Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
1RGHMDGHVRUSUHQGHUQRVHOHVFXFKDUDOJXQDVYRFHVSUHVXQWDPHQWH
bien documentadas, repitiendo insistentemente que es preciso construir la
sociedad civil. Tengo para mí que la sociedad civil es, genéticamente, ante
ULRUDO(VWDGRHOFXDOQRHVD¿QGHFXHQWDVVLQRXQDIRUPDSHFXOLDUHKLV
WyULFDPHQWHGHWHUPLQDGDGHVXRUJDQL]DFLyQSROtWLFD3HURHVHOKHFKRTXH
HOIHQyPHQRGHOSRGHU±DWRGDVOXFHVLQYDVLYR±KDUHVWDGRSURWDJRQLVPR
GXUDQWHVLJORVDODVRFLHGDGFLYLOKDVWDFRQYHUWLUODHQXQVXESURGXFWRGH
interés secundario, frente a la entidad desbordante y avasalladora de la au
toridad y de quienes la ejercen y usufructúan.
Los motivos para la sorpresa son aún mayores cuando uno cae en la
FXHQWDGHTXHHQODKLVWRULDGHODKXPDQLGDGVLHPSUHTXHHOSRGHUVHLQV
titucionaliza como un fenómeno permanente, dando lugar a la aparición
GHOD¿JXUDGHOHVSHFLDOLVWDHQHOPDQGR\HQODGLUHFFLyQGHODVJHQWHVHO
acontecimiento es tan anómalo y difícil de digerir, que todos los pueblos y
FXOWXUDVHQODVTXHWDOFRVDVXFHGHVHVLHQWHQLPSHOLGRVDEXVFDUXQDMXVWL
¿FDFLyQWUDQVFHQGHQWHTXHH[SOLTXH\OHJLWLPHODDSDULFLyQGHHVDQXHYD
FRQGLFLyQ\GHVXVFRQVHFXHQFLDV<HVTXHUHVXOWDPX\iUGXRFRPSUHQGHU
que, de modo permanente, alguien ejerza sobre los demás un poder, que no
se apoye sobre los principios naturales de la edad o de la genealogía o de
43
SOCIEDAD CIVIL. LA DEMOCRACIA Y SU DESTINO
XQDVXSHULRUFDSDFLGDG±ItVLFDRHVSLULWXDO±LQGLVFXWLEOH+D\TXHUHFXUULU
para legitimarlo, a un respaldo teológico, ya se trate de la delegación de
las divinidades en el rey permanente –Creciente Fértil–, de la encarnación
SHUVRQDOGHODSURSLDGLYLQLGDGHQODWHRORJtDPHQ¿WD±(JLSWR±GHOKRP
EUHFRQTXLHQ<DKYpVXVFULELyXQDberith –Israel–, del nomos inserto en la
QDWXUDOH]DKXPDQD±+pODGH±GHO'LRVGHORVFULVWLDQRVRUDGHOHJXHGLUHF
WDPHQWHHQORVUH\HV±GRFWULQDGHOGHUHFKRGLYLQRGHORVUH\HV±RSULPHUR
en los pueblos para que estos deleguen en los reyes, o se trate, por últi
mo, de la delegación de los individuos en una presunta soberanía popular,
dios inmanente de las mayorías rousseaunianas. En todos estos casos, los
KRPEUHVWLHQHQTXHKDFHUXQQRWDEOHHVIXHU]RSDUDFRPSUHQGHU\MXVWL¿FDU
–justum facere±TXHXQKRPEUHRXQDHVWLUSHHMHU]DQHOPDQGRGHPRGR
SHUPDQHQWH VREUH RWURV KRPEUHV (V GHFLU WHQJDQ OD FDSDFLGDG OHJtWLPD
de condicionar la vida de los otros y de orientar sus acciones, regulando y
OLPLWDQGRVXVFRQGXFWDV$¿QGHFXHQWDVORTXHUHVXOWDGLItFLOGHH[SOLFDU
es el poder político, en tanto que la sociedad en la que las gentes nacen,
viven, conviven y mueren, es un fenómeno originario, con el que cada uno
de nosotros se encuentra desde su nacimiento y que no parece necesitar de
QLQJXQD MXVWL¿FDFLyQ DXQTXH VHD SUHFLVR FRPSUHQGHU FyPR VH DUWLFXODQ
sus miembros y explicar los procesos a través de los cuales la sociedad
SURORQJDVXH[LVWHQFLDELROyJLFDKLVWyULFD\FXOWXUDO
3XHVWDVDVtODVFRVDV¢TXpVHQWLGRWLHQHD¿UPDUTXHHVQHFHVDULRcons-
truir la sociedad civil? Probablemente, ninguno, si no fuera porque, pre
YLDPHQWHHVDPLVPDVRFLHGDGFLYLOKXELHUDVLGRGHVWUXLGDRPHQRVFDEDGD
SRUDOJXLHQ1RSDUHFHTXHDQLQJXQRGHVXVFRQWHPSRUiQHRVVHOHVKD\D
ocurrido, alguna vez, la conveniencia –y menos la necesidad– de construir
la sociedad de castas, o la sociedad feudal de la Edad Media, o la sociedad
estamental de los siglos XVI al XVIII, porque tales modelos de sociedad
FLYLOWHQtDQVXSURSLD\ELHQGH¿QLGDWUDPD\HVWDEDFODUDPHQWHGHOLPLWDGR
el papel desempeñado por cada parte en el todo, por muy menguado y cons
treñido que éste pudiera ser.
