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REVISTA D EPOSÍA
No 3 $ $15.000.-
XUL
signo viejo y nuevo
REVISTA D EPOSÍA
N° 3 diciembre de 1981 COLABORAN EN ESTE NUMERÓ :
Arturo Carrera, Emeterio Cerro, Javie r
Cófreces, Roberto Ferro, Miguel Gaya ,
Jonio González, Marcela Grad, Laura
Maciel, J . S . Perednik, Susana Poujol ,
SUMARI O
Angel Rivero, Nahuel Santana y Nor a
Viate r
¿Qué quieres decir con éso? -dijo severament e ¿Qué quieres decir con éso?- dijo severamente la Orug a
la Oruga- iExplícate ! iExplícate !
Comenza ndo el tercer número, XUL cree que las 140 pági- Generoso para el tiempo de la discusión pero reacio a doble -
nas editadas permiten algunas definiciones, muy amplias toda - garse ante los vicios que la simulan o la coartan, XUL --con s u
espíritu carnoso al frente-- mira a los ojos del lepidóptero ( a
ras del suelo, por supuesto) y le muestra el ombligo, no con i
XUL descree de las declaraciones estéticas revolucionarias . de coraje . ndiferca,somgt
5i rechaza el signo viejo es sólo en cuanto se opone a ser reno -
vado . Si procura el signo nuevo es sólo en cuanto necesario . Eso no está bien ( . . .)- dijo la Oruga .
XUL ha elegido llamarse Signo viejo y nuevo . En correspon- -No del todo bien, temo- dijo tímidamente Alicia- algu-
dencia con la naturaleza del poema (de la lengua), viejo y nue- nas palabras están cambiadas .
vo ala vez . - Está mal desde el principio hasta el fin dijo decidida -
mente la Oruga . Y se hizo el silencio durante algunos minutos .
XUL reniega de adjudicarse una posición de vanguardia, n o
por rechazar las corrientes poéticas renovadoras, sino po rlas Luego XUL miro el campo de la cultura .
connotaciones que esta palabra encierra . XUL no quiere esta r iLangostas y bicheras, todo junto!- dijo alarmado, mie
delante (vanguardia) ni detrás (retaguardia) sino dentro la cumbrera se derrumbaba poniendo en riesgo su vida . ntras
.Pret ndercaminar delante,yporl tanoquelosdemáslosigan , Un peón sin bombachas se le arrimó .
además de ser falso y presuntuoso, encubre una ideología d e iDon XUL, han requisado hasta legua! dijo v.-iEstand e
dominación que XUL repudia explícitamente . Por lo demás , lo que se ve es dificil que lo conchaben por aquí . Y dicen po r
una revisión histórica de la actividad poética muestra que lo s lo que no se ve que vamos quedando pocos .
juegos de poder entre las distintas corrientes que se pretendie- AI oir el alboroto se acercó Don Nasif, el turco dueño de i
ron dueñas de la verdad han sido ilusorios . En poesía (en arte) , mercadito nombrado últimamente Juez de Paz .
mientras dure la etapa histórica, la meta está en el camino y Ustedes hablan de desolación - les recriminó- pero XU L
la verdad tiene forma de discusión en la que participan quiene s existe . Y no es el único .
renuevan los argumentos . ---Si- dijo Martin Fierro, mir ando hacia la partida --en m e
dio de las ruinas también puede crecer un xul, y éso no niega e l
iAaargumentos! -dijo XUL . Y agregó : "hay argumento s derrumbe .
y argumentos" teniendo la convicción de que, aun siendo con-
trario a muchos, la diversidad es la mayor de las riquezas y qu e ¿Qué quieres decir con é . . .?-- No terminó de deci rla
la uniformidad anticipa el reino de la muerte, quizás el último . Oruga, que se convirtió en crisálida .
3
HORACIO QUIROG A
Poema s
El juglar trist e
En el pabellón desiert o
están las violas dormidas ;
las violas están dormida s
en el pabellón desierto !
Lemerre, Vanier y Ca .
Comenzé a escribir . . .
6
Este trabajo es una elaboración teórica acerca de la produc-
Roberto Ferro ción poética de Nahuel Santana y Roberto Ferro . E
I metadiscurso se genera a partir de un doble espacio que debe ser es-
cindido a priori para definir claramente el lugar desde el que s e
lo emite . Hay un primer movimiento que apoya y provoca l a
producción poética : el proyecto, la investigación, la búsqued a
que deviene en una serie de pautas distintas del otro : el corpu s
UN A poético producido ; entonces ambos deben ser diferenciado s
como procesos de orden distinto .
7
antes de que las diversas partes del discurso formen frases legi-
bles, corno si un espesor de otro orden clausurase y abriera u n
espacio de sentido que no es discurso . Fl blanco de la hoj a
y las marcas de la tipografía conforman una figura visual cuan -
do el discurso aún no es texto .
otro .
10
El queda enmarañado
reso . . .op En la /79, trabajador sobreviviente recuerda :
de la urdimbre
no podrá zafars e Salió del trabajo
de la intrig a sin sabe r
tejida con palabra s por dónd e
y sus rasgos habría de entra r
multiplicand o a este "free shop" del mied o
el text o que algunos ven llegar
la textura y aprietan dentro suyo :
la propia densidad , el puño el ojo el pensamiento, y las palabras . . .
de estar presente, hasta que ya no existen .
no escap a
la derrot a Pero los más
ni este confuso rito que le abraza . como é I
- sin dudas-
Ella, creciero n
sabe dejarl e con los ojo s
(' ) sol o tan abierto s
manipular que las balas pasaron sin golpea r
las Iínea s sus retinas
tesa r fueron un cuadernari o
los terminale s los recuerdos :
mas (' ) el sueno de la madre
mas (' ) una mirill a
hasta . . . a(h)-presarse él mismo . abierta
por las noche s
su mujer aguardaba
Escritura 11 cada esper a
los hijos, solamente ,
reposaba n
por ell a
Nahuel Santana aún regresa
la memoria del hombre ,
el polvo detenido sobre el tiempo ;
porfiadamente vuelve
se detiene nos mira se sonrí e
nos pregunta
y avanza -
con nosotro s
por nos -
(Y)
-otros
acerca la mañana .
07/12/79 - 16,10 Hs .
Buenos Aire s
Nahuel Santana
H
En la unidad Derecho .
(I'-)intern a Estado -
noche Y mod o
adentro : de sabe r
orificio grieta grut a que(' )-mar
que recorremos caíd o
sin encontra r quemad o
- el fi n adentro
de uno
El fin - u otro
-a l mism o
present e pervive .
"Gallina de los huevos de or o Present e
que como que se adhiere
febo se asoma" . (y )
Candente no se quit a
realidad del cuerpo
de la que nadie arriesg a ni los ojos .
sabiendo el resultad o
aún seguimos estando-- : Sin que( ' ) -
"Suban las barrera s -dar
para que pas e má s
la parca que la tensión
vibrante
y nadie vea" .
cuerd a
Uno vuelve que corona
a sentirs e (y abdica )
a sentars e o calla .
a saltarse
a soltarse
y no pued e
n iañor Nahuel Santan a
ni olvidar
la realida d
de lo que puede se r
vivid o
desde adentro,
decía
- sin olvidar los resto s
que son sumos . NOMENCLADO R
H . Sentido
Nahuel Santana 1 : Sentimient o
un
fragmento
el idilio entr e
la mirada y la llanur a
por el encuentr o
repetid o
cad a
vez
en la piel del sentid o
y el eco voluntari o
de los ojos .
Roberto Ferr o
Roberto Ferro
13
una griet a
ha cribillad o
el desierto blanco
desafiand o
su pode r
que eslabona
los silencios
desde todos los confines
amenazand o
estrangula r
cada traz o
hasta ocultarl o
solo la luz
acompaña
tamaño
atrevimient o
sólo la luz
detendr á
su aniquilació n
su muerte por aplastamiento
en la bruma poderos a
sólo la luz
que en tus ojos
repite
el desafío .
Roberto Ferr o
Piens o
en un pin o
en la sombra de un pino erguid o
en la mirada hacia la sombra de un pino erguid o
Y
escrib o
una sombra de un pin
o ove
que es una sombra de un pin o
instalada en la hoja por los signo s
piens o
que una sombra es lo inverso de la luz a través d e
le o
una sombra de un pin o
pienso
es la multiplicación iluminad a
de todos los pino s
en todas las mirada s
que se detienen en su sombra .
Roberto Ferro
14
Roland Barthe s La factura del sentid o
Anoche,stñ ,
pienso solamente
en mis padres .
