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Reflexión : ciencias sociales y Heidegger

Diego Rojas Reveco

La filosofía de Martin Heidegger no fue pensada para las ciencias sociales. Martín
Heidegger, como buen fenomenólogo, nos habla de una historia y un concepto que no
es posible reducir a los concretos del mundo sensible e históricos en sentido fáctico.
Martin Heidegger debe crear su propio lenguaje para darse a entender. En este sentido,
mundo, Dasein, ser y ente, siendo elementos permanentes en el desarrollo de su
pensamiento, desarrollan un entramado de significados que sólo es posible entender a
la luz de ellos mismos y sus relaciones entre los mismos, como también, de las relaciones
con otros conceptos importantes que aparecen en la obra de Heidegger, pero que sin
embargo, aparecen de manera más esporádica, mucho más asociados al momento o
etapa de la obra que se esté mirando. Ahora bien, más allá de la especificidad de los
términos en cada época de la historia de la obra de Martin Heidegger, ¿qué puede
entregar el pensamiento de este autor para la investigación en ciencias sociales? La
pregunta, que desde un principio queda abierta, puede sin embargo responderse de
manera parcial y/o funcional. Es así que, si consideramos al Dasein como aquel ente
definido como una relación, relación entre el horizonte de determinaciones de su
aparecer y su aparecer particular, por tanto también, su condición de arrojado y su
condición de proyecto, es decir, su carácter histórico, pero en la vivencia misma del
tiempo del Dasein, no en el sentido de la historia que hacen los historiadores, hemos de
utilizar este concepto para entender al hombre. Sin duda sería un error afirmar que
Martin Heidegger entiende al hombre como Dasein, sería no comprender la capacidad
de este término en cuanto a la filosofía de este autor. Entender Dasein, a secas como
“el hombre” no permitiría comprender Dasein como aquello que es, es decir, como una
relación. Sin embargo, se entiende que el Dasein, comprende dentro de sí al hombre y
la mujer. Y su característica esencial, de ser relación, es así mismo, la esencia del hombre
y la mujer. Los aspectos del Dasein que quedan vetados para el hombre requieren una
comprensión mayor de la filosofía de Martin Heidegger, sobre todo a la luz de su última
etapa, en la cual el Dasein se enmarca, desde su ser relación del ser, con el ser y para el
ser, más allá de sí mismo, en el destino del ser. Ahora bien, algunos aspectos del Dasein,
dan cuenta de manera correcta el ser de la mujer y el hombre: El ser humano, en su
característica de ser cultural, histórico, diverso y homogéneo a la vez, es una relación
que transcurre -un abrir y cerrar de ojos, un abrazo al nacer y otro en la muerte- y que
discurre -es y no es, está y no está. Su ser es constantemente vinculado, en una relación
osmótica, con el mundo. Al punto que el mundo está constituyéndolo, mientras a su ves,
él y ella constituyen el mundo en el cual viven. La diferencia entre ellos es “aparente”,
es una cuestión perceptual-. Este primer concepto, el de Dasein, abre una serie de
posibilidades para la investigación en ciencias sociales, ya que extrema posiciones como
la ecológica, la transaccional, la comunitaria e inclusive la marxista. Todas éstas quedan
rebasadas por la postura del Dasein, ya que estas limitan la relación y la comprenden
desde una cantidad limitada de dimensiones. Sin duda, la cantidad es ilimitada, e indagar
en su alcance es tarea tanto de filósofos como de cientistas sociales.

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