$FRQWHFLPLHQWRVPX\JUDYHVKDQWHQLGRTXHRFXUULUHQODKLVWRULDGHOD
KXPDQLGDGSDUDTXHORSULPHURHQHORUGHQGHODJpQHVLVKD\DSDVDGRDVHU
lo ulterior en el grado de importancia y desarrollo, y para que lo derivado
±ODRUJDQL]DFLyQSROtWLFDRPiVHQFRQFUHWRHO(VWDGR±VHKD\DFRQYHUWLGR
en la realidad invasiva, en el mayor peligro para la vida y plenitud de los
VHUHVKXPDQRV
Parece fuera de toda duda que el fenómeno originario es la sociedad
–sociedad civil– y que sólo los excesos en el desarrollo de su organización
44
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CIUDADANOS EN LA SOCIEDAD CIVIL
SROtWLFDKDQYHQLGRDUHGXFLUDDTXpOODDXQDFRQGLFLyQH[LJXD\PHQHVWH
URVDFDSD]GHKDFHUTXHVXVSURSLRVMLEDUL]DGRUHVUHFODPHQODQHFHVLGDG
de su construcción. Esto es lo verdaderamente sorprendente, aunque deba
TXHGDUSDUDRWUDRFDVLyQVXGHVDUUROORGHVGHOD,OXVWUDFLyQKDVWDORVFR
PLHQ]RVGHO~OWLPRFXDUWRGHOVLJOR;;ORVSRGHUHVS~EOLFRVKDQDVXPLGR
con notable desparpajo mesiánico, gobernar para el pueblo, pero sin el
pueblo. Pues aunque éste sea el emblema paradigmático del despotismo
ilustrado, está en la base de todos los nacionalismos e internacionalismos
WRWDOLWDULRV\FRQVWLWX\HHODOPD\ODVDQJUHGHO(VWDGREHQHIDFWRUGHPR
crático y social.
