de uno
El fin - u otro
-a l mism o
present e pervive .
"Gallina de los huevos de or o Present e
que como que se adhiere
febo se asoma" . (y )
Candente no se quit a
realidad del cuerpo
de la que nadie arriesg a ni los ojos .
sabiendo el resultad o
aún seguimos estando-- : Sin que( ' ) -
"Suban las barrera s -dar
para que pas e má s
la parca que la tensión
vibrante
y nadie vea" .
cuerd a
Uno vuelve que corona
a sentirs e (y abdica )
a sentars e o calla .
a saltarse
a soltarse
y no pued e
n iañor Nahuel Santan a
ni olvidar
la realida d
de lo que puede se r
vivid o
desde adentro,
decía
- sin olvidar los resto s
que son sumos . NOMENCLADO R
H . Sentido
Nahuel Santana 1 : Sentimient o
un
fragmento
el idilio entr e
la mirada y la llanur a

sombras que desnudan iluminacione s


repentinas apariciones simultánea s
bamboleantes enloquecidas voland o
haci a
artesanos nuevo s
distintos profundos

por el encuentr o
repetid o
cad a
vez
en la piel del sentid o
y el eco voluntari o
de los ojos .

Roberto Ferr o

La sola permanencia cieg a


apenas
repetiría
el disfraz ilusori o
canjearía la efímera parábol a
del sonid o
por una quieta representació n
de maquillaj e
sobre el plan o
si
volviera la mirad a
el juego perfect o
de la multiplicació n
establecería
al fin la derrot a
del tiempo
el estallido en mil pedazo s
de la verdad establecid a

fundar la poesía en la mirad a


es
multiplicar el eco repetibl e
siempre distinto
cada vez .

Roberto Ferro

13
una griet a
ha cribillad o
el desierto blanco
desafiand o
su pode r
que eslabona
los silencios
desde todos los confines
amenazand o
estrangula r
cada traz o
hasta ocultarl o

una tenaz porfía


en la llanur a

solo la luz
acompaña
tamaño
atrevimient o

una delgada columna de hollín


batiéndos e
a muerte
con un ejército bruñido de silenci o

sólo la luz
detendr á
su aniquilació n
su muerte por aplastamiento
en la bruma poderos a

sólo la luz
que en tus ojos
repite
el desafío .
Roberto Ferr o

Piens o
en un pin o
en la sombra de un pino erguid o
en la mirada hacia la sombra de un pino erguid o
Y
escrib o
una sombra de un pin
o ove
que es una sombra de un pin o
instalada en la hoja por los signo s
piens o
que una sombra es lo inverso de la luz a través d e
le o
una sombra de un pin o
pienso
es la multiplicación iluminad a
de todos los pino s
en todas las mirada s
que se detienen en su sombra .
Roberto Ferro
14
Roland Barthe s La factura del sentid o

El haiku tiene la propiedad un tanto quimérica de permiti r


EL HAIKU que cualquiera imagine poder producir uno fácilmente . Se dice :
qué más accesible a la escritura espontánea que esto (de Bu -
son) :

Anoche,stñ ,
pienso solamente
en mis padres .

El haiku es envidiable : cuántos lectores occidentales no ha n


soñado pasearse por la vida, libreta en mano, anotando aquí y
allá "impresiones" cuya brevedad garantizaría la perfección y
cuya simplicidad atestiguaría por la profundidad (en virtud d e
un doble mito, clásico en tanto hace de la concisión una prue-
ba de arte, romántico en tanto atribuye un prerrogativa de
verdad a la improvisación) . Enteramente inteligible, el haik u
no quiere decir nada, y es debido a esta doble condición qu e
parece estar ofrecido al sentido de una manera particularment e
disponible, servicial, al modo de un gentil anfitrión que permi-
tiera a alguno instalarse libremente en su casa, con sus hábitos ,
sus valores, sus símbolos ; la "ausencia" del haiku (coma se
dice también de un espíritu irreal o de un anfitrión que se h a
ido de viaje) llama a la codicia mayor, la del sentido . Este sen-
tido precioso, vital, deseable como la fortuna (azar y dinero) ,
parece sernos proveído profusamente, a buen precio y sobr e
pedido, por el haiku, que se halla desembarazado de los cons-
treñimientos métricos (en las traducciones que tenemos) . E n
el haiku, diríase, el símbolo, la metáfora, la lección, no cuesta n
casi nada : apenas algunas palabras, una imagen, un sentimient o
ahí donde nuestra literatura exige ordinariamente un poema ,
un desarrollo o, en el género breve, un pensamiento cincelado :
en suma, un amplio trabajo retórico . El haiku también parec e
dar a Occidente derechos que su literatura le rehusa y comodi-
dades que le regatea . Usted tiene el derecho, dice el haiku, d e
ser trivial, breve, ordinario ; encierre lo que ve, lo que siente e n
un fino horizonte de palabras y apasionará ; tiene derecho a
fundar por usted mismo (y a partir de usted mismo) su propi o
prestigio ; su frase, cualquiera que sea, enunciará una lección, li -
berará un símbolo ; será usted profundo ; al menor costo, su
escritura será plena.

Occidente humedece cualquier cosa de sentido, a la maner a


de una religión autoritaria que importe el bautismo a poblacio-
nes completas, Los objetos de lenguaje (hechos con el habla )
están evidentemente convertidos por derecho : el sentido pri-
mero de la lengua llama, metonímicamente, al segundo de l
discurso, y este llamado tiene valor de obligación universal .
Tenemos dos medios para evitar la infamia del sin-sentido en
el discurso, y someternos sistemáticamente la enunciació n
(con una saturación carente de cualquier nulidad que pudier a
dejar ver el vacío del lenguaje) a una u otra de estas significa-
ciones (o fabricaciones activas de signos) : el símbolo y el ra-
zonamiento, la metáfora y el silogismo . El haiku, cuyas pro-
posiciones son siempre simples, corrientes, en una palabr a
aceptables (como se dice en lingüística), es atraído hacia un o
u otro de estos dos imperios del sentido . Como se trata de u n

15
"poema", se le ordena en esa sección der código general d e
los sentimientos que llamamos "la emoción poética" (la Poesí a
es para nosotros, comúnmente, el significante de lo "difuso" ,
de lo "inefable", de lo "sensible", es la clase de impresione s
inclasificables) ; se habla de un instante privilegiado", y sobr e
todo de "silencio " (que es para nosotros signo de plenitu d
del lenguaje) . Si alguno (Joco) escribe :

íCuánta gente
ha pasado a través de la lluvia de otoñ o
sobre el puente de Seta !

se ve ahí la imagen del tiempo que huye . Si otro (Basho )


escribe :

Llego por el sendero de la montañ a


¡Ah, qué exquisito !
¡Una violeta!

significa que ha encontrado una ermita budista, "flor d e


virtud" ; y así subsecuentemente . No hay un solo trazo qu e
no sea investido de una carga simbólica por el comentarist a
occidental . O aún más, se quiere ver a cualquier precio den-
tro del tercero del haiku (tres versos de cinco, siete y cinc o
sílabas) un diseño silogístico de tres tiempos (ascenso, sus-
penso y conclusión) :

La vieja charca :
una rana salta adentro,
¡oh!, el chasquido del agua.

(en este silogismo singular se hace la inclusión por la fuerza :


es necesario, para considerarlo como tal, que la menor salt e
dentro de la mayor) . Desde luego, si se renuncia a la metáfor a
o al silogismo, el comentario resultaría imposible : hablar de l
haiku sería pura y simplemente repetirlo . Es esto lo que hac e
inocentemente un comentarista de Basho :

Son ya las cuatro . . .


Me he levantado nueve vece s
para admirar la luna.

"La luna está tan hermosa, dice, que el poeta se levanta y


vuelve a levantarse sin cesar para contemplarla desde su venta -
na ." Descifradoras, formalizantes o tautológicas, las vías d e
interpretación, destinadas entre nosotros a abrir paso al senti-
do, es decir a hacerlo entrar por una fractura -y no a sacudir -
lo, a hacerlo fracasar cómo lo hace la muela del rumiante d e
absurdo que debe ser el practicante Zen cuando se halla frent e
a su koan ' no hacen entonces más que perder el haiku, pue s
el trabajo de lectura que éste conlleva consiste en suspender e l
lenguaje, no en provocarlo, empresa de la que precisamente e l
maestro del haiku, Basho, parece conocer bien la dificultad y
la necesidad :

¡Qué admirable es
quien la piensa : "La vida es efímera "
al ver un relámpago !

