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INSTITUTO MEXICANO DE PSICOONCOLOGÍA PLANTEL MONTEVIDEO

MAESTRÍA EN TANATOLOGÍA

Generación 34

Taller de control de esfínteres

Profesor. Juan Carlos Espinosa Ramírez

Equipo:
Avendaño Ordoñez Estela
Basilio Vidal Juana Rocío
Corchado García María de los Ángeles
Díaz Ramírez Claudia de la Cruz
Guzmán Lira Dolores
Horcasitas Valdez Gabriel Alberto
Mendoza Medina Andrea
Olvera Correa Edgar
Tolsá Martínez Juan Carlos
INTRODUCCIÓN

Edad e impacto de la pérdida

Con la experiencia, las personas normalmente aumentan su comprensión y


aceptación de la vida, pérdida y muerte. Como en otros aspectos del desarrollo humano, los
niños muestran una más rápida y dramática variación y cambios en su comprensión de la
muerte, pero puede ser influenciado por hechos externos. Enfrentarse con otras pérdidas en
la vida, como el cambio de la transición de las etapas del desarrollo, la muerte de la
mascota, ayuda a la persona a anticipar las pérdidas más graves mediante la enseñanza de
estrategias de adaptación.

En la infancia, los niños se diferencian de los adultos no sólo por la comprensión de


la pérdida y la muerte, sino por la forma en que éstas les afectan diferente que a los demás.
El apoyo al niño en su experiencia de duelo conlleva ayudarle a recuperar la continuidad
normal y el ritmo del desarrollo emocional. Los adultos a menudo creen que los niños no
tienen la misma necesidad que ellos de llorar la pérdida de los demás, en situaciones de
crisis y pérdida los niños son apartados y protegidos del dolor, ellos pueden sentirse
temerosos, abandonados, por ello, hay que ser cauteloso con los niños en esta situación, ya
que la experiencia de una pérdida en el niño puede tener serios efectos en épocas
posteriores de su vida.

Aunque en un principio la experiencia de pérdida puede ser devastadora, si como


adulto se acompaña al niño a vivir su duelo, él podrá crecer emocionalmente con esa
experiencia y salir fortalecido.

La falta de capacidad de los padres y adultos que rodean al niño para enfrentar y
aceptar el dolor, así como tolerar el sufrimiento propio y el de los menores, es lo que puede
llevar a una necesidad de “proteger” (mal entendida), y aislar al niño de las experiencias
dolorosas. Esta “protección” ante el dolor inevitable debilita el desarrollo de las
capacidades del niño a enfrentar y manejar situaciones de pérdida, tanto físicas como
simbólicas que se presentarán a lo largo de su vida.

Cuando se presente una pérdida, el niño necesita que no se le evada, minimice o


niegue su experiencia; que se comprenda y acepte su forma de vivir la tristeza, que se le
permita expresar su frustración y rabia, que se le permita hacer su duelo recibiendo amor y
seguridad y que sienta que no lo abandonaran.

Una adecuada educación para las pérdidas sensibilizar a padres en este sentido y
permitirá una actitud más responsable hacia el dolor del niño.
MARCO TEÓRICO

El control de esfínteres es un proceso de aprendizaje de los hábitos higiénicos,


relacionados con la micción y la defecación que tiene lugar durante la infancia; supone el
paso de un comportamiento reflejo automático a una conducta voluntaria y controlada, y
viene dado por el desarrollo y crecimiento del niño, tanto físico como psicológico. Esta
habilidad no se aprende, se adquiere cuando el niño está maduro para ello ya que son
adquisiciones paulatinas y lentas que llevan mucho tiempo.

El control de esfínteres pertenece a un momento del desarrollo que se verá


favorecido, siempre, por un ambiente relajado y una actitud serena por parte de las personas
adultas que lo acompañen en el proceso. Controlar esfínteres no es solo una cuestión
orgánica, que se acabará logrando en un momento u otro. Controlar esfínteres tienen
consecuencias psicológicas es un aprendizaje importantísimo para el niño y no se debe
restar la importancia.

El autocontrol tiene que ver con inhibir acciones y el control de esfínteres hace
madurar al niño en este sentido. Aprender a controlar los esfínteres es una cuestión de gran
envergadura dentro del aprendizaje, es una gran conquista mental. Aprender a orinar y
defecar de manera controlada es de gran importancia como lo es aprender a leer, ya que
aporta madurez al cerebro. El sistema nervioso debe estar maduro para que el pañal pueda
ser retirado, pero si actuamos convenientemente en el tiempo, lo que hacemos es estimular
las funciones cerebrales, por lo que el niño ejercita más y mejor su sistema nervioso.

Entre los 12 y 18 meses, el niño comienza a tomar conciencia de su necesidad de


orinar al reconocer las señales de distensión y de llenado procedente de su vejiga. Este
avance se produce como consecuencia de la maduración del sistema nervioso. En este
momento puede ser que el niño empiece a hacer alusiones a orinar, por ejemplo, adopta
ciertas posturas con las piernas en tijera, pone caras, gestos, muecas, muestran molestias
ante el pañal y ante la orina o materia fecal que pueda haber en él, se le quita el pañal y lo
tiene seco, indica la necesidad de ir al baño con ademanes y muecas.

A los tres años la mayoría de los niños ya han aprendido a contraer los músculos
pélvicos, son capaces de inhibir el vaciado y retener la orina durante cierto tiempo cuando
su vejiga está llena, y de indicar voluntariamente la micción. En esta etapa la capacidad de
la vejiga aumenta progresivamente.

