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net/publication/257921970
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Marcelo Mella
University of Santiago, Chile
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“La contribución de los Centros Académicos Independientes (CAI) en la transición a la democracia en Chile (1980 a
1990)”. Proyecto DICYT 03-0852MP (2008-2010), View project
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ELEMENTOS
DE CIENCIA
POLÍTICA Volumen 1
Conceptos,
actores
y procesos
RIL editores
bibliodiversidad
Elementos de Ciencia Política
Marcelo Mella
Elementos de
Ciencia Política
Volumen 1
278 p. ; 21 cm.
ISBN: 978-956-284-911-1
«ÀiÃÊiÊ
iÊUÊPrinted in Chile
ISBN 978-956-284-911-1
Derechos reservados.
Dedico este libro a Juan Mastrantonio y María Teresa Cobos
(Q.E.P.D.), por la dedicación puesta en su trabajo académico
y por haberme ayudado, en aquellos años, a
creer que era posible…
Índice
Introducción............................................................................. 11
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Marcelo Mella
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Elementos de Ciencia Política
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Marcelo Mella
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Elementos de Ciencia Política
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Marcelo Mella
1
Esta incapacidad disciplinar para influir sobre las instituciones y el proce-
so político en las últimas décadas se produce para Chile en paralelo a la
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Cuadro Nº 1
Enfoques alternativos en ciencia política
/ŶƐƟƚƵĐŝŽŶĂů
Estructura Agente
/ŶĨŽƌŵĂů
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24
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25
I
Transformaciones
culturales y políticas
Es posible que el diagnóstico más aceptado frente a la po-
lítica contemporánea sea que esta se encuentra en crisis (Berger
y Luckmann, 1996; Lechner, 2002). Tal afirmación tiene su res-
paldo en el distanciamiento y malestar de los ciudadanos frente
a las instituciones y la democracia, en la desvalorización de la
política como campo normativo, en las crecientes dificultades
para construir sentido a nivel colectivo y en el desfase de las ins-
tituciones y estructuras políticas tradicionales, entre otras mani-
festaciones. Por otra parte, la permanencia de una «zona gris»
(Auyero, 2007) conformada por múltiples modalidades de rela-
ciones informales que complejizan el funcionamiento de las es-
tructuras formales, ha erosionado la justicia como valor público
,>ÜÃ]ÊÓääÈ®ÊÞÊ>ÊVw>â>Ê`iÊ>ÊVÕ`>`>>ÊiÊ>ÃÊV>«>V`>`iÃÊ
institucionales (Rosanvallon, 2007).
Alain Touraine sostiene que la «crisis de la política» es la
cara de un proceso más amplio, a saber, la «crisis de la moder-
nidad». Para este autor: «La fuerza liberadora de la modernidad
se agota a medida que esta triunfa» (Touraine, 1994: 93). En
el principio de esta crisis se encuentra la desconexión entre un
saber social, que se define como prisionero de la racionalidad
instrumental, y de una acción modernizadora generadora de des-
confianza (Touraine, 1994: 96-97).
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Cuadro Nº 2
Cuatro dimensiones de riesgo en la modernidad
WŽůĂƌŝnjĂĐŝſŶ ŵĞŶĂnjĂƐ
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ǀŝŽůĞŶĐŝĂͿ
ĚĞŵŽĐƌĄƟĐŽƐ ĞƐĐĂůĂ
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Cuadro Nº 3
Estructura de la acción racional
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Elementos de Ciencia Política
micos que hacen posible conocer y tocar las bases del propio
proyecto ilustrado. Se trata de un aspecto de la modernidad
donde predomina la crítica frente a la capacidad constructiva y,
en consecuencia, el optimismo ilustrado es reemplazado por el
escepticismo radical. Una consecuencia de este momento es la
percepción pesimista frente a los proyectos colectivos o la per-
cepción social extendida de que «las cosas no pueden cambiar»
(«corrosión del carácter» en Richard Sennett y «naturalización
de lo social» en Norbert Lechner).
Para analizar la crisis del proyecto moderno, Norbert Le-
chner (2002) identifica, por lo menos, seis grandes giros en los
significados de la actividad política, a saber: i) reaparición de
principios externos que guían la actividad política, ii) pérdida
de centralidad de la política, iii) reestructuración del tiempo
histórico, iv) desplazamiento de los límites de la política, v) ex-
tensión de los mercados a ámbitos no económicos, y vi) auge de
la cultura audiovisual. Para este propósito Lechner, retomando
los conceptos de Beck como elementos transversales en su aná-
lisis, distingue un momento de modernidad simple, en el que se
manifiestan los rasgos clásicos del proyecto ilustrado y, un se-
gundo momento que llama de modernidad reflexiva, en el que
se expresa radicalmente el sentido de la crisis contemporánea.
Heteronomía de la política
Durante los inicios de la modernidad la sociedad abandonó
todo principio externo de legitimación. Si la política pre-mo-
derna estuvo fundada en Dios o la naturaleza, durante la mo-
dernidad se transformó en un campo o sistema autorreferido.
El pensamiento político moderno, con autores como Juan Bo-
dino y Nicolás Maquiavelo, enfatizó la autonomía y el carácter
privilegiado de la normatividad política frente a otros campos
normativos. El «paradigma del Príncipe» mostraba no solo su
autonomía de la política, sino su preponderancia frente al con-
junto de la sociedad. En el famoso capítulo XV de El Príncipe,
Maquiavelo detalla los alcances de esta noción de autonomía
aplicada a la política:
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Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 4
Cuadro izquierda: Total América Latina 2004-2009 /
Cuadro derecha: Totales por país 2009
Pregunta: «Diría Ud. que su país está gobernado por unos cuantos grupos
económicos en su propio beneficio, o que está gobernado para el bien de
todo el pueblo». * Aquí solo «Para el bien de todo el pueblo».
Pérdida de centralidad
La política durante la modernidad simple consistió en la acción
voluntaria cuya expresión típica fue la «Razón de Estado» ma-
quiavélica. Sin embargo, la condición de la política durante la
modernidad reflexiva supone la acción en torno a redes políti-
cas, acuerdos horizontales y construcción de mayorías, más que
en la toma de decisiones por actos de autoridad o expresión de
principios. Si durante la modernidad clásica el fin justificaba los
medios, en la modernidad reflexiva los actores negocian para de-
cidir lo posible, motivo por el cual se puede sostener que, en las
democracias actuales, la elección de los medios modela los fines
de la política. De fondo a estas transformaciones se encuentra
el paso desde una política generada en base a la voluntad, los
principios y la toma de posición, hacia una política centrada en
los medios, las consideraciones estratégicas y las «ventanas de
oportunidad» que hacen posible una decisión.
Por otra parte, si los fines aparecen subordinados a los me-
dios, en las sociedades contemporáneas la política pierde valor
como campo normativo orientado a la «construcción» del orden
social. La desvalorización o pérdida de centralidad de la política
puede estar vinculada a la pérdida de propósitos colectivos y a
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Cuadro Nº 5
Cuadro izquierda: Total América Latina 1995-2009 /
Cuadro derecha: Totales por país 2009.
Pregunta: Algunas personas dicen que la democracia permite que se solu-
cionen los problemas que tenemos en (país). Otras personas dicen que la
democracia no soluciona los problemas. ¿Cuál frase está más cerca de su
manera de pensar? Aquí solo «Algunas personas dicen que la democracia
permite que se solucionen los problemas que tenemos en (país)».
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Cuadro Nº 6
Satisfacción con la democracia y crecimiento PIB per cápita
América Latina 1995-2009
Pregunta: En general, ¿diría Ud. que está muy satisfecho, más bien sa-
tisfecho, no muy satisfecho o nada satisfecho con el funcionamiento de
la democracia? Aquí solo «Muy satisfecho» más «Más bien satisfecho»
y «No muy satisfecho» más «Nada satisfecho».
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Elementos de Ciencia Política
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Cuadro Nº 7
Confianza interpersonal
Pregunta: Hablando en general, ¿diría Ud. que se puede confiar en la
mayoría de las personas o que uno nunca es lo suficientemente cui-
dadoso en el trato con los demás? Aquí solo «se puede confiar en la
mayoría de las personas».
Total América Latina 1996-2009 / Totales por país 2009
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Elementos de Ciencia Política
ĞƐĂƌƌŽůůŽĞĐŽŶſŵŝĐŽƵůƚƵƌĂ/ŶƐƟƚƵĐŝŽŶĞƐƉŽůşƟĐĂƐ
ĞƐƉůĂnjĂŵŝĞŶƚŽǀĂůſƌŝĐŽdĞŶĚĞŶĐŝĂĂůstatus quo
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Cuadro Nº 8
Evolución en la estructura de valores según Inglehart
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Cuadro Nº 9
Ubicación de cincuenta y tres sociedades en el mapa
cultural global en el período 2005-2007
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Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 10
Relación entre efectividad democrática y valores de auto-expresión
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II
Conceptos fundamentales
Los significados de la política
Durante la Antigüedad, el concepto de política contenía en sí dos
significados básicos correspondientes a lo que Aristóteles llamó
la dimensión «arquitectónica» y la dimensión «agonal». Por di-
mensión arquitectónica de la política entendió el conjunto de
interacciones cooperativas tendientes a construir instituciones,
en cambio, por dimensión agonal comprendió el conjunto de
relaciones no cooperativas destinadas a manifestar los conflictos
subyacentes a toda organización social.
Con la llegada de la modernidad y, especialmente, del con-
tractualismo, la política se asimiló a la dimensión arquitectónica
del pensamiento antiguo. Thomas Hobbes, en su Leviatan, se-
ñala que el origen de la política equivale a la constitución de un
poder común (Estado soberano) provisto de suficientes capaci-
dades como para garantizar la seguridad en la vida social:
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Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 11
Coalición conservadora en una tríada
(A+B) > C
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Cuadro Nº 12
Coalición revolucionaria en una tríada
(B+C) > A
ÕiÌi\Ê
>«ÜÊ£Ç{®
Cuadro Nº 13
Coalición impropia en una tríada
(A+C) > B
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Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº14
Tres tipos de coaliciones en tríadas
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Cuadro Nº 15
Modelos de democracia
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Elementos de Ciencia Política
Democracia antigua
En las clasificaciones que autores antiguos realizaron para
el estudio de los tipos de gobierno, la democracia no aparece
como una forma virtuosa de organizar el poder. Autores como
Platón (427-347 a.C.), Aristóteles (384-322 a.C.) y Tucídides
(460-399 a.C.) la consideraron una forma de gobierno fun-
dada en la mayoría pero sin apego a la ley. La democracia
entonces fue explicada como un tipo político que, aunque do-
tada de legitimidad por la fuente de autoridad o el principio
justificativo (gobierno de la mayoría o de los muchos), carecía
de los mecanismos para generar comportamientos virtuosos y
comprometidos entre los ciudadanos. Fue entendida como un
principio que promovía comportamientos sociales propios del
ciudadano medio y se desarrollaba por las pasiones y deseos
de la mayoría.
En todo caso, estos autores lograron concebir un tipo de
gobierno mixto fundado en la ley (politeia) que incorporaba
parcialmente el principio de la mayoría, en combinación con el
principio aristocrático y monárquico. Sobre la base de estos res-
guardos la democracia se expresó institucionalmente.
Una característica central de la democracia antigua fue su
condición de gobierno directo, vale decir, la fusión de la titulari-
dad y el ejercicio del poder. La toma de decisiones tuvo un papel
destacado en este diseño institucional, a través de la asamblea y
la designación de cargos por sorteo. Como aspectos negativos
del modelo se menciona su alto nivel de exclusión, dado el gran
número de personas desprovistas de derechos políticos. Entre las
exclusiones no transitorias aceptadas en la democracia griega se
cuentan la de mujeres, inmigrantes y esclavos.
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Cuadro Nº 15
Democracia liberal
El modelo de democracia liberal se caracteriza por tres ele-
mentos; gobierno fundado en la constitución, soberanía del Es-
tado y representación política.