15
"poema", se le ordena en esa sección der código general d e
los sentimientos que llamamos "la emoción poética" (la Poesí a
es para nosotros, comúnmente, el significante de lo "difuso" ,
de lo "inefable", de lo "sensible", es la clase de impresione s
inclasificables) ; se habla de un instante privilegiado", y sobr e
todo de "silencio " (que es para nosotros signo de plenitu d
del lenguaje) . Si alguno (Joco) escribe :
íCuánta gente
ha pasado a través de la lluvia de otoñ o
sobre el puente de Seta !
La vieja charca :
una rana salta adentro,
¡oh!, el chasquido del agua.
¡Qué admirable es
quien la piensa : "La vida es efímera "
al ver un relámpago !
16
La excención del sentid o palabras vagamente cristianas (iluminación, revelación, intui-
ción) es sólo una suspensión pánica del lenguaje, del blanc o
que borra en nosotros el reino de los Códigos, el corte de es a
El Zen ejerce la guerra total contra la prevaricación del sen- recitación interna que constituye nuestra persona ; y si este es-
tido . Se sabe que el budismo frustra la vía fatal de cualquie r tado de a-lenguaje es una liberación, es porque para la expe-
aseveración (o de cualquier negación) al recomendarse el n o riencia budista la proliferación de segundos pensamientos (e l
ser sorprendido jamás dentro de las cuatro proposiciones si- pensamiento del pensamiento), o si se prefiere el suplement o
guientes : eso es A - eso no es A -- eso es a la vez A y no A - infinito de los significados sobrenumerarios -circulo del cua l
eso no es ni A ni no A . Ahora bien, esta cuádruple posibilida d el lenguaje es el depositario mismo y el modelo-- aparece com o
corresponde al paradigma perfecto, tal como lo ha construíd o un bloqueo : es, por el contrario, la abolición del segundo pen-
la lingüística estructural : A - no A - ni A ni no A (grado ce samiento la que rompe el infinito vicioso del lenguaje . E
ro) - A y no A (grado complejo) . En otras palabras, la via ntodase tasexp rienciaspareci raquenosetra deapl stare l
budista es precisamente aquélla del sentido obstruído : el arc lenguaje bajo el silencio místico de lo inefable, sino de mesu-
anomisdelgfcaón,sberlpdigma,vue e rarlo, de detener este trompo verbal que arrastra en su giro e l
imposible, cuando el Sexto Patriarca 2 da sus instrucciones a l juego obsesivo de las sustituciones simbólicas . En suma, es e l
respecto del mondo, ejercicio de la pregunta-respuesta, reco- símbolo como operación semántica lo que se ataca .
mienda, para mejor desvanecer el funcionamiento paradigmá-
tico, que una vez que un término se establezca, el interlocuto r En el haiku, la limitación del lenguaje es el objeto de u n
se desplace hacia el término adverso ("Si al interrogarte alguie n cuidado que nos resulta inconcebible porque no se trata de se r
te pregunta por el ser, responde con el no ser . Si te pregunta conciso (es decir, de abreviar el significante sin disminuir l a
por el no ser, responde con el ser . Si te interroga por el hombre densidad del significado) sino, por el contrario, de actuar sobr e
coman, responde hablándole del sabio, etc.") de manera qu e la raíz misma del sentido para lograr que ese sentido no se d
se muestre lo irrisorio del dispositivo paradigmático y el carác- implícito, no s ifunda,osetrc dépo
ter mecánico del sentido, Aquello que se busca (con una técni- dienlasmftáor,lea edsculg,noivae s
ca mental en la que la precisión, la paciencia, el refinamient o del símbolo . La brevedad del haiku no es formal ; el haiku n o
y el saber atestiguan hasta qué punto el pensamiento orienta l es un pensamiento rico reducido a una forma breve sino a u n
tiene por dificil el apremio del sentido) aquello que se busc a acontecimiento breve que encuentra de golpe su forma justa .
es el fundamento del signo, a saberla clasificación (maya) . Cons- La mesura del lenguaje es aquello para lo que el occidenta l
treñido al enclasamiento por excelencia, el del lenguaje, e l está poco dispuesto ; no es que lo haga demasiado largo o dema -
haiku opera por lo menos con el fin de obtener un lenguaj e siado corto, sino que toda su retórica le exige desproporciona r
plano, que nada asiente (como sucede irremisiblemente e n el significante y el significado, ya sea "disolviendo" el segund o
nuestra poesía) sobre los niveles superpuestos del sentido, es o bajo la marea palabrera del primero, ya sea "profundizando" l a
que podría llamarse el "hojaldre" de los símbolos . Cuando s e forma hacia las regiones implícitas del contenido . La justez a
nos dice que es el ruido de la rana lo que despertó a Basho a del haiku (que en ningún momento es pintura exacta de lo rea l
la verdad del Zen, puede entenderse (aunque se trata todaví a sino adecuación del significante y el significado, supresión d e
de una manera demasiado occidental de hablar) que Bash o los márgenes, rebabas o intersticios que comunmente excede n
descubrió en ese sonido no ciertamente el motivo de una "ilu - u horadan la relación semántica), esta justeza posee evident
minación", de una hiperestesis simbólica, sino más bien u n emntalgodusic(múaelontidsyfrz
agotamiento del lenguaje : hay un momento en el que el len - : el haiku tiene la pureza, la esfericidaamentdlosi) d
guaje cesa (momenta obtenido gracias a un gran refuerzo d e y el vacío mismo de una nota musical ; es quizá por eso que s e
ejercicios), y es este remate sin eco el que instituye a la vez l a dice dos veces, en eco . No articular más que una vez este habl a
verdad del Zen y la forma, breve y vacía, del haiku . La nega- exquisita, sería adscribir un sentido a la sopresa, a la agudeza ,
ción del "desarrollo" es aquí radical, pues no se trata de dete- a la instantaneidad de la perfección ; enunciarla más veces serí a
ner el lenguaje sabre un silencio pesado, pleno, profundo, n i postular que el sentido está por descubrirse, simular la profun-
tampoco sobre un vacío del alma que se abriría a la comunica- didad ; entre los dos, ni singular ni profundo, el eco no hace má s
ción divina (el Zen carece de Dios) ; lo que está establecido n o que trazar un rasgo sobre la nulidad del sentido .
debe desarrollarse ni en el discurso ni al final del discurso ; l o
que está establecido es mate, y lo único que se puede hacer e s
repetirlo ; es esto lo que se le recomienda a un practicante qu e El incident e
trabaja un koan (o anécdota que le es propuesta por su maes-
tro) : no resolverlo, como si tuviera un sentido, tampoco qu e El arte occidental transforma la "impresión en descripción .
perciba su absurdo (que es también un sentido) sino rumiarl o El haiku nunca describe : su arte es contradescriptivo en l a
"hasta que la muela caiga" . El Zen, del que el haiku no es má s medida en que todo estado de la cosa es inmediatamente, obs-
que la rama literaria, aparece así como una inmensa práctic a tinadamente, victoriosamente convertido en una esencial frági l
destinada a detener el lenguaje, a quebrantar esa suerte de ra - de aparición : momenta literalmente "insostenible", en el qu e
diofonía interior que emite continuamente dentro de nosotro s la cosa, que no es ya sino lenguaje, va a devenir habla, va a
hasta en nuestro sueño (quizás por eso se impide a los practi- pasar de un lenguaje al otro y se constituye coma recuerdo d e
cantes dormir), a vaciar, a pasmar, a desecar la palabrería in - ese futuro que es, por lo mismo, anterior . Porque en el haik u
coercible del alma ; y tal vez aquello que se llama en el Ze n no es sólo el acontecimiento propiamente dicho lo que predo-
satori y que los occidentales no pueden traducir más que con mina,
aquí el Japón . Pues allí, en la calle, en un bar, en una tienda ,
(Vi la primera nieve .
