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Decíamos el otro día como los sacramentos son signos sensibles que significan
y producen la gracia. De manera que por estos gestos exteriores “vemos” lo que
ocurre espiritualmente... Y ¿cuáles son estos “signos sensibles” en el Bautismo?
Pues, como todos sabemos el signo principal, y que propiamente produce este
sacramento es el derramamiento del agua sobre el bautizado.
El agua, significa vida y fecundidad, porque sólo es posible vivir donde hay
agua, para beber, lavar, regar... mira si no la cantidad de “vida” que hay en un
desierto; pero también significa destrucción y muerte... cuando un río se
desborda, el agua destruye y ahoga... Por eso quiso el Señor que fuese el agua la
materia del Bautismo, porque en el, nuestra alma recibe una nueva vida, la
sobrenatural y es destruido el pecado... se produce vida y fecundidad, se produce
muerte y destrucción. ¿Lo ves?
Para que haya sacramento, a la vez que se derrama el agua tres veces sobre la
cabeza de la persona se deben pronunciar las palabras: “Yo te bautizo, en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Aquí tienes la materia (el agua) y la forma (las palabras al derramar el agua)
necesarias para que se de este sacramento.
Todos los gestos y oraciones que se van realizando durante la ceremonia del
Bautismo tienen su significado y sentido.
Así, se empieza haciendo la señal de la cruz, para que quede claro de dónde
nos ha venido el don tan grande que va a recibir ese alma... Luego, se le la
Palabra de Dios, porque por ella es como el Señor nos habla y nos ilumina y
provoca en nosotros el responder con fe a lo que escuchamos, y el acto de fe es
necesario para el Bautismo...
Otro rito son los exorcismos; por ellos se significa la liberación del demonio y
del pecado... la renuncia que esa alma hace de Satanás y de todo su reino... (esto
es impresionante y ojalá que los cristianos recordásemos más a menudo, que por
el Bautismo hemos rechazado el pecado, nos hemos comprometido a apartarnos
de él, a luchar contra él... “¿Renuncias a Satanás...?” Se nos pregunta cuando en
algunas celebraciones se nos invita a renovar las promesas del Bautismo...
Im-pre-sio-nan-te ¿verdad?)
Como puedes ver, la misma ceremonia es toda una catequesis sobre lo que
ocurre en el Bautismo.
Pues dice el Catecismo de la Iglesia Católica que todo ser humano aún no
bautizado.
En los primeros tiempos del cristianismo, lo más corriente era que se bautizase
gente adulta. Para ello tenían un tiempo largo de preparación llamado
catecumenado, para formarse y prepararse para recibir en una misma ceremonia
los tres sacramentos de la iniciación: el Bautismo, la Confirmación y la
Eucaristía.
“Es que el Bautismo supone asumir una fe, una forma de vida, unas
obligaciones... que yo no sé si mi niñito luego los va a aceptar”... pero señora...
¿le ha preguntado usted a su niñito si acepta la lengua española como suya, la
cultura europea, el ir a la escuela? Usted carga a su niño de responsabilidades,
toma por él opciones y decisiones, porque sabe que serán un bien para él, si bien
luego, cuando crezcan siempre tendrá la posibilidad de rechazarlas, pero ese bien
“ahí queda”... Legalmente puede un padre o tutor aceptar una herencia en
nombre de su hijo... ¿Y si luego él no la quiere o la desperdicia? Eso ya será “su”
problema, pero el padre como lo quiere, acepta todo lo bueno que haya para su
niñito...
Fíjate que la legislación de la Iglesia indica así: “Los padres tienen la obligación
de hacer que sus hijos sean bautizados en las primeras semanas... y si hubiese
algún peligro de muerte deben ser bautizados sin ninguna demora... Nuestra
buena Madre Iglesia...
Ahora, tiene que haber unas condiciones claro, no vale ponerse a bautizar a
diestro y siniestro a todo no bautizado que haya por el mundo.
Luego también es necesario que el sujeto tenga fe. Por supuesto no se trata de
que tenga una fe ya perfecta y madura, sino un comienzo de fe que luego podrá y
deberá desarrollarse y fortalecerse. Las verdades de fe que, al menos debe creer
son: La existencia de Dios, que Dios es remunerador (búscate la palabra en el
diccionario), en la Encarnación y en la Santísima Trinidad. Por eso es necesario
que la persona sea instruida, por lo menos, sobre esto antes de recibir el
Bautismo, luego ya podrá seguir recibiendo catequesis sobre todo lo demás. Y
otra condición es el arrepentimiento de sus pecados.
En cuanto a los niños... son sus padres y padrinos quienes hacen el acto de fe
y la renuncia al pecado en nombre del niño, comprometiéndose a formarle en la
fe y enseñarle a vivir de forma cristiana.
Los ministros “normales” del Bautismo son el obispo, los sacerdotes y los
diáconos. Pero en caso de necesidad puede bautizar cualquier persona, incluso
uno que no sea cristiano, siempre que cumpla los requisitos de querer realizar lo
que la Iglesia hace y que use la materia (agua natural) y la forma (las palabras
“Yo te bautizo...” y el triple derramamiento de agua sobre la cabeza).
“Pues más les vale salvarse así, que conocer el cristianismo y luego tener que
cumplir los mandamientos y todo” ¿¿¡¡...!!?? Sin comentarios, porque esto sólo
Lo primero, mata, liquida, borra, lava, limpia, libera el alma del pecado
original, de todo pecado personal y la pena de esos pecados... Así queda el alma
fuera del dominio del diablo, que podrá tentarle, pero siempre de una forma
limitada.
Quedan, eso sí, las consecuencias del pecado, el sufrir, la fragilidad, la muerte,
la concupiscencia (tendencia que tenemos al mal), pero esto será motivo de lucha
y esfuerzo... La vida cristiana es un combate.
También me hace miembro de la Iglesia, soy piedra viva del templo de Dios,
soy miembro del Cuerpo místico de Cristo, soy de su pueblo elegido... Y eso me da
una capacidad especial para relacionarme con Dios, interceder ante Él por los
demás, puedo ofrecerle cosas que le sean agradables... Ya Cristo es mi Señor, mi
Rey, le pertenezco... y esto me deja marcado para siempre con el sello que no se
podrá borrar nunca... soy rebaño de Cristo, estoy marcado.