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crear conocimientos
06.02.2011 22:10
En este libro señalo que, aun cuando en el desarrollo de las ciencias y las técnicas se ha llegado a
centrales de los pueblos como son: la autodestrución del ecosistema y la explotación del hombre por
el hombre que lleva a la dependencia de unos pueblos frente a otros. Esto exige la necesidad
histórica de buscar otros caminos en las ciencias como lo señala el premio nobel Ilia Prigogine, entre
otros. Ante esto, planteo y sustento la teoría conformacional de la filosofía y del conocimiento como
conocimientos para crear las formas de organización social, modelos culturales y de producción de
bienes que lleven al desarrollo integral de los pueblos desarrollados y que se supere la situación de
Para ello señalo la necesidad de romper y superar la estructura conceptual tradicional ontológica
confusionista que principalmente tienen los países atrasados y dependientes, pues ello, está
Es conocido que en Europa del siglo XIV se superaron los planteamientos sobre naturaleza y mundo
mecánicas y carreteras para el comercio los llevó a usar como lo principal a los conocimientos
realizativos y la lógica racional con entendimiento coherente. En este avance Francisco Bacón,
afirma: conocer es poder; Leonardo Da Vinci, ideo y conceptuó al mundo y al hombre como una
máquina, Descartes señalo: porque pienso puedo decir que existo, y todo conocimiento debe ser
repensado para sistematizarlo de nuevo. En este contexto se dio la lucha a muerte entre la filosofía
perennis de ambivalencias frente a las emergentes ciencias modernas, por eso Giordano Bruno,
Ante el desarrollo de la producción y el conocimiento cada vez más técnico y científico se entra a
esclarecer el proceso del conocimiento así, el supuesto empirista David Hume afirma: ante la
impresión la mente hace la idea; Kant, buscó unir empiria e idea; Hegel, todo lo real es ideal y todo
lo ideal es real. Marx, el conocimiento es el reflejo. Pero es el positivista Augusto Comte quien
deslinda señalando que el conocimiento surge cómo una unidad de concepto y acción en la
experimentación.
articulada a la informática, determinan que es hora de crear modelos rigurosos para crear y producir,
sino, es hora de crear nuevos conocimientos para nuevas cualidades humanas y nuevos objetos. En
este marco los pueblos atrasados tienen que buscar su propio camino en la ciencia y la técnica
En este panorama, planteo la teoría conformacional de filosofía de las ciencias, para crear
conocimientos que sirvan para resolver nuestros problemas e impulsar nuestra propia creación
INTROITO
El profesor y amigo, Doctor Víctor Baltodano Azabache, me ha requerido para que
en esta solemne ocasión, y dentro de límites de tiempo prudenciales, diga algunas
reflexiones sobre su novedosa y reciente obra publicada Filosofía de las ciencias. Es
para mí una verdadera complacencia y un honor presentar un importante libro, de
tan apreciado amigo, nada menos que en el claustro universitario que encarna los
ideales de libertad e integración continental de su fundador, Don Simón Bolívar.
Pero además esta noble y prócer Casa Superior de Estudios es portadora también
del mensaje transformador y revolucionario de los ideales de justicia social en el
Perú. Basta rememorar los fusilamientos en masa de Chanchan en 1932 en la que
muchos jóvenes universitarios regaron con sus venas su bendito terruño. También
aquí retumbó el 9 de setiembre de 1944, el “Grito de Mansiche” movimiento
estudiantil inscrito en el proceso de Reforma Universitaria iniciada en el Perú en
1919. Imposible sería omitir la figura egregia del filósofo americanista Antenor
Orrego Espinoza, Rector entre 1946 y 1948.
