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EL OJO HUMANO

INTRODUCCION:

La visión, o sentido de la vista, es una función sumamente compleja, en la que intervienen


numerosas estructuras. Para las personas en general, ojos y visión son sinónimos,
este concepto es erróneo, ya que los ojos son sólo parte de un amplio sistema que se extiende
a la porción más posterior del cerebro.

A través de la visión obtenemos la mayor parte de la información con la que conocemos


interpretamos nuestro entorno. Identificamos objetos apreciando propiedades como su
tamaño, forma, color, brillo, textura, los localizamos en el espacio estimando su posición, su
proximidad o lejanía y seguimos aspectos de su evolución observamos su movimiento,
cambios en algunas sus propiedades. Por todo ello, la comprensión de cómo vemos las cosas
que nos rodean ha sido uno de los temas que más ha interesado a los científicos de todas las
épocas. Puesto que para que tenga lugar la visión es indispensable que intervengan el objeto
visto, la luz, el ojo y el cerebro, la comprensión de los procesos involucrados en la visión
requiere de aportaciones procedentes de varias disciplinas: física, fisiología, neurología. Las
ideas sobre cómo se produce la visión humana evolucionaron y siguen evolucionando lo largo
de la historia al ritmo que lo hacen estas disciplinas.

El ojo se compone de un sistema sensible a los cambios de luz, capaz de transformar éstos en
impulsos eléctricos. Los ojos más sencillos no hacen más que detectar si los alrededores están
iluminados u oscuros. Los más complejos sirven para proporcionar el sentido de la vista.

Las partes del ojo son esenciales para la existencia humana porque gracias a ellas captamos,
percibimos y encontramos lo que se llama las imágenes percibidas por este sistema.

En la mayoría de los vertebrados y algunos moluscos, el ojo funciona proyectando imágenes a


una retina sensible a la luz, donde se detecta y se transmite una señal correspondiente a
través del nervio óptico. El ojo por lo general es aproximadamente esférico.

Para que los rayos de luz se puedan enfocar, se deben refractar. La cantidad de refracción
requerida depende de la distancia del objeto que se ve. Un objeto distante requerirá menos
refracción que uno más cercano. La mayor parte de la refracción ocurre en la córnea, que tiene
una curvatura fija. El resto de la refracción requerida se da en el cristalino. Al envejecer, el ser
humano va perdiendo esta capacidad de ajustar el enfoque, deficiencia conocida como
presbicia o vista cansada.

El 50 % de la información que recibimos de nuestro entorno la recibimos a través de los ojos.


La información que recibimos en un simple vistazo a nuestro entorno se guarda durante un
segundo en nuestra memoria y luego la desechamos casi toda. ¡No nos fijamos en casi nada!
Estructura del ojo

El ojo humano es un sistema óptico formado por una dioptría esférica y una lente, que reciben,
respectivamente, el nombre de córnea y cristalino, y son capaces de formar una imagen de los
objetos sobre la superficie interna del ojo, en una zona denominada retina, que es sensible a
la luz.

El ojo tiene forma aproximadamente esférica y está rodeado por una membrana llamada
esclerótica que por la parte anterior se hace transparente para formar la córnea.

Tras la córnea hay un diafragma, el iris, que posee una abertura, la pupila, por la que pasa la
luz hacia el interior del ojo.

El iris: es el que define el color de nuestros ojos y el que controla automáticamente el


diámetro de la pupila para regular la intensidad luminosa que recibe el ojo. Es la parte
coloreada del ojo. Su función es regular la entrada de luz aumentando o disminuyendo su
tamaño según la intensidad de la misma.

 La pupila: Es el orificio central del iris. Se dilata o contrae en función de la cantidad de


luz existente.
 El cristalino: Es la parte del ojo humano que enfoca el haz de luz en la retina. Tiene
forma de lente biconvexa y es la segunda lente más importante, está unido por
ligamentos al músculo ciliar. De esta manera el ojo queda dividido en dos partes: la
posterior que contiene humor vítreo y la anterior que contiene humor acuoso. El
índice de refracción del cristalino es 1,437 y los del humor acuoso y humor vítreo son
similares al del agua. El cristalino enfoca las imágenes sobre la envoltura interna del
ojo, la retina. Esta envoltura contiene fibras nerviosas (prolongaciones del nervio
óptico) que terminan en unas pequeñas estructuras denominadas conos y bastones
muy sensibles a la luz.
 La córnea: Es una de las partes externas del ojo. Protege al cristalino y al iris
permitiendo el paso de la luz, refracta los rayos luminosos y el cristalino actúa como
ajuste para enfocar objetos situados a diferentes distancias. De esto se encargan
los músculos ciliares que modifican la curvatura de la lente y cambian su potencia.
Para enfocar un objeto que está próximo, es decir, para que la imagen se forme en la
retina, los músculos ciliares se contraen, y el grosor del cristalino aumenta, acortando
la distancia focal imagen. Por el contrario si el objeto está distante los músculos
ciliares se relajan y la lente adelgaza. Este ajuste se denomina acomodación o
adaptación.
 La retina: Es la parte del ojo sensible a la luz. Está compuesta por los conos y los
bastones. El ojo tiene alrededor de 6 millones y son poco sensibles a la luz. Su función
es dar información sobre la nitidez y el color. Los bastones son 120 millones y son
muy sensibles. Con ellos percibimos el brillo y el blanco y negro. Se estimulan en
función de la luz que reciben y envían la información al nervio óptico.

