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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN E

IMPUNIDAD”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA

ALUMNO : CUTTI ALMINAGORTA, Moisés Moshé.

CARRERA : Administración de Empresas.

CICLO : VII

CURSO : Gestión Pública II

TEMA : Análisis de Plan Bicentenario.

DOCENTE : MARCHÁN HERNA, Inés

SULLANA – PERÚ
2019
En los últimos años, viene ocurriendo un cambio en la dinámica económica
mundial. A diferencia del pasado, hoy en día el crecimiento económico no lo
lidera Estados Unidos y Europa, sino Latinoamérica y Asia. Las denominadas
economías emergentes están creciendo mucho más rápido que las economías
desarrolladas, más avanzadas. El fuerte crecimiento de los denominados BRIC
(24% del PBI mundial): Brasil, Rusia, India y China, ha llevado a dejar de lado el
denominado grupo de las siete economías desarrolladas y pasar a hablar del
grupo de las veinte, una nueva estructura económica mundial que es constituida
por un grupo más amplio de economías emergentes. Además de China (15% del
PBI mundial), el principal consumidor mundial de materias primas, economía que
continúa creciendo con el exceso de liquidez existente en el mundo, la
persistente baja del dólar y una moneda subvaluada. El crecimiento de la
demanda en China ha llevado a un aumento de los precios de los minerales y
las materias primas en el mercado mundial.

En Perú, los logros más importantes están en relación con la economía y política
exterior. A 2010, éramos el tercer país con mayor crecimiento en América Latina,
con casi 9%, y se espera para 2021 que alcancemos la segunda tasa más alta
de crecimiento de la región (del 6%), además de tener la tasa más baja de
inflación. La Bolsa de Valores de Lima rindió 65% en 2010, y ello la convirtió en
la más rentable del planeta.

La inversión extranjera directa debe superar los 25,000 millones de dólares para
2021; además se cuenta con un portafolio de inversión de 80,000 millones de
dólares para el periodo 2011- 2021, y las exportaciones en 2010 han superado
los 31,000 millones de dólares.

En política exterior se han firmado TLC con: China, Corea, la Unión Europea y
Japón, que si bien no son soluciones finales, abren ventanas de oportunidad
para poder colocar productos en el exterior. A diferencia del pasado, el periodo
electoral no afecta la actividad económica, ni ha tenido efecto alguno en la
inversión privada. Sin duda, el actual crecimiento económico en el país está
vinculado directamente al aumento del precio de los minerales, y se espera que
China e India continúen desarrollando su mercado interno.

Este contexto favorable para el crecimiento, junto con las políticas


macroeconómicas, que no han variado en los últimos 20 años, ha llevado a que
el Perú sea una de las economías emergentes de mayor crecimiento. Para ello,
es ineludible que el país emprenda las reformas mucho más complejas que
requiere para su desarrollo en los próximos 20 años. La competitividad a nivel
país queda definida como el clima político, económico, social e institucional que
permite lograr un crecimiento económico sostenido de mediano a largo plazo, lo
cual mejora el nivel de ingreso y el bienestar de los ciudadanos.
El Perú ha tenido una mejora, escalando cinco posiciones con respecto al año
anterior, y se ubica en el puesto 73 de 139 países, por debajo de Chile, que sigue
siendo la economía más competitiva de Latinoamérica, Brasil, Uruguay, México
y Colombia, superando a Argentina, Ecuador y Bolivia. En el caso del Perú, las
mayores ventajas radican en el marco general existente para la inversión
extranjera: protección, presencia y restricciones al capital. La solidez en los
bancos y la disponibilidad de servicios financieros también se destacan. No se
deben dejar de lado el buen manejo fiscal y la eliminación de barreras de ingreso
al mercado, así como la flexibilidad existente para la determinación de salarios.

El plan Bicentenario es un documento dinámico con proposición orientador,


abierto y flexible, enriqueciéndose así con el tiempo con el recojo de experiencias
y aportes.

Como primer documento de esta envergadura formulado en el Perú, permitirá


ordenar las políticas públicas y concertarlas de manera sistemática.

El Perú se encuentra en una senda de progreso y desarrollo, y nos corresponde


a todos, gobierno y ciudadanos darle consistencia y proyección a futuro.

Si se alcanza las metas planteadas al 2021, el Perú tendrá la vía libre para
convertirse en algunos años más, en libertad y democracia, consiga la
prosperidad y justicia social.

El plan bicentenario visiona al 2021 un Perú con el siguiente perfil:

- Una sociedad democrática en la que prevalece el Estado de Derecho en


condiciones de alta calidad de vida e igualdad de oportunidades.

- Un Estado moderno, descentralizado, ético, participativo y de eficiente


servicio a la ciudadanía.

- Una economía dinámica, diversificada, de óptimo nivel tecnológico,


equilibrada regionalmente, que favorece la inversión privada y la
innovación, con pleno empleo y alta productividad del trabajo.
- Una sociedad donde la pobreza y la pobreza extrema han sido
erradicadas, que registra una renta media alta y un desarrollo humano
elevado, contándose con mecanismos redistributivos para propiciar la
equidad social y el manejo sostenible de los recursos naturales.