16
La excención del sentid o palabras vagamente cristianas (iluminación, revelación, intui-
ción) es sólo una suspensión pánica del lenguaje, del blanc o
que borra en nosotros el reino de los Códigos, el corte de es a
El Zen ejerce la guerra total contra la prevaricación del sen- recitación interna que constituye nuestra persona ; y si este es-
tido . Se sabe que el budismo frustra la vía fatal de cualquie r tado de a-lenguaje es una liberación, es porque para la expe-
aseveración (o de cualquier negación) al recomendarse el n o riencia budista la proliferación de segundos pensamientos (e l
ser sorprendido jamás dentro de las cuatro proposiciones si- pensamiento del pensamiento), o si se prefiere el suplement o
guientes : eso es A - eso no es A -- eso es a la vez A y no A - infinito de los significados sobrenumerarios -circulo del cua l
eso no es ni A ni no A . Ahora bien, esta cuádruple posibilida d el lenguaje es el depositario mismo y el modelo-- aparece com o
corresponde al paradigma perfecto, tal como lo ha construíd o un bloqueo : es, por el contrario, la abolición del segundo pen-
la lingüística estructural : A - no A - ni A ni no A (grado ce samiento la que rompe el infinito vicioso del lenguaje . E
ro) - A y no A (grado complejo) . En otras palabras, la via ntodase tasexp rienciaspareci raquenosetra deapl stare l
budista es precisamente aquélla del sentido obstruído : el arc lenguaje bajo el silencio místico de lo inefable, sino de mesu-
anomisdelgfcaón,sberlpdigma,vue e rarlo, de detener este trompo verbal que arrastra en su giro e l
imposible, cuando el Sexto Patriarca 2 da sus instrucciones a l juego obsesivo de las sustituciones simbólicas . En suma, es e l
respecto del mondo, ejercicio de la pregunta-respuesta, reco- símbolo como operación semántica lo que se ataca .
mienda, para mejor desvanecer el funcionamiento paradigmá-
tico, que una vez que un término se establezca, el interlocuto r En el haiku, la limitación del lenguaje es el objeto de u n
se desplace hacia el término adverso ("Si al interrogarte alguie n cuidado que nos resulta inconcebible porque no se trata de se r
te pregunta por el ser, responde con el no ser . Si te pregunta conciso (es decir, de abreviar el significante sin disminuir l a
por el no ser, responde con el ser . Si te interroga por el hombre densidad del significado) sino, por el contrario, de actuar sobr e
coman, responde hablándole del sabio, etc.") de manera qu e la raíz misma del sentido para lograr que ese sentido no se d
se muestre lo irrisorio del dispositivo paradigmático y el carác- implícito, no s ifunda,osetrc dépo
ter mecánico del sentido, Aquello que se busca (con una técni- dienlasmftáor,lea edsculg,noivae s
ca mental en la que la precisión, la paciencia, el refinamient o del símbolo . La brevedad del haiku no es formal ; el haiku n o
y el saber atestiguan hasta qué punto el pensamiento orienta l es un pensamiento rico reducido a una forma breve sino a u n
tiene por dificil el apremio del sentido) aquello que se busc a acontecimiento breve que encuentra de golpe su forma justa .
es el fundamento del signo, a saberla clasificación (maya) . Cons- La mesura del lenguaje es aquello para lo que el occidenta l
treñido al enclasamiento por excelencia, el del lenguaje, e l está poco dispuesto ; no es que lo haga demasiado largo o dema -
haiku opera por lo menos con el fin de obtener un lenguaj e siado corto, sino que toda su retórica le exige desproporciona r
plano, que nada asiente (como sucede irremisiblemente e n el significante y el significado, ya sea "disolviendo" el segund o
nuestra poesía) sobre los niveles superpuestos del sentido, es o bajo la marea palabrera del primero, ya sea "profundizando" l a
que podría llamarse el "hojaldre" de los símbolos . Cuando s e forma hacia las regiones implícitas del contenido . La justez a
nos dice que es el ruido de la rana lo que despertó a Basho a del haiku (que en ningún momento es pintura exacta de lo rea l
la verdad del Zen, puede entenderse (aunque se trata todaví a sino adecuación del significante y el significado, supresión d e
de una manera demasiado occidental de hablar) que Bash o los márgenes, rebabas o intersticios que comunmente excede n
descubrió en ese sonido no ciertamente el motivo de una "ilu - u horadan la relación semántica), esta justeza posee evident
minación", de una hiperestesis simbólica, sino más bien u n emntalgodusic(múaelontidsyfrz
agotamiento del lenguaje : hay un momento en el que el len - : el haiku tiene la pureza, la esfericidaamentdlosi) d
guaje cesa (momenta obtenido gracias a un gran refuerzo d e y el vacío mismo de una nota musical ; es quizá por eso que s e
ejercicios), y es este remate sin eco el que instituye a la vez l a dice dos veces, en eco . No articular más que una vez este habl a
verdad del Zen y la forma, breve y vacía, del haiku . La nega- exquisita, sería adscribir un sentido a la sopresa, a la agudeza ,
ción del "desarrollo" es aquí radical, pues no se trata de dete- a la instantaneidad de la perfección ; enunciarla más veces serí a
ner el lenguaje sabre un silencio pesado, pleno, profundo, n i postular que el sentido está por descubrirse, simular la profun-
tampoco sobre un vacío del alma que se abriría a la comunica- didad ; entre los dos, ni singular ni profundo, el eco no hace má s
ción divina (el Zen carece de Dios) ; lo que está establecido n o que trazar un rasgo sobre la nulidad del sentido .
debe desarrollarse ni en el discurso ni al final del discurso ; l o
que está establecido es mate, y lo único que se puede hacer e s
repetirlo ; es esto lo que se le recomienda a un practicante qu e El incident e
trabaja un koan (o anécdota que le es propuesta por su maes-
tro) : no resolverlo, como si tuviera un sentido, tampoco qu e El arte occidental transforma la "impresión en descripción .
perciba su absurdo (que es también un sentido) sino rumiarl o El haiku nunca describe : su arte es contradescriptivo en l a
"hasta que la muela caiga" . El Zen, del que el haiku no es má s medida en que todo estado de la cosa es inmediatamente, obs-
que la rama literaria, aparece así como una inmensa práctic a tinadamente, victoriosamente convertido en una esencial frági l
destinada a detener el lenguaje, a quebrantar esa suerte de ra - de aparición : momenta literalmente "insostenible", en el qu e
diofonía interior que emite continuamente dentro de nosotro s la cosa, que no es ya sino lenguaje, va a devenir habla, va a
hasta en nuestro sueño (quizás por eso se impide a los practi- pasar de un lenguaje al otro y se constituye coma recuerdo d e
cantes dormir), a vaciar, a pasmar, a desecar la palabrería in - ese futuro que es, por lo mismo, anterior . Porque en el haik u
coercible del alma ; y tal vez aquello que se llama en el Ze n no es sólo el acontecimiento propiamente dicho lo que predo-
satori y que los occidentales no pueden traducir más que con mina,
aquí el Japón . Pues allí, en la calle, en un bar, en una tienda ,
(Vi la primera nieve .
en un tren, acontece siempre algo . Ese algo -que, etimológic
Esta mañana olvidé : es una inament,suvra-edoniftsmal -
lavarme la cara. ) congruencia de ropaje, un anacronismo de cultura, una liberta d
de comportamiento, un ilogismo de itinerario, etc . enumera r
sino también eso que nos parecería tener vocación de pintura , estos acontecimientos seria una empresa como la de Sísifo ; pue s
de minatura -como hay tantas en el arte japonés- ; así este sólo brillan en el momento en que se los lee, en la escritur a
haiku de Shiki : viva de le calle, y el occidental no podría decirlos espontánea -
mente más que atribuyéndoles el sentido mismo de su distan-
Llevando un toro aborda, cia : necesitaría hacer precisamente haikus, un lenguaje qu e
un barquito atraviesa el río nos está vedado . Lo que podemos añadir es que esas aventura s
a través de la lluvia del atardecer. ínfimas (cuya acumulación a lo largo de un día provoca un a
especie de embriaguez erótica) nunca tienen nada d
llega a ser o no es más que una especie de acento absolut o epintorsc(l quimojapnésedifrt,pushal a
(como se acoge cualquier cosa, fútil o no, en el Zen), un plie- desvinculado de la que constituye la especialidad misma de l
gue ligero en el que se atrapa, de un golpe súbito, la página d e Japón, su modernidad), ni de novelesco (sin prestarse para na-
la vida, la seda del lenguaje . La descripción, género occidental , da a la palabrería que haría con ellas relatos o descripciones) ,
tiene su correspondiente espiritual en la contemplación, inven- Lo que esas aventuras dan a leer (allá soy lector, no visitante) ,
tario metódico de formas atributivas de la divinidad o de lo s es la rectitud del trazo, sin estelas, sin margen, sin vibración ;
episodios del relato evangélico (en Ignacio de Loyola, el ejerci- tantos comportamientos pequeños (de la vestimenta a la son -
cio de la contemplación es esencialmente descriptivo) ; el haiku , risa) que entre nosotros, y a consecuencia del narcisismo inve-
por el contrario, articulado sobre una metafísica sin sujeto y terado del occidental, no son más que los signos de una seguri -
sin Dios, corresponde al Mu budista 3 , al satori Zen que no es , dad exagerada, se vuelven, entre los japoneses, simples manera s
en ningún momento, descenso iluminativo de Dios, sino "des- de pasar, de trazar algún imprevisto en la calle : pues la seguri-
pertar ante el hecho", aprehensión de la cosa como aconteci- dad y la independencia del gesto no remiten ya más a una afir-
miento y no como sustancia, alcance de la orilla anterior de l mación del yo (a una "suficiencia") sino solamente a un mod o
lenguaje, contigua a la opacidad (por otra parte completamen- gráfico de existir ; de manera que el espectáculo de la calle japo -
te retrospectiva, reconstituida) de la aventura (aquello que l e nesa (más en general del lugar público), excitante como el pro-
sucede al lenguaje, aún más que al sujeto) . ducto de una estética secular de la cual toda vulgaridad se h a
decantado, nunca depende de una teatralidad (de una histeria )
El número, la dispersión de los haiku, por una parte, y la bre- de los cuerpos, sino, una vez más, de esta escritura alfa prima
vedad, la integridad de cada uno de ellos, por la otra, parece n en la que el esbozo y el arrepentimiento, le maniobra y l a
dividir, clasificar el mundo al infinito, constituir un espacio d e corrección son igualmente imposibles, porque el trazo, libera -
puros fragmentos, un polvo de acontecimientos que, por un a do de la imagen ventajosa que el escribiente querría dar de s í
suerte de desherencia de la significación, no puede ni deb e mismo, no expresa sino hace existir simplemente, "Cuando ca
coagular, construir, dirigir, terminar nada . Esto se debe a qu e mines, dice un maestro Zen, conténtate con caminar . Cuando
el tiempo del haiku carece de sujeto : la lectura no tiene otr o estés sentado, conténtate con estar sentado. Pero, sobre toda ,
yo que la totalidad de los haiku, de los cuales este yo, por re - ino vaciles! " : esto es lo que parece decirme a su manera e l
fracción infinita, no es nunca más que el sitio de la lectura . joven ciclista que lleva en su brazo alzado una charola de arci-
Según una imagen propuesta por la doctrina Hua-Yen, podrí a lla ; o la muchacha que se inclina con un gesto tan profundo ,
decirse que el cuerpo colectivo de los haiku es una red de alha- tan ritualizado que pierde todo servilismo, frente a los cliente s
jas en la cual cada joya refleja a todas las demás y así, sin in- de una enorme tienda que se han lanzado al asalto de un a
terrupción, al infinito, sin que haya jamás un centro del cua l escalera eléctrica ; o el jugador de Pachinko 5 introduciendo ,
asirse, un núcleo primero de irradiación (para nosotros, la ima- lanzando y recibiendo sus bolas en tres gestos cuya coordina-
gen más exacta de esta reverberación sin motor ni límite, d e ción misma es un dibujo ; o el dandy que, en el café, hace salta r
este juego de fulgores sin origen, sería la del diccionario, en e l con un golpe ritual (seco y varonil) le envoluta de plástico d e
cual la palabra no puede definirse más que por otras palabras) . la toallita caliente con la que se limpiará las manos antes d e
En Occidente, el espejo es un objeto esencialmente narcisista : beber su coca-cola : todos estos incidentes son la materi
el hombre no piensa en el espejo más que para verse : pero e n haiku . amisdel
Oriente, según parece, el espejo está vacío : es el símbolo de l
vacío mismo de los símbolos ("El espíritu del hombre perfec- El quehacer del haiku es que la exención del sentido se llev e
to, dice un maestro del Tao, 4 es como un espejo. No toma pero a cabo a través de un discurso perfectamente legible (contr
tampoco repele nada . Recibe pero no conserva. " : el espejo n o adicóneglrtocidna,quesbopra l
capta más que otros espejos, y esta reflexión infinita es e sentido más que volviendo su discurso incomprensible), d e
ío -que, se sabe, es la forma) . Así, el haiku nos hace recor-
lvac manera que el haiku no es, a nuestros ojos, ni excéntrico n i
dar aquello que jamás nos ha sucedido ; en él reconocemos un a familiar, se asemeja a nada y a todo : legible, lo consideramo s
repetición sin origen, un acontecimiento sin causa, una memo- simple, próximo, conocido, delicioso, delicado, "poético", e n
ria sin persona, un habla sin amarras . una palabra ofrecido a todo un juego de predicados confortan -
tes ; insignificantes, sin embargo, nos resiste, pierde finalment e
Lo que digo aquí sobre el haiku, podría decirlo también d e los adjetivos que un momento antes se le concedían y entra e n
todo lo que acontece cuando se viaja por ese pa ís que se llam a esa suspensión del sentido que nos resulta la cosa más extraña
18
puesto que vuelve imposible el ejercicio más corriente de nues-
tro habla, que es el comentario . Qué decir de esto :

Brisa primaveral :
el barquero muerde su pipa .

o de esto :

Luna llen a
y sobre /as esteras
la sombra de un pino .

o de esto :

En la casa del pescador


el olor del pescado sec o
y el calor.

o aún (pero no por último, pues los ejemplos serian innume-


rables) de esto :

El viento de invierno sopla ,


los ojos de los gatos
parpadean.

Con tales trazos (esta palabra conviene al haiku, especie d e


navajazo ligero trazado en el tiempo) instalan lo que se ha po-
dido llamar "la visión sin comentario" . Esta visión (la palabr a
es aún demasiado occidental) es en el fondo completament e
privativa ; lo que se ha abolido no es el sentido, es cualquie r
idea de finalidad : el haiku no sirve a ninguno de los usos (ello s
mismos gratuitos, sin embargo) concedidos a la literatura : i
,¿cómo nsigfcate(poruénidetcólsnio)
podría instruir, expresar, distraer? De igual manera, mientra s
ciertas escuelas Zen conciben la meditación como una práctic a
destinada a obtener el estado de buda, otras rehusan inclus o
esa finalidad (sin embargo aparentemente esencial) : hay qu e
permanecer sentados "sólo para permanecer sentados" . El hai-
ku (como los innumerables gestos gráficos que marcan la má s
moderna, la más social de las vidas japonesas) ¿no pertenece a
esa especie escrita "sólo para escribir" ?

Lo que desaparece en el haiku son las dos funciones funda -


mentales de nuestra escritura clásica (milenaria) : por un lado ,
la descripción (la pipa del barquero, la sombra del pino, el olo r
del pescado, el viento de invierno, no son descritos, es decir or-
nados de significaciones, de lecciones, comprometidos a títul o
de índices en la revelación de una verdad o de un sentimiento :
se le rehusa el sentido a lo real ; y aún más : lo real no dispon e
más del sentido mismo de lo real), y del otro lado la definición ;
la definición no es solamente transferida al gesto, aunque se a
gráfico, sino también es derivada hacia una suerte de floreci-
miento inesencial -excéntrico- del objeto, como bien lo dice
una anécdota Zen en la que se ve al maestro otorgar la exclusi-
vidad de la definición ('qué es un abanico?) sino a la inven-
ción de una cadena de acciones aberrantes (cerrar el abanico ,
rascar el cuello volver a abrirlo, poner encima un pastel y ofre-
cerlo a/ maestro) . Sin describir ni definir, el haiku (llamo así fi -
nalmente a cualquier trazo discontinuo, a cualquier aconteci-
miento dele vida japonesa, tal y como se ofrece a mi lectura), s e
adelgaza hasta la sola y pura designación . Es esto, es así, dic e
el haiku, es tal . O mejor todavía : iTal!, dice, de una pincelad a
tan instantánea y breve (sin vibración ni reanudación) que l a
cópula verbal aparece aun como un exceso, corno el remordi-
miento de una definición prohibida, para siempre alargada . E l
sentido no es ahí mas que un fulgor, un rasguño de luz : Whe n
the light of sense goes out, but with a light that has reveale d
the invisible world 6 , escribía Shakespeare ; pero el fulgo r
instantáneo del haiku no alumbra, no revela nada, es el de un a
fotografía que uno tomaría muy cuidadosamente (a la maner a
japonesa), pero habiendo evitado cargar le cámara con un
: el haiku (el trazo) reproduce el gesto desig-
apelícu,Otmbién
nador del niño que apunta con el dedo lo que sea (el haiku n o
hace acepción del sujeto) diciendo solamente : ¡ eso! con u n
movimiento tan inmediato (tan privado de cualquier medita-
ción : la del saber, la del nombre o incluso la de la posesión )
que lo que se designa es la inanidad misma de toda clasifica-
ción del objeto : nada en especial, dice el haiku, en confor-
midad con el espíritu del Zen : el acontecimiento no es nom-
brable de acuerdo a ninguna especie, se corta su especificidad :
como un rizo gracioso, el haiku se enrolla sobre sí mismo, l a
estela del signo que parecía haber sido trazada se borra : nad a
ha sido adquirido ; la piedra de la palabra ha sido arrojada para
nada : ni olas ni corrientes del sentido .

(Traducción de Javier Sicilia y Jaime Moreno Villarreal )

,L.i1.asnguetfVécrdoanjempl
: se cuenta que un mon-
je pidió a su maestro le enseñara el Camino . -Podrás hallarlo detrás
de aquel árbol-, le replicó éste . El monje insistió en que quería co-
nocer el Camino Real . - iAh! Ese va a Tokio- fue la respuesta de l
maestro . (N . de T.) .
2 . Se refiere a Enó, sexto en la línea patriarcal que se inicia con Buddh a
y continúa con Kasayapa, Bodhidharma, Eká y Jinshú . (N . de T.) .
Literalmente, el Vacío . (N . de T .).
4. Recordemos que el budismo Zen se desarrolló en China, donde reci-
bió un fuerte influjo taoista . (N . de T .).
5. El Pachinko es un luego electrónico parecido al pinball, muy popu-
lar en el Japón . B . B . le dedica un capítulo de L'empire des signes.
( N . de T .) .
6. " Cuando la luz d el sentido se apaga, mas con una luz que ha revel
el mundo invisible . " (N . de T .) . ado

20
I

EL HAIKU EN Tras la muerte de Issa, a principios del siglo XIX, la produc-


ción de haikus pareció fosilizarse . La artificialidad y la repeti-
EL SIGLO XX ción se convirtieron en lugar común y muchos poetas japone-
ses, considerándola una forma gastada e inepta, abandonaro n
su práctica . El haiku se vio así enfrentado a un dilema : osalí
de su estancamiento o desaparecía .