en un tren, acontece siempre algo . Ese algo -que, etimológic
Esta mañana olvidé : es una inament,suvra-edoniftsmal -
lavarme la cara. ) congruencia de ropaje, un anacronismo de cultura, una liberta d
de comportamiento, un ilogismo de itinerario, etc . enumera r
sino también eso que nos parecería tener vocación de pintura , estos acontecimientos seria una empresa como la de Sísifo ; pue s
de minatura -como hay tantas en el arte japonés- ; así este sólo brillan en el momento en que se los lee, en la escritur a
haiku de Shiki : viva de le calle, y el occidental no podría decirlos espontánea -
mente más que atribuyéndoles el sentido mismo de su distan-
Llevando un toro aborda, cia : necesitaría hacer precisamente haikus, un lenguaje qu e
un barquito atraviesa el río nos está vedado . Lo que podemos añadir es que esas aventura s
a través de la lluvia del atardecer. ínfimas (cuya acumulación a lo largo de un día provoca un a
especie de embriaguez erótica) nunca tienen nada d
llega a ser o no es más que una especie de acento absolut o epintorsc(l quimojapnésedifrt,pushal a
(como se acoge cualquier cosa, fútil o no, en el Zen), un plie- desvinculado de la que constituye la especialidad misma de l
gue ligero en el que se atrapa, de un golpe súbito, la página d e Japón, su modernidad), ni de novelesco (sin prestarse para na-
la vida, la seda del lenguaje . La descripción, género occidental , da a la palabrería que haría con ellas relatos o descripciones) ,
tiene su correspondiente espiritual en la contemplación, inven- Lo que esas aventuras dan a leer (allá soy lector, no visitante) ,
tario metódico de formas atributivas de la divinidad o de lo s es la rectitud del trazo, sin estelas, sin margen, sin vibración ;
episodios del relato evangélico (en Ignacio de Loyola, el ejerci- tantos comportamientos pequeños (de la vestimenta a la son -
cio de la contemplación es esencialmente descriptivo) ; el haiku , risa) que entre nosotros, y a consecuencia del narcisismo inve-
por el contrario, articulado sobre una metafísica sin sujeto y terado del occidental, no son más que los signos de una seguri -
sin Dios, corresponde al Mu budista 3 , al satori Zen que no es , dad exagerada, se vuelven, entre los japoneses, simples manera s
en ningún momento, descenso iluminativo de Dios, sino "des- de pasar, de trazar algún imprevisto en la calle : pues la seguri-
pertar ante el hecho", aprehensión de la cosa como aconteci- dad y la independencia del gesto no remiten ya más a una afir-
miento y no como sustancia, alcance de la orilla anterior de l mación del yo (a una "suficiencia") sino solamente a un mod o
lenguaje, contigua a la opacidad (por otra parte completamen- gráfico de existir ; de manera que el espectáculo de la calle japo -
te retrospectiva, reconstituida) de la aventura (aquello que l e nesa (más en general del lugar público), excitante como el pro-
sucede al lenguaje, aún más que al sujeto) . ducto de una estética secular de la cual toda vulgaridad se h a
decantado, nunca depende de una teatralidad (de una histeria )
El número, la dispersión de los haiku, por una parte, y la bre- de los cuerpos, sino, una vez más, de esta escritura alfa prima
vedad, la integridad de cada uno de ellos, por la otra, parece n en la que el esbozo y el arrepentimiento, le maniobra y l a
dividir, clasificar el mundo al infinito, constituir un espacio d e corrección son igualmente imposibles, porque el trazo, libera -
puros fragmentos, un polvo de acontecimientos que, por un a do de la imagen ventajosa que el escribiente querría dar de s í
suerte de desherencia de la significación, no puede ni deb e mismo, no expresa sino hace existir simplemente, "Cuando ca
coagular, construir, dirigir, terminar nada . Esto se debe a qu e mines, dice un maestro Zen, conténtate con caminar . Cuando
el tiempo del haiku carece de sujeto : la lectura no tiene otr o estés sentado, conténtate con estar sentado. Pero, sobre toda ,
yo que la totalidad de los haiku, de los cuales este yo, por re - ino vaciles! " : esto es lo que parece decirme a su manera e l
fracción infinita, no es nunca más que el sitio de la lectura . joven ciclista que lleva en su brazo alzado una charola de arci-
Según una imagen propuesta por la doctrina Hua-Yen, podrí a lla ; o la muchacha que se inclina con un gesto tan profundo ,
decirse que el cuerpo colectivo de los haiku es una red de alha- tan ritualizado que pierde todo servilismo, frente a los cliente s
jas en la cual cada joya refleja a todas las demás y así, sin in- de una enorme tienda que se han lanzado al asalto de un a
terrupción, al infinito, sin que haya jamás un centro del cua l escalera eléctrica ; o el jugador de Pachinko 5 introduciendo ,
asirse, un núcleo primero de irradiación (para nosotros, la ima- lanzando y recibiendo sus bolas en tres gestos cuya coordina-
gen más exacta de esta reverberación sin motor ni límite, d e ción misma es un dibujo ; o el dandy que, en el café, hace salta r
este juego de fulgores sin origen, sería la del diccionario, en e l con un golpe ritual (seco y varonil) le envoluta de plástico d e
cual la palabra no puede definirse más que por otras palabras) . la toallita caliente con la que se limpiará las manos antes d e
En Occidente, el espejo es un objeto esencialmente narcisista : beber su coca-cola : todos estos incidentes son la materi
el hombre no piensa en el espejo más que para verse : pero e n haiku . amisdel
Oriente, según parece, el espejo está vacío : es el símbolo de l
vacío mismo de los símbolos ("El espíritu del hombre perfec- El quehacer del haiku es que la exención del sentido se llev e
to, dice un maestro del Tao, 4 es como un espejo. No toma pero a cabo a través de un discurso perfectamente legible (contr
tampoco repele nada . Recibe pero no conserva. " : el espejo n o adicóneglrtocidna,quesbopra l
capta más que otros espejos, y esta reflexión infinita es e sentido más que volviendo su discurso incomprensible), d e
ío -que, se sabe, es la forma) . Así, el haiku nos hace recor-
lvac manera que el haiku no es, a nuestros ojos, ni excéntrico n i
dar aquello que jamás nos ha sucedido ; en él reconocemos un a familiar, se asemeja a nada y a todo : legible, lo consideramo s
repetición sin origen, un acontecimiento sin causa, una memo- simple, próximo, conocido, delicioso, delicado, "poético", e n
ria sin persona, un habla sin amarras . una palabra ofrecido a todo un juego de predicados confortan -
tes ; insignificantes, sin embargo, nos resiste, pierde finalment e
Lo que digo aquí sobre el haiku, podría decirlo también d e los adjetivos que un momento antes se le concedían y entra e n
todo lo que acontece cuando se viaja por ese pa ís que se llam a esa suspensión del sentido que nos resulta la cosa más extraña
18
puesto que vuelve imposible el ejercicio más corriente de nues-
tro habla, que es el comentario . Qué decir de esto :
Brisa primaveral :
el barquero muerde su pipa .
o de esto :
Luna llen a
y sobre /as esteras
la sombra de un pino .
o de esto :
,L.i1.asnguetfVécrdoanjempl
: se cuenta que un mon-
je pidió a su maestro le enseñara el Camino . -Podrás hallarlo detrás
de aquel árbol-, le replicó éste . El monje insistió en que quería co-
nocer el Camino Real . - iAh! Ese va a Tokio- fue la respuesta de l
maestro . (N . de T.) .
2 . Se refiere a Enó, sexto en la línea patriarcal que se inicia con Buddh a
y continúa con Kasayapa, Bodhidharma, Eká y Jinshú . (N . de T.) .
Literalmente, el Vacío . (N . de T .).
4. Recordemos que el budismo Zen se desarrolló en China, donde reci-
bió un fuerte influjo taoista . (N . de T .).
5. El Pachinko es un luego electrónico parecido al pinball, muy popu-
lar en el Japón . B . B . le dedica un capítulo de L'empire des signes.
( N . de T .) .
6. " Cuando la luz d el sentido se apaga, mas con una luz que ha revel
el mundo invisible . " (N . de T .) . ado
20
I
21
fue llamado "escuela descriptiva" o "escuela que dibuja la na- ramos de un interés tan formalista en el tema de estación y
turaleza" . En este camino de observación de lo real, Shiki, po r describir el ambiente y sus matices con toda libertad ." E
su posición agnóstica, dejó a un lado toda posible connotació n lcíruodeShink,suformacdngl,ejóuaod
religiosa o mística, y también todo sentimentalismo, afirman - . En vez de un código de palabras en clave que remi-ichotema
do la importancia del trabajo formal . Realizó una important e ten a otra casa (determinada estación), las palabras o su co
tarea de difusión a través de su revista de haikus Hototogisu njuto,parelShik snagfcrloquexpsan .
y como historiador se le debe una nueva visión de le historia d e Gran parte de la producción poética posterior aceptó la no -
esta forma poética . Ademas bajo su influencia se comenzó a vedad .
difundir la denominación de haiku para designar lo que ante s
5
había sido la primera estrofa de una cadena de haikai . Shik i
murió en 1902 a los 35 años .