- Una nación orgullosa de su identidad y sus orígenes, creativa y abierta al


progreso, optimista frente al futuro, donde los actores sociales se
organizan y movilizan para hacer realidad sus metas colectivas.

Todos estos objetivos son concebidos de acuerdo a seis objetivos estratégicos


nacionales:

 Un Estado basado en la plena vigencia de los derechos fundamentales y


el respeto a la dignidad de las personas.

 Una economía competitiva basada en la generación masiva de empleos


con alta productividad.

 Una economía que ofrezca igualdad de oportunidades y acceso irrestricto


a servicios.

 Un crecimiento económico basado en el aprovechamiento sostenible de


los recursos naturales.

 Desarrollo de una infraestructura adecuada y distribuida adecuadamente


entre las regiones.

 Lograr desde el Estado una gestión pública eficiente que facilite la


gobernabilidad y llegue a todos los sectores de la sociedad y rincones del
país.

Estos seis objetivos guardan entre sí una relación estructural, de forma que su
consecución integrada y simultánea significa el éxito del Plan Bicentenario. Pero
para llegar al éxito de este plan, el Perú debe pasar una serie de desafíos a nivel
global dados por unas mega tendencias desde los países “desarrollados” en
distintos ámbitos de la actividad humana como son la globalización, la
democracia global, la masificación de la informática y las telecomunicaciones, el
surgimiento de las nuevas potencias económicas, los nuevos desplazamientos
del comercio internacional, el envejecimiento demográfico y la migración
internacional, el crecimiento de mega ciudades, el cambio climático, la
preocupación por el ambiente y la preferencia por productos naturales, el
desarrollo biotecnológico y la ingeniería genética, el desarrollo de la
nanotecnología y la robótica; todas estas representando no solo desafíos sino
también oportunidades para el logro de determinadas metas económicas,
sociales y culturales.

No cabe duda que el país debe emprender grandes reformas para un crecimiento
sostenible a futuro, las cuales son constituidas por los ejes estratégicos de
desarrollo al 2021. La mejora del capital humano es fundamental: reforma
educativa, pobreza y salud. Sin gente preparada y capacitada para asumir
nuevas tareas y los retos que plantea el mundo del siglo XXI, el país no podría
insertarse exitosamente al mundo. Siendo uno de los roles fundamentales del
Estado contribuir a que esto suceda, es importante evaluar cómo nos
encontramos en términos de salud, educación y demás variables que
contribuyen directa o indirectamente a la formación de capital humano con
condiciones que el mundo actual requiere.

Actualmente, el aparato productivo del Perú no cuenta con un recurso humano


calificado y sobretodo especializado en actividades que signifiquen un mayor
valor agregado, debido a que estas se encuentran mayormente concentradas en
la agricultura y los servicios, donde la fuerza laboral es menos preparada. De
esta manera, si se crea una nueva estructura que permita mejorar el ingreso de
los peruanos, se estaría requiriendo una capacitación acorde con la demanda de
estas actividades.

Según instituciones internacionales de renombre, el Perú presencia deficiencias


en su sistema educativo, con mala calidad sin incentivos para mejorar el
desempeño e ineficiencia en el uso de los recursos, aumentando su gasto
público sin variar la calidad de educación. Por otro lado, la pobreza tiene un alto
índice en el Perú, es decir, los ingresos que perciben son menores a la canasta
básica de consumo. El subempleo es otro problema preocupante en Lima
metropolitana, ya que el porcentaje de personas empleadas adecuadamente es
menor. En salud, el gasto per cápita es menos de la mitad que el gasto de un
país vecino. Si bien el SIS ha sido un avance, el problema es que nos e cuenta
con recursos económicos suficientes para implementarlo. Es decir, al 2019, aún
se debe incremente el presupuesto de salud y ampliar la cobertura de la
población. Así mismo es importante reformar la comprensión lectora, las ciencias
en el país. Hacer una integración del MINSA y ESSALUD, para no duplicar
tareas. La reforma política constituye uno de los cambios más importantes a
llevar a cabo en nuestro Perú, ya que sin partidos políticos integrales y
estructurados, no existe el soporte adecuado para un buen desempeño de la
actividad económica. Por otro lado, la corrupción impide que las políticas
públicas se orienten al interés general, y es difícil que se constituyan gobiernos
eficientes. A mi parecer, en nuestro país no existen partidos políticos. Un partido
político es filosofía, doctrina, principios, valores, lo que hoy en día existen son
agrupaciones poco cohesionadas, que no tienen un programa claro, y
simplemente constituyen alianzas con el único interés de tomar el poder a como
dé lugar. Por esto y muchas cosas más se requiere realizar cambios en el
sistema político.