Introducción d e Entre las causas del resurgimiento producido hacia el sigl o


XX hay que tener en cuenta, on primerísimo lugar, la presenci a
Angel Rivero del occidente . En el año 1868 comenzó el Japón, con la er a
Meiji, un proceso oficial de apertura a toda clase de influencia s
extranjeras . Los poetas experimentaron de pronto la posibili-
dad de expresarse libremente -mejor dicho, libres de los mol -
des japoneses, porque desde una perspectiva tradicional se po -
dría afirmar que adoptaron los occidentales-- y ello afectó a l
poema en su aspecto formal, su temática y su lenguaje .
Versiones y notas d e Las primeras en dejar sentir su efecto fueron las traduccio-
nes . Hacia 1882 apareció una antología con el nombre de Shin-
Fernando taishi-shoo (selección de poemas en el nuevo estilo) que incluí a
Rodríguez-Izquierdo la versión de 14 textos ingleses y norteamericanos . Mayor im-
portancia tuvo la realizada por Bin Ueda y publicada en 190 5
-contenía a poetas parnasianos y simbolistas franceses com o
Baudelaire, Verlaine, Mallarmé y otros- por la repercusión qu e
provocó su conocimiento . Dada la avidez existente, las traduc-
ciones se multiplicaron y extendieron a las principales lenguas .
Por aquel entonces la adhesion de los poetas japoneses a la s
nuevas formas era vasta : se puede fijar el comienzo de la poe-
sía libre japonesa en el año 1897, con la publicación de Waka-
bes huu, de Toson Shimazaki, cuyos poemas estaban inspir
. adosenlrmtic gésdeloXI

A la revolución de las formas poéticas muy pronto su sum o


una renovación en el lenguaje . En 1910, por influencia de l a
novela rusa, surgió el Koogoshi o poema en lengua hablada ,
que no tiene en cuenta el número de sílabas o de versos y est á
escrita en el idioma de todos los días . Esta novedad produj o
una brecha en las normas tradicionales que determinaban cuále s
pal brastenía cabidaen l enguajepoéticoycuálesno .Bie n
pronto esta apertura de la poesía hacia la lengua hablada s e
trasladaría al haiku .

También es fundamental, entre las causas de esta renova-


ción, la aparición en el año 1893, de la figura de Shiki . Siend o
él estudiante, publica en dicho año su articulo Conversacio-
nes sobre el haiku, donde ataca el prejuicio de alabar lo anti-
guo por el mero hecho de serlo y critica a Bashoo afirmand o
que si algunos de sus haikus son magistrales, las cuatro quinta s
partes de su obra son decididamente deficientes . Esto caus ó
estupor, porque Bashoo era considerado el gran poeta del hai-
ku, pero, por otro lado, hizo que se arrimaran a Shiki jovene s
poetas que tampoco estaban de acuerdo con las normas tradi-
cionales y creían necesaria una renovación . Así, la presencia e n
el escenario poético de Shiki constituyó la primera practica es-
pecífica de ruptura en la producción de haikus . Frente a Basho o
e Issa, considerados poetas subjetivos, Shiki afirmó la superio-
ridad de Busson, que se ocupa del mundo exterior . Su estil o

21
fue llamado "escuela descriptiva" o "escuela que dibuja la na- ramos de un interés tan formalista en el tema de estación y
turaleza" . En este camino de observación de lo real, Shiki, po r describir el ambiente y sus matices con toda libertad ." E
su posición agnóstica, dejó a un lado toda posible connotació n lcíruodeShink,suformacdngl,ejóuaod
religiosa o mística, y también todo sentimentalismo, afirman - . En vez de un código de palabras en clave que remi-ichotema
do la importancia del trabajo formal . Realizó una important e ten a otra casa (determinada estación), las palabras o su co
tarea de difusión a través de su revista de haikus Hototogisu njuto,parelShik snagfcrloquexpsan .
y como historiador se le debe una nueva visión de le historia d e Gran parte de la producción poética posterior aceptó la no -
esta forma poética . Ademas bajo su influencia se comenzó a vedad .
difundir la denominación de haiku para designar lo que ante s
5
había sido la primera estrofa de una cadena de haikai . Shik i
murió en 1902 a los 35 años .
Derribados sus dos elementos constitutivos, el haiku ¿podí a
3 seguir siendo considerado tal? A partir de 1926 el tema provo-
có una ardua polémica . De hecho, la escuela de Shinkeiko s
El esquema formal der haiku que mantenía la tradición er a haiku, aunque varios de sus miem-iguótlzandoembr
riguroso . Constaba de tres versos y una pauta inmutable de 5 - bros reconocieron que sus composiciones tenían una base dife-
7-5 sílabas . Hacia 1910, a partir de la reforma de la escuela lla- rente (lo que era cierto en sentido tradicional) manifestand o
mada Shinkeikoo (nueva tendencia), se prefiere establecer cua- indiferencia por el problema de la denominación . Por la negati-
tro versos en lugar de tres, con un número variable de sílaba s va a considerarlos haikus se pronunció Kyoshi (18174-1959) ,
en cada uno . La corriente que encabezó Hekigodoo también discípulo de Shiki y su continuador al frente de la r
873-1937, discípulo de Shiki) --una de las dos grandes figuras (1 de l . Sostuvo duros altercados con Heikigodoo evistaHogu y
círculo Shinkeikoo- prefirió, por considerarla la mejor, la pau- Seisensui oponiéndose a toda corriente renovadora y propi-
ta de 5-5-3-5 sílabas, con una pausa de pensamiento entre e l ciando un retorno al haiku clásico . Defendió la pauta silábic a
segundo y el tercer verso (5-5-pausa-3 -5) . En cambio Seisensu i tradicional argumentando que en ella cabían todos los tema s
(n . 1887), la otra gran figura, afirmó la necesidad de liberar a l y rechazó la idea del abandono de la palabra de estación . Dijo :
haiku de toda pauta silábica fija, en pos de una mejo "los que se atrevieren a violar la forma correcta o la regla de l a
ión a las cambiantes necesidades expresivas . Este punto
radecu lo lle - palabra de estación destruirán el mundo del haiku y, por l o
vó a separarse finalmente del Shinkeikoo, acusándolo de esta- tanto, deben ser desterrados de él" . Así, tras el renacimient o
blecer un nuevo esquema formal, para fundar su propia escuela , operado con Shiki en las postrimerías del siglo XIX, surgen d e
llamada Jiyuuritsu Haiku (haiku de ritmo libre), y de la cua l sus discípulos en el siglo XX dos tendencias que propugna n
formara parte también su discípulo Santooka (1882-1940), qu e respectivamente la renovación y el regreso a la tradición com o
abrazó el Budismo Zen y se hizo poeta-mendigo . Tal es el cam- polos enfrentados .
bio formal en esta última tendencia, que fue cuestionado si s e
podía seguir llamando a sus textos haikus . Segun el crític o 6
contemporáneo Kuribayashi, "si consideramos la form
7- 5 como de tres lados, es decir, triangular, la forma antigu5- de Entre ambos polos se ubican otras tendencias . Hacia 192 5
la escuela Shinkikoo puede considerarse compuesta de do s comenzó una época que se dio llamar de "las cuatro S " po r
triángulos, es decir, cuadrangular ; si consideramos la form a considerarse como los haikistas más importantes a Shuuoosh i
triangular coma dotada de un centro, la rectangular tendrá do s (n . 1892), Sheishi (n, 1901), Shiho (n . 1899) y Sujuu (n . 1893) .
centros" . Todos ellos aceptaron la palabra de estación ; su estilo fue lla-
mado "objetivo-lírico" porque se consideró que la aparienci a
4 de perfecta objetividad velaba una visión subjetiva, Los do s
primeros inauguraron la tendencia del Shinkoo Haiku (haik u
Tradicionalmente el haiku como forma poética exigía do s nuevo), que escribió, según el propio Sheishi, "versos con ma-
requisitos : la pauta silábica y tema de estación . Los antiguo s teriales nuevos, pero profundamente concebidos" . Es carac-
poetas del haiku creían que la experiencia común de los hom- terística la incorporación temática del progreso y la moder-
bres, base de toda experiencia individual, estaba en las estacio- nidad . Sujuu por su parte, discípulo de Kyoshi, formó una e
nes ; así el sentido de estación se constituyó en uno de los eje s descriptiva que pregonó la observación minuciosa y lscuela a
del haiku, según Bashoo el más importante . Representaba l a plasmación en los textos del detalle .
idea de una relación íntima entre la naturaleza de las estacio-
nes y la de las cosas vinculadas con ellas y los poetas japonese s 7
se acostumbraron a percibir la estación en cada fenómeno na-
tural, en cada planta, animal o actividad humana . Es así como , Hay que mencionar también a Kusatao (n . 1901) y Hakyoo ,
con el tiempo, las palabras que los designaban se hiciero que hacia fines de la década del 30 formaron parte de un grup o
; se lasncoveialsydquronecátsímblo llam ó que se enfrentó a la tendencia del Shinkoo Haiku y asimismo a
"palabras de estación" : la libélula implicó el verano, la luna, e l todas las tendencias esteticistas en boga por aquellos años . Sos -
otoño, etc . En e! triángulo de que hablaba Kuribayashi, e l tenían que en vez de ocuparse de pensamientos e ideas que n o
centro mencionado sería el tema de estación . "Puesto que l a cabían en los estrechos límites del haiku o de la naturaleza, ha-
forma triangular se dispone con tema de estación como centro , bía que ocuparse de los hombres y su condición . Tras los ho-
tiende a caer en un interés formalista por él . Sin embargo, e n rrores de la segunda guerra mundial, esta tendencia humanist a
una forma rectangular ello no es necesario . Así podemos libe - cobró numerosos adherentes .
22
8 un barquito atraviesa el río / a través de la lluvia del atarde-
cer, sería considerado por los japoneses como alto ejemplo d e
En 1946 Takeo Kuwabara publicó un artículo revulsivo pa- "descriptividad" . En efecto, no sólo el tono general es des-
ra el mundo del haiku, en que sentó la tesis de que la diferen- criptivo, sino que la descripción alcanza una síntesis notable :
cia entre un haiku compuesto por un gran maestro y un se mencionan el momento del día, las condiciones climáticas ,
ocompuestoporunmecánico unempleadodebancoera pena s el lugar, el sujeto, la acción (las múltiples acciones) y el detall e
perceptible . Para probarlo pidió a un grupo de profesores uni- del toro a bordo .
versitarios que evaluaran un conjunto de haikus anónimos es-
critos por maestros y aficionados . Los resultados mostraron u n Tampoco la tesis de la excensión del sentido que ve Barthe s
desconcierto crítico . Kuwabara sintió que su teoría acerca d e como una de las claves del haiku sería compartida por los auto -
que se juzga al haiku por el nombre del autor más que por e l res japoneses . Quizás sea una ilusión provocada por la diferent e
texto mismo estaba probada . Y partiendo de que en el poem a óptica : en occidente el sentido es "literario", es decir, inyecta -
largo o en la narración no pasaba lo mismo, concluyó que e l do desde el exterior : es el autor quien pretende ser el donant e
haiku era un género menor, un entretenimiento a! alcance d e de sentido . Es de notar, además, que el haiku como form
todos . El artículo fue seguido de una gran controversia e hiz o ;elhcodquasf acredquivlnaestróic
que muchos jóvenes poetas se apartaran de su práctica . rmastien ustido,yuasenci uestrapáci,expl-
can también la ilusión de la excensión . (Lo mismo sucedió e n
9 Europa a principios de siglo con alguna de las llamadas vanguar -
dias . )
El ensayo de Barthes, lúcido en más de un aspecto, tien e
también sus puntos controvertibles . La asociación íntima qu e Para Barthes Oriente es la diferencia . Como sucede dentr o
hace entre haiku y Budismo Zen es seguramente una generali- del haiku, más bien parece haber en Japón una tensión no re -
zación excesiva . En Japón el haiku es una forma de escritur a suelta entre la tradición que pretende mantenerse --y mante-
popular practicada por todos, sin diferencia de edad ni condi- ner la diferencia- y la renovación que quiere borrarla . Japó n
ción social o creencias religiosas . La producción anual se cuen - le ha abierto sus puertas a occidente y no para recrearlo ; de h
ta por millones y muchos diarios y revistas cuentan con un a . Occidente ha penetrado : hay signos del trabaj echolmjra o
sección permanente de haikus . Shiki, por ejemplo, en ciert o de erosión : el desgaste de las señales distintivas . ¿Y qué es oc-
modo el padre del haiku actual, era agnóstico y rechazaba t cidente? Una cultura con vocación imperial que extiende s u
odmistc relgda,tiuqescompard r discurso aspirando a ser el universo .
buena parte de las corrientes actuales, Si es cierto que para e l
Zen el haiku es uno de sus caminos, también lo es que para e l 10
haiku los caminos son múltiples y sólo uno de ellos pasa po r
el Zen , El extenso trabajo de estudio y traducción de haikus reali-
zado por Fernando Rodríguez-Izquierdo -aquí se publican úni-
Afirma Barthes : "El haiku nunca describe : su arte es con- camente los relativos a los movimientos del siglo XX fue pa-
tradescriptivo", y sobre esta tesis basa una parte de su ensayo . trocinado por la Fundación Juan March y publicado en Madrid ,
La descripción, sin embargo, fue reconocida por los propio s en 1972 . Para la transliteración el autor ha recurrido al sistem a
poetas japoneses como fundamental en su arte, Algunas co- Roomaji, que utiliza sólo signos alfabéticos latinos . La barr a
rrientes objetivistas incluso se llamaron a sí mismas "descrip- (/) no indica pausa sino una segmentación establecida, aproxi-
tivas" . El ejemplo a que Barthes recurre para afirmar la "con- madamente, a nivel de palabra, para poder apreciar las equiva-
tradescriptividad" del haiku" -Llevando un toro a bordo, / lencias existentes .

Hiza/tohn
tsuki / ga / sashitar u
suzushisa / y o 1 : En el primer verso no hay ningún verbo . Los tiritones del frí o
se manifiestan en ese "rodilla con rodilla", equivalente a nuestr o
Rodilla con rodilla . . . "diente con diente" .
la luna brillab a "Sashitaru" es una forma culta, con terminación de pasado y
de atributivo . Dicho sentido comunica un matiz peculiar al haiku ,
iqué frescor! algo así como "El frescor iluminado por la luna", con cierta sineste-
sia . El primer verso es más independiente sintácticamente .
Hekigodoo "Yo" es una marca de exclamación verbal .
23
Mimooza / n o 2: Este es un haiku revolucionario en varios aspectos . En prime r
saku / koro / n i lugar, su disposición silábica es aproximadamente de 5-7-5-3 sílabas ,
kita / mimooza / wo / iker u veinte en total . Por otro lado, "mimooza" es un neologismo que n o
aparecía en los viejos diccionarios de temas de estación de haiku ;
En el tiempo de las mimosa s junto a la estridencia de esta palabra en la lengua japonesa, está s u
hago un arreglo flora l aspecto neutro en cuanto a tema de estación .
con la mimosa recién venida , Sin embargo, el haiku es japonés, y la costumbre del arregl o
floral es sumamente típica del ambiente nacional del Japón .
"lkeru" es el verbo que denota la acción de arreglar las flores ;
Hekigodo o entra en la palabra "Ikebana" (= arreglo floral) .