La noción de gobierno fundado en la constitución supone
separación de poderes conforme a las teorías clásicas del pen-
samiento liberal, con su consiguiente sistema de frenos y con-
trapesos, un sistema de derechos y garantías efectivas para las
personas y el respeto a la propiedad privada. El concepto de
soberanía plantea que la estructura del Estado, principal actor
de la política mundial desde 1648 (Paz de Westfalia), posee el
monopolio legítimo del poder y la violencia dentro de un territo-
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Elementos de Ciencia Política
Democracia protectora
El modelo de democracia protectora consiste en una variante
de la democracia liberal que se funda en el pensamiento de autores
como Thomas Hobbes (1588-1679), Adam Smith (1723-1790),
John Locke (1632-1704) y Jeremías Bentham (1748-1832), entre
otros, todos tributarios del pensamiento utilitarista. Constituye
una matriz teórica basada en el pensamiento económico y consti-
tuirá el «ala derecha» de la teoría democrática liberal.
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Cuadro Nº 16
Democracia protectora
WƌŝŶĐŝƉŝŽ;ƐͿũƵƐƟĮĐĂƟǀŽ;ƐͿ͗
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EĂĐŝſŶͲƐƚĂĚŽĐŽŶĞdžƚĞŶƐŽƚĞƌƌŝƚŽƌŝŽ͘
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Elementos de Ciencia Política
Democracia desarrollista
Este modelo, segunda variante de la democracia liberal, se
funda en el pensamiento de autores como Alexis de Tocqueville
(1805-1859), John Stuart Mill (1806-1873), Jean Jacques Rous-
seau (1712-1778) y Hamilton, Madison y Jay en The Federalist
Papers, entre otros autores tributarios del pensamiento de corte
colectivo-comunitarista. La noción de democracia desarrollista
supone una reflexión anclada en el pensamiento comunitarista y
republicano, por tanto, posee base política y constituirá el «ala
izquierda» de la teoría democrática liberal.
Su principal característica es el desarrollo de capacidades y
virtudes cívicas en los ciudadanos, que generarán un ciudadano
con mayor disposición a la participación y al compromiso res-
pecto a los asuntos públicos. Este modelo busca terminar con el
monopolio de la representación política como mecanismo de in-
tegración y pone, en su lugar, a la participación y la acción colec-
tiva como facetas indispensables de la experiencia democrática.
Otras características de este modelo son la representación de un
interés objetivo (colectivo), la concepción colectiva del ciudada-
no y la noción de libertad positiva (libertad para…).
Cuadro Nº 17
ĞŵŽĐƌĂĐŝĂĚĞƐĂƌƌŽůůŝƐƚĂ
WƌŝŶĐŝƉŝŽ;ƐͿũƵƐƟĮĐĂƟǀŽ;ƐͿ͗
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ĞŵĂƌĐĂĐŝſŶĐůĂƌĂĚĞůĂĂƐĂŵďůĞĂƉĂƌůĂŵĞŶƚĂƌŝĂLJůĂďƵƌŽĐƌĂĐŝĂƉƷďůŝĐĂ͕ĞƐĚĞĐŝƌ͕ƐĞƉĂƌĂĐŝſŶ
ĚĞůĂĨƵŶĐŝſŶĚĞůŽƐĞůĞŐŝĚŽƐLJůĂƐĚĞůŽƐĂĚŵŝŶŝƐƚƌĂĚŽƌĞƐĞƐƉĞĐŝĂůŝƐƚĂƐ;ĞdžƉĞƌƚŽƐͿ͘
WĂƌƟĐŝƉĂĐŝſŶĚĞůŽƐĐŝƵĚĂĚĂŶŽƐĞŶůĂƐĚŝƐƟŶƚĂƐƌĂŵĂƐĚĞůŐŽďŝĞƌŶŽĂƚƌĂǀĠƐĚĞůǀŽƚŽ͕ũƵŶƚŽ
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>ĂƐŽĐŝĞĚĂĚĐŝǀŝůĞƐŝŶĚĞƉĞŶĚŝĞŶƚĞLJĐƵĞŶƚĂĐŽŶůĂŵşŶŝŵĂŝŶƚĞƌĨĞƌĞŶĐŝĂĚĞůƐƚĂĚŽ͘
džŝƐƚĞƵŶĂĞĐŽŶŽŵşĂĚĞŵĞƌĐĂĚŽĐŽŵƉĞƟƟǀĂ͘
,ĂLJƉŽƐĞƐŝſŶLJĐŽŶƚƌŽůƉƌŝǀĂĚŽĚĞůŽƐŵĞĚŝŽƐĚĞƉƌŽĚƵĐĐŝſŶ͕ũƵŶƚŽĐŽŶĞdžƉĞƌŝŵĞŶƚŽƐ
ĐŽŶĨŽƌŵĂƐĚĞƉƌŽƉŝĞĚĂĚĐŽŵƵŶŝƚĂƌŝĂŽĐŽŽƉĞƌĂƟǀĂ͘
^Ğ ƉƌŽƉŝĐŝĂ ůĂ ĞŵĂŶĐŝƉĂĐŝſŶ ƉŽůşƟĐĂ ĚĞ ůĂ ŵƵũĞƌ ƉĞƌŽ͕ ĞŶ ŐĞŶĞƌĂů͕ ƉƌĞƐĞƌǀĂŶĚŽ ůĂ
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Democracia marxista
El modelo de democracia marxista se caracteriza, según
Held, por la presencia de tres elementos: crítica a la libertad
formal como fundamento de la vida social, concepción dialéc-
tica del progreso y determinación del proceso político por los
modos de producción.
Respecto de la crítica a la libertad formal, Karl Marx (1818-
1883) sostuvo que la libertad formal y política requería de la
libertad económica. Esta crítica a la democracia formal idealista
debe entenderse, en primer término, como una crítica a la noción
liberal de «neutralidad del Estado» y, en segundo término, como
una sospecha de que el sistema jurídico de derechos no basta
para garantizar un ejercicio pleno de la ciudadanía.
En relación a la visión dialéctica del progreso, es posible sos-
tener que la idea de democracia marxista se encuentra apoyada
en una concepción lineal, teleológica, dialéctica y profundamen-
te optimista del devenir histórico. Esta visión, construida en base
a elementos «científico-religiosos», sostiene que cada momento
histórico debería ser superado mecánicamente producto de las
condiciones estructurales intrínsecas, en una progresión sosteni-
da hasta la supresión de las contradicciones y asimetrías sociales
manifestadas, en una sociedad capitalista, a través de la noción
de clase. Particularmente, el capitalismo generará las condicio-
nes de su propia superación por las contradicciones representa-
das en la lucha de clases.
Finalmente, respecto de la determinación del proceso polí-
tico por la economía, Marx intentó demostrar que las condi-
ciones estructurales del capitalismo, sus modos de producción,
66
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 18
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__________________________________________________
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/ŶƚĞŐƌĂĐŝſŶƉƌŽŐƌĞƐŝǀĂĚĞůƐƚĂĚŽLJůĂƐŽĐŝĞĚĂĚ͘
67
Marcelo Mella
`>Ê*ÀâiÜÀÃÞÊ£x®]Ê«ÀÊÃÕÊ«>ÀÌi]ÊÃÃÌiiʵÕiÊ>Ê`i-
mocracia es un mecanismo institucional para abordar el con-
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Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 19
Democracia legal
WƌŝŶĐŝƉŝŽ;ƐͿũƵƐƟĮĐĂƟǀŽ;ƐͿ͗
ůƉƌŝŶĐŝƉŝŽĚĞůĂŵĂLJŽƌşĂĞƐƵŶĂĨŽƌŵĂĞĨĞĐƟǀĂLJĚĞƐĞĂďůĞĚĞƉƌŽƚĞŐĞƌĂůŽƐ
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ƚŽĚŽƟƉŽ͘
Democracia competitiva
El modelo de democracia competitiva posee tres rasgos distin-
tivos: i) elitismo, ii) procedimentalismo, y iii) economicismo. Un
aspecto relevante del enfoque en estudio es que busca entender la
democracia «tal como es» (descriptivamente) y no como «debe-
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Marcelo Mella
70
Elementos de Ciencia Política
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Marcelo Mella
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Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 20
ĞŵŽĐƌĂĐŝĂĐŽŵƉĞƟƟǀĂ
WƌŝŶĐŝƉŝŽ;ƐͿũƵƐƟĮĐĂƟǀŽ;ƐͿ͗
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Democracia pluralista
El modelo pluralista de democracia busca superar dos aspec-
tos centrales del modelo competitivo: su individualismo extremo
y la pasividad del ciudadano. Para Peter Bachrach, por ejemplo,
el procedimentalismo schumpeteriano se encuentra errado porque
la competencia genera inmunización de algunos intereses, condi-
ciona ciertas ventajas que hacen imposible la igualdad de oportu-
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Marcelo Mella
74
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 21
Democracia pluralista
ͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺͺ
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WƌŝŶĐŝƉŝŽ;ƐͿũƵƐƟĮĐĂƟǀŽ;ƐͿ͗
'ĂƌĂŶƟnjĂĞůŐŽďŝĞƌŶŽĚĞůĂƐŵŝŶŽƌşĂƐLJ͕ƉŽƌƚĂŶƚŽ͕ůĂůŝďĞƌƚĂĚƉŽůşƟĐĂ͘
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ĞdžĐĞƐŝǀĂŵĞŶƚĞƉŽĚĞƌŽƐĂƐLJĚĞƵŶƐƚĂĚŽŝŶƐĞŶƐŝďůĞ͘
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'ĂƌĂŶƟnjĂĚĞƌĞĐŚŽƐĂůĐŝƵĚĂĚĂŶŽĐŽŵŽůĂůŝďĞƌƚĂĚĚĞĞdžƉƌĞƐŝſŶ͕ůĂůŝďĞƌƚĂĚ
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ũƵĚŝĐŝĂůLJůĂĂĚŵŝŶŝƐƚƌĂĐŝſŶďƵƌŽĐƌĄƟĐĂ͘
/ŵƉůŝĐĂůĂĞdžŝƐƚĞŶĐŝĂĚĞƵŶƐŝƐƚĞŵĂĞůĞĐƚŽƌĂůĐŽŵƉĞƚŝƚŝǀŽĐŽŶ;ĂůŵĞŶŽƐͿ
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ďĂŶŝĐŽĚŝǀĞƌƐŽĚĞŐƌƵƉŽƐĚĞ DƷůƟƉůĞƐŐƌƵƉŽƐĚĞƉƌĞƐŝſŶƉĞƌŽƵŶĂ
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ůŐŽďŝĞƌŶŽŵĞĚŝĂLJũƵnjŐĂĞŶƚƌĞůĂƐ ůƐƚĂĚŽ͕LJƐƵƐĚĞƉĂƌƚĂŵĞŶƚŽƐ͕
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ŝŶŵĞƌƐĂƐĞŶƵŶĂĐƵůƚƵƌĂƉŽůşƟĐĂ >ĂƐŶŽƌŵĂƐĐŽŶƐƟƚƵĐŝŽŶĂůĞƐĨƵŶĐŝŽŶĂŶ
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ĞĐŽŶſŵŝĐŽƐƌĂĚŝĐĂůŵĞŶƚĞĚĞƐŝŐƵĂů͘
ŽŶĚŝĐŝŽŶĞƐŐĞŶĞƌĂůĞƐ͗
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ŐƌƵƉŽƐƉƌĞƐĞŶƚĞƐĞŶůĂƐŽĐŝĞĚĂĚ͘
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ůŽƐƉƌŽĐĞĚŝŵŝĞŶƚŽƐƉŽůşƟĐŽƐ͕ ƐŽĐŝŽĞĐŽŶſŵŝĐŽƉƌŽƉŽƌĐŝŽŶĂ
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ĐŝƵĚĂĚĂŶŽƐĂĐƚŝǀŽƐLJůŽƐƉĂƐŝǀŽƐ͕ ŐŽďŝĞƌŶŽŝŶƐƵĮĐŝĞŶƚĞŵĞŶƚĞĂĐĐĞƐŝďůĞ͘
ĐŽŵŽƉĂƌĂŐĂƌĂŶƚŝnjĂƌĞƐƚĂďŝůŝĚĂĚ
ƉŽůşƚŝĐĂ͘
75
Marcelo Mella
Democracia participativa
El modelo de democracia participativa se elabora desde el
supuesto de que la representación política liberal es un meca-
nismo insuficiente para generar inclusión y hacer efectiva la de-
mocracia real. Por tanto, se busca evitar que las prácticas de
delegación política, propias de la democracia representativa, se
conviertan en enajenación y fetichismo político. Autores como
Pierre Bourdieu y Fernando Mires han señalado que, si bien la
representación política es un mecanismo de agregación de inte-
reses, por sí sola no permite la democratización de una socie-
dad. Bourdieu ha explicado cómo las prácticas de delegación del
poder, por parte de los ciudadanos, al convertirse en prácticas
rutinarias hacen irreversible su transferencia y contribuyen a la
usurpación de la condición de soberano.