Existe un punto en la retina, llamado fóvea, alrededor del cual hay una zona que sólo
tiene conos (para ver el color). Durante el día la fóvea es la parte más sensible de la
retina y sobre ella se forma la imagen del objeto que miramos.

Los millones de nervios que van al cerebro se combinan para formar un nervio óptico
que sale de la retina por un punto que no contiene células receptores. Es el llamado
punto ciego.

 Nervio óptico Conduce los impulsos nerviosos de los bastones y los conos al cerebro.
El mensaje visual es transmitido en forma de señales eléctricas. El cerebro
transformará esa electricidad en sensación visual.
El ojo sano y normal ve los objetos situados en el infinito sin acomodación enfocados en la
retina. Esto quiere decir que el foco está en la retina y el llamado punto remoto (Pr) está en el
infinito.

Se llama punto remoto la distancia máxima a la que puede estar situado un objeto para que
una persona lo distinga claramente y punto próximo a la distancia mínima.

 La esclerótica: la "parte blanca del ojo", es una membrana de color blanco, gruesa,
resistente y rica en fibras de colágeno. Constituye la capa más externa del globo
ocular. Su función es la de darle forma y proteger a los elementos más internos.

Se caracteriza por que está formado por 3 capas:

Fusca: es la capa más interna y contiene abundantes vasos.

Fibrosa: está compuesta fundamentalmente por fibras de colágeno.

Epiesclera: es una membrana que facilita el deslizamiento del globo ocular con
las estructuras vecinas.

Es la porción blanca del ojo. Tejido fuerte y fibroso que se extiende desde la córnea
hasta el nervio óptico y que comúnmente se conoce como "la parte blanca del ojo".

 La fóve: es una pequeña depresión en la retina, en el centro de la llamada mácula


lútea. Ocupa un área total un poco mayor de 1 Mm. cuadrado. El área, denominada
también fóvea centralis, no posee bastones sino sólo conos, responsables de
la percepción de colores. Un objeto que el ojo enfoca se fija siempre de manera tal que
su reflejo se ubique exactamente justo en la fóvea centralis.

Debido a la falta de bastoncillos y la consecuente incapacidad de percibir estructuras


finas bajo malas condiciones de luminosidad, resulta particularmente difícil, por
ejemplo, leer un texto en la penumbra.

 El humor vítreo: es un líquido gelatinoso y transparente que rellena el espacio


comprendido entre la retina y el cristalino. Cumple la función de amortiguar ante
posibles traumas. Está compuesto en un 99.98% por agua.

 Conos y bastones

Las células sensoriales de la retina reaccionan de forma distinta a la luz y los colores.

Los bastones se activan en la oscuridad, y sólo permiten distinguir el negro, el blanco


y los distintos grises. Son células fotorreceptoras de la retina responsables de la visión
en condiciones de baja luminosidad. Presentan una elevada sensibilidad a la luz
aunque se saturan en condiciones de mucha luz y no detectan los colores. Se ubican en
casi toda la retina exceptuando la fóvea.

Los conos, en cambio funcionan de día y en ambientes iluminados, por lo que hacen
posible la visión en los colores. En realidad hay tres tipos de conos, adaptados a cada
uno a los colores azul, rojo y verde; los cuales interaccionan mezclándose para formar
el espectro completo de luz visible. El pigmento de los conos es una sustancia
coloreada del retinol. Los conos están concentrados en el centro de la retina mientras
que la frecuencia de los bastones aumenta a medida que nos alejamos de la mácula
lutea hacia la periferia.
Visión Fotópica.