Konogoro / tsuma / naki / yaov a 3: Es un cuadro en el que se recrearía el Romanticismo . Hekigodo o


ha elegido la pauta silábica que ha estimado más oportuna, con u n
na / wo / tsum u
total de 26 sílabas ,
aruji / msum e
El verdulero, dueño de la tienda -insiste el original mediante l a
Muerta recientemente su esposa , palabra "aruji"- y su hija, "musume", que aparece en aposición sin -
táctica junto a "aruji", hacen ahora la labor de cargar el carro, labo r
el verdulero y su hija cargan las verduras , en la que habitualmente actuaban el verdulero y su esposa . La longi-
cargan las cebollas . tud del haiku sugiere tal vez la lentitud de la operación misma descrita .
"Tsuma naki yaoya" es una expresión elíptica y literaria po r
Hekigodo o "tsuma no nai yaoya" .

Kodam a 4 . : Es éste un haiku totalmente inusitado . En primer lugar tiene u n


"Ooi" / to / sabishii / hit o título, hecho que es una clara innovación en la pauta del haiku .
"Ooi" / to / sabishii / yam a taCdemáosnúicvr,toalmenigusvlaútm a
palabra, que por cierto es en ambos casos de dos sílabas . Tenemo s
Ec o pues dos versos de diez sílabas, con una titulación de tres .
iEh . . . y!", llama el hombre sol o No hay verbos, .En la traducción nos han parecido ineludibles .
" iEh . . . y!", responde la sola montaña . La oposición "llama-responde" nos parece estar sugerida en el para-
lelismo de los dos versos del original .
Nos encontramos ciertamente ante una composición ingeniosa ,
Seisensu i pero dudosa en cuanto a su índole de haiku .

Hibari / tenjoo / de / nak i 5 : Es otro ejemplo de "nuevo haiku", irregular en su esquema silá-
daichi / de / nak i bico (9-6-8) . Es cuestionable si hemos de enjuiciar este poema com o
nakinagara / nobor i haiku, pues su desequilibrio silábico (el verso intermedio es el má s
corto) lo aleja bastante de la pauta del haiku . Con todo es una bonit a
Canta en los cielos la alondra , pieza poética . Hay en ella un eslabonamiento sucesivo de los verso s
canta en la tierr a por obra del verbo "naki", que está además en su forma más nomina l
remontándose al cantar . y de enlace . La triple repetición de "naki" sugiere por ritmo imitati-
vo el mismo canto insistente de la alondra . La mención del cielo y l a
tierra parece querer compendiar toda la creación . "Vagara" es com o
Seisensu i un adverbio, que significa " mientras " , El final del poema en "nobori" ,
también en forma nominal y de enlace, equivale a dejar el verso abier -
to al interminable movimiento ascensional de la alondra, ya que u n
final más tajantemente conclusivo sería "noboru" .
24
Higurashi / nakeba / nakeb a 6: Liberado de los cánones del haiku, Seisensui nos da aquí tam-
bién una bella y original composición . El "higurashi" (= oscurecedo r
higurashi / nakitsur e
del día, etimológicamente) es una especie de cigarra que canta a pri-
higurur u
meras horas de la tarde o de la mañana . La reiteración de las palabra s
Cuando canta el higurashi , llega aquí hasta el límite de sus posibilidades .
En los dos primeros versos tenemos dos palabras repetidas co
cuando canta , : higurashi-nakeba-nakeba-higurashi ; y a continuación ncétriame
canta en cor o un par de palabras compuestas a cual más original . La primera es un a
y el sol muere . plasmación de la pluralidad que ya se venía sintiendo en el sujet o
"higurashi" : "nakitsure", que es una formación nominal (- canta r
grupo, a la letra) analógica a otra que existe en japonés : "futari-zure "
Seisensu i (= grupo de dos personas) . "Higururu" es un juego de palabras co n
"higurashi", y compendia un segmento más largo en lengua ordina-
ria : "hi ga kureru" . "Nakeba" es una forma condicional o de circuns-
tancia temporal no especificada .
En este poema se mezclan pues la brevedad, la reiteración y e l
juego verbal .

Kasa / m o 7: Este pretendido haiku puede haber sido perfectamente una frase
coloquial que en un día de lluvia oyó el poeta a algún transeúnte .
moridashita / k a
Son nueve sílabas, que admiten una cesura después de la tercera .
¿También mi paragua s El posesivo español "mi" es de la traducción . En japonés no s e
usan tanto los posesivos . El "verso" comentado parece ser una fras e
comenzó a calarse ? de admiración de alguien al comprobar que para colmo de males s u
paraguas comienza a hater agua .
Santook a "Moridashita" es forma coloquial, por la más literaria "morisa-
shimashita" .

Kare-kitta / kawa / w o 8: Es notable la brevedad expresiva de Santooka, que aquí citamo s


watar u como ejemplo del extremo de desnudez formal a la que también h a
llegado el haiku .
Cruza r El sufijo "-kitta" indica acción perfectamente consumada . "Wa-
el lecho seco de un río . taru" es el verbo en infinitivo, desposeído de flexiones de tiempo y
persona .
Santook a

9: La forma de este haiku es totalmente ortodoxa en lo que respec-


ta a número de sílabas . Lo que nos asombra en él es la audacia d e
Ragubii / n o
Seishi, que ha llevado la miniatura poética del haiku al torbellino d e
tazei / okuret e
sudor y polvo que es el campo de rugby . Ciertamente la palabra qu e
kakeri / kur u
abre el haiku no es poética . Por lo demás cierto sentido de estació n
Rugby : un pelotón de jugadore s hay desde luego, ya que se supone que la temporada de' rugby n o
dura todo el año . Sería un nuevo concepto de estación .
llega corriend o Y no estará de más observar que bastaría con cambiar la palabr a
algo retrasado . "ragubii" por otra supuestamente más poética --por ejemplo, "bushi-
domo" (= los guerreros o samurais) que tiene el mismo numero d e
Seishi sílabas- para que se restableciera el lesionado sentido lírico .

25
'Natsu-kusa 10: Vale para este haiku un comentario análogo al del anterior . Si-
ikansha / no / shari /k n lábicamente es regular . Su elemento de modernidad es la locomotora .
kite / tomar u La estación no puede estar más marcada . No deja de ser poético e l
hecho de que la locomotora se detenga para contemplar el verdor d e
En el prado, en veran o la hierba en verano .
La partícula "ni" da idea del sitio preciso en que la locomotor a
las ruedas de la locomotor a
frena, Sitúa la circunstancia de lugar con más exactitud que la otr a
al llegar se detienen . partícula local "de" .

Seish i

11: Seishi ha introducido aquí dos anglicismos o americanismos : "pi-


sutoru", derivado de "pistol", y "puuru", de "swimming-pool" . E
Pisutoru / g a haiku hubiera asombrado a Bashoo por su léxico y por su ambien-ste
puuru / no / katak i te . Sin embargo, si ha de existir una poesía del cemento y las compe-
men / ni hibik i ticiones deportivas, como la hubo antiguamente de las balsas por e l
río, el haiku que elegimos no es desapropiado . La intuición que lo h a
Retumba la pistola de salid a originado es la auditiva, y creemos que la aliteración de los dos últi-
en la dura superfici e mos versos en -ki "kataki, hibiki", expresa bien la dura resonanci a
de la piscina . del disparo de pistola .
"Kataki" es además una forma culta y literaria para este haiku .
La coloquial es "katai" . "Hibiki" es la forma nominal y de enlace d e
Seish i "hibiku", que, aparte de su triple aliteración de la palatal aguda / i / ,
deja abierto el sentido a la resonancia del tiro de pistola .

12: "Pato " es de la traducción, pues el original sólo nos da "pájar o


Mizuo / hiit e de agua" . Es notable la formación nominal de palabras, prodigio d e
hanaruru / hitots u concisión : "mizuo" (= agua-cola) "uki-ne-dori" (formas nominales y
ukinedor i de enlace de los verbos flotar y dormir + pájaro) .
"Hanaruru " es forma culta, por "hanareru" . También es notabl e
Uno de los patos, dormido , la palabra "hitotsu" (= uno, indiferenciado) que resulta antinorma-
y flotando a la deriva , tiva, frente a " ichi•wa " (= un pájaro) .
traza una estela en el agua . Compárese el original con la traducción de Blyth, para constata r
la brevedad de este haiku que es, por lo demás, típica :
Suju u
The water-birds, afloat, asleep;
water he ineo al draws One ,
Separating itself from the others.

Shiroki / te / n o 13: En este haiku, que se perfila sobre el fondo de la guerra, pode-
byoosha / bakari / n o mos descubrir un atisbo de comparación interna entre los enfermo s
ochiba / tak i y las hojas caldas .
"Shiroki " es la forma culta atributiva, por el coloquial "shiroi" .
Blancas manos , La construcción de este haiku, a base de complementos adjetivo s
todas de enfermos , ligados por el morfema "no" (= de), hace del fuego el element o
principal, sabre el que inciden los sintagmas anteriores ; y de éstos, e l
sobre el fuego de hojas caídas . primero a su vez incide sobre el segundo . El haiku sería pues en es -
quema : "el fuego de enfermos de blancas manos" . No existe ningú n
Hakyo o verbo .
26
o 14: Volvemos al haiku clásico en su forma y en su inspiración . La in-
ne / ni / samazama / n o tuición de este haiku es de desolación ; es una visión de la transitorie -
ochiba / kan a dad de la vida en unas flores secas de crisantemo .
Hemos elegido el artículo determinado para "seto crisantemo" ,
Junto a la raíz porque parece que así se concreta la visión a un crisantemo .
del seco crisantemo , Sobre la fuerza expresiva de "ni", cf . (hk . 10) .
"Samazama" es una palabra construida por reiteración, com o
diversas hojas secas . hay muchas en japonés, muy expresiva para indicar "varias clases" ,
ya que equivale aproximadamente a "clase-clase" .
Kyosh i

15: "Oo" es un prefijo que significa "grande" . La palabra "sora "


Oozora / n i (= cielo), en esta composición sonoriza su primera consonante, co-
nobi- / katamuker u
mo marca de sutura .
fuyuki / kan a "Nobi-katamuketu" es una bella formación verbal que ocupa t o
do un verso de siete sílabas . Su longitud es como el mismo crecimien -
Crece inclinándos e to del árbol que se canta ,
al cielo inmenso , "Fuyuki" también es un bonito compuesto, muy a tono con l a
árbol de invierno , concisión poética del haiku . Hemos elegido un singular genérico para
la traducción .
Kyosh i

Koki / hikag e 16: "Koki" por "koi" . Cf . "shiroki " (hk . 13) ,
hiite / asober u "Asoberu" equivale al actual "asobu" . Da un tono culto y lite
tokage / kan a haiku. La traducción inglesa de Blyth es aquí sumamentraioest e
descriptiva : " . . .are darting to and fro" .
Arrastrando sus densas sombras , "Hikage" y "tokage" están emparentados fonéticamente, com o
lo están realmente el lagarto y su sombra . Es un logro más de est e
juguetean los lagartos .
haiku descriptivo, modelo de observación y de plasmación verbal .

Kyosh i

17: El nexo "no" (= de) está aquí aprovechado hasta sus última s
Sankaku / n o posibilidades expresivas . En su primera aparición denota una atribu-
tokage / no / kao / n o ción adjetiva : cara de triángulo, o triangular . En el segundo caso, po-
sukoshi / nobu / k a sesión : cara del lagarto . En su última instancia, "no" desempeña e l
papel de señalar el tópico o sujeto del verbo "nobu" (a saber, "kao") .
La cara triangula r El verbo "nobu" ha aparecido recientemente en otro haiku d e
Kyoshi (hk . 1) . Aquí está en su forma corta, que to convierte en co-
del lagarto ,
loquial, con el morfema segmentable interrogativo "-ka", en aposi-
crece ligeramente . . . ? ción .
Este haiku nos revela también el espíritu de observación natura l
Kyoshi de Kyoshi, en la linea tradicional de Buson .
27
Haku / bota n 18: "Botan", cf . (hk . 51) . "Haku" como prefijo para "blanco" e s
to / iu / to / iedom o lectura china . La lectura japonesa del carácter es "shiro-" . Ya hemo s
beni / honok a indicado que, por contraste con el tanka, el haiku introduce a vece s
palabras chinas .
"Blanca peonia " "To iu to" es una expresión preciosa, altamente coloquial . "le -
-decimos, y con tod o domo" es la forma concesiva del verbo "iu" seguida del sufijo adver-
es vagamente raja . sativo "-domo" . Todo el segundo verso, con la alternancia de "to" y
las dos apariciones del verbo "iu" tiene un ritmo ondulante, que re-
fleja la vaguedad del color rojo de la peonía, la insignificancia d
Kyosh i , etodlsnib

Haru-kaze / y a
19: El japonés lucha con la naturaleza, no contra ella . Ya hemos in-
tooshi / wo / dakit e
dicado a propósito de Bashoo que el poeta tiene que sufrir el frio y
oka / ni ¡ tats u
el azote del viento para comulgar con la naturaleza . Lo mismo le ocu-
rre al monje budista .
Viento de primavera :
"Haru-kaze" es un compuesto, a base de lecturas japonesas (hk .
con todo mi coraje , 20) . "Tooshi" . sin embargo, es un compuesto chino . Esta es una oca-
erguido en la colina . sión más de constatar el cosmopolitismo mental y linguístico de l
haiku .
Kyosh i "Oka ni tatsu" es un sintagma breve, todo lo breve que pued e
ser, El verbo "tatsu" está en su forma abreviada, coloquial .