Fernando Mires argumentará que la democracia requiere, en
grados variables, de mecanismos de representación, pero tam-
bién de mecanismos para institucionalizar la deliberación y la
participación. Entender equivocadamente que la democracia es
coextensiva a la representación significa sobrecargar de deman-
das a las estructuras parlamentarias. Esta sobrecarga afecta, a la
larga, los niveles de adhesión y respaldo del sistema democrático.
Jurgen Harbermas, por su parte, plantea que la democra-
cia es una forma política derivada del libre proceso comuni-
cativo, dirigido a lograr acuerdos consensuales para la toma
de decisiones colectivas. Esta creencia tiene implicancias rele-
vantes respecto del decisionismo y las oportunidades efectivas
para generar espacios dialógicos libres de coacciones exter-
nas. La principal consecuencia de la relación entre procesos
comunicativos y democratización consiste en que el elitismo
decisional es percibido como una manifestación de antidemo-
cracia y, por ende, se refuerza el factor de legitimidad por
sobre la eficacia o se hace depender esta última de la primera.
Habermas supone que es posible constituir espacios institu-
cionales donde individuos y grupos participen sin coacción y
en igualdad de condiciones en la formación discursiva de la
voluntad política.
76
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 22
ĞŵŽĐƌĂĐŝĂƉĂƌƟĐŝƉĂƟǀĂ
WƌŝŶĐŝƉŝŽ;ƐͿũƵƐƟĮĐĂƟǀŽ;ƐͿ͗
ůĚĞƌĞĐŚŽ͕ŝŐƵĂůƉĂƌĂƚŽĚŽƐ͕ĂůĂƵƚŽĚĞƐĂƌƌŽůůŽ͕ƐŽůŽƉƵĞĚĞĂůĐĂŶnjĂƌƐĞĞŶƵŶĂ
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ƉƌĞŽĐƵƉĂĐŝſŶƉŽƌůŽƐƉƌŽďůĞŵĂƐĐŽůĞĐƟǀŽƐLJĐŽŶƚƌŝďƵLJĂĂůĂĨŽƌŵĂĐŝſŶĚĞƵŶĂ
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ŐŽďŝĞƌŶŽ͘
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WĂƌƟĐŝƉĂĐŝſŶĚŝƌĞĐƚĂĚĞůŽƐĐŝƵĚĂĚĂŶŽƐĞŶůĂƌĞŐƵůĂĐŝſŶĚĞůĂƐŝŶƐƟƚƵĐŝŽŶĞƐĐůĂǀĞƐĚĞ
ůĂƐŽĐŝĞĚĂĚ͕ŝŶĐůƵLJĞŶĚŽĞůůƵŐĂƌĚĞƚƌĂďĂũŽLJůĂĐŽŵƵŶŝĚĂĚůŽĐĂů͘
ZĞŽƌŐĂŶŝnjĂĐŝſŶĚĞůƐŝƐƚĞŵĂĚĞƉĂƌƟĚŽƐ͕ŚĂĐŝĞŶĚŽĂůŽƐĐĂƌŐŽƐĚĞůƉĂƌƟĚŽ
ĚŝƌĞĐƚĂŵĞŶƚĞƌĞƐƉŽŶƐĂďůĞĂŶƚĞƐƵƐĂĮůŝĂĚŽƐ͘
&ƵŶĐŝŽŶĂŵŝĞŶƚŽĚĞůŽƐͨƉĂƌƟĚŽƐƉĂƌƟĐŝƉĂƟǀŽƐͩĞŶůĂĞƐƚƌƵĐƚƵƌĂƉĂƌůĂŵĞŶƚĂƌŝĂŽĞŶ
ĞůĐŽŶŐƌĞƐŽ͘
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ZĞĚƵĐĐŝſŶ;ĞƌƌĂĚŝĐĂĐŝſŶ͕ƐŝĨƵĞƌĂƉŽƐŝďůĞͿĞŶůĂǀŝĚĂƉƷďůŝĐĂLJƉƌŝǀĂĚĂĚĞůƉŽĚĞƌ
ďƵƌŽĐƌĄƟĐŽŶŽƌĞƐƉŽŶƐĂďůĞĂŶƚĞůŽƐĐŝƵĚĂĚĂŶŽƐ͘
^ŝƐƚĞŵĂĂďŝĞƌƚŽĚĞŝŶĨŽƌŵĂĐŝſŶƋƵĞŐĂƌĂŶƟnjĂĚĞĐŝƐŝŽŶĞƐŝŶĨŽƌŵĂĚĂƐ͘
ZĞĐŽŶƐŝĚĞƌĂĐŝſŶĚĞůĂĂƚĞŶĐŝſŶLJĐƵŝĚĂĚŽĚĞůŽƐŶŝŹŽƐƉĂƌĂƋƵĞůĂƐŵƵũĞƌĞƐ͕ĂůŝŐƵĂů
ƋƵĞůŽƐŚŽŵďƌĞƐ͕ƉƵĞĚĂŶĂƉƌŽǀĞĐŚĂƌůĂŽƉŽƌƚƵŶŝĚĂĚĚĞƉĂƌƟĐŝƉĂƌ͘
77
Marcelo Mella
Monarquía absoluta
Ocurre con el origen del Estado moderno, durante los siglos
XVI y XVII, y se caracteriza por la centralización del poder, la crea-
ción de la burocracia y la constitución del Estado por pactos o
contratos. Es el tiempo en que los Estados europeos organizan
ejércitos nacionales, adquieren el derecho a acuñar moneda, a im-
poner tributos y a aplicar estos derechos dentro de un territorio.
Desde un punto de vista conceptual, los fundamentos clási-
cos del Estado absoluto, que se impone desde Westfalia (1648),
han sido elaborados por Thomas Hobbes en su Leviatan. Para
Hobbes, la principal razón que justifica semejante concentración
del poder es la necesidad de asegurar la conservación de la vida
y superar la situación de guerra permanente:
78
Elementos de Ciencia Política
Estado liberal
El Estado liberal surgió con las revoluciones liberales contra
el Antiguo Régimen, acaecidas en Europa y América y se ex-
pandió como modelo institucional entre los siglos XVII y XIX. Se
caracterizó por la vigencia del constitucionalismo, la concepción
individualista de los sujetos, la defensa de la propiedad privada
y la economía capitalista y, siguiendo a Carol Pateman, por el
impulso dado a la familia patriarcal (Held, 1997: 73). Desde una
perspectiva doctrinaria, el Estado liberal se opuso al Estado ab-
soluto, tal como se aprecia en el siguiente párrafo de John Locke:
79
Marcelo Mella
80
Elementos de Ciencia Política
Estado de bienestar
El Estado de bienestar surge de la crisis económica de 1929
como una alternativa ubicada entre el Estado liberal y el modelo
comunista. Su principal objetivo fue proteger a las sociedades
de las crisis cíclicas de la economía internacional mediante in-
tervenciones (anticíclicas) selectivas, con medidas como la ex-
tensión del sistema de seguridad social para los trabajadores,
políticas redistributivas, emprendimientos públicos destinados a
absorber la cesantía y diversas estrategias de industrialización
nacional sustitutiva de importaciones, dirigidas a limitar la de-
pendencia de la producción de los países desarrollados.
81
Marcelo Mella
82
Elementos de Ciencia Política
Estado neoliberal
El Estado neoliberal surge a comienzos de la década de 1980 con
las «revoluciones conservadoras» de Margaret Tatcher y Ronald
Reagan en Inglaterra y Estados Unidos, respectivamente. Algunos
de sus rasgos principales son: disminución del gasto fiscal, reducción
del «tamaño del Estado», privatización de empresas públicas, recor-
te de derechos y garantías sociales, control de la inflación, debilita-
miento de organizaciones sociales con capacidad de veto (sindicatos,
estudiantes, entre otras) y apertura internacional de los mercados.
Todas estas transformaciones se correlacionaron con cambios sig-
nificativos en la composición de los cuadros de profesionales y ex-
pertos que ocupaban posiciones estratégicas en el aparato público
(Puryear, 1994; Dezalay, 2002). Por otra parte, esta redefinición del
Estado estuvo vinculada a cambios relevantes en la distribución del
poder en el sistema internacional y, especialmente, en la política ex-
terior estadounidense (Foucault, 2007; Mella, 2011c).
La implantación del Estado neoliberal en América Latina se
asocia inicialmente y en distinto grado a los Regímenes Burocrá-
83
Marcelo Mella
Cuadro Nº 23
Reformas Estado neoliberal: Consenso de Washington
y Consenso de Washington ampliado
ŽŶƐĞŶƐŽĚĞtĂƐŚŝŶŐƚŽŶ ŽŶƐĞŶƐŽĚĞtĂƐŚŝŶŐƚŽŶĂŵƉůŝĂĚŽ
Ͳ ŝƐĐŝƉůŝŶĂĮƐĐĂů Ͳ 'ŽďĞƌŶĂŶnjĂĐŽƌƉŽƌĂƟǀĂ
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ƐƚĂĚŽ Ͳ &ůĞdžŝďŝůŝnjĂĐŝſŶĚĞůŵĞƌĐĂĚŽůĂďŽƌĂů
Ͳ ZĞĨŽƌŵĂƚƌŝďƵƚĂƌŝĂ Ͳ ĐƵĞƌĚŽƐKD
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Ͳ >ŝďĞƌĂůŝnjĂĐŝſŶĚĞůĐŽŵĞƌĐŝŽ Ͳ EŽŝŶƚĞƌǀĞŶĐŝſŶĞŶĞůƌĠŐŝŵĞŶĐĂŵďŝĂƌŝŽ
Ͳ ƉĞƌƚƵƌĂ ĚĞ ůĂ ŝŶǀĞƌƐŝſŶ ĞdžƚƌĂŶũĞƌĂ Ͳ ĂŶĐŽĞŶƚƌĂůŝŶĚĞƉĞŶĚŝĞŶƚĞͬŽďũĞƟǀŽƐ
ĚŝƌĞĐƚĂ;/Ϳ ŝŶŇĂĐŝŽŶĂƌŝŽƐ
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Ͳ &ŽƌƚĂůĞĐŝŵŝĞŶƚŽ ĚĞů ĚĞƌĞĐŚŽ ĚĞ ƉŽďƌĞnjĂ
ƉƌŽƉŝĞĚĂĚ
84
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 24
América Latina: Indicadores sociales 1980-2004
Tasa
PIB per cápita Pobreza Salario Real Desempleo
(% población)
(US$ PPP) (Millones) (1995=100) ;йĨƵĞƌnjĂĚĞ
trabajo)
85
Marcelo Mella
Cuadro Nº 25
Estado neoliberal y encarcelamiento
86
Elementos de Ciencia Política
87
Marcelo Mella
88
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 26
Teoría del imperialismo estructural
89
Marcelo Mella
90
Elementos de Ciencia Política
91
Marcelo Mella
92
III
Actores políticos
Durante esta sección se analizarán conceptos y roles alusivos a
actores políticos, comenzando desde una perspectiva institucional
y llegando hasta una mirada más amplia y comprensiva. Espe-
ramos poder discutir la función y la racionalidad de los actores,
incluyendo a aquellos definidos habitualmente como «informales»,
en la búsqueda de una mirada más compleja sobre el juego político.
Siguiendo una lógica que va desde lo formal a lo informal; se
analizarán, en primer lugar, los conceptos y tipologías de parti-
dos políticos; luego se revisarán los conceptos de grupos de inte-
rés y grupos de presión; en tercer lugar se estudiará el concepto
de elite política; se continuará con el análisis de los diferentes
enfoques existentes para el estudio de los movimientos sociales,
posteriormente se discutirá la importancia política de los medios
de comunicación y, para finalizar; se abordarán los principales
debates sobre sociedad civil y ciudadanía.