Los conos son células sensibles a la luz que están concentradas en la fóvea de la retina del ojo.
En la parte externa de la fóvea el número de conos disminuye drásticamente. La fóvea es el
área de la retina en el cual se forma una imagen muy nítida de la reducida área inmediata a la
dirección de visión: se llama visión “central” o visión “on-line”. Los conos presentan su
máximo nivel de actividad con la adaptación a luminancias de entre 3 y 10 cd/m2 y
superiores. Cuando hablamos de visión fotópica se hace posible la percepción del color, ya que
disponemos de conos sensibles a cada uno de los tres colores primarios: rojo, verde y azul. La
sensibilidad espectral en condiciones de visión fotópica está representada por la curva V
(lambda) y alcanza su máxima sensibilidad en la longitud de onda del entorno de los 555nm,
correspondientes al color amarillo-verdoso (Figura 2). En consecuencia las fuentes de luz con
un alto contenido de amarillo en su espectro, pueden tener una alta eficacia. Normalmente
todas las magnitudes de alumbrado (flujo luminoso, intensidad luminosa, luminancia,
iluminancia, etc.) están definidas en función de su eficiencia según el espectro fotópico.

Visión escotópica.

Los bastones son también células fotosensibles de una muy alta sensibilidad, cuya
concentración se incrementa en el área exterior (periferia) de la retina. Su máxima
concentración tiene lugar a 15° desde la dirección de la visión; el área central de la fóvea no
contiene apenas bastones (Figura 1). Los bastones son por tanto importantes para la visión
“periférica” o visión “off-line”. Debido a que muchos de los bastones están conectados entre sí,
la imagen formada a través de ellos no será muy definida. Su
adaptación y mayor actividad es posible en niveles de luminancias de entre 0,01 y 0,003
cd/m2 e inferiores y hablaremos de visión escotópica (nota 1). La visión del color es
imposible sólo con los bastones. La sensibilidad espectral con visión escotópica está
representada por la curva V’(lambda) y alcanza su máxima sensibilidad en la longitud de onda
del entorno de los 505nm, correspondientes al color azul-verdoso: en comparación con la
curva V(lambda) la curva esta desplazada hacia el extremo del espectro correspondiente al
color azul (Figura 2).

Para definir que efectivo es el espectro de una determinada fuente de luz en condiciones de
visión escotópica, se suele utilizar el ratio S/P: relación para un determinado espectro entre
su luminancia escotópica (de acuerdo a la curva V’(lambda)) y su luminancia fotópica (de
acuerdo a la curva V(lambda) (nota 2). En la Tabla 1 se dan los valores S/P típicos para las
diferentes fuentes de luz comúnmente utilizadas en alumbrado vial (notas 3,4).
La función del ojo es percibir y captar las imágenes del exterior, de manera que una vez
recibidas puedan ser enviadas al cerebro. Para realizar esta función, el ojo dispone de un
sistema óptico que va enfocando la imagen, la cual se recibe en una capa sensible que es la que
finalmente procesa y emite dicha imagen.

Se comprende muy bien el funcionamiento del ojo cuando lo comparamos con una cámara
fotográfica.

Hacer correctamente una foto implica que el objeto a fotografiar sea encuadrado y enfocado
adecuadamente y que las lentes se encuentren limpias para que la imagen se enfoque en su
parte posterior, bien en la película o en el sensor digital.

Igualmente el proceso de ver pasa por que fijemos la vista, enfoquemos un objeto y que su
imagen atraviese todas las estructuras y lentes transparentes del ojo, formando la imagen en
el fondo del ojo, en la retina.

Cuando la forma o tamaño del ojo no son adecuados se producen los defectos de graduación.
Así, de manera simplificada podemos decir que si el tamaño es grande, hablaremos de miopía,
mientras que si es pequeño será hipermetropía. Cuando el ojo no es redondeado hablaremos
de astigmatismo, y de presbicia cuando éste no enfoque bien.
1.- La luz pasa a través de la córnea y llega a la pupila que se contrae o expande según su
intensidad. La pupila será más pequeña cuanta más luz haya para evitar deslumbramientos.
En habitaciones o lugares en penumbra aumentará de tamaño para dejar entrar más cantidad
de luz.

2.- El cristalino del ojo será quien proyecte las imágenes enfocadas en la retina. Puede
aplanarse o abombarse según lo cerca o lejos que esté el objeto que veamos. El cristalino se
deteriora con los años y pierde capacidad de acomodación. Esto da lugar a conocidos
problemas ópticos como la presbicia o vista cansada.

3.- La retina recibe la imagen invertida en sus paredes. La luz estimula los conos y los
bastones quienes transforman esa información en impulsos nerviosos. Esta electricidad se
trasladará al cerebro a través del nervio óptico. El cerebro es quien realmente ve las
imágenes. Endereza la imagen invertida de la retina e interpreta la información de color,
tamaño, posición, etc.

La imagen formada en la retina es plana, en 2 dimensiones. Vemos imágenes en 3 dimensiones


por la separación de aproximadamente 6 cm. de nuestros ojos.

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