Derribados sus dos elementos constitutivos, el haiku ¿podí a
3 seguir siendo considerado tal? A partir de 1926 el tema provo-
có una ardua polémica . De hecho, la escuela de Shinkeiko s
El esquema formal der haiku que mantenía la tradición er a haiku, aunque varios de sus miem-iguótlzandoembr
riguroso . Constaba de tres versos y una pauta inmutable de 5 - bros reconocieron que sus composiciones tenían una base dife-
7-5 sílabas . Hacia 1910, a partir de la reforma de la escuela lla- rente (lo que era cierto en sentido tradicional) manifestand o
mada Shinkeikoo (nueva tendencia), se prefiere establecer cua- indiferencia por el problema de la denominación . Por la negati-
tro versos en lugar de tres, con un número variable de sílaba s va a considerarlos haikus se pronunció Kyoshi (18174-1959) ,
en cada uno . La corriente que encabezó Hekigodoo también discípulo de Shiki y su continuador al frente de la r
873-1937, discípulo de Shiki) --una de las dos grandes figuras (1 de l . Sostuvo duros altercados con Heikigodoo evistaHogu y
círculo Shinkeikoo- prefirió, por considerarla la mejor, la pau- Seisensui oponiéndose a toda corriente renovadora y propi-
ta de 5-5-3-5 sílabas, con una pausa de pensamiento entre e l ciando un retorno al haiku clásico . Defendió la pauta silábic a
segundo y el tercer verso (5-5-pausa-3 -5) . En cambio Seisensu i tradicional argumentando que en ella cabían todos los tema s
(n . 1887), la otra gran figura, afirmó la necesidad de liberar a l y rechazó la idea del abandono de la palabra de estación . Dijo :
haiku de toda pauta silábica fija, en pos de una mejo "los que se atrevieren a violar la forma correcta o la regla de l a
ión a las cambiantes necesidades expresivas . Este punto
radecu lo lle - palabra de estación destruirán el mundo del haiku y, por l o
vó a separarse finalmente del Shinkeikoo, acusándolo de esta- tanto, deben ser desterrados de él" . Así, tras el renacimient o
blecer un nuevo esquema formal, para fundar su propia escuela , operado con Shiki en las postrimerías del siglo XIX, surgen d e
llamada Jiyuuritsu Haiku (haiku de ritmo libre), y de la cua l sus discípulos en el siglo XX dos tendencias que propugna n
formara parte también su discípulo Santooka (1882-1940), qu e respectivamente la renovación y el regreso a la tradición com o
abrazó el Budismo Zen y se hizo poeta-mendigo . Tal es el cam- polos enfrentados .
bio formal en esta última tendencia, que fue cuestionado si s e
podía seguir llamando a sus textos haikus . Segun el crític o 6
contemporáneo Kuribayashi, "si consideramos la form
7- 5 como de tres lados, es decir, triangular, la forma antigu5- de Entre ambos polos se ubican otras tendencias . Hacia 192 5
la escuela Shinkikoo puede considerarse compuesta de do s comenzó una época que se dio llamar de "las cuatro S " po r
triángulos, es decir, cuadrangular ; si consideramos la form a considerarse como los haikistas más importantes a Shuuoosh i
triangular coma dotada de un centro, la rectangular tendrá do s (n . 1892), Sheishi (n, 1901), Shiho (n . 1899) y Sujuu (n . 1893) .
centros" . Todos ellos aceptaron la palabra de estación ; su estilo fue lla-
mado "objetivo-lírico" porque se consideró que la aparienci a
4 de perfecta objetividad velaba una visión subjetiva, Los do s
primeros inauguraron la tendencia del Shinkoo Haiku (haik u
Tradicionalmente el haiku como forma poética exigía do s nuevo), que escribió, según el propio Sheishi, "versos con ma-
requisitos : la pauta silábica y tema de estación . Los antiguo s teriales nuevos, pero profundamente concebidos" . Es carac-
poetas del haiku creían que la experiencia común de los hom- terística la incorporación temática del progreso y la moder-
bres, base de toda experiencia individual, estaba en las estacio- nidad . Sujuu por su parte, discípulo de Kyoshi, formó una e
nes ; así el sentido de estación se constituyó en uno de los eje s descriptiva que pregonó la observación minuciosa y lscuela a
del haiku, según Bashoo el más importante . Representaba l a plasmación en los textos del detalle .
idea de una relación íntima entre la naturaleza de las estacio-
nes y la de las cosas vinculadas con ellas y los poetas japonese s 7
se acostumbraron a percibir la estación en cada fenómeno na-
tural, en cada planta, animal o actividad humana . Es así como , Hay que mencionar también a Kusatao (n . 1901) y Hakyoo ,
con el tiempo, las palabras que los designaban se hiciero que hacia fines de la década del 30 formaron parte de un grup o
; se lasncoveialsydquronecátsímblo llam ó que se enfrentó a la tendencia del Shinkoo Haiku y asimismo a
"palabras de estación" : la libélula implicó el verano, la luna, e l todas las tendencias esteticistas en boga por aquellos años . Sos -
otoño, etc . En e! triángulo de que hablaba Kuribayashi, e l tenían que en vez de ocuparse de pensamientos e ideas que n o
centro mencionado sería el tema de estación . "Puesto que l a cabían en los estrechos límites del haiku o de la naturaleza, ha-
forma triangular se dispone con tema de estación como centro , bía que ocuparse de los hombres y su condición . Tras los ho-
tiende a caer en un interés formalista por él . Sin embargo, e n rrores de la segunda guerra mundial, esta tendencia humanist a
una forma rectangular ello no es necesario . Así podemos libe - cobró numerosos adherentes .
22
8 un barquito atraviesa el río / a través de la lluvia del atarde-
cer, sería considerado por los japoneses como alto ejemplo d e
En 1946 Takeo Kuwabara publicó un artículo revulsivo pa- "descriptividad" . En efecto, no sólo el tono general es des-
ra el mundo del haiku, en que sentó la tesis de que la diferen- criptivo, sino que la descripción alcanza una síntesis notable :
cia entre un haiku compuesto por un gran maestro y un se mencionan el momento del día, las condiciones climáticas ,
ocompuestoporunmecánico unempleadodebancoera pena s el lugar, el sujeto, la acción (las múltiples acciones) y el detall e
perceptible . Para probarlo pidió a un grupo de profesores uni- del toro a bordo .
versitarios que evaluaran un conjunto de haikus anónimos es-
critos por maestros y aficionados . Los resultados mostraron u n Tampoco la tesis de la excensión del sentido que ve Barthe s
desconcierto crítico . Kuwabara sintió que su teoría acerca d e como una de las claves del haiku sería compartida por los auto -
que se juzga al haiku por el nombre del autor más que por e l res japoneses . Quizás sea una ilusión provocada por la diferent e
texto mismo estaba probada . Y partiendo de que en el poem a óptica : en occidente el sentido es "literario", es decir, inyecta -
largo o en la narración no pasaba lo mismo, concluyó que e l do desde el exterior : es el autor quien pretende ser el donant e
haiku era un género menor, un entretenimiento a! alcance d e de sentido . Es de notar, además, que el haiku como form
todos . El artículo fue seguido de una gran controversia e hiz o ;elhcodquasf acredquivlnaestróic
que muchos jóvenes poetas se apartaran de su práctica . rmastien ustido,yuasenci uestrapáci,expl-
can también la ilusión de la excensión . (Lo mismo sucedió e n
9 Europa a principios de siglo con alguna de las llamadas vanguar -
dias . )
El ensayo de Barthes, lúcido en más de un aspecto, tien e
también sus puntos controvertibles . La asociación íntima qu e Para Barthes Oriente es la diferencia . Como sucede dentr o
hace entre haiku y Budismo Zen es seguramente una generali- del haiku, más bien parece haber en Japón una tensión no re -
zación excesiva . En Japón el haiku es una forma de escritur a suelta entre la tradición que pretende mantenerse --y mante-
popular practicada por todos, sin diferencia de edad ni condi- ner la diferencia- y la renovación que quiere borrarla . Japó n
ción social o creencias religiosas . La producción anual se cuen - le ha abierto sus puertas a occidente y no para recrearlo ; de h
ta por millones y muchos diarios y revistas cuentan con un a . Occidente ha penetrado : hay signos del trabaj echolmjra o
sección permanente de haikus . Shiki, por ejemplo, en ciert o de erosión : el desgaste de las señales distintivas . ¿Y qué es oc-
modo el padre del haiku actual, era agnóstico y rechazaba t cidente? Una cultura con vocación imperial que extiende s u
odmistc relgda,tiuqescompard r discurso aspirando a ser el universo .
buena parte de las corrientes actuales, Si es cierto que para e l
Zen el haiku es uno de sus caminos, también lo es que para e l 10
haiku los caminos son múltiples y sólo uno de ellos pasa po r
el Zen , El extenso trabajo de estudio y traducción de haikus reali-
zado por Fernando Rodríguez-Izquierdo -aquí se publican úni-
Afirma Barthes : "El haiku nunca describe : su arte es con- camente los relativos a los movimientos del siglo XX fue pa-
tradescriptivo", y sobre esta tesis basa una parte de su ensayo . trocinado por la Fundación Juan March y publicado en Madrid ,
La descripción, sin embargo, fue reconocida por los propio s en 1972 . Para la transliteración el autor ha recurrido al sistem a
poetas japoneses como fundamental en su arte, Algunas co- Roomaji, que utiliza sólo signos alfabéticos latinos . La barr a
rrientes objetivistas incluso se llamaron a sí mismas "descrip- (/) no indica pausa sino una segmentación establecida, aproxi-
tivas" . El ejemplo a que Barthes recurre para afirmar la "con- madamente, a nivel de palabra, para poder apreciar las equiva-
tradescriptividad" del haiku" -Llevando un toro a bordo, / lencias existentes .