Para emprender el estudio de los actores políticos partiremos,
preferentemente, desde una perspectiva sincrónica o estática, ya
que nos interesa, desde los conceptos y enfoques presentados so-
bre cada tema, discutir cómo es posible construir una explicación
acerca del comportamiento de cada uno de ellos. Sin embargo, se
anotarán algunos rasgos de la trayectoria de ciertos actores que
puedan resultar importantes para entender sus lógicas de ruptura
o discontinuidad. Para desarrollar una explicación sobre el com-
portamiento de los actores suponemos que existen, al menos, dos
grandes modos de aproximarnos a ellos; el primero representa una
mirada de racionalidad instrumental en un sentido convencional
y, el segundo, supone ampliar la noción de racionalidad hasta in-
cluir elementos de tipo simbólico o cultural, en sentido amplio.
Partidos políticos
Concepto y características
Según David Easton (1974), los partidos políticos son canales
de transmisión de las demandas de la población hacia los pode-
res públicos. Constituyen, por lo tanto, estructuras institucionales
95
Marcelo Mella
96
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 27
Función de los partidos políticos
Evolución histórica
El origen de los partidos políticos estaría vinculado al pro-
ceso de urbanización acaecido en Europa entre los siglos XVIII y
XIX; siendo su primera manifestación aquellas afinidades funda-
das en el desarrollo de lazos de solidaridad llamadas «facciones»
(Oppo, 1982; Sartori 1980).
Andrés Malamud (2003) sostiene que existen tres familias de
teorías que explican el origen de los partidos políticos; las teo-
rías institucionales (por ejemplo; Ostrogoski, 1902 y Duverger,
1987), las teorías histórico-comparativas (por ejemplo; Lipset y
Rokkan, 1967) y las teorías del desarrollo (por ejemplo; Palom-
bara y Weiner, 1966). Las teorías institucionales sostienen que
los partidos surgen como organizaciones auxiliares o supleto-
rias del parlamento. Esta perspectiva distingue entre partidos de
97
Marcelo Mella
1. Partidos de notables
98
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 28
Función de los partidos de notables
2. Partidos de masas
99
Marcelo Mella
Cuadro Nº 29
Función de los partidos de masas
100
Elementos de Ciencia Política
101
Marcelo Mella
Cuadro Nº 30
Función de los partidos cartel
102
Cuadro Nº 31
Modelos de partido y sus características
ŵƉůŝĂĐŝſŶĚĞĚĞƌĞĐŚŽƐLJ
'ƌĂĚŽĚĞŝŶĐůƵƐŝſŶƐŽĐŝŽƉŽůşƟĐĂ ^ƵĨƌĂŐŝŽƌĞƐƚƌŝŶŐŝĚŽ ^ƵĨƌĂŐŝŽƵŶŝǀĞƌƐĂů ^ƵĨƌĂŐŝŽƵŶŝǀĞƌƐĂů
ƐƵĨƌĂŐŝŽƵŶŝǀĞƌƐĂů
EŝǀĞůĚĞĚŝƐƚƌŝďƵĐŝſŶĚĞůŽƐ
dĂŶƚŽŵĂŶŽĚĞŽďƌĂ
EĂƚƵƌĂůĞnjĂĚĞůĂƐĂĐƟǀŝĚĂĚĞƐ
/ƌƌĞůĞǀĂŶƚĞƐ DĂŶŽĚĞŽďƌĂŝŶƚĞŶƐŝǀĂƐ ŝŶƚĞŶƐŝǀĂƐĐŽŵŽĐĂƉŝƚĂů ĂƉŝƚĂůŝŶƚĞŶƐŝǀĂƐ
ƉĂƌƟĚĂƌŝĂƐLJůĂƐĐĂŵƉĂŹĂƐ
ŝŶƚĞŶƐŝǀĂƐ
ƵŽƚĂƐĚĞĂĮůŝĂĚŽƐLJ ŽŶƚƌŝďƵĐŝŽŶĞƐĚĞƵŶĂ
WƌŝŶĐŝƉĂůĨƵĞŶƚĞĚĞƌĞĐƵƌƐŽƐ ŽŶƚĂĐƚŽƐƉĞƌƐŽŶĂůĞƐ ^ƵďǀĞŶĐŝŽŶĞƐĞƐƚĂƚĂůĞƐ
ĐŽŶƚƌŝďƵĐŝŽŶĞƐ ĂŵƉůŝĂǀĂƌŝĞĚĂĚĚĞĨƵĞŶƚĞƐ
Marcelo Mella
ůƉĂƌƟĚŽĐŽŵƉŝƚĞƉŽƌ ůƉĂƌƟĚŽŐĂŶĂƵŶĂĐĐĞƐŽ
104
ĂŶĂůĞƐĚĞĐŽŵƵŶŝĐĂĐŝſŶ ůƉĂƌƟĚŽƉŽƐĞĞƐƵƐƉƌŽƉŝŽƐ
ZĞĚĞƐŝŶƚĞƌƉĞƌƐŽŶĂůĞƐ ĞůĂĐĐĞƐŽĂŵĞĚŝŽƐ ƉƌŝǀŝůĞŐŝĂĚŽĂŵĞĚŝŽƐ
ƉĂƌƟĚĂƌŝĂ ŵĞĚŝŽƐĚĞĐŽŵƵŶŝĐĂĐŝſŶ
ĞdžƚƌĂƉĂƌƟĚĂƌŝŽƐ ƌĞŐƵůĂĚŽƐĞƐƚĂƚĂůŵĞŶƚĞ
ůƉĂƌƟĚŽƉĞƌƚĞŶĞĐĞĂůĂ
&ƌŽŶƚĞƌĂƐƉŽĐŽĐůĂƌĂƐ
ƐŽĐŝĞĚĂĚĐŝǀŝů͕ŝŶŝĐŝĂůŵĞŶƚĞ >ŽƐƉĂƌƟĚŽƐĂĐƚƷĂŶĐŽŵŽ
WŽƐŝĐŝſŶĚĞůƉĂƌƟĚŽĞŶƚƌĞůĂ ĞŶƚƌĞĞůƐƚĂĚŽLJĞůƐĞĐƚŽƌ >ŽƐƉĂƌƟĚŽƐƉĂƐĂŶĂĨŽƌŵĂƌ
ĐŽŵŽƌĞƉƌĞƐĞŶƚĂŶƚĞĚĞƐƵ ŵĞĚŝĂĚŽƌĞƐĞŶƚƌĞůĂ
ƐŽĐŝĞĚĂĚĐŝǀŝůLJĞůƐƚĂĚŽ ƉŽůşƟĐĂŵĞŶƚĞŵĄƐƌĞůĞǀĂŶƚĞ ƉĂƌƚĞĚĞůƐƚĂĚŽ
ŶƵĞǀŽƐĞŐŵĞŶƚŽƉƌĞĞŵŝŶĞŶƚĞ ƐŽĐŝĞĚĂĚĐŝǀŝůLJĞůƐƚĂĚŽ
ĚĞůĂƐŽĐŝĞĚĂĚĐŝǀŝů
105
Marcelo Mella
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Elementos de Ciencia Política
107
Marcelo Mella
108
Elementos de Ciencia Política
109
Marcelo Mella
Cuadro Nº 32
Indicadores para medir cuán formal o informal es una organización
KƌŐĂŶŝnjĂĐŝſŶĨŽƌŵĂů KƌŐĂŶŝnjĂĐŝſŶŝŶĨŽƌŵĂů
ŽŶƉĞƌƐŽŶĂůĞ >ĂďƵƌŽĐƌĂĐŝĂĐĞŶƚƌĂůĞƐ
ŝŶƐƚĂůĂĐŝŽŶĞƐĂĚĞĐƵĂĚĂƐ͖ ƵŶĂĐĄƐĐĂƌĂǀĂĐşĂ͖ĐĂƌĞĐĞ
ĐŽŶƚƌŽůĂĞůŵŽǀŝŵŝĞŶƚŽĚĞ ĚĞƉĞƌƐŽŶĂůĞŝŶƐƚĂůĂĐŝŽŶĞƐ
ƵƌŽĐƌĂĐŝĂĐĞŶƚƌĂů ĨŽŶĚŽƐĚĞŝŶĨŽƌŵĂĐŝſŶLJ ƉƌŽĨĞƐŝŽŶĂůĞƐLJŶŽĐŽŶƚƌŽůĂ
ĐŽŽƌĚŝŶĂůĂŵĂLJŽƌşĂĚĞůĂƐ ĞůŵŽǀŝŵŝĞŶƚŽĚĞĨŽŶĚŽƐ
ĂĐƟǀŝĚĂĚĞƐĚĞůƉĂƌƟĚŽ͘ ŶŝůĂŝŶĨŽƌŵĂĐŝſŶ͘dĂŵƉŽĐŽ
ĐŽŽƌĚŝŶĂůĂƐĂĐƟǀŝĚĂĚĞƐ͘
>ŽƐſƌŐĂŶŽƐŽĮĐŝĂůĞƐĚĞů ƵƚŽƌŝĚĂĚĞƐĚĞĨĂĐƚŽƋƵĞ
ƉĂƌƟĚŽ;ĐŽŶŐƌĞƐŽ͕ĐŽŵŝƚĠ ŶŽƐƵĞůĞŶĐŽƌƌĞƐƉŽŶĚĞƌĂů
ĞũĞĐƵƟǀŽͿƐŽŶůŽƐƋƵĞ ůŝĚĞƌĂnjŐŽĨŽƌŵĂů͗
ůůŽĐƵƐĚĞƚŽŵĂĚĞ
ƚŽŵĂŶĚĞĐŝƐŝŽŶĞƐ͕ƚĂů ΎůşĚĞƌĨƵŶĚĂĚŽƌ;ƉĂƌƟĚŽ
ĚĞĐŝƐŝŽŶĞƐ
ĐŽŵŽƐĞĞƐƟƉƵůĂŶĞŶůŽƐ ĐĂƌŝƐŵĄƟĐŽͿ͕
ĞƐƚĂƚƵƚŽƐ͘ ΎĨƵŶĐŝŽŶĂƌŝŽƐƉƷďůŝĐŽƐ
;ŵĄƋƵŝŶĂƐͿ͘
>ĂƐĐĂƌƌĞƌĂƐĐŽƌƌĞƐƉŽŶĚĞŶ ůĂƐĐĞŶƐŽƉĂƌƟĚĂƌŝŽ
ĂƵŶĂĞƐƚƌƵĐƚƵƌĂĨŽƌŵĂů͖ ĞƐŵĞĚŝĂŶƚĞƌĞĚĞƐ
ĞůĂƐĐĞŶƐŽƉƌŽĨĞƐŝŽŶĂů ŝŶĨŽƌŵĂůĞƐ͗
:ĞƌĂƌƋƵşĂƉĂƌƟĚĂƌŝĂͬ
ƌĞƋƵŝĞƌĞƐĞŐƵŝƌƌĞŐůĂƐ ΎƉĂƌƟĚŽĐĂƌŝƐŵĄƟĐŽ͗ůŽƐ
WĂƚƌŽŶĞƐĚĞ
ĨŽƌŵĂůĞƐ;ůĂĞůĞĐĐŝſŶ ǀşŶĐƵůŽƐƉĞƌƐŽŶĂůĞƐĐŽŶ
ĐĂƌƌĞƌĂƉĂƌƟĚĂƌŝĂ
ƐĞĐƵĞŶĐŝĂůĚĞůŽƐſƌŐĂŶŽƐ ĞůůşĚĞƌ͕
ĚĞŵĞŶŽƌŶŝǀĞůĂůŽƐĚĞ ΎƉĂƌƟĚŽŵĄƋƵŝŶĂ͗ƌĞĚĞƐ
ŵĄƐŶŝǀĞůͿ͘ ĚĞƉĂƚƌŽŶĂnjŐŽ͘
ůĐŽŵƉŽƌƚĂŵŝĞŶƚŽĚĞŶƚƌŽ ůĐŽŵƉŽƌƚĂŵŝĞŶƚŽĚĞŶƚƌŽ
ĚĞůƉĂƌƟĚŽĐŽƌƌĞƐƉŽŶĚĞ ĚĞůƉĂƌƟĚŽƐĞĂƉĂƌƚĂĚĞ
ĂůŽƐĞƐƚĂƚƵƚŽƐ͖ůĂƐƌĞŐůĂƐ ůĂƐƌĞŐůĂƐĨŽƌŵĂůĞƐ͕ůŽƐ