Las etapas por las que atraviesan los niños/as en el proceso de aprendizaje del control
de esfínteres son:

1. Orinar y defecar en el pañal, sin mostrar ningún interés respecto al tema.


2. Avisan que se hicieron luego de que están sucios.
3. Avisan mientras están evacuado sus esfínteres.
4. Registran la necesidad fisiológica de orinas y/o evacuar, y pueden avisar antes
5. Tienen ganas, avisan y llegan al baño sin que se les escape. Pueden esperar.

Por lo general comienzan a controlar primero de día y luego de noche, se controla


primero la orina y luego las heces fecales, ante cualquier situación especial es esperable
que se den retrocesos, entre los pañales y la ropa interior existen bombachas y
calzoncillos de aprendizaje que son útiles para favorecer este periodo de transición.

Los niños pueden dejar los pañales cuando estén maduros para hacerlo biológica,
psicológica y afectivamente. Por lo tanto, se toma un periodo entre los dos y tres años
como un parámetro estadístico y una referencia, ya que cada niño y sus circunstancias
son particulares y se desenvuelven dentro de un entorno sociocultural que lo determina,
Un niño controla esfínteres dejando los pañales cuando él retiene y depósita su orina y
su materia fecal cuando y donde desee y no cuando y donde le indiquen. Por lo que hay
que esperar su propio tiempo.

Es importante tener paciencia y nunca castigarlos por no lograr lo continencia.


Cuando diga que se hizo cámbielo y felicítelo por avisar, después muéstrele que tira el
pañal sucio y salúdelo alegremente para que no piense que es algo malo y feo.

El control de esfínteres es una destreza configurada en el ámbito de la autonomía


personal que preocupa a muchos padres ya que es indispensable para participar en los
ambientes sociales, y quien no lo ha logrado, ve limitado su acceso a muchas
actividades.
Según las etapas de desarrollo que definen algunos autores, los niños que se
encuentran en la etapa de control de esfinteres se encontrarían en:

Según Freud: el niño se encuentra en la etapa anal, donde comienza a tener la


necesidad de controlar sus esfínteres.

De acuerdo a Piaget: etapa peoperacional, donde el niño empieza a jugar a los roles
del otro, por ejemplo, puede jugar a ir al baño como su padre.

Erikson hace mención a la etapa de autonomía vs desconfianza, donde sabe que


tiene un cuerpo independiente, por ello es muy importante el como se manejen los
accidentes en esta tarea de controlar esfínteres. Si se evidencia al niño tendrá un duro
golpe a la autoconfianza y podría generar otros problemas más adelante.

Para Freud era de suma importancia todas las etapas de desarrollo ya que dejan
huellas en el inconsciente que se harán notar en la vida adulta sin embargo el control de
esfínteres se encuentra en la etapa anal , Freud creía que el objetivo principal de la
libido se hallaba en lograr el control de los movimientos del intestino y la vejiga. El
conflicto importante en esta etapa es el control de esfínteres: el niño tiene que aprender
a controlar sus necesidades corporales. El desarrollo de este control conduce a una
sensación de logro y la independencia.

Según Freud, el éxito en esta etapa depende de la forma en que los padres abordan
el tema. Los padres que utilizan la alabanza y la recompensa por usar el inodoro en el
momento apropiado, fomentan resultados positivos y ayudan a los niños a sentirse
capaces y productivos. Freud creía que las experiencias positivas durante esta etapa
sientan las bases para que las personas se conviertan en adultos competentes,
productivos y creativos.

Sin embargo, no todos los padres proporcionan el apoyo y el estímulo que los niños
necesitan durante esta etapa. Algunos padres castigan, ridiculizan o incluso
avergüenzan a un niño cuando tiene accidentes.

Para él, las respuestas parentales inadecuadas pueden dar lugar a resultados
negativos. Si los padres toman un enfoque demasiado indulgente en esta etapa, podría
desarrollarse una personalidad anal-expulsiva, que se traduce en una persona adulta
desordenada, derrochadora y destructiva. Si los padres son demasiado estrictos o
empiezan el control de esfínteres demasiado pronto, se genera una personalidad anal-
retentiva, que se traduce en un individuo demasiado rígido, ordenado y obsesivo.
(Martha Guerri 2018)

Desde el punto ambiental el control de esfínteres soluciona el problema de la basura


provocada por la cantidad de pañales que se utilizan solamente en un día de la Ciudad
de México. (Cintya Contreras 2012) se menciona que en un día normal un bebé utiliza
entre seis y diez pañales desechable que se traduce en 300 toneladas cada 24 horas en la
ciudad de México, que, sin importar su tamaño, marca o tipo, van a parar a la basura
inorgánica.

Es por todo lo que se menciona anteriormente que consideramos importante realizar


un taller que muestre un método para lograr que los niños controlen sus esfínteres.
Mencionando que cada grupo de niños es diferente y se debe adaptar a las necesidades
de cada uno.
BIBLIOGRAFIA

1. Cintya Contreras. 18 de junio 2012 Desechan 300 tonelas de pañales en el D:F


recuperado https://www.excelsior.com.mx/2012/06/18/comunidad/841923
2. Maria Teresa Garcia 13 de Marzo 2011. El Control de Esfinteres de niños de 3-6
años https://www.feandalucia.ccoo.es/docuipdf.aspx?d=8253&s=
3. Marta Guerri (2018). Etapas del desarrollo Psicosexual de Freud
.https://www.psico,activa.com/blog/etapas-del-desarrollo-psicosexual-freud/
4. Cuidado Emocional al Enfermo Terminal y a su Familia “Antologia” compilación
MCE.Sara Esther Tellez Ortiz, SUA, ENEO Diciembre 2002

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