Hiza/tohn
tsuki / ga / sashitar u
suzushisa / y o 1 : En el primer verso no hay ningún verbo . Los tiritones del frí o
se manifiestan en ese "rodilla con rodilla", equivalente a nuestr o
Rodilla con rodilla . . . "diente con diente" .
la luna brillab a "Sashitaru" es una forma culta, con terminación de pasado y
de atributivo . Dicho sentido comunica un matiz peculiar al haiku ,
iqué frescor! algo así como "El frescor iluminado por la luna", con cierta sineste-
sia . El primer verso es más independiente sintácticamente .
Hekigodoo "Yo" es una marca de exclamación verbal .
23
Mimooza / n o 2: Este es un haiku revolucionario en varios aspectos . En prime r
saku / koro / n i lugar, su disposición silábica es aproximadamente de 5-7-5-3 sílabas ,
kita / mimooza / wo / iker u veinte en total . Por otro lado, "mimooza" es un neologismo que n o
aparecía en los viejos diccionarios de temas de estación de haiku ;
En el tiempo de las mimosa s junto a la estridencia de esta palabra en la lengua japonesa, está s u
hago un arreglo flora l aspecto neutro en cuanto a tema de estación .
con la mimosa recién venida , Sin embargo, el haiku es japonés, y la costumbre del arregl o
floral es sumamente típica del ambiente nacional del Japón .
"lkeru" es el verbo que denota la acción de arreglar las flores ;
Hekigodo o entra en la palabra "Ikebana" (= arreglo floral) .
Hibari / tenjoo / de / nak i 5 : Es otro ejemplo de "nuevo haiku", irregular en su esquema silá-
daichi / de / nak i bico (9-6-8) . Es cuestionable si hemos de enjuiciar este poema com o
nakinagara / nobor i haiku, pues su desequilibrio silábico (el verso intermedio es el má s
corto) lo aleja bastante de la pauta del haiku . Con todo es una bonit a
Canta en los cielos la alondra , pieza poética . Hay en ella un eslabonamiento sucesivo de los verso s
canta en la tierr a por obra del verbo "naki", que está además en su forma más nomina l
remontándose al cantar . y de enlace . La triple repetición de "naki" sugiere por ritmo imitati-
vo el mismo canto insistente de la alondra . La mención del cielo y l a
tierra parece querer compendiar toda la creación . "Vagara" es com o
Seisensu i un adverbio, que significa " mientras " , El final del poema en "nobori" ,
también en forma nominal y de enlace, equivale a dejar el verso abier -
to al interminable movimiento ascensional de la alondra, ya que u n
final más tajantemente conclusivo sería "noboru" .
24
Higurashi / nakeba / nakeb a 6: Liberado de los cánones del haiku, Seisensui nos da aquí tam-
bién una bella y original composición . El "higurashi" (= oscurecedo r
higurashi / nakitsur e
del día, etimológicamente) es una especie de cigarra que canta a pri-
higurur u
meras horas de la tarde o de la mañana . La reiteración de las palabra s
Cuando canta el higurashi , llega aquí hasta el límite de sus posibilidades .
En los dos primeros versos tenemos dos palabras repetidas co
cuando canta , : higurashi-nakeba-nakeba-higurashi ; y a continuación ncétriame
canta en cor o un par de palabras compuestas a cual más original . La primera es un a
y el sol muere . plasmación de la pluralidad que ya se venía sintiendo en el sujet o
"higurashi" : "nakitsure", que es una formación nominal (- canta r
grupo, a la letra) analógica a otra que existe en japonés : "futari-zure "
Seisensu i (= grupo de dos personas) . "Higururu" es un juego de palabras co n
"higurashi", y compendia un segmento más largo en lengua ordina-
ria : "hi ga kureru" . "Nakeba" es una forma condicional o de circuns-
tancia temporal no especificada .
En este poema se mezclan pues la brevedad, la reiteración y e l
juego verbal .
Kasa / m o 7: Este pretendido haiku puede haber sido perfectamente una frase
coloquial que en un día de lluvia oyó el poeta a algún transeúnte .
moridashita / k a
Son nueve sílabas, que admiten una cesura después de la tercera .
¿También mi paragua s El posesivo español "mi" es de la traducción . En japonés no s e
usan tanto los posesivos . El "verso" comentado parece ser una fras e
comenzó a calarse ? de admiración de alguien al comprobar que para colmo de males s u
paraguas comienza a hater agua .
Santook a "Moridashita" es forma coloquial, por la más literaria "morisa-
shimashita" .
25
'Natsu-kusa 10: Vale para este haiku un comentario análogo al del anterior . Si-
ikansha / no / shari /k n lábicamente es regular . Su elemento de modernidad es la locomotora .
kite / tomar u La estación no puede estar más marcada . No deja de ser poético e l
hecho de que la locomotora se detenga para contemplar el verdor d e
En el prado, en veran o la hierba en verano .
La partícula "ni" da idea del sitio preciso en que la locomotor a
las ruedas de la locomotor a
frena, Sitúa la circunstancia de lugar con más exactitud que la otr a
al llegar se detienen . partícula local "de" .
Seish i
Shiroki / te / n o 13: En este haiku, que se perfila sobre el fondo de la guerra, pode-
byoosha / bakari / n o mos descubrir un atisbo de comparación interna entre los enfermo s
ochiba / tak i y las hojas caldas .
"Shiroki " es la forma culta atributiva, por el coloquial "shiroi" .
Blancas manos , La construcción de este haiku, a base de complementos adjetivo s
todas de enfermos , ligados por el morfema "no" (= de), hace del fuego el element o
principal, sabre el que inciden los sintagmas anteriores ; y de éstos, e l
sobre el fuego de hojas caídas . primero a su vez incide sobre el segundo . El haiku sería pues en es -
quema : "el fuego de enfermos de blancas manos" . No existe ningú n
Hakyo o verbo .
26
o 14: Volvemos al haiku clásico en su forma y en su inspiración . La in-
ne / ni / samazama / n o tuición de este haiku es de desolación ; es una visión de la transitorie -
ochiba / kan a dad de la vida en unas flores secas de crisantemo .
Hemos elegido el artículo determinado para "seto crisantemo" ,
Junto a la raíz porque parece que así se concreta la visión a un crisantemo .
del seco crisantemo , Sobre la fuerza expresiva de "ni", cf . (hk . 10) .
"Samazama" es una palabra construida por reiteración, com o
diversas hojas secas . hay muchas en japonés, muy expresiva para indicar "varias clases" ,
ya que equivale aproximadamente a "clase-clase" .
Kyosh i
Koki / hikag e 16: "Koki" por "koi" . Cf . "shiroki " (hk . 13) ,
hiite / asober u "Asoberu" equivale al actual "asobu" . Da un tono culto y lite
tokage / kan a haiku. La traducción inglesa de Blyth es aquí sumamentraioest e
descriptiva : " . . .are darting to and fro" .
Arrastrando sus densas sombras , "Hikage" y "tokage" están emparentados fonéticamente, com o
lo están realmente el lagarto y su sombra . Es un logro más de est e
juguetean los lagartos .
haiku descriptivo, modelo de observación y de plasmación verbal .
Kyosh i
17: El nexo "no" (= de) está aquí aprovechado hasta sus última s
Sankaku / n o posibilidades expresivas . En su primera aparición denota una atribu-
tokage / no / kao / n o ción adjetiva : cara de triángulo, o triangular . En el segundo caso, po-
sukoshi / nobu / k a sesión : cara del lagarto . En su última instancia, "no" desempeña e l
papel de señalar el tópico o sujeto del verbo "nobu" (a saber, "kao") .