Aki-kaze / y a
kokoro / no / naka / n o 20: El arranque lírico de este haiku nos recuerda los más fino
iku sang a as de Juan Ramón Jiménez . El paisaje está dentro del poeta, spoem en s u
"kokoro", palabra que equivale aproximadamente a la "mens" latina .
Viento otoñal ; "Aki-kaze" : viento de otoño .
icuántos montes, cuantos ríos , "lku" es corno un prefijo, adjetivo indefinido de cantidad. S e
en lo más intimo de m ! e ha agregado el compuesto chino, breve (las lecturas chinas suele n
ser más breves que las japonesas) : "sanga" ; el equivalente en lectura s
japonesas seria yama-kawa . El verso final resulta así gratamente bre-
Kyosh i
ve, como un broche de concisión y exactitud .

Sooshun / n o
niwa / wo / megurit e 21: "Sooshun" es un compuesto chino y equivale a "primaver
. arápid"
mon / wo / idez u
"Megurite" es una forma culta, por el coloquial "megutte" . Est a
En la temprana primaver a construcción culta del gerundio es muy frecuente en poesía .
paseo alrededor del jardí n La primera persona es de la traducción ; nos ha parecido qu e
transmite mejor la idea de experiencia inmediata .
y sin salir del portón .

Kyosh i
28
Arturo Carrer a Del autor al lector : o a quien leyere estas lineas : esto es u n
humilde y humillante informe ; pero además : es un artefact o
que no funciona . Y aquí cabe transmitiros una anécdota poun-
dina referida por Haroldo de Campos en su afectuos o
Metalinguagem : "después de leer un famoso tratado de estética que l e
TEJIDO S había prestado un amigo, Ezra Pound, en su peculiar italiano ,
resumió sus impresiones exclamando : "Tutto bellissimo, m a
non fonctiona" .
ESPONJOSO S El tema escogido para este "informe" es la evolución - o
revolución o revuelta, poco importa- de la concretud . Y, par a
los buceadores de malas historiografías literarias argentinas : l a
"novísima poesía platense" y la "escritura ilegible" de Mirt a
Dermisache .

Sin duda alguna, para América Latina, la poesía concret a


extiende sus raicillas adventicias hacia el escrupuloso trabaj o
de Alfonso Reyes : "Las Jitanjáforas" 1, Que, después de se r
"leído" por Severo Sarduy vía Cintio Vitier, se ha transform
. adoenu"riqzclst

Pero hay otros antecedentes . En noviembre de 1897, desd e


Valvins, Stéphane Mallarmé autoriza al argentino Leopold o
Diaz, a traducir algunos de sus poemas . Hacia 1938, Alfons o
Reyes hace una deliciosa conjetura : "¿sospechaba Mallarm é
que sus obras llegarían a ser objeto de culto cariñoso en est a
obra América que él ya no alcanzó a saludar?" .

En 192 n , en su articulo "Las Jitanjáforas", publicado en l a


revista Libra, en Buenos Aires, el mismo Reyes señala en s u
catálogo jitanjafórico varias apreciaciones argentinas . Créase o
no, esas apreciaciones que señalaré más adelante y el rumo r
histérico-petrificante de unas niñas a cuerda, tienden un arc o
iris caligráfico sobre las esperanzas "modernísimas" de la fu-
tura poesía concreta argentina .

En pocas palabras, dieron cabida al apelativo "jitanjáforas" ,


además del ondulante silabeo de : "Filiflama alabe cundre 1 Al a
olalúnea alífera / alveolea jitanjáfora . . .", la ecolalia enloque-
cedora a un tiempo sedante, de unas Meninas Parisinas que a l
son del ruido en los moños volados, separaban la forma de l
contenido, el significante del significado, en las adormecida s
y burguesas testas de los contertulios de Mariano Brull, po r
esos años -30 creemos-, y --como ameniza Sarduy con su s
rococoes : "en esa escena de exilio afelpado" de la diplomaci a
cubana en París . Se trataba de las preciosas niñas del "exilad o "
y de sus ínfulas por "renovar los géneros manidos" .

Esas niñas que nacieron peinadas recitaban "eso" - Y eso s


chillidos pentatónicos de sobremesa, favorecieron el diverti-
mento polifónico de los poetas del porvenir . También diero n
pie al derroche de tilinguerías placeras e incongruencia
serótica,dgnumbeaolngrzdLuciV
-¿Peropquéabi,cmfegonjuqscaldo .Mansil e
cultivo contra la teoría de los goces? Pues debemo saceptr
que tanta emoción y tanto galimatías fonético se hundió e n
una alegría sombria - Dice Reyes en el mismo articulo- "M e
asegura Borges que entre estos intentos de poesía absolut a
hay algo de maldición bíblica o de amenaza antigua . - -" Y a
POEMA MATEMÁTICO FALLIDO VIGO empezaban los intentos de ataques contra toda una estética

29
de fumistas y de poetas que como todos los poetas--- se di- Girondo buscó el silencio de una algarabía, de un bullici o
vertían . ¿Y por qué no? ¿En nombre de una "mala factura" ? vertebral : los ideogramas que nos sirven como columna e irra -
¿11) es que acaso ya hablan leído El Uruguayo, de Copi? ¿Cuá l diación de un alfabeto pulsional : es la escritura . Saltó en l a
era el "precio de la escritura"? Si Aristófanes se permitió r masmédula la queja de un significante conquistado y ultrajad o
epasrnl húmedasulontpéyicasdel s por el lenguaje .
ciuffolotti y de las crestadas aves, ¿por qué no podían atacar ,
estos "falsos" poetas, la mimiduplicación de otros "ruidos "o Su posición frente a "nuestra" escritura es fundante : s u
la mimicación de un idiolecto bárbaro ? "nhuevo" no es colonial ; es el nhuevo reproche de la "litera-
tura" a la "escritura" . Recitemos que la "literatura" representa
Pero mi deber, según creo, escolar, por excelencia, es cita r un mundo infinito y el "texto" figura lo infinito del lenguaj e
de la tabla de Reyes, recitar los Adelantos de la Jitanjáfora e n sin saber, sin razón y sin inteligencia .
Tierras Argentinas : Luis Cané habla en sus poemas de la "vací a
jitanjáfora" - Arturo Capdevila, en su Gay Saber (La Plata , Girondo creyó en 4a novedad . En la "funcionalidad", en e
1937), considera la jitanjáfora "un esfuerzo hacia la salud", y sentido poundiano del término, de la poesía . En pocas palabras :
la llama "Demonio de Esculapio" . Ricardo Güiraldes hac e creyó en el sentido . Y hasta -desorganizándolo enigmática -
contestar a uno de sus personajes " con estos ruidos" : "HM , mente- fundó un sentido . Lo inventó .
M . . . HM" . Arturo Uslar Pietri en Las lanzas coloradas le hac e
emitir al planeo de los caballos un " iZUAJ!" . Lugones s e
divertía con Darío y Ricardo Jaimes Freire, recopilando son- La diagonal cer o
sonetes : "Unillo, dosillo, tresillo, cuartana, olor a manzana "
. . Berta Singerman recitaba el "CHIVITO" . Etc . Según Sar- El valor -siempre "residual"-- de esta vanguardia poétic a
duy, para una historia coherente de la literatura, poco tien e argentina --aparecida a partir del Nro . 20 de la revista DIAGO-
que ver esta "olvidable y benigna farsa" de las Jitanjáforas, co n NAL CERO, en La Plata, Bs . As ., 1966- , reside en su pulsió n
el posterior rigor ante el azar de los concretistas brasileros . N o de "integración al arte" moderno y a la búsqueda mimética, e n
obstante, en esta anécdota desplegada con tantos detalles po r el sentido más moderno del término, de una heterotopía (e l
A . R ., se me ocurre que hay una tensión y una compacidad d e pop-art, el cine, 4a nueva arquitectura, las historietas, las Cien -
mitología "adaptable" a la historia "coherente" de la litera - cias matemáticas, el folklore urbano, la televisión) a costa d e
tura 2 . la masacre inventora : "cualquier técnica y su poder no inten-
cional tiene dos finalidades : la destrucción y la ampliació n
De estas irresponsables jitanjáforas se puede pasar fácilmen - pero un solo deseo : la aventura . Sobre las mil evocaciones d e
te trasponiendo sólo el umbral de una ideología que reivindi- una palabra emerge aquella que era insospechable por destruc -
ca el goce de la escritura, o su dicha inquisitiva tan mal recu- ción de las 999 restantes .
perada- al texto : a un regodeo fónico rundante para nuestr a
escritura . ¿Girondo ?
" ( . . ,) El poerna debe ser deshuesado de todo contexto lite
rario" . (Extracto del artículo de Julien Blaine, aparecido en D .
C . Nro . 21) .
Girondjáfora s
En Los Huevos del Plata, Uruguay, 1968, Edgardo Antoni o
Apogeo de las jitanjáforas, los últimos poemas de Girondo , Vigo escribe : "A todo esto iqué pasaba con la poesía actual e n
En la masmédula, se vuelcan hacia una soterrada búsqueda de l la Argentina ?
amor : del contenido obliterado mediante una trabazón silábica :
la paulatina y exagerada mixtura de enjambres timbricos . Fu- "Libras románticos y sociólogos del metro, cantonan co n
ror fónico . fuerza "surrealista" las cosas comunes que por repetición se
tornaban baladíes . Una serie de términos de la "alta poesía "
Matriz "antropofágica" de la significación, el contenido e n ya no se entroncaban con el real latir de esta segunda mitad de l
Girondo es una Madre de la Invención : una máquin siglo XX dominada por la IMAGEN .
.a,Edlemvocrnis átyódo afonágic -
tico a medida que nos apegamos a un referente ya caído en l a "Las revistas literarias se regodeaban en publicar el "metr o
ranura del tragafonemas . El cospel se dirige, coma un isótop o libre" corno el último grito de la moda, pero se delataban co n
radiactivo, a nuestra médula : a todos nuestros sistemas vulne - un preciosismo tipográfico que buscaba arrancar el bloque d e
rables de intercambio de deseo . La más-médula es el espaci o las letras para pretender hacer la composición más dinámica e n
cor(por)al de una significación "consumida" por una histori a el plano-papel . "
(vieja) de la literatura : es el estallido carbónico y oscuro y
triunfal del sentido . El Nro . 20 de D .C . nos enfrenta con los FONETIC-POP .
POEMAS, de Luis Pazos, los IBM de Omar Gancedo y la PO E
Estar en la masmédula es permanecer en la utopía de u n SÍA MATEMÁTICA de Vigo . Que en sus POEMA
estremecimiento hiperfónico : un ruido hiperestelar en el nive l .C(onteEx,Parísd1967)cotpliega SMATEÁICOBR S ,
del texto . Y ahí cabe aquella sentencia china : "nuestro cielo e s agujerea e imprime sobre tres planos, tres fondos intercambia -
la masa de nuestro pueblo y nuestra escritura" . bles de colores diferentes .

30
Más tarde se agregan al grupo : Jorge de Luxan Gutierrez y
Carlos Raúl Ginsburg . Este último escribe : "La poesía visua l
es un lenguaje y no una lengua . Mis poemas no son soporte de l
subconciente, la emoción, etc . ; son una materia linguístic a
trabajada visualmente ; la autoexpresión es del lenguaje-grafis -
mo, no del poeta" . (1968 )

Gutiérrez escribe : "fuentes de la creación poética : el folklo-


re urbano, la publicidad, etc ." . Es decir, la máxima objetivida d
posible en contraposición a la poesía tradicional que parte de l
Yo como fuente de creación .

"Como la palabra poesía es insuficiente para abarcar tod o


mi contenido expresivo la reemplazo por el término propuest o
por Otto Hahn : ACTUALIDAD . "

Pazos escribe : "Mi poesía fonética se basa en seis supuestos :


1) -El mundo exterior como fuente de la creación literaria (ob-
jetividad) ; 2) -La onomatopeya corno arquetipo semántico (ba -
sada en la observación de las historietas) ; 3) -La imagen PO P
corno teoría de la forma ; 4) -El juego (sentido del humor com o
temple poético) ; 5) -El objeto útil (en reemplazo del libro tra-
dicional) como medio de comunicación ; 6) -Una axiología qu e
tiene a la libertad como fuente de los valores y al cambio com o
máximo valor .

Omar Gancedo escribe : "Los equipos electrónico


ados representan en sí mismos un poderoso poema . Partiend
smecaniz o
de esta premisa he realizado esta experiencia poética usando :

Una perforadora modelo 53 4


Tarjetas I .B .M .
Una Card Intérprete .

"Mis poemas no son un trabajo técnico, sino nuevos ele-


mentos técnicos usados en la ambición del mundo poético" .

Me he limitado a trascribir, escueta y desorganizadamente ,


los postulados de una poética persistente : "en toda persisten-
cia hay una memoria del juego y de la poesía" . Recibo periódi-
camente los trabajos de Vigo : objetos pluridimensionales, vi-
sualmente siempre barrocos, organizados siempre para desorga -
nizar las percepciones de su primer lector : el "poeta" .

En general, teóricamente, la poesía de Diagonal Cero recrea


La poesía es un hecho que sucede en el mundo exterior . los postulados de un ciclo poético que va de la poesía visual a
la poesía "verbivocovisual" y fónica : Mallarmé, Pound, Joyce ,
Su materia son los anuncios de neón, los bocinazos, e l
Cummings . Todos los acontecimientos teórico-críticos deriva -
parloteo de la gente, las escaparates. ( . . .) Es un hecho
dos de este ciclo fueron retomados luego por el grupo brasiler o
que sucede en la ciudad, a cada instante y a cualquiera .
Noigandres y figuran también como soporte crítico de Diago-
Mis PHONETIC POP SOUND son imágenes sonaras ex -
nal Cero . Eso nos advierte sobre el grado de avidez intelectua l
traídas de esa fuente inagotable de creación que es la
y capacidad integradora del grupo .
realidad cotidiana . Pero como esa realidad es infinita,
me he limitado a reunir algunas partes tales como so -
nido roto, pirámide, acumulación, imagen sonora de En un manifiesto que acompaña un objeto MAILART-
montaje seriado, sonido luminoso, doble sonido, enu- WORK, el poeta Edgardo Antonio Vigo escribe : "época d e
meración, paisaje sonoro y algunas incursiones err el rea- crisis, el tembladeral generalizado mueve las estructuras de l
lismo narrativo como "El Seso", "La Pelea", "El Suceso", ayer firme . La realidad crítica evidencia un mundo en cambio .
etc, Uds . pueden reunir muchas más. Sin embargo, como desviada contradicción, en el campo de l a
marginalidad el revival de la "nostalgia" ha nacido . Lo certi-
Luis Pazos fican : exposiciones, homenajes, búsquedas de paternidades y

31
Al perforar las tarjetas se usaron combinaciones auto -
máticas de acto "reflejo" traduciendo estados emotivo s
y ubicación visual.
Las tarjetas perforadas fueron leida s
por la maquina interpretadora .
Para estas lecturas se usa
ron paneles de controles con programación al azar .

el desarrollo programado determinadas palabras re-


presentan el apoyo emotivo para la captación de
. lmiso
La experiencia realízada funciona como un gran cir-
cuito, perfectamente determinado, el cual deberá se r
recorrido por el lector, poniendo su propía capacidad d e
creación para poder llegar a determinar lo que h
.tiegranm arecoid

Omar Ganced o

32
antecedentes de "lo novísimo" . Esto último, en un intento d e el ejercicio invisible del trazado de un círculo . Un círculo p
autojustificación del fundamental/fundamento del "salto a l : "la esencia de círculo ; la forma que se revierte sobre serfcto u
vacío" que representa toda novedad . ( . . .) En la marginalida d nombre" .
no existen antecedentes primeros, ni popes entronizados, sim-
plemente coexisten seres creativos que amplían, en base a su s Barthes, maestro, también nos indica canto Mirta Dermisa-
intercambios, un círculo que debe, imperiosamente, crear su s che, con sus "grafos", nos aproxima a los problemas teórico s
propias formas y no utilizar las perimidas de la cultura oficial . de la escritura . Cómo llamó nuestra atención sobre la mani-
No es el hecho creativo en sí lo importante . Sino lo es, la ac- pulación de la materia misma de la escritura ; maestría --o gest o
titud del que practica le tendencia . Si ésta supera el resultad o sin límites, o "koan"- de alguien que emprende la tarea d e
de la respuesta creativa, es buen síntoma, porque esa actitu d avanzar por la contingencia del deseo . Manipuló la escritura
asumida implicaba el rechazo de todo desvío, manteniend o alineándola fuera del saber - Sus grafos nada dicen, y lo "dicen "
una posición de "rompimiento real" y no de "removedo r todo : son la caligrafía misma y sus salpicaduras de oro . Impen-
esmerado" . El enlazamiento de los practicantes dará com o sable (o ilegible) desde cierto punto en la escala del saber . Le-
fruto un grupo en sociedad, su desperdigamiento, mantendr á gible en tanto práctica que se desentiende del saber : ilegibl e
el estado de anarquía creativa . El primero correrá el camino , en tanto "precipitado de visibilidad" 3 del pensamiento .
ya transitado, de cambiar para no cambiar ; el segundo, será
paralelo, de existencia de improbable comprobación, Cuando a Barthes se le preguntó un día por sus propia s
yguardaráes extrañomisterioquesequiebra,cuandoelquerecib e grafías, publicadas por primera vez en la revista Luna Park ,
está en estado de oir la propuesta" . respondió : "si mis grafías son ilegibles, es precisamente par a
decir no al comentario" 4 .
Noción de límite para los herederos del sentido, la poesía e s
la redistribución de una metáfora perpetua : aquella que le d Carlos Donnelly señala que la obra de M .D . debería llamarse :
potlatch, Pero sólo en eevulanodscráte l "acto original, y si no inédito, ancestral" 5 .
sentido que le inventó Georges Bataille en su Teoría de los
potlatchs : ambigüedad y contradicción . La contradicción de l Edgardo Cozarinsky fue uno de los primeros asombrado s
potlatch no se revela en toda la historia, sino más profunda - lectores de esta obra "ancestral : lo que guardan esas página s
mente en las operaciones del pensamiento . La postulación y es el testimonio de una empresa única, cuyo sentido es cual-
el procedimiento de la novedad del trabajo poético afront a quier planteo actual de las relaciones entre escritura y semán-
nuestra riqueza a esa trabazón, a esa pérdida . La novedad , tica" .
como la poesía, como el potlatch, es la búsqueda incensant e
de la "intimidad de la pasión" . Pero además, esta escritura ilegible, lejos de su espontanei-
dad, también parece decirnos, como el Diario de Nijinsky : "soy
Toda poesía es experimental : me refiero a la auténtic a la carta, y la pluma y el papel" . Soy la esencia y la divinida d
poesía de pasión : no a aquella de los burócratas literario s de la escritura . Pero se trata, tal vez, de una divinidad esqui-
que se esfuerzan por imponer un esplendor deceptivo de l zofrénica : la divinidad que determina el paso del sujeto po r
trabajo poético . Es el desequilibrio que alcanza la lógica de todos los predicados posibles . Es la escritura misma pero "n o
la mediocridad : la ataraxia de la pasión . Suelen excusarse : existe nada de originario" .
"esos chicos vuelcan ideas viejas en formas aparentement e
nuevas" . Lógica -también- de excusado . Soy Thoth, no soy Thoth, soy el grafo soy el cuerpo soy e l
libro soy el deseo . Soy Dermisache : "nada de problema de sen-
tido, sino tan solo de uso . Nada de originario ni de derivado ,
. sino una derivación generalizada "7
La escritura ilegible de Mirta Dermisach e

Una casa zen, aparentemente vacía, la voz retumba, lo s


gestos forzados en el espacio diáfano dejan en el aire u n
rumor de cigarral en la noche del verano . Una mesa blanca ,
de madera pulida, y sobre las vetas lucientes, las páginas d e
los libros colmados de grafías violentamente miméticas en u n
1. Cf . : Alfonso Reyes, La experiencia literaria, Losada , Bs . As, 1969 ,
principio ; después, como los manuscritos de Santa Teresa ,
provocadoras de un vértigo escritural - con el perdón de l a pág . 182 .
2. Cf . ; Severo Sarduy , "Hacia la concretud", en Blanco, otoño 1979 ,
palabra- : quise decir : de una exquisita sensación de escri-
pág . 13 .
tura.
3- Cf . César Aire, Senta em cima, producciones criticas , 1978, inédit o
Grafos voluminosos . Negro sobre blanco o blanco sobr e 4 Cf . : Roland Barthes , en Luna Park 2, Transedition, Bruselas , 1976 ,
blanco, esta escritura serenamente ilegible remite a una págs . sin numerar .
a" de pensamiento "visible" ; su silenclo esponjoso nos fuerz
"form a 5. Cf . Carlos Donnelly, "Mirta Dermisache y la Invención de una Es-
hacia el estallido inicial de un concepto -la escritura misma-- ; critura", en ARTINF nro . 19, Bs As, 1972 .
6. Cf . : Edgardo Cozarinsky, "Un grado cero de la escritura", en Pan o
su estado estable es secreto .
rama, Bs . As ., abril 21 , 1970 .
Barthes, a propósito de los grafos de Mirta Dermisache, se- 7. Cf . : Gilles Deleuze y Felix Guattari, El antiedipo , Barral Ed., Ba
ñala la dificultad de un pintor chino que retomaba cada noche . 38 . rcelona,1972pág

33
SUSANA POUJO L
Poema s

Destino

Solemos decidi r
con probada impacienci a
dice Artemisa la casta de mirada perturbadora/
el air e
no se aquej a
de infortunio s

nuestro corazó n
dice Dafne (un laurel que rodea la frente de Apolo) :
el amo r
se estratific a
en el peristilo del templ o
lámparas votiva s
para Vesta y
los siglo s
se consume n
en el fuego!
una mirad a
de mármo l
dice Afrodita : no oye el bes o
(es muy antigu o
y se perdió)
la Sibila
desea profetiza r
lo sé
que(') sobre-vendr á
que(') sobre-vivir á
viejas pasione s
re-corporizadas
Vieja Rued a
de la Fortuna
decidi r
sabemos
en van o
34
ya que la Historia es siempre y ante todo una elección y los límites de esa elección . . . "
Roland Barthes
una verdad-era palabr a
torpes canto s
al final de la noch e
cuando(no) existe n
mariposas elegida s
(calcar sus ala s
bajo tenue luz) :
brill o atmos-fe(e')rico
sabre la pie l
estridencia de las mano s
abiertas crucificada s
en silencio sin sabe r
del madero ni de la razó n
de la noche al fina l
cantos torpes verdader a
palabra una
Elecció n

Como Paolo y Francesca (versión )

la separación de los cuerpos e s


caprichosa la de los espíritus tambié n
sobre las agua s
dos tréboles
hojas jugosa s
hastiadas/ de sus nervadura s
se dividen :
resta una línea sec a
una ecuació n
fallida (o errónea )
:los espíritu s
con las carne s
se disuelven
transita n
alargándos e
alrededo r
del fuego coma fantasma s
corno hoja s
en el desierto exprimen el jug o
que les qued a
navegan-s é
en el aire
duele huele s
a infierno
Subleva(sé) cotidianamente
el tiemp o
la pregunt a
reclinad o
sobre su hombro
un payas o
mueve/esa cara-muec a
de harina :
la ficción tiend e
la red
se caerán/segura -
(mente)
del trapecio
lo s
ángeles desvanecido s
creen
en ala s
todaví/
pero el viento
dispers a
las plumas :
en realida d
no creen

Ultimo traz o Acto de f e


La curva de la image n
era Fra Angelic o
los colores puros beatific o
era la armonía del cosmo s
con la clav e
de aquellos números abbelianos infinitos
pero se detien e
la música de las esferas :
los sonidos galopan/enloquecen/caotiza n
la materi a
los astros girarán
(dicen )
en otras direccione s
nada sabemos aún la noticia tard a
es demasiado peligros o
estar parad o
sin saber qué hace r

Hace falta
un refugi o
puede ser
la Madonn a
dic e
Fra Angelic o
36
EMETERIO CERRO
La Barrosa (fragmentos )

la Barrosa abate fu e
quien la rama novi a
hiriente sed Diablo fu e
vierte muerde Rom a
cabalgant e
quien Diablo griton a
tonsurada espacio montaña tranquera s
mano espanta redonda s
desrizan la plaza marcaro n
polen Diablo mordid a
quie n
abotonadas granito llorab a
cuchillas canel a
boga espina el pav o
ay! Diablo tabac a
desgarra pico asustado colmillo s
arcángela furioso s
herida espuela s
puja vuelo mira sureña s
ay Diablo tir a
sonrosada onda buche el pav o
puñal Diablo amad o
mordisco punza resbal a
del canela paisana s
Diablo Lebrel el pavo gallina s
ay! la indiad a
ay! historia
37
placientes plagas palidece n
que el diente engañ o
enfanga lent o
la Barrosa de l
velo inspir a
estos hermano s
eros letargo s
espacia ell a
escasos sueño s
emboscada alg a
del dios pudendos
cuelgan retoño s
pudendos los ojo s
retoños otoño s
los ojos volante s

briosos palacios que rueda n


priores y lustros que venga n
dioses emporios quo suelda n
briosos palacios que rueda n
biliosos bustos que v a
prisiones tierra s
brioso s
sion plata
ata pa n
dan frío s
tríos su s
suspiro s
pirro s
el Dio s
píos de Arge l
leves di o
vio piele s
mieles so n
don suert e
Diablo Lebrel muerte Dios
frent e
tiar a
risa
silv a
vin o
nimb o
viert e
tiz a
La Barrosa enfundada
báscula rencor hierv e
enfundada en su niev e
rencor expande vesta l
nieve del vientre so l
vestal column a
sol
la Barrosa ETERN A
sus lazos ETERNA embriagantes está n
ETERNA embozada de enormes hembra s
ETERNA embobante hedo r
hiende ETERNA encanto s
la Barrosa ETERN A

MORTALES ojos turba s


ahuman su tos curva
guturales los muro s
númenes los susurro s
nuncios los bravos blanco s
puncionan vastos flanco s
ahuma n
Luz Barrosa Luz su
tuguria estet a
suma untuos a
urticante Lu z
Luz Barrosa Lu z
furia human a
cuna arpist a
muerta arma Lu z
Luz Barrosa Lu z
fuma venganz a
luna la lanza
mustios ojos Lu z
Luz Barrosa Lu z
tuguria estel a
suma untuos a
urticante Lu z

Soy Barrosa Eterna idilio muert e


burladora del Dios impostergabl e
del hombre mirada historia velo z
al sol amada histriona mi vo z
derramo pierna cansancio muert e

abaldonada
mira velluda apelotona el iris insano y humano candor, mira abalanzando su abadesa copa Barrosa ,
triunfal y imperiosa al abanderado bastión a Dios amañado triste borrico hinchado, mira abigarrada car abnic
bálsamos por sumar barrido hijo incierto, mira, amilanada ceja manceba por su mar barrido hijo, manceba d e
balbuciente herida india Ifigenia incubante del Diablo Lebrel, mira, mira impávida indigente, mira, mira m a
maldita .

abaldonado el pensamiento aquelarre, del vient o


del viento aquelarre , derrumb a
el viento, el delator invento amarra su tumb a
talón y ambrosia, aluna la Barrosa, su roja moz a
salón abeto y, la luz pia luna, estruendosa tog a
avejona hila luz, tía pluma esplendorosa yog a
talán ave doma, ambrosia aluna la Barrosa su roja
salada Barrosa su tomo majestuoso remonta esplend e
Barrosa los magallanes juncos sotanas qu e
los magallanes digerían inmens a
digerían carroz a
carroz a

Su lomo majestuoso remonta esplende pañoleta labi o


majestuoso altar que aspirando herencia s
altar del abisagrado destin o
posa la barrosa abatida insensatamente joven despeina virginales delincuentes mano s
La Barrosa abigarrada paja embarba sus muslo s
los barbijos eclipsados embarrancada la tierra ,
Eterna, difusas lenguas traían serafine s
drenantes pecados, Eterna, mirab a
estambre, Eterna, de diosa anidando man o
delincuentemente las bocas, Eterna, roía n
embreando los nudos ojivos, Eterna, ella expel e
los brazos desatado s
soleados montes eucalipto s
eran cristos mese s
vece s
soleados mantes eucalipto s
eran cristos estremecido s
enardecidos zorrino s

soleados montes donosas


eran vuelos escamados foso s

La Barrosa repos a
moza lengua vel a
breve esposa
colosa bobad a
poros a
poros a
porosa
est á
olvidad a
dios a
ol a

dios a
ol a

dios a
ol a

mi

cru z
40
Si bien no es novedoso señalar que la Edad Media en la Pe-
nínsula Ibérica fue un constante interactuar de influencia s
raciales y culturales, parece interesante ver a través del can-
cionero galaico-portugués algo de esa dinámica, además d e
MEDIEVA L otras características .