Por estos y otros méritos intrínsecos a esta Alma Mater es ocasión para sentirse
nuevamente orgullosos porque existan personas que no pierden la fe en la fuerza de
las ideas y se yerguen como pensadores fidedignos. Este es el caso nuestro con
Víctor Baltodano. El aspira a la disposición de un nuevo horizonte de las ciencias
proponiendo la “Teoría Conformacional de la Filosofía y del Conocimiento” y todo
ello en vistas de superar nuestro infradesarrollo científico tecnológico y construir
una nueva organización social. Nuevamente el departamento de La Libertad nos
convoca a ser creadores e innovadores en el Perú del siglo XXI.
Y si tuviéramos los peruanos un poco más de pasión por las ideas propias
reconoceríamos en la actualidad que junto a la teoría del pensamiento complejo del
francés Edgar Morín, existe la nueva orientación de la Teoría Conformacional del
Conocimiento de Baltodano. En Lima la Universidad Ricardo Palma ha fundado, en
el Centro Cultural Cori Wasi, el Instituto de Pensamiento Complejo presidido por la
Dra. Teresa Salinas. La UNT, aprovechando que tiene en sus claustros al creador,
debería tomar la iniciativa y fundar, por su parte y sin anatopismos, el Instituto del
Pensamiento Conformacional. Un poco más al norte de esta ciudad primaveral, me
refiero a Lambayeque, la UNPRG acaba de firmar un convenio con el filósofo y
pedagogo cubano Dr. Carlos Álvarez Zayas para publicar sus meritorias obras de
educación e investigación científica. Todo esto está bien, pero nos preguntamos qué
tenemos los peruanos para ser tan obsecuentes con el extranjero y tan cicateros con
el nacional. En un medio donde sobran los profesores y faltan los pensadores,
valdría la pena ser más justicieros y equilibrados en el reconocimiento de los
valores de la cultura nacional, tomando la iniciativa reconociendo los méritos
creadores del profesor Víctor Baltodano. Ese es su desafío Sr. Rector.
Para terminar con estas breves palabras introductorias quisiera añadir dos notas
anecdóticas y una impresión general. La primera es que mi amistad con el autor
surge durante el IX Congreso Nacional de Filosofía, realizado magníficamente en
esta ciudad allá en el año 2003. La segunda anécdota, es que apenas he tenido tres
días para leer “a vuelo de pájaro” las 500 páginas de su texto, y realmente no tenía
cuándo empezar este comentario debido a la densidad y, a la vez, profundidad de su
libro. El tiempo era tan corto y la tarea tan compleja que dudaba culminar la tarea.
Finalmente, la impresión general que me dejó su lectura, y esto no significa que
concuerde plenamente con él, ha sido hondamente estimulante y confirmatoria de
que en el Perú existen filósofos y se hace filosofía de modo creador.
IDEAS CENTRALES
Estemos prevenidos porque antes de señalar su contenido tengamos presente que
Baltodano va a edificar una nueva filosofía. Ahora dirijamos una mirada somera al
sugestivo contenido de la extensa obra dividida en cuatro capítulos y orientada a
fundamentar una filosofía personal denominada Teoría Conformacional del
Conocimiento (TCC). Hay que caer en la cuenta de que el autor se hace una
pregunta como leit motiv que palpita en todo el libro, la cual es: ¿por qué como
pueblo pobre y atrasado carecemos de tecnología y ciencia desarrollada? Claro, la
pregunta puede adoptar diversas formas, por ejemplo: ¿por qué los peruanos
somos emprendedores sin ser innovadores? Como ya se advierte el fondo de la
pregunta es la misma, pues se interroga por una “especie” de condicionante que nos
impide pensar de otra manera. Veamos cuál es ese condicionante.
