Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
El hombre actual vive constantemente agitado por todo lo que cree debe hacer y pasa la
mayor parte de su vida trabajando incansablemente por alcanzar aquello que cree necesitar
sin percatarse de que la única meta que logrará alcanzar será el de la autodestrucción. En el
afán por vivir a la carrera y enfrentarse a las exigencia de la sociedad de consumo el hombre
de este siglo se destruye a si mismo desde adentro hacia afuera, lastima su corazón con los
alimentos procesados que consume bajo el pretexto de no tener tiempo para preparar algo
diferente que sea más dispendioso en su elaboración, daña sus riñones cuando pasa
demasiado tiempo frente a máquinas que cambian la naturaleza de su fisionomía, altera su
proceso digestivo al estar expuesto a sobresaltos emocionales que impiden un buen proceso
de descomposición alimenticia y sustracción de sustancias vitales. El hombre de hoy necesita
sentirse productivo para creerse exitoso y triunfador, se ha dejado llevar por aquello que
desde otras culturas se le impone y olvida aquello que realmente necesita. No se necesita ser
altamente competitivo, tampoco el más y mejor trabajador, no es necesario doblegarse a si
mismo y aniquilar los sueños de tranquilidad y vida calmada en pro de una sociedad
explotadora y asesina de sueños en la que cada día se le inculca al otro que para ser feliz debe
sobresalir. Es una verdadera tragedia que el hombre educado, formado, preparado y
vanagloriado de estos tiempo requiera de eventos traumáticos y de muchos años para darse
cuenta que su vida es suya y que nadie más que él debe marcar el ritmo y la velocidad con la
que debe vivirla.
Esta sociedad ha creado superhombres que todo lo saben y todo lo pueden, se han creado
hombres para quienes nada es imposible ni incorrecto, hoy tenemos al hombre super frente
a nosotros: se tiene el supercuerpo moldeado en el gimnasio, se tiene el superauto que debe
ser mejor y más costoso que el de mi par, se tiene el supercelular que debe contener mi
memoria y que ha dejado que un gran porcentaje de la capacidad cerebral se subutilice. Se
quiere tener, se trabaja por tener, se ha olvidado del ser, se ha encerrado en sí mismo y la
soledad le ha pasado cuenta de cobro dando como resultado una sociedad que vive sumida
en la tristeza y la depresión. El hombre ha perdido la capacidad de disfrutar de lo sencillo, ha
desaparecido su capacidad de maravillarse con las cosas, de valorar aquello que es gratis y
que está para todos, ha perdido su propia libertad de elegir, de vivir, de expresarse y de ser
conocedor de sí mismo, Al hombre de esta super época le da miedo mirar hacia su interior
porque se percata de que no hay allí nada que lo satisfaga ni le llene, al mirar hacia adentro
se da cuenta de que en muchas ocasiones está vacío y que duele que toda su carrera hacia el
triunfo no ha sido más que una excusa para transformar su exterior como una manera de
llenar y compensar su vacío interior.