La cantiga, o cantiga en el decir arcaico, como forma d e


GALAIC O composición poética fundamental del medioevo gallego-portu-
gués, tuvo cuatro diferentes modos: cantigas de escarnio y d e
maldecir --de fondo satírico e insultante y cantigas de amo r
PORTUGUESA y de amigo -de naturaleza lírica, y donde resulta más clara s u
ascendencia extra peninsular- . Decimos apenas "extra penin-
sular", porque su origen preciso aún está siendo discutido . S e
afirma que las cantigas de amor y de amigo habrían sido intro-
ducidas por los árabes, mediante sus jarchas (palabra que eti-
mológicamente significa salida, y designa a un tipo de estrof a
Introducción y versione s en lengua mozárabe vulgar) . En efecto, escritas -en su versió n
original en lengua romance, con abundante inclusión de vo-
de Nahuel Santana cablos árabes ; Dámaso Alonso las llamó cancioncillas de amigo
mozárabes. Textos No 1 y N o 2. Las jarchas recién descubier-
tas por el hebraísta S . M . Stern, en 1948, serían recogidas e n
publicación cinco años después (Les Chansons Mozárabes, Ed .
de la Universidad de Palermo, Italia, 1953) .

Aunque las fechas de nacimiento de los posibles autores d e


los Textos No 1 y No 2 no dejan lugar a dudas en cuanto a l
carácter precursor de los mismos, también se suele señalar (h e
aquí la referencia a un posible origen germánico) que el propi o
Carlomagno (747-814) mandó prohibir a las abadesas que es-
cribiesen y/o mandasen winileodos, término que significa pre-
cisamente cantares de amigo . En contra de esta presunción, e l
hecho de que la música que corresponde a las cantigas sea d e
evidente origen árabe (como los acompañamientos musicales
transcriptos sobre la primera copla o estrofa de las cantigas de
Sancta Maria, de Alfonso X el Sabio) lo torna más elocuente .

Del probable origen carolingio, pasando por los evidente s


textos mozárabes, claramente definibles como cantigas de
amigo, llegamos a una composición precursora de la poesía medi
galaico-portuguesa, obra del Rey Sancho I de Portugal, de-
eval
dicada a Maia Pais Ribeiro ("la Ribeirinha", reconocida ama
ntedlmiso),enlaquspedarcilntersa c -
terística (común en este tipo de pieza) del "desdoblamiento "
del autor, hasta alcanzar el - supuesto-- enunciado de la dam a
cortejada . Texto No 3.

Si bien este tipo de traslación del Yo enunciante ya se da e n


las jarchas mozárabes, es con la influencia provenzal que s e
profundizar la la exquisitez formal, Texto No 4 ; para -adicali-
zarse luego en lo rítmico y fonético, Texto N o 5 . Menende z
Pidal señala, designándola corno "retrouso da cantiga", ciert o
tipo de característica fonética similar en algunos estribillo s
onomatopéyicos como : "ailalila ailalilá / xe" empleados cas i
siempre coma expletivos . Pero no es allí donde termina el va-
lor fonético del estribillo de la cantiga galaico-portuguesa : n o
nos referirnos a la mera musicalidad requerida para el canto de l
41
texto . En el propio Texto N o 5, perteneciente al Rey Don De-
nís de Portugal, el juego predominante entre fricativas y oclusi-
vas tiene un valor semántico evidente, y lleva a plantear seria s
dudas acerca de la "ingenuidad" o intención del autor .

Hay que tener en cuenta que la producción de Don Denís


de Portugal surgía bajo grandes influencias de la poesía proven -
zal, debidas, incluso, a su educación y a la frecuentación qu e
a su corte hacían los poetas del sur de Francia, con toda su car -
ga de reglas de poetizar, como las Leys d 'amor, códigos en lo s
que se marcaba la complejidad de su inquietud poética .

En el Texto No 5, no es difícil encontrar pautas que a me-


diados de nuestro siglo desarrollaría el grupo Tel Quel, en Fran-
cia, mediante la fusión de aliteraciones producida en la interre-
lación fonética de significantes . Experiencias similares -e n
literatura de lengua portuguesa- pueden señalarse en el poet a
brasileño Mário Chamie (creador de la poesía praxis y de s u
teoría, en 1962, basado en el proceso de asociación fonética y
semántica), de quien podemos considerar este verso : "fof o
cieno, mucho Iodo, fértil moho", por dar un breve ejemplo .

Es interesante observar la evolución que se da desde lo s


primeros textos de las cantigas de amigo (S . XII), con clara s
influencias árabes, tanto en la musicalización de los texto s
cuanto en el desdoblamiento del Yo enunciante. En Macía s
(S . XIV), se puede apreciar el paso de la cantiga al poema ,
Texto N o 6. En éste, aún catalogable como cantiga de amigo ,
el "desdoblamiento" del Yo enunciante cede su lugar a l
amigo
aproienucódlator,"encfidau ;
de esta forma el Yo existencial logra su velamiento a travé s
del nivel de poeticidad, o de lirismo, alcanzado, y no en el "v
elars"dtáupeonciadtremso( a
cortejada) . Mediante ese recurso se logra conformar, en buen a
parte, la tensión significante del poema .

Si bien estamos intentando remarcar algunas aristas


males" de la poesía medieval galaico-portuguesa, no hay "for qu e
olvidar el diverso carácter comunicante, celebratorio o denun-
ciatorio, que las cantigas de amor y de amigo y las de escarnio
y de maldecir implican respectivamente . Ubicando el carácte r
celebratorio en las primeras, se hace más evidente el hiperbóli-
co ánimo denunciatorio que conllevan las cantigas de escarnio
y de maldecir, en las que la inquietud comunicante llega a des-
pojarse de toda sutileza, asumiendo así lo que Xosé Landeir a
Yrago define como "imagen brutal que subsiste en connotacio-
nes del gallego popular", Textos No 7, No 8 y N o 9, "in cres-
cendo" .

En la selección presentada, se incluye una de las raras 3 5


cantigas profanas de Alfonso X el Sabio -que han podido lle-
gar a nuestros días-. De este importante autor, por considera-
ciones de orden moral, sólo se han divulgado sus textos de cor -
te religioso . En general, gran parte de la producción de cantigas
de escarnio y de maldecir ha desaparecido, fruto de la intole-
rancia y la persecución .
Texto N o 1

¿Dices que eres adivin a


y adivinas en verdad ?
Dime cuándo me vendr á
mi amigo Ishaq .

GARES yes debina / e debinas bi-I-haqq? / Garme kánd m e


bernád / mló habibi Ishaq .

Yosef e l Escriba - Granada S . X I

Texto N° 2

Decid vos, ay, hermanitas ,


corno contendré mi mal .
No viviré sin mi amigo :
¿a dónde le iré a buscar ?

GARID bos, ay yermanellas, / kom kontener he new male . /


Sin al-habib non bibreyo : / ¿ad ob I'irey demandare ?

Yehuda Ha Levy - Iznatoraf S. X I

Texto N° 3

iAy, yo, desgraciada !


¡Cuántoviegracd o
por mi amig o
que he alejado !
a
¡Mucho me tard
mi amigo en la Guarda !

iAy, yo, desgraciada !


¡Cuántoviegrads o
por mi amig o
que tarda y no vea l
¡Mucho me tard
a
mi amigo en la Guarda !
*Guarda : ciudad portuguesa (N . del T .)

iAl, EU, coitada! / ¡Cómo vivo en gran cuidado / por me u


amigo / que hei alongado! / iMuito me tarda / o meu amigo n a
Guarda! /// iAi , eu, coitada! / iCómo vivo en gran desexo /
por meu amigo / que tarda e non vexo! / iMuito me tarda / o
meu amigo na Guarda!

I
43
Texto N o 4

Las flores de mi amig o


briosas
. van en el naví o
Y se van las flore s
de aquí bien con mis amores !
ldas son las flore s
de aquí bien con mis amores .

i Las flores de mi amad o


briosas van en el barco !
iY se van las flore s
do aquí bien con mis amores !
Idas son las flore s
de aquí bien con mis amores .

Briosas van en el naví o


para llegar al herido .
iY se van las flore s
de aquí bien con mis amores !
Idas son las flore s
de aquí bien con mis amores .

Briosas van en el barc o


para llegar al postrad o
iY se van las flore s
de aquí bien con mis amores !
Idas son las flore s
de aquí bien con mis amores .

Para llegar al herido ,


a servirme lo querido .
iY se van las flore s
de aquí bien con mis amores !
Idas son las flore s
de aquí bien con mis amores .

Para llegar al postrado ,


a servir mi cuerpo loado .
iY se van las flore s
de aquí bien con mis amores !
Idas son las flore s
de aquí bien con mis amores .

AS FRORES do meu amigo / briosas van no navío . / ¡E vanse


as frores / daquí ben con meus amores! / Idas son as frores /
daquí ben con meus amores . /// iAs frores do meu amado /
briosas van no barco! / E vanse as frores / daquí ben con meu s
amores! / Idas son as frores / daquí ben con meus amores . // /
Briosas van no navío / para chegar ao ferido . / iE vanse as fro -
44
res / daquí ben con meus amores! / Idas son as frores /daquí vantouse alba, ¡e vai lavar delgadas ¡ no alto, / vallas lavar alba .
ben con meus amores . /// Briosas van no barco ¡ para chegar a o ¡¡¡ E vai lavar camisas, / levantouse alba, / o vento Ilas desvia /
fosado . / iE vanse as frores / daquí ben con meus amores! / no alto, ¡ vailas lavar alba . /// E vai lavar delgadas, / Ievantous e
Idas son as frores / daquí ben con meus amores . /// Par a alba, / o vento llas levaba / no alto, ¡vallas lavar alba . /// O vent o
chegar ao ferido, ¡ servir mi, corpo belido . / iE vanse as frores / llas desvía, / Ievantouse alba . /// O vento llas levaba - / Ievan-
daquí ben con meus amores! / Idas son as frores / daquí be n touse alba, / meteuse alba en sana / no alto, ¡vailas lavar alba .
con meus amores . /// Para chegar ao fosado, servir mí, corp o
loado . / iE vanse as frores, / daquí ben con meus amores? / Rey Don Den ís de Portuga l
Idas son as frores /daquí ben con meus amores . Coimbra S . XII I

Palo Gomez Chariño - Galicia 5 . Xil I


Texto N° 6
Texto N° 5 Cautivo de mi tristur a
ya todos prenden espant o
Levantose la beldad , y preguntan qué ventur a
se levantó alba , fue que me atormenta tanto .
y va a lavar camisa s Mas no sé en el mundo, amigo ,
en lo alto, a quien más de mi quebrant o
va a lavarlas alba . diga de esto que os digo :
Quien esté bien, nunca debí a
Levantose la lozana , pensar que le hacen falsía .
se Levantó alba ,
y va a lavar trama s Cuidé subir en altez a
en lo alto, por cobrar mayor estad o
va a lavarlas alba . . y caí en tal pobrez a
que muero desamparad o
Y va a lavar camisas , con pesar y con deseo ,
se levantó alba , que os diré, desgraciado ,
el viento Las desvia por lo que sé bien y veo :
en lo alto, Si el loco quiere, más alt o
va a lavarlas alba . subir, dará mayor salto .

Y va a lavar tramas , Pero me fui a ensombrecer ,


se levantó alba , porque me daba pesa r
el viento las llevab a mi locura así al crecer ,
en lo alto, y muero por enturbia r
va a lavarlas alba . como que ya más no habr é
si no que ver y desea r
El viento las desvía , y por ello así diré :
se levantó alba , Quien sólo en cárcel vivier e
y metiose alba en ir a sólo en cárcel morir quiere .
en lo alto,
va a lavarlas alba . Mi aventurada demand a
me expuso a tanta dud a
El viento las llevaba , .que mi corazón me mand a
se Levantó alba , que aún le mantenga muda ;
y metiose alba en sañ a porque así no sabrá n
en lo alto, los más de mi pena cruda ,
va a lavarlas alba . aunque algunos dirán :
LEVANTOUSE A belida, ¡ levantuose alba, / e vai lavar carv Can rabioso es cosa brav a
. ¡// Levantouse a louzana / leisa/nolt,v arb que hasta a su dueño le traba .

45
CATIVO de mina tristura / xa todos prenden espanto / e pre- NON QUERO eu doncela fea / que ante a miña porta pea . ///
guntan qué ventura / foi que me tormenta tanto . / Máis non se i Non quero eu doncela fea / e negra como carbón, / que ante a
no mundo amigo / a quem máis de meu quebranto / diga dest o miña porta pea, / nen faga como sisón . / Non quero eu doncel a
que vos digo : / Quem ben see, nunca debía / al pensar, que fa z tea / que ante a miña porta pea . /// Non quero eu doncela fea /
folía . /// Cuidéi sobir en alteza / par cobrar maior estado / e e velosa como can, / que ante a miña porta pea, / nen faga co-
caí en tal pobreza / que moiro desamparado / con pesar e co n mo alermá . / Non quero eu doncela fea / que ante a miña port a
desexo, que vos diréi, malfadado, / o que eu ben sei e vexo : / pea, / Non quero eu doncela fea / que h á brancos os cabelos, /
Cuando o louco quer máis alto / sobir, prende maior salto . // / que ante a miña porta pea, / nen faga como camelos . / No n
Pero que probéi sandece, / porque me deba pesar / miña loucu- quero eu doncela fea / que ante a miña porta pea . /// Non qu e
ra así cresce / que moiro por en torbar ; / pero máis non haberéi / ro eu doncela fea / vella de má cor, / que ante a miña porta pea ,
se non ver e desexar, / e porén así diréi : / Quem en cárcer so l / nen me faga peor . / Non quero doncela fea / que ante a miñ a
viver / en cárcer desexa morrer . /// Miña ventura en demanda / porta pea .
m e pós en atán dultada / que meu corazón me manda / qu e
sexa sempre negada : / pero máis non saberán / de miñ acoit Alfonso X el Sabio - Toledo
XIII S .
lacerada / e porén así dirán : / Can rabeoso é cousa brava, / d e
seu señor se e que t r aba .
Macías - Galicia S . XIV

Texto N° 7

No quiero doncella le a
que ante mi puerta pedea .