El verdadero problema no está tanto en que la sociedad pierda el pro
tagonismo, en favor de sus salvadores –sean éstos Reyes, partidos, parla
PHQWRVRIXQFLRQDULRV±VLQRTXHDOKRPEUHFRPRLQGLYLGXR\DWRGRVORV
JUXSRVHLQVWLWXFLRQHVTXHLQWHJUDQODVRFLHGDGVHOHVKD\DHVFLQGLGRGH
sus propios problemas, de los que sólo son sujetos pasivos, atribuyendo a
otras instancias, supererogadas, la competencia de pensar sobre el modo de
resolverlos y de decidir el tiempo y la ocasión y de realizar las actividades
HMHFXWLYD \ GLVWULEXWLYD GH ORV ORJURV 7DQWD IRU]DGD SDVLYLGDG FRQ¿JXUD
ODVLWXDFLyQGHFDGDKRPEUHFRPRPHQRUGHHGDG\KDFHTXHODVRFLHGDG
civil recuerde, muy de cerca, a esos nidos repletos de pajarillos, sin plumas
QLGHIHQVDVTXHStDQQHUYLRVRV\GHVYDOLGRVVXGHELOLGDG\VXKDPEUH
esperando que la madre pájara les proporcione el trozo de lombriz que les
FRUUHVSRQGDHQHOIHVWtQGHFDGDGtD+DFH\DWLHPSRDOJXLHQFDUDFWHUL]y
HVWHWLSRGHYLGDTXHOHFDEHHQJUDFLDDOKRPEUHGHQXHVWUDpSRFDFRPR
vida de segunda mano.1. Puesto que los salvadores por la inmanencia no se
proponen la liberación por la elevación de las personas, sino por su ensi
mismamiento, su “pedid y se os dará” lleva consigo la exigencia de renun
ciar al entendimiento y a la participación. El mundo de la sociedad civil es
un mundo fenoménico, interpretado libremente y sin error por las fuerzas
SROtWLFDVDUWt¿FHV\UHVSRQVDEOHVGHWRGRORTXHVXFHGD\HQ~OWLPRWpUPL
QR~QLFDVTXHWLHQHQODFDSDFLGDGGHGH¿QLUHLQWHUSUHWDUHOVHUHQVtGHODV
cosas sociales y políticas2.
45
SOCIEDAD CIVIL. LA DEMOCRACIA Y SU DESTINO
< DTXt UHVLGH SUHFLVDPHQWH HO JUDQ SUREOHPD ORV PLHPEURV GH OD
VRFLHGDGFLYLOQLVLTXLHUDWLHQHQTXHSHGLUVRODPHQWHHVSHUDU<VLDFDVR
como los pajarillos, piar. Con escasas y transitorias excepciones, durante
ORV~OWLPRVWUHVFLHQWRVDxRVORVKRPEUHV\PXMHUHVGH2FFLGHQWHKDQVLGR
HGXFDGRVHQODREHGLHQFLDTXHHVFDUDFWHUtVWLFDGHODPLQRUtDGHHGDGHQ
nombre del progreso, de la grandeza, de la verdad, de la igualdad, de la
solidaridad o del bienestar. El problema surge cuando los administradores
de la salvación, tienen que reconocer –se ven obligados a reconocer– por
ODIXHU]DGHORVKHFKRVTXHVXVPHGLRVVRQOLPLWDGRV\TXHVXVSUHVXQWRV
SRGHUHVWDXPDW~UJLFRVVyORIXQFLRQDQFRUUHFWDPHQWHHQFR\XQWXUDVIDYR
rables. La voz de alerta de que el Estado benefactor ya no da más de sí,
DEUHDXQDELVPRGHUHÀH[LyQHQHOTXHODDGRUPHFLGDVRFLHGDGFLYLOWLH
QH TXH HQIUHQWDUVH DO KHFKR LQVXSHUDEOH GH TXH VH KD TXHGDGR KXpUIDQD
Sólo entonces, los políticos de la crisis, albaceas testamentarios del Estado
benefactor, comunican a la sociedad civil que es dueña de sus destinos y
que debe asumir las responsabilidades y los riesgos que de los mismos se
deriven.
8QDVRFLHGDGFLYLORURQGD\VDWLVIHFKDSHURFDUHQWHGHFRQRFLPLHQWR
de voluntad, de organización y de recursos psicológicos, se ve así abocada
a quemar en poco tiempo las largas etapas que, por comodidad, se negó
a transitar a lo largo de sucesivas generaciones. Pero no es fácil que una
sociedad y sus miembros asuman de repente la dirección de sus propios
destinos y sean capaces de responder a los problemas que se les planteen.
Precisamente, ese tema de la capacidad de respuesta, de la capacidad de
responder, es, en último término, lo que mide y expresa la responsabilidad
social de los ciudadanos. De tal cuestión nos vamos a ocupar en adelante.
<HVWiFODURTXHHVDUHVSRQVDELOLGDGHVXQSXQWRHVWUDWpJLFRIXQGDPHQWDO
SDUDFRPSUHQGHUORTXHORVFLXGDGDQRVSXHGHQKDFHUSDUDFRODERUDUHQOD
construcción de la sociedad civil.