La modernización del Estado no solo es disminuir el gasto público mediante la


reducción de personal o reordenar las oficinas burocráticas. Es hacer una
reingeniería, para que esté acorde con los cambios del mundo globalizado y
moderno, y “rediseñarlo” para que pueda responder a las demandas de la
sociedad del siglo XXI. No solo se debe pensar en reforma administrativa, sino
ir más allá, transformar los distintos poderes del Estado: Ejecituvo, legislativo, y
judicial. En el primero poder, se debe crear una entidad que vaya más allá del
CEPLAN, que mire de mediano para largo plazo y dé información estratégica
para el diseño de políticas de país. Otra medida puede ser replantear el número
de ministerios, siendo excesivos al día de hoy. Es necesario agruparlos en
función de nuevas líneas estratégicas de acción. Los cambios en el poder
Legislativo también son necesarios con mayor eficiencia de los legisladores en
el desempeño de su función, evaluación permanente del electorado. Hoy en día
vemos como los corruptos del Poder Judicial hacen de las suyas, siendo
evidentes sus muestras de corrupción, y la reforma se ve cada vez más lejana.

El cambio debe llevar a su mejor funcionamiento y a una mayor celeridad de


procesos, reformándolos. Una buena administración de justicia es la clave para
que las economías de mercado funcionen. Sin dudas, la reconstrucción de un
nuevo tipo de Estado es el gran tema de la agenda económica al 2021, dejadas
de lado por los gobiernos anteriores.

Además, el Estado del futuro tiene que ser ágil, coordinador, promotor, capaz de
dar apoyo y soporte al sector privado emprendedor, que es el gestor de la
actividad productiva. Si no contamos con un Estado moderno no tendremos el
soporte adecuado para lograr un país desarrollado. Otro punto importante
involucra enfrentar radicalmente la corrupción que parece ser un mal crónico en
nuestro país. La lucha contra la corrupción debe tener un carácter
multiinstitucional, que va más allá de un marco legal, dando un ajste moral que
permita recueprar la confianza y la credibilidad en la sociedad, factores que son
sustento para un desarrollo sostenible del país.

Durante los últimos años, los cambios tecnológicos han sido exponenciales. La
mano de obra y las materias primas están perdiendo relevancia en la economía
mundial. Las actividades clave para la creación de riqueza ya no se basan en el
uso productivo del capital o del trabajo, sino en la productividad e innovación. No
hay que ser un genio para darnos cuenta que gran parte de la economía de
nuestro país depende de los recursos naturales con muy bajo valor agregado,
cuyos precios han estado disminuyendo desde hace décadas. De este modo,
basarnos en exportar materias primas con poco valor agregado y salarios
reducidos nos hace vulnerables al mercado internacional, por lo que este modelo
no tiene ventajas y es obsoleto. Esto no significa que los recursos anturales y la
mano de obra no sean importante, pero es preciso conocer su verdadero valor y
administrarlos adecuadamente. La tecnología, que es el conocimiento aplicado
a la producción y a la organización, constituye un elemento clave para el logro
de la competitividad, y requiere de una continua innovación y aprendizaje. El
Estado debe destianr los recursos sufcientes para la investigación y desarrollo
de acuerdo a un plan que permita priorizar el gasto y la inversión en los sectores
potenciales a desarrollar ene l país.

Por lo tanto, el reto para el gobierno al 2021, es crear un contexto de políticas e


instituciones que promuevan el desarrollo de la productividad y calidad ambiental
con la vigencia plena y efectiva de los derechos fundamentales, teniendo acceso
a una justicia autónoma, confiable y eficiente, reduciendo al mínimo las
inequidades, la pobreza y extrema pobreza. También promover la
democratización de la sociedad con acceso equitativo a los servicios
fundamentales de calidad (educación, salud, agua y saneamiento, electricidad,
telecomunicaciones, vivienda y seguridad ciudadana) elevando la inversión
anual educativa para mejorar los resultados del rendimiento educativo y así tener
mayor tasa de conclusión de estudios escolares. Así mismo, el Estado, antes de
querer solucionar problemas externos, en primer lugar debe solucionarse
internamente, lográndose un Estado democrático, descentralizado y eficiente,
estando al servicio y desarrollo de la ciudadanía, garantizando la seguridad y
defensa nacionales, la paz y la democracia. Por otro lado, debe aplicarse la
modernización económica inclusiva nacional, mediante la generación de
empleos dignos, para poder aprovechar todo el capital humano y su
especialización para los mercados extranjeros, reduciendo así, el subempleo y
desempleo. Un Estado promotor y reforzador del desarrollo tecnológico y su
difusión en nuestro país, implementando programas de fomento productivo a
través de fondos de asistencia técnica, centros de investigación e innovación
tecnológica y organismos coordinadores con visión estratégica de largo plazo.
Finalmente preocuparse por la conservación y aprovechamiento sostenible de
los recursos naturales y la biodiversidad, con un enfoque integrado y
ecosistémico y un ambiente que permita una buena calidad de vida para las
personas y la existencia de ecosistemas saludables, viables y funcionales en el
largo plazo.

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