ĨŽƌŵĂůĞƐƐŽŶƉƵĞƐƚĂƐĞŶ ĞƐƚĂƚƵƚŽƐŶŽƐŽŶƉƵĞƐƚŽƐ
ǀŝŐŽƌLJƐĞƚŽŵĂŶĞŶƐĞƌŝŽ͘ ĞŶǀŝŐŽƌ͗
WƌŽĐĞĚŝŵŝĞŶƚŽƐLJ
ΎƉĂƌƟĚŽƐĐĂƌŝƐŵĄƟĐŽƐ͗ŶŽ
ƌĞŐůĂƐŝŶƚĞƌŶĂƐ
ŚĂLJƌĞŐůĂƐĞƐƚĂďůĞƐŶŝƐŽŶ
ĂĐĂƚĂĚĂƐ͕
ΎƉĂƌƟĚŽƐŵĄƋƵŝŶĂ͗
ƌĞŐůĂƐŝŶĨŽƌŵĂůŵĞŶƚĞ
ŝŶƐƟƚƵĐŝŽŶĂůŝnjĂĚĂƐ͘
&ƌŽŶƚĞƌĂƐĐůĂƌĂŵĞŶƚĞ ŵďŝŐƵĂƐ͕ŇƵŝĚĂƐLJ͕ŵƵLJĂ
ĚĞĮŶŝĚĂƐ͗ ŵĞŶƵĚŽ͕ĚŝƐƉƵƚĂĚĂƐ͘
ΎƌĞŐůĂƐĚĞŵĞŵďƌĞƐşĂ ΎZĞŐůĂƐĚĞŵĞŵďƌĞƐşĂŵĂů
ĐůĂƌĂƐ͘ ĚĞĮŶŝĚĂƐ͕
&ƌŽŶƚĞƌĂƐ ΎƌĞŐŝƐƚƌŽƐƉƌĞĐŝƐŽƐLJ ΎĨĂůƚĂĚĞƌĞŐŝƐƚƌŽƐƉƌĞĐŝƐŽƐ
ĞũĞĐƵĐŝſŶĞĮĐĂnjůŝŵŝƚĂŶ ŽĞũĞĐƵĐŝſŶĚĂŶůƵŐĂƌĂ
ĂŵďŝŐƺĞĚĂĚ͘ ĂŵďŝŐƺĞĚĂĚ͕
ΎĂĮůŝĂĐŝſŶ
ĂƵƚŽƉƌŽĐůĂŵĂĚĂ͘
110
Elementos de Ciencia Política
^ƵďƵŶŝĚĂĚĞƐĞƐƚƌƵĐƚƵƌĂĚĂƐ >ĂƐƐƵďƵŶŝĚĂĚĞƐŶŽĞƐƚĄŶ
ĨŽƌŵĂůŵĞŶƚĞ͕ŚŽŵŽŐĠŶĞĂƐ ŝŶƚĞŐƌĂĚĂƐĞŶůĂďƵƌŽĐƌĂĐŝĂ
ĞŝŶƚĞŐƌĂĚĂƐĞŶůĂ ĐĞŶƚƌĂů͗
ĚĞŵŽĐƌĂĐŝĂĐĞŶƚƌĂů͘ ΎĞůůĂƐŵŝƐŵĂƐƐĞŽƌŐĂŶŝnjĂŶ
ΎĂŶƟŐƵĂƐƌĂŵĂƐ͕ĐŽŵŝƚĠŽ LJŽƉĞƌĂŶ͕ĂŵĞŶƵĚŽŶŽ
ĐĠůƵůĂƐŽĮĐŝĂůĞƐ͘ ƟĞŶĞŶůĂĞƐƚƌƵĐƚƵƌĂƋƵĞ
KƌŐĂŶŝnjĂĐŝſŶůŽĐĂů
ĂƉĂƌĞĐĞĞŶůŽƐĞƐƚĂƚƵƚŽƐ͖
ΎĨƌĞĐƵĞŶƚĞŵĞŶƚĞŽĐƵůƚŽƐ
ĞŶŽƌŐĂŶŝnjĂĐŝŽŶĞƐ
ĐşǀŝĐĂƐ͕ĐůƵď͕ŽĮĐŝŶĂƐ
ŐƵďĞƌŶĂŵĞŶƚĂůĞƐ͕
ŚŽŐĂƌĞƐ͕ĞƚĐ͘
KďůŝŐĂĐŝŽŶĞƐĨŽƌŵĂůĞƐ >ĂƐŽďůŝŐĂĐŝŽŶĞƐĨŽƌŵĂůĞƐ
;ƉĂŐĂƌůŽƐĚĞƌĞĐŚŽƐͿ ƌĂƌĂǀĞnjƐŽŶƉƵĞƐƚĂƐĞŶ
ƌƵƟŶĂƌŝĂŵĞŶƚĞĐƵŵƉůŝĚĂƐ͘ ǀŝŐŽƌŽĐƵŵƉůŝĚĂƐ͗
ΎĞůŶŝǀĞůĚĞĐŽŵƉƌŽŵŝƐŽ ΎŵŝĞŵďƌŽƐƌĞĐůƵƚĂĚŽƐ
ǀĂƌşĂƉĞƌŽƉƵĞĚĞƐĞƌ ĐŽŵŽĐůŝĞŶƚĞƐ͕ĐŽŶƉŽĐĂƐ
DĞŵďƌĞƐşĂ
ƌĞůĂƟǀĂŵĞŶƚĞĂůƚŽ͘ ŽďůŝŐĂĐŝŽŶĞƐĨŽƌŵĂůĞƐ͕
ΎŽďůŝŐĂĐŝŽŶĞƐŝŶĨŽƌŵĂůĞƐ
;ƚĂůĞƐĐŽŵŽǀŽƚĂƌĞŶ
ƉƌŝŵĂƌŝĂƐͿƉƵĞĚĞŶƐĞƌ
ƉƵĞƐƚĂƐĞŶǀŝŐŽƌ͘
sşŶĐƵůŽƐĞdžƉůşĐŝƚŽƐĂ ΎůŽƐǀşŶĐƵůŽƐƐŽŶĚĞ
ŽƌŐĂŶŝnjĂĐŝŽŶĞƐƐŽĐŝĂůĞƐ͖ ĨĂĐƚŽLJŶŽƐĞƌĞĐŽŶŽĐĞŶ
ƌĞůĂĐŝŽŶĞƐĞƐĐƌŝƚĂƐĞŶůŽƐ ĨŽƌŵĂůŵĞŶƚĞ͕ŶŝƐĞ
ĞƐƚĂƚƵƚŽƐ͘ ĞƐĐƌŝďĞŶ͘
ΎĂŶƟŐƵĂƐŽƌŐĂŶŝnjĂĐŝŽŶĞƐ
sşŶĐƵůŽƐƐŽĐŝĂůĞƐ
ĂƵdžŝůŝĂƌĞƐŽĮĐŝĂůĞƐ͕
ŵĞŵďƌĞƐşĂĐŽůĞĐƟǀĂ͕
ĐƵŽƚĂƐƉĂƌĂĐĂŶĚŝĚĂƚŽƐ͕
ǀŽƚŽƐĞŶďůŽƋƵĞĞŶĞů
ĐŽŶŐƌĞƐŽĚĞůƉĂƌƟĚŽ͘
ZĞŐƵůĂĚŽLJƚƌĂŶƐƉĂƌĞŶƚĞ͖ EŽƌĞŐƵůĂĚŽ͕ŶŽ
ĚŝƌŝŐŝĚŽĂƚƌĂǀĠƐĚĞůĂ ƚƌĂŶƐƉĂƌĞŶƚĞLJŵƵĐŚĂƐ
ďƵƌŽĐƌĂĐŝĂĐĞŶƚƌĂů͘ ǀĞĐĞƐŝůşĐŝƚŽ͖ĚŝƌŝŐŝĚŽĂ
ΎůŽƐĨŽŶĚŽƐƉƷďůŝĐŽƐ ƚƌĂǀĠƐĚĞůŽƐŝŶĚŝǀŝĚƵŽƐLJ
ĚĞƉĞŶĚĞŶĚĞůŽƐůşŵŝƚĞƐ ůĂƐƌĞĚĞƐĚĞƉĂƚƌŽŶĂnjŐŽ
LJĚĞůĂƐŶŽƌŵĂƐĚĞ ĞŶǀĞnjĚĞůĂďƵƌŽĐƌĂĐŝĂĚĞů
ƚƌĂŶƐƉĂƌĞŶĐŝĂ͘ ƉĂƌƟĚŽ͘
&ŝŶĂŶĐŝĂŵŝĞŶƚŽ ΎůŽƐƐƵďƐŝĚŝŽƐƉƷďůŝĐŽƐ ΎĮŶĂŶĐŝĂŵŝĞŶƚŽƉƌŝǀĂĚŽ
ƐĞƌĞĂůŝnjĂŶŵĞĚŝĂŶƚĞ ŶŽƌĞŐƵůĂĚŽLJ͕ĂǀĞĐĞƐ͕
ĐĂŶĂůĞƐůĞŐĂůĞƐ͘ ŝůşĐŝƚŽ͘
ΎĨƵĞŶƚĞƐĂůƚĞƌŶĂƟǀĂƐ
ͬŝůşĐŝƚĂƐĚĞĨŽŶĚŽƐ
ƉƷďůŝĐŽƐ͗ƉĂƚƌŽŶĂnjŐŽ͕
ŵĂůǀĞƌƐĂĐŝſŶĚĞůƐĞĐƚŽƌ
ƉƷďůŝĐŽ͕ĂƵƚŽŐŽůƉĞƐ͘
111
Marcelo Mella
112
Elementos de Ciencia Política
113
Marcelo Mella
Sistemas de partido
Los partidos políticos en interacción han sido estudiados por
la ciencia política bajo el supuesto de que su número y grado de
competitividad permiten entender la evolución de los sistemas
políticos (Rae, 1977). El sistema de partidos es un subsistema del
sistema político que representa la dimensión institucional más
autorreferida de la política, y su análisis presume dimensiones
como: tipo de régimen político, cantidad de partidos existentes,
tamaño y poder de los partidos, relaciones, alianzas, coaliciones
y ubicación ideológica de los actores.
Giovanni Sartori ha explicado que el número de partidos es
un criterio insuficiente para el estudio de los sistemas de parti-
do, pues constituye un indicador que mide, en el mejor de los
casos, solo la fragmentación del sistema. Es necesario comple-
mentar este criterio cuantitativo con uno de corte cualitativo
orientado a determinar la fuerza o el poder efectivo de cada
actor partidario. Con este propósito, dicho autor ha reconoci-
do dos criterios para contar los partidos relevantes: capacidad
de coalición, esto es, la capacidad de un partido para constituir
una mayoría y la capacidad de chantaje, esto es, la capacidad
de un partido para cambiar la orientación de la competencia y
castigar a otros actores.
Sartori define estos dos criterios, destinados a determinar la
importancia de los partidos en un sistema, de la siguiente forma:
114
Elementos de Ciencia Política
Unipartidismo totalitario
El ejemplo clásico es la URSS en la década de 1970. En este
modelo el partido gobernante utiliza un alto nivel de represión y
carga ideológica, además, posee gran voluntad de politización y
control de la estructura social, llegando –incluso– al control de
la vida privada (Sartori, 1980: 264). Parafraseando a Hunting-
ton y Moore, Sartori señala que los partidos totalitarios expre-
san su condición ideológica mediante el «precio de pertenecer
al partido», vale decir, «cuanto más poderoso es el partido, más
tiende a limitar la pertenencia a él» (Sartori, 1980: 264-265).
115
Marcelo Mella
Unipartidismo autoritario
Se utiliza como ejemplo para este caso a España durante el
régimen franquista. En ella, el partido de gobierno no tiene un
alto componente ideológico ni posee un fuerte afán de penetra-
ción social, como ocurre en el tipo anterior. A diferencia del uni-
partidismo totalitario, en este subtipo solamente se controla y
limita las actividades políticas que se desvían del oficialismo, por
tanto, el partido de gobierno despliega una clase de represión
que se podría definir como «selectiva».