/D GH¿QLFLyQ DFXxDGD HQ HO XVR GHO OHQJXDMH HQWLHQGH SRU respon-
sabilidadHQXQDSULPHUDDFHSFLyQ³GHXGDREOLJDFLyQGHUHSDUDU\VDWLV
facer, por sí o por otro, a consecuencia de delito, de una culpa o de otra
causa legal”, y en una segunda acepción, ciertamente más descargada de
46
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CIUDADANOS EN LA SOCIEDAD CIVIL
intensidad, entiende el “cargo u obligación moral que resulta para uno del
posible yerro en cosa o asunto determinado”3.
$PEDVDFHSFLRQHVTXHVRQUHFRJLGDVSRUHO'HUHFKR±VREUHWRGRSRU
HO'HUHFKR3HQDO±\SRUOD0RUDOGHVWDFDQFRPRIXQGDPHQWRGHODUHVSRQ
sabilidad, la existencia previa de un acto u omisión, por parte de un actor,
cuyos efectos son nocivos o lesivos para otro u otros. En este sentido, todo
hombre es responsable de las consecuencias, negativas para otros, deriva-
das de su conducta, activa u omisiva .
3HURHQWUHODFXOSD\HOGHOLWRGHXQODGR\HO\HUURGHRWURODGLV
tancia viene determinada por la existencia de la voluntad de causar un mal,
en el primer caso, frente a la carencia de la atención debida ante la posibi
lidad de causarlo, en el segundo.
Sin embargo, nosotros nos vamos a referir aquí a la responsabilidad
social, como un modo de entender la responsabilidad que no lleva consigo
la existencia de delito, de culpa o de yerro, y que, por el contrario, destaca
la idea de la implicación personal de los miembros de una sociedad en la
integración, en la conservación y en el desarrollo de esa sociedad.
Lo que, en todo caso, permanece inalterable en esta acepción de la
responsabilidad a la que vamos a referirnos, en relación con las otras
acepciones antes mencionadas, es el sentido de alteridadTXHWRGDUHVSRQ
VDELOLGDGFRPSRUWD(VDDOWHULGDGVHPDQL¿HVWDDTXtFRPRODH[LJHQFLDGH
UHVWDXUDUHOHTXLOLEULRHQWUHORTXHXQRKDUHFLELGRGHODVRFLHGDG\ORTXH
se espera que aporte a la misma. Pero el equilibrio implica igualdad de peso
y contrapeso; esto es, implica que la acción restitutoria contrapese lo que
la sociedad inicialmente aportó. Lo cual pone de relieve la relación que la
responsabilidad tiene con la justicia, entendida ésta, simplemente, como
la acción y el efecto de dar a cada uno lo suyo (suum cuique tribuere), sin
entrar, por el momento, en cómo pueda determinarse qué sea lo suyo de
cada uno4.
Es más, la alteridad queda reforzada, en el caso de la responsabilidad
social, porque, como veremos, implica siempre co-responsabilidad o, más
aún, responsabilidad generalizada de todos hacia todos.
47
SOCIEDAD CIVIL. LA DEMOCRACIA Y SU DESTINO
5. 6REUHXQWHPDSDUDOHORDpVWHHQUHODFLyQFRQHOGHVDUUROORGHOFRQRFLPLHQWR\GHODVHQVL
ELOLGDG KDFLD ORV SUREOHPDV GH OD KXPDQLGDG FRPR iPELWR Pi[LPR GH FRQYLYHQFLD QRV KHPRV
ocupado en otro lugar. Véase, E. MARTÍN LÓPEZ ³/D KXPDQLGDG FRPR iPELWR Pi[LPR GH FRQ
vivencia”, en AAVV., Estudios sobre la encíclica “Sollicitudo rei socialis”8QLyQ(GLWRULDO$HGRV
Madrid, 1990.
48
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CIUDADANOS EN LA SOCIEDAD CIVIL
3RUHOFRQWUDULRODFRQVLGHUDFLyQVXEMHWLYDVHUH¿HUHDOJUDGRGHVHQVL
bilidad poseída, que no es necesariamente correlativa de la responsabilidad
objetiva.
Resulta claro que lo que aquí se apunta es la diferencia entre tener
responsabilidad y sentirse responsable. Para una más correcta comprensión
GHGLFKDGLIHUHQFLDSDUHFHQHFHVDULROOHYDUDFDERHODQiOLVLVGHODIXQGD
mentación de ambos tipos de responsabilidad.