El cuarto capítulo final estudia el problema del método, sus bases epistemológicas,
algunas concepciones destacadas (Lakatos, Popper, Maturana, Prigogine) y
concluye formulando los conceptos centrales del método conformacional de la
ciencia. La base de la metodología conformacional es la TCC que parte de los
procesos originarios de la conformación de las expresiones sonoras, los signos, las
palabras, los conceptos, los cuerpos conceptuales, las sistematizaciones y el
desarrollo histórico del conocimiento a través del proceso de creación de todas las
existencias. Este proceso de conformación se da constantemente en las cuatro
dimensiones humanas: acción (bienes), afección (valores), volición (actitudes) e
intelecto (teoría). El valor significativo de los conceptos lo da su conformación,
funcionalidad y eficacia. El método científico es un modelo para producir
conocimientos. En suma, los procesos son convertidos en modelos y los modelos en
métodos. La metodología es constituyente del objeto que se investiga. En última
instancia se trata de crear métodos para reorganizar el desarrollo de nuestra vida
presente, científicamente infradesarrollados, dependientes y pobres.
COMENTARIO FINAL
Concluiré efectuando un comentario final dividido en dos partes, una que atiende a
sus méritos intrínsecos y otro que corresponde a sus aspectos que considero
problemáticos.
Por todo el enjundioso contenido que hemos expuesto se puede afirmar que Víctor
Baltodano es el filósofo de la ciencia actualmente más importante del Perú. Pues en
sus páginas se ha mostrado original, propositivo, lejos de la mera divulgación y
repetición simiesca de libros y autores. Escribe con soltura, haciendo que la
particular jerga epistemológica sea comprensible y accesible. Es más, su férrea
voluntad de unir la teoría con la práctica y contribuir con el desarrollo científico
tecnológico de su patria lo convierte en un intelectual orgánico, un pensador inserto
en el proceso social. La voluntad constructiva y realización sistemática de sus ideas
podría hacernos pensar que estamos ante un cultivador de las ladrillezcas
monografías germanas, pero lejos de ello y una vez que nos adentramos en sus
páginas nos sorprende con la agilidad de una pluma que sabe combinar la exactitud
de la idea con la dinamicidad de la exposición. En vez de atormentarnos con citas y
repetir autores nos mantiene en vilo dialogando con los filósofos más importantes
de la ciencia, y todo ello en vista de demostrar su propia filosofía conformacional
que muestra la lógica interna de la relación de los conceptos científicos específicos.
Diré que estamos ante un genuino ensayista que hacer honor a la tradición
hispanoamericana, y a lo mejor del ensayismo filosófico en el mundo.
Y no creamos que todos estos méritos ocurran porque en el Perú no haya reflexión
filosófica sobre la ciencia, por el contrario. Todo esto acontece en medio de una
sostenida producción epistemológica en los últimos años. Ahí tenemos los
libros: Cuestiones filosóficas en estomatología (2008) del profesor Reluz de la
UPCH, Epistemología (2007) del profesor de la UNEGV, Dr. Víctor Mazzi; las
investigaciones sanmarquinas: Epistemología (2005) de Carlos Alvarado de
Piérola, El Método Científico (2006) de Carlos Matta y Raymundo Casas
Navarro, Un cambio en nuestro paradigma de ciencia (1999) de J. C.
Ballón, Introducción a la investigación científica (1997) de Raúl
Tafur, Investigación científica y educacional de Luis Piscoya, el agudo
trabajo Individuo y técnica en el mundo contemporáneo (1986) de Juan Camacho,
los ya clásicos textos del finado profesor Julio Sanz Introducción a la ciencia (1987)
y Grandes Ideas y Experimentos de la ciencia (1989) y la pionera tesis de A.
Salazar Bondy recientemente publicada (2006) Aproximación a Unanue y la
Ilustración Peruana (1950). Es decir, en el Perú existe una sostenida tradición de
estudios epistemológicos y científicos que llegan a remontarse históricamente a D.
Pedro Peralta y Barnuevo, Hipólito Unanue y otros insignes sabios.
