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Anexo I

SOBREVIVEN MÁS DE MEDIO MILLÓN DE AÑOS EN EL 'PERMAFROST'


Hallan las bacterias vivas más antiguas
ROSA M. TRISTÁN

MADRID.- Una bacteria ha logrado mantenerse viva durante más de medio millón de
años bajo el hielo, gracias a un mecanismo biológico que le ha permitido reparar su
ADN durante todo este tiempo. Nunca antes se había encontrado un organismo activo
con semejante antigüedad y su descubrimiento abre la puerta a nuevas posibilidades de
que haya vida en planetas como Marte, en condiciones igualmente extremas, a la mejor
comprensión del envejecimiento celular o a la búsqueda de nuevas vías para conservar
ADN de especies en extinción.

El descubrimiento, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of


Science (PNAS), fue realizado en muestras de permafrost (como se denomina la
superficie que siempre permanece congelada) conseguidas en Siberia, Canadá y la
Antártida por un grupo de científicos dirigidos por Eske Willerslev, de la Universidad
de Copenhague.

No era la primera vez que se intentaba encontrar materia viva del pasado remoto que se
mantuviera en letargo, pero los fragmentos de ADN que se habían localizado eran
demasiado pequeños dado que cuando las células mueren, se dividen. Sin embargo, este
grupo logró aislar gran cantidad ADN de una 'Actinobacteria' cuyas células seguían
activas. "Hemos encontrado un método que hace posible la extracción y aislamiento de
restos de ADN de células activas. Esto da una mayor precisión a la imagen de la vida
del pasado y la evolución hasta el presente ya que nos centramos en células que aún
tienen una función metabólica, y no de células muertas cuya función ha cesado",
argumenta Willerslev en un comunicado. Para que no hubiera riesgo de contaminación,
su equipo contrastó los resultados en tres laboratorios distintos.

De momento, los científicos no han averiguado cómo funciona el mecanismo de la


continua reparación genética del microorganismo, pero creen que las células
sobrevivieron comiendo nutrientes como el nitrógeno o el fosfato, atrapados en el
permafrost.

"Aún queda un largo camino de trabajo, pero confío en que nuestro método ayude a
comprender por qué algunas células llegan a vivir tanto. Es interesante ver cómo se
restauran y se conservan. Además, puede servir para averiguar si alguna vez hubo vida
en Marte tal como la entendemos en la Tierra porque allí la temperatura es más fría y
estable, con lo cual el entorno aún es mejor para este tipo de vida", asegura el científico.
"Hasta ahora sabíamos que era necesario comer para vivir, pero no cuánto se podía estar
vivo", añade.

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