49
SOCIEDAD CIVIL. LA DEMOCRACIA Y SU DESTINO
WRGDODHVFDODVRFLDOQLHQWRGRVORVOXJDUHVJHRJUi¿FRVRFXSDGRVSRUXQD
sociedad (medidas antropométricas, estatura, morbilidad probable, formas
de muerte a las que se está expuesto, inmunidad, resistencia a la enferme
dad, esperanza de vida al nacer, etc.).
2) Oportunidades o posibilidades culturales /RV LQGLYLGXRV SDUWL
cipan de forma variable, según su posición social, de los ideales, metas,
valores, formas de pensar, sentir, valorar y obrar, propios de su sistema
sociocultural.
3) Oportunidades o posibilidades de actuación$FFHVRGLIHUHQFLDOD
ODVIRUPDVGHDFWXDFLyQLQVWLWXFLRQDOL]DGDVRQRTXHFRPSRUWDWRGDVRFLH
GDG (Q HVSHFLDO DFFHVR GLIHUHQFLDO D ODV DFWLYLGDGHV TXH FRQ¿JXUDQ ODV
distintas profesiones y los diferentes puestos de trabajo.
4) Oportunidades o posibilidades de sentir necesidades y de satisfa-
cerlas/RFXDODVXYH]LPSOLFDGRVDVSHFWRVGLVWLQWRV
1. Las distintas posiciones sociales se diferencian entre sí por las ne
cesidades de las que participan, en función de sus formas de vida, de su
conocimiento y de su sensibilidad y
2. Se diferencian también en el grado de participación en las posibili
dades de satisfacer las necesidades sentidas.
6LELHQHVSRVLEOHGHWHUPLQDU±FRPRORKHPRVKHFKR±ORVFRQWHQLGRV
de ese legado recibido por cada individuo, y resulta evidente que las diferen
cias entre las distintas posiciones sociales se concretan y están constituidas
SRUHVRVFRQWHQLGRVHVPXFKRPiVGLItFLOLQVWUXPHQWDUORVPpWRGRVSDUD
HVWDEOHFHU\FXDQWL¿FDUODVGLIHUHQFLDVHIHFWLYDVHQXQDVRFLHGDGGDGD
3HURTXHGDIXHUDGHWRGDGXGDTXHODVRFLHGDGQRHVSDUDFDGDLQGL
YLGXR~QLFDPHQWHXQOHJDGRRXQDKHUHQFLDTXHUHFLEHOLEUHGHFDUJDVVLQR
que en esa recepción está implícita una cierta responsabilidad de conser
YDUOD\WUDQVPLWLUODDODVJHQHUDFLRQHVIXWXUDV6LVHSUH¿HUHHOXGDPRVODV
UHIHUHQFLDVTXHLPSOLTXHQREOLJDFLRQHVPRUDOHVHQWRGRFDVRHVXQKHFKR
que los miembros de la inmensa mayoría de las sociedades existentes en
ODKLVWRULDKDQSXHVWRORVPHGLRVSDUDFRQVHUYDUODVELROyJLFDHFRQyPLFD
cultural e institucionalmente.
(ODQiOLVLVGHHVRVPHGLRVTXHIDYRUHFHQODFRQVHUYDFLyQ\HOGHVD
rrollo de la sociedad, pone al descubierto tres tipos de conducta que, cuan
GR VH GDQ KDFHQ SRVLEOH OD SHUYLYHQFLD R LQFOXVR OD PHMRUD GHO RUGHQ
VRFLDO\FXDQGRQRVHGDQRULJLQDQDOWHUDFLRQHV\FRQÀLFWRVHQHOPLVPR
Su naturaleza es fácilmente comprensible si se pone en referencia con el
tiempo, distinguiendo las conductas según que se relacionen con el pasa-
50
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CIUDADANOS EN LA SOCIEDAD CIVIL
doYLQFXODFLyQKDFLDODVRFLHGDG\VXVLVWHPDFXOWXUDOFRPRKHUHQFLDGHO
SDVDGR\JDUDQWtDGHODFRQWLQXLGDGGHVXVHQWLGRHQODKLVWRULDFDUJDVTXH
VHUH¿HUHQDOpresenteLPSOLFDFLyQDFWLYDVHJ~QVXVFDSDFLGDGHV\RSRU
tunidades de actuación, en la resolución de los problemas actuales y, por
~OWLPRFDUJDVTXHOOHYDQFRQVLJRRULHQWDFLyQKDFLDHOfuturoWUDQVPLVLyQ
de los valores e instituciones, orientados al desarrollo de las posibilidades
de esa sociedad7.