Como vemos no era fácil destacarse en medio de esta floresta tan nutrida de
estudios filosóficos de la ciencia y sin embargo el profesor Baltodano lo ha
conseguido y ¡de qué forma! Nada menos que presentado una propia interpretación
personal y esto es justamente lo que hacía falta en este campo tan complejo de
investigaciones. Cedamos la palabra a nuestro autor cuando escribe:
“…algunos autores de filosofía, intelectuales en general y profesores de las diversas
especialidades dicen que en su trabajo intelectual y hasta en su posición personal, no se
adscriben a ninguna filosofía, sino que trabajan con lo que llaman filosofía general. En rigor
habría que decirles que su concepción filosófica es, no adscribirse a ninguna filosofía, y que
esto se configura en abordar conceptos y tesis de una y otra concepción, en algunos casos con
coherencia y en otros sin ella. Lo que se configura en un confusionismo sin dirección, en los
viejos términos esto es llamado eclecticismo” (p. 205).
Sin temor a equivocarme puedo sostener que nuestro autor es uno de los pocos
pensadores que tiene una Filosofía de la ciencia orgánicamente desarrollada y con
estilo propio. Él no oculta su adscripción a los presupuestos de la filosofía
hermenéutica posmoderna y aprovecha, en efecto, las tesis centrales de esta
corriente filosófica, pero desborda los cuadros de esta filosofía cuando la enlaza con
una mayor amplitud de miras aspirando a solucionar nuestro infradesarrollo
científico tecnológico.
Actualmente existen científicos peruanos de primer nivel, sólo por mencionar a dos
conocidos me refiero al profesor Modesto Montoya en Lima y al profesor Barton
Zwiebach que trabaja en el laboratorio de física nuclear del MIT, y así hay decenas
de científicos peruanos desperdigados por el mundo que manejan los paradigmas
científicos de punta y sin embargo por la inexistencia de una política nacional de
desarrollo científico desaprovechamos la oportunidad de impulsar nuestro propia
avance científico tecnológico, como lo reclama Baltodano. Pero hay más en esta
complicidad de infradesarrollo científico porque las universidades en el país se han
vuelto empresariales y se han mercantilizado. En otras palabras son agentes pasivos
de la carencia de ciencia y tecnología. Sin presupuestos ni proyectos científicos
efectivos los laboratorios universitarios no pueden dar el salto cualitativo hacia la
invención y la creación. En otras palabras, en el Perú sí existió y existe tradición
científica, en un primer momento el paradigma organicista estimuló al paradigma
mecanicista, lo que no existe es voluntad política para insertarla en el desarrollo
nacional.
(3) Todo esto nos conduce hacia un tercer aspecto problemático que tiene que ver la
fe cientificista del autor. Ya habíamos mencionado su coincidencia con Russell
sobre le necesidad de organizar la sociedad científicamente. Sin embargo, y a raíz
del grave deterioro climático, se ha vuelto a poner sobre el tapete las graves
consecuencias que tiene para el individuo y para la naturaleza la racionalidad de la
ciencia. Ya Max Weber al mismo tiempo que examinaba que el éxito de la cultura
occidental en el mundo contemporáneo se debía al desarrollo de la racionalidad
instrumental, que le permite dominar el mundo, al mismo tiempo reconocía que
ésta daba lugar a gigantescos problemas. También Horkheimer, Adorno y Marcuse,
todos ellos de la Escuela de Frankfurt pero cada uno desde sus puntos de vista
filosóficos, han insistido en la cancelación de la existencia individual por los efectos
de la revolución científico-técnica que hace abdicar la razón crítica. Heidegger
en Qué significa pensar (1958) sostiene que el pensamiento actual dominado por la
técnica moderna busca desocultar al ente pero para manipularlo, transformarlo y
dominarlo. Sin embargo, este desocultamiento del pensamiento técnico es un nuevo
ocultamiento de la esencia del ser que no nos deja pensar la cosa sin su
transformación y dominio. En su conferencia La cosa (1953) denuncia al pensar
cientificista objetivador y propone desocultar la técnica. Últimamente Luhmann en
su libro Comunicación ecológica (1986) y Peter Sloterdijk en sus obras Ira y
tiempo y en Esferología plural (2004), han intentado mostrar los efectos
apocalípticos de una racionalidad científica fuera de control. ¡Qué duda cabe que
hace falta una nueva racionalidad! pero ésta ha de trascender los marcos de la
ciencia y ahondar más en lo humanístico. ¡Cómo resuenan las palabras de Herder!