Unipartidismo pragmático
Sartori menciona como ejemplo el caso de la dictadura de
Salazar en Portugal hasta 1974. El partido de gobierno es poco
ideologizado, flexible y abierto, basando su actividad en criterios
prácticos y de eficacia técnica.
116
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 33
Sub-tipos sistema de partido único
DĄƐĚĠďŝůLJŶŽ ^ŝŶŝŵƉŽƌƚĂŶĐŝĂŽ
/ĚĞŽůŽŐşĂ &ƵĞƌƚĞLJƚŽƚĂůŝƐƚĂ
ƚŽƚĂůŝƐƚĂ ŵƵLJĚĠďŝů
ŽĂĐĐŝſŶ͕
ĞdžƚƌĂĐĐŝſŶ͕ ůƚĂ DĞĚŝĂ ĂũĂ
ŵŽǀŝůŝnjĂĐŝſŶ
WŽůşƟĐĂƐƌĞƐƉĞĐƚŽ
ĞƐƚƌƵĐƚŽƌĂƐ džĐůƵLJĞŶƚĞƐ ďƐŽƌďĞŶƚĞƐ
ĚĞŐƌƵƉŽƐĞdžƚĞƌŶŽƐ
>ŝŵŝƚĂĚĂĂ
/ŶĚĞƉĞŶĚĞŶĐŝĂĚĞ WĞƌŵŝƟĚĂŽ
EŝŶŐƵŶĂ ůŽƐŐƌƵƉŽƐŶŽ
ůŽƐƐƵďŐƌƵƉŽƐ ƚŽůĞƌĂĚĂ
ƉŽůşƟĐŽƐ
>ŝŵŝƚĂĚĂĞ ĞŶƚƌŽĚĞůşŵŝƚĞƐ
ƌďŝƚƌĂƌŝĞĚĂĚ >ŝŵŝƚĂĚĂ
ŝŵƉƌĞĚĞĐŝďůĞ ƉƌĞĚĞĐŝďůĞƐ
117
Marcelo Mella
118
Elementos de Ciencia Política
119
Marcelo Mella
120
Elementos de Ciencia Política
iÃ`iÊÃÊ«iÀÃÊÌÀ>L>ÃÊ`iÊ>Ü>À}ÊÞÊ-VÕÞÊ£x®]Ê
la opinión experta coincide en que existe una relación directa en-
tre los grados de institucionalización de los sistemas de partidos
y el nivel de desarrollo general de una sociedad. En esta perspec-
tiva, se observa con frecuencia que los «sistemas partidistas de
los países menos desarrollados están marcadamente menos ins-
titucionalizados que los de las democracias industriales menos
>Û>â>`ÃÊ>Ü>À}ÊÞÊ/ÀV>]ÊÓääx\Ê£{Ó®°
Por lo general, los autores entienden que las principales di-
mensiones de un sistema de partidos institucionalizado son las
siguientes: i) estabilidad de los modelos de competencia inter-
partidista, ii) arraigo de los partidos en la sociedad, iii) percep-
ción de la legitimidad de partidos y elecciones, y iv) fortaleza de
las organizaciones partidistas. En el cuadro Nº 34 se presentan
las tres primeras dimensiones como criterios numerados del 1
al 3, y se omite la dimensión número 4 (fortaleza de las organi-
zaciones partidistas) por carecer de información suficiente para
el análisis comparativo. Para el criterio 1 se ha utilizado como
indicador la volatilidad electoral entendida como «el cambio
neto en la porción de escaños (y votos) de todos los partidos
entre una elección y la siguiente» (Payne, 2006: 170). Para el
criterio 2 se han utilizado dos indicadores, a saber: estabilidad
del sistema de partidos e identificación con los partidos. Para el
121
Marcelo Mella
122
Cuadro Nº 34
Institucionalización del sistema de partidos en América Latina (valores originales adaptados a escala de 1 a 3)
124
Elementos de Ciencia Política
125
Marcelo Mella
126
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 35
Propiedades de un modelo asociativo de orden social
WƌŝŶĐŝƉŝŽƌĞĐƚŽƌĚĞŝŶƚĞƌĂĐĐŝſŶLJ ŽŶĐĞƌƚĂĐŝſŶŝŶƚĞƌĞŝŶƚƌĂŽƌŐĂŶŝnjĂƟǀĂ͘
1
ĚŝƐƚƌŝďƵĐŝſŶ͘
ĐƚŽƌĐŽůĞĐƟǀŽ͕ŵŽĚĂůŽ KƌŐĂŶŝnjĂĐŝŽŶĞƐĚĞŝŶƚĞƌĞƐĞƐ
ƉƌĞĚŽŵŝŶĂŶƚĞ͘ ĨƵŶĐŝŽŶĂůŵĞŶƚĞĚĞĮŶŝĚĂƐ͘
KƚƌŽƐĂĐƚŽƌĞƐ͘ DŝĞŵďƌŽƐ͗ĞŵƉƌĞƐĂƐ͕ĐŽŶƐŽƌĐŝŽƐ͕
2
ŝŶĚŝǀŝĚƵŽƐ͕ĂŐƌƵƉĂĐŝŽŶĞƐƐŽĐŝĂůĞƐ͘
/ŶƚĞƌůŽĐƵƚŽƌĞƐ͗ŽƌŐĂŶŝƐŵŽƐĞƐƚĂƚĂůĞƐ͕
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127
Marcelo Mella
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128
Elementos de Ciencia Política
129
Marcelo Mella
130
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 36
Conjunto ganador contra el status quo
131
Marcelo Mella
Cuadro Nº 37
Toma de decisiones interinstitucional entre
dos cámaras y un presidente
132
Elementos de Ciencia Política
133
Marcelo Mella
Cuadro Nº 38
Grupos sociales y actores del sistema institucional
134
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 39
Coaliciones políticas y sociales: Argentina
135
Marcelo Mella
CuadroNº 40
Coaliciones políticas y sociales: Chile
136
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 41
Coaliciones políticas y sociales: Brasil
137
Marcelo Mella
Cuadro N° 42
Coaliciones políticas y sociales: Perú
138
Elementos de Ciencia Política
Cuadro N° 43
Coaliciones políticas y sociales: México
Elites políticas
Una corriente importante dentro de la teoría democrática del
siglo XX ha incorporado ciertas ideas fuerza del elitismo clásico;
situación que se traduce, hoy, en la aceptación casi universal de
dos premisas básicas frente a la política institucional:
139
Marcelo Mella
140
Elementos de Ciencia Política
141
Marcelo Mella
142
Elementos de Ciencia Política
143
Marcelo Mella
Cuadro Nº 44
Enfoques para el estudio de la elite política
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144
Cuadro Nº 45
Poderómetro (PNUD)
Cuadro Nº 46
Demanda por conducción y proyecto-país
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La integración horizontal
Entendida como la capacidad de las elites para profundizar
su cohesión interna, historiadores como Cristián Gazmuri, Julio
Pinto y Gabriel Salazar han desarrollado diversas hipótesis sobre
la relación entre la interacción horizontal de las elites y las fun-
ciones políticas que han desempeñado en Chile.
Una primera mirada al problema llevaría a pensar que la in-
teracción social «cara a cara» condiciona la emergencia de elites
significativamente cohesionadas, a propósito de la concurrencia
común en determinados espacios sociales. Cristián Gazmuri,
en su estudio Notas sobre las elites chilenas 1930-1999 (2001),
identificó en la Universidad Católica un conjunto de focos de
interacción que posibilitaron el origen y la evolución de movi-
mientos político-intelectuales de jóvenes con alta incidencia en el
desarrollo nacional; como la ANEC, la Liga Social y, principal-
mente, la Falange Nacional. Posteriormente, al llegar la década
146
Elementos de Ciencia Política
La integración vertical
El fenómeno de la integración vertical, entendida como la
capacidad de las elites para generar acatamiento y cohesión, es
147
Marcelo Mella
148
Elementos de Ciencia Política
149
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3
Diario La Segunda, 16 de julio de 1982, p. 2.
150
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Marcelo Mella
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Elementos de Ciencia Política
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Marcelo Mella
Cuadro Nº 47
Futuro rol de conducción (porcentaje)
Movimientos sociales
La fase inicial de los estudios contemporáneos sobre movimien-
tos sociales en las décadas de 1950 y 1960 estuvo determinada
por análisis en los que estos actores se conciben como una ma-
nifestación de irracionalidad colectiva, esto es, como pura ex-
presión o respuesta emocional derivada de tensiones o rupturas
sistémicas que no han podido ser canalizadas institucionalmente
(Ibarra, 2000: 272). Entendidos de esta manera, los movimien-
tos sociales carecerían de toda racionalidad y por ello no serían
abordables analíticamente desde una perspectiva intencional o
estratégica. Se observa, en esta primera fase, las influencias de las
tradiciones conservadoras para el estudio del comportamiento
colectivo con autores como Gustave Le Bon, como también las
influencias del conductismo con autores como Robert Gurr.
En un segundo momento, situado en la década de 1970 y
1980, el análisis de los movimientos sociales se caracterizó por la
sucesión de dos enfoques opuestos: el enfoque de la movilización
de recursos, tributario de la teoría de la acción racional; y el en-
foque identitario, también llamado «de los nuevos movimientos
sociales». Según sea la perspectiva adoptada, los movimientos
sociales aparecerán como actores con menor o mayor especifi-
cidad respecto de otros actores del sistema político, tales como
partidos o grupos de interés.
154
Elementos de Ciencia Política
155
Marcelo Mella
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mente, la mejor decisión para ambos es CC, sin embargo, se
trata de un resultado inestable por la posibilidad de que uno de
los actores decida no cooperar y obtener una ganancia unilateral
mayor. Por esta razón, la solución final del juego es DD, que
muestra el fracaso de la cooperación.
156
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 48
Dilema del prisionero
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157
Marcelo Mella
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la situación más conveniente es DC, y la menos conveniente es
DD. En la historia que nos relata Poundstone, lo óptimo, para
cualquiera de los dos, sería saltar en el último momento y obtener
todos los beneficios en juego (DC). La segunda mejor alternativa
sería saltar ambos prematuramente (CC), situación que, si bien
no permite obtener los beneficios en juego, al menos evita, en gran
medida, el etiquetamiento social. La tercera opción es saltar antes
que el otro jugador (CD), perder el juego y, en consecuencia, ha-
cerse acreedor del título de «gallina». Sin duda, la peor opción es
la no cooperación de ambos (DD), donde por mantenerse consis-
tentes en su estrategia terminan autodestruyéndose.
Cuadro Nº49
Dilema del gallina
B
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A ŽŽƉĞƌĂƌ;Ϳ ϯ͕ϯ Ϯ͕ϰ
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158
Elementos de Ciencia Política
159
Marcelo Mella
160
Elementos de Ciencia Política
1. Identidad legitimadora
Es producida por las instituciones dominantes para racio-
nalizar la dominación. Busca generar sociedad civil mediante
estructuras que prolongan, conflictivamente, la dinámica insti-
tucional del Estado y la lógica de la ciudadanía.
161
Marcelo Mella
2. Identidad de resistencia
Es producida por actores que se encuentran en posiciones
devaluadas o estigmatizadas por la lógica de la dominación. Pro-
ducen comunidades defensivas frente a instituciones dominantes.
3. Identidad de proyecto
Los actores sociales construyen nuevas identidades que rede-
finen su posición en la sociedad y buscan, al mismo tiempo, la
transformación de las estructuras de poder.
Nuevas convergencias
En base a las contribuciones de la teoría de la movilización
de recursos y el enfoque identitario es posible reconocer algunas
convergencias o puntos comunes en el análisis de los nuevos mo-
vimientos sociales. Lo primero corresponde a la importancia del
proceso de cambio social como factor en la génesis de los mo-
vimientos sociales, sea como esfuerzo organizativo para lograr
ciertos intereses específicos, sea como tendencia expresiva, o sea
como respuesta a procesos colectivos de frustración o privación.