6yORHOFRQWUDSHVRHQWUHORKHUHGDGR\ORWUDQVPLWLGRSXHGHHQWHQGHUVH
como la realización de la responsabilidad objetiva por parte de los miem
bros de una sociedad. Cuando el peso se inclina del lado de lo recibido,
con disminución cuantitativa y cualitativa de lo que se transmite, las so
ciedades se enfrentan –cualesquiera que sean las razones–, a procesos de
decadencia. Por el contrario, cuando lo legado excede, en variable medida,
DORUHFLELGRSRGHPRVKDEODUGHODH[LVWHQFLDGHXQDDOWDFRQFLHQFLDGH
UHVSRQVDELOLGDGVRFLDOHKLVWyULFDELHQVHGHEDDWRGDODVRFLHGDGRWDQVyOR
a una minoría dirigente.
7. 9pDVHVXSXHVWRVKLVWyULFRVRSUR\HFWLYRV\WHQGHQFLDVVRFLDOHVSURIXQGDVFRUUHVSRQGLHQWHV
en Ibidem, pp. 48 y ss.
51
SOCIEDAD CIVIL. LA DEMOCRACIA Y SU DESTINO
8. (VWHSUREOHPDORKHPRVSODQWHDGRDQWHVGHDKRUDHQUHODFLyQDODVDOWHUDFLRQHVGHOHTXL
librio psicosocial, en E. MARTÍN LÓPEZ, “Defensa nacional y espíritu de defensa”, en Cuadernos de
Trabajo Social
52
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CIUDADANOS EN LA SOCIEDAD CIVIL
9. Un planteamiento paralelo a éste, pero referido específicamente a las alteraciones del equi
librio social, puede verse en E. MARTÍN LÓPEZ, Fundamentos sociales de la felicidad individual,
53
SOCIEDAD CIVIL. LA DEMOCRACIA Y SU DESTINO
Universidad de Piura, 1986, pp. 102 ss. Lo que sucede en el Estado de bienestar es que los cauces
institucionales no existen, y precisamente por esa razón se ve como necesaria la construcción de la
sociedad civil.
54
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CIUDADANOS EN LA SOCIEDAD CIVIL
55
SOCIEDAD CIVIL. LA DEMOCRACIA Y SU DESTINO
11. -6IMMEL, Sociología, VIII, “La autoconservación de los grupos”, Revista de Occidente,
0DGULG
56
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CIUDADANOS EN LA SOCIEDAD CIVIL
12. /DSUHRFXSDFLyQSRUODHGXFDFLyQHVXQDFRQVWDQWHHQWUHORVLOXVWUDGRV9pDVH3+$=$5'
El pensamiento europeo del s. XVIII, Alianza, Madrid, 1984, “La educación”, pp. 171 ss.
13. G. TARDE, L’Opinion et la foule, Librairie Felix Alcan, París, 1922.
57
SOCIEDAD CIVIL. LA DEMOCRACIA Y SU DESTINO
58
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CIUDADANOS EN LA SOCIEDAD CIVIL
59
SOCIEDAD CIVIL. LA DEMOCRACIA Y SU DESTINO
FUDFLDQRHVWpWRGDYtDVX¿FLHQWHPHQWHDVHQWDGDHQ(XURSD(QXQDIHFKD
WDQDYDQ]DGDFRPRHVFULEHQ
<DxDGH
³6LQ KDEHU UHVXHOWR SULPHUR HVWDV GXGDV ORV VXFHVRV D SDUWLU GH OD
6HJXQGD*XHUUD0XQGLDOKDQKHFKRVXUJLUSUREOHPDVDHVFDODPXQGLDODFHU
ca del futuro de la democracia”18.
0iVGLItFLOGHDSUHQGHUTXHODVPHUDVGRFWULQDVRODVSUiFWLFDVEXUR
cráticas de la dominación racional.
En el fondo, el futuro de la democracia depende de
60
LA RESPONSABILIDAD DE LOS CIUDADANOS EN LA SOCIEDAD CIVIL
61