La cara triangula r El verbo "nobu" ha aparecido recientemente en otro haiku d e
Kyoshi (hk . 1) . Aquí está en su forma corta, que to convierte en co-
del lagarto ,
loquial, con el morfema segmentable interrogativo "-ka", en aposi-
crece ligeramente . . . ? ción .
Este haiku nos revela también el espíritu de observación natura l
Kyoshi de Kyoshi, en la linea tradicional de Buson .
27
Haku / bota n 18: "Botan", cf . (hk . 51) . "Haku" como prefijo para "blanco" e s
to / iu / to / iedom o lectura china . La lectura japonesa del carácter es "shiro-" . Ya hemo s
beni / honok a indicado que, por contraste con el tanka, el haiku introduce a vece s
palabras chinas .
"Blanca peonia " "To iu to" es una expresión preciosa, altamente coloquial . "le -
-decimos, y con tod o domo" es la forma concesiva del verbo "iu" seguida del sufijo adver-
es vagamente raja . sativo "-domo" . Todo el segundo verso, con la alternancia de "to" y
las dos apariciones del verbo "iu" tiene un ritmo ondulante, que re-
fleja la vaguedad del color rojo de la peonía, la insignificancia d
Kyosh i , etodlsnib
Haru-kaze / y a
19: El japonés lucha con la naturaleza, no contra ella . Ya hemos in-
tooshi / wo / dakit e
dicado a propósito de Bashoo que el poeta tiene que sufrir el frio y
oka / ni ¡ tats u
el azote del viento para comulgar con la naturaleza . Lo mismo le ocu-
rre al monje budista .
Viento de primavera :
"Haru-kaze" es un compuesto, a base de lecturas japonesas (hk .
con todo mi coraje , 20) . "Tooshi" . sin embargo, es un compuesto chino . Esta es una oca-
erguido en la colina . sión más de constatar el cosmopolitismo mental y linguístico de l
haiku .
Kyosh i "Oka ni tatsu" es un sintagma breve, todo lo breve que pued e
ser, El verbo "tatsu" está en su forma abreviada, coloquial .
Aki-kaze / y a
kokoro / no / naka / n o 20: El arranque lírico de este haiku nos recuerda los más fino
iku sang a as de Juan Ramón Jiménez . El paisaje está dentro del poeta, spoem en s u
"kokoro", palabra que equivale aproximadamente a la "mens" latina .
Viento otoñal ; "Aki-kaze" : viento de otoño .
icuántos montes, cuantos ríos , "lku" es corno un prefijo, adjetivo indefinido de cantidad. S e
en lo más intimo de m ! e ha agregado el compuesto chino, breve (las lecturas chinas suele n
ser más breves que las japonesas) : "sanga" ; el equivalente en lectura s
japonesas seria yama-kawa . El verso final resulta así gratamente bre-
Kyosh i
ve, como un broche de concisión y exactitud .
Sooshun / n o
niwa / wo / megurit e 21: "Sooshun" es un compuesto chino y equivale a "primaver
. arápid"
mon / wo / idez u
"Megurite" es una forma culta, por el coloquial "megutte" . Est a
En la temprana primaver a construcción culta del gerundio es muy frecuente en poesía .
paseo alrededor del jardí n La primera persona es de la traducción ; nos ha parecido qu e
transmite mejor la idea de experiencia inmediata .
y sin salir del portón .
Kyosh i
28
Arturo Carrer a Del autor al lector : o a quien leyere estas lineas : esto es u n
humilde y humillante informe ; pero además : es un artefact o
que no funciona . Y aquí cabe transmitiros una anécdota poun-
dina referida por Haroldo de Campos en su afectuos o
Metalinguagem : "después de leer un famoso tratado de estética que l e
TEJIDO S había prestado un amigo, Ezra Pound, en su peculiar italiano ,
resumió sus impresiones exclamando : "Tutto bellissimo, m a
non fonctiona" .
ESPONJOSO S El tema escogido para este "informe" es la evolución - o
revolución o revuelta, poco importa- de la concretud . Y, par a
los buceadores de malas historiografías literarias argentinas : l a
"novísima poesía platense" y la "escritura ilegible" de Mirt a
Dermisache .
29
de fumistas y de poetas que como todos los poetas--- se di- Girondo buscó el silencio de una algarabía, de un bullici o
vertían . ¿Y por qué no? ¿En nombre de una "mala factura" ? vertebral : los ideogramas que nos sirven como columna e irra -
¿11) es que acaso ya hablan leído El Uruguayo, de Copi? ¿Cuá l diación de un alfabeto pulsional : es la escritura . Saltó en l a
era el "precio de la escritura"? Si Aristófanes se permitió r masmédula la queja de un significante conquistado y ultrajad o
epasrnl húmedasulontpéyicasdel s por el lenguaje .
ciuffolotti y de las crestadas aves, ¿por qué no podían atacar ,
estos "falsos" poetas, la mimiduplicación de otros "ruidos "o Su posición frente a "nuestra" escritura es fundante : s u
la mimicación de un idiolecto bárbaro ? "nhuevo" no es colonial ; es el nhuevo reproche de la "litera-
tura" a la "escritura" . Recitemos que la "literatura" representa
Pero mi deber, según creo, escolar, por excelencia, es cita r un mundo infinito y el "texto" figura lo infinito del lenguaj e
de la tabla de Reyes, recitar los Adelantos de la Jitanjáfora e n sin saber, sin razón y sin inteligencia .
Tierras Argentinas : Luis Cané habla en sus poemas de la "vací a
jitanjáfora" - Arturo Capdevila, en su Gay Saber (La Plata , Girondo creyó en 4a novedad . En la "funcionalidad", en e
1937), considera la jitanjáfora "un esfuerzo hacia la salud", y sentido poundiano del término, de la poesía . En pocas palabras :
la llama "Demonio de Esculapio" . Ricardo Güiraldes hac e creyó en el sentido . Y hasta -desorganizándolo enigmática -
contestar a uno de sus personajes " con estos ruidos" : "HM , mente- fundó un sentido . Lo inventó .
M . . . HM" . Arturo Uslar Pietri en Las lanzas coloradas le hac e
emitir al planeo de los caballos un " iZUAJ!" . Lugones s e
divertía con Darío y Ricardo Jaimes Freire, recopilando son- La diagonal cer o
sonetes : "Unillo, dosillo, tresillo, cuartana, olor a manzana "
. . Berta Singerman recitaba el "CHIVITO" . Etc . Según Sar- El valor -siempre "residual"-- de esta vanguardia poétic a
duy, para una historia coherente de la literatura, poco tien e argentina --aparecida a partir del Nro . 20 de la revista DIAGO-
que ver esta "olvidable y benigna farsa" de las Jitanjáforas, co n NAL CERO, en La Plata, Bs . As ., 1966- , reside en su pulsió n
el posterior rigor ante el azar de los concretistas brasileros . N o de "integración al arte" moderno y a la búsqueda mimética, e n
obstante, en esta anécdota desplegada con tantos detalles po r el sentido más moderno del término, de una heterotopía (e l
A . R ., se me ocurre que hay una tensión y una compacidad d e pop-art, el cine, 4a nueva arquitectura, las historietas, las Cien -
mitología "adaptable" a la historia "coherente" de la litera - cias matemáticas, el folklore urbano, la televisión) a costa d e
tura 2 . la masacre inventora : "cualquier técnica y su poder no inten-
cional tiene dos finalidades : la destrucción y la ampliació n
De estas irresponsables jitanjáforas se puede pasar fácilmen - pero un solo deseo : la aventura . Sobre las mil evocaciones d e
te trasponiendo sólo el umbral de una ideología que reivindi- una palabra emerge aquella que era insospechable por destruc -
ca el goce de la escritura, o su dicha inquisitiva tan mal recu- ción de las 999 restantes .
perada- al texto : a un regodeo fónico rundante para nuestr a
escritura . ¿Girondo ?
" ( . . ,) El poerna debe ser deshuesado de todo contexto lite
rario" . (Extracto del artículo de Julien Blaine, aparecido en D .
C . Nro . 21) .
Girondjáfora s
En Los Huevos del Plata, Uruguay, 1968, Edgardo Antoni o
Apogeo de las jitanjáforas, los últimos poemas de Girondo , Vigo escribe : "A todo esto iqué pasaba con la poesía actual e n
En la masmédula, se vuelcan hacia una soterrada búsqueda de l la Argentina ?
amor : del contenido obliterado mediante una trabazón silábica :
la paulatina y exagerada mixtura de enjambres timbricos . Fu- "Libras románticos y sociólogos del metro, cantonan co n
ror fónico . fuerza "surrealista" las cosas comunes que por repetición se
tornaban baladíes . Una serie de términos de la "alta poesía "
Matriz "antropofágica" de la significación, el contenido e n ya no se entroncaban con el real latir de esta segunda mitad de l
Girondo es una Madre de la Invención : una máquin siglo XX dominada por la IMAGEN .