Cuadro N° 50
Formación de un movimiento social
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162
Elementos de Ciencia Política
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163
Marcelo Mella
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164
Elementos de Ciencia Política
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165
Marcelo Mella
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166
Elementos de Ciencia Política
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167
Marcelo Mella
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Medios de comunicación
El estudio de los medios de comunicación en democracia surgió
bajo el supuesto liberal de que los medios son sus agentes funda-
mentales. Fue solo hasta la primera mitad del siglo XX cuando
la Escuela de Frankfurt, en base a la experiencia de la Segunda
Guerra Mundial y los totalitarismos europeos, re-significó el va-
lor político de los medios de comunicación.
Theodore Adorno acuñó el término «industria cultural»
para designar a un conjunto de aparatos encargados de proveer
168
Elementos de Ciencia Política
169
Marcelo Mella
E1=R1
E2=R2
E3=R3
Etc.
170
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 51
Karl Deustch. Modelo de cascada para la
formación de la opinión pública
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171
Marcelo Mella
172
Elementos de Ciencia Política
173
Marcelo Mella
174
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 52
Agenda setting
175
Marcelo Mella
176
Elementos de Ciencia Política
177
Marcelo Mella
178
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 53
La democracia sostenible
Cuadro Nº 54
Aspectos de la ciudadanía civil y social
179
Marcelo Mella
Cuadro Nº 55
Indicadores de derechos civiles básicos en
América Latina (1981-2007)
Región >ŝďĞƌƚĂĚĚĞ >ŝďĞƌƚĂĚĚĞ ĞƌĞĐŚŽƐĚĞ ĞƌĞĐŚŽƐ ĞƌĞĐŚŽƐ
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180
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 56
Aspectos de la ciudadanía política
181
Marcelo Mella
Cuadro N° 57
Índice de democracia electoral (IDE) en América Latina (1977-2007)
182
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 58
¿Quién cree usted que tiene más poder en este país? (2003-2006)
183
Marcelo Mella
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184
Elementos de Ciencia Política
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ͨ,ĂĐĞŵƵĐŚŽƐĂŹŽƐƐĞĚĞĐşĂƋƵĞŶŽŚĂďşĂƋƵĞĞdžŝŐŝƌůĞƚĂŶƚŽĂůĂĚĞŵŽĐƌĂĐŝĂƉŽƌƋƵĞ
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185
Marcelo Mella
186
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 59
Representación de mujeres en los parlamentos y gabinetes
de América Latina. 2008-2009
187
Marcelo Mella
Cuadro Nº 60
Representación indígena en los parlamentos de América Latina (2005)
188
IV
Procesos políticos
Estudiar la política como proceso supone incorporar su di-
mensión histórica o diacrónica, instalando la cuestión del sentido
y de los fines como problemas ineludibles. Se trata, entonces, de
indagar cuales han sido las características centrales del proceso
político en América Latina; cuáles son sus continuidades y cam-
bios, sus actores, sus formas de pensamiento, sus estructuras insti-
tucionales y; finalmente, cuáles son sus dilemas aún abiertos entre
institucionalidad y prácticas sociales. Dicha tarea no resulta nada
sencilla si se considera que esta región ha vivido un repertorio de
estructuras y procesos con características diferenciales, tales como
caudillismos, informalidad e inestabilidad política, partidos con
bajo grado de institucionalización, intervención de los militares y
complejas formas de articulación entre las dinámicas de desarrollo
político institucional y desarrollo económico-social.
Nos asiste la convicción de que la política se encuentra ac-
tualmente en crisis, fenómeno que, a nuestro entender, también
es visible a nivel de procesos macro y meso. Esto se aprecia en
dos situaciones. En primer lugar, la crisis de la política se observa
a nivel longitudinal en la creciente dificultad para consensuar
un horizonte social común o compartido del proceso político
(perspectiva temporal). En segundo término, la crisis se manifies-
ta mediante una incapacidad para determinar límites legítimos
y eficientes entre su dimensión formal y su dimensión informal
(perspectiva espacial). Ciertamente, una parte importante de
esta experiencia de crisis en América Latina proviene de la com-
plejidad de construir una elaboración compartida del pasado y
del lugar (función) de este espacio en el sistema internacional.
Esta región ha representado desde hace siglos el proceso históri-
co político como un juego entre «ganadores» y «perdedores», lo
que, a la sazón, dificulta la coexistencia entre estos imaginarios
múltiples (Gargarella, 2005).
Respecto del primer punto (perspectiva temporal) sostene-
mos que hoy resulta más difícil fundamentar una dirección y un
sentido compartidos para los procesos políticos en curso enten-
didos como dinámicas orientadas hacia fines razonables. Si en la
191
Marcelo Mella
Modernización
Uno de los conceptos más utilizados para dar cuenta de los pro-
cesos políticos acaecidos durante el siglo XX fue el de «moder-
nización». Por lo general se entendía que este era un proceso
acumulativo y teleológico orientado a generar mayores grados
de control sobre el medio natural y social (Bill y Hardgrave,
1992: 130). Definida de esta forma, la modernización consistía
en el avance sostenido en la capacidad racional para controlar
los nuevos fenómenos sociales, en un contexto de cambio y cri-
sis devenido del paso del orden tradicional al orden moderno.
Dicho proceso de transformación supondría necesariamente un
conjunto de cambios en diferentes dimensiones, a saber: cambios
a nivel tecnológico (industrialización), cambios a nivel organiza-
tivo (diferenciación y especialización) y cambios a nivel de ac-
titudes (racionalidad y secularización) (Bill y Hardgrave, 1992:
126). En todo caso, constituyó un asunto de capital interés para
la investigación dilucidar si estos cambios se producen de mane-
192
Elementos de Ciencia Política
193
Marcelo Mella
Cuadro N° 61
Desarrollo político
194
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 62
Trayectorias posibles para la democratización
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196
Elementos de Ciencia Política
197
Marcelo Mella
Cuadro N° 63
Número de conflictos en el mundo (1958-1965)
1 DŽǀŝůŝnjĂĐŝſŶƐŽĐŝĂů сƉĂƌƟĐŝƉĂĐŝſŶƉŽůşƟĐĂ
ĞƐĂƌƌŽůůŽĞĐŽŶſŵŝĐŽ
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/ŶƐƟƚƵĐŝŽŶĂůŝnjĂĐŝſŶƉŽůşƟĐĂ
198
Elementos de Ciencia Política
199
Marcelo Mella
Autoritarismo
El estudio del autoritarismo en América Latina presenta un
conjunto de dificultades conceptuales asociadas al uso de los
métodos de análisis. Como señala Manuel Antonio Garretón,
una primera cuestión compleja para el estudio de este asunto
consiste en evitar los reduccionismos referidos a la explicación
del autoritarismo, sea exclusivamente por factores evolutivos
de tipo económico o factores de tipo político (1980: 2-4). Otro
desafío metodológico consiste en construir un enfoque dotado
de cierto equilibrio entre la tendencia al análisis de la «situa-
ción» o la estructura, vs. la tendencia a construir una explica-
ción del autoritarismo en base al comportamiento de los acto-
res. En situaciones de alta complejidad (y opacidad) social y
política, resulta atractivo inclinarse con entusiasmo ya sea por
la alternativa de la lógica de los actores, o bien por las tensio-
nes generales de las estructuras.
Para Garretón, el estudio de los nuevos regímenes autorita-
rios latinoamericanos, además de los elementos anteriores, debe
considerar su doble dimensión «reactiva» y «fundacional». Por
dimensión reactiva entiende la respuesta a la crisis política gene-
rada por la politización y movilización de nuevos actores socia-
les que interpelan, tanto al orden oligárquico, como al conjunto
de compromisos y arreglos inestables producidos a mediados del
siglo XX en gran parte de la región. La dimensión fundacional,
por su parte, se asocia al intento de «materialización del proyec-
to histórico-social» orientado a consolidar la continuidad de la
expansión del capitalismo en sociedades en procesos de moder-
nización (Garretón, 1980: 2-7).
Autores clásicos en el estudio de regímenes no democráticos,
como Juan Linz, sostienen que el autoritarismo es un sistema
«con un pluralismo político limitado, no responsable; sin una
ideología elaborada y directora; carentes de una movilización
política intensa o extensa, y en los que un líder ejerce el poder
dentro de límites formalmente mal definidos, pero en realidad
bastante predecibles» (Morlino, 2009: 130). Considerando el
concepto general de Linz, Leonardo Morlino sistematizó, con
propósito comparativo (Cuadro Nº 64), cuatro tipos de autori-
tarismos de mayor a menor uso de la coacción y, por tanto, de
menor a mayor pluralismo, a saber: régimen personal, régimen
militar, régimen cívico-militar y régimen de movilización.
200
Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 64
Tipos de autoritarismo
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ŵŽǀŝůŝnjĂĐŝſŶ
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ĚĞďĂƐĞƌĞůŝŐŝŽƐĂ
ϱ͘WƐĞƵĚŽͲ
ĚĞŵŽĐƌĂĐŝĂ
201
Marcelo Mella
202
Elementos de Ciencia Política
Cuadro N°65
Tipos de pretorianismo
Pretorianismo WĂƌƟĐŝƉĂĐŝſŶ Violencia Gobiernos Presencia militar
>ŝŵŝƚĂĚĂ͗
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ŵŝůŝƚĂƌĞƐ
ƉŽƉƵůĂƌĞƐ
203
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Elementos de Ciencia Política
205
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Cuadro N° 66
Factores para el surgimiento de los Estados
burocrático autoritarios (EBA)
206
Elementos de Ciencia Política
del sistema. Sin embargo, esta brecha parece ser bastante mayor
en el caso de los restantes países del Cono Sur como Argentina,
Brasil, Chile y Uruguay, en los que existió baja disponibilidad de
recursos especiales o diversificados.
207
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208
Elementos de Ciencia Política
K͛ŽŶŶĞůů;ϭϵϵϳͿ
ŽŶƚƌĂƉƵŶƚŽƐ͘ŶƐĂLJŽƐĞƐĐŽŐŝĚŽƐƐŽďƌĞĂƵƚŽƌŝƚĂƌŝƐŵŽLJĚĞͲ
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Ϯ͘ ^Ƶ ďĂƐĞ ŝŶƐƟƚƵĐŝŽŶĂů ĞƐ ƵŶ ĐŽŶũƵŶƚŽ ĚĞ ŽƌŐĂŶŝnjĂĐŝŽŶĞƐ ĞŶ Ğů
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ĞůŝŵŝŶĂƌƐƵƉƌĞǀŝĂƉƌĞƐĞŶĐŝĂĞŶůĂĞƐĐĞŶĂƉŽůşƟĐĂ͕ĂƐşĐŽŵŽĂ
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ŽƌŐĂŶŝnjĂĐŝŽŶĞƐ ĚĞ ĐůĂƐĞ LJ ŵŽǀŝŵŝĞŶƚŽƐ ƉŽůşƟĐŽƐͿ ƋƵĞ ƐƵƐƚĞŶͲ
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Cuadro Nº 67
Lógica del proceso de transición pactada
KƉŽƐŝĐŝſŶ
ZĂĚŝĐĂůĞƐ DŽĚĞƌĂĚŽƐ
RBA ƵƌŽƐ ϭ͕ϭ ϰ͕Ϯ
ůĂŶĚŽƐ Ϯ͕ϰ ϯ͕ϯ
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216
Elementos de Ciencia Política
Gobernabilidad
Aunque el problema de la gobernabilidad atañe a cualquier tipo
de régimen, en este apartado se discutirá exclusivamente acer-
ca de la gobernabilidad democrática. El pensamiento sobre la
gobernabilidad democrática en América Latina surge acompa-
ñado por la preocupación de instituciones internacionales por
fortalecer los procesos transicionales en la región. La experiencia
internacional ha mostrado que el camino de la transición está
«Ài>`Ê`iÊ>i>â>ÃÊÞÊÀi}ÀiÃiðÊ*ÀâiÜÀÃÊ£x®Ê
>ÊÃÃ-
tenido que el desmoronamiento de una dictadura no garantiza
la llegada y consolidación de la democracia. En palabras de este
autor, el deterioro y la caída de un régimen autoritario pueden
generar procesos de recomposición, como en el caso de Brasil
en 1964, Checoslovaquia en 1978 o Polonia en 1981; o puede
propiciar la llegada de una nueva dictadura, como ha ocurri-
`ÊiÊÀ?]Ê,Õ>>ÊÊÀ}iÌ>Ê`iëÕjÃÊ`iÊ£ÇÈÊ*ÀâiÜÀÃ]Ê
1995: 86-87). Durante los años ochenta y noventa proliferaron
los estudios acerca de las condiciones para generar el cambio de
régimen de manera apropiada, en especial, considerando la necesi-
dad de desactivación de las amenazas de regresión autoritaria y la
necesidad de redefinir el horizonte de lo «políticamente posible».