cuando hablaba de “pequeños gigantes con débiles manos”. Se pone, entonces,
claramente de manifiesto que el mundo ideal de Bacon, un mundo marcado por la
impronta de la ciencia, el progreso indefinido y manejado tecnológicamente es una
utopía y una ideología, que constriñe lo real a lo manipulable y útil. Hoy más que
nunca se ha hecho evidente que la ciencia moderna si bien abre insospechadas
dimensiones de dominio de la naturaleza, sin embargo, también produce efectos
secundarios que no puede anticipar ni controlar. Es un ideal eurocéntrico que está
fracasando y no cabe continuar en la visión exagerada del papel de la ciencia. De
mucho provecho le sería a la TCC penetrar en estas consideraciones.
Ahora bien, Baltodano habla de lo “en sí” como existencia indeterminada o como
esencia inexistente. En suma, su actitud hacia lo “en sí” no es crítica sino de rechazo
total. En realidad, en su planteamiento queda inexplicado por qué el hombre no
puede traspasar los límites de su sensibilidad para llegar a las cosas mismas. Para él
el conocimiento se construye a partir de un hombre que piensa, siente, valora y
actúa, pero lejos de decir que lo hace sobre algo dado previamente al conocimiento,
se inclinará a pensar que incluso los hechos son constructos humanos. En otras
palabras, en su teoría conformacional lo dado se esfuma y lo puesto se hiperboliza.
Yo no encuentro otra manera de llamar a su posición más que como idealismo
subjetivo. Al hacerlo me doy cuenta que la filosofía contemporánea a partir del
empirismo lógico y el neopositivismo ha convertido al vocablo “idealismo” en algo
impropio y lo ha sacado de moda. Aquí encuentro que el idealismo se transformó en
un inmanentismo. Por eso bien vale recordar que todavía persisten varias
corrientes filosóficas que confiesan su pertenencia a la tradición idealista. Así, el
idealismo anglo-norteamericano (Bradley, Bosanquet, Royce, Bowne) era de
tendencia metafísica, el idealismo francés y alemán (Renouvier, Brunschvicg,
Lalande, Hamelin, Escuela de Baden y Marburgo) tenía tendencia gnoseológica.
Claro, también se puede decir que en Baltodano la “desproblematización del
mundo”, según el cual el hombre acoge lo que se le da en el entorno en el cual vive,
lo aproxima al empiriocriticismo; pero a ninguna otra corriente está tan cerca,
como ya hemos visto, que a la filosofía posmoderna. ¿Es ésta una corriente
idealista? En la medida en que se asienta en la aseveración de que “no hay hechos
sino interpretaciones”, sí lo es; y lo es en un sentido subjetivo, porque al fin al esta
filosofía sólo se queda con el sujeto interpretante.
EPÍLOGO
El aporte teórico de la Filosofía conformacional es tomar en cuenta no sólo al
hombre teórico y práctico, sino también al hombre emocional y volitivo, es decir, la
integralidad humana. Además, al aplicarlo a la ciencia está en procura de una
ciencia y tecnología propia para el Tercer Mundo. Sus aspectos controversiales ya
los hemos mencionado y no vamos a insistir. Concluyo a fortiori, porque las
discusiones filosóficas no concluyen nunca, declarando que es mucho lo que he
aprendido de esta valiosa obra de mi amigo Víctor Baltodano, la que por sus bien
trabadas meditaciones está destinada a impulsar el debate filosófico en el Perú.
Bridemos por ella. ¡Salud!
Publicado por Gustavo Flores Quelopana en 16:43
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