.a,Edlemvocrnis átyódo afonágic -
tico a medida que nos apegamos a un referente ya caído en l a "Las revistas literarias se regodeaban en publicar el "metr o
ranura del tragafonemas . El cospel se dirige, coma un isótop o libre" corno el último grito de la moda, pero se delataban co n
radiactivo, a nuestra médula : a todos nuestros sistemas vulne - un preciosismo tipográfico que buscaba arrancar el bloque d e
rables de intercambio de deseo . La más-médula es el espaci o las letras para pretender hacer la composición más dinámica e n
cor(por)al de una significación "consumida" por una histori a el plano-papel . "
(vieja) de la literatura : es el estallido carbónico y oscuro y
triunfal del sentido . El Nro . 20 de D .C . nos enfrenta con los FONETIC-POP .
POEMAS, de Luis Pazos, los IBM de Omar Gancedo y la PO E
Estar en la masmédula es permanecer en la utopía de u n SÍA MATEMÁTICA de Vigo . Que en sus POEMA
estremecimiento hiperfónico : un ruido hiperestelar en el nive l .C(onteEx,Parísd1967)cotpliega SMATEÁICOBR S ,
del texto . Y ahí cabe aquella sentencia china : "nuestro cielo e s agujerea e imprime sobre tres planos, tres fondos intercambia -
la masa de nuestro pueblo y nuestra escritura" . bles de colores diferentes .
30
Más tarde se agregan al grupo : Jorge de Luxan Gutierrez y
Carlos Raúl Ginsburg . Este último escribe : "La poesía visua l
es un lenguaje y no una lengua . Mis poemas no son soporte de l
subconciente, la emoción, etc . ; son una materia linguístic a
trabajada visualmente ; la autoexpresión es del lenguaje-grafis -
mo, no del poeta" . (1968 )
31
Al perforar las tarjetas se usaron combinaciones auto -
máticas de acto "reflejo" traduciendo estados emotivo s
y ubicación visual.
Las tarjetas perforadas fueron leida s
por la maquina interpretadora .
Para estas lecturas se usa
ron paneles de controles con programación al azar .
Omar Ganced o
32
antecedentes de "lo novísimo" . Esto último, en un intento d e el ejercicio invisible del trazado de un círculo . Un círculo p
autojustificación del fundamental/fundamento del "salto a l : "la esencia de círculo ; la forma que se revierte sobre serfcto u
vacío" que representa toda novedad . ( . . .) En la marginalida d nombre" .
no existen antecedentes primeros, ni popes entronizados, sim-
plemente coexisten seres creativos que amplían, en base a su s Barthes, maestro, también nos indica canto Mirta Dermisa-
intercambios, un círculo que debe, imperiosamente, crear su s che, con sus "grafos", nos aproxima a los problemas teórico s
propias formas y no utilizar las perimidas de la cultura oficial . de la escritura . Cómo llamó nuestra atención sobre la mani-
No es el hecho creativo en sí lo importante . Sino lo es, la ac- pulación de la materia misma de la escritura ; maestría --o gest o
titud del que practica le tendencia . Si ésta supera el resultad o sin límites, o "koan"- de alguien que emprende la tarea d e
de la respuesta creativa, es buen síntoma, porque esa actitu d avanzar por la contingencia del deseo . Manipuló la escritura
asumida implicaba el rechazo de todo desvío, manteniend o alineándola fuera del saber - Sus grafos nada dicen, y lo "dicen "
una posición de "rompimiento real" y no de "removedo r todo : son la caligrafía misma y sus salpicaduras de oro . Impen-
esmerado" . El enlazamiento de los practicantes dará com o sable (o ilegible) desde cierto punto en la escala del saber . Le-
fruto un grupo en sociedad, su desperdigamiento, mantendr á gible en tanto práctica que se desentiende del saber : ilegibl e
el estado de anarquía creativa . El primero correrá el camino , en tanto "precipitado de visibilidad" 3 del pensamiento .
ya transitado, de cambiar para no cambiar ; el segundo, será
paralelo, de existencia de improbable comprobación, Cuando a Barthes se le preguntó un día por sus propia s
yguardaráes extrañomisterioquesequiebra,cuandoelquerecib e grafías, publicadas por primera vez en la revista Luna Park ,
está en estado de oir la propuesta" . respondió : "si mis grafías son ilegibles, es precisamente par a
decir no al comentario" 4 .
Noción de límite para los herederos del sentido, la poesía e s
la redistribución de una metáfora perpetua : aquella que le d Carlos Donnelly señala que la obra de M .D . debería llamarse :
potlatch, Pero sólo en eevulanodscráte l "acto original, y si no inédito, ancestral" 5 .
sentido que le inventó Georges Bataille en su Teoría de los
potlatchs : ambigüedad y contradicción . La contradicción de l Edgardo Cozarinsky fue uno de los primeros asombrado s
potlatch no se revela en toda la historia, sino más profunda - lectores de esta obra "ancestral : lo que guardan esas página s
mente en las operaciones del pensamiento . La postulación y es el testimonio de una empresa única, cuyo sentido es cual-
el procedimiento de la novedad del trabajo poético afront a quier planteo actual de las relaciones entre escritura y semán-
nuestra riqueza a esa trabazón, a esa pérdida . La novedad , tica" .
como la poesía, como el potlatch, es la búsqueda incensant e
de la "intimidad de la pasión" . Pero además, esta escritura ilegible, lejos de su espontanei-
dad, también parece decirnos, como el Diario de Nijinsky : "soy
Toda poesía es experimental : me refiero a la auténtic a la carta, y la pluma y el papel" . Soy la esencia y la divinida d
poesía de pasión : no a aquella de los burócratas literario s de la escritura . Pero se trata, tal vez, de una divinidad esqui-
que se esfuerzan por imponer un esplendor deceptivo de l zofrénica : la divinidad que determina el paso del sujeto po r
trabajo poético . Es el desequilibrio que alcanza la lógica de todos los predicados posibles . Es la escritura misma pero "n o
la mediocridad : la ataraxia de la pasión . Suelen excusarse : existe nada de originario" .
"esos chicos vuelcan ideas viejas en formas aparentement e
nuevas" . Lógica -también- de excusado . Soy Thoth, no soy Thoth, soy el grafo soy el cuerpo soy e l
libro soy el deseo . Soy Dermisache : "nada de problema de sen-
tido, sino tan solo de uso . Nada de originario ni de derivado ,
. sino una derivación generalizada "7
La escritura ilegible de Mirta Dermisach e
33
SUSANA POUJO L
Poema s
Destino
Solemos decidi r
con probada impacienci a
dice Artemisa la casta de mirada perturbadora/
el air e
no se aquej a
de infortunio s
sí
nuestro corazó n
dice Dafne (un laurel que rodea la frente de Apolo) :
el amo r
se estratific a
en el peristilo del templ o
lámparas votiva s
para Vesta y
los siglo s
se consume n
en el fuego!
una mirad a
de mármo l
dice Afrodita : no oye el bes o
(es muy antigu o
y se perdió)
la Sibila
desea profetiza r
lo sé
que(') sobre-vendr á
que(') sobre-vivir á
viejas pasione s
re-corporizadas
Vieja Rued a
de la Fortuna
decidi r
sabemos
en van o
34
ya que la Historia es siempre y ante todo una elección y los límites de esa elección . . . "
Roland Barthes
una verdad-era palabr a
torpes canto s
al final de la noch e
cuando(no) existe n
mariposas elegida s
(calcar sus ala s
bajo tenue luz) :
brill o atmos-fe(e')rico
sabre la pie l
estridencia de las mano s
abiertas crucificada s
en silencio sin sabe r
del madero ni de la razó n
de la noche al fina l
cantos torpes verdader a
palabra una
Elecció n
Hace falta
un refugi o
puede ser
la Madonn a
dic e
Fra Angelic o
36
EMETERIO CERRO
La Barrosa (fragmentos )
la Barrosa abate fu e
quien la rama novi a
hiriente sed Diablo fu e
vierte muerde Rom a
cabalgant e
quien Diablo griton a
tonsurada espacio montaña tranquera s
mano espanta redonda s
desrizan la plaza marcaro n
polen Diablo mordid a
quie n
abotonadas granito llorab a
cuchillas canel a
boga espina el pav o
ay! Diablo tabac a
desgarra pico asustado colmillo s
arcángela furioso s
herida espuela s
puja vuelo mira sureña s
ay Diablo tir a
sonrosada onda buche el pav o
puñal Diablo amad o
mordisco punza resbal a
del canela paisana s
Diablo Lebrel el pavo gallina s
ay! la indiad a
ay! historia
37
placientes plagas palidece n
que el diente engañ o
enfanga lent o
la Barrosa de l
velo inspir a
estos hermano s
eros letargo s
espacia ell a
escasos sueño s
emboscada alg a
del dios pudendos
cuelgan retoño s
pudendos los ojo s
retoños otoño s
los ojos volante s
abaldonada
mira velluda apelotona el iris insano y humano candor, mira abalanzando su abadesa copa Barrosa ,
triunfal y imperiosa al abanderado bastión a Dios amañado triste borrico hinchado, mira abigarrada car abnic
bálsamos por sumar barrido hijo incierto, mira, amilanada ceja manceba por su mar barrido hijo, manceba d e
balbuciente herida india Ifigenia incubante del Diablo Lebrel, mira, mira impávida indigente, mira, mira m a
maldita .