Desde una perspectiva aún más general, los estudios sobre la
gobernabilidad democrática surgen en el contexto de la «agudi-
zación de situaciones de crisis en los sistemas políticos» durante
las décadas de 1960 y 1970 (Alcántara, 1994: 8). La extensión
de la experiencia política de crisis en los gobiernos y sistemas po-
líticos se produce en este período, básicamente, por dos factores:
i) el desempeño de gobiernos en contextos de alta complejidad
estratégica (por ejemplo, procesos transicionales); y ii) el deterio-
ro de las funciones estatales por sobrecarga de demandas.
Por estos motivos, creemos que el primer momento en el
desarrollo de la noción de gobernabilidad democrática tuvo un
carácter marcadamente conservador. Se entendía que la gober-
nabilidad democrática estaba supeditada a la preservación de
aquellas condiciones que permitían la estabilidad política y la
efectividad de la acción gubernamental.
El Banco Mundial, entre otras organizaciones internaciona-
les, elaboró un enfoque para medir la gobernabilidad en pers-
pectiva comparada durante este periodo. Los indicadores desa-
rrollados han permitido medir la gobernabilidad democrática en
perspectiva comparada y generar diagnósticos para la toma de
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Cuadro N° 68
Gobernabilidad y actores con veto social
&ĂƐĞĚĞĚĞĮŶŝĐŝſŶ &ĂƐĞĚĞĞůĂďŽƌĂĐŝſŶĚĞ WŽƐŝďŝůŝĚĂĚĚĞůŽƐĐŽůĞĐƟǀŽƐƐŽĐŝĂůĞƐ ZĞƐƵůƚĂĚŽĚĞů sĂůŽƌĂĐŝſŶĚĞů
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WŽĚĞƌĚĞĚĞĮŶŝĐŝſŶ WĂƌƟĐŝƉĂĐŝſŶĚĞůŽƐ EĞŐŽĐŝĂĐŝſŶĞŶƚƌĞĞůŐŽďŝĞƌŶŽLJůŽƐĐŽůĞĐƟǀŽƐ ZĞƐƉĞƚŽĚĞůŽƐƉĂĐƚŽƐ
ĚĞůĂĂŐĞŶĚĂ ĐŽůĞĐƟǀŽƐƐŽĐŝĂůĞƐ ƐŽĐŝĂůĞƐĚƵƌĂŶƚĞĞůƉƌŽĐĞƐŽ;ƉĂƌƟĐŝƉĂĐŝſŶĚĞ ƉŽůşƟĐŽƐƉŽƌůĂŽƉŽƐŝĐŝſŶ 'ŽďĞƌŶĂďŝůŝĚĂĚ
ĐŽŵƉĂƌƟĚĂĞŶƚƌĞ ĚĞƐĚĞĞůŝŶŝĐŝŽĚĞů ůŽƐĐŽůĞĐƟǀŽƐƐŽĐŝĂůĞƐĂƉƌŝŽƌŝͿ ĞdžƚƌĂƉĂƌůĂŵĞŶƚĂƌŝĂ ŶĞŽĐŽƌƉŽƌĂƟǀĂ
+
WŽĚĞƌĚĞĚĞĮŶŝĐŝſŶ ^ŝŶƉĂƌƟĐŝƉĂĐŝſŶĚĞ >ſŐŝĐĂ ŽůĞĐƟǀŽƐƐŽĐŝĂůĞƐ ŽŶĐĞƐŝŽŶĞƐĚĞů WĂƌƟĐŝƉĂĐſŶĚĞ ŽŶƚĞŶĐŝſŶĚĞůĂ
ĚĞůĂĂŐĞŶĚĂ ůŽƐĐŽůĞĐƟǀŽƐƐŽĐŝĂůĞƐ ĐŽŽƉĞƌĂƟǀĂĚĞ ĨƵĞƌƚĞƐĐŽŶƉŽĚĞƌ ŐŽďŝĞƌŶŽ ůŽƐĐŽůĞĐƟǀŽƐ ĐŽŶŇŝĐƟǀŝĚĂĚƐŽĐŝĂů
'ŽďĞƌŶĂďŝůŝĚĂĚ
ĞdžĐůƵƐŝǀĂĚĞů ĚĞƐĚĞĞůŝŶŝĐŝŽĚĞů ůŽƐĐŽůĞĐƟǀŽƐ ĚĞǀĞƚŽƐŽĐŝĂů ͲŵŝůŝƚĂŶĐŝĂĂĐƟǀĂ ƐŽĐŝĂůĞƐa
ŶĞŽĐŽƌƉŽƌĂƟǀĂ
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223
ƉƷďůŝĐĂƐ
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ůŽƐĐŽůĞĐƟǀŽƐ ĚĞǀĞƚŽƐŽĐŝĂů ŐŽďŝĞƌŶŽ ƐŽĐŝĂůĞƐĐŽŶƵƐŽ 'ŽďĞƌŶĂďŝůŝĚĂĚ
ƐŽĐŝĂůĞƐ ͲŵŝůŝƚĂŶĐŝĂĞƐƚĠƌŝů ĚĞĨƵĞƌnjĂ ŵĂLJŽƌŝƚĂƌŝĂĂŶƚĂŐſŶŝĐĂ
EŝǀĞůĚĞƉƌŽŐƌĞƐŝſŶн
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Cuadro Nº 69
Dimensiones procedimental y sustantiva para el análisis
de la calidad de la democracia
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Cuadro Nº 70
Alternativas para la consolidación democrática
>ĞŐŝƟŵĂĐŝſŶ
džĐůƵƐŝǀĂ /ŶĐůƵƐŝǀĂ
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Consolidación a
ŽŵŝŶŝŽ ĂƚƌĂǀĠƐĚĞůŽƐ
través del Estado
ƉĂƌƟĚŽƐ
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Anclaje /d>/ 'Z/
^WH
ŽŶƐŽůŝĚĂĐŝſŶĂ
EĞƵƚƌĂůŝĚĂĚ Mantenimiento
ƚƌĂǀĠƐĚĞůĂƐĞůŝƚĞƐ
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Elementos de Ciencia Política
Cuadro Nº 71
Tipos de régimen básico
EŽĚĞŵŽĐƌĄƟĐŽĚĞ ĞŵŽĐƌĄƟĐŽĚĞ
1
ĂůƚĂĐĂƉĂĐŝĚĂĚ ĂůƚĂĐĂƉĂĐŝĚĂĚ
Ϭ ĞŵŽĐƌĂĐŝĂ 1
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Cuadro Nº 72
Tres vías idealizadas hacia la democracia
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Cuadro Nº 73
Regímenes venezolanos 1900-2006
Inestabilidad
Durante los últimos veinte años se han sucedido diver-
sos eventos de inestabilidad presidencial en América Latina,
aunque con una particularidad respecto de años anteriores;
no comprometen la continuidad del régimen político. Algu-
nos autores –incluso– han comenzado a hablar de un «neo
presidencialismo», considerando que contemporáneamente
en la región no se cumplen fielmente las tesis catastróficas
pro-parlamentarias de Juan Linz. Según este autor, las crisis
de los regímenes políticos, experimentadas durante gran parte
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Cuadro Nº 74
Categorías vinculadas a la nueva inestabilidad
presidencial en América Latina
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Cuadro Nº 75
Desenlace de las crisis presidenciales 1950-2004
Consecuencias para las ramas electas
Informalidad
A pesar de las rupturas institucionales acaecidas en las úl-
timas décadas en América Latina, existen continuidades a ni-
vel de prácticas como el clientelismo; fenómeno que fija desa-
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Cuadro Nº 76
El concepto de clientelismo
242
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Desviación
Otro aspecto relacionado con los déficits en la democrati-
zación está dado por las nuevas formas de la «desviación» y la
«marginalidad» como fenómenos sociopolíticos. El supuesto res-
pecto de la democratización es que, considerando los procesos de
la legitimación institucional y anclaje propuestos por Morlino, de-
biera existir una sociedad caracterizada no solo por el acatamien-
to de las reglas del juego, sino dispuesta a jugar dentro de ellas.
La experiencia ha sido más compleja y sobrepasa el balance de la
participación electoral. A dos décadas de restituidos los regímenes
democráticos en la región se evidencian lógicas de informalidad,
apatía y desinterés, o racionalidades constituidas al margen y en
oposición a la instituciones democráticas. Se trata de continuida-
des en prácticas que reaparecen metamorfoseadas, como el clien-
telismo o el fracaso en el reclutamiento de la juventud.
Ê ÌjÀÃÊ VVi«ÌÕ>iÃ]Ê Ü>À`Ê iViÀÊ Óää®Ê iV-
na que existen –al menos– cuatro significados incompletos de
la desviación. En primer lugar, desviación en su acepción es-
tadística, vale decir, como comportamientos que se alejan del
promedio. Esta perspectiva no permitiría distinguir lo específico
de la desviación como realidad sociopolítica de características
triviales de los sujetos; como ser zurdo, pelirrojo o de una esta-
tura por sobre o bajo el promedio. Becker señala a este respecto:
«Expresado así, el punto de vista estadístico parece limitado (…)
reduce el problema descartando muchas preguntas valiosas que
243
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Cuadro Nº 77
Tipos de conducta desviada
ŽŵƉŽƌƚĂŵŝĞŶƚŽ ŽŵƉŽƌƚĂŵŝĞŶƚŽƋƵĞƌŽŵƉĞ
ŽďĞĚŝĞŶƚĞ ůĂƌĞŐůĂ
WĞƌĐŝďŝĚŽĐŽŵŽĚĞƐǀŝĂĐŝſŶ &ĂůƐĂĂĐƵƐĂĐŝſŶ ĞƐǀŝĂĚŽƉƵƌŽ
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ŽŶĨŽƌŵĞ ĞƐǀŝĂĚŽƐĞĐƌĞƚŽ
ĚĞƐǀŝĂĐŝſŶ
246
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247
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250
Palabras finales
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Bibliografía
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Santiago de Chile, septiembre de 2012
Se utilizó tecnología de última generación que reduce
el impacto medioambiental, pues ocupa estrictamente el
papel necesario para su producción, y se aplicaron altos
estándares para la gestión y reciclaje de desechos en
toda la cadena de producción.
D espués de 1990, las ciencias sociales chilenas se han carac-
terizado por una mayor autonomía respecto de los partidos,
por una considerable sofisticación metodológica pero, al mismo
tiempo, por un disminuido vigor teórico y una muy discutible con-
tribución al diseño e implementación de políticas. Paradojalmen-
te se podría argumentar, sin temor a ser calificado de excéntrico,
que durante el régimen autoritario de Pinochet, en particular en
el transcurso de la década de 1980 y en el marco de severas
restricciones a las libertades públicas, las ciencias sociales no
económicas alcanzaron su mayor capacidad para influir en el
proceso político.
Restablecida la democracia, la ciencia política ha conquistado
un aceptable nivel de desarrollo y autonomía, manifestado princi-
palmente en el desarrollo de investigación académica y una explo-
siva expansión de la oferta de pregrado. Sin embargo, a la fecha
esta disciplina no ha consolidado un campo profesional distinto a la
academia (docencia e investigación) y carece aún de incidencia en
la discusión, el diseño y la implementación de políticas.
Sostengo la creencia de que la solución frente al extravío de la
disciplina no se encuentra en la recomposición de la investigación
con alguna forma de meta-teoría, sino más bien en el encuentro
con el planteamiento de problemas políticamente relevantes que
permitan abrir nuevas rutas para la investigación. Para abordar
esta tarea resulta ingenuo y estéril reclamar autonomías disciplina-
res y, al mismo tiempo, pretender superar la condición de futilidad
en la que se encuentra atrapada buena parte de la investigación
politológica. Sin pretender dar una solución definitiva, este libro
presenta al lector una selección de conceptos relevantes para la
disciplina y se orienta a vincular problemas de investigación clási-
cos a la experiencia política Latinoamericana.