No quiero doncella fe a
y negra coma el carbón ,
que ante mi puerta pedea , Texto N° 8
ni que haga como el rascón .
No quiero doncella fe a A vos, Doña Abadesa ,
que ante mi puerta pede a de Don Fernando Esquío ,
estos presentes envio ,
No quiero doncella fe a porque se que sois es a
y peluda como leona , doña que bien lo mereces :
que ante mi puerta pedea , cuatro carajos francese s
ni que parezca una mona . y dos para la prioresa .
No quiero doncella fe a
que ante mi puerta pede a Pues que sois amiga mía ,
no quiero el gasto mirar ,
No quiero doncella te a y os quiero ya esto da r
que tenga blanco el cabello , con toda urgente guía :
que ante mi puerta pedea , cuatro carajos de mesa ,
ni huela como un camello . que me dio una burguesa ,
No quiero doncella fe a en sendas vainas de lía .
que ante mi puerta pede a
Muy bien se parecerá n
No quiero doncella fe a si es que llevan cordone s
vieja y de mal color , de dos pares de cojones ;
que ante mi puerta pedea , y ahora os voy a dar :
ni haga cosa mucho peor . cuatro carajos asnale s
No quiero doncella fe a enmangados en corales ,
que ante mi puerta pede a con los que cortes el pan .
46
A VOS, Dona Abadesa, / de mim, Don Fernando Esquío, / es-
tas doas vos envío, / porque sei que sodes esa / dona que a s
merecedes : / cetro carallos franceses / e dous aa prioresa . // /
Pois sodes amiga miña, / non quero a custa catar, /quérovs
xa esto dar, / ca non teño al tan axiña : / catro carallos de mesa ,
/ que me deu unha burguesa, / dous e dous en a baíña . /// Mu i
ben os semellaran / ca se quer levan cordóns / de sendos pare s
de collons ; / agora vólos darán : / catre carallos asnáis / enman -
gados en coraís, / con que collades o pan .
Fernando Esquío - Galicia S . XII I

Texto N° 9

Vas, que por Pero Tiñoso preguntabais, si queréi s


saber de él novedades, que quizá nunca sabréis ,
hallad estas tres señales y así le conoceréis ;
mas esto que yo os digo no la ha sabido ninguno :
aquel es Pero Tiñoso que trae el botón desnudo ,
y trae el chancro en la pija y la sarna en el culo .

Ya que por Pero Tiñoso me preguntaste otro día


que os dijese yo de él nuevas, y entonces no las sabia ,
pero por estas señas, quién no le conocería ;
mas esto que yo os digo no lo ha sabido ninguno :
aquel es Pero Tiñoso que trae el botón desnudo ,
y trae el chancro en la pija y la sarna en el culo .

Vas, que por Pero Tiñoso ahora ibas preguntando ,


que os dijese yo de él nuevas, írtelas quiero yo dando :
halladle estas tres señas, si es que bien andas buscando .
Mas esto que yo os digo no lo ha sabido ninguno :
aquél es Pero Tiñoso que trae el botón desnudo ,
y trae el chancro en la pija y la sarna en el culo .

VOS, QUE por Pero Tiñoso preguntades, si queredes / del e


saber novas certas por mim, poilas non sabedes, / acharlle ede s
tres sináis por que o coñoceredes ; / mais esto que vos digo no n
volo sabía menhún : / aquel é Pero Tiñoso que traz o toutizo n ú
/ e traz o cáncer no pixo e o albaraz no cú . /// Xa me por Pero
Tiñoso preguntastes noutro día, / que vos dixese eu del novas ,
e entón nonas sabía, / mais por estes tres sináis quenquer o
coñoscería ; / mais esto que vos eu digo non volo sabía mehun : /
aquel e Pero Tiñoso que traz o toutizo nü / e traz o cancer n o
pixo e o albaraz no cú . /// Vos, que por Pero Tiñoso m . or
des preguntando, / que vos dixese eu del novas, írvolas quero
ai
eu escanciando : /acharlle edes tres sínáis, si Ile ben fordes ca -
tando . / Mais esto que vos eu digo non volo sabía nenhun : / a -
quel e Pero Tiñoso que traz o toutizo nú / e traz o cáncer n o
pixo e o albaraz no cú .

Pero Viviaez - Galicia S . XII I

47
En su preocupación por dar testimonio de la actual produc-
LA DANZ A ción poética argentina, XUL intenta este acercamiento a L a
Danza del Ratón, con la hipótesis de que si bien no se presen-
tan explícitamente como un grupo que sostiene una poétic a
DEL RATÓN específica, sino como editores de una revista amplia de "poesí a
nueva" . de la lectura de sus textos se desprende que si trabaja n
a partir de una poética común .

La Danza del Ratón tiene como antecedente el Grup


rio de Poesía Descarnada, formado en 1978 e integrado oOnf po r
Javier Cófreces (1957), Miguel Gaya (1953) y Jonio Gonzále z
(1954), que produjera una serie de recitales de poesía (teatro s
Payró, del Centro y La Casona) y el libro colectivo Onofrio
(edicion de los autores, Bs . As ., 1979) . En 1980 surgió el pro-
yecto de la revista por iniciativa de Cófreces y Gonzalez, y e n
abril de 1981 apareció el primer número dirigido por ambos .
En noviembre de ese ario aparece el N o 2 .

La revista se caracteriza por su criterio informativo, su ton o


fuertemente polémico y un acento fundamental en los aspec-
tos éticos . El carácter informativo ataca, mediante reportajes y
reseñas parciales sobre la vida y obra de escritores
os, el silencio que existe en le Argentina sobre unymovient amplio es-
pectro de la producción poética interna y de otros países . Lo s
caracteres polémicos surgen a partir de una determinada postu -
ra ética . La contradicción entre esa ética y las conductas o la s
posiciones poéticas individuales y grupales se constituye en e l
fundamento principal de su crítica . Un par de ejemplos dond e
se denuncia "la hiperactividad a nivel relaciones públicas par a
ganarse un lugar en el Nuevo Parnaso", o que "Los Nuevo s
Delfines se mueven, están siempre listos, se los elige entre lo s
ingenuos, Fos irresponsables o los siniestros", o que "La poesí a
no es la retórica del Romanticismo, la retórica del Pop, la re-
tórica del tango, o la retórica del formalismo . Al menos en l a
Argentina, hoy, la poesía no debería ser eso", son ilustrativos .

La Danza de/ Ratón ve la producción poética presente a par -


tir de un esquema formado por una regla general y unas pocas
excepciones que no la alteran . En el trabajo Poesía Argentina:
algo huele mal, de Jonio González, se afirma que "la Poesí a
Argentina contemporánea ( . . .) está agonizante" . Se la conci-
be, en palabras de dicho autor, como predominantemente ale -
jada de la realidad inmediata hacia pianos metafísicos o místi-
cos, sin un conocimiento de la historia, carente de proyect o
cultural y de voluntad integradora con las demás literaturas de l
continente, alienada dos veces por ser extraña ala Europa qu e
imita y a la América que rechaza . Se la considera, además, ex-
traviada, vacilante, indefinida e indefinible, mediocre, híbrida ,
carente de logros poéticos y con un lirismo de segunda . El ar-
tículo insiste en comparar esta producción con la de la llamad a
generación del 40 . Esto en cuanto a la regla general .

La poética de las excepciones no está definida sino negativ a


mente por oposición a la de la regla general- o indirectamen -
te, mediante un símil con la producción de los años 60_
caracterización descubre uno de los principales efecto s Ventana suec a
del condicionamiento social que sufren los trabajos poéticos y
contra el cual aparece La Danza . . . y casi todas las revistas : l a Madeja de rubia s
imposibilidad de dar a conocer las propias obras y, en conse- en el Hall del Aeropuert o
cuencia, de conocer las ajenas . Sin embargo, un trabajo de in -
formación más amplio lleva a la convicción de que los texto s El cantab a
caracterizados como "excepciones" suman un número ta n temas de Dyla n
elevado que le quitan ese carácter, y, por el contrario, obliga n a media vo z
a afirmar que estamos atravesando uno de los momentos má s per o
ricos en la historia de la actividad poética argentina . la suela contra los nervio s
Finalmente es significativo destacar el interés mostrado po r arrastr a
la producción poética hispanoamericana y por la poesía de lo s los amarillos escandinavo s
EE .UU ., en especial de las corrientes renovadoras y contestata- "El viento idiota "
rias (Escuela de Nueva York, Ezra Pound, Ferlinghetti, poesí a que no perdona los vuelos .
negra, poesía chicana) .

Se mencionó más arriba la hipótesis de un criterio poético Javier Cófrece s


común . Para verificarlo están los textos de los siete "poetas d e
una década" publicados y la producción de los integrantes y
allegados a la revista (ver poemas que se acompañan) . Dentr o
de este criterio, el poema pasa a desempeñar el papel de sujeta Mucho antes de la era del deshiel o
en tanto producto animado capaz de modificar la experienci a
histórica de los individuos . Se privilegia su función comuni- Bóe había muert o
cante : "si las mínimas referencias a la realidad ya no existen ,
si la poesía ya no es vida, ya no testimonio, ya no confesión , yo nunca había visto a un muert o
sino mera literatura ( . . .) cómo ( . . .) sabrán las futuras gene - J . D . me los describió muy naturalment e
raciones cómo fuimos, qué hicimos, lo que nos sucedió y cóm o " solamente huecos vacíos ,
nos sucedió" . De esta forma la poesía es propuesta como ví a vacíos huecos detrás de los ojos "
cognoscitiva, con un énfasis puesto en el develamiento de l a
presente condición y dirigido a la posteridad . L
adenomicó"psíadern(ticpodelvrbsan ) En esa misma époc a
es contundente . Sugiere que la "forma" es la carne y la estruc - también a mi abuelo le enmascararo n
tura ósea el "contenido" que se trata de preservar y mostrar . de negro una galería de la parroqui a
Paralelamente hay un rechazo a la concepción del texto e n con bordados dorados su nombre y apellid o
tanto escritura y una adhesión a la vertiente que acentúa e l
elemento oral y reinvindica el lenguaje del coloquio, siguiend o Qué era su muert e
la tradición que comenzara en nuestro país hacia fines de l a Mis propios familiare s
década del 50, pero con una más marcada influencia de la ge- me alejaron del luga r
neración beatnik . Así en los poemas predomina un tono na- y aquella tarde llor é
rrativo que prefiere apostar por la vida antes que por la litera-
tura y que desenvuelve la acción dentro de una concepció n en una habitación de Ramos Mell a
lineal de la trama poética en la que el protagonista, que se pre -
senta como autor, recorta trozos de su experiencia cotidiana . Al año siguient e
La visión, en coincidencia con la mayoría de las poéticas , el lago del parque se congel ó
confía en que desde el fragmento (o desde su suma) se llega a y la madrugada fue glacia r
una comprensión más aproximada de ese todo llamado la rea-
lidad . y la avenida recién asfaltada glacia r
y la epístola del primer viernes glacia r
Como balance, la entrada de La Danza del Ratón en el pre- y los techos de 4 metros y medio glaciare s
sente contexto cultural es sumamente positiva, por constitui r y los dibujos pornográfico s
un desvío - y un desafío- a la norma de silencio predominante , sabre los bancos de granito también glaciare s
con un análisis si no suficientemente compactado
o metodológicamente riguroso, sí ríspido del medio poético, que parec e y el recuerdo de los bordados dorado s
decidido a enfrentar toda práctica no sustentada en una ética y el glaciar más profund o
que rechaza, según se desprende de algunos textos, los dogma s la alfombra de hielo que fue el Gran Espej o
y las formas autoritarias, a derecha o izquierda, de poder . para no reconocerse nunca .

Javier Cófreces
como las lechuzas o teru teru s De las migraciones de los patos salvaje s
que aniquilarnos aquel veran o me enteré por los libro s
en Capitán Sarmiento (Pcia . de Buenos Aires ) No conozco a nadie que los haya visto realment e
y cuyos fantasmas vuelve n De chico mis padres me llevaban al Aeroparqu e
de tanto en tanto . y seguíamos embelesados la partida de los lustroso s
con sus reproches ecológico s avione s
y nosotros, Oh Poetas ! las mecánicas migraciones a la nad a
ahuyentamos con la música exquisit a Partían y llegaban sin motivo aparente
del cuarteto de saxófonos belga (por ejemplo )
y ya no importa que ella se desnud e Fue una lástima no conocer los patos en ese tiemp o
y esa es nuestra pen a Tenía buena imaginación por entonces
y hasta nuestra perdición
Miguel Gay a
z Gonzale Joni

desparramando seme n
sobre el paisaje virge n
Vos dorm las con tu gat o
cuando entré a la habitació n
Lawrence Ferlinght
Vos cerrabas los ojos y dormías y é l
los entrecerrab a
los brazos abiertos de perón te daba mied o y vigilaba mis movimiento s
después en la casa paterna todos simulábamo s "No hay que dormir con gatos" dij e
historias inverosímiles mientras alguien se volvía loc o Mis pasos no eran elástico s
en el televiso r Mis zapatillas chirriaban en el pis o
Ese fue el comienzo de la caída de los pequeños diose s La cama era alta y enorm e
y mi caída fue hasta desnudarte por complet o Podía perderme antes de llegar a tu almohad a
y no perdonar un cent (met . o de tu cuerp o El levantó la cabeza y me mir ó
o dormir como disolviéndo, .o s riéndose can sus ojos verde s
en la misma vieja historia que nos sabíamos de memori a Vo s
Un día después de mucho llanto y rechinar de dierile s dormías
ignorando la coca cola sobre la fald a
y el semen sobre el céspe d II
los brazos de perón ya no te dieron mied o
entonces me sentí un jesús en el paraís o Y ahora yo mismo cierro las persiana s
miel de higo chorreando por mi barb a (en las galerías recomienza la lluvia )

el cuchillo del Gran Viejo partió en dos el día Sus ojos en la oscuridad eran fosforescente s
y algunos se quedaron con la mitad de la noch e como ciertas señales de los grandes naufragio s

Jonio Gonzále z Miguel Gaya

50
il peccato originale

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