La Barrosa repos a
moza lengua vel a
breve esposa
colosa bobad a
poros a
poros a
porosa
est á
olvidad a
dios a
ol a
dios a
ol a
dios a
ol a
mi
cru z
40
Si bien no es novedoso señalar que la Edad Media en la Pe-
nínsula Ibérica fue un constante interactuar de influencia s
raciales y culturales, parece interesante ver a través del can-
cionero galaico-portugués algo de esa dinámica, además d e
MEDIEVA L otras características .
Texto N° 2
Texto N° 3
I
43
Texto N o 4
45
CATIVO de mina tristura / xa todos prenden espanto / e pre- NON QUERO eu doncela fea / que ante a miña porta pea . ///
guntan qué ventura / foi que me tormenta tanto . / Máis non se i Non quero eu doncela fea / e negra como carbón, / que ante a
no mundo amigo / a quem máis de meu quebranto / diga dest o miña porta pea, / nen faga como sisón . / Non quero eu doncel a
que vos digo : / Quem ben see, nunca debía / al pensar, que fa z tea / que ante a miña porta pea . /// Non quero eu doncela fea /
folía . /// Cuidéi sobir en alteza / par cobrar maior estado / e e velosa como can, / que ante a miña porta pea, / nen faga co-
caí en tal pobreza / que moiro desamparado / con pesar e co n mo alermá . / Non quero eu doncela fea / que ante a miña port a
desexo, que vos diréi, malfadado, / o que eu ben sei e vexo : / pea, / Non quero eu doncela fea / que h á brancos os cabelos, /
Cuando o louco quer máis alto / sobir, prende maior salto . // / que ante a miña porta pea, / nen faga como camelos . / No n
Pero que probéi sandece, / porque me deba pesar / miña loucu- quero eu doncela fea / que ante a miña porta pea . /// Non qu e
ra así cresce / que moiro por en torbar ; / pero máis non haberéi / ro eu doncela fea / vella de má cor, / que ante a miña porta pea ,
se non ver e desexar, / e porén así diréi : / Quem en cárcer so l / nen me faga peor . / Non quero doncela fea / que ante a miñ a
viver / en cárcer desexa morrer . /// Miña ventura en demanda / porta pea .
m e pós en atán dultada / que meu corazón me manda / qu e
sexa sempre negada : / pero máis non saberán / de miñ acoit Alfonso X el Sabio - Toledo
XIII S .
lacerada / e porén así dirán : / Can rabeoso é cousa brava, / d e
seu señor se e que t r aba .
Macías - Galicia S . XIV
Texto N° 7
No quiero doncella le a
que ante mi puerta pedea .
No quiero doncella fe a
y negra coma el carbón ,
que ante mi puerta pedea , Texto N° 8
ni que haga como el rascón .
No quiero doncella fe a A vos, Doña Abadesa ,
que ante mi puerta pede a de Don Fernando Esquío ,
estos presentes envio ,
No quiero doncella fe a porque se que sois es a
y peluda como leona , doña que bien lo mereces :
que ante mi puerta pedea , cuatro carajos francese s
ni que parezca una mona . y dos para la prioresa .
No quiero doncella fe a
que ante mi puerta pede a Pues que sois amiga mía ,
no quiero el gasto mirar ,
No quiero doncella te a y os quiero ya esto da r
que tenga blanco el cabello , con toda urgente guía :
que ante mi puerta pedea , cuatro carajos de mesa ,
ni huela como un camello . que me dio una burguesa ,
No quiero doncella fe a en sendas vainas de lía .
que ante mi puerta pede a
Muy bien se parecerá n
No quiero doncella fe a si es que llevan cordone s
vieja y de mal color , de dos pares de cojones ;
que ante mi puerta pedea , y ahora os voy a dar :
ni haga cosa mucho peor . cuatro carajos asnale s
No quiero doncella fe a enmangados en corales ,
que ante mi puerta pede a con los que cortes el pan .
46
A VOS, Dona Abadesa, / de mim, Don Fernando Esquío, / es-
tas doas vos envío, / porque sei que sodes esa / dona que a s
merecedes : / cetro carallos franceses / e dous aa prioresa . // /
Pois sodes amiga miña, / non quero a custa catar, /quérovs
xa esto dar, / ca non teño al tan axiña : / catro carallos de mesa ,
/ que me deu unha burguesa, / dous e dous en a baíña . /// Mu i
ben os semellaran / ca se quer levan cordóns / de sendos pare s
de collons ; / agora vólos darán : / catre carallos asnáis / enman -
gados en coraís, / con que collades o pan .
Fernando Esquío - Galicia S . XII I
Texto N° 9
47
En su preocupación por dar testimonio de la actual produc-
LA DANZ A ción poética argentina, XUL intenta este acercamiento a L a
Danza del Ratón, con la hipótesis de que si bien no se presen-
tan explícitamente como un grupo que sostiene una poétic a
DEL RATÓN específica, sino como editores de una revista amplia de "poesí a
nueva" . de la lectura de sus textos se desprende que si trabaja n
a partir de una poética común .
Javier Cófreces
como las lechuzas o teru teru s De las migraciones de los patos salvaje s
que aniquilarnos aquel veran o me enteré por los libro s
en Capitán Sarmiento (Pcia . de Buenos Aires ) No conozco a nadie que los haya visto realment e
y cuyos fantasmas vuelve n De chico mis padres me llevaban al Aeroparqu e
de tanto en tanto . y seguíamos embelesados la partida de los lustroso s
con sus reproches ecológico s avione s
y nosotros, Oh Poetas ! las mecánicas migraciones a la nad a
ahuyentamos con la música exquisit a Partían y llegaban sin motivo aparente
del cuarteto de saxófonos belga (por ejemplo )
y ya no importa que ella se desnud e Fue una lástima no conocer los patos en ese tiemp o
y esa es nuestra pen a Tenía buena imaginación por entonces
y hasta nuestra perdición
Miguel Gay a
z Gonzale Joni
desparramando seme n
sobre el paisaje virge n
Vos dorm las con tu gat o
cuando entré a la habitació n
Lawrence Ferlinght
Vos cerrabas los ojos y dormías y é l
los entrecerrab a
los brazos abiertos de perón te daba mied o y vigilaba mis movimiento s
después en la casa paterna todos simulábamo s "No hay que dormir con gatos" dij e
historias inverosímiles mientras alguien se volvía loc o Mis pasos no eran elástico s
en el televiso r Mis zapatillas chirriaban en el pis o
Ese fue el comienzo de la caída de los pequeños diose s La cama era alta y enorm e
y mi caída fue hasta desnudarte por complet o Podía perderme antes de llegar a tu almohad a
y no perdonar un cent (met . o de tu cuerp o El levantó la cabeza y me mir ó
o dormir como disolviéndo, .o s riéndose can sus ojos verde s
en la misma vieja historia que nos sabíamos de memori a Vo s
Un día después de mucho llanto y rechinar de dierile s dormías
ignorando la coca cola sobre la fald a
y el semen sobre el céspe d II
los brazos de perón ya no te dieron mied o
entonces me sentí un jesús en el paraís o Y ahora yo mismo cierro las persiana s
miel de higo chorreando por mi barb a (en las galerías recomienza la lluvia )
el cuchillo del Gran Viejo partió en dos el día Sus ojos en la oscuridad eran fosforescente s
y algunos se quedaron con la mitad de la noch e como ciertas señales de los grandes naufragio s
50
il peccato originale