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HISTOPLASMOSIS
Dr. Orlando Nava
ESQUEMA
Histoplasma capsulatum fue descrito por primera vez en 1905 por S. Darwing en un
paciente en Panamá, supuestamente muerto por Kala-Azar encontrándose en el interior de
los macrófagos parásitos semejantes a un plasmodium encapsulado, siendo denominado H.
capsulatum. En 1912 da Rocha-Lima sugirieron que el organismo era un hongo y no un
protozoario. En 1926 Riley y Watson describen una nueva infección y en 1929 Dodd y
Tonkins diagnostican el primer caso. DeMonbreum cultivó el organismo en fase micelial en
1932. Desde 1940 se ha ido acumulando literatura de las características clínicas causadas por
este hongo así como herramientas terapéuticas y diagnósticas.
II. ETIOLOGIA:
III. EPIDEMIOLOGIA:
Los lactantes y los niños de poca edad así como los ancianos, son más propensos a
desarrollar primo-infecciones clínicamente manifiestas y con tendencia a la diseminación. La
enfermedad es ligeramente mas frecuente en hombres que en mujeres (4:1). Curiosamente, la
proporción de infecciones subclínicas es igual en ambos sexos. Debe destacarse que en
pacientes VIH positivos o con SIDA, los factores edad y sexo varían notoriamente de los
anteriores (más jóvenes, más hombres). No hay diferencias marcadas en cuanto a la raza, si
bien los negros muestran tendencia a presentar formas diseminadas con manifestaciones
bizarras. La histoplasmosis se asocia frecuentemente con enfermedades malignas del sistema
reticuloendotelial y con estados de inmunosupresión, especialmente el SIDA. Se calcula que
en los Estados Unidos, solamente, ocurren anualmente 500.000 infecciones nuevas, de las
cuales 200.000 son asintomáticas y 4.000 son suficientemente severas como para requerir la
hospitalización de los pacientes. En el SIDA, la morbilidad y la mortalidad son mucho más
altas.
IV. PATOGENESIS:
Las microconidias y los fragmentos de hifas pequeñas de H. capsulatum son inhalados
hacia los pulmones, donde alcanzan los espacios alveolares, dentro de os cuales se
transforman en levaduras. Se produce entonces una alveolitis caracterizada por gran
actividad fagocitaria de los neutrófilos y macrófagos alveolares. En una interrelación
inmunológica de gran complejidad que apenas ahora empieza a comprenderse, el hongo se
adhiere a los macrófagos alveolares y a los neutrófilos polimorfonucleares (PMN), gracias a
un sistema de receptores de superficie (integrinas), y es fagocitado. Así, los macrófagos
alveolares y neutrófilos constituyen la primera línea de defensa englobando a los organismos
y conteniéndolos dentro de ellos. Los neutrófilos son más activos contra el hongo que los
macrófagos. Los primeros ejercen su actividad antimicótica después de la fagocitosis por un
proceso no bien conocido que involucra mecanismos intracelulares de destrucción. Los
macrófagos ejercen una actividad antifúngica menos eficiente; después de la fagocitosis por
los macrófagos las levaduras se multiplican en aproximadamente 15-18 horas. A pesar de la
fusión con los lisosomas, la multiplicación continua dentro de los fagosomas y las levaduras
pueden multiplicarse dentro de ellos produciendo su destrucción e infección de nuevas
células. Se ha sugerido que las levaduras pueden producir proteínas que inhiben la actividad
de las proteasas lisosoma les. Cumplida la fagocitosis, la reacción inflamatoria local facilita la
dispersión de los macrófagos alveolares, ya cargados con el microorganismo, hacia lugares
distantes del pulmón, de preferencia a hígado y bazo.
Una vez que se desarrolla la respuesta inmune, el crecimiento de la levadura cesa 1-2
semanas luego de la exposición. El principal mecanismo de defensa involucra la respuesta
inmune mediada por linfocitos T específicos. Principalmente los linfocitos T ayudadores
(CD4) y en mucho menor grado, linfocitos T citotóxicos (CD8). Cuando la respuesta celular
especifica, comandada por los linfocitos CD4, se establece, ocurre la activación de los
macrófagos gracias al IFN gamma y se liberan IL-12 y TNF alfa; los procesos anteriores llevan
a la destrucción de las levaduras, a la formación de granulomas con áreas de necrosis y con el
tiempo, a la calcificación de las lesiones, deteniéndose allí el proceso.
Formas clínicas:
Actualmente se cataloga la histoplasmosis en asintomática, aguda primaria, diseminada
progresiva y pulmonar crónica. Además, se reconocen ciertas formas residuales como el
histoplasmoma y la fibrosis mediastinal como parte del espectro de la enfermedad.
1. Hematología:
- Anemia leve puede estar presente en histoplasmosis pulmonar crónica.
- En 70-90% de los pacientes con histoplasmosis diseminada aguda se observa
pancitopenia, con contaje plaquetario menor de 70.000. Lo mismo que en
histoplasmosis diseminad crónica pero en menor proporción.
- Fosfatasa alcalina: niveles elevados en histoplasmosis diseminada aguda e
histoplasmosis pulmonar crónica.
- La enzima convertidota de angiotensina puede estar elevada en el suero de
algunos pacientes con histoplasmosis aguda. Esto puede causar confusión
diagnóstica con sarcoidosis, particularmente si el paciente con histoplasmosis
también presenta adenopatías.
2. Micológico:
- Microscopia: Las muestras para diagnóstico son obtenidas de biopsias muco
cutáneas, nódulos linfáticos, lesiones hepáticas, pulmonares, médula ósea,
esputo, lavado bronquial, L.C.R, etc., deben ser mantenidas en forma estéril en
solución salina isotónica para estudio micológico y en formol al 10% para
estudio histopatológico.
Al examen micológico directo (Fig. 2) la muestra es extendida sobre una
lámina v fijada por 10 minutos en alcohol metílico y luego teñido con Wright
o Giemsa. El organismo es visto principalmente intracelular en forma de
cuerpos ovales de 2-5 micras de diámetro; con Giemsa se aprecia el núcleo
teñido y rodeado por un material casi translúcido, representando
protoplasma y membrana; con Grocott se aprecia la levadura en su forma
completa, tiñéndose bien la membrana celular e incluso las gemas o brotes.
Fig 2
En niños los cuales han tenido menos oportunidad de ponerse en contacto con
el hongo, una Histoplasmina positiva, en presencia de lesiones pulmonares, es una
indicación precisa para descartar por cualquier otro método (serología, estudio
micológico) una histoplasmosis activa. Por el contrario una Histoplasmina negativa en
un niño con buen estado general, casi descartaría una histoplasmosis activa.
6. Estudios de Imágenes:
- Radiografía de Tórax: Ya descrita para cada una de las formas clínicas de
histoplasmosis.
- Tomografía computarizada: La tomografía de cráneo es útil para detectar la
presencia de histoplasmosis cerebral antes de practicar la punción lumbar. La
tomografía de abdomen es útil cuando se sospecha afección adrenal,
especialmente en histoplasmosis diseminada subaguda, la cual produce
afectación adrenal en un 80% de los pacientes. Usualmente se detecta aumento
bilateral de las adrenales.
- Ecocardiograma: transesofágico o transtoráxico puede ser muy útil si se
sospecha compromiso valvular; la endocarditis por histoplasma rara vez está
asociada con cultivos sanguíneos positivos.
VII. TRATAMIENTO:
VIII. SEGUIMIENTO:
IX. BIBLIOGRAFIA: